Buenos compañeros, mejores recuerdos

Me mandan a un seminario de la empresa, iba con la idea de una semana aburrida de charlas y trabajos, pero fue todo lo contrario, comidas con amigos, salidas nocturnas con borracheras y una chica que me hizo suyo en el mejor sentido de la palabra.

A última hora del jueves me llego un correo al mail de la empresa, por un momento no quería ni abrirlo, sabía que sería un marrón que tendría que hacer el viernes a primera hora, pero no fue así, fue peor. Me convocaban a un seminario en Madrid al lunes siguiente, un seminario que no tenía nada que ver con mi puesto de trabajo, pero al que ninguno de mis jefes quería ir y ninguno de mis compañeros podría entender así que por descarte me toco ir a mí. Por suerte no me mandaban el viernes, ya que había quedado con mi folla-amiga, y dado que me habían jodido la semana siguiente que tendría que pasar fuera, porque no irme bien descargado.

Marina era una vieja amiga que había vuelto a encontrar a través de Facebook, y que si no tenía nada mejor que hacer,  quedaba conmigo para una buena jornada de sexo o al menos eso es lo que yo pensaba, no era una chica de calendario, pero tenía algo de morbo, media 1,60 y aun tenía cara de niña de 16 años, quizás fuera eso lo que me daba morbo, mirarla y pensar que me estaba follando a una colegiala, pero a sus 32 años ya llevaba años y años de experiencia en toda clase de sexo, cosa que me encanto descubrir con ella, y que me dejara probar, pero  justo después del polvo en su casa me comenzó a hablar de formalizar algo lo nuestro, cosa que no me gustaba como sonaba, cuando le dije que me tenía que ir la siguiente semana a un curso se lo tomo como si la estuviera mintiendo y no quisiera hablar del tema, cosa que por otra parte era verdad,  así que le dije que ya hablaríamos cuando volviera. Para que no hablara mas del tema me baje a comerle el coño y el culo y cuando termine, pensando que quizás fuera la última vez, le di una buena follada anal, corriéndome en sus entrañas como a ella le gustaba.

El domingo me toco coger el coche e irme a Madrid, menos mal que me pagaban los kilómetros del coche y también una dieta para la estancia. Lo malo, no conocía a nadie de los que iban de las otras sedes de la empresa. Y dado que el seminario seria por la mañana y por la tarde no sabía si tendría tiempo de ver a algún antiguo amigo o amiga de la universidad. Con las ganas que tenia de ver a Mario o a Paloma. A esta ultima por motivos distintos a los de Mario, pero bueno.  Estando en Madrid me entere que casualidades de la vida, ahora ambos eran pareja y con una hija. A mí nunca me dejo correrme dentro cuando salíamos, parece ser que a él sí.

Llego el lunes,  en el hotel donde se celebraba el seminario, en el pasillo de entrada estábamos unas treinta o cuarenta personas, entre hombre y mujeres. Todos vestidos con traje, con cara de no saber de qué nos iban a hablar y la verdad es que solo había un par de corros de gente que se conocía, había de todo, desde hombres con pinta ya de de ser abuelos, a recién graduados en la universidad y que se les notaba que era el primer seminario.

Yo, bueno pues un hombre ya rozando los 30, que se mantiene bien. No fumo, solo bebo en ocasiones y me cuido bastante saliendo a correr 3 veces por semana y cuando puedo hago media maratón. Vamos que el traje me queda bien, mido 1.82 soy moreno con el pelo corto, y ojos negros. Vamos el típico ejecutivo que has visto un millón de veces que no te quedas con mi cara, afortunadamente tengo algo que otros no tienen, y es que mi simpatía es única, vamos que caigo bien a la gente.

Llegaron las 10 de la mañana, y uno de los directivos de la empresa nos pidió que entráramos en el salón donde se celebraba el seminario, nos repartieron carpetas y en la primera pagina estaba el programa, por supuesto lo primero que hicimos la mayoría fue mirar cuando se terminaba el seminario (el viernes a las 19:00)

Menuda pesadez escuche detrás de mí a una voz de mujer. No mire para atrás, ya lo haría al terminar la hora, nadie se movía de allí, no mientras uno de los jefazos estuviera hablando. Eso era una voz sensual.

Al final de su presentación todos sabíamos que el seminario no sería nada nuevo, otro seminario sobre marketing empresarial.

