Buenos amigos 6

Los cuatro amigos siguen dándole fuerte al sexo, pero ahora , con más incidencia en las relaciones hombre mujer, aunque también describo algo lésbico.

Buenos amigos 6

Julia y Natalia. Natalia y Julia. Dos mujeres, de cuarenta y pocos años. Dos buenas amigas. Cada una de ellas formando pareja con un hombre de más o menos su edad. Las dos parejas compartiendo unas vacaciones en una vieja mansión.

Las vacaciones…y algo más.

Julia y Natalia han descubierto que las une algo más fuerte que una amistad, y se han entregado a una intensa, lésbica y tórrida relación sexual. Pero eso no es todo. Además, cada una de las dos amigas ha practicado sexo con el novio de la otra, en una obscena y sucia caída hacia los más bajos instintos sexuales, que ninguna ha sabido detener. Turbadas, asustadas por su calenturienta vida sexual, pero también muy excitadas, ambas mujeres sienten tener que engañar a la otra, pero también saben que no pueden detenerse.

Ahora

En medio de la madrugada, Julia y Natalia yacen desnudas sobre la gran cama de matrimonio de la habitación vacia del piso superior de la mansión. Han abandonado sus lechos durante la noche, aprovechando el sueño que abate a sus novios y se han entregado a los placeres sexuales del lesbianismo más desenfrenado. Durante más de dos horas, se han amado como lesbianas experimentadas, sin parar, sin detenerse ni un instante, sin un respiro. Las dos han tenido esa noche muchos orgasmos, pero es Julia la que, prácticamente, no ha parado de correrse, inundando con sus imparables jugos calientes la cara, las tetas y la entrepierna de Natalia. Se han chupado mutuamente, en varias y deliciosas sesiones; y también se han restregado las almejas la una a la otra, durante mucho, mucho tiempo, corriéndose sin cesar. Así, los muslos de ambas, sobre todo en sus caras internas, están cubiertos de cremosa leche, haciendo juego con las abundantes perlas que salpican los pelos que les cubren las entrepiernas calientes.

-Julia, amor- susurra Natalia, volviéndose de costado para acariciar el pelo enmarañado de su amiga- Julia, debes estar agotada…no has parado de correrte en toda la noche

La mano amorosa de Natalia se desliza por el pelo de Julia unos instantes más, antes de acariciarle la cara con suavidad. Julia, como Natalia, tiene la cara manchada con abundantes jugos femeninos, derramados por su amiga en varios orgasmos. Mientras le acaricia con amorosa suavidad la cara, Natalia no deja de admirar las grandes y hermosas tetas de Julia, coronadas por un enorme par de pezones en erección casi continua. Así, se acerca cada vez más a su amiga y ésta, con su boca de labios gruesos y lascivos se inclina a su vez hacia delante. Un instante más tarde, las bocas se juntan y los pequeños labios de Natalia, dignos exponentes de una linda boquita de muñeca, sienten la presión de los más gruesos y lujuriosos labios de Julia. El beso es largo y profundo y las tetas de Natalia, pequeñas, se funden casi en un lésbico abrazo con las rotundas y jugosas tetas de Julia. Las manos de ésta última se deslizan ahora por la espalda de Natalia, mojada de sudor, hasta alcanzar el glorioso y amplio culo de su amiga, un auténtico y precioso gran culo. Porque si bien Julia tiene ante todo unas impresionantes tetas, y una boca grande de gruesos labios sensuales, Natalia puede presumir de tener un magnífico y casi enorme culo, que empequeñece el ya de por sí pequeño culito de su amiga tetuda. A esto hay que añadir que Natalia tiene unas piernas largas y esbeltas, muy bien formadas, de largos y bellos pies culminados por unos deditos perfectos con las uñas muy cuidadas, siempre pintadas de rojo. Julia tiene, por su parte, unas piernas más toscas, más pequeñas, más gruesas, y unos pies normales, aunque bien cuidados, de uñas sin pintar.

Las bocas se separan tras el largo beso de amor, y los ojos de las dos mujeres beben en los de la amada el néctar del deseo más desenfrenado. Julia continúa acariciando el culo de Natalia.

-Natalia…nunca me había pasado…nunca me había corrido tantas y tantas veces seguidas…ha sido maravilloso, como un larguísimo e interminable orgasmo. Estar contigo me transporta a mundos de placer que ni siquiera había soñado que existiesen.

-¡Qué poética estás, Julia!- le responde Natalia, sonriente y algo sonrojada- La verdad es que yo también lo paso muy bien contigo…y también me corro muchas veces…no tantas como tú, claro, pero bastantes para hacerme comprender que sin ti no disfrutaría del sexo ni la décima parte que contigo.

Las palabras cesan y las dos mujeres se restriegan las tetas durante largos y voluptuosos minutos. A pesar de que acaban de disfrutar de varios e intensos orgasmos, las dos están aún muy calientes. Se sienten mojadas y con ganas de sexo. Natalia se desliza poco a poco hacia abajo y en el camino, encuentra tiempo para chupar las tetas de su amiga.

-Mmmmh- gime Julia, extasiada al sentir la boca de Natalia succionando uno de su pezones- Sigue, Natalia, me vuelve loca que me chupes las tetas

Natalia sigue. Primero una teta, luego otra, chupa y chupa durante varios minutos las tetas de Julia, un auténtico y hermoso par de grandes tetas.

-Y a mi me encantan tus tetas, querida- le dice Natalia, mirándola con los ojos velados por el deseo y la lujuria.- Quiero teta, quiero teta, quiero tu teta, Julia, tus tetas, ahhh…- Natalia está cachonda y se masturba mientras habla, mientras susurra, mientras, cachonda, lame y chupa las tetas de su muy tetuda amiga.

-Aahhh- jadea Julia, temblando de placer, lista ya para el orgasmo-¿Soy entonces tan solo una tetuda para ti, Natalia?¿Soy solo un buen par de tetas para ti, mi amor?

-Slurp…mmmhh…eres una tetuda, Julia, pero eres más que eso también…me encantan tus tetas, pero también adoro todo tu cuerpo…ahhh…me pones tan cachonda…hablar contigo me pone caliente…me estoy masturbando mientras hablo contigo, tetuda mía. Te adoro, te deseo. Ah, ah…tus tetas, tus teetas

Julia se abre de piernas y empieza también a masturbarse. La luz de la luna se derrama con generosidad sobre las dos mujeres desnudas, y sus cuerpos aparecen blancos y nacarados, destacándose con fuerza contra las arrugadas sábanas que cubren la cama, testigos de una intensidad sexual desmesurada. Natalia abandona las tetas de su amiga y empieza a lamerle el estómago. Un segundo más tarde, su boca está ya hundida en los enmarañados pelos que cubren la entrepierna de Julia.

-Deja de masturbarte, Julia, que ya estoy aquí, amor.- le dice, alzando hacia Julia una mirada lasciva y sucia como pocas. Julia se saca los dedos del coño, unos dedos mojados y cremosos, y deja que Natalia empiece a chuparle el sexo. Natalia saca la lengua y empieza a lamer los hinchados labios interiores de Julia…y entonces, Julia, nada más sentir el contacto de la lengua de su amiga, emite unos profundos gemidos de placer y se corre, a borbotones.

