Broma del día de los inocentes 1

Es el relato de los acontecimientos que le ocurren a un señor, el arquitecto Carlos Bermúdez, hombre grande de edad, padre de cuatro hijos y varios nietos.

De qué se trata?

Es el relato de los acontecimientos que le ocurre a un señor, al arquitecto Carlos Bermúdez, hombre grande de edad, padre de cuatro hijos y varios nietos…

Que por un mal entendido tiene que pasar por varios inconvenientes…

Los cuales, algunos no muy agradables otros sí…

BROMA DEL DÍA DE LOS INOCENTES.

No puede ser!!! no lo comprendo, cómo ustedes me hacen semejante traición!

Lo miro a Juan y está serio, no hace ni una mueca, no me dice nada, mi amigo de toda la vida, el contador de nuestra empresa, el que sabe todo, que sabe cómo me he roto el culo para tener lo que tenemos.

Cómo es posible que mis cuatro hijos, Ernesto, Javier, Cristian y Rodrigo me hagan esto.

Que yo no estoy apto para dirigir la empresa, que han presentado un recurso para declararme inepto, que mejor sería que renuncie para no tener que pasar por la humillación…

Me duele el pecho, hijos de puta…

Bueno su madre Cristina era una santa, qué falta que me hace, Señor porqué tuviste que llevártela, si le faltaba mucha vida que vivir…

Señor, esto no lo soporto.

Bueno, hasta pronto dije y me fui.

Bajé   en el ascensor transpirando, quería llorar, pero no les iba a dar la satisfacción de verme doblado, de verme vencido, me   voy al carajo, cuando salgo del edificio, ya en la vereda, ante mí un semejante camión con acoplado…

Señor no me lleva?

Argentino para dónde vas?

Para dónde vaya señor, no mi importa, quiero ir bien lejos…

Ja, ja, yo voy a Brasil.

Me  lleva?

Manejaba muy bien el idioma, estuve como cuatro años viviendo en Brasil, cuando hicimos un complejo habitacional de 550 viviendas.

Sube  cheee, hola,  soy  Miguel,  mucho gusto  cheee.

Hola  soy  Carlos…

Y  subí, me  hizo prepararle mate frío, llevaba una heladerita, me contó que iba a Brasil a entregar una carga de aires acondicionados.

Que tenía su casa   con   su   señora   Isabel,   y   dos   hijas,   Carmen   y Yolanda…

Que tenía a su madre y a su hermana, pero lejos, en  un  lugar  alejado  de  todo, pero frente a la ruta.

Yo  le  conté  que  me  llamo Carlos Bermúdez, que soy arquitecto, que mis cuatro hijos me han echado a la mierda, me dijeron que no estaba apto para dirigir la empresa.

Encima mi hijo mayor cuando me lo decía ponía una sonrisa burlona que me destrozó…

Amigo Miguel, me han clavado un puñal en el corazón, me quiero suicidar, mi señora, mi compañera, la mujer que me acompaño toda la vida murió hace tres años, no me podés pisar con el camión?

Ja, ja, cheee, no te hagas tantos problemas, ya le vas a encontrar la solución a todo…

Estuvimos   hablando   muchas   horas,   muchos   secretos íntimos nos contamos,  cuando  llegamos a  la aduana me preguntó…

Cheee, querés hacer el control o pasar sin que se enteren?

Sin que se enteren contesté!

Sencillamente me hizo acostar en la cama  cucheta, como a la hora arrancó el camión y después de un rato…

Cheee, ya podés bajar, ven haz mate…

Seguimos conversando, llegamos a un lugar a la noche, me hizo bajar a abrir una tranquera, me costó como la puta madre, se enterraba la hija de puta…

Salieron a recibirlo dos mujeres, la madre señora Clara y la hermana Teresiña, a mí me llevó a un galpón inmenso, lleno de maderas, atrás había una pieza, con un camastro.

Vos dormí acá…

Y  ahí  estaba,  yo  el  arquitecto  Carlos  Bermúdez,  60 años, un metro ochenta, canoso de pelo corto, con un físico privilegiado, fruto de la natación, del baile, las artes marciales y laburar como un boludo.

