Blackstone: Recuerdos con olor a vainilla - II

-No, no estoy bien, no lo estaré hasta no tenerte en nuestra habitación. – respondió sonriendo sensualmente y tomándola de la mano para entrar en la casa y dirigirla escaleras arriba.

Eran las 7 de la mañana cuando Nicky llegó a casa después de dejar a Rhea en la facultad para entregar su tesis, se movía en modo de “piloto automático” como consecuencia de las torrenciales cantidades de alcohol ingeridas durante toda la madrugada, arrastró su humanidad escaleras arriba, se vio tentada a entrar a su habitación y morirse hasta algún momento de la tarde al pasar frente a la puerta, pero la conciencia pudo más que el sueño y, haciendo un esfuerzo heroico, continuó casi agarrándose de las paredes hasta el final del pasillo, al cuarto de Sloan, entró sin tocar la puerta, sin importarle a estas alturas lo que se pudiera conseguir.

-Sloany, despierta.- Casi gritó Nicky, con los ojos mas cerrados que abiertos, haciendo que Sloan despertara sobresaltado.

-Nicky? Shit, que susto me diste, como me despertás a esta hora? Debería ser un delito. – Se quejaba Sloan, mientras se cubría los ojos con la almohada.

-Lo siento guapo, pero tenía que darte las llaves de Rhea antes de morirme hasta la semana que viene, por lo menos. – Dijo arrojándole las llaves del coche – Esta estacionado en el parking lot de “G-Spot” con un neumático pinchado, Rhea está con lo de la tesis, dijo que si le cambias el neumático y se lo llevas a la facultad, te da el numero que llevás dos semanas pidiéndole. – Nicky le hizo un guiño gracioso y salió casi gateando hacia su habitación sabiendo que su amigo no se negaría.

-Esto es chantaje, solo porque esa rubia compañera de Rhea es muy atractiva… - Protestaba Sloan mientras salía de la cama y se metía en la ducha.

Nicky llegó a su habitación, y sin quitarse siquiera los zapatos, se dejó caer en ella, procurando no aplastar a Lexie que dormía debajo de las sábanas.

-Amor… llegaste... – Balbuceó Lexie, más dormida que despierta.

  • Mjmm…

-No vas a quitarte la ropa princess?

-Mmm…

-Jajaja – Sonrió Lexie, resignada a despertar por completo – No quiero preguntar cuanto tomaste, ven aquí – Salió de entre las sábanas para desvestir a su novia.

-Sabes que eres divina? – Murmuró Nicky, medio muerta ya, dejando que le retiraran las prendas sin colaborar en lo absoluto en facilitarle la labor a Lexie.

Nicky abrió los ojos, sin saber qué hora era, o qué día, sentía haber dormido semanas. No despertó porque sintiera que había dormido suficiente, fue tomando conciencia poco a poco, mientras una voz susurraba palabras tiernas en su oído y la traía lentamente del reino de Morfeo.

-Amor… qué día es hoy? – dijo casi en un susurro al abrir ligeramente los ojos y ver el rostro de Lexie, apenas iluminado por la luz de la lámpara de mesa, pues las gruesas cortinas café impedían la filtración de luz a la habitación, haciéndole mas difícil calcular qué hora era.

-Jajaja, aún es lunes princesa, son las 5 de la tarde, vine a despertarte para que te arregles, usted y yo saldremos a cenar – Lexie la miraba con ternura y le acariciaba el cuello y la oreja derecha con su nariz mientras le hablaba, depositó un beso suave en su mejilla y le acercó un vaso – Ten, la acabo de preparar.

-Mmm… que delicia… batido de fresas, si sabías que eres la mejor novia del planeta Lex?

-No es cierto, la mejor novia del planeta sos vos, mi vida. – Respondió Lexie acariciando distraídamente el cabello de Nicky mientras esta se acababa el contenido del vaso como si no hubiera comido ni tomado nada en siglos – Déjame llevarme esto a la cocina, te preparé la tina para que termines de recuperar fuerzas, tengo reservaciones para las 8.

-Celebramos algo? No me digas que me perdí tu cumpleaños, o nuestro aniversario…

-No, no te has perdido de nada de eso amor, pero si celebramos algo… - respondió Lexie sonriéndole con devoción mientras le besaba la mano delicadamente.

-El qué? Si puedo preguntar…

-Claro que puedes, celebramos que estoy total, perdida y absolutamente enamorada de ti, amor de mi vida. – Dijo Lexie besándola suavemente en los labios mientras Nicky se ruborizaba profundamente, para luego levantarse y salir de la habitación.