Llego la hora del descanso y por fin me pude dar la vuelta para ver a la mujer, y me impresiono, una chica joven, más o menos de mi edad, menos de  30, pelo castaño y rizado, delgada, de 1.70 y vestida como muchos de nosotros de traje, un traje gris que le quedaba como si fuera a medida, pero bueno era aun pronto para verla más de cerca.

En la cafetería como suele pasar las chicas se juntaron en una mesa, y yo me junte con un par de compañeros de los más mayores pero siempre los mas conocedores de estos mundillos, ellos ya se conocían casi todos y yo al menos conocía de vista a uno que había ido a la oficina donde yo trabajo pero fue en enero.

Volvimos del recreo o más bien del desayuno y en cuanto nos sentamos empezaron las cosas a ponerse interesantes. Y es que nos repartieron en grupos de trabajo para realizar unas prácticas que la dirección iba a poner a prueba. Por fortuna me toco en el grupo de la chica que ya mencione antes, y por fin pude saber cómo se llamaba, Tania.

La verdad es que al ver los grupos, no se habían complicado, habían metido a una o dos chicas por cada grupo, y a un par de nuevos también. El resto teníamos ya un par de años Y otros muchos años en la empresa.

Tania se sentó delante de mí en la mesa redonda que teníamos para presentarnos. Antes de la siguiente charla nos habían pedido que nos presentáramos en cada grupo y que cada grupo tuviera responsables de ciertas materias.

Al irnos presentándonos cada uno decía su lugar de trabajo y su puesto, Tania tenía un puesto de trabajo con similitudes al mío, pero también con diferencias, a decir verdad yo tenía un catalogo superior, pero bueno al menos era un tema de conversación que podía  sacar.

El resto del lunes no fue en grupo sino con temas individuales, por lo menos nos dejaron salir  antes y los del grupo nos reunimos a tomar algo fuera del hotel, la verdad que una reunión sin jefes ,vestidos con vaqueros y sin tener que preocuparse de la siguiente charla nos relajo a todos, y nos fuimos conociendo mas.

Tania llevaba un pantalón vaquero muy ceñido de la marca Salsa, que por cierto le quedaba estupendamente, arriba llevaba una camiseta blanca de manga larga y una cazadora negra, vamos que quitaba el hipo.

Después de la cena, los que tenían familia se subieron a las habitación supongo que a llamar a la familia o a descansar para el próximo día, que por lo que ponía en el programa iba a ser igual que el lunes. Nos quedamos Tania y dos chicos mas, uno de los nuevos Alberto y uno de los “papis” que tendría sobre los 45, al principio la charla iba relacionada con el trabajo pero a la tercera cerveza ya se fue desviando a temas personales, o cotilleos dentro de la propia empresa. Ya a la 1 de la mañana yo estaba rendido y me despedí del resto, con la suerte que Tania también se quería subir, nos fuimos todos y cada uno a su habitación.

El martes ya fue un día más ameno, por la mañana nos repartieron más informes y por la tarde en grupo teníamos que analizarlos y sacar la información necesaria dependiendo de los que nos pidieran, aunque éramos un buen grupo nos llevo casi toda la tarde, pero lo hicimos bien, o al menos eso pensábamos ya que por muchos informes que hacíamos y entregamos en ningún momento del seminario nos dijeron si lo hacíamos bien o mal, vamos que nunca supimos si lo que realmente hacíamos valía la pena, pero bueno la verdad es que por el simple hecho de conocer a la gente del grupo y sobre todo a Tania merecía la pena el curso.

Terminamos la tarde del martes cansados y aún era pronto para la cena, algunos se fueron a hacer turismo por Madrid, Tania y otras chicas se fueron de compras, yo llame a mis amigos de Madrid pero estaban trabajando así que me enfunde mis pantalones de correr y Salí a correr por el retiro,  hacia un buen día y así me despejaba un rato.

La verdad es que las chicas del retiro no solo las que corrían, las patinadoras, las que tocaban la guitarra, algunas madres con sus hijos, todas merecían la pena el salir a correr.

Al volver al hotel me tope justo con Tania y otras dos chicas, una rubia del grupo de al lado que se llamaba María y otra chica que no sabía en qué grupo estaba que se llamaba Carla.

Tania me dijo que a ella también le apetecía salir a correr así que quede con ella que al día siguiente si nos daba tiempo la esperaba y salíamos a correr.

