Bucarest

Mis aventuras en Rumania, un pais especial y fascinante.

Bucarest

Febrero del año 2005, no hacía demasiado frio ni tampoco hacía calor, el invierno no se había asomado del todo a nuestras vidas, pasaban los días y todo era siempre igual, como si nada cambiase, esa sensación de que el reloj se detiene y hagas lo que hagas siempre estás en el mismo momento y en el tiempo, monotonía sobre monotonía, un letargo denso que flotaba en la atmósfera dando un aburrido sopor a todo cuanto sucedía, para mis adentros pensé, porque no me sucede algo especial, son esos momentos de nuestra vida en que varias puertas quedan ante nosotros y no atinamos a abrir ninguna, necesitaba un cambio, estaba aburrido y hastiado de todo mi entorno, quería emprender cosas nuevas pero mi cerebro estaba bloqueado y como por arte de magia, como mensajero de buenas nuevas sonó el teléfono, no reconocí al instante la voz que me hablo con una increíble familiaridad, pero reaccioné en segundos claro que conocía la voz!!

.-Víctor!, soy Ernesto, que tal todo, vas a pensar que solo te llamo cuando te necesito, pero es así, por lo que creo que lo mejor es ir directamente al grano y la cuestión es esta, a ver si puedes ayudarme en un asunto de trabajo fuera del país, se trata de una ayudantía en la dirección de un musical que produce un amigo mío que vive en Rumania, pero creo que es mejor que nos veamos en persona…y siguió así, hablando y hablando

Ernesto era un conocido productor teatral, y el motivo de su llamada era para comunicarme que le habían llamado para producir y dirigir un espectáculo musical en el teatro nacional de Rumania, me pedía mi colaboración, independientemente de que la causa era mi profesionalidad en la materia, además él sabía perfectamente de mi relación con un chico rumano de nombre Mihai que, aunque ya habíamos terminado durante siete años había viajado bastantes veces a Rumania, conocía el país y me defendía bastante bien con el idioma.

La oferta me venía como anillo al dedo, este era el cambio que necesitaba y que estaba esperando el momento de viajar, así que sin perder ni un segundo me senté frente al ordenador para investigar vuelos, horarios y precios.

Quizás me precipitaba pues no tenía ni idea de cuándo me iba y si me iba de verdad pues todo lo que tenia era una propuesta, no me importo sabia que finalmente yo volvería a Rumania, un país fascinante, hermoso, salvaje y civilizado, con costumbres antiguas, con una gran represión sexual y donde el morbo y la sexualidad se respiraba en el aire, y sobre todo con unos hombres muy guapos

Recuerdo perfectamente mis primeros viajes a Rumania, la oferta de horarios y vuelos era muy limitada ya que salvo un vuelo directo dos días a la semana con Iberia o Tarom, la única posibilidad de hacerlo a diario era vía Milán, o vía Zúrich, en esos momentos compañías como Clikair o Wizzair todavía no operaban como lo hacen ahora, y la verdad es que al bajar tanto los precios, todos los rumanos que antes utilizaban el bus, haciendo un viaje que duraba tres días, al abaratarse los precios van y vienen con mucha frecuencia,

Tenía mi billete comprado "on line" y ya estaba en la cola de embarque, os lo aseguro, un autentico caos, pero entre tanto griterío, niños y bolsas de mano, un hombre joven de unos 25 o 27 años, alto con unos ojos grandes y pelo moreno, pensé para mi ojala me toque de compañero de asiento, pero no tuve esa suerte, mi asiento estaba dos por delante del suyo y a mi lado como acompañante tenía un crío de unos 10 o 11 años cuya madre estaba más atrás con otro de sus vástagos, para evitar males mayores le cedí mi asiento de ventanilla al chaval y empecé a ojear una de esas revistas que siempre te colocan en la bolsa del asiento del avión.

