Blood Love 3
"No podre vivir otro invierno sin que estés aquí, no puedo y no quiero vivir muriendo con tu ausencia, luchare sin importarme las consecuencias, luchare encontra del destino, luchare por ti"
Primero, en los relatos anteriores, habia olvidado mencionar esto.
La inspiración la saque de esta canción: Tim McGraw de Taylor Swift y me gustaría que acompañen el relato con la suave canción.
"Chica Glamm"
Blood Love III
"En la eternidad"
Sophia:
Todavía recuerdo como si fuera hoy, esa mañana en que arranque mi corazón sacándola para siempre de mi vida, quitando de mi vista su perfecta figura, y esos ojos azules centellantes, penetrantes que jamás volveré a ver.
- Perdóname- dije entre lagrimas acariciando su rostro.
- Te amo, recuérdame por favor- dijo entre jadeos de dolor, para caer rendida ante mis brazos al final. Dude de haberla matado, ya que su cuerpo no se había marchitado como la mayoría de los demás vampiros, pero al ver los cuerpos, de Anastasia, Vitake y Lucia hacerse polvo de la nada fue la prueba vil de que ella ya no estaba en nuestro mundo.
Y la llore, sin importarme nada, sin importarme las apariencias, no podía ocultar mi dolor, el desgarro descomunal que sentía en mi, ella era mi enemiga, pero era el amor de mi vida, la única persona que afloro en mí ese sentimiento de nostalgia y calor en mi.
Culpa era lo único que podría tener, había arrancado yo mismas mis propias alas y jamás volvería a volar, había vencido mis miedos tal vez, pero lo que ella me dejo nadie jamás podrá borrarlo, y ese sentimiento de desasosiego, de frialdad, de culpa es algo que jamás se ira de mi. Si por lo menos hubiera a otra persona a quien culpar, a quien buscar revancha no sentiría este dolor desflorarme y desangrarme cada día que paso recordando ese momento. Sus ojos negros oscuros que trataban de tranquilizarse, esa boca entreabierta que inmutaban jadeos de dolor, y la estaquilla final es algo que jamás podre borrar de mi memoria.
Después de ese día, presente mi renuncia en la agencia, no podía estar allí, en cada paso que daba su olor se impregnaba otra vez en mis olfatos, como si ese fuera un castigo para mi alma.
Nicholas enterró el cuerpo de Iserbet, porque aunque trataran de quemarlo quedaría intacto, sin que esa piel de porcelana, tan fría y blanca pudiera dañarse. Quien sabe donde la enterró, ese día Salí disparada de aquella ciudad como si al hacer eso, se borrarían todos mis recuerdos, como si pudiera llenar un poco la culpa que sentía, pero al llegar la noche ese dolor en el pecho aumentaba, sin siquiera dejarme respirar, sin darme tregua, sin tener compasión. Y la lloraba, la lloraba desconsoladamente, hasta que al llegar el amanecer me quedaba sin fuerzas y lagrimas para seguir llorándola.
"No te lleves mi vida Iserbet, no te lleves mis alas, no te lleves mis pocas ganas de vivir sin ti, no lo hagas mi amor eterno, porque vivir sin ti, es vivir por vivir, sin sentir, sin respirar."
Con el tiempo aprendí a vivir con esa melancolía, y tristeza que vivía impregnada en mí, recordando cada momento vivido con ella, sin que me duela tanto.
Nicholas había mentido, no había ninguna bomba que pudiera matar masivamente a todos los vampiros, sino que los de la mansión si murieron, porque estaban predestinados por Dracula en servir a Iserbet, y si esta iba a la tumba los otros la tendrían que acompañar.
Podría viajar desde San Francisco a New York simplemente para molerlo a golpes, pero eso seria removerlo todo de nuevo.
Todas las noches vuelvo a tenerla presente en mi, como si nada hubiese cambiado.
Recuerdo todas las noches, estar recostada en su frio pecho, mientras sus manos frías recorrían mis cabellos, en aquella mansión. Recuerdos esas palabras que me hacían delirar, y yo misma quería renegar.
- "Tus ojos azules son mas brillantes que las estrellas de Georgia" dijo en un suspiro, mientras su frio aliento calaba mis sentidos.
- No sabía que los vampiros escuchaban Taylor Swift- dije riendo, en esos momentos ya no tenía que forzar mi relación con ella.
- Es verdad- dijo mirándome fijamente, mientras de sus labios se dibujaba una hermosa sonrisa.
- ¿Sophia crees en la reencarnación?- dijo entrelazando mi mano con la suya.
- ¿No y tu?- dije temblando por su cercanía.
- Si- dijo articulando una pequeña sonrisa- Me hace soñar, que tal vez en la próxima vida, pueda encontrarte e intentar conquistarte.
Ahora yo también quiero creer en la reencarnación Iserbet, para soñarte, para poder imaginar estar entre tus brazos otra vez, sin importarme de la manera en que te presentes en este mundo, te reconocería en miles de kilómetros, aunque no tuvieras esa sonrisa coqueta, esa mirada retraída y penetrante, y esos ojos azules penetrantes que lograron enamorarme desde el momento en que deje de mirarlos como los de un monstruo.
Cada vez que sienta un viento suave recorrerme el rostro, te volveré a recordar, cada vez que sienta un estremecimiento confundiendo tu perfume llorare por tu ausencia, y esa voz sonora que ni los mejores vocalistas pueden imitar, esa voz será mi guía para este futuro incierto y doloroso que me queda sin ti, sin poder verte, sin tener la esperanza de ser capaz de dejar mi vida por la tuya.
Yo eh elegido, y la vida me paga con el peor de los karmas. Amarte y perderte, soñarte y tenerte en el infinito, desear tocarte una vez mas, cuando mis propias manos derramaron tu sangre sin cesar, querer escuchar tu voz, mientras el eco de tus quejidos de dolor desangran lentamente mis sentidos, y tus ojos mas brillantes que las estrellas de Georgia que seguían amándome y mirándome con tanta ternura aun cuando yo era la que te hacia tanto daño.
Me dijiste esa mañana "recuérdame" y es que no puedo hacer nada sin tener tu rostro en cada parte de mí, no logro olvidarte y seguir adelante como antes lo pudiera haber hecho, y si pudiera tener a alguien a quien culpar para no sentir esta culpa calarme cada día, para poder buscar las fuerzas en limpiar tu conciencia, podría siquiera respirar y tener la paz que tanto buscaba.
Ya han pasado cinco años desde aquella mañana de Septiembre, sigo viviendo en San Francisco, y tal vez ahora hago lo que siempre quise hacer, estudiar Psicología.