Durmiendo en un lugar chiquito, con una luz mortecina, de los pocos watts de la bombita y de la suciedad…

Me puse a llorar en silencio, me dolía el pecho, pero más la amargura, no podía ni respirar, cuando paré de llorar, me di cuenta que la hermana de Miguel me miraba apoyada en la arcada de entrada, traía un sanguche y un vaso…

Perdone señorita, estaba recordando momentos muy tristes de mi vida y no lo pude aguantar…

No es  nada me  dijo y  me  entregó mi  cena, hasta mañana…

Cuando me desperté ya estaba el sol bastante alto, debería ser como las nueve de la mañana, salí, me lave en una pileta al costado del galpón, me dirigí a la casa…

Al estar llegando escucho…

No, no! ya no quiero tener siempre que hacerme cargo de todos, yo tengo mi familia…

Nosotras también somos tu familia…

No, no, yo tengo mi esposa y mis hijas, ustedes  arréglense  solas,  ya  estoy  cansado  de  tenerlas

siempre  como  un  salvavidas  de  plomo,  no  me  dejan avanzar, ahora me voy, no vengo hasta después de varios meses…

Búsquense cómo conseguir a otro para que se haga cargo  de  ustedes,  se  dio  vuelta  y  me  vio…

Ahí  tienen  al cheee,  que  se  ocupe  de  ustedes  y  al  pasar  al  lado  mío, hacete cargo de ellas…

Y tomó su camión y se fue…

No lo vimos más en casi un año…

Las mujeres me miraban.

Clara la madre, me dijo, disculpe señor Carlos, el comportamiento de mi hijo Miguel, cómo ha pasado la noche?

Bien señora muchas gracias, señora no sé si Miguel la ha contado algo de mí, pero no tengo dónde ir, me puedo quedar acá y trabajaría  para  ustedes?

Se  puede  quedar  Carliños  y  no hace falta que trabaje para nosotras, no le negamos a nadie un lugar para cobijarse…

Cuando me volvía para el galpón, miré bien, analizando el lugar dónde estaba.

Había una casa con dos dormitorios, cocina, baño, comedor, bastante venida a menos, separado a cien metros estaba el galpón, de diez por treinta aproximadamente,  estaba  lleno  de  maderas,  en un  costado tenía  una  hermosa  mesa  de  trabajo  con  varias herramientas, una sierra circular, atrás tenía una piecita de dos por dos, afuera un baño pozo, más atrás, como a diez metros estaba la playa, bajaba como tres metros, había una escalera toda hecha mierda, pero servía para subir y bajar.

En la playa había un cuartucho, chiringuito, las mujeres vendían  limonadas  y  jugos  fríos,  al  costado  del  galpón,llegando a una esquina en que se entraba la bajada, un terreno como de veinte por treinta, en fin era amplio en el medio,  dónde  estaba  el  galpón  y  la  casa  mirándolo  de frente, parecía una banana o media luna, terminaba en dos puntas, hacía un recodo, por el frente pasaba la ruta, para el lado derecho de la casa había un bosque, una arboleda importante, el terreno llegaba hasta un kilómetro más, que había otra bajante,  lo  increíble  es  que  tenía  tres  servicios,  cloacas, agua corriente y luz…

A ganarse la vida.

Lo primero que hice fue  arreglar el portón tranquera, lo levanté con una palanca hecha con un tirante y un taco, después lo aseguré con alambres quedó joya, es más lo dejé un poco con desnivel para que se cerrara solo.

También arreglé el alambrado, había muchos postecitos caídos, los fui reparando uno por uno, hasta llegar a la bajada…

No son muchos metros pero da un poco de vértigo, decí que esta abajo la arena…

Me había sacado la remera, la única que tenía, no pude sacarme la bermuda, no iba a trabajar en calzoncillo…

Me llamaron para almorzar…

Me lavé en la pileta del costado del galpón, me puse la remera y fui a la casa, un guiso muy rico almorzamos.

Me comentaron que ellas los fines de semana preparaban jugos fríos y los vendían en el cuartucho que está en la playa, que venía bastante gente, con eso podían hacer unos reales…

Con la conversación les conté de lo que me había pasado, surgió que no tenía ropa, no tenía plata, no tenía nada…

Estas como nosotras, ja, ja, si Miguel no viene más no sé qué vamos a hacer…

Ya vamos a pensar en algo, les dije, que iba a decir…

En la pared había colgada una guitarra, pero no tenía cuerdas…

Cuando la miré dije, qué lástima que no tenga las cuerdas…

Clara se levantó y fue a su habitación, trajo una bolsita de nailon con las cuerdas…

Miguel las quería cortar, para que Teresiña no rasgara más, decía que el barullo que hacía lo molestaba…

Con parsimonia las fui colocando, la templé y les empecé a tocar…

Primero música clásica, después boleros, folclore argentino (toda mi vida me la pasé con mi guitarra, a los cinco años me mandaron a estudiar, tengo 55 de práctica).

