Buenos amigos 7: Ricardo y Esteban

En este relato, son ahora los hombres los protagonistas, con un encuentro sexual entre ellos.

Buenos amigos 7. Ricardo y Esteban.

Ricardo suspira, sentado totalmente desnudo en el borde de la cama. La luz del día penetra con suavidad en la habitación, tamizada por las persianas. Hace poco que su novia, Natalia, y la novia de su mejor amigo, Julia, se han ido a dar un paseo playero. Él y Esteban, su amigo de siempre, han decidido quedarse en casa. No sabe la razón de Esteban, pero la suya es que se encuentra muy excitado sexualmente. Ya por la mañana, en silencio, se levantó y se dirigió al piso superior de la mansión en la que están de vacaciones. Allí, desnudo, empezó a masturbarse. Y allí lo descubrió Julia. Luego, vino lo mejor: se folló a Julia, a pesar de que la novia de su amigo y mejor amiga de su propia novia opuso una resistencia más nominal que otra cosa. Se la folló por delante y por detrás, disfrutando de la maravillosa sensación de hacerle una penetración anal a una mujer en teoría prohibida, debido a la circunstancia de que es la novia de su mejor amigo. Eso, la verdad, lo puso muy cachondo. Además, Julia le hizo una buena mamada y él correspondió corriéndose en toda la cara de la mujer. Con pesar, recuerda como, en medio de la tremenda excitación, llamó "puta" a Julia repetidas veces, además de llamarla también "chupapollas". No se siente orgulloso de ello. No quería insultarla ni vejarla, pero la cachondez lo dominaba, la excitación que le producía el estar follándose a la novia de su amigo era demasiada. Y además, hay que tener en cuenta que Julia tiene unas enormes y preciosas tetas. Vaya tetas. Es una auténtica tetuda, piensa Ricardo, arrepintiéndose enseguida. No, hay que contenerse. Por eso se ha quedado en casa. Si hubiera insistido en ir todos a la playa, no habría podido evitar que se le notase la erección en cuanto Julia apareciese en bikini. Y no es que no le guste Natalia, su propia novia. No, no es eso. Desea a Natalia y disfruta mucho follando con ella. Es que con Julia hay más morbo, mas obscenidad. Y por eso la insulta y la abre de piernas con fuerza y la penetra por el culo sin compasión. Si Julia fuera su novia en lugar de Natalia, se pondría cachondo nada más ver a Natalia en bikini, eso seguro.

Sin pensarlo, sin desearlo, Ricardo ha empezado a masturbarse. Su polla, gorda y de buen tamaño, está poniéndose dura por momentos, mientras se la acaricia con una mano. Debería parar, lo sabe, no está bien eso de masturbarse desnudo, sobre la cama, con la puerta abierta…pero no puede parar. Entreabre la mano y en ella recibe la verga endurecida y caliente. Los dedos se cierran en torno al tronco de la polla y empieza a masturbarse de nuevo, despacio y a fondo. El glande está mojado y tierno, y cada vez más hinchado. Ricardo se recuesta un poco hacia atrás y , cerrando los ojos, se masturba con rapidez. Piensa en el culo de Julia, un culito pequeño y prieto, de redondeadas y deliciosas nalgas, nalgas que ya ha azotado con las palmas de sus manos. Recordar los tortazos que le ha dado a Julia en el culo lo pone todavía más caliente. Porque- se dice a sí mismo mientras se masturba- no solo me he follado a la novia de mi mejor amigo; también la he humillado, dándole una buena tunda en pleno culo.

Y la verga se le endurece casi al máximo. La imagen de Julia, desnuda y despatarrada, ofreciéndole, sumisa, su oscuro y apetecible agujerito del culo, vuelve a su mente y hace que la polla se le endurezca más aún. Con la mano, se masturba con rapidez y habilidad, mojándose los dedos con el lubricante cristalino que comienza a derramarse de la punta de su ya erecto pene. Quizá- se dice- he follado a Julia de esa forma tan salvaje, humillándola y dominándola, porque es eso justamente lo que me gustaría hacer con mi novia. Puede que sea eso. O tal vez no.

