Buenas vistas
¿Cuánto tiempo y oportunidades tenemos de ser felices? No se si hay un numero de oportunidades para cada uno, pero si puedo asegurar que nunca es tarde si realmente queremos......Reencontrarse con su hermano Boris le devolvió la alegría de vivir.
Eran las cuatro de la madrugada de una calurosa noche de Julio cuando salí de la cama; me puse su camisa para que el olor varonil que desprende me envolviera y fui a la terraza donde habíamos cenado, del carrito de las bebidas que es lo único que no habíamos recogido abrí la cubitera y logre pescar cinco o seis hielos del tamaño de una aceituna que nadaban en el agua helada, añadí una buena ración de wiski de malta y encendí un cigarrillo.
Acodada en la baranda, con el vaso en una mano y el pitillo en la otra me quede admirando ese paisaje que no me canso de ver.
La luna llena estaba muy baja; parecía que se paseara por encima del mar y en ese momento semejaba una extraña moneda porque las torres de La Sagrada Familia quedaban enmarcadas en ella y la ciudad se extendía a mis pies.
La primera vez que vi la casa me recordó la descripción que hizo Manuel Vázquez Montalbán en una de sus novelas protagonizadas por el detective Pepe Carvalho. Incluso tiene una chimenea semejante a la que empleaba el protagonista para quemar las hojas que desprendía de los libros que ya había leído junto a su pareja “Charo”; la puta que trabajaba en las ramblas. Llegue a pensar si el autor no habría conocido “esa casa” en algún momento de su vida.
La misma brisa que me había erizado el bello y endurecer los pezones rizaba un poco el mar que se veía plateado; la zona portuaria donde la calma era total aparecía como una hoja de papel de aluminio. Presentí su presencia antes de notar su cuerpo que se pego al mio y rodeándome la cintura con sus brazos puso su cara junto a la mía y nos quedamos en silencio.
Su verga estaba en paz cuando llego pero después de estar detrás mio unos instantes y quizás porque solo vestía la camisa se comenzó a animar; aguantó hasta que termine el pitillo y apuré el vaso entonces llevo sus manos a mis caderas tirando de ellas, fui apartando mis piernas de la baranda y doblando mi cuerpo lo suficiente para facilitar el acceso a mi vagina sin problemas.
Lentamente con suavidad y mucho mimo me penetro; sus manos subieron hasta mis pechos y me afiance en la baranda y alzando la cabeza disfrutaba de lo que unos llaman polución lumínica y que yo llamo la fiesta de las luces; deje de percibirlo todo excepto sus caderazos largos y enérgicos acompañados de besos en el cuello y la oreja; acariciaba mis pechos que entre sus enormes manos parecían pequeños.
El orgasmo fue tremendo; me sujete fuertemente pensando que caería pero volvió a colocar sus manos alrededor de mi vientre para evitarlo, seguía bombeando sin pausa ni piedad mientras yo me retorcía. Cuando ya no podía más paró y me alzo en vilo, así empalada me llevo como una pluma hasta la habitación, atravesando el amplio ventanal que hace de puerta.
Con mucha delicadeza me depositó bocabajo cruzada en la cama quedando él con los pies en el suelo entre mis separadas piernas y yo arrodillada con la cabeza baja y los brazos extendidos en cruz; noté sus dedos jugando con mi otro agujero, lo masajeaba con restos de fluidos que rezumaban de mi después de haber introducido dos con facilidad, alojó la verga en ese otro agujero sin ningún tipo de problema.
En este caso los recorridos fueron también largos pero muy lentos, notar como me abría las carnes era una sensación que cada vez parecía la primera y disfrutaba enormemente; cuando me soltaba la primera descarga y tardaba un poco en soltarme la segunda, era cuando su respiración se convertía en una especie de rugido; signo inequívoco de que iba a soltarlo todo y así sucedía llenándome por completo tanto de lefa como de satisfacción.
Se quedó dentro hasta que la erección prácticamente desapareció, pero todo ese tiempo estuvo doblado sobre mí besándome la nuca y jugando con mi clítoris, eso hacia que persistiera mi excitación y el deseo de seguir jugando en cuanto fuera posible.