En estos cinco años, no me eh podido enamorar, es que todas las personas que se presentan en mi vida no tienen la determinación, la fuerza, y "ese algo", ese sentimiento que me causaba Iserbet, y soy consiente de que jamás encontrare algo similar a ella, ni siquiera alguien que pudiera tocarle los talones a mi vampiresa, a ese sentimiento que solo ella sabia embargar en mi, a esa pasión y ese frenesí que solo ella causaba con un simple rose.
En estos cinco años, no eh encontrado una razón para poder seguir adelante como antes, para dejar de articular sonrisas forzadas a las personas mientras mi interior sigue desangrándose, no eh podido tocar otra piel sin recordar su fría y suave piel, no eh podido besar otros labios sin olvidar ese aliento fresco y ese labio del color del rubí tan rojo, perfectamente hermoso.
Siempre eh respirado por razones, por razones que ni yo misma entiendo, antes de conocerte vivía para poder tenerte en frente y clavarte con furia mi estaca, pensando en como disfrutaría de ese momento, pero en cuanto te conocí, esa decisión fue la determinación mas difícil de mi vida. Pero no olvido mis razones, y no puedo arrepentirme de mis errores, porque con ese error que me saco el corazón, la sangre de gente de la inocente dejo de derramarse, aun así no puedo sentirme un héroe sin sentirme sucia, sin sentirme la basura mas grande del universo, por haber apuñalado de esa forma al ángel que me salvo de una y mil formas, el ángel que me entrego su corazón, su cuerpo sus acciones por un poco de cariño, por un poco de valentía, esa valentía en la que podría tomar la determinación de salvarla sin importarme que ella misma pudiera acabarme.
Que se siente, cuando ya no sientes nada, cuando no existen razones, cuando tu corazón sangra todo el tiempo, cuando no hay un mañana sin sentir el frio de la soledad, ¿que se siente no sentir nada?, que tus propias manos te hallan arrebatado la felicidad por un deber, por una cobardía, por no ser valiente ante el amor, y esas lagrimas que no dejan de rebozar por mis mejillas para seguir recordándome que fui yo, que fui yo que corte mis propias alas para nunca mas conocer la luz y esa paz que solo con ella en mi vida pude conocer, aun viviendo en condiciones extremadamente violentas, extremadamente confusas, ella me dio el equilibrio que siempre buscaba, y solo ahora en la soledad puedo verlo, puedo aceptarlo completamente.
Esa noche volví a recordarla, volví a recordar esos momentos en la mansión, en la que ella sostenía mi mano fuertemente ante la mirada furtiva y acosadora de los demás, me daba tranquilidad con sus hermosos ojos brillantes, cabalgaba sobre su espalda como siempre, y ella orgullosa de su agilidad corría por los corredores, enseñándome sus grandes poderes.
Me recosté suavemente sobre su pecho, mientras su respiración se agitaba, tal vez estaba nerviosa o tendría hambre. Ese día fue cuando pude ver su lado mas humano cuando Thomas trajo a una mortal e Iserbet la olio desde el otro lado de la casa. Podía sentir su temblor sus ganas insaciables de beber la sangre de aquella desconocida, pero lo que hizo fue lo que bajo mis defensas hacia ella, golpeando sin cesar a Thomas y mandando a Lucia a llevar a la desconocida de nuevo por el mismo lugar en el que entro. No podría asegurar que lo hizo para sorprenderme, pero fue el embrión consecutivo para que conozca a la verdadera Iserbet, a la Iserbet que no había bebido sangre humana hacia más de una década, esa Iserbet que me cautivo irremediablemente.
Pero en el final del sueño, no recordaba que me haya pasado aquello en mi vida.
Ella estaba acostada debajo de un árbol, mientras los rayos solares disparaban contra su bello rostro, yo corría a gran velocidad para contemplarla y sentir su frio pecho en mi rostro, en el sueño ella acariciaba lentamente mi rostro, y mis ojos.
- Sigue adelante, siempre te cuidare- decía besando mi frente con sus fríos labios y alejándose en la penumbra que se volvía oscura, yo corría tras ella implorando que se quedara que no se fuera, que estuviera junto a mi, pero ella desaparecía cada vez mas. Cuando estaba por desaparecer me dice suavemente- Sigue sin mi- inmutando una pequeña sonrisa de serenidad mientras sus ojos me miraban con ternura.
Y yo lloraba desconsoladamente, corriendo y corriendo sin cesar tratando de encontrarla, sintiendo cada vez mas ese nudo en la garganta y ese cosquilleo tan doloroso que hacia flaquear mis piernas, pero aun así seguía y seguía corriendo, sin poder detenerme como si haciendo eso pudiera recuperarla, y tenerla un segundo otra vez.
Me levante empapada, y con algunas lágrimas en los ojos, y ese dolor aprisionado en el pecho.
Trate de volver a dormir, y soñar tratando de cambiar ese final, pero no podía dormir, sus palabras, sus ultimas palabras hacían eco en mi mente.
"Sigue sin mi" ¿Iserbet, como sabes vivo un calvario sin ti? Pensaba a cada momento en mi mente, imaginando que tal vez ella seguiría viva o estaba en otro lugar y tal vez pudiera verme.
Me levante retraída de la cama, y sujete fuertemente su collar, el collar que hurte de la agencia mintiéndole a Nicholas que lo había perdido en la batalla. Buscando fuerza ante el desequilibrio que sentía en mi, un desequilibrio que sucedió por un sueño, y ese dolor que nunca se había ido seguía ahí recordándome que jamás se iría que siempre estaría presente para seguir rompiendo mis ejes, para seguir rompiendo los pedazos de mi alma que con tanto esfuerzo juntaba en migajas.
- Pero como mierda quieres que sigua sin ti Iserbet- dije en un sollozo descontrolado arrojando su collar a un rincón de la pequeña casa. Y de esa habitación que no hacia más que causarme un frio inmenso.
Y llore, como solo se hacer desde hace cinco años cada vez que la recuerdo con nitidez, como solo se llorarla.
Maldito destino cuando me puso enfrente tuyo, maldito destino el tener que ser un héroe para la sociedad dejando lo mas preciado para mi corazón, ¿Porqué simplemente no pude ser egoísta?, ¿Por qué no pude ser cobarde y dejar que me manipulara ese sentimiento otra vez?, tal vez así no sentiría mi alma desangrarse de esta forma, y ese dolor que siento cada día que pasa sin poder tenerla junto a mi, al menos para poder ver sus ojos azules, y que su voz acariciara mi alma con el calor y la medicina que solo ella me podía dar. Jamás pensé que no habría un futuro para mí sin tenerla cerca de mí.
Me levante pesadamente, cuando escuche el sonido de mi celular sonar sin cesar, maldije al desgraciado que me llamo a ese horario y cuando al fin podía pegar un ojo después de esa horrenda noche que viví.
- Hola habla Sophia- decía una voz conocida.
- Si quien es- dije fastidiada.