-¡Oh, Natalia, me corro!¡Me corro, me corro, me coorroooo!- y se corre, inundando una vez más la boca de su amiga con sus jugos lascivos y olorosos. El orgasmo es rápido e intenso, y Julia se queda abierta de piernas, tirada de cualquier modo sobre la cama de sábanas arrugadas, mientras Natalia alza su torso hacia lo alto y la mira a los ojos turbios.

-Julia, mi amor, estoy cachonda, chúpame, por favor, por favor.- le suplica a su amiga con los ojos sumisos, grandes y brillantes bajo la luz de la Luna.

-Claro que sí, Natalia, claro que si. He sido yo quien se ha corrido demasiado rápido, lo siento, lo siento, pero es que no puedo contenerme, es algo…no sé, animal. Al sentir tu lengua ahí abajo, no he podido reprimirme y me he corrido. Lo siento.

-No lo sientas, ha sido maravilloso, me gusta mucho sentir como te corres dentro de mi boca, pero ahora, por favor, chúpame.

Natalia sube y se sienta sobre la cara de Julia. Durante unos increíbles segundos, le restriega el sexo por toda la cara, mojándosela aún más, mientras Julia permanece quieta y sumisa. Luego

-¡Por favor, Julia, amor, chúpame, méteme la lengua hasta el fondo!Dame placer, lo necesito, necesito otro orgasmo-

Y Julia se pone a chupar. Introduce su dulce lengua mojado dentro del coño de su amiga, alcanza los hinchados labios internos de ésta y empieza a lamerlos, con suavidad. Los intensos olores sexuales emanados por las más íntimas y mojadas partes de Natalia rodean a Julia, como una nube de dulzura y de promesas sexuales sin final. Embriagada, continua lamiendo aquellos labios carnosos y gruesos, sensibles y delicados, provocando en Natalia una abrumadora respuesta en forma de fluidos y de gemidos de placer.

-¡Aahh, Julia, Julia, mi amor!¡Aahhhh!- gime Natalia, jadeando, con la lengua fuera, meneando el culo en un rítmico movimiento de vaivén, hacia adelante y hacia atrás, una y otra vez, restregándose suavemente contra la cara de Julia.-Me vuelves loca, loquita…ahhh….

Aquella blanca y obscena noche saturada de sexo, Julia ya le ha chupado y lamido el coño a Natalia varias veces, pero siempre es como si fuera la primera vez. Siempre se siente embargada por una extraña y profunda emoción, como si estuviera entrando en un lugar prohibido y secreto. Y eso la pone cachonda, muy cachonda.Tanto que, a los pocos minutos, se corre con violencia sobre la cara de su mejor amiga, llenándola con sus efluvios cremosos y olorosos.

-Ah…ah….Julia…me corro, amor, me corro, me corro, me corro…ahh- susurra Natalia, entre jadeos de placer, con los ojos cerrados y la lengua fuera, restregando su sexo contra la cara de Julia, que siente como la nariz y la boca se le llenan con la perfumada cremosidad emanada de la almeja de su amiga, en medio de un poderoso olor a sexo femenino y caliente. Después del orgasmo experimentado por Natalia, ambas mujeres recobran la posición horizontal de descanso sobre la cama deshecha. Juntas, pegadas la una a la otra, respirando de forma entrecortada, las dos miran al techo, sintiendo como las oleadas de placer que las han dominado hasta hace unos minutos las abandonan poco a poco, pero no del todo.

-Natalia- dice Julia, volviendo la cara mojada y embadurnada hacia su amiga- tenemos que regresar a las alcobas, nos pueden descubrir. No pueden vernos aquí, tiradas, desnudas, acostadas juntas, todas manchadas y sudorosas. No tendríamos explicación posible. No quiero que Esteban se entere de que me he convertido en lesbiana.

-¿Eres lesbiana?¿Somos lesbianas, Julia?- le pregunta Natalia, mirándola a los ojos, sabiendo que esa pregunta también bulle en la cabeza de Julia, porque las cosas no son nunca tan sencillas, no son nunca blancas o negras.-¿Crees que somos lesbianas, que nos hemos convertido en dos lesbianas? Porque yo al menos, todavía siento algo de excitación- y a veces bastante más- cuándo veo a Ricardo desnudo.

-Yo…yo también…me pongo cachonda al mirar a Esteban, sobre todo cuando se le pone dura. Pero tu y yo nos hemos acostado, Natalia, y no una, sino varias veces. Hemos follado. Y lo que siento contigo, lo que siento follando contigo, es mucho más poderoso que lo que siento follando con Esteban, aunque también me guste hacerlo con él.- contesta Julia, pensando, no en Esteban, sino en el novio de su amiga, en Ricardo. Recuerda como se sintió al ser follada por él, y si, admite que también le gusta hacerlo con hombres. Pero no le va a decir eso a Natalia, está claro.

-Bueno- susurra Natalia, sonriendo a su amiga- Parece que a las dos también nos gustan las pollas. ¿No es así? Así que somos….somos….- pero no encuentra la palabra, ocupada su mente con la imagen de la verga endurecida de Esteban, el novio de Julia.

-¿Putas bisexuales?- apunta Julia con una amplia sonrisa en la cara. Las dos ríen la ocurrencia, y se juntan más aún, amorosamente. Las bocas vuelven a besarse en medio de una sonrisa y las lenguas vuelven a explorarse la una a la otra. Cuándo se separan, Natalia sonríe y, besando la naricita de Julia, le dice:

-Si, eso, somos putas. Putas bisexuales. Incluso podríamos dejarlo en putas, asi, a secas. ¿No te parece? Putas, somos putas. Suena bien, suena a sinceridad.-

-No se- comenta Julia- Me parece un poco…fuerte. Eso de que somos putas…- pero su mente le juega una mala pasada y le presenta la imagen de la polla de Ricardo. Julia se recuerda a sí misma follando con el novio de su mejor amiga, de su amante lesbiana, y se siente sucia, y un poco cachonda. Si, tal vez soy una puta, se dice. O por lo menos, puede que sea un poco puta.

-Bien, anotada queda tu reticencia a considerarte una puta. Tomo nota, y creo que, por ahora, podemos convenir en que no somos putas. O al menos, no muy putas.

-¡Natalia!- ríe Julia, dándole un golpecito en el hombro-¿quieres dejarlo ya?No somos putas, y ya está.

-Bien, lo que tú digas, amor. Pero ahora tenemos que irnos y ya, se está haciendo tarde y no me gustaría que nuestros novios nos vieran a las dos juntitas, desnudas y…ya sabes.-

-Tienes razón, vámonos de aquí.

Se ponen en marcha y antes de irse, hacen la deshecha cama, con rapidez. Luego, recogen las escasas ropas que llevaban encima al entrar: unas braguitas finas y tipo tanga de color rojo y un sujetador a juego, más unas medias del mismo color para Natalia y un simple y transparente camisón corto para Julia.

-Oh, Natalia, siento haberte arrancado las medias. Ya sé que te dije que te las dejaras puestas, pero es que me excito y entonces deseo, más que nada, verte desnuda. Totalmente desnuda.- dice Julia, recogiendo del suelo las arrugadas medias de su amiga y entregándoselas.

