Breve encuentro ep iii

Jonás y Jana llegan al punto culminante de su conversación

EP III

— eso es ponerme en sus manos— contestó sonriendo Jana.

— eso estaría bien, sabe?

Ambos rieron con ganas.

— vale acepto. Me gustan los juegos. A ver, hago la pregunta: ¿qué hace la Jana de su relato?

— no se lo va a creer. Jana coincide con un hombre que no ha visto en su vida en una sala de espera de un hospital. Entablan conversación y descubren que hay dos cosas que les unen: que ambos tienen una esperanza de vida más bien corta, y que sus inclinaciones sexuales digamos... son poco ortodoxas. Entonces ella le plantea disfrutar juntos lo que les quede de vida.

Jonás observa como el rostro de Jana se sorprende, tornándose más serio. Jana intentará disimular la verdadera razón.

— vaya, me ha dejado tocada. Y él ¿qué responde?

— responde que sí.

Jana queda unos segundos pensativa.

— le gusta el cine Jonás?

— mucho Jana. Lo dice por La Grand Bouffe? Me inspiré en ella.

— le gustaría acabar así su vida?

— bueno, comiendo precisamente no. También depende con quien.

— con la Jana de su relato? Con su ex, por ejemplo?

— con Jana, es posible. ¿Con mi ex? no me condene a muerte por aburrimiento, por favor. Oiga, y Vd... cuál es su estado civil?

— soltera y sin compromiso.

— pues le devuelvo la observación: ¿qué ha hecho que una mujer como Vd. permanezca célibe?

— pues la respuesta es sencilla: nadie ha despertado mi interés lo suficiente, o más probablemente, yo tampoco lo he hecho.

Estaban sentados frente a frente, con la mesilla al lado. Jana cruzó las piernas, enseñando carne esta vez.

— vuelva a hacer eso y caeré rendido a sus pies.

— de veras? No dé ideas. Y no sea tan zalamero conmigo.

— pruebe otra vez a ver qué pasa.

...

Vale Jana. Sé atrevida pero de verdad. Allá vamos...

Jana se quedó mirando fijamente a Jonás, que le aguantó la mirada. Entonces volvió a cruzar sus piernas lentamente, entreabriéndolas lo suficiente como para que se le vieran las bragas y levantando los brazos, pasándolos tras la cabeza.

— no se le da nada mal sabe? pero no la imagino a Vd. ligando de ese modo.

— ¿con una espalda como la mía? No puedo esperar levantar pasiones ni así.

— no se fustigue por favor. Es Vd. Una mujer muy atractiva.

— buen intento. Gracias. Pero no cuela.

— me da la impresión que Vd. tiende a culpabilizar a su defecto físico por sus males. No puedo hablar por el resto del mundo pero créame, a mí me parece Vd. una mujer muy deseable.

— muchas gracias. Le creo.

— eso espero porque voy a hacerle una propuesta que desearía que acepte.

— hágala y le diré si la acepto.

— qué va a hacer este fin de semana?

— seguir poniendo en orden mi nueva casa. Tengo que vivir de la forma que a mí me gusta. Por?

— tengo alquilada una cabaña en Sierra Natura, un camping nudista en medio de un bosque a un par de horas de aquí ¿Le apetece venir conmigo?

Jana pareció dudar unos instantes.

...

Jaque mate. Yo me lo he buscado ¿Qué hago?

— es una propuesta demasiado tentadora para despreciarla.

— pues deme su móvil y mándeme un mensaje con su dirección. ¿Le gusta madrugar?

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