La siguiente parada fue en el baño, mientras nos lavamos mutuamente con mucha calma nos acariciamos esos lugares tan sensibles de cada uno tan conocidos por el otro. Después fuimos a la cama otra vez y me puse a hacer eso que tanto me gusta; jugar con su flácida polla totalmente agotada, la bese y lamí en toda su extensión y a continuación le tocó el turno al escroto; absorbí uno de sus huevos y jugué con él presionándolo levemente con la lengua contra el paladar y después lo hice con el otro.
Por fin le tocó el turno al prepucio; me encanta ir retirándolo con los labios y pasear mi lengua por su grueso capullo; incluso en reposo es todo un reto y lo fui engullendo lentamente cada vez un poco más; de ser un trozo de carne fofa y maleable se fue convirtiendo en la verga dura gorda y rugosa que me gusta notar cuando la voy introduciendo por mi garganta para placer de ambos.
Dado el poco rato desde la ultima eyaculación que ya era la tercera de la noche; pude disfrutar de ese juego casi media hora al final de la cual me fue soltando descargas, que a duras penas podía tragar sin que se desperdiciara nada; recogí todo lo que me obsequió y gané con mi buen hacer; cerca de las siete de la mañana me acurruque en él y me quede dormida.
Alrededor de las dos del mediodía del sábado me despertó un agradable olor. Solo tengo dos vicios y dos pasiones; en cuanto a vicios, soy fumadora ocasional pero nunca llegue a serlo compulsivamente y el otro como “Carvalho”, después del buen yantar me gusta el licor, pero en lugar del orujo prefiero el whisky de malta.
Mis pasiones son el sexo y la velocidad en ese orden.
Boris y yo compartíamos el gusto por la buena mesa y estaba preparando unas Vieiras con jamón y ya me estaba desperezando cuando vino a despertarme; me dio un beso y me dijo “levántate perezosa” dándome una cariñosa nalgada. Me puse una ligera bata y solo me peine un poco sin preocuparme por el maquillaje para hacer desaparecer los vestigios de la movida noche; me lave la boca que conservaba el sabor acre para poder degustar el manjar que estaba preparando.
Tomamos un abundante aperitivo con vermut y después de un “Pote gallego” las Vieiras con un Ribeiro “Beade Primacía” y tras el café ambos tomamos un wiski con hielo sentados en el sofá, poco después note su respiración tranquila y acompasada, Boris se había dormido, tire suavemente de él para que quedara acurrucado en mi y me puse a pensar; hice balance de lo que había sido mi vida hasta el momento.
Me crie en una familia muy conservadora que nuestro padre gobernaba como un patriarca del siglo XIX; mi hermano y yo veíamos la gran diferencia que existía con las familias de nuestros compañeros, primero de escuela y mas adelante de instituto, donde tuve muchos problemas para que me permitiera asistir, según él, lo único que tenía que aprender era lo mismo que “Su Santa Madre”; a bordar, tejer, guisar y hacerme cargo de la casa y prepararme para ser una buena esposa.
El día de mi 18 cumpleaños estaba doblemente contenta; primero por haber llegado a la mayoría de edad, aunque eso, mientras viviera bajo el mismo techo que nuestro padre de poco servía y el otro motivo era porque había visto por la mañana que la nota de la selectividad me permitía acceder a mi primera opción en la universidad y poder estudiar derecho en la UB (Universidad de Barcelona).
Cuando después de comer lo comunique, nuestro padre se enfadó muchísimo en lugar de alegrarse; nuestra madre que siempre había sido una mujer callada y sometida al yugo de nuestro padre salió en mi defensa y eso le exasperó al extremo que le levantó la mano; cuando ya la descargaba contra el rostro de mamá, mi hermano que tiene dos años más que yo le sujeto la muñeca y mirándole a los ojos le dijo muy bajito.
Si me entero que la tocas hoy o cualquier otro día, yo iré a la cárcel unos años pero te juro que te mato.
Le soltó la muñeca y nuestro padre bajo lentamente la mano sin retirar la mirada ninguno de los dos; entendió entonces que se había terminado su hegemonía y que solo le quedaba guardar las apariencias delante de sus amigos, aunque sin cruzar ese limite que le había impuesto mi hermano.
