Burbuja

Gabriel es un muchacho que, a simple vista, tiene la vida perfecta. Pero, está por descubrir lo gris que puede llegar a ser la utopía en la que se encuentra.

Burbuja.

  • Verás, Marcos. mi cumpleaños se acerca y como no asistes a ninguna actividad voy a obligarte a que vengas a esta. Será en mi casa e invitaré a mucha gente, puedes traer a tus amigos si quieres, pero te necesito aquí. -le explicaba a Marcos con mucha energía.

  • Oh, me gustaría mucho ir. -empezó a excusarse y lo miré de manera penetrante-. Prometo ir, siempre que me avises con tiempo para hacer un espacio en mi trabajo, ¿sí?

  • Eso es un afirmativo para mí.

Jamás pensé que me diera un sí (o algo parecido). Bueno, es hora de continuar con las invitaciones. Luego de la charla nos dirigíamos al aula para empezar las clases, notaba que Marcos estaba muy cansado, tenía unas ojeras bastante notorias que contrastaban con su piel clara. No ocurrieron muchas novedades en clase, bastante aburrida en realidad como todos los días aquí. Sinceramente me pongo a pensar en cómo llegué aquí. Es decir, no es la carrera que me gusta, detesto la ingeniería en realidad, pero a veces los padres pueden imponerse sobre nuestros deseos. Desecho ese pensamiento al ver que termino la clase y Marcos se echó a dormir en el pupitre, iba a acercarme a molestarlo pero hoy sentía que necesitaba descansar. Así que salí al comedor, quería invitar a más personas a la fiesta. Gracias a que soy extrovertido hablo con naturalidad con la gran mayoría, y entre bromas que les aplicaba casi todos me confirmaban su asistencia. Va a ser un éxito.

Hoy solo tenía un curso, así que luego de hacer las invitaciones me dirigí a mi auto y manejé hacia casa. El día estaba brillante y parecía que la pista estaba construida solo para mí. En el viaje pensaba que este nuevo año de mi vida sería diferente, ya tengo 25 años después de todo y quería emprender a hacer lo que amaba. Por primera vez. Llegué rápido a casa y luego de saludar al vigilante dejé el auto en la cochera. Al acercarme a la puerta principal di un fuerte suspiro, llegué a mi ¿hogar? El primero en saludarme fue Roco,mi pastor alemán. Me estaba dirigiendo a mi habitación pero noté que había una maleta frente al cuarto de huéspedes. Hice una investigación rápida de aquel equipaje, pero de inmediato sonó la puerta del baño y era mi hermano mayor. Estaba saliendo de bañarse y la toalla cubría la mitad inferior de su cuerpo, dejando al descubierto su torso marcado y sus trabajados pectorales. Para tener 34 años se encontraba muy bien, incluso mejor que yo. Me quedé observando su figura unos segundos cuando me despertó su voz.

  • ¿Vas quedarte viendo más tiempo o vas a moverte del camino? -exclamó con ironía.

  • Me sorprende verte después de un año, o quizá mas. ¿Qué te trajó por acá y cuántos días estarás? -preguntaba un poco incómodo.

  • Haces muchas preguntas. Hablé con mamá y papá para venir unos días, tengo que ver unos negocios aquí y estaré unas semanas. Así que estaremos solo los dos aquí. Así no estarás tan solo, Gabito.