- Soy Nicholas- se le escuchaba nervioso
- ¿Qué quieres?- dije cortante.
- Necesitamos tu ayuda-
- No puedo- dije vacilante.
- ¿Escucha primero vale?-
- Ok, habla rápido que tengo sueño- dije mas fastidiada.
- Tenemos que impedirlo- dijo sonando nervioso otra vez.
- ¿Impedir que Nicholas?- dije levantándome de la cama
- Impedir que abran la tumba-
- ¿Qué tumba idiota?- dije mas fastidiada porque no era claro y conciso con lo que decía.
- La tumba de Iserbet- ante ese comentario, tuve que sentarme por lo sorprendida que estaba.
- ¿No entiendo, no estaba muerta?- dije eufórica.
- En parte si- dijo más tranquilo Nicholas.
- ¿Cómo, puedes explicarme genio?- dije exaltada.
- Todos sabemos que un hechizo mágico hizo que Iserbet sea inmortal y lo es, solo que sin su dichoso collar que no encontramos, impide que su cuerpo sea destruido, bueno en fin su alma esta viva pero ella no, y solo si pasa 500 años podrá morirse completamente, esto quiere decir que si los chupa sangres encuentran el collar y obtienen la brújula que tenemos pueden revivirla- Decía pacientemente Nicholas
- ¿Qué?- dije realmente sorprendida, sabía en el fondo de mi alma que Iserbet no había muerto del todo.
- ¿Y bueno, nos ayudaras?- dijo volviendo otra vez a la realidad.
- ¿A que?- dije todavía sorprendida.
- A impedir que estos chupa sangres que vinieron de Inglaterra y Escocia, puedan revivirla- "Sigue soñando Nicholas que te ayudare cuando tu me traicionaste".
- No- dije cortante. Después de cortar rápidamente el teléfono.
Eso fue un balde de agua fría, que no me lo esperaba, hace un momento, soñaba y corría desesperada detrás de su figura que desaparecía a mi vista, calando otra vez mis sentidos. Y ahora esto, esta desesperación que no podía disimular, tenía otra oportunidad, la vida me brindaba otra oportunidad, y pasaría por el mundo entero para volver a sentirla. Para volver a besar esos labios color rubí, tan fríos y suaves, esa piel tan tersa y blanca, y que esos ojos azules me vuelvan a envolver en el calor que solo ella podía darme.
"Aunque tenga que cruzar el continente entero, donde estés te buscare"
Este miedo a olvidarte Iserbet, el miedo a olvidar tu aroma, tus frías manos que sacian mi piel, es lo que me consume en esta desesperación. Espérame que llegare, llegare y te encontrare, aunque derrame la sangre de miles y miles de personas por poseerte otra vez, para tus fríos brazos me envuelvan y me den el calor en este frio invierno que esta comenzando.
Ya no quiero sentir este hueco inmenso, este vacio descomunal que me inunda cada día sin ti. Quiero recuperarte, reparar mi error, y que el mundo quede boca abajo, yo seguiré por ti, luchare por ti, sin importarme nadie mas que tu, como siempre debió ser.
Que daría por tenerla conmigo un segundo mas, y aunque el destino te separo de mi, yo voy a luchar contra ese destino que te aleja siempre de mi, no podría dejarte una vez mas aunque el mundo quiera alejarnos, yo por primera vez luchare por ti Iserbet, como siempre tuvo que ser.
Voy a luchar encontra de este destino, voy a luchar aunque eso me cueste la vida, porque el miedo a que esta soledad me consuma por completo puede más que cualquier cosa. Porque vivir sin ti se ha vuelto vivir por vivir, vivir sin pasión, sin alegrías, y solo tú me enseñaste esas cosas que han marcado tanto mi vida.
No puedo dejarte, no quiero olvidarte, y no lo hare.
Llego Septiembre, y la ciudad Boston me abría sus brazos en mi nueva travesía por encontrarla, sabia de mi realidad, sabia que no podía luchar yo misma contra una agencia de cinco mil hombres. Era una desertora ante las personas que me brindaron todo. Pero por ella, por Iserbet, desangraría a todos esos hombres si se entrometieran en mi camino.
Guarde en el bolsillo de mi saco el arma, respire profundamente antes de entrar a esa casa. Apreté mis puños como si eso pudiera darme fortaleza, y en mi desesperación, entre rápidamente por la ventana.
El era el único que podría ayudarme, que podría decirme el paradero de esos vampiros de Escocia e Inglaterra.
- Hola Bob- dije apuntando el arma en su frente. Rob era un ex agente de pelo negro con algunas canas que delataban su edad y una barriga pronunciada, era traicionero y mentiroso, que siempre estaba a la última de todas las noticias, sabia todo antes de que lo sepamos nosotros, pero por su seguridad jamás delataba a los vampiros.
- Puta madre- grito exaltado y nervioso, levantando los brazos- ¿Sophia que quieres?.
- Siéntate- dije siguiendo su camino con el arma.
El se sentó en el pequeño sillón de cuero azul, el living era pequeño, muy bien decorado con unos floreros en los costados y cuadros pintorescos, una pequeña mesita de te en el centro de los sillones con forma ovalada.
- Bien, ahora dime como puedo encontrar a los vampiros que quieren revivir a Iserbet- solté sin más, sin guardarme nada.
- No lo se- mintió.
Le pegue un fuerte golpe con la punta de la pistola, sangrándole la nariz.
- No estoy jugando Rob- dije furiosa, apuntando el arma otra vez- No dudare en acabar contigo- dije presionando el gatillo.
- ¡Espera!- grito desesperado.
- Ellos están están- dijo tomando aire de lo nervioso y asustado que estaba- están en una cabaña cerca a las afueras de la ciudad (Boston)- anotando en un papel la dirección.
- ¿Que?- dije sorprendida, creí que me diría que estarían en otro continente, en otra ciudad tal vez pero nunca creí que estarían tan cerca.
Salí ágilmente del lugar sin darle tiempo a Rob para interceptarme, y subí rápidamente al auto que alquile era un pequeño Volkswagen beetle de color negro, dando marcha velozmente al pequeño pero veloz auto.
"En una cabaña, a las afuera de la ciudad"- pensaba.
- Pero si- dije exaltada- están en esas nuevas cabañas- sentencie, dándole dirección a las afuera de la ciudad al pequeño auto.
Llegando silenciosamente a aquel lugar lleno de arboles de pino y espacio verde.
Saque rápidamente la estaca de mi saco.
Silenciosamente escuchando solo mi corazón a tope por los nervios que sentía en ese momento, abrí de una patada la única cabaña de la zona.
Antes de que pueda reaccionar tenía en mi cuello unas frías y duras manos asfixiándome.
- Te esperábamos Sophia- dijo el chico de tez blanca y ojos mieles, cabello corto negro y con una belleza de infarto.
