Bolas chinas

Encuentro sexual con una amiga con "derecho a roce", para hacer cumplir su fantasía y la de su amante cibernetico.

Son las 9:10 de la mañana. El tiempo es bochornoso y agobiante. Me molesta el calor. Menos mal que pronto empezará a refrescar la temperatura y mi cuerpo empezará a sentirse mejor, como si mis biorritmos mejorasen con el frío. Me suena el móvil. Llamada oculta...

Sí, diga.

Hola cielo, soy yo...

Hola Gema, ¿Cómo estás?

Bien. Quiero hacerte una proposición. No sé si estarás conforme

Dime, ¿qué proposición me quieres hacer?

Mejor te lo comento en persona... ¿Tomamos un café juntos?

Vale. Dime donde.

En el "Malbourne". En 15 minutos, ¿Te va bien?

Perfecto. Allí estaré. Un beso.

Igualmente.

Me dirijo al lugar de la cita en mi coche. Tengo suerte y puedo aparcar muy cerca del lugar de la cita, casi en la puerta.

Entro en el bar. Apenas hay nadie. Normal a esas horas esta todo el mundo trabajando o durmiendo. Pido un cortado a la camarera. No es guapa de cara, pero tiene un cuerpo de vértigo. Me siento en un rincón, en una mesa que queda oculta para la mayoría de los clientes del bar. Yo soy casado y ella, Gema, también. Somos amigos desde hace muchos años. Amigos con derecho a "roce". Sí, nos hemos enrollado unas cuantas veces y hemos terminado follando como locos en la habitación de un hotel.

Tras unos minutos aparece por la puerta. Vestida discretamente, pero sin poder ocultar bajo la ropa ni sus pechos ni su impresionante trasero. No es en absoluto un prototipo de belleza. Pero todo su ser y por cada uno de sus poros irradia una sensualidad, un erotismo que para sí lo quisiera más de una miss universo con todo lo buenas que está.

Nos besamos en la comisura de los labios, como es nuestra costumbre e inmediatamente entramos en materia:

Bien, cual es esa propuesta que me quieres hacer

No sé como planteártelo. No tienes obligación de hacerlo, tenemos confianza

Venga, al grano... Sabes perfectamente que no puedo estar 5 minutos a tu lado sin meterte mano...

Bien. Sabes que mantengo correo con un compañero de otra provincia

Sí, me lo has comentado-La interrumpí.

Pues me ha hecho una proposición... quiere oír por teléfono cómo me folla alguien... Y he pensado en ti... ¿Te atreves?...

Me gustaría hablar con el tío éste... quizá podamos conseguir más morbo..

Él también quiere hablar contigo – Dijo al mismo tiempo que marcaba unos números en su móvil.

¿Pepe?, hola ... ¿sabes a quién tengo a mi lado?... sí, efectivamente. ¿Quieres hablar con él?... vale, te lo paso

Hola, soy Tony- dije

Encantado, soy José. ¿Te ha comentado algo Gema?

Sí me ha comentado vuestro "proyecto", y por mi parte no hay inconveniente, pero me gustaría introducir algún elemento morboso.

¿Sí?

¿Cómo por ejemplo?

Mmmm... no sé, forma de vestir, y alguna cosilla más... Me gustaría comentarlo contigo más tranquilamente... ¿Tienes e-mail?

Sí, toma nota ...

Ok. Lo tengo. A eso de las 8:00 de la tarde suelo conectarme. El mío es...

Conforme. Te agrego y hablamos. Chao

Chao. Te paso a Gema.

Bueno, ya me informareis una vez hayáis decidido.

Gema se despidió de José. Su mirada en esos instantes fue igual a la de una perra en celo. Me levanté para pagar las consumiciones y marchar al trabajo. Tenía varios temas sumamente importantes que solucionar.

¿No me anticipas nada?

No bonita... tengo varias cosas en la cabeza que discutiré con tu amante cibernético. Ya te contaré.

Nos despedimos y no dudé en darle un piquito y pasar mi mano por su culo apretándola hacia mí.

¿Te llevo a algún sitio?

Noooo, jajajaja... seguro que me llevarías a cualquier descampado y me pegabas un polvo...

Hoy no bonita, hoy no... tengo mucho trabajo.

