Brandi (17)
Relato NO real. 5. Marty contempla desnuda a su madre, Andrea y a su tía, Carlota. Y Marty se folla a su hermana Demia.
Mientras todo esto sucedía, Carlota, la madre de Brandi y Christian, recibía en casa la inesperada visita de su hermana Andrea y sus hijos, Marty y Demia. Carlota se hallaba sola en casa ya que Brandi y Christian habían salido aquella tarde. Fue una agradable sorpresa ya que Carlota estimaba mucho a su hermana y hacía ya unos años que no se veían. Andrea se había separado de su marido hacía unos meses y por esta razón había huido de su localidad habitual para buscar nuevos horizontes.
¡ Qúe sorpresa tan agradable, Andrea ¡ ¿ Cómo estás hermana? -
Bien, Carlota. ¿ Sabías que me he separado de Tom? -
Lo siento, Andrea. -
No lo sientas, hermana. La vida de matrimonio con mi marido se había convertido en un infierno, y la mejor solución era la separación. Pero, bueno, yo he venido aquí a tomar unos días de vacaciones y no hablar de problemas. ¿ No te molestará que pase aquí unos días con los chicos? -
Claro que no, hermana. Estoy encantada. El piso no es muy grande, pero nos arreglaremos bien. Mi marido está ausente, así que puedo compartir la cama contigo, hermana, como cuando éramos niñas. Y en la habitación de los chicos, si juntamos las dos camas, tus hijos y los míos podrán encontrarse a gusto. -
Bueno, ¿ y donde se encuentran tus hijos? Tengo muchas ganas de verlos. -
Pues salieron. Creo que fueron al cine. Bueno, supongo que estaréis cansados del viaje. Tus hijos podrían tomar una ducha. -
Marty, en un primer momento, aceptó la sugerencia de su tía Carlota y se dirigió al cuarto de baño. Una vez allí, notó que no existía pestillo, pero comenzó a desnudarse con confianza. Abrió la llave de la ducha y relajado comenzó a ducharse con normalidad. No había pasado apenas cinco minutos cuando su tía Carlota hizo acto de presencia. Marty se sorprendió y se sintió avergonzado por la desnudez de su cuerpo. Su tía, consciente de ello y divertida miró a su vergonzoso sobrino, admirando su atractivo cuerpo y sorprendida por el tamaño de la polla de su sobrino.
- Perdona, sobrino, sólo quería asegurarme que había disponible una toalla limpia para secarte, Marty.
Carlota, con naturalidad, se movió por el cuarto baño y se acercó a la bañera donde se hallaba su sobrino. Tomó una toalla y tras asegurarse que estaba limpia se lo comentó a Marty.
Mira, sobrino, puedes tomar esta toalla, vale. Vaya, sobrino, veo que te avergüenza que tu tía te vea desnudo. No tienes por qué avergonzarte, sobrino. -
Bueno, tita, es que me has pillado de improviso. -
Sabes, sobrino, que estás muy bien. -
Vaya, gracias, tita. -
Tranquilo, sobrino, debes relajarte. Soy una mujer madura, sobrino, pero me encanta ver a chicos como tú completamente desnudo, sabes. -
Carlota salió del cuarto baño enseguida tras mirar pícara a su sobrino, haciéndole un guiño de admiración tras mirar atenta su hermosa polla. Después, Carlota, volvió a la sala de estar donde se hallaban su hermana Andrea y Demia. Divertida les comentó cómo Marty se había quedado helado por verse sorprendido desnudo por ella.
He pillado a tu hijo desnudo en el baño y se ha quedado cortado. No se lo esperaba y yo sólo pretendía darle una toalla limpia. A nosotros no nos avergüenza vernos desnudos. Yo estoy muy acostumbrada a ver a mi hijo Christian completamente desnudo, y mis hijos, Christian y Brandi, se ven desnudos con total normalidad y se duchan juntos. Por eso pensé que tu hija Demia iba a ducharse con su hermano Marty. -
Ay, tita, no sé. Mi hermano Marty nunca me ha visto desnuda antes. Me daría mucho corte que mi propio hermano me viera totalmente desnuda. -
Pues, Demia, estando unos días aquí en casa, comprobarás cómo tus primos, Christian y Brandi, no se preocupan en absoluto por verse desnudos. Venga, sobrina, yo te acompaño al baño. Verás que sorpresa se llevará tu hermano cuando te vea allá mirándole desnudo. -
No sé, tita. No estoy segura. Mamá, la tita Carlota está un poco loca. -
Mi hermana siempre ha sido un poco descarada, hija -
Me da mucha vergüenza que mi hermano me vea desnuda, mamá. He dicho que no, tita. -
Carlota no insistió más dada la rotunda negativa de su sobrina. Mientras su hermano se duchaba, Demia fue al dormitorio de su prima Brandi donde pasarían la noche durante aquellos días. Habían dos camas, no muy grandes. Demia se preguntaba a sí mísma cómo se la iban a arreglar aquella noche. Fijó su atención en una fotografía encima de una mesilla de noche. Se sorprendió al comprobar que pertenecía a su prima Brandi, completamente desnuda y adoptando una postura muy sugerente. Hacía ya unos años que Demia no veía a Brandi, pero no la recordaba que fuera tan fresca y descarada. Más bien recordaba a su prima Brandi como una chica temerosa y tímida. Cuando su hermano Marty terminó de ducharse, envuelto en una toalla, fue al dormitorio en busca de ropas secas. Demia todavía se encontraba colocando la ropa que necesitaría aquellos días. Demia miró a su hermano, su torso desnudo y se sintió atraida por su masculinidad..