Yo solo podía gemir de dolor, ya que me estaba apretando el cuello sin dejarme siquiera usar mis poderes.
En un arrebato le pego una patada en el abdomen, y puedo usar la telequinesis para causarle dolor. En la cabaña no estaba el mini ejército que esperaba, no había más que tres chicos y una chica.
Uno de los chicos era bajo, de cabello rojizo y pecas, y unos ojos negros penetrantes que daban pavor. El otro tenía una complexión atlética y un rostro de niño pequeño, de ojos marrones y cabello cobrizo, la chica era bajita, blanca como la nieve, de cabello oscuro y ojos encorvados al final.
- Ahhhhh- decía el gimiendo de dolor.
- Sophia- dijo uno de ellos tranquilo ante mi reacción nerviosa y exaltada.
- Tranquila- dijo el chico que hace solo un rato estaba revolcándose de dolor- Soy Dimitri- dijo tendiéndome la mano.
- Ustedes son los vampiros que quieren liberar a Iserbet- dije nerviosa, ignorando su saludo.
- Nosotros mismos- decía el que poseía rostro de pequeño- mi nombre es Gian.
- Ella es Elena, y el es Alec- decía Dimitri, recuperando el aliento.
Podía leer en sus mentes, la inquietud que les causaba, y ese temor por ser traicionados de Dimitri, que parecía ser el genio del grupo.
- Vallan al grano- dije parada en una esquina observando sus movimientos.
- Queremos lo mismo que tu- dijo Dimitri- queremos liberar a Iserbet-
- ¿Por qué?- dije ignorando sus pensamientos y tratando de que el mismo me dijera lo que leía.
- Queremos detener el ejercito o monarquía que esta creando Lion- dijo tomando aire- es uno de los vampiros mas antiguos de Inglaterra y esta convirtiendo a muchos humanos en vampiros, si la cosa sigue así en poco tiempo ya no seremos un secreto- musito con tono suave- Iserbet es la única que puede detener esto- dijo sentándose en una de las pequeñas sillas de madera que había.
- Son vegetarianos- solté sin pensar después de leer sus mentes.
- Si- dijo Elena con una voz tan pintoresca como si fuera la de una niña pequeña.
- ¿Cuál es la idea?- dije con la mirada perdida en aquella cabaña, era un tanto estrecha, con una mesa en el medio, una chimenea al costado donde había dos sillones pequeños y al parecer un simple pequeño cuarto.
- Soy el aprendiz de Mattew Wilson- dijo Dimitri observándome- En este libro- dijo levantando un viejo libro- el relata como se puede revivir a - musito risueño- necesitamos el collar y la brújula para encontrar el paradero de su cuerpo.
- Para eso usamos al idiota de Nicholas que me lo dice en un momento- dije con voz tranquila.
- No creo que la halla enterrado en cualquier lugar- dijo por fin Alec.
- ¿Sabes quien posee la brújula?- dijo mientras sus ojos se clavaban en mi figura Alec.
- Lo tiene Nicholas- respondí de inmediato.
- No será nada fácil- decía Dimitri comenzando un pequeño paso por el living/comedor- Son muchos agentes- dijo levantando la mirada.
- Es imposible- dijo al fin suspirando.
- Yo lo hare- dije armándome de valor, con la mirada clavada en la figura pensante de Dimitri.
- Quiero que sepan algo- dije cortante- A mi no me agradan los vampiros, es mas los detesto, y no tolerare, que consuman a mi vista.
- ¿Deberíamos confiar en ti?- decía examinándome Dimitri con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.
- ¿Yo debería confiar en ustedes?- conteste rápidamente- Tal vez no pero yo los necesito y ustedes me necesitan a mi.
Dimitri sonrió ante el comentario y afirmo suavemente con la cabeza.
- Nosotros somos el único grupo que hemos reprimido nuestro lado vampiro- dijo Elena de la nada- todos somos aprendices de Mattew, y logramos canalizar esa furia y ese frio interno que la mayoría de los vampiros lo reactivan, esas ganas irremediables de beber sangre humana, hasta el olor se nos hace normal-
Si no pudiera leer su mente y no estuviera tan desesperada, deseosa de encontrar la manera de tenerla junto a mi otra vez, jamás hubiese aceptado participar en esta locura, y hasta tal vez me aventaría en la aventura de resucitarla yo misma. Sin importarme tener el mundo entero encontra.
Pase esa noche en la cabaña ideando el plan para poder pasar desapercibido encontra del los hombres de Lion y los agentes, jamás podríamos luchar contra todos ellos.
- Según lo que dice en el libro, Iserbet puede ser liberara solo en septiembre- decía Dimitri leyendo el libro que estaba escrito en latín.
- Esta por terminar el mes de Septiembre - dije entrando en pánico.
- Por eso- dijo tranquilo- es ahora o es en cien años.
- ¿Que?- dije desesperándome.
- Tranquila, lo lograremos- dijo posando sus dulces ojos en mi
- ¿Cómo sabían que llegaría a la ciudad?- dije extrañada.
- Sabíamos quien era Rob, y que el sabia todo antes de tiempo, así que simplemente esperamos, como un león espera a su caza- dijo Alec.
Pase dos semanas con esos vampiros, serenos, con una apariencia tan inocente, pero dentro suyo vivía una inteligencia y tenacidad que no había visto jamás en nadie. Dimitri era el sostén del grupo, el equilibrista, aquel que sostenía a los otros tres, en el miedo de ser descubiertos y acabados por Lion. Por lo que había leído en su mente, su mayor temor era servir a Lion, o que el secreto que tanto ocultaban los vampiros sea descubierto, pero sabían que ellos cuatro no podrían destruir a la legión que aquel vampiro había creado. Y solo la diosa inmortal podría hacerlo.
Al principio la convivencia era difícil, para mi era algo insufrible, tener que vivir junto a ellos, yo que tanto tiempo renegué mi amor por Sophia, pero con el tiempo al igual que Iserbet me mostraron otra feceta que no conocía de los vampiros, la tranquilidad que se podía tener en los momentos mas cruciales solo en ellos los vi.
Una lección mas para mi libro de errores es el de no generalizar, estos cuatros vampiros eran mas humanos que yo misma, tenían la sensibilidad y la humanidad que poseía Iserbet, tal vez por dejar de consumir sangre humana.
Dimitri me contaba en una de las fogatas nocturnas, que no consumir sangre en un principio quemaba sus pulmones, y le hacia enloquecer a mas no poder, oliendo sangre desde miles y miles de quilómetros. Pero si llego a soportar un mes sin consumir sangre humana y puedo soportar el olor que en la desesperación era delicioso según contaba, con el tiempo se acostumbro y dejo de ser una necesidad para él, dejo de sentir hambre.
