Brandi (10)
Relato NO real. 6. Carlota continua sus escarceos sexuales con sus hijos, Christian y Brandi.
Brandi se abrazó a su hermano Christian y le besó en la boca apasionadamente, mientras su mano derecha buscaba desesperadamente su polla bajo el agua. Carlota presenciaba la escena orgullosa del cariño que se mostraban sus hijos. Brandi, hambrienta, deseaba chuparle la polla a su hermano, y éste, generoso, se sentó al borde de la bañera. Arrodillada frente a él, Brandi, capturó la polla de su hermano con su insaciable boca, y comenzó a mamarla con todo su cariño de hermana, lamiéndola, mordisqueándola, y dándole cariñosos besitos. Brandi era capaz de tragarla entera, logrando que la poderosa polla de su hermano desapareciera completamente dentro de su boca. Brandi sabía que a su hermano le encantaba que se tragara entera su polla, hasta alcanzar su garganta. Carlota miraba la escena satisfecha de la pasión de sus hijos.
Vaya, hijos míos, ya veo que no os cortáis en absoluto ante mi presencia. -
Ay, mamá, es que me gusta tanto comerle la polla a mi hermano. Es tan sabrosa y tan apetitosa. Estoy enamorada de la polla de mi hermano y del sabor de su leche.
Carlota se arrimó a su hijo y cariñosa y mimosa se animó a sobar sus cojones, golpeándolos con suavidad, mientras Brandi continuaba mamando con delirio. Christian miraba a su madre sonriente, y en un acto espontáneo su mano derecha se orientó hacia las tetas de su madre y las manoseó con frescura y total desenvoltura. Carlota dibujó una sonrisa clara y espontánea y se despojó de su blusa y sostenes para ofrecer en todo su esplendor las grandes tetas a su hijo. Carlota ardía de deseo por sentir las propias manos de su hijo manoseando sus encantos desnudos. Christian sonrió con picardía y aceptó la sugerente y tentadora invitación de su madre. Las hábiles y traviesas manos de Christian se perdieron en la inmensidad de las tetas de su madre, frotando, amasando, estrujando con verdadero deleite y complacencia. Carlota se sentía más maternal, una auténtica madraza. Sonreía y su rostro dibujaba todo la delicia que la situación le provocaba. Por otra parte, la hermana de Christian no dejaba de chupar su polla. Su
hermana era insaciable. Mamaba su polla con voracidad, con ansiedad. Adoraba la polla de su hermano.
¿ Qué tal, hijo, estás contento ? Tu hermana es insaciable. Nunca se cansa de chuparte la polla, hijo mío. Espero que deje algo para mi, para eso soy tu propia madre. -
Ay, mamá, todo esto es tan alucinante. -
Sabes, hijo, cuando antes salí de compras me crucé con la vecina del piso de enfrente, y no pude resistirme a contarle que había follado contigo, hijo. Tenía que contarlo. Mi vecina, claro, se quedó totalmente impresionada, lo que comprendo perfectamente. Todavía no me puedo creer que haya follado con mi propio hijo, la verdad. -
¿ A quién, a Bárbara, mamá ? -
Sí, a Bárbara se lo he dicho, hijo. Ya te digo, está fascinada. Y eso que mi vecina Bárbara es muy liberal y moderna. Claro que follar con tu propio hijo no resulta muy normal. Y es lógico que se sorprenda. -
Hace mucho tiempo que no veo a su hija Cindy, mamá. -
Pues, hijo, se ha convertido en una preciosa chica. Bueno, tu hermana, creo que es buena amiga de ella, no, Brandi. -
Sí mamá. Acostumbramos a salir con la misma pandilla. Bueno, hermano, dejaré de chuparte la polla un rato. Este fin de semana seguramente saldremos. Pues, Cindy, es más puta y zorra que yo, mamá. Podrás follártela, hermano, si te apetece. Y, sobre todo, le encanta que la follen por el culo. -
Bueno, hijo, y creo que también podrías follarte a Bárbara, su madre. De hecho, su hija Cindy ha salido a ella, porque, Bárbara también está hecha una buena ninfómana. Por eso se separó hace un año de su marido. La muy puta se entendía con los amigos de su hija Cindy, hasta que un día su marido la sorprendió en la cama de su casa acompañado de tres chicos jóvenes.