Ah, hola, ya me voy, hermano. -
Venía a buscar algo limpio que ponerme. ¿ Y donde vamos a dormir, hermana? -
Se supone que en estas dos camas. ¿ Has visto esta foto, Marty? -
Demia enseñó la foto de Brandi a su hermano. Marty se quedó conmovido e impresionado. Su prima Brandi se hallaba totalmente desnuda. Miró con deseo las grandes tetas de su prima, maravillado por su turgencia. Su esbelta figura lograba excitarlo. Miró el coño de su prima y se emocionó. Marty no podía dar crédito que estaba observando el cuerpo totalmente desnudo de su prima Brandi.
- Ostras. Es Brandi y está totalmente desnuda. -
En aquel preciso momento entró en la habitación Carlota. Marty trató en vano de ocultar la fotografía. Su tía Carlota enseguida comprendió el motivo del nerviosismo de su sobrino. Le sonrió con simpatía y ternura.
No hace falta, sobrino, que escondas la foto de tu prima desnuda. Puedes mirarla con naturalidad. Verdad que tu prima está buena. Esta noche verás que generosa y espléndida es mi hija Brandi. Ella duerme completamente desnuda. Me decía tu hermana Demia que le daría mucha vergüenza que os viérais desnudos, sobrino. Mis hijos suelen verse desnudos con total naturalidad, sabes, sobrino. -
De veras, tía. -
Claro, sobrino. -
Sabes, hermano, la tita Carlota pretendía que me duchara contigo. Yo no creo que sea una chica mojigata, pero, no sé, enseñarte el cuerpo desnudo, hermano, me da corte. Bueno, si ya has terminado de ducharte, ahora me toca a mi. -
Demia salió de la habitación y entró en el cuarto de baño. Mientras Marty permanecía en el dormitorio esperando que su tía Carlota saliera del mismo para vestirse. Sorprendentemente, Marty, comprobó que su tía Carlota parecía no tener interés en salir de la habitación. Marty, atrevido y confiado, dejó caer la toalla al suelo y mostró su cuerpo desnudo a su tía Carlota, que sonreía divertida y también excitada. Carlota pensó que su sobrino debería encantarle mostrar su cuepo desnudo a su tía y exhibir su polla en todo su esplendor.
Vaya, sobrino, tu polla se ha puesto inmensa. Sabes que tienes una polla estupenda, sobrino. Me alegra tener un sobrino tan bien dotado de polla, sabes. Bueno, no te importa que te hable de esta manera tan franca, Marty. -
Bueno, tía, me sorprende un poco y me deja algo desconcertado, pero supongo que ya me acostumbraré durante estos días. Supongo que el hecho de estar desnudo delante de ti, tita, hace que mi polla se empine de esta manera. -
No te preocupes, sobrino, me encanta mirar pollas en toda su magnitud. No debes sentirte avergonzado por mostrar tu polla empinada a tu tía. Tu reacción es completamente natural. -
Carlota salió de la habitación y dejó que su sobrino acabara de vestirse y pudiera serenarse. Marty no pudo evitar ponerse nervioso por la presencia de su tía Carlota. Marty se sentía indecentemente acosado por su propia tía. Justo después de que Marty terminó de vestirse y salió del dormitorio, su hermana Demia acababa de ducharse y aparecía envuelta en una toalla. Las miradas de los hermanos presentaban signos de nerviosismo y picardía. Demia se sentía frágil y desnuda debido a la ligera toalla que protegía su cuerpo. La toalla podría caer al suelo y se encontraría completamente desnuda delante de su propio hermano. Demia era consciente que a su hermano le encantaría verla totalmente desnuda, mirar sus grandes tetas, su morboso culo. Lo cierto es que Demia deseaba lo mismo, comprobar cómo su cuerpo morboso desnudo despertaba los instintos más obscenos en su propio hermano. Pero Demia quería que fuera un acto casual y no provocado. Demia sentía una doble sensación de vergüenza y deseo simultaneamente. Por un
lado, Demia deseaba provocar a su hermano con su sugerente cuerpo desnudo, pero por otra parte, sentía cierto pudor. Cuando Marty regresó a la sala de estar comprobó cómo las sonrisas de su tía y su madre evidenciaban el grado de complicidad de ámbas mujeres. Carlota, con total desparpajo, le había comentado a Andrea lo bueno que estaba su hijo y el tamaño considerable de su polla.