Alec tenia el don de ver el índice de sentimientos de las personas, Dimitri tenia un poder asombroso de escuchar voces, las voces de las personas que el quiere escuchar a miles de kilómetros, por su parte Elena poseía el don de la velocidad, era tan rápida y tenez que apenas se la podía ver cuando corría, y el pequeño Gian tenia el don de la fuerza.
Anoche soñé contigo otra vez Iserbet
Tuve el mismo sueño de la otra noche, tú estabas recostada en aquel árbol y de tus hermosos labios me dedicabas las mismas palabras y yo trataba de detenerte, de sujetar tu mano para que no te fueras, pero lograste escaparte. En un flash back, soñé con aquella mañana, en la que yo misma corte mis alas para nunca más recuperarlas.
- Ya sabes que hacer Sophia- repetía intranquilo Alec- Obtienes la brújula y nos vemos en el aeropuerto, los hombres de Lion ya saben que estamos planeando, tenemos que confundirlos, por eso Elena, Gian y yo viajaremos a Nueva Zelanda, mientras tú y Dimitri van a la tumba de Iserbet.
- Tranquilo, todo saldrá como esperamos- decía Dimitri tranquilizando a Alec.
- Claro, rezaremos que unos cien vampiros no nos encuentren y nos degollén-
Fui levantada por los rayos de solares, que acariciaban mi rostro indicándome que el momento se acercaba. La azafata nos informaba que habíamos llegado al aeropuerto de New York, hacia tanto que no dormía como la gente.
Baje rápidamente, repasando todo el plan detenidamente en la cabeza, en estos momentos no tenia que flaquear, no podía sentir cansancio, no podía sentir nervios, tenia que ser fría y cautelosa para que Nicholas no dudase de mi palabra.
Tome un taxi que en poco tiempo me llevaba en una zona cercana a la agencia, al entrar allí con la tarjeta, sentí como si nada hubiese cambiado, y peor aun, sentía su presencia en cada rincón de aquel lugar.
Salude hipócritamente a todos los agentes de allí, y me dirigí rápidamente hacia la oficina de Nicholas, al muy hijo de su madre con la muerte de Iserbet lo habían ascendido a planificador y jefe de operaciones.
- Sophia- decía el acercándose y dándome un caluroso abrazo.
- Nicholas- dije hipócritamente abrazándolo.
- No has cambiado nada- dijo invitándome a sentarme.
- Vallamos al grano- dije sin poder evitar la ira de verlo tan exitoso y feliz, después de lo que a mi me costo el alma.
- Los mataste- dije volviéndose serio.
- Si- mentí.
- Necesito la brújula- solté sin pensar.
- De ningún modo- dijo el a la defensiva.
- No te eh preguntado si quieres o no, yo sigo siendo la elegida- dije vacilante.
- Te informo quien soy ahora- dijo retándome con la mirada.
- Todo es gracias a mi- dije fastidiada.
- Para que quieres la brújula- dijo suspirando
- Tú sabes para que- dije sin poder mentirle.
- De ningún modo- dijo sorprendido frunciendo el ceño y acercándose a mí.
- Te necesito Nicholas- dije casi implorando.
- Sabes que jamás lo hare- dijo caminando lentamente- deme solo una razón para que lo haga- dijo gacho
- Hace cinco años yo conocí el amor, el amor intenso y profundo, de esos que no olvidarías jamás- dije mirando al horizonte de la gran oficina, con unos sillones a los costados, una gran mesa rectangular y una ventana gigante que le regalaba una vista espectacular- Y tuve que reprimirlo por ti, y por todos los que están aquí- dije mirándolo fijamente
- Tuve que asesinarla con mis propias manos, para que tu tengas todo esto, tuve que mentirme que no me dolia, que podria seguir adelante, que tal vez vendría alguien que aflorara esos sentimientos que solo ella sabe dar- dije entre sollozos- pero tu y yo sabemos que eso es imposible- dije casi desesperada hacercandome a el.
- Yo deje mi corazón esa mañana, lo triture, me mori, me arranque las alas, y solo en estos meses pude comprender que sin ella no se vivir, que sin ella no vale la pena seguir respirando.
- Toma- me dijo sin mirarme al rostro.
- Nicholas- dije intentando abrazarlo pero el esquivo la cercanía de mi cuerpo.
- Cuando ella salga de allí, no habrá nada que pueda impedir que la mate para siempre- sentencio antes de que yo salga por la puerta.
Después de unos minutos de caminar impaciente, me miro al rostro y me dio la brújula. Cuando estaba por salir me dijo.
- Cuando ella salga de la tumba, no puedes impedir que intente acabarla para siempre- dijo mirándome fijamente- Lo hago por lo que significas para mi.
Salí corriendo rápidamente de lugar, quedaba tres días para que septiembre llegara a su fin. Se que si no lograba tenerla otra vez conmigo, nadie jamás podría sacarme del abismo que eso supondría.
Eh vivido tantos años sin mi diosa inmortal, sin su luz. Que ya no se como reaccionar a la vida. Solo temo olvidarla con el tiempo, aunque soy consciente de que eso nunca pasara, temo olvidar su aroma pintoresco y tan exótico, sus ojos azules penetrantes brillantes al mirarme directamente a los ojos.
La vida me esta dando otra oportunidad de remediar el peor error de mi vida, de que ella con un siempre rose, pueda restaurar toda mi alma hecha pedazo, que ella con su calor pueda abrigarme y armarme otra vez, ante este mundo que todo el tiempo nos intenta separar, pero que el destino por una u otra razón nos separo y nos da la oportunidad de encontrarnos.
"Quiero que me abrigues otra vez en tus brazos, para poder enfrentar este duro invierno, que sin ti no podre soportar una vez más."
Llegue al aeropuerto después de 15 minutos, Dimitri me esperaba con la mirada perdida.
Cuando estaba por llegar a embolsar, leo la mente en la mente de Dimitri.
- "Sophia, en la esquina, del otro lado, usa tus poderes, es un hombre de Lion"- trate de leer lo que decía aquel hombre alto, de tez muy blanca y un poco rellenito. Pero no escuchaba más que música, al parecer estaba usando sensores.
Me acerque un poco, para probar si era un vampiro o no, cuando empiezo a utilizar la telequinesis, y causarle dolor, era un vampiro.
- Espera un momento- decía un voz desconocida susurrándome cerca de la nuca- Un movimiento más y desapareces de este mundo.
Sin pensar dos veces, le pegue un fuerte codazo y use la telequinesis, y lo lleve con fuerza a una esquina para que nadie pudiera ver la acción. Era un chico alto muy flaco, de cabello hasta los hombros del color de la ceniza
- No sabes con quien te has metido- dije al tiempo que saque la estaca y se lo clave con furia. Tan fuerte que su cuerpo se hizo cenizas al tiempo.