Y la imaginación vuelve a dispararse, deparándole instantáneas eróticas en las que la protagonista es casi siempre Julia, desnuda y sometida, pero también Natalia, su querida Natalia, que también se le aparece desnuda y lasciva, implorando su castigo. Y también, de modo extraño y relampagueante, aparece en sus visiones pornográficas su amigo Esteban, desnudo, con una gran polla en erección. Asustado, deja de masturbarse y abre los ojos. Tiene la polla dura y tiesa, y es evidente que necesita un orgasmo. Pero Esteban…no debería estar en sus sueños eróticos, de ningún modo. Y lo que es peor, reconoce que en el momento en que apareció en ellos, la verga reaccionó y se puso toda tiesa.

Es demasiado- se dice- es demasiado lascivo, imaginarme a Julia, a Natalia, a las dos, totalmente desnudas y a mi merced, y si encima también imagino a Esteban, también desnudo, pues todo junto hace que me ponga muy, muy excitado y

Y no para de masturbarse. Vuelve a la acción y sigue acariciándose la verga. Una verga dura, muy dura y muy tiesa, con el glande hinchado y mojado, palpitante y anhelante.

Ricardo está algo confuso, pero intenta apartar sus remordimientos sexuales y se masturba, concentrándose tan solo en el placer. Su confusión sería mucho mayor si supiera que, a escasos metros, su amigo Esteban lo observa escondido en la penumbra, también desnudo, también con la polla tiesa y dura, también masturbándose.

-Oh- piensa Esteban, agarrándose la verga con una mano- Ricardo está desnudo, y se está masturbando. Y la tiene tan tiesa y tan dura, sobre todo, la tiene tan, tan dura…¿Por qué estoy aquí, escondido, viendo como se la machaca, sintiéndome tan excitado? Se me está poniendo muy dura a mí también, no puedo evitarlo. Oh, es horrible, esta mañana me follé a su novia sin compasión, y ahora…ahora estoy disfrutando viéndolo desnudo. Es horrible, horrible, lascivo, pervertido, es algo que no puede ser verdad.

Casi sin saber lo que hace, Esteban avanza hacia dentro de la alcoba, hasta ponerse delante de Ricardo. No sabe por qué lo ha hecho, pero ya no hay vuelta atrás. Ricardo ha abierto los ojos y ahora, con la polla aún en la mano, lo mira, desconcertado. De un modo extraño, ambos son conscientes, a la vez, del paso de los segundos, de la ligera brisa que acaricia sus cuerpos desnudos, del intenso placer que asoma en sus vergas enhiestas, y del brillo del deseo, del morbo y de la excitación en cada uno de ellos. Ricardo aparta la mano de su verga y la muestra en todo su duro esplendor. La polla de Esteban responde empinándose aún más. Luego, se sienta junto a su amigo.

Sentados juntos, muslo con muslo, ambos miran al frente, sin decirse nada. El tiempo pasa, inexorable. Sin embargo, al fin, uno de ellos hace un movimiento. Ricardo se vuelve hacia su amigo y , con infinita suavidad, le agarra la verga con una mano. Esteban gime, un suave y dulce gemido de placer y no hace nada para evitar que su mejor amigo le toque la polla. Ricardo cierra los dedos de la mano en torno a la polla de Esteban. La siente dura, gruesa y palpitante. Poco a poco, desliza la mano hacia arriba, hasta alcanzar el glande, mojado y enrojecido. Allí se detiene un poco y luego, la desliza de nuevo, pero esta vez, hacia abajo, con un movimiento más firme y rápido. Repite el movimiento varias veces, cada vez mas rápido. La verga de Esteban se pone dura del todo y Ricardo, cachondo, palpa y siente esa dureza bajo sus dedos.

-Ah- gime Esteban. Ricardo deja de manosear la verga de su amigo, pues el gemido de placer, más intenso que los anteriores , le pone sobre aviso. Si continúa, es posible que Esteban no tarde mucho en correrse. Así pues, aparta su mano lasciva de la endurecida polla de su mejor amigo y lo mira a los ojos. Es ahora Esteban el que hace un movimiento. Sorprendiendo a Ricardo, se levanta y se sitúa entre los muslos abiertos de éste. Ricardo gime, degustando con antelación el previsible placer que le espera. Luego, Esteban abre la boca y engulle la verga de su mejor amigo.