-Nada, no te preocupes. A mi también me encanta verte desnuda. ¿Sabes? Siempre es como si fuera la primera vez, como si nunca antes te hubiera visto desnuda. Me excitas, me apasionas. Lo sabes.- contesta Natalia, sentándose en el borde de la cama, cruzando las largas y esbeltas piernas y poniéndose las medias. Julia no le quita ojo de encima, excitándose con cada movimiento de aquellas hermosas piernas tan deseadas. Natalia lo sabe, y demora todo lo que puede la operación, mirando por el rabillo del ojo a Julia, que se nota muy excitada. Al fin termina y se pone el sujetador y luego, muy despacio, las finas y mínimas braguitas, que le dejan todo el culo al aire. Julia admira una vez más el hermoso culo de su amiga y luego, despacio también, se pone el camisón, una prenda transparente y negra, muy corta, que la deja con casi todo al aire, a la vista de cualquiera. Ahora es Natalia la que se relame al mirarle las tetas a Julia, deliciosas y apetecibles aún a través de la suave tela del camisón.

-Tenemos que irnos ya, Natalia- susurra Julia, acercándose a su amiga. Natalia asiente y ambas mujeres, casi desnudas, se ponen en marcha. Natalia va delante, meneando con pícara soltura su lindo culito, sabiendo que Julia, detrás de ella , no se pierde ni uno solo de sus movimientos. Así, bajan las escaleras y durante el trayecto, Julia se pone cachonda viendo como las nalgas de su amiga tiemblan apreciablemente con cada saltito. Al llegar abajo, al pasillo, las dos amigas se despiden con un beso de amor, lamiéndose las lenguas con pasión y jadeos audibles. Luego, cada una se dirige a su alcoba, bastante separadas entre sí la una de la otra, no sin antes dedicarse unas palabras en susurros:

-Buenas noches, mi amor- dice Natalia, cogiendo de la mano a Julia.

-Buenas noches, Natalia, amor- le contesta Julia, sin decidirse a separar su mano de la mano suave de su amiga.

-Julia…- susurra de nuevo Natalia.

-¿Si, Natalia?-

-Me gustaría mucho follar contigo otra vez, mañana, a ser posible. ¿Podremos vernos a solas, amor?-

-Ya es mañana, Natalia, y si, creo que sí, encontraremos la manera de vernos a solas. Yo también necesito follar contigo. Ahora, debemos irnos, ya es muy tarde, casi amanece.

Natalia asiente con una triste sonrisa y las dos mujeres separan sus manos con desgana evidente. Al poco, cada una ha desaparecido en las tinieblas que envuelven el interior de la mansión, tragadas por sus respectivas habitaciones, donde sus novios, ajenos a todo, dormitan sin pausa.

Algunas horas más tarde, en la habitación de Julia y Esteban.

Julia se despierta, con la sensación de no haber dormido nada. Retira la sábana blanca que la cubre y deja a la vista su entera desnudez, con sus grandes tetas de gruesos pezones apuntando al techo de la alcoba. Esteban respira pesadamente a su lado, desnudo también. El Sol acaricia suavemente el cuerpo de Julia, entrando con fuerza a través de las persianas bajadas. Julia sabe que es tarde y que ya no va a dormir más, así que se levanta, despacio, para no despertar a Esteban. Necesita una buena ducha, asi que , con suavidad, abre un cajón y recoge unas bragas limpias . Por un momento piensa en coger también un sujetador y un traje casero, pero al final decide que ya se vestirá más tarde en la alcoba, con tranquilidad. Ahora, lo importante es ducharse. El silencio en la casa es abrumador y el baño que les corresponde está cerca. Natalia y Ricardo no tienen por qué venir a este lado de la casa, así que Julia, con total confianza, sale desnuda al pasillo, con sus bragas limpias en una mano.

Una vez en el pasillo, Julia, ya a punto de entrar en el baño, oye unos ruidos extraños en el piso superior. ¿Serán sus amigos? No puede ser, se dice a si misma, no está en su zona de la casa. La parte superior, que ella sepa, solo la han usado ella y Natalia para sus lésbicos encuentros. Nadie más. ¿Y si son intrusos? Nerviosa y curiosa, Julia recorre el pasillo en dirección contraria y empieza a subir las escaleras que tanto conoce. Al llegar arriba, nota que los ruiditos vienen del baño de esa parte de la casa, que nunca había usado. La puerta está abierta, como si alguien estuviese dentro. Con sumo cuidado se asoma y

-¡Oh!- exclama, sorprendida. Frente a ella, totalmente desnudo, sosteniéndose la polla- de buen tamaño y endurecida- está Ricardo, masturbándose sobre el lavamanos.- Ri…Ricardo…que…que

-Julia- susurra Ricardo. Y antes de que la mujer tenga tiempo de reaccionar, el hombre se abalanza sobre ella, la empuja hacia dentro y la mete en el baño, cerrando suavemente la puerta detrás de ella.

-Suéltame…¡Suéltame, Ricardo!- le dice Julia, al sentir como Ricardo la agarra por el brazo con fuerza y la empuja hacia adentro. Ricardo no se detiene sino cuando la puerta está ya cerrada.

-Sshh…calla, Julia, no tan alto, nos van a oír.-

-Dé…déjame salir, Ricardo.-

-No, Julia. Como ves, estaba masturbándome, pero ahora ya no hace falta. Ahora estás tú aquí, y puedes terminar lo que yo he empezado. Ah, Julia, Julia….estás desnuda…y esas tetas tuyas me ponen a cien…y ese culito, tan rico, tan prieto. Ah, vamos, no pongas esa cara, a ti también te gusta follar conmigo.

Abrumada por la sorpresa, Julia no reacciona, con la vista puesta en la polla de Ricardo, dura, mojada y palpitante. Siente, sabe, que debe de hacer algo, salir de allí. Pero no puede. Está fascinada por la situación, y, por supuesto, por la polla tiesa y dura del novio de su mejor amiga y amante. Ricardo coge con suavidad las bragas que Julia llevaba en la mano y las pone en un estante cercano. Julia lo mira a los ojos y en ellos la desnuda cuarentona ve una lujuria y un deseo desbordantes. Luego mira hacia abajo, hacia la verga enhiesta, dura y temblorosa, mojada ya. Los ojos de Julia vuelven a encontrarse con los de Ricardo. El momento parece detenerse en el tiempo. La luz de la fresca y soleada mañana invade el baño, amplio, polvoriento por el escaso o nulo uso e ilumina el cuerpo desnudo de Ricardo, dándole una tonalidad broncínea.

-Vamos- dice Ricardo, poniendo ambas manos sobre los hombros desnudos de la desnuda Julia y presionando hacia abajo. Julia nota como la excitación, ese fantasma terrible e insaciable que no la deja en paz, empieza a palpitar y a extenderse por todo su cuerpo. Y sabe que va a rendirse. Mira de nuevo a los ojos a Ricardo, se pone en tensión e intenta aparentar firmeza de carácter. Pero es inútil. Ricardo presiona hacia abajo, intentando que Julia se arrodille.