Pasaron las horas rápidamente. Ya se sabe, cuando te enfrascas en el trabajo no tienes tiempo de pensar en nada mas. Eran las 8:35 de tarde y accedí al MSN . Tenía un invitación de José que acepté. Cruzamos muy pocas palabras a través de MSN. Únicamente le expliqué qué mi proyecto muy escuetamente: Exigiríamos a Gema que el día señalado para llevar a cabo esa fantasía, debería ir durante todo el día sin ropa interior, con la falda más corta que tuviese en el armario, el pubis totalmente depilado, medias de rejilla, botas con tacón de aguja y con unas bolas chinas introducidas en su coño hasta la hora concertada para la sesión de sexo. Por otra parte, durante su jornada de trabajo, si recibía alguna proposición deshonesta por parte de algún cliente o clienta, debería aceptarla y debería guardar total abstinencia sexual durante toda la semana. Nada de follar con su marido, nada de "deditos", nada de sexo. Cerramos el MSN.

Al día siguiente recibí en el móvil un mensaje de texto de Gema: " Sois unos degenerados y unos hijos de puta". Sin duda José la había puesto al corriente. Con una sonrisa en los labios procedí a contestarle: "Sí. Pero tu eres una auténtica zorra y solo de pensarlo mojas el tanga".

A los pocos segundos me hacía una llamada:

¿Va en serio que tengo que ir a trabajar como me ha dicho José?

Sí. Aunque no creo que seas capaz de hacerlo. No aguantarás una semana sin nada de sexo... ni onírico ni del otro.

Eso tu no lo sabes.

No serás capaz... aunque en la cama eres una auténtica puta, en la calle eres una señora... siempre lo has sido. No serás capaz de cumplir todo lo que te hemos propuesto- traté de "picarla".

No me conoces... Cuando me propongo cualquier cosa la hago... Y ésta ya te digo que sí la haré. Por cierto ¿De donde tengo que sacar las "bolas chinas"?

Bien, tu lo decides. Respecto a las bolas, no te preocupes, yo te las conseguiré.

No he utilizado nunca ese tipo de juguetes... No sé como van.

Mejor. Así experimentarás nuevas sensaciones.

¿Nos veremos antes del día H?

Sí, cuando tenga las "bolitas" quedaremos para tomar un café y te las daré. ¿Estás cachonda"

Si mucho, me estoy mojando solo de pensar todas las guarradas que me vas a hacer el viernes.

No tienes ni idea donde te has metido... Recordarás este día toda tu vida, te lo aseguro.

Esa misma tarde salí de mi despacho a realizar las compras que tenía previstas en mi mente para el próximo viernes. Faltaban 48 horas aproximadamente. En primer lugar fui a una farmacia. Allí compré un paquete de 6 guantes de silicona y un tubo de lubricante de gel al agua. En el último instante decidí que no comprar condones. Lo haremos de forma natural. Nada de barreras que quitan sensibilidad. De la farmacia me dirigía una de las muchas tiendas existentes en la ciudad regentadas por chinos. Sí allí venden las bolas chinas más genuinas y auténticas. Nada de bolitas de plástico unidas por una cuerda y con una anilla en un extremo. No. Estas van en una cajita forrada en tela. Tienen un diámetro de 4,50 cm., pesan unos 50 gramos cada una y son metálicas, tanto exterior como los contrapesos que llevan interiormente. Suenan como campanillas cuando se mueven y van primorosamente decoradas con motivos chinos. Las que adquirí eran de color verde, con unos bonito osos panda en blanco y negro.

Guardé todo el paquete en el maletero de mi coche, en un compartimento muy apropiado para esos menesteres. Tampoco es cuestión que mi mujer los encuentre y me pida explicaciones.

A pesar de la insistencia de Gema, no le dije nada ni acepté quedar con ella hasta el viernes por la maña. Debía entregarle las "bolas chinas". Quedamos en una cafetería próxima a su centro de trabajo. Una oficina con mucho movimiento de clientela. Ella debe atenderlos.

Cuando apareció por la puerta, todo el mundo se fijó en ella. Las miradas de las mujeres que allí estaban expresaban aquello que estaban pensando: "Vaya pedazo de zorra". Por el contrario, los hombres babeaban por el espectáculo que dio. Llevaba puesto un conjunto de chaqueta y una falda que a duras penas lograba ocultar los elásticos de las medias, un top negro transparente y unos botines de media caña, imitación de piel de leopardo terminados en una fina punta y con unos tacones de unos 15 cm. Su indumentaria ya se la había visto unos meses atrás... Se presentó en mi despacho vestida exactamente igual. En cuanto cerré la puerta salté sobre ella y comencé a desnudarla... solo le dejé las medias y las botas de leopardo, la puse en el suelo del recibidor a "cuatro patas" y nos pegamos unos de los polvos más salvajes de nuestras vidas. Sinceramente me entraron ganas de follarla allí mismo, en medio de la cafetería. Tras los besos de rigor, se sentó a mi lado. Aproveché para poner mi mano bajo su culo. Sí efectivamente, no llevaba nada bajo su falda. Obviamente arriba tampoco... sus pezones se apreciaban perfectamente a través del top. Los llevaba muy excitados al igual que su coño. También sumamente excitado. Nunca le había visto la expresión de su rostro con tanto deseo de ser follada. Estoy seguro que en ese momento si la llevan a violar, coopera con todas sus ganas con tal de llevarse por delante un buen orgasmo. Realmente ha estado toda una semana sin nada de sexo, sin una triste "pajilla".