- Ven, sobrino, sientate a mi lado. Le estaba comentando a tu madre la polla tan grande que tienes. Claro, tu madre me dice que no te ve desnudo desde que eras pequeño y que no tenía idea de que su hijo estuviera tan bien dotado de polla. - Bueno, hijo, verás que tu tía es una descarada. Tu tía Carlota siempre ha sido así, hijo. Desde jovencita siempre se sentía atraída por los chicos. Ya ves, mi hermana tiene dos años menos que yo, pero fue la primera en tener novio y que la follaran. - Bueno, mamá, tengo que reconocer que estar desnudo delante de la tita me ha puesto nervioso. Aunque dice que los primos y ella se comportan con total naturalidad y que verse desnudos no tiene importancia alguna.
En aquel instante entró en la sala Demia, vestida con una minifalda y una ligera blusa. Se sentó junto a su hermano Marty.
Ahora estoy más fresquita. Necesitaba tomarme una buena ducha. -
Bueno, sobrina, sabías que tienes un hermano que tiene una gran polla. -
Ay, tita, eres una fresca -
Bueno, sobrino, pues yo lo que voy a hacer es desnudarme. Quiero mostrar a mi querido sobrino lo buena que está su tía Carlota, vale. Hermana, ¿ no te importará que me desnude ante tu hijo, verdad? - No, claro que no. De todas maneras te piensas desnudar. Hijo mío, tengo una hermana que nunca cambiará.
Carlota, desvergonzada e indecente, comenzó a quitarse la ropa que llevaba encima. Marty estaba impresionado por la frescura de su tía. Carlota empezó quitándose la falda y enseguida se desprendió de sus bragas que se escurrieron por sus piernas. Deseaba que su sobrino pronto se empapara viendo su coño. Marty miró fijamente el coño de su tía, poblado de abundante vello púbico. Mientras continuaba desnudánsoe Carlota, su hermana Andrea prestaba atención al comportamiento de su hijo, la forma que miraba el cuerpo de la mujer. Andrea se sintió excitada y por unos instantes deseó que fuera ella quién se desnudaba para su hijo. Carlota finalmente se desnudó por completo. Sus grandes y desafiantes tetas fueron enseguida capturadas por la mirada de su sobrino Marty.
Bueno, sobrino, no me dices nada. Supongo que te gusta mi cuerpo. -
Tita, estás buenísima. Tienes unas tetas y un cuerpo estupendo. Te conservas estupendamente, tita. -
Vaya, gracias. Bueno, tu madre Andrea también está muy bien. Hermana, ¿ por qué no te desnudas también y le enseñas a tu hijo tu cuerpo serrano desnudo? -
Ay, Carlota, ¡ cómo me voy a desnudar delante de mi hijo! -
Será divertido, hermana. Tu hijo le encantará ver a su madre desnuda. Lo pasaremos bien. No hay que darle importancia al desnudo. Solo es un cuerpo. Y tu también, sobrina. Venga, Demia, vamos a desnudarnos todas delante de tu hermano. Marty se pondrá contento. -
De acuerdo, tita, voy a desnudarme delante de mi hermano. Bueno, hermano, espero no morirme de vergüenza cuando me veas desnuda. -
Demia, atrevida, se bajó la falda y la dejó caer al suelo. Su hermano Marty sonrió y siguió los movimientos de su hermana con atención. A continuación, Demia se desabrochó los botones de su blusa mientras miraba a su hermano. En el rostro de Demia se dibujaba una graciosa sonrisa al comprobar el inusitado interés que despertaba en su hermano el hecho que se desnudara. Su propio hermano tenía vivo interés en verla desnuda y resultaba muy chocante para ella.