"2º vuelo a Australia"- decían por el micrófono. Al tiempo que me única a Dimitri y abordábamos las pocas prendas que llevábamos.
Dimitri en todo el viaje estaba muy inquieto, parecía nervioso, sin tener la tranquilidad caracterizada que siempre poseía.
- ¿Que pasa?- gire al ver su incomodidad.
- Temo por Elena y Alec, en este momento Lion ya debe saber nuestros pasos- dijo nervioso con la mirada perdida en el avión.
- No me importa Lion, no me importa nadie, yo voy a recuperar a Iserbet- dije antes de cerrar la ventanilla del avión y preparándome para lo que vendría.
Si bien Nicholas me había dado la brújula por gratitud, o lastima después de todo lo que había hecho por el, después de todo lo que habíamos vividos, pero conociéndolo, se que al salir de la tumba estará esperándome con miles de hombres para hacer carnicería con mi cabeza.
Por otra parte estaba el mini ejercito de Lion, que si bien no sabia quien era, y en la agencia no era un nombre transcendental, los conocimiento de Dimitri, me señalaban que tenia que preocuparme ya que, según el era de los vampiros mas fríos, tenaces e inteligente que el había conocido, con una fuerza sobre natural cuando tenia algo en mente.
En lo único que podía pensar para juntar la fortaleza que necesitaba para luchar en esta guerra es en un futuro con ella a mi lado, era lo único que me daba la fuerza sin importarme que esta travesía podría quitarme la vida, aun así nunca eh estado tan muerta en vida como lo estuve en estos años, sin retorno del fracaso, del dolor, toda la fuerza que sacaba para juntar el valor de no pensar, de no temer a la guerra que se avecinaría era soñar con sus labios junto a los míos.
Solo eso bastaría para que todo esto halla salido perfecto sin importarme morir en el mismo lugar.
"Necesito llenar el hueco de tu ausencia, el hueco que me ahoga todo el tiempo Iserbet, amor mío, mi diosa Inmortal."
Soñé que gritabas mi nombre amor mío, soñé que gritabas mi nombre desde lejos, se que me esperas Iserbet, aguarda que ya llegare.
Tuve varios sueños además de ese que fue lo consecutivo a lo que sosprechaba, Iserbet y yo tenemos una conexión, aun cuando su cuerpo esta muerto, su alma me habla en sueños, guiándome a la luz, guiándome a lo correcto, y en este momento me indicaba que no faltaba mucho para tenerla entre mis brazos otra vez.
Trate de decirte en sueños, que no olvidadas que te amo por sobre todas las cosas, y que tu ausencia abrió un hueco en mi ser que solo tu podrás sanar.
Solo tu con tus suaves y frías manos podrán reconstruir mis alas, para volver a volar al mundo de nunca jamás, al mundo en el que no se sufre ni se llora, ya que la vida esta llena de amor, sin importar el pasado y el presente, y no lo pude entender hasta hoy, no pude entender lo que sentías, tu no te hacías la buena, tu me amabas con desesperación, así como yo lo siento ahora la desesperación de soñarte y perderte al despertar.
No viviré otro invierno sin que estés aquí
Lo sabes, quiero volver a soñar, para decirle a tu alma que te amo, que te amo con desesperación.
El sol cálido y asfixiante del Sur de Australia nos daba la bienvenida.
- Nos llevara un día entero cruzar el sendero- decía Dimitri mientras los rayos solares acariciaban su tersa y blanca piel.
No tuvimos noticas de Elena y Alec y no la tendríamos hasta el día siguiente, el día decisivo, el gran día "D".
Acampamos en uno de los cerros, para no levantar sospechas. Esa noche no pude pegar un ojo de la desesperación que llevaba.
Me quede dormida por el cansancio a la luz de las estrellas, mientras Dimitri, seguía leyendo el libro de Mathew Wilson detenidamente, sin perder de vista el campo, siempre alerta, siempre con un ojo medio abierto, así siempre estaba Dimitri, el tenia esa pureza, que jamás había visto en un vampiro, tambien después de todo lo que le había pasado, de su pasado oscuro, de todas las victimas que cargo. El al igual que Iserbet había encontrado la luz.
- Sophia despierta- decía suavemente Dimitri.
- Que hora es- dije entreabriendo los ojos, que eran fatigados por los fuertes rayos del sol.
- Casi las doce del mediodía- dijo mirando al hermoso horizonte Dimitri.
- ¿Qué?- dije levantándome de golpe.
- Eh alquilado el Jeep- dijo enseñándome un jeep de color amarillo- vamos arriba, nos queda un día y medio, y no queda tan lejos la tumba, Elena llamo esta mañana, los hombres de Lion están viniendo aquí, pero si nos apuramos la sacaremos antes- dijo rápidamente, mientras caminaba hacia el Jeep-
- Tengo hambre- me queje, siguiéndole el paso.
- Compre comida también- dijo sonriendo.
Después de más de cinco horas de viaje por el casi seco y verdoso camino del sur de Australia llegamos al lugar, maldito Nicholas, no era ningún tonto en poner el cuerpo de Iserbet en un lugar tan lejano.
Ditimtri y yo cargamos las armas y las pusimos en los sujetadores cruzados que llevábamos atado en el pecho.
Unas estacas, y pistolas.
- Ahora viene lo mas difícil- dijo Dimitri descendiendo de auto.
- Ya estamos aquí, es solo un paso- dije volviendo a sonreir despues de tanto tiempo.
- No te creas que son tontos, para que crees que es esta brújula, no esta enterrara ahí no mas, de eso te lo puedo asegurar.
Buscamos por horas y horas una entrada, del cerro elevado que supuestamente debajo de el estaba Iserbet, todo el paisaje era semi silvestre. Ya estaba comenzando a dudar de Nicholas, sabia que algo se traería en manos, no era ningún tonto.
Cuando me senté en una roca, se abrió una puerta en la curvatura del cerro.
- Woow- dije asombrada.
Dimitri entro primero y yo lo seguí por detrás. Era un lugar realmente horrendo, húmedos, tenia un olor a mierda impresionante. Estaba todo planificado, era como une estancado, con piedras que señalaba el camino, telaraña por doquier, ratas asquerosas, estaba lleno, y el olor a humedad y suciedad era repugnante.
Cuando llegamos al final del sendero después de 15 minutos, nos encontramos un lugar estrechamente cerrado sin saber que hacer, o donde dirigirnos.
Después de unos minutos que Dimitri inspeccionaba la pared que ni escritura poseía, solo un pequeño dibujito como si de un cristal se tratase.
- Sophia, el collar- musito suavemente Dimitri.
Le di el collar y el lo inserto en ese pequeño agujero. Después lo que venia era peor aun, todo oscuro, en el piso lleno de charcos de agua.
