Blackstone: Recuerdos con olor a vainilla - I
...-Shes dead Cris shes dead.- Murmuró Rhea mirando el piso y dejando escapar una lágrima. -Muerta? Quien? De que hablas? -Yo yo pude salvarla Cris and now shes gone.- Dijo Rhea en un susurro casi inaudible mientras se perdía en sus pensamientos con olor a vainilla...
-Rhea… Rhea… me escuchas?
-Si? Disculpa… me distraje, qué me decías?
-No tienes buena cara, tus ojos… nunca habían guardado tanto dolor, por eso viniste, no?
-Si… supongo que por eso vine, you’re my best friend, nadie me conoce como tú Cris, y la verdad es que no tengo idea de como enfrentar lo que estoy sintiendo…
Cristina abrazó a Rhea sabiendo que lo necesitaba, que aunque fuera una mujer fuerte, en estos momentos su amiga era como una pequeña indefensa, atacada por sus demonios internos. Rhea acababa de llegar a Houston en busca de la paz interna que solo conseguía junto a Cristina, su mejor amiga, la persona que mejor la conocía, la que era como su hermana, aun habiendo sido su amante, su amor mas puro, su confidente y de nuevo su hermana.
-Y bien? Me sorprendió demasiado que me llamaras diciendo que estabas en el aeropuerto, no solo porque no me dijiste que vendrías, sino porque llevas cerca de 8 meses sin dar señales de vida… no respondes a mis pin, a mis emails, a mis llamadas… estaba preocupada por ti. Solo sabía que estabas viva porque hablé con Cecilia cuando entré en pánico después de un mes sin tener noticias- Le reclamó Cristina dolida, pero profundamente preocupada por su amiga.
-Que haría yo sin mi madre verdad? Me llama todos los días… aun cuando no tomo sus llamadas salvo dos veces por semanas. No te lo contó ella?- Rhea solo miraba al piso con tristeza mientras hablaba.
-No, no quiso contarme nada, solo me decía que estabas bien, que ya me buscarías… que yo sabía como eras, lo curioso es que estás haciendo lo opuesto a ti…. Normalmente me llamarías al instante si algo tan fuerte, como intuyo que es, te pasa.
-No estaba lista para hablarlo con nadie, primero porque dolía demasiado, y luego porque.. – Rhea suspiro tratando de acumular determinación para decir algo que le resultaba difícil – Esta April en casa?
-No, esta en Texas visitando a sus padres, estará fuera un par de semanas, se fue hace dos días.
-Me podés servir algo de tomar?
-Si, que quieres? Té frio, agua, una soda?
-Are u fucking kiddin me? Necesito algo fuerte Cris… Tenés Whisky?
-Ya vas a empezar a tomar, así como estas de cargada emocionalmente, juro por Dios que te vas a perder con 3 tragos.
-Y eso que importa? No es que esté en un bar donde importe si olvido como me llamo, estoy contigo.
-Tienes razón… tengo tequila, solo tomo whisky contigo y tengo un año sin verte… te traeré la botella.
-Me traerás? No piensas tomar conmigo? – Por primera vez en la conversación Rhea parecía animarse, un leve brillo asomó en su mirada y una media sonrisa amenazó con dibujarse en sus labios.
-Tú así como estas… y yo ebria? Alguien en su sano juicio debería quedar no crees? – Gritó Cristina desde la cocina mientras caminaba de regreso a la sala con un shot, sal, limones y una botella de tequila.
-Qué pasa Cris? Te asusta perder el control sin tu novia en casa? No te sentís segura de emborracharte conmigo?- Le provocó Rhea, sabiendo que Cristina aun tenía sentimientos por ella, que siempre los tuvo, y siempre los tendría. Cristina colocó la bandeja en la que llevaba todos los elementos que estaba segura provocarían una borrachera de campeonato mundial en su amiga, sonrió con sorna y volvió a la cocina por otro shot.
-Satisfecha?- Preguntó desafiante a Rhea mientras levantaba la ceja izquierda y llenaba los shots.