Volvimos a quedar para la cena los del grupo y esta vez Tania se sentó a mi lado, con lo que pudimos hablar más y más intimo. Pero bueno saque en claro que no tenia novio y que era titulada en ADE con un MBA, eso y que vestía ropa de marca, y usaba lencería también de marca, y no porque un rato antes la viera con bolsas de Victoria Secret, sino porque la chica desprendía buen gusto solo al verla, aunque también ayudaba que ese día llevaba un vestido negro y se le veía el sujetador negro, lo de abajo no se que llevaría, si es que llevaba algo, porque no se le notaba ni una costura, y eso que aunque el vestido no era muy ceñido se le pegaba mucho.

Durante la cena nos comento un compañero que él había estado en un seminario parecido a este, lo que hacían era puntuar para posibles ascensos dentro de la empresa, que según le había comentado un amigo suyo, que gracias a un seminario obtuvo un puesto de gerente, lo que hacían no solo les servía a la empresa para ascender sino que incluso se comentaba que miraban con buenos ojos que los compañeros intimaran, vamos que si tienes a tu pareja en la empresa y sacan plazas para dos personas con mejoras salariales, la empresa entendía que era mejor mandar a una pareja, además aunque no lo habían dicho en el seminario mi jefe me dijo que estaban buscando personal para la sede central en Madrid.

No sé si fue una anécdota pero de ese tema surgió una gran cantidad de comentarios durante la cena, y dio también para un montón más durante las cervezas.

El miércoles llego con algo de resaca, y es que a última hora cambiamos las cervezas por algo más fuerte, un buen vaso o más bien tres de pacharán fue el culpable que ese día me levantara con la cabeza como una jaula de grillos. Y parece que no fui el único, baje a la cafetería del hotel pensando que unas horas  más de sueño me vendrían genial, pero por desgracia no iba a ser posible. En la cafetería me encontré con un par de compañeros de otros grupos, nos saludamos y espere a que me pusieran mi café americano, (largo de café, mucho café)

Y una mano conocida me toco en el hombro y le pidió otro a la camarera, Tania se puso a mi lado en la barra mientras le servían el suyo. Ese día se había puesto una falda negra con la americana, la hacía mucho más sexy que el traje pantalón.  Me recordaba a la detective de una serie de policías estadunidense, ojala llevara esposas para engrilletarme, me dejaría hacer cualquier cosa.

Estaba en un momento dormido, y al verla no sé lo que me paso pero despertaron todos mis sentidos, también ayudo el café no lo dudo. Mientras removía su café me miraba y me sonreía, con malicia y picardía, esas miradas que solo las chicas saben hacer, y que nos vuelven loco a los hombres.

Nos fuimos a una mesa y empezamos a quejarnos del pacharán de la noche anterior. Me dijo que ella había pasado una noche muy mala, que apenas tenía fuerza para levantarse a ducharse. Y que se había vestido por inercia. Yo la mire para ver si ese cansancio se reflejaba, pero nada en su aspecto podía decir que parecía cansada, y al decírselo pudo sonar como un piropo pero solo era la verdad, pero el efecto fue, el de un piropo en el momento justo, al menos me sirvió para que me sonriera, no como cuando se dice algo gracioso sino cuando se coquetea. Por desgracia se sentó con nosotros Juan, que bueno, nos corto el rollo pero nos animo ver que al menos uno del grupo estaba bien despierto.

Las jornadas fueron más de lo mismo, lo único que en el trabajo de ese día, por fortuna era del campo de Tania y el mío y con nuestra ayuda acabamos casi a la hora de comer, teníamos toda la tarde para hacer lo que quiéranos, y así paso. Primero comimos todos juntos pero en vez de ir al hotel y volver al trabajo después,  salimos a comer a un asador cerca, volvimos al hotel a dormir la siesta o al menos algo y después ya casi a las 7 quede con Tania para correr por el Retiro.  Lo primero que vi al levantar la cabeza de los estiramientos fue unas mallas de correr rosas, nunca las había visto a ninguna chica pero le quedaban geniales, y la camisa negra aunque le ocultaban los atributos le realzaba el culo, y menudo culo.

La acompañe en los estiramientos, intentando no mirar directamente su cuerpo, como estiraba esas piernas enfundadas en las mallas, ni como su sujetador intentaba ocultar las magnificas tetas que había imaginado las noches anteriores.