-Aaahh- gime Ricardo, extasiado de placer, lanzando su cuerpo hacia atrás, cerrando los ojos y dejándose embargar por la excitación y la sensación de bienestar. La lengua de Esteban recorre de arriba abajo toda la superficie de la polla de Ricardo, llenándola de saliva, pasándosela a un lado y a otro de la boca, lamiéndola a fondo. Sometida a ese tierno ataque, la polla de Ricardo se endurece totalmente y se pone gorda, y dura, muy, muy dura.

-Es increíble- piensa Ricardo, gimiendo de placer- increíble. Esteban me la está chupando. Me está chupando la polla mi mejor amigo. No puedo creerlo. Y yo, acabo de hacerle una paja.

De pronto, Esteban interrumpe sus lametones. Ricardo se incorpora y comprende. Esteban está ante él, de pie, con la polla tan tiesa que parece a punto de explotar. Excitado, Ricardo se arrodilla ante su amigo y corresponde a la labor chupadora de éste. Se mete, sin pensárselo mucho, la verga de Esteban en la boca y la chupa durante unos minutos. Se la pasa de un lado a otro de la boca, sintiendo el sabor salado de los jugos recién derramados, así como notando el grosor y la calidez del pene en erección. Pronto, los gemidos intensos de Esteban le advierten de que su amigo está, nuevamente, a punto de eyacular. Así pues, se saca la polla de la boca y se pone en pie, frente a Esteban.

-Me la ha chupado- piensa Esteban- me la ha chupado y yo se la he chupado a él. ¿Dónde terminará esto?

Los dos amigos están ahora en pie, frente a frente, desnudos, ambos con las pollas tiesas y endurecidas. Casi sin pensarlo, se acercan el uno al otro y sus vergas se tocan. Durante varios segundos, los duros miembros viriles se rozan entre sí, proporcionando a los dos amigos un goce extraño y delicioso, que los incita a gemir de placer. Luego, es Ricardo quien primero reacciona y se sitúa detrás de Esteban. Sin decirle nada, lo impulsa hacia abajo, presionándole en ambos hombros. Sin resistirse, Esteban se pone a cuatro patas y separa ambos muslos. Ricardo, temblando de placer, empieza a penetrar a su amigo por el agujero del culo.

-Aaahh- gime Esteban, al sentir la dura presencia de la polla de Ricardo en su agujero anal. Ricardo presiona con fuerza, aunque con cuidado, para no hacer daño a su amigo y, aprovechando la humedad de su polla y su potencia, impulsa la verga hacia adentro, venciendo la resistencia que le opone el ano virgen de Esteban.

Sintiéndose penetrado, sintiéndose follado por el culo por su mejor amigo, Esteban gime de placer. La polla se le pone durísima al instante, tan dura, que Esteban piensa que jamás ha tenido una erección como la que ahora disfruta. Ricardo mete hasta el fondo su verga en el culo de Esteban, arrancándole a éste grititos de gusto y de placer. Pronto, Ricardo hunde por completo su polla en el culo de Esteban, y la mantiene allí durante varios minutos. Esteban siente la poderosa y dura presencia en su trasero y nota que, de forma increíble, su propia polla responde poniéndose aún más dura y más tiesa.

-Ah- gime Esteban, mirando hacia atrás, a su amigo. Ricardo le devuelve la mirada y empieza a sacar lentamente la verga del conducto rectal de Esteban. Lo hace lentamente, sintiendo un increíble placer sexual, un placer que envuelve la totalidad de su enhiesta polla y se expande por todo su cuerpo. Cuándo está a punto de sacarla, vuelve a meterla bien adentro, de golpe, arrancando a Esteban un profundo gemido de placer.

Esteban no puede resistirlo más. Esta nueva invasión de su culo lo lleva al orgasmo y, en medio de gemidos lascivos, se corre, lanzando enormes chorros de semen que salen disparados de su polla y se esparcen por todo el suelo.