Ay, no puedo seguir, me da mucho corte que mi hermano pueda verme desnuda, tita. -
Venga, sobrina, no seas vergonzosa. Ya solo te falta la ropa interior, Demia. Mira, Marty, date la vuelta. Quizás si no mirases directamente a tu hermana, no le daría tanto corte. Tu hermana Demia es tan vergonzosa, Marty. -
Marty obedeció la sugerencia de su tía y se volvió cara a una pared. Demia, atosigada por su tía y dado que su hermano no la estaba mirando, se atrevió a bajarse las bragas y dejarlas en el suelo. Estaba excitada. Su hermano podría darse la vuelta y tendría oportunidad de contemplar su coño y su denso vello púbico. Se quitó el sujetador y finalmente acabó desnuda.
Bueno, ¿ ya me puedo girar? -
No, todavía no. No sé, todavía no estoy convencida. ¡ Qué vergüenza! Ay, mamá, no sé cómo me he dejado enredar por la tía Carlota. -
Mira, hija mía, sabes que yo también me voy a desnudar. Hijo, todavía no te des la vuelta, que mamá también se va a desnudar. -
Andrea, divertida y espontánea comenzó a desvestirse con vivacidad. No tardó mucho en completar su desnudez. Estaba ardorosa y exaltada. Todavía su cuerpo se mantenía en buena forma y sus encantos todavían eran deseables. Sin duda alguna, era un mujer deseable. Cuando Marty escuchó el esperado permiso de darse la vuelta, su corazón empezó a latir con mayor vigor. Al girarse, su rostró expresó su evidente turbación y su mirada perdida y anhelante, buscó con deseo los cuerpos desnudos de su madre y de su hermana. En primer lugar, Marty miró a su madre, completamente desnuda, sus espectaculares tetas, su voluminoso cuerpo, sus carnes prietas. Y miró el coño de su madre y suspiró por ello. Andrea parecía divertirse por el vivaz interés de su hijo en su cuerpo desnudo. Se sintió rejuvenecida y se sintió orgullosa. Resultaba muy chocante ver su cuerpo contemplado por su hijo. Luego, Marty, miró a su hermana, desnuda y deseada. Miró sus redondas y turgentes tetas, firmes y desafiantes, su delgado y esbelto cuerpo,
su liso vientre y su delicado ombligo y finalmente su mirada obsesionada miró su coño y se sintió emocionado y conmovido. Demia se sintió turbada y avergonzada por la forma tan insolente en que su hermano miraba su cuerpo desnudo, pero también se sintió excitada y ardiente.
Bueno, sobrino, no dices nada. Te has quedado mudo. -
Ay, tita, estoy tan sorprendido. Mi propia madre y hermana totalmente desnudas. -
Bueno, hijo mío, espero que pienses que tu madre todavía se mantiene bien hermosa. -
Sí, mamá, estás muy bien todavía. Tengo que decir que tengo una madre estupenda. Ya lo creo que sí. -
Ay, hijo, me hace mucha gracia estar totalmente desnuda delante de ti. No tiene importancia, pero claro, tampoco en casa estamos acostumbrados a ello. - Hermano, a mi también me divierte estar desnuda delante de ti. Y, ya ves, no me da vergüenza. Resulta sorprendente.
Demia, hermosa y radiante, se sentó en el sofá junto a su hermano, despreocupada totalmente por su desnudez y por la manera que le miraba su hermano.
¿ Te gustan mis tetas, hermano? Son un buen par de tetas, hermano. A partir de ahora pienso enseñarte las tetas más a menudo. Total, no pasa nada por enseñarte las tetas, hermano. -
Vaya, sobrina, de tener apuro por desnudarte delante de tu hermano, ahora pareces disfrutar mucho con ello. -
Ay, sí, tita. Estoy entusiasmada. Mi hermano debe estar muy contento por poder contemplarnos desnudas. -
Bueno, lo cierto es que me encuentro ahora mareado. Resulta tan extraño estar aquí, sentado en el sofá, junto a mi hermana completamente desnuda, y bueno, también junto a mi tía y a mi madre también desnudas. No sé, mamá, te estoy mirando las tetas, el coño, como si fuera totalmente habitual. -
Y bien, hermano, me tienes que enseñar la polla. La tía Carlota asegura que tienes una polla muy grande. Además si yo te dejo que me veas desnuda y que puedas verme las tetas y el coño, hermano, creo que es justo que tú también te desnudes y me enseñes tu polla. Me da mucha ilusión poder verte la polla, hermano. -
Marty accedió a los obscenos deseos de su hermana Demia y se desnudó completamente. La polla de Marty evidenciaba la excitación que iba acumulando. Demia miró la polla de su hermano y se emocionó y conmovió. Demia, alegre, se recreó mirando la polla de su hermano durante unos instantes, sorprendida por su gran tamaño y por aquel maravilloso descubrimiento. Resultaba tan chocante poder contemplar la polla de su propio hermano.