Fuimos primero a un ritmo bastante bajo, y casi todo el camino hablando, pero ya pasados treinta minutos aceleramos el ritmo, casi era una competición, al final le dije que llegáramos a la puerta del hotel, a ver quien ganaba, ella de repente empezó a correr más que a trotar, el movimiento de sus glúteos me hipnotizo unos momentos, pero me repuse y seguí corriendo detrás de ella, al final me gano, quizás a ella le pareció que la dejaba ganar, pero ni mucho menos, estaba en buena forma física, eso no lo dudaba. Volvimos a estirar y esta vez como lo teníamos que hacer los dos, nos ayudamos mutuamente, cogerla de la pierna y ver como se estiraba para tocar la puntera de sus zapatillas era una delicia, lo peor de todo era mirar las mallas, algo sudadas y las cuales dejaban notar los labios de su coño, no mire mucho pero estaba casi seguro que lo tenía perfectamente rapado, sin un solo pelo.

Después de los estiramientos nos subimos a las habitaciones. Habíamos quedado con el resto a cenar, pero aun quedaba más de una hora y media, pensaba meterme en la bañera y relajar los músculos y la cabeza después de tantas horas de seminario.

Ya tenía la ropa en el baño cuando llamaron a la puerta, otros días me habían traído correo a la habitación, todo informes de mi puesto de trabajo que tenía que revisar y firmar para que lo aprobaran en mi sede. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando en la puerta encontré a Tania. Traía su toalla, su albornoz,  su ropa y aun vestía la ropa deportiva. Fue un rápido vistazo porque con tanta ropa tapaba muy bien pero por un momento vi unos pezones marcarse en la camiseta.

-          Antonio, no te importa que me duche aquí, en mi habitación no llega el agua caliente. Y es que María no está en la suya. Parece que tienen un problema en mi planta y van a tardar en solucionarlo.- me dijo Tania aun en la puerta.

-          No claro Tania, no te preocupes, el baño está listo, me iba a meter en la bañera a relajar los músculos, pero metete tu primero.

-          No deja, báñate tu primero y después me meto yo, ya se sabe que las chicas duramos mas y encima que es tu habitación no voy a dejar que te quedes frio.

Si ella supiera lo caliente que estaba no pensaría eso, no sé cómo no se dio cuenta del calentón que llevaba y de la tienda de campaña que tenía en los pantalones, menos mal que no utilizo mallas para correr porque si no se me estaría notando todo.

Me metí en el baño y me empecé a desnudar, por supuesto que lo primero que hice fue mirarme al espejo, pero lo único que vi fue un tío sudado y nada más. No era una peli porno en la que ella entraba en el baño y los dos se lo montan en la ducha. Era la vida real, después de una carrera por el retiro lo que nos apetecía a los dos, era una ducha. Bueno quizás a mí me apetecía lo de la peli porno, pero no iba a pasar.

Al terminar de ducharme y abrir la puerta, parecía que salía de la sauna, una nube de vapor salió hacia la habitación, Tania estaba sentada en el sofá, pero medio tumbada, con las piernas en los cojines, recogidas y de lado, apoyada en su cintura y en un brazo, se le veía en la camiseta la forma de sus perfectas tetas, las cuales resaltaban gracias al sudor sus dos pezones, marcados, pequeños y muy apetecibles.

La deje pasar diciéndole que cuidado no rompiera también esta ducha que, si no tendríamos que pedirle a algún otro que nos dejara su ducha. A lo que contesto que mejor que no, que tres son multitud. Y empujándome cariñosamente entro en el baño.

Me senté a ver la tele, mientras escuchaba la ducha abriéndose, y me imaginaba a Tania recorriendo con la alcachofa de la ducha las partes de su cuerpo, y como después se echaría el gel de baño, vaya putada se había dejado el gel de baño fuera en el salón y yo había sacado mi neceser con el gel de baño. Justo en ese momento sonó una voz de dentro del baño.

-          Antonio, me he dejado el gel fuera, me lo podrías dar porfa.

-          No tengo yo dentro?

-          No, no veo nada. Anda pasa y me lo das

Entre con su gel de baño, los cristales del espejo estaban empañados y la mampara ocultaba la figura de Tania, pero no del todo, podía ver sus curvas aunque no muy definidas.