-Ahhh…Ricardo…Ricardo…me corro…me coorroo…ahhh- jadea Esteban, corriéndose voluptuosamente, con el cuerpo tembloroso y los ojos casi cerrados, la lengua fuera y el culo empinado hacia arriba, con la verga de su amigo enterrada casi hasta la mitad. Ricardo tampoco puede aguantar más. El placer que le produce penetrar el culo de Esteban es demasiado intenso como para intentar luchar contra él. Saca la verga como puede del culo de su amigo, mientras éste se corre, y, lanzando a su vez estentóreos gemidos de placer, eyacula también, sobre las nalgas y la espalda de Esteban.

-Oh, Esteban, yo también me corro…ooh…ahh…ahhh…-

Esteban, al sentir como los chorros de semen se estrellan contra su culo, se da la vuelta y se queda boca arriba, con la polla tiesa y borboteante, eyaculando todavía. Ricardo lanza un par más de chorros de semen, que van a estrellarse directamente sobre la cara de Esteban. Luego, se derrumba junto a su amigo y ambos quedan en el suelo, boca arriba, con las pollas tiesas, mojadas y goteantes.

Durante varios minutos, no se dicen nada, y ni siquiera se mueven del sitio, limitándose recuperar el aliento, pues aún están jadeantes debido al acto sexual. Luego, es Esteban el que se levanta primero, pero lo hace para acostarse en la cama de su amigo. Ricardo, tras mirarle a los ojos, se levanta también, aunque se dirige a la ventana. Allí , en pie, de espaldas a Esteban, deja que pasen los minutos. Ambos lo hacen. Las pollas de los dos hombres desnudos se retraen, todavía mojadas, aunque el rescoldo del deseo es demasiado fuerte para ceder el campo de batalla. ¿Cuánto tiempo pasa? Ninguno lo sabe. Solo saben que, en un momento dado, los penes comienzan a reaccionar. Mirando la desnudez de Ricardo, sintiendo el fresco aire sobre la polla, Esteban nota que se está poniendo cachondo de nuevo y que la erección empieza. Ricardo también nota algo parecido. A pesar de mirar al horizonte a través de la ventana, su mente lo devuelve una y otra vez a los recientes acontecimientos y, vencido por la fuerza sexual que derraman, deja que la excitación lo envuelva. Sin poder evitarlo, sin desear evitarlo, la polla de Ricardo inicia la erección. Justo en ese instante mira a su amigo: Esteban le devuelve la mirada, tumbado sobre la cama, desnudo, con la polla ya casi tiesa. Ricardo avanza , se acuesta en la cama junto a Esteban, y, con una mano, empieza a hacerle suaves caricias en la polla. Los suaves quejidos de placer con que su amigo recibe las caricias lo convencen de que está en el buen camino y continúa, durante bastantes minutos, acariciándole la verga, hasta que ésta alcanza un magnífico tamaño. Durante todo este tiempo, Ricardo ha sido consciente de que su propia polla está también aumentando de tamaño y poniéndose más y más gorda y dura, de tal modo que, ahora, los dos tienen, nuevamente, las pollas en plena y espléndida erección. Ricardo, pues, deja de manosear el pene de su amigo y se arrastra hacia abajo. Mira a los ojos a Esteban, abre la boca y engulle aquella polla que está frente a él, a escasos milímetros.

-Aah…ahh…hhh…- gime Esteban. Ricardo se ha metido la polla de Esteban en la boca y la está chupando con inaudito vigor. Se la pasa de un lado a otro de la boca, la llena de saliva, la lame por todas partes, la succiona sin cesar. La dureza y grosor de aquella polla ponen caliente a Ricardo. Pronto se hace evidente que Esteban no tardará en correrse. Pero Ricardo sigue chupando y chupando. Y al fin, ocurre lo que tiene que ocurrir:

-Aahh…me corro…me corro…- exclama Esteban, jadeante. En efecto, se corre dentro de la boca de su amigo y éste no tiene más remedio que tragar bastante semen. Luego, la polla, saltarina y temblorosa, sale de su encierro y se derrama sobre la cara de Ricardo. Así, varios chorros de semen caliente aterrizan directamente sobre las mejillas , la frente, los ojos , la nariz y la barbilla, además de la boca, de Ricardo.