-Estaría satisfecha si estuvieras soltera y pudiera hacerte el amor sobre esta mesa, pero sigues con la insípida de April, aunque me conformo con el tequila por ahora- Respondió Rhea sabiendo que haría sonrojar a su compañera y empinando el primer shot de tequila en seco, olvidando la sal y el limón y deseando que, tal y como su amiga vaticinara, después del tercer shot su conciencia empezase a fallarle a la vez que servía el segundo y esperaba a Cristina.
-Vaya, de verdad que tienes la única intención de perder la conciencia.- Dijo Cristina despachando su trago y sirviendo el segundo, ignorando por completo el comentario insinuante. – Quieres empezar a contarme ahora, o esperaras estar tan ebria que llorarás más de lo que podrás hablar?- Miro a Rhea a los ojos, transmitiéndole confianza y diciéndole a través de esa mirada que tan bien conocía su amiga, que contaba con ella y que todo estaría bien. Rhea despacho rápidamente el segundo shot, y el tercero, saco una cajetilla metálica de su bolsa, la abrió con parsimonia tomando de ella un blackstone de vainilla, saco un zippo del bolsillo derecho de su pantalón, lo encendió y se lo ofreció a Cristina, quien lo acepto con una sonrisa ladeada, encendió un segundo cigarro y lo llevo a sus labios cerrando sus ojos unos segundos y dejando que el leve aroma a vainilla inundara sus sentidos y la ayudara a relajarse mientras aspiraba el largo tabaco, servía otro shot, y lo despachaba luego de exhalar el humo del cigarro.
-She’s dead Cris… she’s dead.- Murmuró Rhea mirando el piso y dejando escapar una lágrima.
-Muerta? Quien? De que hablas?
-Yo… yo pude salvarla Cris… and now she’s gone.- Dijo Rhea en un susurro casi inaudible mientras se perdía en sus pensamientos con olor a vainilla.
8 meses antes…
-Oh my… stop… stop it o no respondo de mi… mmm… no hagas eso princess… -Se quejaba Rhea entre suspiros ante los besos con los que Samantha atacaba su oreja derecha desde atrás mientras ella trataba de concentrarse en lo que realizaba frente al ordenador.
-Y quien le dijo señorita Spencer que yo quiero que “responda” de lo que hace? – susurró Samantha al oído de Rhea mientras jugaba con el corto cabello de la pobre rubia que luchaba por resistirse a sus intentos de seducción.
-Sam... Tengo que terminar esta corrección para ayer, en la mañana entrego la tesis y aun ni siquiera impri… Fuck it… -fue lo ultimo que logró articular Rhea antes de resignarse a perder la batalla de resistencia cuando sintió la mano de Samantha abrirse paso por dentro de su short, giró el cuello para besar sus labios mientras echaba sus brazos hacia atrás para rodear su cuello.
-Sabes que es tu culpa verdad? – Le molesto Samantha con una sonrisa victoriosa – Por andar siempre sin ropa interior, me perturba los pensamientos saber que no andas nada debajo y me atacan unas ganas incontrolables de tocarte… no, ni se te ocurra moverte de ahí – se quejó deteniendo a Rhea que intentaba levantarse de la silla para sentarse en sus piernas, ya que se encontraba sentada detrás suyo.