-          Me vas a dar el gel, o te vas a quedar ahí hasta que se vaya el vapor para verme mejor??

-          Toma el gel,- y se lo lance por encima de la mampara.  Pero vamos que no me importaría quedarme.

-          Ya me imagino, anda sal que termine.

Salí como me dijo, pero no sin antes mirar de nuevo las formas a través de la mampara.

Cuando salió del baño, lo hizo vestida con unos vaqueros y una camiseta de Doctor Who! el olor a gel me dejo tonto por unos momentos, los cuales aprovecho para mirarme aun estando de pie, con mirada de autoridad y fija en mis ojos.

-          Te gusto lo que viste?? Me dijo con una sonrisa en la cara.

Yo un poco cohibido, le conteste que no había visto nada, a lo cual ella me dijo que mala suerte, cogió sus cosas y se fue a la habitación.

Entre en el baño, que por suerte ya tenía una atmosfera más fresca sin vapor y me peine para que no me quedaran pelos de loco.

Por medio de whatsapp quedamos los del grupo para ir a cenar, esta vez fuimos a un brasileño, y aunque no suelo comer mucho por la noche, la paliza que tenia encima me hizo que viera la idea como algo más que normal.

Se puede decir que me comí media vaca, nos pusimos todos hasta reventar y dejamos casi todos de comer a la vez, porque después de todo lo que nos habíamos comido, nos daba asco ver más comida. Por supuesto para bajar la tripa nos metidos en un bar a beber algo, un par de licores para bajar la tripa. Se puede decir que las jornadas de noche tenían mejor pinta que las del día, aunque teníamos que estar presentes y despiertos para las de día.

Por eso nos fuimos pronto al hotel, bueno, las 3 de la mañana, esa noche la verdad es que no estuve muy cerca de Tania, ni hablamos mucho, pero entre miraditas y roces se podía decir que joder los otros se darían poca cuenta pero yo veía una tensión sexual no resuelta que tenía que terminarse, aun así con lo cansado que estaba, me fui al hotel antes que ella, y cuando me acosté pensé lo que aun estaría haciendo, o con quien estaría haciéndolo. Por suerte para mí, no hizo nada con nadie.

El jueves fue una jornada aun peor, no por la resaca que ya venía siendo habitual, lo fue por la pesadez de estomago y la pesadez de las charlas. Pero lo peor fue al decirnos que esa tarde no habría ejercicios, nos dejaban tiempo para estudiar para el examen del día siguiente. Al parecer los ejercicios de los días anteriores estaban bastante bien según el director del curso, ahí fue cuando pensé que no se los habían leído, pero bueno, para mejorar el tema de calificar a la gente del curso pensaron que lo mejor sería hacer una prueba escrita sobre las charlas dadas en el curso y sobre los ejercicios, vamos que nos pusieron de la noche a la mañana como aquel que dice un examen sorpresa.

Por la tarde y dado el material que teníamos supuestamente que aprendernos o al menos estudiar, más bien leer, no quedamos a comer ni hicimos planes. Tania se fue a comer con una amiga y yo con Pablo uno de los abueletes que tenía una duda sobre algo que yo tenía más que controlado gracias al trabajo. Comimos y nos fuimos cada uno a las habitaciones. Estuve desde las 4 hasta casi las 8 leyendo los documentos que nos habían mandado y los ejercicios que entregamos, en los cuales encontré errores pero bueno menos mal que no eran en mi parte, pero como buen compañero se los comunique al resto de mi equipo.  A los pocos minutos veía que algunos lo habían abierto y supuestamente leído, y otros nada. Tania me contesto que ella había visto también algún error en otros documentos y nos lo mando por mail. Volví a repasar lo que nos mando, fui a cenar, sin decírselo al resto y otra vez a estudiar, ahora los pocos apuntes que había tomado al margen de los temarios que teníamos en el curso. De cada hoja podía sacar al menos 4 preguntas y eso si no eran muy cabrones, pero quién sabe si lo iban a ser. Cuando mire el reloj eran las 1:20 de la noche, estaba cansado y sucio de no haberme movido, de sudar con la mierda la lámpara del hotel que daba más calor que luz. Así que me fui a darme un baño. Deje el agua caliente de la bañera y salía a coger muda y el pijama.