Después de esas palabras, ese beso, de esa demostración de amor, Nicky olvido cualquier rastro de resaca que pudiera quedar en su sistema, se levantó de la cama sintiéndose feliz y completa, enamorada, de Lexie y de la vida, caminó hacia la ducha solo para paralizarse al abrir la puerta, sonreír con el corazón y suspirar con el alma, la luz estaba encendida a media intensidad, había un camino de pétalos de rosas rojas desde la puerta hasta la tina, y alrededor de esta habían velas aromáticas estratégicamente dispuestas para que la iluminación fuera la suficiente para hacer el ambiente romántico pero no recargado. La tina estaba lista para recibirla, caliente y con su esencia favorita, lavanda, y podía escuchar la suave música de Enya sonando en algún lugar que aún no lograba identificar, en ese momento decidió que era un ambiente demasiado maravilloso como para no compartirlo con la responsable de su creación, cuando se volvió para abrir la puerta, se topó con una nota en el pomo: “Ni pienses en salir a buscarme, estaré recogiendo a Sam en el médico, relájate y disfruta, lo preparé para ti, es tu premio adelantado por la noche deliciosa que me regalarás”. Nicky solo supo sonreír, se acercó al lavabo, se retiró el maquillaje que aún traía de la noche anterior, y se sumergió en aquel baño mágico del que emanaba tanto vapor, que confería un toque casi místico a la iluminación de las velas.

-Nicky, babe!! son las 7 amor… estás lista? – Interrogó Lexie subiendo las escaleras y caminando por el pasillo – Princess, por favor dime que no te volviste a dormir…

-Almost ready babe. – Gritó en el momento en el que Lexie abría la puerta de la habitación – dame solo dos minutos amor – retocando su maquillaje.

-Oh my… estás en verdad hermosa… tanto que creo que olvidaré las reservaciones que tuve que hacer hace casi mes y medio – balbuceo Lexie con cara de estúpida, mirando boquiabierta a su novia terminar los últimos retoques de labial, embelesada con aquel vestido blanco que se ajustaba a sus curvas y bajaba poco mas allá de sus rodillas, y observando cómo su cabello caía sensualmente por la espalda desnuda.

-Espero no haberme arreglado demasiado. – Dijo Nicky distraídamente, pretendiendo no ser consciente del impacto que había causado en su novia, y sabiendo confiadamente que no había exagerado con su atuendo, pues conociendo a Lexie, irían a algún restaurante elegante.

-Tú jamás exageras, siempre estás perfecta amor. Vamos? “Acquerello” nos espera. – Extendiéndole el brazo a Nicky, que se abrazó a él, mirándola con algo de sorpresa y arqueando la ceja derecha.

-“Acquerello”? esta vez si me sorprendiste. Por cierto, no puedo esperar a quitarte ese vestido, te ves maravillosa. – Le susurró al oído causándole escalofríos en todo el cuerpo.

La cena fue romántica y tranquila, casi cursi, se les podía ver compartiendo miradas enamoradas, cálidas y cargadas de sexualidad contenida, ansiosas por lo que el resto de la noche les deparaba, pero disfrutando plenamente el momento, compartiendo alguna copa de vino, intercambiando sonrisitas tontas, de esas típicas de los enamorados, regalándose caricias inocentes y alguno que otro beso tierno. Salieron de Acquerello cerca de las 10pm, al llegar a casa notaron un Subaru Impreza negro que no conocían aparcado en frente. Lexie detuvo el carro, apagó el motor y bajó de él rodeándolo para ayudar a su novia a bajar, cuando alguien salió del Impreza y se acercó, Lexie no supo si la expresión de Nicky era de sorpresa, cólera, nerviosismo o las tres.

-Buenas noches, Nicole – Saludó acercándose la persona que bajó del Impreza, era la pelirroja de la noche anterior.

-Buenas noches – Respondió Lexie al ver que su novia no decía nada, sin saber de quien se trataba, sin sentir celos, pero intuyendo que no era una persona grata por la reacción de Nicky – Puedo ayudarte en algo?

-Buenas noches, i’m Julia, nice to meet you! – dijo extendiéndole la mano.

-Lexie Conde – estrechando su mano y mirando de reojo a Nicky.

-Venía a entregarle esto a tu novia, lo olvido la otra noche y pensé que lo querría de vuelta – dijo dándole algo a Nicky.