-Que sepas que esto es un abuso y protesto de él – Sonrió Rhea resignada, echando la cabeza hacia atrás y dejándose hacer, mientras Samantha le arrancaba suspiros y generaba todo tipo de escalofríos que le recorrían el cuerpo, trazando una ruta con sus labios y lengua que aleatoriamente aterrizaban en su cuello, su oreja, su mentón o sus mejillas, mientras su mano izquierda abusaba de su pezón izquierdo por momentos, o apretaba suave pero lujuriosamente su seno y su mano derecha, continuaba dedicada como desde hacía un rato a la tarea mas placentera. Rhea quiso facilitarle el trabajo a Samantha deshaciéndose del short blanco y corto que traía puesto, abriendo las piernas un poco mas, y dejando a su asaltante hacer su trabajo. Samantha sonrió calladamente al notar que sus esfuerzos pagaban frutos cuando sintió que Rhea empezaba a mojarse considerablemente, bajó y subió con sus dedos recorriendo toda la extensión de su vagina, sintiendo la humedad extenderse, escuchando el primer gemido callado llenándola de satisfacción y detuvo sus dedos sobre el clítoris de Rhea, jugando con él, apenas rozándolo tímidamente, pero sabiendo perfectamente lo que hacía, torturarla, lo rodeaba sin tocarlo, solo lo rozaba de vez en cuando, hacia la izquierda, hacia la derecha, un pequeño circulo, siempre de la manera mas sutil y vaga, hasta que logró arrancarle un “Puta, cuánto más me pensás torturar?” de los labios a Rhea, entonces, con una sonrisa ganadora, la hizo girar la cabeza para besarla apasionadamente, atrapando su lengua y dejándola sin oxigeno, bajo su mano izquierda para tomar su clítoris entre sus dedos y presionarlo ligeramente durante apenas segundos, sacándole los gemidos mas intensos, para luego hacer círculos sobre el, lentos, luego mas rápidos y lentos nuevamente, y con su mano derecha penetrarla en busca de su “G spot” hasta lograr provocarle un orgasmo acompañado de un “POR LA GRAN PUTA” que escucharía toda la manzana, seguramente.
-My God… No se como lo haces… pero me siento como nueva, me matás samy, lo sabés? – Decía Rhea entrecortadamente, tratando de normalizar su ritmo cardíaco y acariciando distraídamente el cabello de Samantha que se encontraba con la cara recostada en su hombro.
-Ves? Mas relajada ahora verdad? Ya veras como fluyen mejor las ideas y terminás con eso más rápido – Le dijo guiñándole un ojo graciosamente y dándole un besito en la mejilla al momento en que escuchó la puerta abrirse y se llevo la mano a cabeza en señal de saber lo que le esperaba.
-Hello niñas… pero Dios mio… es muy difícil coger en sus habitaciones?
-En la sala es mas excitante Big sis – sonrió Samantha a su hermana mayor mientras Rhea se acomodaba su short y se levantaba tomando a Sam de la cintura y dirigiéndola hacia las escaleras.
-Sorry Lex, fui victima de abuso mientras trabajaba en las correcciones de mi tesis.
-Eso te pasa por dejar todo para ultima hora darling – Dijo Samantha tomando el brazo de Rhea que la encaminaba hacia la habitación – A donde cree usted que va miss Spencer?
-A terminar lo que usted empezó miss Conde, of course.
-De ninguna manera, vas a sentarte a terminar las correcciones de tu tesis, i’m ok – Le susurró Samantha al oído depositando un beso suave en su nariz y luego en su frente.
-No entiendo por qué ustedes no terminan de asumir que son pareja – Comentó Lexie desde la cocina mientras se servía un vaso con agua – Además de que serían como la pareja perfecta.
-Porque no lo somos Lex, we tried… pero no funcionamos sentimental ni emocionalmente como pareja, un gran desperdicio si me preguntás, porque con una mujer como tu sis, que más podría un mortal pedir?
-Jajaja dejen de hablar tanta mierda y ponte a trabajar antes de que el relaxing effect que te deje desaparezca, además sis, la pareja perfecta ya existe, sino son vos y tu Phoenix, entonces no existe- dijo Samantha dándole un beso a su hermana y saliendo hacia su habitación.
