Bragas usadas

Mi obsesión por la ropa interior usada.

Desde siempre, uno de los grandes placeres de mi vida sexual está relacionado con la ropa interior usada de las mujeres.

Nunca pierdo una oportunidad para visitar los cestos de la ropa sucia que en la mayoría de casas colocan en el baño. Conozco el olor del coño y del culo de la mayoría de mis amistades, familia, etc.

Cuando me casé, una de las principales razones fue el descubrir que mi mujer es una maquina de tirarse pedos y que siempre mancha abundantemente sus bragas de flujo y de restos de caca. Es para mi un placer contemplar, oler y chupar esas manchas que salpican sus bragas. Mi mujer usa casi siempre tangas y es un placer para mi repasar con atención todas las marcas de su cuerpo que se impregnan en la fina tira que cubre su sexo y que se adentra en su ano. Las mejores son las que deja en el cesto después de sus sesiones de gimnasia, donde se mezcla el olor a sudor, coño y culo.

Como os he dicho soy muy afortunado pues siempre las mancha abundantemente y muchas veces de caca pues se tira un montón de pedos. En alguna ocasión técnicamente podría decirse que se caga encima. Las más sucias son como un trofeo para mi que conservo fotografiándolas o ecaneandolas. Me encanta masturbarme usando sus bragas sucias que coloco en mi cara aspirando toda su humanidad.

Este verano tuvimos a la hija de unos amigos nuestros en casa a pasar el fin de semana. Es una chica de 16 años con un cuerpo de mujer. Aprovechando que las dos se fueron de compras, llegó mi ocasión y revolví sus cosas hasta encontrar unas bragas suyas.

Quería saber como olía la hija de nuestros amigos. Lo que encontré supero mis expectativas, allí estaba el tanga que había llevado el día anterior y que seguramente durmió con él puesto ya que estaba bastante húmedo. El la parte que estaba en contacto con su coño se apreciaban unos grumos blancos de flujo que testimoniaban un placentero sueño erótico y bastante reciente pues aun no estaban secos, tenían esa viscosidad que certificaban mis suposiciones.

Los toque, olí y chupe ávidamente. Su olor era bastante fuerte, seguro que se había masturbado. Seguí con el examen. Me había dejado lo mejor para el final, y me encontré con que la tira que tantas horas había estado incrustada en su ano, estaba completamente marrón, y el olor acre que desprendía inundaba mis fosas nasales. Que bien olía su culo.

Tanta mancha tenía que haber dejado alguna huella más y rápidamente me lance sobre el pijama y efectivamente en la zona de su culo pude apreciar unas severas manchas marrones de caca que adornaban la prenda. La excitación era máxima y no pude evitar el masturbarme oliendo sus ropas sucias.

Si deseáis compartir experiencias y otras cosas podéis escribirme a: Brusi7@telepolis.com