Ostras, hermano, tienes una polla muy grande y hermosa. Mamá, fíjate qué polla tiene, Marty. -
Ya la estoy mirando, hija. Lo cierto, hijo mío, es que tienes una polla inmensa. -
En aquel momento Carlota recordó que debía salir a realizar unas compras y Andrea se ofreció a acompañarla. Después podrían tomar algo en algún bar y hablar de muchas cosas desde la última vez que se vieron. Las dos mujeres se vistieron y después de acicalarse en el aseo marcharon de casa. Los dos hermanos permanecían en la sala de estar, contemplando el filme que en la televisión comenzaban a proyectar. Todavían los dos hermanos se hallaban absolutamente desnudos. En silencio seguían la visión de la película. De todas maneras, Marty prestaba más atención al cuerpo desnudo de su hermana que la película. Nunca hasta aquel momento había tenido la fortuna de ver desnuda a su hermana y comprobar la naturalidad y despreocupación con la que su hermana Demia mostraba sus rincones más íntimos de su hermoso cuerpo le provocaba un sentimiento de ansia inquietante. Marty era consciente que era su hermana, pero también se trataba de una mujer, dotada de un cuerpo generoso e impresionante. Marty trataba de alejar
pensamientos obscenos que invadían su mente en relación al cuerpo desnudo de su hermana, pero era inútil. No podía evitar desear a su hermana, deseaba acariciarla, manosearla toda. Mientras, su hermana Demia era ajena a sus pensamientos y se limitaba a ver la película. Marty se recreó mirando las tetas de su hermana, altas, turgentes y sus anchos y rosados pezones. Se arrimó a su hermana y rozó la pierna contra el muslo derecho de ella, sintiendo su ardor. Demia, cándida, miró y sonrió a su hermano.
Supongo, hermano, que los primos no tardarán en venir. Tengo muchas ganas de volver a verlos, como hace tanto tiempo de la última vez. ¿ Te gusta la película, hermano, o prefieres ver otra cosa? -
No, la película ya está bien, Demia. -
Voy a por una cocacola. Tengo sed, hermano. ¿Quieres una? -
No, Demia. -
Demia se levantó y al girarse en dirección a la cocina, ofreció a su hermano la contemplación de su hermoso culo respingón. Mientras caminaba y al ritmo de sus caderas, lograba subir la temperatura a su hermano. Cuando volvió de la cocina y justo a la entrada del comedor, Marty pidió a su hermana que se detuviera un instante. Deseaba admirar su cuerpo desnudo.
Hermano, ¿por qué quieres que me pare? -
Quiero verte, Demia. Estás tan buena, sabes. -
Ay, gracias, hermano. Sabes, no me importa que me veas desnuda. Me hace mucha gracia que me veas desnuda, hermano. Me lo estoy pasando muy bien.
Demia, graciosa y coqueta, se asió su cabello con ámbas manos y adoptó una postura sumamente insinuante que encantó a su hermano. Sus grandes tetas mostraban todo su esplendor desafiante y embriagador. La mirada dulce y humilde de su hermana le confundían todavía más. Aprovechando que sonaba una melódica música en la televisión, Demia comenzó a bailar, insinuante y provocativa, delante de su hermano. Demia se movía seductora, agitando sus caderas con garbo y gracia, y balanceando sus exuberantes tetas ante la mirada penetrante e insolente de su hermano. Marty se levantó. Quería bailar con su hermana. Marty rodeó con sus brazos a su hermana y dejó caer sus manos por su espalda hasta alcanzar su culo y aferrarse con insolencia a él, apretando su culo con ardor. Demia, despreocupada, le consintió el descaro a su hermano y se abrazó a él. Pudo sentir cómo la endurecida y crecida polla de su hermano presionaba y pugnaba contra su vientre. Aunque le encantó sentir la fuerza de la polla de su hermano, Demia se
sintió turbada e inquieta.
- Ostras, hermano, tienes la polla cantidad de dura, sabes. La siento dura y calentita frotando mi vientre, hermano.
Marty juntó con mayor intensidad su cuerpo contra su hermana y pudo sentir las poderosas tetas de su hermana, apretujadas y aplastadas contra su pecho, y continuó, sin dejar en ningún momento, acariciando su culo.
