BlackStar Company
El Capitán Jace Hendrick se encuentra vigilante durante una misión, cuando algo capta su atención en medio del follaje... La mensajera Elisa Martínez, trata de pasar desapercibida cuando se topa con un hombre corpulento frente a ella... el brillo de lujuria en sus ojos era palpable.
Capítulo 1
Jace Hendrick, Capitán de las Fuerzas Armadas del Este se encontraba en medio de una misión. El pequeño pelotón que este comandaba se encontraba en lo más profundo del bosque proporcionando información sobre sus enemigos y sobre el terreno de los alrededores; Jace, vestido con su equipo de camuflaje se encontraba posicionado en la gruesa rama de un enorme árbol.
El capitán, un hombre fornido de músculos marcados y con una altura de 2.10 metros, vigilaba los alrededores con su agudizada vista. Él no necesitaba binoculares ni mucho menos de visores nocturnos, ya que sus capacidades corporales habían sido aumentadas gracias al desarrollo y modificación de la genética de hacia siglos atrás; el hombre levanto el rostro al cielo sintiendo un olor peculiar en medio del bosque, aparte del olor a tierra mojada por las fuertes lluvias que habían azotado el lugar desde hacía dos noches atrás. La humedad era palpable, pero aún así, aquel delicioso aroma llamaba a sus sentidos. Aquella fragancia dulce y fresca se hizo un tanto más fuerte; Jace bajo de un salto de la gruesa rama y camino unos pocos metros cuando sus oídos captaron pasos a una distancia corta, de acaso unos 10 metros. Hendrick se colocó en cuclillas detrás de unos arbustos que lo ocultaban de ser visto, saco el largo cuchillo acerrado de su funda y apretó la empuñadora, su cuerpo tensándose para la batalla mientras la adrenalina comenzaba un lento fluir en su cuerpo.
Aquel aroma se encontraba más cerca de donde él se ocultaba. Coloco una mano en el suelo, atento a los sonidos de su alrededor.
Jace se preparó para atacar, pero...
Unas delgadas ramas fueron separadas y un suave '¡ouch!' se escuchó cerca desde su posición. En medio de esas hojas apareció una mujer joven; era rubia y poseía un cuerpo curvilíneo entrado en carnes en todos los lugares correctos. El cuerpo de Jace se tensó aún más, y aspiro aquel aroma que desprendía la mujer; suave y atrayente.
Guardo el cuchillo en su funda y espero.
La observo sentarse en una de las gruesas raíces de uno de los tantos árboles que poblaban la zona para tomas un descanso; Jace la miro detenidamente mientras esta no se percataba de su presencia.
Su rubio cabello era dorado como el sol, tenía los ojos oscuros como el café, poseía unos labios rosados y carnosos, unas tetas grandes como los melones, muslos carnosos y una hermosa piel lechosa con algunas pecas adornando su cuerpo. Su verga palpito y se apretó contra su pantalón; Jace, excitado por semejante mujer no podía detener sus pensamientos lujuriosos. Deseaba follarse a la chica frente a él, desgarrarle la ropa y verter su semilla en aquel coño; algo de su pre semen se derramo provocando una ligera mancha en su pantalón al igual que sus testículos se habían tensado al no tener más libertad en ellos debido a lo apretado de estos. Jace decidió observarla un poco más, o mejor dicho: acechar a su presa.
La pequeña rubia se movió después de un corto período de descanso y se ajustó la pequeña bolsa que cargaba en su cintura. Miro de un lado a otro nerviosa y comenzó a caminar lo más rápido y silencioso posible. Para Jace, era raro que una mujer joven como ella, caminase en medio del bosque lleno de peligros y pequeños grupos de militares. Después de todo la guerra se había desatado hacía mucho tiempo atrás ahora mismo se encontraban en una de las colonias vecina.
¿Sería una espía?
¿Estaba huyendo?