El rumano guapo de dos asientos más atrás tenia dificultad en colocar su bolsa en el portaequipajes sobre su asiento y su única opción era hacerlo en el que estaba encima del mío, se acerco a mi asiento y al estar yo sentado su cuerpo quedo casi pegado a mi cara, tenso sus brazos y un fino pantalón de verano se pego completamente a su piel marcando justo delante de mi cara una polla y unos huevos de un tamaño más que aceptable, el forcejeo de la bolsa le obligaba a empujar el resto de enseres que había en el cubículo y ante la posibilidad de que arrugara mis pertenencias pensé que lo mejor era levantarme yo y así poder colocar mejor el equipaje amen de intentar entablar conversación

Yo intente levantarme, a él le falló el equilibrio, en medio del tropezón su cuerpo cayó sobre mi rostro y su paquete se aplasto en mi cara, fueron segundos pero el cilindro de su polla quedo perfectamente alojado entre mis labios, supongo que fueron los nervios del momento, la situación o el sobresalto pero el calor de mi aliento y el suave apretar de mi mandíbula crearon un momento verdaderamente insólito, los dos éramos totalmente conscientes de lo que había sucedido pero optamos por reír, intercambiamos dos palabras entre mi mal rumano y su pésimo castellano y cada uno a su asiento.

El crío que me toco como compañero de asiento era insoportable, solo hacía que levantarse a cada momento para ver a su madre por lo que el joven del incidente decidió intercambiar su asiento, con lo que él se vino a mi lado, a mi dejaron de molestarme y conseguí un compañero de viaje atractivo… el viaje empezaba a prometer.

Intentábamos mantener la atención en otras cosas pero a cada momento nuestras miradas se cruzaban, me pidió si podía levantarse para ir al baño con lo que su paquete volvió a rozar mi rostro, yo forcé mi cara hacia delante y estoy seguro que él hizo lo mismo con su polla, después de un rato regreso sin chaqueta y en vez de colocarla arriba se la coloco sobre las rodillas.

La azafata paso para pedir comanda del pequeño refrigerio nos lo sirvieron y empezamos a comer, fue algo rápido y como teníamos todavía dos horas de vuelo pensé que lo correcto era intentar dormir un poco, pero mi compañero de asiento tenía otros planes y empezó una conversación intrascendente pero con toda intención de crear buen clima entre los dos, que quien era él, quien era yo que hacia, donde iba..

Me enteré que su nombre era Adrián, que regresaba a casa para pasar unos días con su familia, y así de una manera intrascendente iniciamos una conversación que poco a poco se decanto hacia temas más personales, es decir hacia el sexo

Me contó que no tenia novia que era demasiado caliente y que ninguna chica le aguantaba su ritmo sexual, yo aproveche la ocasión y le lance mi primera directa...

Prueba con un chico!, me miro fijamente y me sonrió con picardía, entonces me dijo,

Voy a contarte un secreto! Sabes que antes fui al lavabo, tuve que quitarme el slip que llevaba pues me apretaba demasiado los huevos, hoy todavía no he follado y me aprietan de cargados que los tengo, necesito sentirme libre y ahora con nuestra conversación me he puesto caliente y no sé qué hacer..

No podía creer lo que me estaba pasando, pero en un segundo el deslizo sus manos bajo la chaqueta que cubría su cintura, manipulo un poco y me dijo...

Mira!! Una polla inmensa, descapullada y con la punta mojada por la lubricación apareció ante mis ojos, confieso que me puse rojo de nervios y empecé a mirar hacia todos lados ante lo inaudito de la situación, se inclino un poco hacia mí y me dijo porque no íbamos al baño, aun me puse más nervioso, era media tarde estábamos en un avión lleno de gente y la azafata no hacía más que pasar por el pasillo, agarró mi mano y la metió bajo su cazadora, sentí aquel cilindro de carne duro, grande, caliente y palpitante, la gran cantidad de precum humedeció mis dedos, retire mi mano intentado ser lo más discreto posible pero no pude evitar la tentación de llevar mis dedos la boca y saborear tan preciado néctar, perlas de sudor brillaban en mi frente y él me miraba con ese brillo en los ojos que solo da la lujuria.

La voz del piloto nos anunció la proximidad al aeropuerto de Bucarest y la conveniencia de no movernos de nuestros asientos, el simplemente se acomodo los pantalones como algo de lo más natural y en tono bajo pero firme me dijo

Esto lo terminamos más tarde...

Aterrizar, levantarse del asiento, recuperar el equipaje de mano, salir del avión y introducirse en el bus que nos tenía que llevar a la terminal fueron acciones que hicimos de manera mecánica, una vez en tierra las cosas cambiaron, el estuvo buscando mi mirada y yo evitándola, el tuvo que esperar por sus maletas y yo llevaba todo conmigo por lo que aproveche y me escabullí directamente a un taxi para dirigirme a mi hotel pero como casi siempre en esas ocasiones un taxista joven, guapo, y que cuando ve un turista se le iluminan los ojos, estaba con su maravillosa sonrisa manteniendo abierta la puerta de su flamante Daccia Logan.

