Bondage perverso

Una chica sometida al capricho de un chico...

BONDAGE PERVERSO.

Me atas, atas mis delgadas muñecas a los barrotes de la cama, utilizas un pañuelo de seda, me dejas inmóvil y te vas, abandonas el dormitorio, me deleito contemplando tu culo redondo y firme.

Mi rajita se humedece, un poco

Me vendas los ojos, regresas al cuarto, yo te espero, ansiosa y desnuda, y me vendas los ojos, me sumerges de repente en las tinieblas, todo se torna oscuro, negro. No veo nada, y no puedo moverme, me encanta.

Sometida a tus caprichos

Escucho sonidos. Intuyo que caminas, me excita imaginar todos los juegos que se acercan, lámeme, cómeme el coño, méteme tu verga dura hasta el fondo, o fruta, ve a la cocina, coge una fresa, introdúcela en mi abertura húmeda y luego llévala a mi boca.

No pasa nada de eso. Mi deseo aumenta… Mi sexo cada vez más mojado

¿Has ido a buscar un vibrador, cariño?. Qué rico si llegas de repente y me penetras con ese juguete que tanto nos hace gozar. ¿O estás pensando hacérmelo por el culo?. Muy despacito, eh?, que sabes que me duele… Quizá, como sabes que me gusta mucho, hayas ido por hielo

Sí, será eso… Ya casi puedo notar cómo el hielo resbala por mi piel morena, tan frío, déjalo un ratito en mis pezones, y no seas tan perverso como siempre, no lo subas y bajes por mi monte de Venus una y otra vez, condúcelo directamente a mi coño, que lo aguarda, goloso

Pasa el tiempo

¿Dónde estás?. No te oigo. No oigo nada, todo es silencio, creo, empiezo a creer, que te has marchado. En la habitación no estás, y me parece que también has abandonado la casa. Continúo empapada, apenas puedo moverme, tengo ganas de hacer pis, y necesito que me comas mi conejito ya

Las horas avanzan, lentas… ¿o son minutos?.

Suena el teléfono, estoy aletargada, me estoy meando, siento hambre, y un calambre recorre todo mi cuerpo… No puedo contestar. En tensión, espero hasta que salta el contestador, entonces escucho tu voz, maquiavélica.

"Hola, cariño. Acabo de llegar al despacho. Ya ves, una travesura nueva, nunca la habías probado. Llegaré a casa sobre las nueve, quizá más tarde, tú puedes dormirte o hacer lo que tengas qué hacer, pero preferiría que no hicieras nada de eso. Un beso, cariño."

Mi coñito sigue rezumando humedad, pero ahora ya sabe que de momento no hay ni lengua ni polla

En algún lugar, impreciso, un reloj suelta cuatro campanadas.

O tal vez tres...