Boris se revolvió para acomodarse y una de sus manos quedo sobre mi pecho, eso me devolvió a la agradable realidad y dudé entre despertarlo e irnos a la cama a seguir jugando un poco más o dejarlo descansar para poder salir esa noche un rato; tenía en mente una idea y quizás era el momento idóneo para realizarla.
A mis 42 años había hecho casi de todo aunque siempre quedan retos por cumplir o simples experiencias por repetir; en este caso se trataba de lo último pero con Boris no lo había hecho nunca. Cuando se despertó y se dio cuenta que eran ya cerca de las nueve de la noche me recrimino por no haberlo despertado antes, lo hice callar con mis labios sobre los suyos y cuando nos separamos le dije.
Es que tengo una sorpresa para ti. ¿Te apetece un paseo en moto? Tengo ganas de llevarte a un sitio, pero tendrás que confiar plenamente en mí.
Como única respuesta se abalanzó sobre mí y comenzamos a besarnos, su lengua jugaba con la mía y sus manos parecía que se hubieran multiplicado por siete, estaban en todas partes y tuve que pararlo pues de otro modo nos habríamos quedado.
Cuando salimos del garaje con la “BMW k 1600 LT” que tenía desde hacía un año aproximadamente y como es mucho mas corpulento que yo Boris disfrutaba de una muy buena vista del paisaje, al ir los dos y no tener costumbre de llevar “paquete”, me dedique a pasear en lugar de correr y arriesgarnos a tener una caída; el solo llevaba como equipamiento extra el casco.
En poco más de media hora habíamos llegado a nuestro destino; una pequeña cala donde se podía hacer nudismo; vimos a otras tres parejas disfrutando de la puesta de sol y dispuestos a hacer lo mismo que nosotros, nos saludamos con la mano pero cada cual iba a lo suyo y el hecho de saludarnos solo era una forma de autoprotegernos de visitas no deseadas.
De las alforjas de la moto saque tres toallas; una para dejar la ropa y las otras dos para secarnos al salir del agua y cuando vi que estiraba una y se sentaba en ella lo imite sin entender muy bien porque lo hacía; cuando miré hacia donde lo hacia él pude ver como tímidamente la luna comenzaba a aparecer como si saliera del mar.
Era un espectáculo majestuoso, por un lado nos alcanzaba la oscuridad porque el sol nos abandonaba y por el otro extremo del firmamento comenzaba a llegarnos la claridad de la pálida luna que tantos buenos momentos ha presenciado y los muchos de los que le queda ser muda observadora; al mirarlos vi que las otras parejas estaban como nosotros mirando como los astros hacían el relevo.
Cuando el sol había desaparecido por completo y solo nos iluminaba la luna tomados de la mano entramos en el agua hasta que me llegaba a la altura de los desnudos pechos; me sujeto la cara y comenzó a besarme los ojos, me abrace a él y con las piernas rodee su cintura; el me sujetó por las nalgas y soltando una mano la emplee para encarrilar su humanidad a la entrada de mi ansioso cuerpo.
Muy despacio comenzó un metisaca que era una verdadera delicia; es cierto que es mucho más cómoda la cama para estos menesteres, pero estar en la tibia agua del mar a la luz de la luna resultaba diferente y muy estimulante y en esta ocasión fue todo tan despacio y tierno que ambos llegamos al orgasmo prácticamente al tiempo, no podría decir cuanto tiempo hacia que algo así no me sucedía y quizás tuvo que ver el influjo de la luna o simplemente que ambos estábamos sobrexcitados por la situación.
Salimos del agua después de serenarnos un poco y cuando la erección había desaparecido casi del todo. Nos tumbamos y cruce mi toalla para apoyar mi cabeza sobre su vientre; me acariciaba distraídamente el mojado cabello y en silencio contemplábamos el cielo, a lo lejos oíamos risas de alguna de las otras parejas y poco después volví al punto en que había dejado mis pensamientos cuando Boris despertó esa tarde-noche.
Tres semanas después de aquel lejano 18 cumpleaños nuestra madre nos estaba esperando; primero llegue yo y la encontré rara y cuando estábamos ya los tres nos dijo que nuestro padre había tenido un accidente. Había muerto envestido por un tren en un paso a nivel y la investigación concluyo que las barreras fallaban desde hacía tiempo por lo que la indemnización fue sustanciosa.