Tuvimos que encender unas antorchas para saber en donde nos dirigimos.
Caminábamos, caminábamos sin cesar, después de media hora, encontramos el sarcófago.
En ese momento sentí que toda la sangre se me venia a la cabeza de los nervios que sentía, en todo este tiempo jamás me había sentido tan feliz como en ese momento.
Dimitri abrió el sarcófago, y no quedaba dudas, de que era el cuerpo de Iserbet, esta intacta, tan hermosa como siempre, llevaba una manta que cubría su cuerpo, tenia la misma ropa de aquel día, algo que concentraba un olor repugnante, pero aun así nada de ella podría causarme ese sentimiento.
Bese suavemente su frente cuando Dimitri me indicaba que tenía que pararme en su cabeza.
- Sophia saca el saco de sangre que tengo en el bolso- dijo mientras sujetaba el libro y tenía una navaja en el horizonte del sarcófago.
Deje la sangre en un costado. Mientras seguía en la posición que Dimitri me había indicado en un principio.
Dimitri coloco su collar en el centro de su pecho, y empezó a hablar en latín haciendo un conjuro con las palabras.
Después de unos quince minutos que Dimitri hablaba tan rápido y en ese idioma tan peculiar y raro que no entendí musito suavemente como si tuviera miedo a despertar a una bestia.
Sophia, tu brazo- le tendí al brazo al tiempo que el con la navaja me cortaba y un chorro de sangre disparaba de el. senti un pequeño ardor
Siguió hablando en latín cuando coloco la sangre en su boca como esperando a que se despertada.
Sentí los nervios a flor de piel, tenia que hacer una fuerza sobrenatural para mantenerme en pie.
Iserbet después de que Dimitri hiciera el conjuro aun así no se despertaba.
Deseaba inmensamente que abriera los ojos y me sacara de estos nervios inmensos que tenia, junto al miedo de que en realidad eso no funcionara.
Después de una media hora en la que Dimitri se estaba impacientando, aun asi Iserbet no despertaba. Y yo ya no pude mas, sentí la desesperación invadirme los sentidos.
Senti en ese momento que tal vez no la recuperaría, que todo esto era un intento mas, mi corazón no pude recomponerse cuando estaba llorando en su cuerpo, descargando todo el dolor y la ira de tantos años sin tenerla, sin sentirla, sin poder gritarle al mundo cuanto la amaba, sin poder demostrárselo como debía ser.
- Iserbet mi amor, despierta- dije besando toda la cavidad de su rostro- Por favor, no me dejes sin ti, perdóname- dije desesperada entre sollozos.
Ella seguía sin despertar.
Hasta que un par de lagrimas corrieron por mis mejillas cayendo por sus labios.
El cuerpo de Iserbet se inflo como quien exhala profundamente.
- Despertó- decía Dimitri emocionado, mientras que yo aun con sollozos no podía creerlo.
Dimitri dirigió rápidamente el saco de sangre a la boca de Iserbet que bebía desesperadamente.
De sus labios se dibujaban esos colmillos tan perfectos, sin abrir los ojos todavía, tenia el rostro completamente convertido. Con venas negras gruesas que sobresalían de su rostro.
Al fin Iserbet abrió los ojos, eran negros como la noche, sin siquiera poder ver sus pupilas.
- Están llegando- dijo Dimitri tirando de mi brazo, y diciéndole a Iserbet que siguiera sus pasos, no sin antes recoger las cosas.
Dimitri tenía el don de escuchar voces a ciento de kilómetros.
Me sostuve fuertemente en la espalda de Dimitri, cuando en cuestión de minutos estábamos fuera de la tumba, quería abrir rápidamente los ojos para encontrarme con Iserbet.
Iserbet al parecer no caía en la realidad todavía, estaba con la mirada perdida, y seguía con los ojos negros.
Se acerco rápidamente a mí, agarrándome con fuerza, pensé que iba a besarme cuando sentí sus fríos labios en mi cuello, estaba por morderme.
Estaba temblando seguramente sentía muchísima sed. Yo estaba tan sorprendida por todo lo que había pasado, que no había caído en cuenta de eso, al verla allí parada enfrente mío, al sentir sus fríos brazos sobre mi, simplemente eso, hizo que sintiera ese calor inmenso recorrerme, y no me importaría que Iserbet se alimentara de mi en ese momento.
Sin poder siquiera moverme, por la conmoción que sentía de tenerla allí parada frente de mi en carne y hueso, tan hermosa, tan perfecta como siempre aun con el rostro completamente convertido. Esas manos no perdían las magias que hacían con mi piel, esas manos que me daban vida otra vez, que me daban esperanza y una razón para seguir respirando.
- Sabes- dijo articulando esa voz que me hacia delirar, su voz era ronca, aguda, como tratando de contenerse de algo- Podía morderte en esta zona- dijo recorriendo con sus frías yemas las venas de mi cuello- Pero hay algo que me detiene- dijo conteniéndose.
- No la recuerdas Iserbet- decía desde el otro lado Dimitri.
- No- dijo rompiendo en pedazos mi corazón.
- Soy Sophia- decía casi desesperada, intentando separarme de ella para que me viera el rostro- Soy Sophia Iserbet, dije sujetando su rostro.
- Aléjate- dijo respirando agitadamente.
- No volveré a hacerlo- dije en sollozos- No me alejare nunca mas de tu vida, aunque me mates en este preciso momento.
- Corre- dije sujetándose la cabeza y cayendo al piso- no puedo contenerme Mortal.
- No- dije acercándome y tocando su frio rostro.
- Sophia- decía Dimitri, sujetándome y alejándome de Sophia.
"Ella no te recuerda, tiene hambre Sophia", decía Dimitri sin soltarme.
Iserbet:
Que son estos espasmos que siento, porque flaqueo ante el cuerpo de esta mortal. Decía cayendo otra vez al suelo por la impotencia. Cuando siento un escalofrió recorrerme el cuerpo, siento esas manos cálidas, esas manos que no se de quienes son, esas manos de aquella diosa de cabello oscuro y los ojos azules mas brillantes que la luna, ese cuerpo que aun en la desesperación y el hambre me impide alimentarme, de saciarme, de alimentarme de su ser.
Ella con sus suaves manos me hace delirar aun más, y siento de golpe como todos los recuerdos perdidos se disparan en mi mente como un flash back, rompiendo mis sentidos, doliéndome la vista y la cabeza de manera desesperante.
Y la vuelvo a recordar, recuerdo lo que nunca podría olvidar, recuerdo a mi diosa Mortal, mi ángel y mi demonio, la causante de mis delirios. La causante de mi muerte.
