Breve encuentro ep ii

La decepción oscureció el rostro de Jonás.

...

Qué pena. Si hubiera estado unos minutos más... me van sus piernas, algo gorditas y proporcionadas. Y su culo... una 44 sin duda. Si no tuviera la espalda así, arrasaría. ¿Qué hago? ¿La espero y la invito a un café. Quien sabe?

...

Pero qué tontería joder, ni que fuera la oportunidad de mi vida... un vejestorio  preocupado por si la viagra le da dolor de cabeza, como mi último ligue hace ya... uff, dos años? Se acabó.

Me largo. Ay, que sale.

Jana terminó rápido. Salió sin decir adiós. Estaba tan avergonzada...

Entonces el lo vio: se había dejado el móvil en la mesita de al lado.

Jonás salió raudo en su busca. Cuando pisó la calle ella estaba al otro lado. Cruzó siguiéndola. La llamó.

— perdone, se dejó el móvil.

— ah... gracias.

— me permite invitarla a un café. Aquí al lado hacen un magnífico capuccino.

Fue sin casi proponérselo. Total, unos minutos de conversación serían suficientes para saber si valía la pena. Ella contestó inmediatamente.

— a estas horas mejor una caña! No?

Caminaron en silencio un par de manzanas hasta una terraza. Esperaron la llegada de las consumiciones sin pronunciar palabra, atentos a sus móviles, como si no lo creyeran. Dieron el primer sorbo.

— mmm... qué buena — exclamó ella.

— no hemos sido presentados, así que... me llamo Jonás.

— y yo Jana.

Jonás no pudo evitar un gesto de asombro.

— ¿qué le ocurre, nunca ha oído ese nombre?

— no es eso... es que el personaje de un relato corto que estoy escribiendo se llama como Vd.

— es Vd. escritor?

— nooo, solo un juntaletras aficionado. Soy arquitecto, pero ahora estoy jubilado. ¿Y Vd... a qué se dedica?

— también estoy jubilada ja ja ja. No; heredé no hace mucho lo suficiente para vivir de renta. Dejé el trabajo y me vine buscando el mar.

— vd no es de aquí, verdad?

— no. Soy del norte. Me compré una casa en la playa. ¿Estás casado? Ay, perdone. Por tutearle y porque soy una curiosa. Y eso que me gusta tratar a la gente de Vd.

...

Jolín Jana, qué atrevida te has vuelto. Igual me envía a la mierda.

—no, no estoy casado— dijo sonriendo— Divorciado y sin compromiso desde hace casi 20 años. Ya ni me acuerdo como era aquello. Sigamos con el Vd. si se encuentra más cómoda. Además, me recuerda a Orgullo y Prejuicio.

...

Qué buen gusto. Me encanta este tío...

— Ok, sigamos con el Vd. Así que no se ha vuelto a casar. ¿Le gusta el personaje de Darcy? Algo misógino, o... bueno. Parece que la Austen da entender... un poco equívoco, no?

— no, por favor ja ja ja. Lo del LGTBI lo llevo muy mal. Soy homófobo hasta la médula. Me encantan las mujeres.

...

Menos mal. Empezaba a preocuparme. Pero... qué desinhibida me estoy volviendo?

— bueno, que un hombre como Vd. permanezca célibe tanto tiempo... debe reconocer que... Oiga, puedo hacerle una pregunta indiscreta?

— hágala, pero si le contesto me deberá una.

— una qué?

— cualquier cosa servirá. Qué dice?

.../...