No, no es lo que parecía. El capitán descarto la última opción y prefirió optar por la primera, ya que esta tenía más sentido para él. Decidió dejar de ocultarse y se movió más rápido, la curiosidad lo estaba matando, en especial aquel aroma que desprendía. Era una mujer joven y fértil, más pre semen se derramo y Jace hizo una mueca de disgusto. Le enojaba que su cuerpo estuviese traicionándolo de cierta forma, además, era la primera vez que se sentía así con respecto a una mujer.
Actuando rápidamente, Jace, apareció frente a ella.
La joven rubia abrió mucho los ojos de la impresión al ver a semejante hombre frente a ella bloqueándole el paso; sus ojos cafés mostraron el miedo al verlo y eso, por alguna razón hizo que Hendrick se enojara. Ella dio un paso atrás cuando este dio el primero hacia ella; sus labios mostraron una sonrisa amplia y maliciosa cuando la vio dispuesta a correr; la pequeña rubia iba a escapar de él... y así lo hizo.
'¡Bien, Jace!' se reprendió así mismo molesto.
Ahora tenía que correr en medio del bosque para atraparla y luego interrogarla sobre el porqué ella estaba ahí. Jace suspiro un tanto molesto, hizo unos estiramientos y trato de despejar su mente, ya que la erección le era molesta.
Al tener su cuerpo y sentidos modificados no tenía que preocuparse de utilizar ciertos accesorios para el combate, su cuerpo en sí mismo era una maquina bien aceitada para luchar encarnizadamente si tenía que hacerlo.
El capitán J. Herdrick corrió para atrapar a la chica, la cual no duro ni 5 minutos. Tomándola de la cintura logro retenerla contra su fornido cuerpo; ella le araño los brazos y dio de patadas a sus piernas tratando de liberarse de él, su captor... ella se detuvo.
-¿qué es eso? - allí sostenida en el aire por aquel brazo que la retenía sentía un bulto contra sus nalgas. Su cuerpo se tensó.
-¿qué es qué?- la voz de Jace salió suave de entre sus labios mientras absorbía aquel aroma que lo volvía loco.
-eso que me está tocando, atrás...- ella lo miro. Era la primera vez que veía unos ojos azules y brillantes como el cielo. Su mirada parecía atravesarla y ver todo de ella hasta su alma.
Jace suspiro.
-es mi polla...- dijo secamente. Una sonrisa apareció en su rostro al percatarse que la chica se había ruborizado. Jace froto más fuerte su erección contra sus nalgas haciéndole sentir mucho de aquel grueso miembro; un quejido broto de aquellos rosados labios- desde que te vi, se me ha puesto dura.
Esta vez su erección se metió en medio de sus nalgas y comenzó a frotarse contra ella en un suave vaivén de caderas; suaves gemidos brotaban de la rubia.
El capitán deseaba rasgar su pantalón e incrementas más el contacto contra su piel. Soltó la cintura de la mujer y la posiciono frente a él. Deseaba que ella lo viese a los ojos mientras la seducía para copular. Lentamente, saco el cuchillo de su funda y de un suave corte de la punta de este inicio el lento descenso por aquel suéter que la vestía, luego siguió con el pantalón; Jace no lo soporto más y tiro de las prendas de la mujer destruyéndolas.
Ella estaba desnuda...
Aquellas manos negras y grandes comenzaron a recorrer sus muslos lentamente hasta posicionarlas en sus nalgas. Aquel culo suave y gordo era estrujado.
Los gemidos empezaron a intensificarse cuando dio inicio a las lentas y fuertes estrujadas seguido de separar sus nalgas mientras uno de los dígitos de aquel hombre recorría toda su raja y luego acariciaba lentamente su ano. Ella gimió, presa del placer, sus pezones gordos y rosados volviéndose duros mientras ese hombre le hacía cosas sucias que ella nunca había hecho. Se aferró al suéter que este cargada mientras un dedo se introducía, solo un poco, en su ano.
-que apretada...- la voz de Jace salió suave, como en un susurro. Sintio como su chica se tensó al tenerlo contra sus nalgas- imagina, nena, cuando sea mi polla dentro de este apretado culo.