Rhea , Samantha y Lexie vivían juntas en San Francisco, en una casa que pertenecía a la madre de Rhea, también compartían la casa con Nicky, la novia de Lexie, y Sloan, quien era como el “amigo gay” aun siendo heterosexual, que compartía casa con 4 mujeres y no tenia nada con ninguna. Se habían conocido en la universidad. Lexie y Sam conocían a Nicky desde la preparatoria, y decidieron estudiar todas en la misma universidad. Lexie era 4 años mayor que Sam, tenía 27 años, era menuda, 1.68, de piel muy blanca, cabello rubio y lacio, largo hasta la mitad de la espalda, unos ojos color miel parecidos a los de su hermana Sam, grandes y expresivos, tenia una mirada que emanaba calidez y confianza, una nariz delgada con un leve pronunciamiento de tabique, unos labios muy provocativos, con el volumen preciso para no parecer exagerados pero si llamar la atención, una blanca dentadura que merecía ser catalogada de perfecta y una sonrisa cautivadora, era sin duda hermosa, era delgada pero con unas curvas peligrosísimas, unos firmes senos talla 34B, unas piernas esbeltas y perfectamente proporcionadas al resto del cuerpo y un trasero prominente, redondo y bien puesto. Se había graduado en idiomas a los 22, pero luego decidió estudiar International Relations, coincidiendo con la época en la que su hermana Samantha y Nicky empezaban la universidad. Samantha también era muy blanca, pero había conseguido mantener un bronceado muy atractivo gracias a las incontables horas que le dedicaba a jugar tennis desde la infancia, era alta, alrededor del 1,75, de cabello castaño muy claro, casi rubio, largo hasta debajo de los hombros y ondulado que generalmente usaba al natural, dejando que sus hermosos bucles robaran la atención de mas de uno, y mas de una. Su cuerpo probablemente no podría ser mejor descrito que por el apodo con el que Rhea la bautizó la primera vez que la vio en los pasillos de la universidad, cuando quedó sin habla y solo pudo murmurar “sirena”, tenia un rostro fino y alargado, unos ojos verdes expresivos y cautivadores, con una mirada enigmática y difícil de leer, una nariz fina y muy perfilada, unos labios delgados y finos, que se antojaban suaves y una sonrisa cálida y hermosa, un cuello largo y delgado que se conectaba con un pecho similar al de su hermana, tal vez un poco mas generoso, y unas curvas que si bien compartían una similitud genética con las de Lexie, los casi 15 años que había dedicado al tennis las convertían en un arma mortal con piernas, y que piernas! Nicky era tal vez, una de las pocas personas que no quedaría relegada a un segundo plano al estar acompañada de las hermanas Conde, ya que podía competir en belleza con ambas, y también en intelecto, era casi de la misma estatura de Samantha, a veces parecía más alta, y otras más baja que ella, era blanca, tanto como Lexie, pero su cabello intensamente negro y sus ojos azules generaban un contraste que en verdad llamaba mucho la atención, tenia el cabello muy fino y liso, un poco mas largo que el de Lexie, una mirada juguetona y sensual, una nariz pequeña y fina y unos labios también pequeños y delgados, pero lo que más llamaba la atención de ella no era ni su cabellera, ni sus ojos oceánicos, era su sonrisa, amplia y hermosa, que perfectamente definía a la “sonrisa Duchenne”, capaz de conquistar y doblegar cualquier voluntad. Nicky y Samantha eran de la misma edad, habían estudiado juntas desde la preparatoria, cuando Nicky se incorporó a la escuela de Samantha, recién llegando a la ciudad desde Phoenix, desde entonces se habían vuelto inseparables, más que amigas y confidentes, eran hermanas. Luego de terminar la preparatoria, decidieron ir a estudiar a San Francisco para que Samantha pudiera estar con su adorada hermana, quien estudiaría una nueva carrera. Mientras Nicky decidió estudiar leyes, Sam tomó psychologhy. Fue en ese periodo en el que Nicky conoció a Rhea, quien también estudiaba leyes, y Rhea la convenció de que se mudaran a su casa, pues era enorme y vivía sola, también fue en esa época en la que Nicky y Lexie se enamoraron y empezaron una relación que todos etiquetaban como perfecta, la una vivía por la otra.
-Que hacés acá tan solita nena? – Pregunta Nicky a Rhea, sentándose a su lado en el balcón de su habitación.
-Pensando en si salir a por unos drinks, o entregarme al poder de Morfeo. – Responde Rhea recostando su cabeza en el hombro de Nicky.
-Y por qué está tan difícil la decisión? Es obvia la respuesta no? A que bar iremos hoy? – Rhea no pudo evitar estallar en una carcajada escandalosa, algo a lo que estaba acostumbrada cuando Nicky andaba cerca.
-Porque tengo remordimientos de conciencia y trato de ser lo que la gente grande llama “responsable”, debo entregar mi tesis temprano.
-Gente grande? Olvidas que tenés casi 25? Eres una vieja.