Ingresó al cuarto de huéspedes y me sentía bastante incómodo con su presencia. Pero más allá de su visita, me molestó que mis padres no me lo hayan comentado. Como siempre se olvidaban de cómo me sentiría. Espera...¿unos días? LA FIESTA. Maldita sea, no puede quedarse aquí. Arruinará todo, debo pensar rápido. Retomé mi ruta hacia mi habitación pero me había cargado de mucho estrés. Cerré la puerta me recosté en la cama, tenía muchas cosas en la cabeza. Cerré los ojos un minuto y volvió la imagen de mi hermano con el torso descubierto varios momentos. Podía recordar cada vello que recorría su pecho y cómo se hacían más finos mientras bajaban hacia su pelvis. Y para cuando abrí los ojos tenía una gran erección en mis pantalones. Sentía mi rostro rojo, era una mezcla entre vergüenza y excitación que no podía explicar. Intentaba borrar esa imagen, pero sentía la imagen vívida de lo que vi en él. Acercaba mi mano sobre mis pantalones y empezaba hacer círculos alrededor de la erección. Las hacía suavemente pero de manera progresiva empezaba a apretar esa zona para, finalmente, tomarla por completo en mi palma. Con mi mano libre me bajé el short azul que vestía y dejé al descubierto mi boxer y podía ver como en la zona superior del pene empezaba a humedecerse gracias a mis masajes. Sentía mucha excitación al verme de esa manera, así que me retiré mi polo. Acerqué mis dedos hacia mi boca y luego de humedecerlos los dirigí a mis pezones y empecé a apretarlos mientras liberaba mi pene de la ropa interior. Tenía en mi cabeza la imagen de mi hermano Óscar e intentaba imaginar como se vería sin aquella toalla. Podía ver una gran figura debajo de la zona de sus vellos ondulados. Me hacía la idea de verle el pene y cómo tenía un tamaño considerable. De tonalidad oscura en la base, quizá, o tal vez con alguna curvatura. Empezaba a lanzar pequeños gemidos mientras mi imaginación volaba y me llevaba a múltiples escenarios irreales. Ambos masturbándonos juntos en mi cama, viendo alguna porno, en otro escenario podía soñar con que él tomara mi pene en sus manos y empezara a masturbarlo tal como lo hacía ahora para luego, ponerlo en su boca y sentir, por primera vez, la boca de un hombre. Tenía el cuerpo entumecido y sentía que jamás descendería del vuelo que había emprendido. Cuando, de manera abrupta, regresé a Tierra al recordar que se trataba de mi hermano mayor. Y más aun, de un hombre. Abrí los ojos y me recosté, aún descubierto, sobre la cabecera de mi cama e intentaba borar todo lo que había sucedido conmigo. No saldría del cuarto el resto del día.

Luego de otros dos días igual de incómodos, llegó finalmente el día de mi cumpleaños. Desperté con mucha energía y bajé a tomar un buen desayuno. Hablaba con Roco sobre qué haría el día de hoy, y de cómo él podía ayudarme en la limpieza. Me distraje con música a alto volumen y me dispuse a limpiar primero el jardín. Contamos con un jardín grande y sé que arreglarlo me tomaría mucho, así que quise terminar con ese asunto primero, aprovechando que era temprano. Me dirigí a la puerta trasera y notaba que la piscina estaba aún sellada, por lo tanto podía usarse esta noche si así se necesitaba. Quedaba ordenar el interior y asegurarme que nada de valor quedara descubierto y se pudiera romper. Limpié la cocina, la sala de estar, los baños y, por supuesto, retiré cada cuadro vergonzoso familiar en el que podía aparecer. Mientras tomaba uno veía a mi familia. Mamá y papá, con sus miradas frías y desentendidas, se encontraban cerca a Óscar y al lado de él me encontraba yo. Entonces tenía 17 años y celebrábamos la graduación de mi hermano. Finalmente era un ingeniero con título y podía continuar llevando el negocio de la familia, la famosa inmobiliaria Márquez. Pesaba entonces unos 61 kilogramos y al verme ahora con mis casi 80 kilos parecía una persona distinta. La ansiedad me obligaba a comer más de la cuenta y no encontraba otro método para canalizar lo que siento a diario. Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando oyo un tono de llamdada proveniente del cuarto de habitación, entones me acerqué a ver de qué se trataba. El ruido venía de su laptop, Óscar no estaba en casa así que decidí investigar quién pudo ser. Afortunadamente no había ninguna contraseña por ingresar así que pude acceder a la ventana que tenía abierta sin problema. Podía ver un sitio web que titulaba Sugar chats . No entendía exactamente a qué se refería, hasta que podía ver en ella unos recuadros con hombres en videochats. Algunos de ellos estaban completamente desnudos y en la descripción ponían un precio para ingresar al chat en vivo, desde los 3 hasta los 10 dólares. Me quedaba absorto y sentía un vacío en el estómago por lo que veía, Óscar se había estado contactando con algunos de ellos, y muchos de ellos ponían lo bien que la habían pasado con él. Eso quería decir que se había reunido con algunos de ellos. Sentía mucho desagrado de lo que veía y de saber en lo que se estaba metiendo él. Mientras seguía bajando entre sus chats recientes pude ver quién solicitaba la llamada. Era Marcos. Era MARCOS. No puede ser, no puede estar pasando esto. Se podía ver una miniatura de él en suspensorio y cómo habían pactado una de estas noches con Óscar. Cerré de inmediato la laptop y sentía muchas náuseas, hasta sufrí de mareos por la impresión. Perdí todos los ánimos de hacer cualquier cosa. Me senté en el comedor y veía cómo empezaba a anochecer, había pérdido la noción del tiempo y recordaba que tenía una fiesta que dirigir.