Carlota, finalmente, se desnudó por completo, sonriente, orgullosa de su comportamiento tan liberal y libertino. Era tan vicioso su comportamiento. Se sentía tan realizada como madre. Y feliz, se unió a sus hijos en la bañera. Christian comenzó a enjabonar el espléndido cuerpo de su madre con la ayuda de una esponja, frotando con ímpetu y ardor, concentrándose en las exuberantes tetas de su madre, centrando su esfuerzo en aquellas hermosas tetas. Buscó el coño de su madre y la mano derecha de Christian se emplazó en la entrepierna de su madre, percibiendo el fuego que desprendía. Carlota suspiró de deseo. Su propio hijo frotaba su coño. Y Carlota se sentía la mejor madre del mundo. Carlota sentía emocionada los traviesos dedos de su propio hijo hurgando su coño. Era un placer diferente que la llenaba por completo.
Ay, hijo mío, ya no te cortas nada. ! Mira que frotar el coño de tu madre ¡ Y vaya manera de meterme mano. Me haces sentir muy halagada y orgullosa. -
Es que mamá, no puedo evitar manosear tu cuerpo, tus tetas, tu culo y claro, tu coño, mamá. Y es genial, mamá. Qué bien, desnudo junto a mi madre y mi hermana. Es alucinante. Me siento emocionado. Además, mamá, esto ya me parece hasta normal, como si magrear los cuerpos desnudos de mi madre y mi hermana fuera lo más natural. -
Bueno, hijo, y no tan sólo eso, eh. Lo más alucinante y maravilloso es que, hijo, puedo contar que he follado con mi propio hijo. He follado con mi hijo. Me encanta esta frase. Y bueno, también me parece fenomenal que mis dos hijos follen como lo más natural en un acto bonito de cariño y hermandad. -
Qué bien, mamá, ya veo que estás totalmente convencida de que no es nada malo que me folle mi hermano. Es estupendo, mamá. Bueno, mamá, sabes que me voy a ir a vivir con mi hermano. Será fantástico. Me convertiré de hecho en su amante. Seré su querida y su hermana a la vez. ¿ No es maravilloso, mama ? -
Bueno, hija, supongo que sí. Pero, supongo que no estaréis tanto tiempo sin visitarme. Me gustaría que vinierais a menudo a visitarme, hijos míos. -
No te preocupes, mamá, siempre estaremos en contacto.
Christian, mimoso y cariñoso, se arrimó a su madre y le dio un tierno beso en los labios, mientras su mano derecha frotaba el coño de su madre, jugoso y húmedo. Christian quería mucho a su madre y no deseaba que se sintiera desplazada. Christian no podía olvidar que se había follado a su madre, y claro está, no tenía intención de dejar de follarla en otras ocasiones. Ciertamente era maravilloso follarse a su madre. Carlota estaba muy excitada y caliente y se abrazó a su hijo apasionadamente, apretujando su ardiente cuerpo contra su hijo. Un sentimiento de placer muy intenso y vehemente brotó en el interior de Carlota. Sentía el cuerpo de su hijo, su calor y su potencia. Sentía su polla. No podía creerlo, se sentía hipnotizada por la gran polla de su propio hijo. Las grandes tetas de Carlota pugnaban con ardor contra el pecho de su excitado hijo. Le besó en la boca con vehemencia y cariño. Carlota ardía de deseo, ansiaba entregarse en cuerpo y alma a su hijo. Brandi no quería inmiscuirse, deseaba que su madre
pudiera gozar en toda plenitud. Además quería presenciar cómo su hermano se follaba a mamá.
Abrázame, hijo. Te adoro tanto. ¡ Abraza a mamá ! -
¡ Ay, mamá ! Todo esto es una locura y una perversión. Estamos cometiendo incesto, mamá. -
Hijo, no pienses en ello, y abraza fuertemente a mamá.