Fue un encuentro rápido, lo suficiente para tomar un café, concertar la hora y darle las bolas chinas, que se las debería introducir a las 14 horas. Nuestra cita era a las 17:00, el lugar... SU CENTRO DE TRABAJO. Por las tardes no había nadie... solo abren al público por las mañanas.

Ese día las horas pasaban muy lentas. A las 11 aproximadamente, me llamó al móvil

Tony... ¿cómo se ponen las dichosas bolas?

En el eseo, como si te pusieras un tampón, pero un poco mas gordo...

Ya, ¿y para sacarlas? ...

Sencillamente, te pones de cuclillas y haces fuerza, como cuando tuviste a tus hijos.

Vale, si tengo algún problema te llamo... un beso muy húmedo... tengo unas ganas locas de que me folles...

Hoy no te quedará ningún agujero sin su correspondiente ración... Por cierto, vas vestida como una puta de lujo

Es lo que soy, TU PUTA... me encanta cuando follar contigo... Has las cinco. No te pajees, quiero toda tu leche para mí

Ok... toda para ti.

A las 4;45 pm, salí de mi despacho y me dirigí hacia las oficinas donde me Gema esperaba. La llamé al móvil para confirmar que todo estaba preparado y despejado. Me abrió la puerta y pasamos al despacho de su jefe... Era el más discreto y sin cámaras de seguridad... Ya tenía a José al otro lado del teléfono... Sin pensármelo lo más mínimo y mano fue directamente a su coño, totalmente depilado y CON LAS DOS BOLAS CHINAS EN SU INTERIOR.... las llevaba desde las 11 de la mañana y le contaba a José la cantidad de orgasmos que con las bolitas había tenido durante toda la mañana... Las bolas estaba muy calientes y totalmente cubiertas de flujos vaginales... comencé a moverlas en su interior, su tacto y su campanilleo hacía que mi miembro adquiriese una dureza increíble, al mismo tiempo que Gema descargaba un nuevo, intenso y sonoro orgasmo... Cuando cesó su orgasmo, hice que se colocara de cuclillas para sacarle las bolas... En el momento que salieron, comenzó a salir de su vagina una cantidad de flujos que daba la sensación de que estaba miccionando... Jamás he visto tal cantidad de néctar saliendo de la vagina de una mujer... increíble...

Aprovechando la situación le introduje mi miembro en su boca... Es una auténtica experta con su boca... Es la mejor devorando una polla... Al mismo tiempo me coloqué un guante de silicona en mi mano derecha y lo lubriqué abundantemente con el gel al agua... Gema me estaba causando estragos en mi polla... podía correrme de un momento a otro... Dios, su boca es una máquina ordeñadora... No aún no... la levanté e hice que se recostara sobre la mesa, dejando el culo en alto, comencé acariciando sus labios vaginales con mi enguantada mano derecha e introduciendo dedos en su interior, juntando las yemas de los cinco dedos comencé a realizar un poco de presión, al tiempo que hacía movimiento de rotación. Su vagina se dilataba por momentos y mi presión aumentaba paulatinamente... Gema no dejara de jadear al teléfono, que estaba en posición de "manos libres"... José se estaba haciendo una paja descomunal escuchando los jadeos de Gema y los chasquidos que salían de mis manipulaciones en su vagina

Hijo de putaaaaa... qué me haces... ¡ Aaaaahh!

Relaja el coño, ya casi esta... ¿te gusta?

Cabrón, me haces dañoooo... ¿qué me estas metiendo?... ¡Ahhhh!... sigue, sigue... Dios que gustoooo

Mi mano derecha entró totalmente en su interior cerrando el puño. Comencé a realizar suaves movimientos de rotación al mismo tiempo de los de vaivén. La estaba follando con mi mano. La tenía ensartada hasta la muñeca. Descargué una sonora zurra en sus nalgas, con su consiguiente quejido, al tiempo que mi puño avanzaba en su interior y sus gritos de dolor y placer eran cada vez mas elevados. Nos van a oir desde al calle.