Ninguno de los tres lloramos su muerte; del resto de la familia no acudió nadie al entierro y resultó que no tenia tantos amigos como él mismo presumía y tan solo uno se presentó al funeral y porque vivía relativamente cerca de casa. Para romper con esa vida que había sido tan dura, vendimos todo lo que poseía y lo repartimos a partes iguales entre los tres.
Mamá se fue a vivir con un amante que tenia desde hacia diez años como nos explico sin ningún pudor y cuando trato de justificarse, tan solo la abrazamos los dos y le deseamos lo mejor; unos días después fuimos a comer a la casa que compartían y resultó ser un hombre que bebía los vientos por ella.
Mi hermano regreso a Madrid para retomar sus estudios de ingeniería química; conocía a Natalia, una chica de allí y alquilaron un apartamento donde vivieron en pareja por primera vez; yo me matricule en derecho y compartí piso con otras tres chicas mientras duró la carrera. Al terminar pasé un tiempo trabajando como pasante en un despacho que trataba temas fiscales y tres años después monté mi propia asesoría.
Un tiempo después conocí a Carlos; un tipo que me hizo pensar que era el centro del universo y nos fuimos a vivir juntos a mi casa, era un hombre trabajador, considerado, educado, y el sexo con él era inmejorable, nunca antes había tenido un compañero de cama tan completo como él; hacíamos verdaderas diabluras y siempre estaba dispuesto para lo que le planteara pero la perfección no es para mí y sentía la necesidad de vivir otras cosas.
No soy mujer de un solo hombre pero nunca me plantee hacer un trio y cuando alguien me lo ha sugerido, hombre o mujer lo he rechazado de plano pero “necesitaba” estar con otros hombres, Carlos era sensacional pero necesitaba algún canalla en mi vida y encontré a varios. He de reconocer que el sexo con Carlos superaba con creces a los otros juntos pero soy como soy.
Un día le dije que tipo de vida me atraía y aunque el insistió en que le dejara ocupar una parcela en mi vida, que no pondría objeción a que llevara esa doble vida; le dije que no podíamos continuar juntos y le di un plazo para marchar de casa; sé que lo hundí y que no se lo merecía pero es lo que hay.
Desde entonces he ido de cama en cama.
Mi hermano termino la carrera y su relación con Natalia; encontró un trabajo en Alemania donde ha pasado los últimos 20 años también con varias amantes pero ninguna que supiera o pudiera retenerlo, había aceptado una plaza en la filial española que tenía su sede en Barcelona y plantas en varias poblaciones de todo el país.
Con él todo es diferente; cuando llegó hace casi un año fue a visitar a nuestra madre que le ofreció que se instalara con ellos hasta que encontrara algo que le interesara: lo rechazó y se instaló en un hotel por no molestar; cuando vino a visitarme le mostré la casa y le pedí que escogiera habitación pues no iba a permitir que viviera en un hotel teniendo una casa inmensa.
Cuando me preguntó como estaba emocionalmente, le confesé sin ningún pudor que creía que mis males se habían terminado si él quería, ante la cara de sorpresa solo se me ocurrió besarlo y lejos de rechazarme se mostro la mar de animado, cuando nos separamos le confesé que la culpa de que no tuviera una pareja estable había sido y seguía siendo lo enamorada que había estado siempre de él.
Fue, por las tradiciones caducas que nuestro padre nos había inculcado que nunca me atreví a intentar ningún tipo de acercamiento, entonces y para mi sorpresa, me dijo que a él le había sucedido algo semejante.
Todo esto había pasado por mi mente en apenas unos minutos; cuando Boris me preguntó si cogeríamos frio me di la vuelta y trepando por encima suyo lo bese con gran pasión, nos dimos otro rápido baño y al salir nos secamos dispuestos a vestirnos; las otras parejas también se disponían a marchar, fuimos a un bar del pueblo que sabia que estaba abierto hasta tarde y comimos lo que nos pusieron porque eran cerca de las doce.
Al llegar a casa, me preguntó donde quería ir esas vacaciones.
Mi respuesta fue. No cambies de tema, que lo que necesito es abrazarte y sentirte junto a mí; el lugar es lo de menos pero esta noche ya tienes un compromiso.
© PobreCain
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