-Julia, no puedes resistirte a mis encantos, lo sabes. Además, también sabes que te descubrí el otro día, desnuda, masturbándote, gritando casi el nombre de mi novia. Querías acostarte con ella. Y no quieres que se lo diga a Esteban. No quieres que Esteban sepa que tiene una novia lesbiana. O bisexual, según parece.- mientras habla, Ricardo, por un momento, deja que la duda penetre en su cerebro.¿Y si , después de todo, Julia lo ha conseguido y se ha acostado con Natalia?¿Serán las dos lesbianas? Pero aparta la sugerencia con un manotazo mental y vuelve a lo que estaba, insuflando más presión a sus manos.

Julia lleva a cabo un ligero e inútil amago de resistencia y luego cede, se deja empujar, y se arrodilla ante Ricardo.

-Cerdo.- le dice, mirándolo con fijeza a los ojos-¿Vas a violarme?

Ricardo mira a placer a aquella mujer, menuda, de grandes y bamboleantes tetas, que lo mira con rabia, desnuda y vencida, a sus pies. Y la polla se le endurece aún más. Sobre todo porque aquella mujer es la novia de su mejor amigo y eso, eso lo pone muy cachondo.

-¿Violarte? Nada de eso. Si quieres, puedes irte. Yo le hablaré a Esteban de tus masturbaciones mañaneras, susurrando el nombre de mi novia. ¿Crees que mi amigo Esteban seguiría siendo el novio de una mujer que lo engaña pensando en otra mujer?¿En la novia de su mejor amigo?-

Julia baja la cabeza, negando. Luego la alza de nuevo.

-Está bien- susurra.- ¿Qué quieres que haga?

-Quiero que me la chupes. Sabes chupar muy bien, eres una buena chupapollas. Así que…chúpamela, chupapollas.-

-Eres un desgraciado…- le dice Julia, sabiendo que va a obedecer. Aunque no se lo pondrá fácil. No dejará que crea que es una puta facilona. Primero , cierra los ojos y aparta la cabeza a un lado, negándose a meterse en la boca la polla dura y olorosa de Ricardo.

-Venga, chupapollas, hazlo ya. Si también te gusta mucho, no puedes negarlo.

-No…no quiero…no quiero chupártela, Ricardo. Por favor.-le suplica ahora, con los ojos llorosos.

Ricardo la agarra por la cabeza, por los pelos enmarañados,y la empuja hacia adelante, pero con suavidad, sin tirarle de los pelos.

-Vamos, Julia, hazme una mamada. Sabes que tienes que hacerlo, sabes que vas a hacerlo. Vamos, chúpame la polla.

Julia asiente en silencio. Abre la boca despacio, saca un poco la lengua, y engulle de un bocado gran parte de la polla de Ricardo. Cuándo la siente bien adentro, cuando palpa con la lengua y con las paredes internas de su boca la dureza, el grosor y el calor de aquella verga endurecida, Julia nota como un ardor imparable asciende desde su entrepierna, bloqueándole casi por completo la mente. Lo único que quiere ahora es chupar aquella polla, pero aun hay un resquicio de vergüenza en su cerebro, que le dice que debe hacerse rogar, que debe resistir, para no parecer una auténtica puta.

-Mmmmmh- gime Julia, chupando. Alza los ojos hacia Ricardo, se saca la polla de la boca y le dice:- Por favor, Ricardo, déjame ir. No puedes hacer esto, no me obligues a chupártela otra vez. Otra vez no. Por favor.

Julia se queda esperando, mirando a Ricardo desde abajo, con la boca media abierta, y la polla de su amigo a un milímetro de su lengua.

-Chúpamela, Julia, anda, déjate de remilgos y sigue chupando, que es lo tuyo.- le contesta Ricardo, acompañando sus palabras con una ligera presión sobre la cabeza de Julia, realizada con ambas manos.- Eres una chupapollas, lo sabes.

Julia lo mira a los ojos unos instantes. Luego, baja la mirada y, sumisa, abre la boca y vuelve a engullir la verga de Ricardo. En el silencio de la mañana, sólo se escucha en aquel lugar el trino de los pájaros, los suaves gemidos de placer de Ricardo, y el pastoso sonido que hace Julia al chupar. Un sonido en el que sea adivinan la lengua y la abundante saliva, los lametones y el pasar la polla de un lado a otro de la boca. Un ruido de chupeteo incesante. Un ruido que humilla y a la vez, excita terriblemente a Julia, desnuda por completo, arrodillada y sometida. Poco a poco, Julia se va olvidando de su intento de no parecer una puta cachonda y empieza a chupar cada vez con mayor intensidad. Concentrada en su labor, succiona y chupa con fuerza, con los ojos cerrados y agarrando la verga endurecida con una mano.

-¡Mmmmmh!¡Mmmmmmh!- se escucha gemir a Julia, chupando y chupando sin parar.

Ricardo introduce una de sus manos en el abigarrado pelo de Julia y lo mesa a placer, empujando la cabeza de su amiga hacia adelante. Julia abre los ojos, mira hacia arriba y vuelve a cerrarlos, concentrándose en la mamada.

Ricardo siente un placer maravilloso. La lengua de Julia se enrosca en su glande y se lo lame con la punta, muy despacio, produciéndole una excitación casi imparable.

-Oh, si, sigue chupando, sigue chupando…PUTA…ahhh…ahhh…..-

La ha llamado PUTA. Julia lo oye, naturalmente. Abre los ojos y, sin dejar ni un momento de lamer y de chupar, le dirige una mirada reprobatoria. Pero Ricardo no se entera, no se da cuenta de la mirada. Solo sabe que aquella mujer desnuda, aquella cuarentona de grandes y colgantes tetas, lo está poniendo realmente cachondo. Si, es cierto, es Julia, su amiga, y lo que es más, la novia de su mejor amigo. Pero ahora no puede pensar. Ahora, su polla ha tomado el control.

-Aahh…ah…si…mmmh…sigue….ahh- gime Ricardo, extasiado, tembloroso y cachondo, sabiendo que poco más podrá resistir sin correrse. Julia también lo sabe. Sabe que Ricardo se le va a correr dentro de la boca, lo cual, teniendo en cuenta que ella es solo su amiga , y la novia de su mejor amigo, es algo humillante. Pero no le importa. Sigue chupando, excitada, mojada, con los labios interiores del sexo hinchados y palpitantes. Se pasa la polla de un lado a otro de la boca, la llena de saliva, la palpa, la lame a fondo. Estruja entre el paladar y la lengua el glande hinchado y glorioso de Ricardo. Lo estruja con fuerza. Y Ricardo se corre. Su potente, su gruesa polla, su tiesa polla, su, sobre todo, dura, más que dura polla, no resiste más las caricias bucales de Julia y eyacula con fuerza.

-Aaaahh…ahhh…me corro…me corro….ahhh- jadea Ricardo, temblando, lanzando con furia un poderoso chorro de semen dentro de la boca de Julia. La cuarentona , que ya lo esperaba, se traga la esperma caliente con rapidez, no sin antes saborearla unos instantes. Ricardo saca la polla de la boca de Julia, se la coge por la parte baja y dirige sus chorros directamente sobre la cara de su amiga. El placer es muy intenso, y lo hace jadear, y gemir.