Hermano, no sé si está bien que un hermano le acaricie el culo a su hermana de esa manera. No sé, hermano, estas cosas no las deben hacer un hermano y una hermana. Somos hermanos, Marty. -
Bueno, Demia, sólo te estoy tocando el culo. -
Quizás, hermano, será mejor que nos vistamos, vale. De todas maneras, como no me da vergüenza que me veas desnuda, tendrás más ocasiones en verme desnuda, hermano. Además a mi me hace gracia que me veas desnuda, hermano. -
Entonces, Demia, ¿ estás enfadada por que te meta mano? -
No, claro que no, hermanito. Lo que pasa es que ciertas cosas no deben hacerse entre hermanos. Solo es eso. Tú eres mi hermano y yo soy tú hermana, y nos debemos comportar como hermanos. -
¿ Y a qué cosas te refieres, hermana? No creo que manosearte el culo, hermana, sea para tanto. Solo estaba jugando, hermana. -
Ya lo sé, hermano, pero, no sé, estoy confundida. Tú sabes, hermano, que soy una chica muy tímida con los chicos. Ya ves, sería incapaz de mostrar mi cuerpo desnudo y bailar eróticamente
como lo hago contigo, hermano. Pero contigo, sabes, es diferente. Me encuentro bien y divertida. Bueno, hermano, continuaré desnuda un rato más, vale. Me lo estoy pasando bien, hermano, pero con la condición de que nos limitemos solo a juguetear y nada más.
Marty, con naturalidad, besó dulcemente los labios de su hermana. A Demia le gustó el cariñoso beso de su hermano. Fue un beso sincero, lleno de cariño de dos hermanos. Demia se revolvió con coquetería y picardía, escapando del acoso de su hermano. Correteó por la casa y se refugió en el dormitorio mientras su hermano la perseguía divertido. Demia, juguetona, quería evitar que su hermano la atrapara, pero, Demia tras tropezarse cayó sobre la cama y su hermano Marty se lanzó sobre ella, echándose sobre su cuerpo desnudo y tratando de inmovilizarla. Demia, rendida y vencida, dejó de forcejear.
Me rindo, hermano. Soy una chica tan frágil. Ay, hermano, déjame salir. Quiero ir al lavabo. Tengo ganas de hacer pis. -
Y si no quiero, Demia. -
Venga, hermano, que tengo ganas de hacer pipí. Eres un aprovechado. -
Marty hizo caso omiso a su hermana y tumbado sobre su cuerpo desnudo, apretó su polla contra el estómago de su hermana, con lascivia y cariño. Demia sentía la erección y poderío de la polla de su hermano, empujando, pugnando, notaba el grado de ardor, y le provocaba un estado de desconcierto y emoción. Resultaba conmovedor sentir la polla de su propio hermano frotando su vientre, tan dura y caliente.
- Ay, hermano, déjame salir. Eres un aprovechado. Te aprovechas de mí por que soy sumisa y débil. -
Finalmente, Marty, cedió a los deseos de su hermana, y la dejó que marchara después de propinarle una cariñosa palmada en su hermoso culo. Cuando su hermana salió de la habitación, Marty, excitado, comenzó a menearse la polla fantaseando con su hermana Demia. Fantaseaba que se follaba a su hermana, lo que le provocaba un estado de embriaguez. Al cabo de unos minutos, Demia volvió del cuarto baño y tras comprobar que su hermano se estaba masturbando sonrió divertida y pícara.
¡ Ay, hermanito, te estás meneando la polla.! Marty cesó su labor y miró a su hermana, que apoyada sutilmente e insinuante sobre la puerta del dormitorio, intensificaba sus ansias de poseerla. La sonrisa clara y espontánea de su hermana, la postura coqueta y insinuante que mostraba su cuerpo desnudo, la provocativa y ligera separación de sus piernas exhibiendo en todo su esplendor su ansiado coño, contribuía a encender aún más la llama de la lujuria. Demia, cariñosa y sensible, se acercó al borde de la cama donde se hallaba su hermano, sin dejar de sonreirle en todo momento. Su sonrisa era sincera e ingenua. Demia se sentía generosa y sentimental. Y cuando su hermano llevó la mano a su entrepierna y osó frotar su coño no se lo impidió y consintió con todo su cariño de buena hermana. Demia se tumbó al lado de su hermano y consintió que magreara su cuerpo desnudo. Se sentía una buena hermana.
Hermano, para que veas lo buena hermana que soy voy a dejarte que magrees mi cuerpo un poquito, vale. -
La inquieta mano de Marty se movió osada por todo el cuerpo desnudo de su hermana, que, sumisa, consentía toda su desvergüenza. Demia separó sutilmente sus piernas para que su hermano hurgara su coño con total comodidad.