Los gemidos se van atenuando y Esteban, poco a poco, recupera la calma. Su polla, gorda aún, se va deshinchando, mojada y brillante. Ricardo, sin embargo, tiene la verga dura y tiesa, semejando un enorme y poderoso mástil en erección. Durante varios minutos, permanece junto a su amigo, mirándolo de reojo. Luego, simplemente, se levanta y se va. Esteban permanece en la cama, desnudo y pensativo. Sabe que su amigo le está dando tiempo para recuperarse.

Poco después, en la terraza soleada, los amigos se encuentran de nuevo. Ricardo, de espaldas, desnudo y con la polla tiesa, espera acontecimientos, anhelante. Esteban, que acaba de levantarse, se acerca por detrás. También tiene la verga nuevamente endurecida; es más, el continuo vaivén de la polla, producido conforme camina, lo va excitando cada vez mas. Si a eso se añade la visión de su amigo Ricardo, desnudo y de espaldas, y la morbosa sensación de traspasar los muros prohibidos, tenemos una evidente excitación en aumento. Cuando llega hasta donde se encuentra Ricardo, Esteban ya está con la verga tiesa. Tiesa y extrañamente brillante. Y es que Esteban, previsor, se ha untado bien con crema bronceadora toda la polla, para minimizar posibles problemas

-Hola- dice Ricardo, al sentir en sus nalgas el roce de la verga de Esteban.- Sabía que vendrías.

Esteban no contesta. Se limita a continuar presionando con su miembro endurecido las nalgas de Ricardo. Éste, entonces, se apoya en el muro de la terraza con ambos codos y arquea la espalda, levantando el trasero y abriéndose de piernas. Esteban no se hace de rogar. Con su lubricada polla, penetra a su amigo por el culo, metiéndosela despacio, atravesando con lentitud el portal del oscuro agujero del ano.

-Aaahhhh- gime Ricardo, penetrado hasta lo más hondo. Esteban atraviesa pronto el agujero anal y su gorda, dura y fibrosa polla se encuentra enseguida poseyendo en toda su plenitud el culo de su mejor amigo. – Ah…sii…ahhh…sigue….ahhh

Ricardo, con obscena curiosidad, observa que su propia polla responde con fiereza a la penetración anal de que está siendo objeto, endureciéndose y poniéndose tiesa hasta límites casi inconcebibles. Esteban, con pleno dominio de sí, le da por el culo a Ricardo durante bastante tiempo, metiendo y sacando su verga del ano de su amigo una y otra vez, arrancándole calientes gemidos de placer, que combinan a las mil maravillas con los suyos propios. Al límite de sus fuerzas, Ricardo nota que va a correrse.

-Oh, Esteban, me…me…corro…ahhh…ahhh- y potentes chorros de semen salen despedidos de su polla enhiesta, cayendo sobre el piso inferior y sobre el suelo de la propia terraza. Esteban aprovecha que su amigo se está corriendo y abandona toda tentativa de resistencia. Así pues, se corre a su vez, eyaculando a imparables y espesos borbotones sobre las nalgas desnudas y la espalda de su amigo. Los dos hombres se corren a la vez, mezclando sus gemidos de placer, lanzando chorros y más chorros de semen caliente al unisono, hasta que todo termina y quedan en el suelo, derrumbados y extenuados, pero satisfechos.

Luego, silencio. La brisa de la mañana acaricia los cuerpos de los dos hombres desnudos. Las pollas, en retirada, aparecen aún gruesas y mojadas, casi tiesas todavía.

-Tenemos…tenemos que dejarlo ya, Esteban- dice Ricardo, casi susurrante.

-Si, tienes razón. Nuestras novias están a punto de regresar, supongo y no está bien que…en fin, que nos vean así, desnudos y con evidentes signos de haber…de haber

-Follado. Hemos follado, y no, no creo que sea buena idea.

Ambos se miran un instante mas. Después, se levantan y regresan a la casa, a sus habitaciones, dónde se ducharán, y se vestirán, y fingirán que nada ha ocurrido. Pero no es así, y lo saben. También saben que nada ha terminado, aún.