-Solo soy un año y medio mayor que tu! Entonces vos sos una vieja en potencia.
-Ya veremos el año que viene jajaja, ahora bien, a tu problema inmediato, la tesis la vas a entregar, no a defender, amanecemos por ahí y de regreso a casa te pasas por la universidad y dejas la tesis y todo bien.
-jajajaja no puedo contigo, pero sabes que? Salgamos!
-Esa es la actitud, deja decirle a las demás y me arregló.
-Voy a darme una ducha, a tu cuñada no creo que la logres convencer de salir, se tomó un calmante hace como dos horas quejándose de un cólico mortal, y tu novia probablemente quiera quedarse cuidando de su hermanita.
-Tenés razón, pero le informaré igual por si le apetece, y donde esta Sloany? No lo vi al llegar.
-Jajajaja, el Don Juan anda detrás de una rubia que conoció anoche en “The Spot”.
-Oh boy… here we go… crees que esta si le dure?
-A saber, que se puede esperar de las mujeres que consigue en ese lugar tan malo?
-Jajaja eres mala babe, te veo en un rato entonces, voy a arreglarme. – Se despidió Nicky saliendo de la habitación.
Pasadas las 10 de la noche salieron de casa Nicky y Rhea, solas como supusieron, Rhea conducía hacía un sitio nuevo que habían decidido probar, más bien que Nicky había insistido en probar, puesto que Rhea tenía algo en contra con los pubs que tenían “Spot” por nombre, y se dirigían a “G-Spot”. Al llegar al lugar se sentaron en la barra, pidieron un par de tequilas para “calentar motores”.
-Vaya marica que eres para tomar – Se quejaba Nicky cuando Rhea pidió un Whisky Straight al bartender.
-Tranquila pequeña, tenía ganas de un scotch desde que tu cuñada abuso de mi esta tarde, enseguida vuelvo con vos – le guiñó.
-Jajaja again? Esa relación de ustedes es tan rara… no la entiendo, por mas abierta que soy.
-Eso es porque no hay ninguna relación. Tú lo sabes, salimos un par de meses y nos dimos cuenta de que no sentimos esas mariposas en el estomago, somos buenas amigas, y se puede decir que nos apoyamos y damos mutuo consuelo durante nuestra sequía sexual por estar singles las dos, pero ni es todos los días ni todo el tiempo, you know! Es una lastima realmente, porque mi sirena es como su hermana, un premio de mujer, afortunada sos vos de tenerla, bueno y ella de tenerte.
-Jajaja desde que el Sloany se mudo con nosotras hace dos años, se te ha pegado bastante su acento argentino, es gracioso.
-Se me ha pegado? Es que no te escuchás che?
-Jajaja ok, ok… lo reconozco a todas, pero a ti más.
-Si, algo – Respondió Rhea siguiendo la mirada de Nicky que eventualmente se dirigía a una mesa ubicada detrás de ellas – Te siento incomoda, qué sucede?
-Hay una chica en la mesa de atrás que no me quita la mirada de encima desde que llegamos, es molesto.
-La podés culpar? Si sos una belleza – Bromeo Rhea indicándole con un gesto al bartender que se irían a una mesa y que les enviara una botella de tequila mientras pasaba su brazo por sobre los hombros de Nicky .
-Vamos, mejor movámonos a la mesa de allá, que no me gusta que estés incomoda.
-Vaya, que considerada, gracias – Bromeó Nicky abrazándola por la cintura y siguiéndole el juego.
-Comé mierda Nicole, vos sabes que siempre te trato igual, más sino esta Lex acá para cuidarte, así que me toca a mi.
-Jajaja esta bien pero no se enoje, yo sé que así eres, eso es porque sos un encanto che!!
-Jajajaja vamos, burlese todo lo que quiera, pero vos sonás más argentina, que lio messi.
-Por lo menos tú no suenas a lusa como Ronaldo jajaja… - Se interrumpió al llegar el mesero con un shot de tequila y ofrecérselo – Disculpa, nosotras pedimos una botella de tequila.