-Y supongo que, siendo tan cínica como ya demostraste que podías ser, esperarás que te lo agradezca cierto? – respondió Nicky molesta, al darse cuenta de que era su identificación, recordando que esa noche en “G-Spot” pago la cuenta, y al estar nerviosa por Rhea y con prisa por salir de ahí, no notó que el mesero no le devolvió su identificación junto con la tarjeta, intuyendo que podía ser una maniobra preparada por Julia, pero sin importarle si se equivocaba.

-No es necesario que lo hagas, me basta con poder devolvértela linda. Que tengan buenas noches, de nuevo, ha sido un inmenso placer, Lexie – se despidió sonriendo con satisfacción y subiendo de nuevo al Impreza para perderse al final de la calle.

-Estás bien amor? – preguntó Lexie, tomando la mano de Nicky y besándola, haciendo que se deshiciera inmediatamente el nudo en el entrecejo de su novia, quien al voltear a verla olvido el enojo momentáneo del que había sido presa, y rodeando su cuello le dio un beso apasionado, un beso con hambre, que prometía ser solo el inicio de una noche larga e infinitamente dulce.

-No, no estoy bien, no lo estaré hasta no tenerte en nuestra habitación. – respondió sonriendo sensualmente y tomándola de la mano para entrar en la casa y dirigirla escaleras arriba. Entraron en la habitación sin querer encender la luz, cerrando la puerta tras ellas y entregándose a un intercambio de besos con ritmos muy cambiantes, entre apasionados y tiernos, entre demandantes y lentos, mientras caminaban instintivamente hacía la cama, abrazadas, sin poder la una dejar de acariciar el cuerpo de la otra. Nicky sentó a Lexie al borde de la cama, sentándose en sus piernas sin dejar de besarla, mientras con una mano rodeaba su cuello, estiraba la otra para encender la lámpara de mesa y susurrarle al oído “asi esta mucho mejor, necesito admirar tu belleza mientras te llevo al cielo y te regreso a mis brazos”. Lexie solo la miró con lujuria y le sonrió, rodeando su cintura y estrechándola contra si, mordiendo su labio inferior y atrapando su lengua unos segundos. Nicky la miraba divertida, intentando alejarle el rostro para negarle sus labios, en un juego que sabía que perdería, porque ella también moría por besarla, pero que le divertía, para luego rendirse y fundirse en un beso apasionado mientras con sus manos acariciaba todo su torso, aun sobre la tela del vestido, apretando sus pechos por momentos, bajando por su abdomen o acariciando su espalda. Lexie por su parte, luchaba por encontrar la cremallera del vestido en la espalda de Nicky, pero parecía incapaz de concentrarse en la tarea, cuando su novia sonriendo mientras la besaba y le dijo “calmada precious, que para todo hay tiempo”, le levantó el cabello con una de sus manos y se acercó lentamente a su cuello, ocasionando que Lexie inclinará ligeramente la cabeza hacía atrás, sintiendo como los labios de Nicky quebraban su voluntad, si es que alguna vez quiso tenerla, disfrutando de toda la habilidad que había adquirido aquella chica que tanto la enloquecía a través de los años que tenían juntas, sintiendo escalofríos, cosquillas y el calor del sol invadiendo su cuerpo, mientras los labios y la lengua de Nicky atacaban su cuello y el lóbulo de su oreja. Nicky aprovecho su mano libre para abusar del pecho de su novia, hasta que sintió que el vestido era un estorbo y decidió deshacerse de él, llevando su mano a la espalda, interceptando el cierre y tirando delicadamente de él y soltando el cabello que detenía con su otra mano, para meterla entre el vestido y la piel de Lexie, y bajar junto al cierre acariciando su espalda, haciéndola estremecerse y desabrochándole de paso también el bra. No tardo mucho en sacarle el vestido y el bra, Lexie colaboraba sumisamente, sintiendo como el mundo se volvía mejor entre los besos y las caricias de la mujer que amaba, Nicky no dejaba de acariciarle la espalda, suave pero ansiosamente, como si el contacto de su piel le causara un placer indescriptible, mientras besaba sus hombros, ahora con mas pasión, bajo lentamente hacia su pecho, devorando sus senos con lujuria, pero sin restarle delicadeza a sus besos, atrapando por momentos uno de sus pezones, y luego el otro, succionándolo con pasión y luego atrapándolo suavemente entre sus dientes y acariciándolo con la lengua. Aun sentada en sus piernas, coloco sus manos en los hombros de Lexie y la empujó sutilmente hacia la cama, sin despegarse de sus senos, recostándose sobre ella, intentando no separarse de aquel sabor y aquella suavidad que le robaban la razón. Lexie, a pesar de estar hecha ya un mar de lubricante, y de estar disfrutando plenamente de las atenciones de Nicky, tenía la necesidad de sentir la piel de su novia junto con la suya, la separó sutilmente de sus senos y la halo levemente hacia ella, besando nuevamente sus labios y diciendole “sino te quitás ese vestido rápido, voy atentar contra él, y mirá que es lindo… necesito sentirte, babe”, Nicky