Pero lo que vi al llegar al baño me dejo helado, como si se tratara de una peli de miedo, en el espejo del baño había un mensaje.

SI VES ESTO ENVIAME UN SMS, CON LA PALABRA SEXO

XX

Podían ser dos personas las que hubieran escrito eso, la que limpiaba las habitaciones o Tania, y por el sentido del humor y porque la otra mujer tenía 60 años, me incline porque fuera Tania, no tarde ni medio minuto en mandarle un sus con la palabra clave. Tardo lo mismo en llegar desde su habitación que lo que dure yo en cerrar el grifo y ponerme algo de colonia, que aun olía a muerto. Cuando le abrí la puerta

-          Voy a follarte, puede que sea lo único que merezca la pena de haber venido a este seminario. Así que prepárate que voy a por nota. - me dijo Tania desde la puerta

Ante esas palabas poco podía hacer, más que nada porque yo no es que las fuera a decir igual pero las pensaba de forma similar. Se tiro a besarme como si de ello dependiera su vida, con pasión,  me agarro por detrás del cuello con sus brazos, notaba como los pelos de mi nuca se movían por el roce de sus manos, pero lo que más notaba era su lengua buscando la mía, como el roce de ambas ya fuera en mi boca o en la suya no paraba, notaba como su lengua se movía por mis encías, se movía como si buscara entre ellas, pero lo que buscaba era prolongar el beso.

Y sus manos tampoco estaban quietas, primero estaban en mi nuca atrayendo mi atención en el beso. Después bajaron por mi espalda, sus manos pasaban y yo resalte mis dorsales que tanto esfuerzo me había costado conseguirlas. Cuando sus manos pasaron a mi culo me lo apretó y en ese momento me mordió en el labio inferior, abrí los ojos y pude ver lujuria y pasión en los suyos. Eran los ojos de una loba en busca de su presa y yo era su presa. Su mano izquierda volvió a mi nuca para volver a besarnos y la derecha paso por delante para palpar mi paquete, el cual ya estaba más que caliente y reacciono con sorpresa pero con dureza ante tal atención por parte de Tania.

Yo no me quede corto, mis manos primero se posaron en su cintura, para pasar después a otras zonas más excitantes, o al menos más apetecibles. Puse mis manos en su culo, palpan e intentando averiguar si como había supuesto lo que tenia debajo de ese chándal vacio era un sexy y mojado coulotte, y eso parecía al tacto, lástima que el algodón del chándal no fuera más ligero y fino para poder reconocer mejor la ropa interior.

Después subí mis manos al mismo ritmo que subía la pasión de los besos, rodee su cintura con mi brazo izquierdo mientras mi mano derecha, mi mano mala subía por su camiseta hacia ese par de tetas que me tenia loco.

Por encima de la camiseta le tocaba el pecho, no paraba de estrujar porque ella tampoco paraba de palpar mi paquete, pero ya estaba cansado de estar disfrutando a medias, me separe de ella y tomando su camiseta por la cintura se la quite, ella me ayudo dejando sus brazos arriba, ahora sí que veía bien ese cuerpo de lujuria. Traía un sujetador rojo, de encaje, por lo que podía suponer a aparte de resaltarle los pechos y ser bastante bonito debía de ser bastante caro, pero me dio igual, mis manos se dirigieron a el, con delicadeza lo toque lo apreté, y lo disfrute, las hermosas tetas de Tania estaban aun sujetas pero no me importaba, era algo para disfrutar con tranquilidad.

Tania me quito también la camisa, dejando ver  pecho peludo, y mi zona abdominal, no tan plana como las de los futbolistas pero marcando algo de musculo (abdominales), Tania recorrió esa zona con las manos mientras ambos nos besábamos, y cuando quiso, bajo las manos por encima del pantalón, tomo el contorno de mi polla a través del pantalón y se quedo un momento frotando la longitud del cilindro que formaba el pantalón. No tengo una mala medida, 17 cm quizás poco para algunas, quizás mucho para otras, nunca lo he preguntado, pero una cosa es segura, se utilizar lo que tengo. Y Tania también sabia utilizar lo que tenia.

Se aparto de mi, dejando en mi pantalón una gran erección, se quito delante de mí el pantalón del chándal, dejando ver un conjunto rojo que le quedaba que ni a la mejor modelo de lencería. Yo me quite el mío, y deje a la vista todo mi cuerpo excepto lo que tapaba el bóxer.