-Esta en camino su pedido, este se lo envía la señorita aquella mesa – Dice el mesero señalando a la mesa en la que estaba la mujer que había estado observando a Nicky.
-Dígale que es muy amable, pero que no gracias – Le indica Nicky al camarero tomando ella misma el shot y volteando a ver a la mujer al otro extremo del pub mientras lo colocaba de vuelta en la bandeja del mesero.
-Jajaja si Sloan estuviera aquí, se marchaba llorando, él que se la pasa tratando de ligar a cualquier mujer y tu que te sientas en una barra y te llueven las mujeres.
-No jodás Rhea, que bueno que no esta Lex, bueno, tell me, como va tu tesis?
-Terminada, gracias a tu cuñada, a tiempo. – No pudo terminar el comentario porque esta vez, la molesta fue ella, al ver que el mesero regresaba con la bebida que habían devuelto hacía apenas unos momentos.
-Disculpe señorita, pero la joven insiste.
-Gracias, yo lo tomaré – Dijo Rhea, tomando el shot, levantándose de la mesa y caminando en dirección a la mesa de aquella insistente mujer.
-Oh boy… that crazy bitch is gonna piss the beast off… - Murmuró Nicky saliendo detrás de Rhea y tratando de tranquilizarla.
-Excuse me, but i think this is yours – Rhea le extendió la bebida calmadamente a la mujer, permanecía calmada pero la atravesaba con la mirada.
-No, de hecho es de ella – Respondió la desconocida señalando a Nicky detrás de Rhea.
-Así que eres una mujer tan descarada, como para mantener en mi cara que le envías bebidas a mi novia, estando conmigo- Nuevamente Rhea permanecía calmada pero amenazante.
-No, porque sé que no es tu novia, no es la primera vez que la veo, y sé que su novia es la otra rubia, la de cabello largo, aunque no se si seas su amante, who cares, yo intento hablarle a ella, no a ti –Respondió sonriendo airadamente, provocando que Nicky palideciera temiendo la reacción de Rhea y sujetándola instintivamente por la cintura.
-Vamos Babe, te dije que ningún sitio que se llamase “G-Spot” podía ser siquiera decente, dejan entrar a toda clase de Sluts – Dijo Rhea en voz alta pasando su brazo por sobre los hombros de Nicky y dándose vuelta para volver a la barra, pero repentinamente giró y le lanzó el tequila en la cara a la pelirroja insistente con la que discutía mientras le dijo “As i said, i think this is yours” y colocando el shot glass calmadamente sobre la mesa salió abrazada a Nicky a pagar la cuenta y retirarse al coche.
-Gracias, y disculpa el mal rato – Dijo Nicky apenada, ajustándose su cinturón de seguridad.
-Cual mal rato babe? Contigo siempre la paso muy bien – Sonrió Rhea encendiendo el motor y arrancando, cuando un sonido extraño y una vibración en el volante la hicieron detenerse. Se bajó del carro, caminó alrededor de este y se dio cuenta del problema, una navaja clavada en el neumático trasero del lado del copiloto. Saco un blackstone vanilla de su bolsa, un zippo del bolsillo derecho de su pantalón y lo encendió, fumándolo con parsimonia y aspirando el aroma a vainilla que desprendía aquel tabaco y que tanto le gustaba. La cara de Nicky era una mezcla de preocupación y culpa.
-Quita esa cara preciosa.
-Es que no me imaginé esto, habrá sido…?
-Claro que fue, a tu amiga pelirroja parece no gustarle el tequila en los ojos – Bromeó Rhea riendo, tratando de cambiarle la cara a Nicky.
-Y qué haremos? Dear God, what a crazy bitch…
-Easy, qué haremos? Lo que salimos a hacer – Respondió deteniendo un taxi – Sube, vamos a Splash, apenas son las 12 y dijimos que de camino a casa dejaríamos la tesis no? Esta en el carro, vendré por ella antes de ir a la universidad y le pediré a nuestro Sloany que cambie la llanta en la mañana – Dijo sonriendo amablemente, como siempre le sonreía a Nicky, totalmente dispuesta a pasarla bien el resto de la noche con su amiga – “Ya me ocuparé de esa pelirroja si es necesario”