Carlota llevó el rostro de su hijo hacia su pecho y lo aplastó contra su inmensidad. Su hijo quedó atrapado por su grandiosidad, en la abundancia de sus turgentes y carnosas tetas. Christian comenzó a mamar las tetas de su madre con pasión y delirio, chupando y mordisqueando los sabrosos pezones. Christian se esmeraba con todo su cariño. Carlota sonreía contenta y orgullosa de la muestra de gran madre que exhibía. Su hijo mamaba sus tetas sin parar un momento.
- Muy bien, hijo, cómete las tetas de mamá. Ahora déjame que mamá te chupe la polla, hijo.
La hambrienta y ávida boca de Carlota capturó la polla de su hijo y se dedicó a chuparla con insolencia y desvergüenza, devorándola por completo, olfateándola con anhelo, disfrutando del sabor y olor de la polla de su hijo, gozando de la fascinante sensación de tener la espléndida polla de su propio hijo dentro de su jadeante boca. Mientras tanto, Brandi, los contemplaba en silencio, recreándose con la contemplación de su madre y su hermano en pleno escarceo sexual. Los miraba fascinada por tan excitante y turbadora relación.
Parecía tan natural y espontáneo la forma en que su madre y su hermano se abrazaban, se besaban, se lamían, que podría pensarse que resultaba un acto del todo habitual y frecuente. Carlota parecía enloquecer por la forma desenfrenada y delirante de chupar la polla de su hijo, con insistentes lametones y chupadas, cubriéndola con su saliva embriagadora, lamiendo sus cojones. Carlota adoraba la polla de su hijo. Resultaba tan fascinante poder chuparle la polla a su propio hijo.
- Ay, hija, está tan sabrosa la polla de tu hermano. Ven, acércate, vamos a compartir la polla de tu hermano juntas, como buenas madre e hija.
Brandi se arrimó a su hermano y a su madre. Carlota ofreció la polla de su hijo a Brandi, y juntas, Brandi y su madre, se aprestaron a chuparla con cariño y amor, turnándose con armonía. Mientras Brandi se dedicaba a mamar la polla de su hermano, Carlota se distraía chupando sus cojones. Y, luego, cambiaban los papeles como buenas compañeras. Christian estaba alucinado y turbado. Christian acompañó a su madre a su dormitorio, junto a su hermana. La excitación del momento había alcanzado tal intensidad que decidieron continuar el desenfreno en la comodidad de una amplia cama. Pronto, Christian, se animó a follarse a su madre. Suspiraba por follarse a su propia madre, sentir su polla dentro del coño de su madre, sentirse dentro de su madre, tener consciencia de estar follándose a su madre.
Ay, hijo mío, sí, fóllame. Folla a mamá. -
Mamá, te estoy follando. -
Sí, hijo, no es maravilloso. Has visto, hija, tu madre ha perdido toda decencia y escrúpulo. Ya ves, follada por mi hijo. Y me encanta tanto.
Carlota se detuvo en sus movimientos y sentada sobre la entrepierna de su hijo, señaló a Brandi su coño con la polla de su hijo incrustada en él. Se lo mostraba a su hija completamente orgullosa y eufórica. Carlota miraba a su hijo con una sonrisa sincera y pícara, respondida por su hijo rebosante de complicidad.
Ay, hijo, me encanta hablar contigo, mientras tengo tu polla dentro de mi coño. Es tan excitante, hijo. Creo, hijo, que a partir de este momento me resultará muy difícil prescindir de que me folles de vez en cuando. Es maravilloso. Es maravilloso. Ya sé que es inmoral, indecente, vergonzoso, pero lo cierto es que me siento la mejor madre del mundo. Ves, hija, como al final consiento de follar con tu hermano. -
Ya veo, mamá. Es fantástico tener una madre así de chula y desenvuelta. Sabes, mamá, te tendría que presentar a mis amigos y amigas y venirte a alguna de las orgías que montamos. Se quedarían impresionados y, bueno, mis amigos enloquecerían por follarte, mamá. Se morirían por follarse a madre e hija. -
Bueno, hija, no sé. Bueno, menos hablar y más follar. Venga, hijo, muévete, y fóllame.
