Brisa
El movimiento de tu brazo hacia que la brisa entrara por debajo de la chaqueta que me cubría, erizando mi piel y haciendo que suspirara. Tu nariz empezó a despegarse de la mía, notaba tu boca en mi barbilla bajando por mi mandíbula y tus dedos atrevidos se aventuraban más en la subida de mi vientre.
Brisa
La brisa de la mañana tocaba mi piel como si fuera una sabana, acariciando mi cara y mis hombros desnudos mientras el resto de mi cuerpo seguía tapado con tu chaqueta.
Al abrir los ojos el alba despuntaba en el horizonte y las olas resonaban a lo lejos como si cantaran una nana para que siguiéramos durmiendo.
Te habías percatado de que me había despertado y me abrazaste mas fuerte todavía pegando tu nariz a la mía, cerré los ojos, puse mi mano en tu cadera y empecé a notar como empezabas a sonreír mientras metías tu mano bajo mi vestido. Sentí como tus dedos se paseaban por mi cintura, acariciándome a veces con las uñas otras veces con las yemas de los dedos.
El movimiento de tu brazo hacia que la brisa entrara por debajo de la chaqueta que me cubría, erizando mi piel y haciendo que suspirara. Tu nariz empezó a despegarse de la mía, notaba tu boca en mi barbilla bajando por mi mandíbula y tus dedos atrevidos se aventuraban más en la subida de mi vientre.
Tu respiración se agitaba, los besos se alargaban por mi cuello mientras tus dedos ya rozaban la parte baja de mi pecho haciendo soltar el primero de mis gemidos. Empecé a notar como tu mano ya no solo acariciaba mi pecho, lo cojia, lo envolvía, lo apretaba haciendo que los suspiros y gemidos emanaran de mi boca segundo a segundo.
Tus labios seguían pegados a mi piel sin darme respiro a que descansara de tus caricias, me apretaste mas contra ti, cogiste mi pierna y la subiste a tu cadera quedando mi entrepierna muy pegada a la tuya y mis nalgas expuestas a quien quisiera verlas si pasaba por allí. Abrí de nuevo los ojos y mientras me mordía los labios vi como en tu cara se dibujaba la más morbosa de tus sonrisas mientras dejabas de tocar mis pechos para bajar tu mano a mi culo y apretarme más a ti. Tus dedos juguetones apartaban mi culote de encaje para apretar mejor mis nalgas, nuestras bocas enfermas de lujuria comenzaban a desvivirse por saberse todos los recovecos la una de la otra, mi coño cada vez mas mojado notaba la presión de tu polla incluso a través de tu pantalón. Con mi culo apresado por tu mano comencé un ligero vaivén con mi cadera, desesperada por que me rozaras aunque fuera a través de la ropa.
Un suspiro en mi nuca me recordó que José se había venido a dormir con nosotros a la playa y una mano fría en la parte exterior de mi cadera me indico el camino que iba a seguir mientras acariciaba mi ombligo y bajaba despacio susurrándome que con solo oírme gemir ya se había excitado. Saque la mano de tu cintura mientras seguía moviendo mi cadera pegada a ti y busque el pantalón de José para empezar a acariciar su polla, cuando la cogí estaba caliente, dura y su lengua empezó a martillear mi oreja mientras su mano comenzaba a tocarme despacio el coño, sin querer profundizar, haciendo desear que me tocase. Dejaste de tocarme el culo para desabrochar tu pantalón y sacar tu verga, con la mano apartaste de un tirón mi culote rasgándolo por un lado y me metiste de un golpe tu durísima polla. José siguió acariciando mi coño con la mano entre nuestros cuerpos, jugaba con mi clítoris, movía sus dedos haciendo que me deshiciera entre ellos mientras tú seguías besándome y te quedabas quieto con tu polla dentro de mí.
Seguí masturbando a José y en un segundo vuestras miradas se cruzaron, tus increíbles ojos negros se enfrentaron a la viciosa mirada verde de José que saco la mano de mi coño y termino de romper mi culote apartando mi mano de su polla y metiendo sus dedos en mi boca. Yo respondí lamiéndolos con lujuria mirándote a los ojos. Tu mano empezó a tocarme el culo de nuevo mientras me follabas despacio, casi sin moverte, abriendo mi culo cada vez mas mientras José sacaba los dedos de mi boca y me los empezaba a meter despacio, excitando cada vez mas mi agujero de atrás, metiendo suavemente sus dedos, alternándolos con la punta de su polla, hasta que solo dejo su polla dentro y sus manos se fijaron en mis pezones. Ahora note como empezabas a moverte más rápido, y como José iba acelerando su movimiento dentro de mi lubricado culo apretando sin contemplaciones mis tetas. Una locura de besos y mordiscos se desato en mi cuello, en mi mandíbula, en mis hombros, en mi cara y en mis orejas mientras sus pollas me taladraban cada vez mas deprisa, sus gemidos contrapuestos retumbaban en mis oídos.
Mi coño y mi culo cada vez mas cerca de explotar a la vez, mis gemidos y gritos retumbaban en toda la cala. Note como José me mordía ferozmente en el hombro mientras empezaba a correrme a la par que su leche me inundaba entera por detrás. Casi al momento sentí como me mordías fuerte mi labio inferior, tirando de el hacia a ti, follando mas fuerte mi coño y sin tener apenas un segundo empecé a correrme de nuevo junto a ti, sintiendo las contracciones de tu polla emanando semen en mi coño.
Una oleada de besos y caricias colmaron mi cuerpo mientras seguían dentro de mi haciéndome temblar entera, vuestras manos se cruzaban unas con otras yendo y viniendo por el mapa de mi cuerpo. Seguíais besando mis hombros y acariciando suavemente mis caderas, mi vientre, mis pechos… Mis manos acariciaban y besaban aquellos rostros que día a día competían por hacerme suya, sin importar contra quien estuvieran luchando, sin importar que fuera su mejor amigo.
Una brisa con sabor a salitre templaba nuestros cuerpos entrelazados en mitad de aquella cala solitaria, donde supimos que a veces las parejas pueden ser de 3.