- Ay, hermano, nunca antes un chico me había hurgado el coño de esta manera, resfregando mis labios vaginales y metiéndome algún dedo en todo mi coño. No sé, hermano, quizás resulte un poco obsceno y pervertido que un hermano haga estas cosas a su propia hermana. No te cortas nada, hermano, en hurgarme el coño, sabes. -
Marty, contento, acercó su rostro a su hermana y la besó en los labios con entusiasmo y fervor. Deseaba a su hermana. Demia no opuso resistencia y correspondió a su hermano con un beso largo y apasionado, donde sus lenguas se unieron e intercambiaron su saliva embriagadora. Marty se había tumbado sobre su hermana y apretaba su cuerpo con lujuria, refregando su polla contra el vientre de su hermana.
Ostras, hermano, vaya beso. Me ha gustado mucho, sabes. No creo que ésta sea la manera que un hermano bese a su hermana. Me has pegado un buen morreo. Sabes, hermano, me está gustando esto de estar totalmente desnuda delante de ti. Me encuentro bien. No sé, hermano, esto de enseñarte las tetas, el coño resulta muy chocante y gracioso. Eres mi hermano y no es muy corriente todo esto. -
Y tú mi hermana Demia. Estás tan buena, hermana. Eres voluptuosa y tienes un cuerpo tan sensual. -
Vaya, gracias, hermano. Me estás piropeando. Bueno, estoy hecha toda una mujer. Mis tetas son grandes y voluminosas. Tengo un buen culo y mi cuerpo está lleno de curvas. Sí, supongo que estoy buena, hermano. Y me divierte que me veas desnuda, hermano. Siento escalofríos y cosquilleos por mi cuerpo. -
Marty, tumbado sobre su hermana, frotando su enardecida polla contra su delicado vientre, crecía su excitación de forma progresiva y peligrosa. Marty volvió a besar a su hermana Demia, en la boca, con ansia y ardor, juntando su ávida lengua con la lengua de su hermana. Demia, generosa y cariñosa como buena hermana, no se oponía a los desvarios de su hermano y consentía su desfachatez. Demia podía sentir la presión que ejercía la polla dura y palpitante de su hermano contra su piel desnuda, y le provocaba conmoción y temblequeo.
Ay hermano, no me deberías besar en la boca de esa manera. Somos hermanos. Un hermano y una hermana no deben hacer ciertas cosas. Es inmoral. Y, bueno, tienes la polla cantidad de dura, hermano. -
¡ Quiero follarte, hermana! -
¡ Ay, pero qué dices, hermano! ¡ Cómo me vas a follar, hermano! Eres mi hermano. Un hermano no puede follarse a su hermana, Marty. Es aberrante y una barbaridad y una locura, hermano. Es pecado. -
Venga, hermana, sé buena. Sería genial poder joderte, hermana. -
Pero, hermano, no podemos follar. Somos hermanos. Sería una indecencia. -
Déjame follarte, hermana. Sé una buena hermana. Verás qué bien. -
Marty, audaz y descarado, separó las piernas de su hermana y sus dedos hurgaron en lo más íntimo de su hermana, frotando su clítoris, refregando sus labios vaginales. Marty metió varios dedos en el interior del coño de su hermana y provocó su estremecimiento. Demia, frágil y confusa, no se atrevía a oponerse a su hermano y consentía su desvergüenza.
- Ay, hermano, eres un guarro. Te parece bonito hurgar en el chocho de tu hermana. Un hermano no le toca el coño a su hermana de esta manera. -
Marty quiso ir más allá e insolente guió su polla hacia el ansiado coño de su hermana, refregándola en primer lugar a través de sus labios vaginales. Marty miró los ojos cálidos de su hermana y al mismo tiempo aprovechó su mirada confiada para penetrar su coño con delicadeza y cariño. Marty podía sentir cómo su polla penetraba el coño de su hermana y se sentía conmovido y emocionado. Era un sueño convertido en una hermosa realidad. Marty se estaba follando a su propia hermana. Se tumbó sobre el exuberante cuerpo desnudo de su hermana y continuó follándola con toda su pasión. Demia estaba confusa y trastornada. Su hermano había decidido follarla y ella no había sabido resistirse a ello. Era increíble. Su propio hermano la estaba follando. La polla de su propio hermano penetraba su coño. Demia se había visto sorprendida por el impulso desenfrenado de su hermano y sin proponérselo se encontró follando con su propio hermano. Y Demia se sentía exultante y alborozada, sentía la palpitante polla de su hermano
invadiendo su cuerpo, atravesando su coño.