Carlota movía sus caderas con vehemencia, y sentía cómo la polla de su hijo penetraba su coño. Una multitud de sensaciones maravillosas invadían su cuerpo y la hacía estremecer de placer. Su hijo, al mismo tiempo, se ocupaba de sus grandes tetas, y las amasaba con entusiasmo y devoción. Christian apretaba las tetas de su madre, las juntaba y las meneaba con delirio. Christian era consciente que se estaba follando a su madre. Era un sentimiento estremecedor y conmovedor. Christian abría sus ojos y no podía evitar sentirse turbado y desorientado. Contemplaba una mujer totalmente desnuda, jadeante, espectacular, en posesión de un impresionante cuerpo, moviéndose con ímpetu y apasionamiento. Christian se estaba follando aquella insaciable mujer. Y esa insaciable mujer era su propia madre. Christian se estaba follando a su madre. Las sensaciones que recorrían su cuerpo se multiplicaban intensamente y no podía retrasar su orgasmo. Carlota comprendía enseguida la situación de su hijo, y le rogó que se corriera en su
boca. Quería su leche, que inundara su boca, su garganta. Y, claro, así fue. Sin dejar de mirar a los ojos de su hijo, Carlota abrió su boca ansiosa en espera de recibir el caliente y sabroso semen.
- -Venga, hijo mío, apunta bien. No quiero perder una gota de tu leche.
Christian lanzó un gran chorro de semen que empapó la lengua de su madre. Christian continuó lanzando chorros de esperma en abundancia que alcanzaron la boca, el rostro y la nariz de su madre. El semen se desparramaba por la lengua y se mezclaba con su saliva embriagadora. Christian sonreía complacido y observaba cómo la leche se esparcía por la comisura de los labios de su madre y cómo cubría su barbilla.
- Qúe bien, hijo, qué delicia de leche. Está sabrosisima. Me encanta tu leche, hijo. Déjame que te limpie la polla del resto de la leche.
Carlota se volvió a meter la polla de su hijo en la boca y chupó con cariño, sorbiéndola y limpiándola del resto de semen. La boca de Carlota se llenaba de la leche de su hijo. Carlota no dejaba de sonreír a su hijo, y sus labios rojos y sus dientes blancos brillaban por el semen que se extendía.
Bueno, hijo, esta es la segunda vez que me follas y te corres en mi boca, eh. -
Sí, mamá. Es increíble. No veas, mamá, tienes la boca llena de leche. Qúe pasada. -
Ya veo que te gusta ver a tu madre así, con la boca escupiendo semen, eh. Bueno, Brandi, no dices nada. Ya ves, tu hermano me ha follado como si follarse a su propia madre fuera del todo normal y habitual. Realmente creo que he perdido un poco el control, hija. Pero me entusiasma la idea de que me folle mi propio hijo. Es tan fascinante e insólito. Sentir la polla de mi propio hijo dentro de mi coño. Es maravilloso. -
Yo lo encuentro fenomenal, mamá. A mi me encanta que me folle mi hermano. Y bueno, mamá, espero que te vengas algún día conmigo y mis amigos. Todavía eres joven, mamá, y te mantienes estupendamente. Mis amigos estarían encantados en follarte. -
Ay, hija, no sé. -
Mira, mamá, podrías dejar que te follasen varios chicos a la vez. Es fantástico. Dime que sí, mamá. Mis amigos estarían entusiasmados con la posibilidad de follarte, mamá, y más aún en presencia de su hija. Me daría mucha ilusión, mamá, ver cómo te follan mis amigos. -
Hija, qué pesada eres. No insistas, hija, que no me voy contigo a que me follen tus amigos. Tus amigos pensarían que tu madre está hecha toda una puta y una zorra -
Bueno, y qué. Yo soy una puta, mamá, y estoy contenta de ser una puta. Ay, decídete, mamá, sería maravilloso que mi madre participara conmigo en una orgía repleta de chicos guapos y con grandes pollas. Sería maravilloso compartir las mismas pollas con mi mamá. -
Pero, hija, tus amigos creerían que tu madre es una ninfómana y una pervertida. Mira, lo que sí puedo consentir es que invites algún amigo tuyo a casa, y bueno, creo que podría invitarle también a follarme.