Hotel NH Bucarest, Mircea Voda 21 Sector 3 Please... lo observe un poco mejor, era joven y guapo aunque un poco desaliñado pero con una sonrisa maravillosa, me confirmó que había entendido perfectamente mis palabras, hubo un intento de iniciar una conversación conmigo pero empecé a llamar por teléfono a mis contactos y no di posibilidad, casi estábamos llegando al hotel cuando el joven taxista reinicio su conversación en un pésimo castellano, ahí supe que se llamaba Cosmin.

Me sugirió la posibilidad de esperarme y hacer las veces de guía y taxi personal, la verdad que el muchacho era muy guapo y si mi instinto no me fallaba estaba seguro que sabría perfectamente con qué tipo de persona estaba tratando.

Llegamos al hotel y mientras entregaba mis documentos y tarjeta de crédito en recepción el joven taxista ya tenía mi bolsa y porta trajes y se introdujo conmigo en el ascensor, la situación volvía a ser sorprendente, casi tengo que echarlo a patadas de la habitación pues quería darme una ducha y descansar un poco de las emociones vividas durante el vuelo que solo me faltaba Cosmin para enjabonarme la espalda y si no me equivocaba algo mas, así que quede en que me recogiera sobre las 6 de la tarde para dar una vuelta y salir a cenar.

A las seis en punto, sonaba el teléfono de mi habitación, el recepcionista me avisaba de que Cosmin estaba abajo esperándome, tarde 10 minutos en acicalarme y al abrirse la puerta del ascensor casi me da un desmayo, Cosmin estaba de pie conversando con la recepcionista, perfectamente vestido y afeitado, y con su mágica sonrisa.

Taxi a su servicio!! La noche empezaba para mí..

Cenamos en "Hanui Lui Manuc" (El huerto de Manuc), solo puedo decir maravilloso, y luego me propuso ir a tomar una copa y aunque daba por hecho que la situación estaba clara preferí aclarar algunos conceptos en cuanto a mis preferencias sexuales y lo que esperaba de la noche.

No hicieron falta muchas palabras, en 5 minutos estábamos en Piata Onirii , bulliciosa y rodeada de cafés con terrazas, restaurantes y un monstruoso centro comercial todavía abierto y con un bullicio de jóvenes por sus inmediaciones, ante mi sorpresa nos dirigimos a los jardines del centro de la plaza y una vez sentados en uno de sus bancos empezamos a observar el movimiento incesante de chicos y hombres de todas las edades que salían de todos los puntos de la plaza, allí había tomate y del bueno, aunque solo fuese una zona de contacto y no de acción.

Sinceramente si lo que buscaba era un chico de los que a mí me gustan, algo realmente especial en ese momento no estaba por allí pero no tardamos en entablar conversación con dos jóvenes muy agradables y que me pareció que conocían a Cosmin, tomamos unas cervezas en una terraza cercana y uno de ellos propuso ir a Herastrau, para quien no conozca Herastrau es un monumental parque de unos dos kilómetros cuadrados con un laberinto de caminos, senderos, rincones y lagos , vamos un lugar ideal para el ligue al aire libre y desde luego no me decepciono, pues si en algún lugar he visto cruising a sido allí.

Era perfectamente consciente de que estaba en un país homófogo, y que como tal lo mas prohibido era lo más deseado pero no podía olvidar en ningún momento que si me pillaba la policía, tendría problemas.