-AAAhhhh…ahhh…PUTA…- jadea Ricardo, lanzando su semen sobre Julia. Ésta, sin embargo, abre la boca y saca la lengua, una lengua llena de semen, y recibe más esperma, directamente en la boca. Julia cierra la boca y se traga la nueva remesa de semen, saboreándolo con gusto nuevamente. Luego, acto seguido, vuelve a abrir la boca, esperando un nuevo chorro de delicioso semen caliente.

-Oohhh- gime Ricardo, sacudiendo su verga a un lado y a otro. Un par de chorros más van a dar justo en la cara de Julia, más concretamente sobre las mejillas y la frente de la mujer. El semen resbala hacia abajo y Julia lo recibe, agradecida , dentro de la boca, tragándoselo, glotona y graciosa.

-AAAHHH…PUUTAA…- gime por último Ricardo, lanzando sus dos restantes chorros justo sobre las grandes tetas de Julia.

Todo ha terminado. Ricardo sacude las últimas gotas de semen sobre la lengua de la golosa Julia, que las recibe contenta, tragándoselas de inmediato. Luego, el hombre se retira y se sienta sobre el borde de la bañera, con la verga todavía tiesa, pero ya con fuerzas disminuyentes.

-Te gusta chupar, eso está claro , Julia. Eres una chupapollas. Una puta chupapollas.-

Julia se pone a cuatro patas delante de su amigo. Lo mira desde abajo, con los ojos tránsidos de deseo, la cara chorreando semen, las tetas llenas de esperma caliente

-No soy ninguna …PUTA….ni tampoco soy una…chupapollas…tú me has obligado…me has obligado- susurra Julia, avanzando a cuatro patas, arrastrándose delante de Ricardo, mirándolo con ojos turbios y ansiosos.

-Ven aquí- le dice Ricardo, cogiéndola por el pelo – chúpame otra vez, Julia. Es lo que mejor sabes hacer. Pónmela dura, por favor.

-No. No, otra vez no.- dice Julia, mintiendo con los labios, mientras con los ojos lascivos y brillantes de lujuria dice que si.

-Toma- dice Ricardo, agarrándose la verga, todavía gruesa, y metiéndosela a Julia por la boca- ponte a chupar. Quiero que me la pongas dura de nuevo, porque quiero follarte, Julia.

-Mmmpff- gime Julia, con la polla de Ricardo en la boca. Alzando una de sus manos, se saca la verga de la boca y susurra, suplicante:

-Por favor, no me violes otra vez, Ricardo. Por favor.-

-¿Violarte? Puedes irte cuando quieras. Pero no quieres, te gusta esto. Sabes que puedes irte, y que puede que, entonces, yo cumpla mi amenaza y les diga a todos que eres una lesbiana, o una bisexual, que estás loca por mi novia, que te sorprendí masturbándote desnuda susurrando su nombre. Puedes arriesgarte.

Julia lo mira con los ojos llorosos y calientes. Sin saber casi lo que hace, la cuarentona se lleva a la boca la polla de su amigo y le da unos lametones.

-O puedes- continúa Ricardo- puedes hacer esto: humillarte, perder toda tu dignidad, arrastrarte ante mí, chuparme la polla y luego, dejar que te folle. Y creo que eso es exactamente lo que harás. Te gusta follar. Te gusta chupar pollas. Y conmigo, aquí, tienes la excusa perfecta.

-Te odio- susurra Julia, antes de meterse la polla de Ricardo en la boca. Luego, por un largo rato, en el baño solo se escucha el dulce sonido que emite Julia al chupar.

Lentamente, nos alejamos de la escena. Dejamos atrás a Ricardo, gimiendo desnudo, agarrando con ambas manos la cabeza de Julia por el pelo, y a ésta, desnuda, a cuatro patas, chupándole la verga a su amigo. Los dejamos atrás y retrocedemos un poco en el tiempo.

Ahora, vemos como Esteban se levanta y se encuentra solo en la alcoba. No sabe en dónde puede estar Julia, así que sale, muy escasamente vestido- solo con un corto pantalón y nada debajo- en su busca. Por suerte para Ricardo y para Julia, que están arriba, en el baño , desnudos y muy ocupados, a Esteban no se le ocurre subir. Antes al contrario, decide bajar, y en una amplia balconada, descubre a Natalia.

La novia de su mejor amigo está de espaldas a él, mirando el paisaje de la mañana, vestida tal y como lo estaba la noche anterior, cuándo , en la madrugada, se encontró con Julia. Así ,pues, tan solo lleva encima unas braguitas finas y mínimas de encaje rojo y un sujetador pequeño del mismo color y textura. Las braguitas son tan finas, tan pequeñas, que en su parte trasera consisten tan solo en una delicada tirita de tela que se abisma y se pierde entre las grandes nalgas desnudas. Esteban contempla, embobado, aquel hermoso y potente culo y piensa, sin poder evitarlo: "Tiene el culo al aire. Tiene el culo al aire, esas bragas la dejan con el culo al aire. Y sale de la habitación en bragas y sujetador, y con esas bragas, y qué bragas. Está enseñando el culo. No tiene vergüenza. Qué puta es. Pero está tan buena, tiene un culo tan grande, tan apetecible. Me comería ese culo ahora mismo, a mordiscos, a lametones. Que puta es. Es más puta…"

Esteban nota que se está poniendo cachondo. La polla se le pone dura por momentos y se le nota, formándose un bulto en su pantalón corto, bastante delator. Aún asi, continúa mirando y admirando el culo de Natalia. Es el culo de una cuarentona, un culo dónde ya se notan los años; la firmeza ha desaparecido, y las nalgas están colgantes, caídas hacia abajo. Pero sigue siendo un gran culo. Y Esteban reconoce que se siente subyugado por ese culo.

-"Soy un cerdo- se dice a sí mismo- estoy loco por ese culo y por esas piernas. Julia también tiene culo y piernas, pero no son lo mismo. Cierto que las tetas de mi Julia son increíbles, pero también necesito un buen culo y Natalia tiene uno magnífico. Y además, resulta que Natalia es bastante puta."

Casi sin sentir, avanza hasta donde se encuentra su amiga Natalia, hasta ponerse junto a ella.

-Hola, Esteban- le dice la mujer, mirándolo a los ojos. Pronto, sin embargo, la mirada femenina baja un tanto y Natalia sonríe. Esteban casi tiene la polla al aire, pues el pantalón corto que lleva no alcanza a cubrir del todo la formidable erección que está disfrutando.- Parece que te alegras de verme.

-¿Qué? Oh, si, oh, que vergüenza, Natalia, casi la tengo toda afuera…perdóname…yo…yo…- Esteban se pone colorado y trata de introducirse más adentro la verga, para que no se le note tanto la erección. Natalia le ase de la mano y se lo impide.

-No te preocupes. Ya te la he visto, y , además, creo que he hecho algo más que vértela.