Recuerdo la profecía de Wilson que se dispara en mi mente doliéndome más aun. Pero después de pronunciar su nombre en el jadeo de dolor, ella sujeta mi rostro y me besa con un frenesí y una pasión incontrolable, haciendo que aun en la eternidad no la pudiese olvidar, aun cuando mi alma divago en donde quien sabe, jamás pueda olvidar lo que ella hace al tener contacto con mi piel.
Aun cuando fuiste tu la que acabaste con mi vida, yo no olvido Sophia, no olvido cuales fueron las razones, no olvido tu aroma a Oliva y la locura que me posesa al sentirla, y esa cercanía de tu cuerpo hacia el mío. No olvido esa tarde que te entregaste al amor sin temores, no lo olvido.
Todavía estoy jadeante, todavía me duele la cabeza, pero ya no estoy convertida, como siempre ella me da esa tranquilidad, esa humanidad.
Sophia:
- Sophia- dijo jadeante de dolor. Yo trataba de sacarme de encima a Dimitri pero el tenia mas fuerzas que yo en ese momento.
- Sophia, mi diosa Inmortal- decía Iserbet con los ojos mas claros-
- Me recuerdas- dije al fin después de golpear a Dimitri de un codazo acercarme a su cuerpo, sin sentir miedo, sin sentir pánico, pánico me daba alejarme de ella, otra vez.
- Te amo- dijo con esos ojos azules que me deliraban otra vez, besándome con frenesí, como si el mundo se fuera a acabar en ese preciso momento.
- Se están acercando- se escuchaba la voz de Elena agitada.
- ¿Cómo llegaste tan rápido?- se escuchaba la voz de Dimitri.
- Tengo un don- dijo risueña la primera.
- Iserbet, debemos partir- dijo Dimitri interrumpiéndonos.
Iserbet, sin decirme nada, me cargo a la espalda como antes lo hacia, en ese momento sobraban las palabras, no importaban las razones, ya que mi única razón de vida siempre había sido ella, aunque estuve tanto tiempo sin aceptarlo.
Sentí como mi piel se encontraba con su dueña otra vez, como mis labios se abrigaban con los de la que siempre los poseyó, y como mi corazón volvió a recomponerse y a latir rápidamente como antes lo hacia.
Iserbet seguía temblando, seguía jadeando de dolor o de hambre, pero ella me amaba y esa y muchas mas fueran sus pruebas, la supervivencia, ese dolor en el pecho que le quemaba los pulmones y aguantaba aun conmigo en la espalda era la prueba de que ella era mía, era mía, mía sola mía hasta la eternidad.
- No te muevas- se escucha un eco por detrás- No te muevas- repetía otra vez.
Iserbet giro y mi mirada se encontró con la mirada furtiva y llena de ira de Nicholas una vez más.
- Aahhh- se escucho un jadeo fuerte y profundo, Nicholas había disparado en el pecho a Iserbet. Ella cayó rendida en el suelo y yo con mi corazón en la mano, saque el arma rápidamente del sujetador y le dispare en el hombro.
- Como pudiste- gritaba de dolor Nicholas.
- Se acercan- decía un desesperado Dimitri- Los oigo, vienen juntos son muchísimos.
- Como pudiste hacer eso para destruirme- dije sonando desesperada.
- Yo al igual que tu no tenia alternativa, o me unía o perdía- dijo con la mano en su pecho y jadeante de dolor.
- ¿Qué no tenias alternativa hijo de puta?- dije disparándolo en el estomago por la rabia que sentía hacia el, ya no podía pensar con la mente fría- Yo siempre te ayude, y tu siempre me engañaste, haciéndome creer que esta agencia era para ayudar a las personas, y no es mas que un maldito bien económico.
- Yo- decía Nicholas, cuando Elena se acerco rápidamente, casi sin pestañear a el, y le pego un fuerte palazo en la cabeza que lo dejo inconsciente.
- ¿Qué hiciste?- dije cayéndome al suelo.
- no puedo hacer otra cosa, ahora todos moriremos- dijo desesperada, podía leer en su mente su desesperación.
- Vamos- decía yo levantando otra vez a Iserbet.
- No- dijo aun jadeante de dolor y con una herida de bala que no sanaba aun.
- Vamos- dije mas desesperada intentando levantarla.
- Lucha conmigo- dijo penetrando mi alma con esos ojos azules mas brillantes que las estrellas- No quiero escapar, nunca eh huido de nada, jamás eh huido de algo sin importar que pudiese costarme la vida, no eh huido de ti y no cambiaria nada- dijo sujetando mi mano y levantándose otra vez.
- Voy a luchar junto a ti- dije al tiempo que leía la mente de esos vampiros mas y mas cerca- Como siempre tubo que ser, voy a luchar junto a ti, amor de mi vida- dije sujetando mas fuerte su mano, el pánico se había ido de mi cuerpo, ya no sentía miedo, su mano me daba la fortaleza de seguir delante, de luchar, de entregarle por primera vez mi alma completamente al amor, y esa era la mayor prueba, luchar junto a ella, luchar para salvar su vida.
Vimos mas cerca a los agentes y a los vampiros, los vampiros se acercaban rápidamente hacia nuestra posición como quien va a la guerra sin importarles morir sin importarle a quien tenían enfrente esta es una batalla, y el que perdía no viviría para contarlo.
Sin dejar de agarrar la mano de Iserbet, saque rápidamente el arma que tenia sujetado en el cuerpo.
Estaba preparara para morir, estaba preparara para luchar por primera vez por mi amor, el amor que esta sentenciado por el destino, aquel amor imposible e irracional que solo yo y ella podíamos entender.
- Por siempre mi amor- dije en un susurro- Por siempre voy a estar junto a ti amor eterno- dije al tiempo que sentía sus fríos labios en mi frente.
PD: gracias a todas las personas que leyeron y se molestaron en comentar el relato anterior.
Como escritora me gustaría que valoraran y siguieran comentando para seguir mejorando, si mencionar que eso es una de las cosas mas linda de escribir, "Satisfacer a las personas"
Tal vez sigua el relato quien sabe, tal vez. (el que me diga el mejor fundamento de porque debería haber Blood Love 4 le paso personalmente el relato ,es broma xd).
Me costo mucho encontrar la salida, ya que estos días estaba distraída, por eso quiero dedicarle enteramente este relato a Karen, que tuvo una paciencia increíble hacia mi, y mi depresión cuando no me salen las cosas.
Dedico también este relato a Tiffani y a Dark (por molestarme y desconcentrarme XD).
A mi fans numero uno en el mundo Angélica.
A Kira aunque haya desaparecido dos semanas, si alguien de Colombia la ven díganle que se aparezca por lo menos en mi cumpleaños XD.
Pero por sobre todas las cosas a esas personas que me siguieron, que valoraron, que leyeron y se tomaron la molestia de escribirme. Podría nombrar a muchos de ustedes, ya saben quienes son.
Muchas gracias