Aparcamos en las cercanías del Arco de Triunfo, replica del de Paris ya que Ceaucescu pretendía convertir Bucarest en el Paris del Este, pues bien, una vez aparcado el vehículo caminamos como unos diez minutos hasta llegar a uno de las flancos del parque, uno de los chicos aparto un poste de la vieja valla y pudimos entrar sin problemas, estaba oscuro y solo una pálida luna iluminaba débilmente la zona, llegamos a una especie de jardín con setos altos que alguna vez estuvieron bien recortados y frente a nosotros algo parecido a un laberinto pero con una especial particularidad, había una línea blanca pintada en el suelo que señalaba las salidas así era fácil adentrarse pues la salida se encontraba rápidamente, a unas indicaciones de los chicos nos separamos, yo quede con Cosmin que sujetándome la mano me adentro hacia las matas, allí junto a un árbol, me hizo el signo de silencio con el índice, y con la mano el de esperar, en unos instantes los brillos de los cigarrillos al fumar empezaron a distinguirse en varios puntos a nuestro alrededor, señal inequívoca de que no estábamos solos, la situación era excitante, estaba tan absorto intentando ver algo que casi no me di cuenta pues Cosmin tomo mi mano y sin decirme nada la dirigió a su polla que ya estaba fuera del pantalón dura y babeante, me sorprendí pero fue una agradable sorpresa, me acerque hacia el intentando besarle pero coloco su mano indicándome que él no besaba, eso lo guardaba para su novia, ya supuse que era uno de esos chicos machitos de hazme mucho pero yo no hago nada, claro que tampoco era situación de empezar a discutir, además el lugar prometía, me desabroche el pantalón, lo deje caer y me situé frente a él dándole la espalda, el se apoyo en un árbol guardando bien su retaguardia mientras acariciaba mi cintura sin llegar a tocar nunca mi polla que también estaba a reventar, estiré el cuello excitado por los mordiscos que me daba cuando sentí una húmeda sensación, un chico moreno estaba agachado frente a mi proporcionándome una suculenta mamada, ya éramos tres

Cosmin colocó su polla entre mis piernas y la frotaba sin llegar a penetrarme, la sentía gruesa y húmeda haciendo un lento recorrido entre el agujero de mi culo y la base de mis huevos, a mí personalmente es una de las cosas que me excita mucho y aquella era una gran polla, larga y gorda.

El muchacho que me proporcionaba tan maravillosa mamada tenía su culo al aire que no paso desapercibido a dos chicos de unos 20 o 22 años que se acercaron con las pollas al aire pajeándose ruidosamente, un olor a hombre y a sexo flotaba en la atmósfera mientras ese sonido tan característico que se escucha siempre cuando estamos follando era la música de fondo

Flop, flop, flop, flop.. Shlump, shlump, shlump, shlump

Aquello empezó a ponerse tremendo, en un momento éramos cinco personas intentando gozar al máximo unos de otros, además los dos chicos que nos llevaron hasta el parque se unieron al grupo y estos si empezaron a besarme uno a cada lado, mientras yo pajeaba con mis manos sus dos pollas, aquello era una situación increíble, una polla entre mis piernas, una boca en mi polla mientras el culo de mi mamante era beneficiado por dos chicos mientras otros dos chicos uno a derecha y otro a la izquierda, me besaban al mismo tiempo uniendo nuestras tres lenguas y con mis manos sujetaba y pajeaba sus respectivas pollas, empezamos a corrernos casi simultáneamente, y un coro de jadeos empezó a sonar acompañando nuestras convulsiones.

Con la respiración agitada nos fuimos separando y recomponiendo, un juego de sonrisas nos unió en una especie de hermandad y todos juntos decidimos salir a tomar unas cervezas y charlar un rato, nos mirábamos con una mezcla de sorpresa y deseo, pero estaba seguro de que del primero al último habíamos disfrutado mucho.

Los dos jóvenes que nos acompañaron hasta el parque decidieron marchar con los tres restantes en su vehículo y Cosmin se dispuso a llevarme de regreso al hotel, me senté en el asiento de adelante y mientras rodábamos por la noche de Bucarest empezamos a hablar

Sabes, me ha gustado mucho y ha sido muy excitante, nunca antes había sentido tanto placer con un hombre.

Sus palabras me sorprendieron pero sabía que en el fondo él quería más.

Mañana no tengo que trabajar si quieres me puedo quedar contigo en el hotel y seguimos conversando.

Llegamos hasta el hotel, el conserje de noche me hizo una leve sonrisa cuando vio que Cosmin subía conmigo hasta la habitación, la puerta del ascensor se cerro y en ese instante pose mis labios sobre los suyos, simplemente eso, sin intentar nada mas, el no se movió, cerró los ojos y suspiro..

No está mal, nada mal el beso de un hombre, creo que esta noche voy a probar cosas nuevas, pero vas a tener que ser un buen maestro..

Me dispuse a dar una buena lección, podéis estar seguros