Ella gimió, cuando le dio un suave mordisco en la curva de su cuello. Un dulce escalofrió recorrió su cuerpo.
Jace la tomo de las caderas y ella lo abrazo con las piernas en la cintura de él y sus brazos alrededor en su cuello. Se bajó el pantalón hasta las nalgas, dejando libre así su gruesa polla la cual se instaló en medio de sus nalgas y la punta del glande goteante en pre semen en el pequeño agujero de su ano, dándole suave roces y tentándola al sexo anal.
La pequeña rubia, sintiendo aquella vara de carne, se apretó más contra el cuerpo del hombre. Ella no sabía cómo había caído en la lujuria, solo que este tipo emanaba un aroma agradable para ella que la estaba volviendo loca.
-¡ah! ¡ah! ¡ah!…- la chica seguía gimiendo mientras el ritmo de caderas aumentaba…- ¡oh~!
La punta del glande se había introducido un poco en su ano penetrándola ligeramente…
-hm…- Jace apretó la mandíbula al sentir el apretón de aquel culo- nena, como me aprietas de rico…- suaves embestidas lentas provocaron que ahora entrara del todo en su agujero.
Ella lo miro a los ojos azules y se mordió el labio inferior tratando de contener un gemido por el ardor que sentía. La boca del hombre se colocó sobre la de ella.
El beso fue lento y el jugueteo de sus lenguas provoco un suave apretón a esa polla por parte de la rubia quien se calentaba rápidamente por aquel hombre.
-¿Cómo te llamas?- pregunto luego de separarse de sus labios. Estaban hinchados por los besos fogosos que habían compartido; Jace la recostó en la hierba mientras se posicionaba mucho mejor sobre ella. Estaba en medio de sus piernas mirando las tetas y aquellos pezones gordos y carnosos.
-Eliza… Eliza Martínez- gimió al sentir los suaves movimientos de cadera; la polla de aquel hombre abriéndose pasó en su recto. Se aferró a los bíceps del hombre mientras este la penetraba suavemente.
-me muero por encularte del todo- el rostro contraído por el placer era un indicativo de que si lo deseaba podía hacerlo. La beso de nuevo, sus lenguas jugaban mientras sus cuerpos se llenaban de placer-voy a follarte el culo, preciosa…
Eliza escucho su declaración. Él era tan grande, y ella pequeña en todos los sentidos… aunque sintiera la lujuria ella tenía que negarse, tenía miedo, ya que su miembro era grueso… además era su primer anal.
-¡no!- ella separo sus piernas de la cintura del hombre para que se alejase- no, por favor. Me lastimaras, y nunca lo he hecho por detrás.
Allí estaba, Eliza, confesando que nunca había hecho un anal aunque siendo realista no lo había hecho con nadie aún. Ella solo se masturbaba para darse placer.
-te gustara- respondió Jace- aumento más el movimiento de sus caderas. El rostro de la chica lo miraba asustado mientras esta se mordía el labio inferior- tu pequeño botón rosado me aprieta deseando mi polla, me está exigiendo que lo folle- le susurró al oído.
Eliza gimió suavemente por aquellas palabras. El lento bombeo de la prohibida penetración la sedujo mientras la boca del hombre le chupaba los gordos pezones, y luego con sus dientes le daba suaves tirones; su cuerpo al igual que ella había sido seducido por la delicia de lo prohibido.
-hm…- sus manos apretaron su cabeza más contra sus pechos. Quería seguir en la neblina del placer con este hombre dominándola- ¡no~!- Eliza sintió cuando la verga de su captor abandono su culo; la tomo de las caderas y levanto la parte baja de su cuerpo hacia su rostro. Su coño expuesto a su vista azulada; sus piernas posicionadas en cada hombro.
La punta de la lengua se insertó en su ano. Aquella lenta penetración hizo que pequeñas gotas de deseo se resbalaran de su sexo; dejo de jugar con su ano, y con su lengua en un largo y lento recorrido comenzó a lamer desde su agujerito anal hasta su clítoris. Le penetro el coño con la lengua y le sorbió los jugos mientras se volvía codicioso.