sonrió complacida, llena de libidinosidad, se levantó solo para sacarse rápidamente el vestido y luego hacer un gesto gracioso antes de quitarse el bra, a modo de “striptease” y diciendo con una sonrisa “el resto es trabajo tuyo”, mientras señalaba la diminuta tanguita que traía. Volvió a inclinarse sobre Lexie, dándole un beso fugaz en los labios, bajando de nuevo a sus pechos, solo para dejar una línea de besos húmedos de recuerdo mientras se dirigía a su destino, deteniéndose en su abdomen plano, solo porque en verdad la derretía su consistencia y su suavidad, se le quedo mirando unos segundos, acariciándolo con sus dedos, recorriéndolo distraídamente y depositando incontables besos cortos en él, disfrutando de una de las partes del cuerpo de su mujer que más le atraía. Posó sus manos en los costados de Lexie, bajándolas lentamente y aferrándose a sus caderas unos segundos, antes de tirar de la ultima prenda que se interponía entre ella y el placer supremo que pretendía causarle a su novia y lanzarla hacia cualquier lugar de la oscuridad de la habitación mientras decía riendo y divertida “here we go baby!” y sacándole una carcajada ahogada a Lexie que la miraba con ansiedad y deseo. Llevo su dedo índice a los labios de Lexie, mirándola con lujuria, mientras esta lo recibió dentro de su boca, succionándolo con lascivia y sentándose fugazmente para probar nuevamente los labios de Nicky y volver a acostarse, Nicky sonrió y empezó a acariciar la vagina de su novia con ese índice recién bendecido, abriéndose paso entre sus labios mayores, recorriéndolos e intentando no hacer contacto con su clítoris, aún, profanó suavemente sus labios menores y se abrió paso hasta la entrada de su vagina, arrancándole suspiros a Lexie, mientras bañaba ese índice con su humedad, y regresaba el camino recorrido, lubricando toda la extensión de esa vulvita que tantas veces la había llevado a la gloria. Bajó su rostro, besando sus labios mayores, tomándolos en su boca, apenas succionándolos y dejando su lengua soltarse para viajar dejando besos fugaces hasta la llegar nuevamente a la entrada de su vagina, donde se quedo unos minutos, que a Lexie le parecieron horas, introduciendo su lengua y recorriendo levemente su interior mientras se impregnaba de toda la humedad de su mujer, de ese sabor que la enloquecía, de ese aroma a sexo que la descolocaba, y sintiendo las manos de Lexie se posaban sobre su cabeza, acariciando su cabello, sus orejas o cara aleatoriamente. Continuo con su trabajo, sabiendo que no faltaba mucho para hacer estallar a su novia, tratando de obtener la mayor profundidad que su lengua le permitiera, agradeciendo mentalmente al universo por haberle dado aquella destreza innata, moviendo la lengua a la velocidad de la luz y sintiendo como empezaba a dolerle la mandíbula, pero jurándose internamente que primero se desgarraba antes de parar, y conociendo como conocía a Lexie, saco por un instante su lengua, solo para hacer una rápida visita, desde su clítoris hasta su vagina nuevamente y volver a introducir su lengua, provocándole un orgasmo descontrolado segundos después y sintiendo como los dioses le sonreían mientras Lexie tenia las manos en su cabello, quietas, pero temblaba del resto del cuerpo. Nicky sonreía para sus adentros, sentir a Lexie correrse de esa manera era uno de los placeres que movían su vida, le gustaba aquella mujer, le gustaba demasiado, y casi nunca quedaba satisfecha, siempre terminaba deseando darle mas placer, así que continuó moviendo lentamente su lengua luego de darle un minuto para reponerse, empezó a disfrutar de toda la humedad que había ocasionado en ella, y a subir muy lentamente con su lengua, haciendo que Lexie murmurara, aun con la respiración entrecortada “princess, please give me a break”, solo para responderle “descansamos cuando estemos muertas, mi vida” y soltar una risita ahogada, apoderándose con sus labios de su clítoris y sacándole un “puta, que sos malvada, pero por eso te amo”. Nicky movía su lengua lentamente sobre el clítoris de Lexie, dándole tiempo de reponerse por completo del orgasmo anterior y de disfrutarlo, tanto como ella lo estaba disfrutando, lo aprisionaba entre sus labios y lo succionaba levemente, para continuar atacándolo con su lengua, hasta sentir a Lexie acompañar el movimiento de su lengua con el de sus caderas, y la escuchó soltar un par de aquellos gemidos que tanto la excitaban “puta, Lex, como me encantas mi amor” alcanzó a decir Nicky antes de acelerar el movimiento de su lengua, pasando de círculos grandes a círculos mas pequeños y perfectamente zonificados, haciendo que los gemidos de Lexie aumentaran cada vez mas, en volumen y en frecuencia, hasta que la tan sola invasión de uno de sus dedos a su vagina la hizo correrse nuevamente, tratando de contener los decibeles de sus gemidos para no despertar a los demás mientras se aferraba a la cabeza de Nicky que no le daba tregua entre sus piernas.