Estaban sonríe y deja la verga tranquila. Admira durante unos instantes la belleza de Natalia, sus ojos grandes y angelicales, sus mejillas, sus labios finos, su nariz pequeña…A pesar de que no está maquillada, a pesar de que se le ven las arrugas en torno a los ojos, en torno a los labios, y rodeando su cuello, a pesar de todo, Esteban la encuentra guapa y apetecible. La vista del hombre se desliza hacia abajo, hacia las pequeñas tetitas de Natalia, apenas cubiertas por el sujetador transparente rojo. Y luego, la mirada sigue aún más abajo, disfrutando del espectáculo del estómago desnudo de la mujer, de su ombligo delicioso y, todavía mas abajo, justo en la entrepierna, unos pelos rebeldes asoman por encima de las finas y delicadas braguitas rojas de encaje.

-Natalia- gime el hombre, atrayendo hacia sí a la mujer. Natalia no opone resistencia y Esteban la abraza. Excitado, el hombre hunde sus manos en las nalgas desnudas de Natalia,blanditas y fofas, y, agarrando las bragas por encima, tira hacia abajo.

-Oh, no, Esteban, no, mira, eso no…no me quites las bragas, por favor…- le suplica Natalia. Pero ya es inútil. Esteban sigue tirando de las braguitas rojas y las empuja con fuerza hacia abajo, hasta dejarlas arrolladas en el suelo, en torno a los pies de su deseada Natalita.

-No…- susurra Natalia, asustada porque están a la vista, porque en cualquier momento los pueden ver. Pero Esteban está lanzado. Excitado, tiene la polla tan dura ya que se le sale fuera del pantalón.- Oh, Esteban, tienes la polla fuera. Tienes la polla al aire, vete, nos pueden ver, es imposible que

Esteban no escucha, no reacciona. Durante varios minutos, se dedica a amasar con ambas manos las desnudas nalgas de Natalia, sobándolas, acariciándolas, poseyendo con sus dedos aquel culo que tanto le gusta. Luego, desliza hacia arriba las manos y desabrocha el sujetador de la mujer.

-Oh, no, el sujetador, Esteban, no puedes hacerme esto- musita Natalia. El sujetador cae al suelo y la cuarentona se tapa las tetitas con las dos manos, en un inútil y vano intento de proteger su desnudez de las impúdicas miradas de Esteban.

-No puedo más, Natalia, voy a follarte- le dice a la asustada mejor amiga de su novia.

-No, no, no, ahora no, es demasiado peligroso, además, además, no está bien, no soy una…zorra, no soy una puta, no debemos

Natalia aprovecha el momento y sale corriendo. Esteban la persigue y ambos entran en la casa. Intentando no gritar y no hacer ruido, Natalia se dirige hacia el jardín. Esteban la persigue cada vez más cachondo, viendo ante sí el culo saltarín de Natalia, con las nalgas subiendo y bajando rítmicamente al compás de las zancadas cortas y presurosas, que le permiten ver las sucias plantas de los pies de la descalza cuarentona.

La luz del jardín los ilumina ahora. Esteban da un pequeño salto y alcanza a Natalia, empujándola con cuidado hacia detrás de unos arbustos. Aprisionada entre los brazos de su amigo, Natalia no puede hacer nada.

-Esteban, por favor, somos amigos. No me folles, por favor. Ya me follaste el otro día. Estuvo bien, me gustó. Pero no me siento muy orgullosa de haberlo hecho. Piensa en Julia, piensa en Ricardo, piensa

Pero Esteban no piensa. Obliga a Natalia a ponerse de rodillas. La cuarentona, ciertamente, y a su pesar, excitada, obedece.

-Chúpame, Natalia, chúpame la polla, por favor. Necesito correrme dentro de tu boca. Y quiero que te lo tragues todo. Hasta la última gota.

-Chu…chupártela…y tragarme todo tu semen…oh,…si, está bien, pero no deberíamos hacerlo, Esteban, piensa que

Esteban, cansado de las palabras de Natalia, la agarra por el pelo, desordenado y despeinado, y la empuja hacia adelante. La cuarentona se queda con la cara a un milímetro de distancia de la tiesa y olorosa polla de su amigo. Alza sus grandes ojos hacia lo alto y luego, resignada, abre la boca y engulle aquella grande, enhiesta , gruesa y endurecida verga.

-Mmmmmh…mmmhh…slurp, slurp, slurp…mmmh- se oye chupar a Natalia. Sabe que Esteban está tan caliente que no resistirá mucho más. Se pasa la gorda polla de un lado a otro de la boca, la llena de saliva, la presiona, la lame con la lengua mojada y, segundos más tarde:

-¡Aaah!¡Aaaahhh!¡Aaaaah!- gime Esteban, corriéndose a toda velocidad dentro de la boca de Natalia.- me corro, me corrooo…ahhh

Varias oleadas de semen salen despedidas de la polla de Esteban. Natalia aguanta con fuerza, sin dejar que la verga salte fuera de su boca. Y se traga todo el semen, hasta la última gota. Se lo traga y lo saborea, sintiéndolo bajar por la garganta, esperma caliente y cremosa que inunda su cuerpo de deseo.

Luego, se saca la temblorosa polla de Esteban de la boca. Y al verla, tan gorda y brillante, sabe que no ha acabado.

Volvamos ahora junto a la otra parejita. Volvamos junto a Julia y Ricardo. Después de chuparle la polla a su amigo, Julia, desnuda, con la cara y las tetas llenas de semen, producto de la corrida de Ricardo, es obligada por este a levantarse y a situarse en pie, de cara al lavamanos.

-Apóyate con los codos en el lavamanos…así- le ordena Ricardo, con suavidad. Julia obedece y se apoya sobre el mármol frio. Ahora está de espaldas a Ricardo, y sabe lo que vendrá a continuación.

-Ricardo, por favor, no lo hagas, no me folles, por favor. Ya te la he chupado. No me obligues a…¡Ay!

Ricardo le ha dado un fuerte tortazo en el culo a Julia, con la mano abierta. La cuarentona, humillada, vuelve hacia atrás el rostro chorreante de semen y suplica:

-Por favor, no me azotes. Estoy desnuda, te he hecho una buena mamada, por favor, ahora, no me des una nalgada, no me lo merezco…¡AAay!-

Ricardo, excitado, comprueba que tiene la polla más dura y tiesa que nunca. Así pues, levanta la mano y la descarga con violencia directamente sobre las indefensas nalgas de Julia, arrancándole un profundo quejido.

-¡¡Aaahhh!!-

Fuera de control, Ricardo apalea el culo de Julia con sus manos, una y otra vez, hasta dejárselo totalmente enrojecido. El sonido carnoso que producen sus propias manos al estrellarse con furia contra el culo de Julia, los gemidos de ésta, la visión de las blandas y fofas nalgas temblando al recibir los azotes, la cara de la azotada mujer, cubierta de semen, con los ojos medio cerrados, la lengua fuera, gimiendo y suplicando…todo ello hace que Ricardo se sienta al borde del orgasmo.

-Po…por favor, más no…más no…- suplica Julia, excitada, cachonda en realidad, sintiéndose demasiado mojada. Los golpes recibidos en el culo la han puesto increíblemente cachonda y desea sexo, sexo potente. Pero no puede decirlo abiertamente. Así pues, suplica a Ricardo que se detenga. Y éste se detiene , se agarra la verga y, sin decir nada, la introduce con fuerza en el coño de Julia, follándola sin compasión.