El grito de orgasmo, de la rubia, llego a sus oídos y sonrió satisfecho. Abandono aquel delicioso y jugoso coño, para luego pasar su lengua por sus labios.
‘Delicioso’ dijo Jace. El cuerpo un poco sudoroso de la pequeña rubia lo excitaba, ansiaba follarla. ‘Bien, pequeña zorra’ él sonrió maliciosamente mientras tomaba su miembro y lo bombeaba, sus bolas tensándose por la excitación y la lujuria.
‘Tienes que complacer a TÚ amo, putita’ Jace sonrió por sus palabras, los ojos cafés se tornaron llenos de miedo mientras ella lo veía colocarse de pie. ‘¡De rodillas!’ Ella obedeció temerosa, desvió la mirada al sentirse avergonzada por tener su polla allí frente ella.
El grueso, largo y venoso miembro de Jace se erguía imponente frente a la aterrada y excitada mirada de Eliza. El capitán le sonrió y tomo su mano llevándola hacia su escroto algo velludo el cual le insto a masajear y tocar. Sus dedos rodaron aquellos tensos y cargados testículos de semilla mientras él daba pequeños gemidos de excitación.
-Mételo en tu boca, zorrita- Eliza obedeció. Abrió su boca y le chupo el glande, jugo con el pequeño orificio de la punta mientras sus manos le masajeaban las tensas bolas. Chupeteo, lamida, chupeteo y lamida a la polla del hombre; deslizo la lengua por el tronco venoso y oscuro mientras una mano grande se encontraba enredada en sus rizos dorados, empujándola a chuparlo más- así nena, sigue chupando- decía con falta de aliento- mi pequeña zorra…- gimió mientras aumentaba la presión de la mamada y el apretón en sus testículos cargados- naciste para FOLLAR y ser FOLLADA.
La presión del agarre de Jace la hizo gemir y Eliza aumento las chupadas y lamidas hacia esa polla descomunal, su saliva humedeciendo el glande y el tronco de aquella jugosa verga que le comenzaba a gustar para su sorpresa…
Jace no aguanto más el placer y comenzó a follarle la boca. La escuchó gemir mientras esta trataba de abarcar todo su miembro en su pequeña cavidad humedad. Los embistes de aquella vara de carne le producían arcadas pero trataba de complacerlo. Un gruñido alto escapo de sus labios, y fuertes chorros calientes de leche salieron disparados directo a la garganta de Eliza; se derramo en su boca y saco su polla, pequeñas gotas se deslizaron de la comisura de sus labios.
Ella se lo trago y se pasó la lengua de los labios, no quería desperdiciar nada.
-¿te gusto, zorrita?- la sonrisa maliciosa de Jace adornaba sus atractivas facciones.
Ella se mordió el labio y bajo la mirada. Estaba avergonzada, se había comportado como una puta y ella no era así.
-sí…- un suave rubor cubrió sus mejillas. La mano del hombre se extendió hacia ella y Eliza la tomo; la puso de pie y coloco sus manos en sus caderas y luego las deslizo por sus nalgas.
Le estrujo el culo algo duro y luego le separo las nalgas, la boca del hombre se posó sobre la de ella mientras se besaban, sus lenguas enredadas jugando juntas y las manos de Eliza en el pecho del hombre aferrándose a este por el placer que este le causaba. Le dio una fuerte nalgada a su culo redondo y la levanto, las piernas de ella rodearon la cintura del hombre en un acto reflejo; su polla erguida apuntando hacia la concha húmeda de la hembra.
Jace simplemente sonrió y se hundió en esa pequeña vagina. Un gemido de dolor broto de los labios de la rubia, ocasionando que una sonrisa maliciosa apareciera en el rostro del hombre. Unas gotas de sangre se deslizaron sobre el falo del hombre mientras embestía la concha de su chica. Duro y rápido, haciendo que ambos gimieran.