¿Te han follado los dos agujeros a la vez zorra?

Noooo... sigue, no pares cabrón... Diooooooss, como me corroooo

En pleno orgasmo, recibió otra sonora zurra en las nalgas y a continuación sintió un frío chorro de gel en el agujero del culo, introduciéndole a continuación dos dedos de mi mano izquierda en su ano... Casi pierde el conocimiento del fortísimo orgasmo que obtuvo con mis manipulaciones... Mi antebrazo había desaparecido casi en el interior de su vagina y llevaba dos dedos en culo clavados hasta el fondo... Solo de verlo mi polla estaba palpitando, a punto de empezar a excluir leche como si de un manantial se tratase... A José le estaba explicando todo lo que le hacía a nuestra putita, y solo de escuchar sus jadeos, sus gritos y sus orgasmos, estaba encadenando sus pajas una tras otra...

Gema quedó totalmente desfallecida sobre la mesa y procedí a retirar de sus agujeros los dedos y la mano... Yo tenía mi antebrazo totalmente empapado de sus flujos de amor y era tal de líquidos los producidos que manaban de su coño en un fino y brillante hilo, hasta formar unas enormes manchas en la moqueta que cubría el suelo del despacho.

No permití que descansara lo más mínimo. Tomé las bolas chinas y volvía introducirlas en su vagina, introduciendo a continuación mi miembro duro como una barra y hierro... No aprecié presión alguna sobre mi polla.... su vagina estaba totalmente dilatada por la acción de mi mano. Pero sí logré lubricar con sus flujos perfectamente mi miembro y automáticamente atacar su ano, que perforé sin mucho esfuerzo. Gema se quejó de mi embestida. Durante unos segundos, acaricié su clítoris y movía las bolas en su interior. Sonaban como "campanillas" y le producían nuevamente un placer inmenso. Por mi parte comencé un movimiento de caderas, tratando de acompasar mis movimientos pélvicos con los de la bolas de su vagina. Las notaba perfectamente en mi miembro y el placer que sentía era indescriptible. Así estuvimos algo más de 10 minutos, en los que Gema, no se si tuvo varios orgasmos o fue uno continuo, inmensamente largo.

¿Dónde quieres mi leche?... ¿en tu culo?... ¿en tu coño?... o ¿en tu boca?

En mi boca, en mi bocaaa... quiero tu leche en mi boca

Pues preparate, que te vas a tomas un buen trago.

Saqué mi polla de su culo y Gema se levantó de la mesa y dejándose caer sobre sus rodillas se introdujo mi miembro totalmente en su boca, comenzando a realizar diabluras con su lengua y sus dientes... No tardé más de 10 segundos en descargar toda la leche en su boca... Cinco... Seis chorretones... abundantes, espesos... cada descarga que realizaba la veía reflejada en sus ojos que mantenía cerrados, ya que los apretaba. Cuando finalmente dejé de eyacular, Gema continuó con su mamada. Cadenciosa, profunda, notaba como mi glande accedía hasta su garganta y notaba la humedad de sus labios en la mismísima base de mi miembro. Estaba consiguiendo que el intenso placer de mi orgasmo fuera mucho más allá de la propia eyaculación. Estaba prolongando mi orgasmo hasta un punto que casi se hace insoportable experimentar tanto placer.

Mi polla estaba limpia, reluciente por su saliva. La ayude a incorporarse y se dejó caer sobre la silla de su jefe... Estaba agotada... Desde las 11 de la mañana en que se había introducido las bolas chinas y mientras hacía sus obligaciones laborales, disimulando como buenamente podía los sucesivos orgasmos que le producían, hasta las 8:35 de la tarde, momento en que la ayudé a sacarlas de su vagina y guardarlas en su cajita de tela verde, no supo decir a ciencia cierta cuantas veces llegó al clímax... Solo que jamás en su vida, había disfrutado y gozado tanto del sexo y del morbo como ese día. El morbo de ir sin ropa interior, siendo consciente que estaban sus intimidades a la vista de cualquiera hizo que se calentara hasta límites insospechados, la bolas chinas, mis manos y finalmente mi polla, hicieron que pasara una semana en la que llegó a orgasmear sin necesidad de tocarse.

Su próximo sueño... un gran bang... eso sí, sin olvidar las bolas chinas, que desde ese día forman parte de su "neceser"...