-Aaahhh- gime Julia, penetrada hasta lo más hondo. Ricardo maneja con furia su verga y empieza un enloquecedor movimiento de bombeo, hundiendo una y otra vez su potente miembro viril en el sexo mojado de Julia. La humillada cuarentona tiene los labios internos de la vagina hinchados y sensibles, demasiado sensibles. Así pues, la penetración de Ricardo produce en ella un efecto devastador, sintiéndose tan cachonda, que poco puede hacer para evitar correrse.

-No, por favor, Ricardo, no me folles, no me folles, déjame ir…déjame…ahhhh…ahhhh…no. me folles más…ahhhh- le suplica, sin verdadero convencimiento. La dureza de la verga de Ricardo, su grosor, la rapidez con que la penetra, todo ello conspira para poner a Julia en una situación imposible. No quiere correrse, no quiere admitir que está cachonda. Pero no puede evitarlo. Está ya totalmente mojada. Sus cremosos jugos se derraman ya hacia afuera, mojando la polla de Ricardo, y sus propios muslos. Desesperada, mira hacia atrás y suplica a su amigo que pare. Ricardo, excitado, cachondo, no piensa parar. Ante él está Julia, totalmente desnuda, de espaldas, con aquel delicioso culito tan apetecible, con aquellas tetas que se bambolean a un lado y a otro y son visibles a pesar de la posición adoptada. Y el placer que está sintiendo es demasiado maravilloso para detenerse. No puede, sencillamente. Así pues, tira del pelo de Julia y, a la vez, impulsa con más fuerza su polla dentro del sexo de la mujer:

-¡¡Aaaah!!- jadea Julia, ya sin poder controlarse-¡me corro!¡ooooh!¡me corro, me corro, me corro!-

Y se corre, avergonzada, cachonda, excitada, mojando en abundancia la verga de Ricardo. Los torrentes cremosos derramados por Julia se deslizan hacia abajo, formando una catarata entre sus muslos. Ricardo, que aún tiene cogida por el pelo a Julia, saca su verga del coño de su amiga y la sitúa justo frente al agujero anal de ésta.

-Aahhh…ahh…no…por favor…no lo hagas, Ricardo, no…- suplica Julia, susurrando, mirando hacia atrás, con los ojos casi cerrados, la boca abierta y babeante. Ricardo empuja la cabeza de Julia hacia adelante, hasta aplastar la cara de su amiga contra el cristal del espejo que se halla sobre el lavamanos.

-¡Aammpgg!- gime Julia, con las mejillas aplastadas contra el espejo. Ricardo le da un fuerte tirón de pelos:- ¡Aayy, mi pelo!-

Y luego, a base de fuertes manotazos, Ricardo separa aún más los muslos de Julia, obligándola a adoptar una postura aún más obscena, aún más vergonzante. La mujer se queda tan abierta de piernas que parece que se va a partir en dos. De este modo, el agujero del culo de Julia queda totalmente a la vista y al alcance de Ricardo, que no tarda ni un instante en introducir su verga, dura y tiesa, a través del ano de la mejor amiga de su novia.

-Oh…Ooooh…por favor…por el culo no…¡aaahh!...¡Por el culo nooo!- grita casi Julia, apretando los dientes, mientras Ricardo, impertérrito, le da por el culo. Julia siente como la gruesa y dura salchicha de su amigo la penetra por detrás, perforándole el culo a gran velocidad, con fuerza salvaje, sin detenerse un instante siquiera. Siente aquel gran trozo de carne dura, caliente, vibrante y viva dentro de su culo, y comprende que no va a poder resistirse a otro orgasmo.

Ricardo

El hombre, desnudo, caliente, de buen cuerpo, está tan excitado que apenas puede pensar. Vagamente, intuye que no está bien forzar la situación como lo está haciendo para aprovecharse de las dudas, los miedos y, también, la cachondez de Julia y follarse a la novia de su mejor amigo, pero no puede parar. Simplemente, es imposible. Su verga, de buen tamaño, está dura, muy dura, y ha alcanzado su mayor longitud y grosor. El oscuro agujero anal de Julia fue demasiado apetecible para descartarlo, así que no lo dudó: introdujo su polla a través del elástico agujerito y, tras forzar las escasas defensas, penetró en el interior del culo de la gimiente y rendida mujer. Ahora, en medio de los gemidos de placer de Julia y los suyos propios, está disfrutando como nunca. Su polla se hunde hasta el fondo en el culo de Julia, se mantiene allí un instante y luego inicia la retirada, para luego, casi sin parar, volver a meterse hasta lo más hondo. El placer que eso le produce es inenarrable. Se aferra con ambas manos a las nalgas de Julia, para al poco descartarlas y buscar con sus dedos ansiosos las grandes tetas de la mujer. Acaricia con deleite todo el cuerpo de la desnuda Julia: su espalda, sus hombros, sus muslos, sus tetas, sus nalgas…Y todo lo hace mientras le da por el culo. Con fuerza, con potencia, arrancando gemidos de placer a la mujer.

Se acerca el orgasmo y Ricardo lo sabe. Tiene la polla mojada con los jugos derramados por Julia. Porque de modo excitante y vergonzoso, Julia se ha corrido y ahora está también a punto de volver a correrse. El hombre sabe que la mujer está muy cachonda. No tardará en correrse de nuevo.

Y asi ocurre.

-Oh…me corro…me cooorroo…no puede ser…no puede ser, otra vez no… ah, ah, ahhhh- la voz de Julia se oye, pastosa, susurrante, lasciva. La desnuda mujer, con la polla de Ricardo en el culo, se corre por segunda vez. Julia, sodomizada, siente como sus propios jugos se derraman de forma inexorable, manchando sus muslos. Vuelve su rostro hacia Ricardo y

Ricardo mira a Julia, que ha vuelto la cara hacia él. La novia de su mejor amigo tiene los ojos casi cerrados, y la lengua fuera, con la boca abierta. Abundante saliva desciende desde sus rojos labios, formando pequeños torrentes interrumpidos que se le quedan colgando de la barbilla. El semen todavía le corre por las mejillas. La visión es tan obscena, que Ricardo no puede más.

-¡Ah, me corro!- exclama el hombre, lanzando un potente chorro de semen dentro del culo de Julia- Aaah…PUTA

La polla de Ricardo sale fuera del culo de Julia y continúa derramando su leche caliente. El semen cae sobre las nalgas de Julia, sobre la espalda, sobre los hombros, sobre el pelo de la jadeante mujer.

-Oh, si, puta, puta, puta.-

La voz de Ricardo se pierde en susurros inaudibles. El hombre, satisfecho y extenuado, se retira hacia atrás y se sienta en la bañera. Julia, libre al fin, se derrumba, llena de semen. Arrastrándose por el suelo, a cuatro patas, llega hasta donde se encuentra Ricardo y toma la polla del hombre entre los labios. Sin que nadie se lo pida, Julia le lame la verga a Ricardo, limpiándosela con la lengua, a fondo, sin dejar de mirarlo desde abajo, como una puta sumisa.