Tania se acerco a mí, la tome de las manos para pararla y después como si se tratara de una película, la cogí en volandas, la acerque a la cama, que aunque estaba solo a dos metros, era más el significado que otra cosa, la pose en la cama, y me puse encima de ella, ambos tumbados nos fundimos en un largo y pasional beso, fue el mejor beso que me han dado en mucho tiempo, pues no era otra cosa que el inicio de una noche para recordar.

Los labios de ambos se fundieron durante un buen rato, después y dado que yo me estaba ya cansando los brazos de sujetarme con ellos para no aplastar a Tania, fui bajando para descansar de la postura, primero baje besando su cuello, respirando el olor de su perfume, mis besos no la dejaron indiferente, agarraba las sabanas supongo que esperando lo que llegaría en unos momentos.

Mi siguiente parada fueron sus pechos, aun cubiertos pero por poco tiempo, cuando le fui besando sus pechos y lamiendo su canalillo, Tania se arqueo, metió las manos a su espalda y desabrocho su sujetador, cosa que dejo a mi merced sus dos sabrosos tesoros. Le quite el sujetador arrojándolo contra la silla de la habitación. Sus pechos me llamaban a lamerlos, comerlos, tocarlos, morderos y mil cosas más.

Primero los bese, pasando desde dentro hacia fuera, parándome en sus pezones. Después lamí sus aureolas, la derecha y la izquierda, dejando mi boca en ese lado intentando encontrar las pulsaciones de su corazón. Tania me acariciaba la cabeza al tiempo que con su otra mano intentaba llegar a mi bóxer aunque ya le quedaba algo lejos.

Cuando termine de sus pechos, los cuales aun tenía a mano fui a por su ombligo, tenía una cintura plana de hacer mucho ejercicio y se le notaba, la bese dejando mis manos aun en sus pechos pellizcando sus pezones y bajando ya a la última parada.

Por fin me encontré con ese culotte, rojo que me llamaba a bajarlo y guardarlo como si fuera un botín de guerra. Pero no, simplemente lo fui bajando, metí un dedo a cada lado en forma de gancho y mirándola a los ojos fui tirando poco a poco. Lo que vi me gustaba cada vez más, centímetro a centímetro. Lo fui bajando hasta sus tobillos y en ningún momento me encontré con un solo pelo. Lo que si vi fueron un par de labios algo mojados y abultados, una rica hamburguesita que me iba a comer y degustar todo lo que me dejaran.

Tania cerro sus piernas y me dijo que no era justo que ella estuviera ya desnuda, que ella también quería ver lo que yo ocultaba.

Me quede de pie mientras ella se incorporaba, mirándola desde arriba vi que no traía nada de maquillaje en la cara, cosa que la hacía más guapa de lo que yo pensaba, me quede mirándola tontamente mientras ella me iba besando las abdominales, me apretaba el culo con las manos y tiraba poco a poco del elástico para sacarme el bóxer. Cuando el elástico sobrepaso mi capullo algo rojo, grande y caliente paso a ser el juguete de Tania, primero lo acaricio con un dedo, después paso la palma por encima dándome un cosquilleo en todo el cuerpo por lo sensible que lo tengo y después se lanzo a besarlo. No lo lamio ni se lo metió en la boca, solo le dio un beso.

Al momento ya no pude más y me quite yo el bóxer, dejando ver mi erección y como mi aparato miraba hacia arriba y a la derecha. Tania también se puso de pie, ahora estábamos los desnudos, y muy calientes. Me acerque a ella y mis manos se posaron en sus caderas, pasaron a su culo y mientras lo masajeaba la bese con pasión. Ella tomo por primera vez mi pene por la base y comenzó a subir y bajar su mano. Para mí era todo placer, y no era más que el principio.

Nos tumbamos en la cama, y comenzamos a hacer un 69, ella estaba mojadita y fue un placer empezar a lamer su coño, primero abriendo los labios y después lamiendo por dentro, metiendo la lengua todo lo que podía cuando no estaba lamiendo su clítoris, y poco a poco metiendo un dedo y después dos.

Tania no se quedaba atrás, aunque yo no estoy depilado, comenzó a lamer la base de mi aparato, mientras masajeaba mis testículos. Después de haber dado buena cuenta de todo el tronco, se beso y mordió un poco el glande, a lo que yo respondí mordiéndole a ella los labios. El juego continuo cuando se metió el glande en la boca, moviendo la lengua de derecha a izquierda para después meterse todo el aparato y chupar como si fuera un polo de limón.