- Ay, hermano, me estás follando. Sí, fóllame, hermano. -
Marty estaba eufórico y sin contemplaciones se follaba a su hermana Demia, con ansia y desenfreno, gozando al máximo de cada instante de aquel sublime momento. Marty deseaba aprovecharse de su hermana y quería follársela. Demia, totalmente entregada a su hermano, le dejaba que la besara en la boca con pasión desbordada, e intercambiar la saliva. Los escalofrios y estremecimientos por el cuerpo de Demia se multiplicaban. Cambiaron de posición y Demia, sin retirar en ningún momento la polla de su hermano dentro de su coño, se situó encima de él, cavalgando sobre su entrepierna de forma desbocada y enloquecida. Su hermano, extasiado, se agarraba a sus voluminosas tetas apretándolas con fervor. Después de unos minutos de incesantes agitaciones y convulciones, Demia cesó en sus movimientos y dejó caer su cuerpo sobre su hermano.
Hermano, estoy alucinada. Me estás follando y resulta alucinante. Eres mi hermano, y un hermano no se folla a su hermana. Estamos cometiendo incesto, hermano. -
Sí, hermana, te estoy follando. Estoy sintiendo mi polla dentro de tu coño, como se desliza en tu interior, hermana, y siento escalofríos por todo mi cuerpo. Estoy emocionado. -
Yo también estoy emocionadísima, hermano. Te quiero, hermano. Muévete y fóllame, hermano. Fóllame, hermano.
Volvieron a mover sus cuerpos ansiosos y palpitantes. Los dos hermanos deseaban que aquel mágico momento no acabase nunca. Marty aferraba sus manos al rotundo y explosivo culo de su hermana, apretándolo y acompañando su incesante vaivén, y suspiraba cada segundo, y se abstraía en sentir cómo su polla entraba y salía del jugoso coño de su hermana. Demia, alegremente, movía sus caderas y agitaba sus enormes tetas. Demia, con cariño, frotaba sus tetas contra el rostro de su hermano que las chupaba y mamaba con pasión. Demia, como buena hermana, deseaba comerle la polla a su hermano, deseaba chupetearla, mordisquearla, olerla, tragarla entera en su boca. Demia había perdido el control por completo. Demia era una chica tímida y vergonzosa que le asustaba los chicos, pero su hermano era diferente. Demia, golosa y tragona, capturó la polla de su hermano con su ávida boca y comenzó a chuparla con todo su cariño. Demia se excitaba y emocionaba al sentir cómo la polla de su hermano palpitaba en su boca. La polla de su
hermano era dura y ardiente. Demia recorría e humedecía con su lengua cada centímetro de la polla de su adorado hermano, mientras sus dedos jugueteaban toqueteando los cojones de su hermano.
Eres una buena hermana, Demia. -
Te la chupo bien, hermano. Es la primera vez que chupo una polla, hermano.Y, bueno, también es la primera vez que me follan, hermano. Estoy muy contenta de que tú seas el primero. -
La chupas muy bien, Demia. Me gusta mucho cómo me chupas la polla, hermana. -
Demia, servicial, trató de engullir completamente la gran polla de su hermano, y la tragó entera sintiéndola en su garganta. Marty estaba impresionado y excitadísimo. No pudo resistir su excitación más tiempo, y mientras su polla se mantenía dentro la boca de su hermana, un torrente de candente semen salió disparado e inundó la boca de Demia. Su hermana mantuvo su polla en su boca y sintió, ahogada, cómo más chorros de semen brotaban y pringaban su boca. Demia trató con éxito de no sentir naúseas. Demia entreabrió la boca y parte del semen alojado, se desparramó por sus labios y por su barbilla. Sus labios se cubrieron por una blanquecina capa de semen. Sacó su lengua y mostró a su hermano cómo se encontraba llena de espeso semen.
- Ostras, hermano, me has llenado la boca de semen. Joder, vaya corrida, hermano. Me siento ahogada.
Marty, juguetón, esparció el semen que cubría la barbilla de su hermana por su bonito rostro y, luego, volvió a meter su polla dentro de la boca de Demia que, sumisa, trató de limpiarla del semen que envolvía su extremo. Demia, espontánea, se relamió a gusto los restos de semen que cubrían sus labios rojos y blanquecinos.
¡ Qúe buena está tu leche, hermano! -
Te ha gustado, hermana. Me alegro. -
Ha sido una pasada, hermano. Eres mi hermano y todo esto resulta tan chocante. Cuando le cuente a mis amigas que mi propio hermano me ha follado no se lo creerán, seguro. -
Esta es la última parte de una serie de relatos que mucha gente ya seguro que conoce, y como creo que en esta página no están expuestos, pues yo me ocupo de que todo el mundo los conozca.
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PD- Perdón si hay algún fallo, intento ponerlos lo mejor posible.
PD2- Y si es posible, valorar y comentar mis comentarios, porfa, sobre todo mis 2 relatos reales:
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Saludos, y gracias.