Carlota, juguetona, participó en los juegos íntimos y pícaros de sus hijos. Completamente desnudos pasearon por la casa, manoseándose en todo momento. Carlota preparó el almuerzo desnuda, mientras su hijo Christian revoloteaba a su alrededor, metiéndole mano, sobando sus grandes tetas, manoseando su culo. A Carlota le encantaba la desvergüenza de su hijo. Carlota sabía que todo aquello era inmoral e indecente pero el placer que sentía superaba todos los prejuicios posibles.
Ay, hijo, no dejas de meterme mano. Déjame hacer la comida, hijo. Ya tendrás tiempo más tarde de jugar con mamá. Ay, Brandi, este hermano tuyo es insaciable. -
Verdad que es un encanto, mamá.
Christian y Brandi se dirigieron a la sala de estar. Acomodados en el amplio sofá, Brandi se mostró mimosa y cariñosa c0n su hermano, arrimándose a él para que pudiera sentir el calor de su cuerpo joven y desnudo. A su hermano le encantaba sobar sus tetas, amasarlas con sus manos y pellizcar sus rosados y apetecibles pezones.
Ay, hermanito, estoy tan contenta. Méteme mano, hermanito, todo lo que te apetezca. Frótame el coño, quieres hermanito. ¡ Aprovéchate de mi ! Soy tuya, te pertenezco, hermano. -
Claro que sí, hermanita. Es un placer satisfacer tus obscenos deseos, Brandi. Sabes, hermanita, me estoy acostumbrando a esta situación. Incluso cada vez más me parece algo natural y normal. Me resulta ya familiar verte desnuda, hermanita y poder magrear tu cuerpo. -
Y yo que me alegro, hermanito.
Brandi besó en los labios a su hermano, con cariño y amor, al mismo tiempo que se acariciaban mutuamente. El beso fue largo y apasionado, donde sus lenguas húmedas se unían con emoción y frenesí. Brandi se emocionaba al sentir la dureza y poder de la gran polla de su hermano, y con la mano derecha meneaba la polla de su hermano con mucho entusiasmo. Brandi estaba exultante.
- Sabes, querido hermanito, todo esto es tan maravilloso. Me siento tan bien y dichosa, completamente desnuda en tus brazos, hermanito, percibiendo cómo tus manos magrean mi cuerpo caliente y cómo me haces sentir un juguete. Me pones tan cachonda. Y eso me encanta, sabes. Te quiero tanto, hermanito. Y es tan hermoso y entrañable que me folles, hermano. Estoy deseando que me lleves a vivir contigo, sabes. - - Eres un encanto, hermana. Y me encanta follarte. Es todo tan inmoral y obsceno. Follarte a tu propia hermana, suena tan vicioso. Tendrías que llamar alguna amiga tuya para que nos grabe un video follando, hermanita. - - Hermanito, podíamos pedírselo a mamá. Sería como participar en una peli porno junto a mi querido hermanito ámbos protagonistas ¡ Qué emocionante ! Aunque, ahora que pienso, mi amiga Laura es muy aficionada a filmar paisajes con su cámara de video. Cuando viene de vacaciones siempre nos muestra bonitas imagenes de los lugares del mundo que visita.. De todas maneras, no creo que nunca haya
filmado algo como lo nuestro. Mi amiga Laura es una buena chica pero algo tímida. Supongo que si le propusiera que nos filmara follando, hermanito, se quedaría absorta y atónita. Nunca se ha unido a nuestras fiestas y orgías. Un día vino con nosotras a la playa, y nos costó un esfuerzo terrible en convencerla de que tomara el sol completamente desnuda. Le daba mucha vergüenza que los compañeros de clase la vieran totalmente desnuda.. Aunque al final se decidió. Voy a llamarla, Christian. Además, creo que te gustará mucho mi amiga, hermanito. Mi amiga es tan dulce y virginal. - - Me excita la idea, hermanita, pero si tu amiga Laura es tan vergonzosa, dudo que acepte la invitación. Por que si al menos me conociera. - - Bueno, mi amiga Laura sabe que soy una guarra, pero de entrada no le diré la verdad y tan sólo que me gustaría que viniera y que me filmara desnuda.