La luz del ascendente día ilumina el cuarto de baño, dónde Ricardo, desnudo, deja que la también desnuda Julia le limpie la polla con la lengua. Ambos saben que, por ahora, todo ha terminado y que deben levantarse, vestirse, salir de allí…pero no todavía. Todavía pueden prolongar el placer unos segundos robados a la eternidad.

De nuevo, nuestra visión se enfoca en la otra pareja de adúlteros, Natalia y Esteban.

Bajo el cielo brillante y límpido de verano, Esteban, desnudo, en pie, se sostiene la verga con una mano, mientras Natalia, desnuda, a cuatro patas, se la lame despacio, sin dejar de mirarlo. Esteban acaba de correrse dentro de la boca de Natalia y ésta se lo ha tragado todo, o casi, puesto que algunos restos de semen le cuelgan de las comisuras de los labios. A pesar del reciente orgasmo, la polla de Esteban está cada vez más y más dura, y Natalia sabe que se avecina una ración de sexo prohibido y caliente con el novio de su mejor amiga y también amante lesbiana, Julia.

Natalia, blanca, desnuda, de largas y bien formadas piernas, con un gran culo y pequeñas tetas, se retuerce, incómoda, en el suelo. Deja de lamer la verga de su amigo y, mirándolo, le dice:

-Vamos, Esteban, ya te la he chupado, así que…- lo dice,pero sabe que no logrará nada con ello.

-Natalia, se me está poniendo dura otra vez, otra vez siento el placer en todo mi cuerpo…necesito …necesito…darte por el culo, por favor.

-Oh, no, Esteban, por el culo no. Mi culo no, por favor, es demasiado.

-Date la vuelta, voy a metértela por ese precioso culo tuyo, Natalia.

-No, espera, eso es…algo…muy vergonzoso, es muy sucio , es…obsceno y yo no…- pero ya Natalia se da la vuelta, siempre permaneciendo a cuatro patas, como una perra, delante de Esteban. – ya se que lo hicimos el otro día, pero ahora, otra vez, me parece…no se…demasiado….yo no soy…así de fácil, y…y

Y no puede decir nada más. Esteban se acerca a ella por detrás y le introduce, de un solo golpe, la verga a través del agujero del culo.

-OOoohh…Esteban…no sigas…ahh…mi…mi culo…mi culo….mi culooo…ohhh- pero Esteban no escucha. Bien situado, detrás de la rendida Natalia, en muy pocos segundos consigue meter la polla hasta el mismísimo fondo del conducto rectal de la cuarentona, arrancándole a ésta gemidos de placer. Se mantiene ahí durante varios segundos, disfrutando la maravillosa y placentera sensación sexual que le produce el tener su polla dentro del culo de Natalia, de aquel culo tan grande y tan hermoso. Y luego, empieza a sacarla lentamente, para, sin terminar de salir del todo, volver a meterla bien adentro otra vez. Sencillamente, empieza a darle por el culo a Natalia, sin que la mujer haga nada por evitarlo.

-¿Sabes?- dice Esteban, metiendo hasta el fondo su verga en el recto de Natalia- Si que eres facilona. Muy facilona….ahhhh…si…de tan fácil que eres, eres una puta…sabes…si…eres una puta…ahhhh….ahhhh….- y mientras la insulta, llamándola puta, la azota en las nalgas con ambas manos, dándole un par de fuertes tortazos.

-Oh…no…Esteban…no sigas…no soy una facilona…no soy…ahhh…ahhh….me estás forzando, Esteban….no sigas…ahhh- susurra Natalia, gimiendo de placer, con la lengua fuera y los ojos desorbitados por el deseo, desmintiendo sus palabras con la expresión lasciva de su rostro.

-No solo eres una facilona. Es que además, eres una golfa. Si, una golfa, golfa, golfa…ahhh- le dice Esteban, insultándola de nuevo y de nuevo acompañando sus palabras con un par de tortazos en las nalgas de la mujer. La verga gorda y endurecida de Esteban penetra con fuerza en el culo de Natalia, y acto seguido vuelve a salir casi del todo, para volver enseguida a introducirse bien adentro. Natalia, a cuatro patas, abierta de piernas, recibe las embestidas de Esteban con gemidos de placer y embusteras palabras de súplica, mientras su culo es perforado a conciencia por aquella polla endurecida.

-Oooh…me…co…rrooo….- exclama Natalia, viniéndose en abundancia muslos abajo. Esteban aún continúa dándole por el culo a la novia de su mejor amigo durante varios minutos, al termino de los cuales está tan cachondo, que ya no puede más: saca la polla del enrojecido culo de Natalia y empieza a correrse.

-Aaahh…Natalia…me corro…ahhh- gime, lanzando sus chorros de leche caliente sobre las nalgas y la espalda de Natalia. La mujer, al notar en su piel la caliente cremosidad de la esperma de Esteban, arquea el cuerpo y separa aún más las piernas, para hacer más placentera la eyaculación de su amigo. Esteban continua corriéndose, mojando en abundancia el culo de Natalia. Ésta, entonces, se da la vuelta y, de rodillas , sitúa su cara delante de la polla brillante y empapada de Esteban. De este modo, los últimos chorros de semen se estrellan directamente sobre la cara de Natalia, que cierra los ojos y recibe, con una media sonrisa y la lengua fuera, la leche derramada por su amigo. Luego, cuándo Esteban termina de correrse, la delgada cuarentona le lame la verga durante varios deliciosos minutos, hasta dejársela totalmente limpia y brillante.

-Ahora, debemos irnos- le dice Natalia.

-Si…si, tienes razón, ya hemos corrido muchos riesgos…Por cierto, Natalia

-¿Si?-

-Perdona por llamarte antes …ya sabes…golfa, puta…no lo pienso de verdad , es solo que…no se, cuándo te veo así, desnuda, con ese precioso culo tuyo, me pierdo y me vuelvo loco y me pongo tan cachondo que

-No te preocupes por eso ahora. Recoge tu ropa. Yo recogeré mis bragas y mi sujetador. Tenemos que irnos por sitios diferentes y cuidar de que no nos descubran.

-De acuerdo.

Y ambos amigos se ponen en marcha, separándose. Pronto, Natalia encuentra su ropa interior y se la pone con rapidez. Se dirige entonces hacia el baño de su zona de la casa, sin pensar en nada, solo deseando no encontrarse con nadie.

Y a la vez, en el piso vacío, Julia y Ricardo inician también su retirada. La desnuda Julia recupera sus bragas y, chorreante de semen, se dirige también a su baño. Las dos mujeres alcanzan sus objetivos sin obstáculos y empiezan a ducharse. Poco después, los hombres, cada uno por su lado, regresan a sus habitaciones y oyen correr el agua de las duchas. Contentos porque sus respectivas novias están en el baño y no los han visto, se disponen a su vez a tomar un baño después de las damas. Piensan que todo ha terminado bien después de todo y que, además, han disfrutado de una hermosa mañana de sexo prohibido con la novia de su mejor amigo.

La luz del día comienza su ascensión imparable y el delicioso verano parece no acabarse nunca.