Teresiña trajo unas partituras brasileras, yo las ejecuté primero con lentitud, después cómo deben sonar…

Igual no sonaba con sentimiento, cuando no sé por qué descubrí que no sabía leer Teresiña.

Le pregunté directamente, me lo reconoció, la madre tampoco…

Les dije que a partir de ahora, todos los días tendremos dos horas de clase, una por la mañana   y   otra   por   la   tarde…

No   teníamos   televisión, teléfono, radio, no había nada para saber qué estaba pasando en el mundo, no es que me importara mucho…

El asunto de la ropa se solucionó con otra bermuda de Clara, otra remera de Teresiña y una camisa de Clara, me sacaba una  y  me  ponía  la  otra…

Estuve  arreglando  todo  lo  que podía, lo que me preocupaba era cómo nos íbamos a sustentar, qué mierda podríamos hacer para que entrara dinero, la venta de unos jugos los fines de semana no alcanzaba, se vino el…

Fin de año  con trío.

Con un guiso, como todos los días, festejamos el fin y el comienzo del año, toqué la guitarra y cantamos, ya sabía varias canciones brasileras, las chicas le daban al canto con alegría.

Clara había traído dos botellas de cachaza, bebida brasilera que se usa para hacer la caipiriña, a medida que bajaba el nivel del licor era más grande nuestra felicidad, terminamos cogiendo los tres en la cama grande de Clara…

Ellas se cansaron de bailar entre ellas y vinieron a buscarme,  tendríamos  que  bailar  sin  música,  no  puedo bailar con las dos y tocar la guitarra…

Más que bailar nos estábamos franeleando en medio del comedor, Clara directamente me empezó a besar apasionadamente, Teresiña la siguió, entre las dos me llevaron a la habitación, me desnudaron, me acostaron, mientras Clara me la chupaba, Teresiña me besaba, se desnudaron Clara se ensartó en mi miembro que estaba recontra duro, Tere me puso su vagina en mi cara, empecé a lamer, morder, chupar, le metí la lengua, cuando le mordisqueé el clítoris acabó, aggg, me llenó la cara de flujos, al instante, o por ver a su hija  o  porque  no  aguantaba  más,  también  Clara  acabó.

mmmm  Carliños, Carliños…

Con  el  transcurso de la noche hasta lo hicimos por el culo de las dos, aguanté como un campeón, debería ser que hacía como tres años que no tenía sexo, desde el día en que en un asalto a un negocio mataron a mi mujer…

Cuando me desperté en la mañana del primer día del año, tenía a dos mujeres desnudas a mis costados…

Esa era una linda manera de comenzar el año…

Clara es una señora de 55 años, con algunos kilos de más, con mucha teta y mucho culo, de piel café con leche, con una sonrisa siempre lista…

Teresiña es una chica de 37 años, con un cuerpo delicado, todo bien distribuido, muy hermosa, de piel más clara que la madre, no sonreía tanto…

Crédito.

El tema no era sencillo, entramos con la carpeta en la mano de Clara, al banco para conseguir un crédito ( un día después de cenar y en medio de una conversación me trajo una carpeta), era la escritura de la propiedad, todo a su nombre, además una habilitación del chiringuito y la habilitación parece que servía para todo, despachar bebidas, comidas, poner alquiler de servicios para el agua, así decía, libre interpretación pensé.

Yo la verdad lo veía bastante difícil, pero   Clara   tenía   mucha   fe,   habíamos   conversado   un montón de maneras de cómo encarar al gerente…

Cuando entramos al despacho del señor, un negro inmenso, con una sonrisa  de  película…

En  qué  puedo  servirlos?

Señor gerente, yo te voy contar todo lo referente a mi vida.

Y con todos los detalles, le fue contando que quedó embarazada de jovencita, que fue sirvienta de un señor, que nunca había ido a la escuela, que ahora el argentino me está enseñando a leer y escribir, que  quedó  sola  por  una  pelea  de  su  señor  con  otro borracho como él, que los hijos legítimos del señor la echaron a la mierda, que lo único que tenían era esta propiedad, que su hijo las había abandonado, que el argentino estaba trabajando por la comida y dormir, le mostró la lista de las cosas que tenía que comprar…

En fin, no sé si el gerente se apiadó de ella, o para sacársela de encima, el caso es que le dio un préstamo a pagar en doce cuotas, no era mucha plata, le sacaron fotocopias del título de propiedad, si no pagaba calculo que la embargarían…

Igual era muy poco dinero, claro yo lo comparo con lo que yo  manejaba…

Con  el  dinero  en  la  bolsa  de  Clara  nos fuimos

De compras.

Continuará.