Breve, bueno pero muy intenso

Como hacemos normalmente, quedamos en un sitio para vernos y charlar

Quedamos en vernos en un sitio apartado, donde nadie entorpeciera nuestra... comunicación.

Empezamos a hablar y la tensión sexual aparecia por momentos: el ambiente se calentaba, pero nada más. Continuamos charlando, mientras una de mis manos acariciaba mi pierna,  lentamente y cada vez más despacio; a medida que subia y bajaba se adentraba más en el muslo... me estaba poniendo... cachondísima. Él me mira y me dice "si quieres te ayudo", le miré y contesté " ya tardabas en pronunciarte".

Se lanzó a mis labios, metió la mano debajo de mi falda, apartó el tanga y comenzó a jugar con mi clítoris, ¡um...! casi me caigo de la silla, me escurrí del gusto. El me cogió y me sentó en sus piernas: "si esto te gusta, zorrita, sólo acabo de empezar". Me giré y le morreé con intensidad y desafío. Al soltar su boca, busqué con la mano su polla; estaba cogiendo cuerpo y yo la animé para que cogiera más, ya que no sería lo único que cogiera.

Giré la cara y mordí sus labios, le encanta y lo sé, metió sus dedos en mi chochito y los comenzó a mover como... ¡no sé! pero me estaba haciendo rabiar. Agarré su verga con firmeza y se la meneé con ganas, con muchas ganas. Con la otra namo, recorrí su espalda con la llema de mis dedos: se la acariciaba de arriba a abajo, por los laterales, por el centro, se le besaba, le mordía a la vez que él movía mas rápido los dedos dentro de mi. "Ahora me toca a mi" dije; me levanté y me senté a horcajadas en sus rodillas, le eché un poco para atrás y poco a poco me metí su polla en el chochito, me movía lentamente en círculos para que entrase bien y hasta el fondo. Era tal el placer, que hice lo típico: llevé mis manos a la cabeza en plan... "me estas volviendo loca, cabrón", el aprovecho para surme la camiseta y morder mis tetas: mis pezones estaban duros, pedian guerra que alguien calmara su sed... esto provocó que yo me moviera más rápido, mi cuerpo se irguió, su boca buscaba mis pezones; yo le arañaba la espalda mientras susurraba "sigue cariño, no pares". Esto sirvió para que yo me creciera y entre suspiros y gemidos echara el resto ¡ZAK! ¡ZAK! ¡ZAK! "que me voy, que me voy...! continué ¡ZAK! ¡ZAK! ¡ZAK! ¡ZAK! ¡ZAK! ¡ZAK! ah ah ah aquí está...

En la misma postura le pregunté "¿qué tal?", me mira y me dice "¿por qué no me follas así más veces?

"Tranquilo, que ahora lo haremos más a menudo, si quieres".