Eran las 9 de la noche ya, y no llegaba nadie. No me había molestado en cambiarme la ropa desde la mañana, no podía moverme del mismo asiento desde que ingresé al cuarto de Óscar. Las horas seguían avanzando y al mismo tiempo, los mensajes de disculpas de cada uno de los que había invitado a mi casa hoy. No vendría nadie. Recosté mi cabeza en la mesa del comedor y me golpeaba por haber pensado que saldría bien, nunca me ha sucedido y como un tonto imaginé que sería diferente esta vez. Me dirigía a mi cuarto una vez más para terminar con mi día y pasé nuevamente por el cuarto de invitados. Podía ver la laptop, esa maldita laptop. La abrí e ingresé en la ventana que decía: "encuentros ahora". Ubiqué a la persona más cercana, era un tal Sam, y solo escribí: "¿Cuánto puedes tardar?". Con esa maldita facilidad actual fue que el sujeto accedió y me indicó que podía llegar en 10 minutos pero que subiría la tarifa del servicio. Luego de entregarle la dirección, procedí a borrar todo rastro de mi navegación y me dispuse a bañar. Sentía una ira tremenda y veía como Roco tenía la cola entre las patas al verme, no se me acercó y se dirigió a la puerta trasera de la casa. Tomé una ducha rápida y sentía mi cuerpo arder mientras el agua recorría cada centímetro de mí. Recién terminaba de la ducha cuando el vigilante nocturno me informaba de la llegada del único invitado, Sam. Le indiqué que lo dejé en la puerta principal y me acerqué a esta en toalla y con el cuerpo húmedo para darle la bienvenida. Ahí estaba él. Era un chico bastante agraciado, tenía piel morena y unas facciones bastantes finas. Apenas me vio lanzó una mirada de picardía y lo invité a pasar. No trajo nada consigo, era solo él y luego de invitarlo a sentarse en el mueble de la entrada le hablé al oído y le pregunté si podíamos empezar ya. A lo que respondió tomándome de la tolla y retirándomela. Como se encontraba debajo de mí, directamente tenía mi pene cerca a él y sin pensarlo dos veces lo tomó con una mano y con la otra me tomó de las bolas y empezó a realizar un masaje que encontré bastante delicioso. Levanté ambos brazos y me tomé la nuca dispuesto a disfrutar de lo que haría este chico conmigo. Veía como lentamente se introducía a la boca mi miembro y como este iba creciendo y latiendo por la excitación. Era una posición bastante cómoda para mí pero quería más, así que tomé su cabeza y arrojé con leve fuerza su cuerpo para que se recueste boca arriba sobre el sofá. Una vez ahí me acomodé de modo que mi pene y mis testículos quedaran a la altura de su boca. Él levantaba sus manos y tocaba mi cuerpo y jugaba con mi vientre dando unos arañones. Por mi parte tomé mi miembro y lo introduje en su boca, tenía la libertad de moverme al ritmo que quisiera y empecé a introducirlo todo en su boca, la hacía de manera suave y cuando llegaba hacia el fondo soltaba un grito de placer que acompañaba él con una arcada que gustaba escuchar. Empecé a follar con su boca y sus manos tomaban mi pelvis pidiendo que baje un poco el ritmo cuando me lo pedía. Estuve así un buen momento, cuando lo tomé del rostro y lo puse boca abajo, teniendo su espalda a mi vista. Levanté su playera y dirigí mi boca hacia él, daba unos lenguetazos de manera circular mientras llegaba a su espalda baja. Sam temblaba un poco mientras lo hacía y me hablaba sucio, pidiendo que haga lo que quiera con su cuerpo. Una de mis manos retiró de manera brusca sus pantalones y quedó al descubierto una ropa interior muy delgada que dejaba al descubierto sus redondas nalgas. Pasé mi rostro entre ellas y con una de mis manos me masturbaba, estaba dejándome llevar para ser la primera vez que lo hacía con un tipo. Dirigía mi lengua alrededor de su ano y humedecía esa zona con mi saliva, y sentía como él dirigía sus manos hacia la pared en muestra de sumisión conmigo. Luego de unos pocos minutos, me indicó que estaba listo y tomó de su pantalón un condón y un sobre de lubricante. Dispuse a ponermelos y a bañar mi erecto pene en lubricante, mientras lanzaba escupitajos dentro de su ya dilatado ano. Una vez que todo mi sexo estuviera frente a sus nalgas me dispuse a darle unos golpes con mi miembro cerca a su zona anal, y de a poco introducía mi pene para luego retirarlo y proseguir con esa actividad. Le di una fuerte nalgada y le indiqué si estaba listo para tenerla dentro, y respondió con un gemido fuerte que no pude entender. Lo introduje por completo y con bastante rapidez, a lo que sentí que su cuerpo se estremeció y levantó las nalgas hacia mí. Lo tomé de la cintura y me dirigí a su oído mientras no me despegaba de él. Le realizaba unos movimientos suaves y dibujaba un circulo con mi pelvis presionándola contra su culo. Lo tomé del cuello y dando una leve presión empecé a aumentar el ritmo de las embestidas y la fuerza con la que lo empujaba hacía que nuestros cuerpos replicaran el sonido de las palmas. No me detenía en ningún momento y llevaba un ritmo constante con él. Empujaba sus nalgas en contra de mí para poder sentir todo su interior y llegar a lo más profundo de él. Mordía sus nuca y la besaba por el placer que estaba sintiendo. Finalmente podía tener control sobre alguien. Mi sudor se combinaba con el suyo pero no me detenía, es más, aumenté el ritmo y me comentaba lo bien que se lo estaba haciendo. Puse mi mano sobre su boca, pues no quería seguir escuchándolo, quería tener todo ese poder sobre él la mayor cantidad de tiempo. Sentía que estaba cerca de venirme y le avisé que quería que se bebiera todo mi semen, a lo que contestó encantado. Lo tomé del cabello esta vez y cayó nuevamente boca arriba listo para recibir mi corrida. Me retiré el condón y veía que él también se estaba masturbando a mi ritmo. Tenía mi pene lo más cerca a su boca y ambos compartíamos jadeos de lo cerca que estábamos de venirnos. No pasó mucho tiempo cuando sentía inminente mi eyaculación, entonces puse todo el miembro en su boca y después de un grito potente sentía cómo llenaba toda su boca y, del mismo modo, cómo escapaba el semen de su pene con fuerza suficiente como para caer en su pecho. Tomó hasta la última parte de mis fluidos y luego de beber todo procedió a limpiar mi pene, que aún se encontraba sensible, hasta la última gota. Observaba la escena y retrocedí al caer en cuenta de lo que había pasado en menos de media hora. Fui rápidamente hacia el baño y le alcancé toallas húmedas para que también pueda limpiarse.