-Babe, sube acá conmigo si? – suplicó Lexie tratando de normalizar su ritmo cardíaco.

-No te apetece, así como… otro orgasmo, cortesía de la casa? – le respondió Nicky, aun acariciando sus labios mayores distraídamente con su lengua.

-No princess, jajaja, me querés matar? Dame un cuarto de hora o me dejarás insensible de por vida, más bien ven aquí conmigo, no seas mala.

-Está bien, solo 15 minutos de tregua te doy. – se burló, colocandose a la par de Lexie, recostándose sobre su pecho y dándole un beso en los labios – Para que probés lo divina que estás.

-Eso estuvo demasiado rico amor… creo que alguien merece que le devuelvan el favor – le dijo sonriendo e intentando posicionarse sobre ella, pero Nicky hábilmente la detuvo, abrazándose fuerte a su abdomen.

-No amor, te juro que me muero de ganas, me dejaste demasiado excitada, pero, you know, ruler days… – hizo un puchero gracioso y la miro con carita decepcionada.

-No me jodás preciosa, eso lo podemos solucionar, como me haces el amor así de rico para decirme que no te podré tocar?

-Bueno Lex, no iba a arruinar una noche perfecta, mucho menos con lo guapa que estabas en ese vestidito turquesa, que te lo quise quitar desde que abriste la puerta de la habitación, y después de lo bien que lo pasamos en la cena, sin mencionar el regalo después de despertarme… merecido de sobra lo tenías jajaja, y de verdad, aunque me muero de ganas, tengo un cólico desgraciado, y un orgasmo solo serviría para elevarlo a la enésima potencia amor. Por cierto, donde escondiste los altavoces en el baño, picarona?

-Te gustó? – sonreía complacida Lexie, feliz de que aquel detalle del baño le hubiera gustado.

-Me encantó, y me dejó deseando desde ese momento tenerte aquí y hacerte el amor.

-Que bueno que te gustará, quería que te relajarás, temía que despertaras con resaca.

-Gracias amor, y gracias también por ser tan bella, tan buena novia, y por confiar en mi como lo hacés – le dijo dándole un beso profundo en los labios, introduciendo la lengua para juntarla con la suya.

-Mmm, que rico!! No tienes que darme las gracias por eso, sabes que confío en ti con mi vida amor.

-Si, igual que yo en ti, pero aun así, es admirable que lo único que me preguntaras después de lo de la loca cuando llegamos, haya sido “estas bien, amor?”. Eres un encanto – besándola de nuevo – la mejor novia que he podido tener, lo mejor que me ha podido pasar en la vida, lo sabes verdad? Sabes que te amo?

-Lo se Nicky, porque yo también te amo babe. Además estabas alterada en ese momento, no quería que pensaras que desconfiaba de ti o te pedía explicaciones. Pero ahora que lo mencionas, y ya que le dijiste loca, quien era esa mujer?

Nicky le contó lo sucedido en “G-Spot” con Julia y Rhea, Lexie la abrazaba y le acariciaba el cabello mientras escuchaba atenta el relato de su novia, acariciaba su brazo o su pecho, y tomaba nota mental de agradecerle a Rhea que cuidara de Nicky en su ausencia, para luego ser nuevamente víctima del deseo casi insaciable de su novia, y recibir una tregua justo con tiempo para recibir el amanecer y dormirse en sus brazos.