Lo hacía bien, no tanto como mi folla-amiga, pero estoy seguro que Tania no había tenido tantos encuentros en baños de pub como Marina.

Pasados unos minutos le pedí que parara, estaba tan caliente después de toda la semana y que solo me había hecho una paja hacia dos días, que con todas las atenciones que me estaba dando Tania, estaba a punto de explotar. Me coloque esta vez con la cabeza entre sus piernas, una cosa es que yo no quisiera correrme, y otra que no hiciera que ella se corriera.

Así que estuve un buen rato mas chupando, mordiendo, y besando su precioso coñito, al tiempo que le metía un par de dedos y escuchaba sus gemidos y su rápida respiración. Para que en un momento se corriera en mi cara, mojándome gustosamente con su corrida.

Tania estaba con la almohada en la cabeza, suspirando y jurando en arameo que era el mejor cunnilingus que le habían hecho. Cosa que me levanto el ánimo y otras cosas, tome la cartera de la mesilla y saque un condón, cuando ya lo tenía puesto Tania abrió sus piernas, me abrió sus brazos y me situé delante de ella. Sus ojos me decían follame mientras sus manos sobre mi pecho me decía ámame. Quería hacer lo uno y lo otro, quizás este no fuera el mejor polvo que le echara a una chica, pero de momento era uno de los más apasionados, y aun no me había corrido.

Lentamente fui metiendo mi polla en su estrecha vagina, poco a poco entraba y los gestos de placer de ambos eran cada vez mayores. Tania gesticulaba con la cara, como si la estuviera dando un masaje a 4 manos, cerraba los ojos, se mordía los labios, susurraba monosílabos, de todo y aun no la había metido del todo. Así que sin más, y con un breve aviso de, “te la voy a meter de una vez”, hice lo que le había dicho, ella se preparo, puso sus manos en mis espalda mientras cruzaba sus piernas sobre mí, para que en un segundo estuviera tan adentro que mis testículos sonaron contra sus nalgas, con un “plaf” y cuando saque un poco mi polla y la volví a empujar, sonara otro y otro “plaf-plaf”

El misionero o como sea esa postura nos duro un buen rato, yo empujando con las caderas y ella gritando y arañándome todo lo que quería.

Su pecho estaba pegado al mío, pero aun así se desplazaba y notaba como sus tetas naturales se movían a golpe de mis caderas. Metí mis brazos por debajo de la cama, con mis manos la tome de los hombros para controlar el impulso y comencé a besarle el cuello y lamerle las orejas sabiendo que en poco estaría corriéndome, pues estaba tan a gusto que estaba llegando al orgasmo.

Tania tampoco se quedo atrás, cuando empecé a besarla el cuello ella también se acercaba al orgasmo, me empezó a decir que mas fuerte mas, y que me corriera con ella. Que quería sentir en sus paredes una polla vibrando.

Lo hice, me corrí como nunca, mi polla no se paro al cuarto espasmo sino que continuo hasta el séptimo, cosa que nunca me había pasado, la deje dentro aunque fue perdiendo vigor, pero no quería acabar con ese momento.

Tania y yo nos besamos un buen rato y al final me separe de ella acostándome a su lado, Tania me tomo la mano y en un minuto no dijimos nada nos quedamos mirando al techo de la habitación, hasta que al final le solté.

-          Ha sido la ostia.

-          Si lo ha sido, pero creo que esta noche debemos de dejarlo, que mañana hay que hacer el examen.

No me gusto que lo dijera, pero era tarde, a lo tonto eran las 4 de la mañana. Y el examen empezaba a las 9, que es posible que nos hubiera dado tiempo a uno más, pero había que guardar fuerzas para el examen.

P.D.

Llego el examen y como nos podíamos esperar todos,  fue algo desastroso en general, cada uno aprobó su parte y  contesto algunas preguntas del resto de temas, Tania y yo aprobamos,  ella con la mejor nota de todas, cosa que le supuso un ascenso a la central en Madrid, y como necesitaba a un numero 2 para su departamento al mes y medio estábamos los dos en Madrid viviendo juntos, y la cosa marcha muy bien.