  • Oye, ¿estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Te puedo ofrecer agua? -preguntaba nervioso al verlo limpiarse.

  • Estoy bien, solo necesito que me pagues rápido para poder tomar un taxi y poder irme pronto, debo volar.

  • Oh entiendo. ¿Estuvo bien? Espero que te haya... -antes de poder terminar se levantó y acercó su dedo hacia mi boca.

  • Por favor, págame y te lo agradeceré bastante.

Me sorprendí por la frialdad en su respuesta, y me afectó bastante. Luego de lo que habíamos compartido, no fue nada importante por lo que veo. Me acerqué a mis prendas, que estaban cerca al baño, y le alcancé el precio acordado por los dos. Ya para cuando le tenía el dinero listo él se estaba cambiando y luego de tenerlo en la mano, solo preguntó si la salida era la misma que por donde entró. Y así sin más, se fue. Aún me encontraba desnudo y caminé directamente hacia el comedor, podía ver desde la ventana cómo caían gotas de lluvia bajo el oscuro cielo nocturno. Era la noche más triste que había podido ver, y entonces llegó un mensaje a mi teléfono, que había caído bajo la mesa desde la tarde por la limpieza que hice aquí. Feliz cumpleaños Gabriel, pásalo bien. Hoy tengo turno de amanecida y no puedo llamarte, pero espero verte en la universidad. Cuídate y diviértete por los dos. Otro año más aquí, con un vacío en mi ser. Bienvenidos 26 años.

Siguiente episodio: "Persecución"

*Nota de Autor: Muchas gracias por el recibimiento de la semana pasada, de todo corazón. Esperando siempre que sea del agrado de cada uno, nos vemos hasta el siguiente capítulo. Que tengan un buen día.