-nunca había sentido, este placer…- la voz de Jace salía profunda llena de placer- la vagina más apretada que mi polla ha sentido y que ha sido bien recibida…
Eliza gimió y lo miro a los ojos. Su piel oscura contrastaba con la suya blanca y pecosa; ella lo beso. Mordisqueo sus labios y le chupo la lengua, el placer de ser dominada por un hombre, un verdadero macho alfa, que tomaba su placer sin importar que. Jace la subía y bajaba sobre su verga mientras ella gemía de placer, sus grandes manos en su culo apretándola mientras deslizaba un dedo dentro de su ano.
-¡no~!- ella gimió al sentir como su agujerito era violado nuevamente. Su vagina se apretó alrededor de su verga, tratando de exprimir toda su semilla mientras Jace le mordisqueaba el cuello; otro dedo más la penetro analmente…-¡no~! ¡hm! ¡ah~! ¡ah~!
-una boca deliciosa, un coño apretado y un culo perfecto para encularte…- se besaron nuevamente. Sus lenguas enredándose en el placer del sexo, una suave nalgada fue dada y ella gimió; las embestidas del hombre se hicieron más profundas, sus dedos nunca abandonaron su apretado culo- eres perfecta, mi pequeña zorrita.
-si…- ella gimió. Apretó sus piernas más fuerte. El placer la estaba volviendo loca, había perdido literalmente la virginidad de todos sus agujeros con este hombre- más, por favor.
-dime, nena…- Jace miro a la chica socarronamente- ¿te gusta mi verga en tu apretado coño?
-¡hm~!- ella gimió- sí. Me gusta tu verga dentro de mí- Eliza le dio una suave apretón a su miembro con su conchita, el gruño de placer…- me gusta tu boca y como me besas- seguido se besaron, sus bocas eran unidas por un delgado hilo de su saliva al separarse.
‘Sobre manos y rodilla, ofréceme el culo’ La orden de Hendrick fue clara después del soltarla. La rubia lo obedeció y se colocó en la posición deseada; se abrió de piernas dejando su coño y ano a la vista de su hombre.
Lo sintió posicionarse sobre ella como una bestia encelo monta a su hembra y la penetro lentamente para luego aumentar sus embestidas. Los gruñidos de excitación brotaban de sus labios poniéndola más calientes mientras su vagina se apretaba alrededor de esa gruesa tranca venosa que la llenaba. Las grandes manos del hombre tomaron los jóvenes y maduros pechos y comenzó a apretarlos y a tirar de los pezones, Eliza gritaba de placer y lujuria, su cuerpo siendo poseído por un hombre de sangre caliente.
Los fuertes embistes del hombre que cubrían su cuerpo hacían que los pesados testículos cargados de leche golpeasen su vagina. ‘Que bien zorrita, sigue apretándome… muy pronto te llenare de mi semilla’ decía Jace entre gruñidos salvajes de excitación. La acariciaba y estrujaba las tetas y tiraba de los rígidos pezones gordos; la tomo de las caderas y comenzó a darle algunos azotes a las suaves y gordas nalgas de la chica, logrando que tornaran de un color rosa. Más azotes, y luego le separo las nalgas, la penetro analmente y siguiendo follandola largo y tendido, sus grandes bolas se apretaron más. Cuando terminara de cogérsela se la llevaría al campamento, la ataría a su cama y seguiría cogiéndosela cuanto él quisiera, además prepararía su estrecho y pequeño ano para su gruesa polla; Jace estaba dispuesto a reventarle el culo a su chica y derramar su leche en ella, claro, no sin antes comerle el coño y el ano calentándola para luego follarla.
Eliza gimió de placer y grito su orgasmo. Apretó la verga dentro de ella mientras sentía como el semen era disparado en su conchita hambrienta por aquella semilla. ‘¡Hum~! ¡Ah~! Que caliente, tú semen…’ ella gimió por la agradable sensación. Jace la miro y la beso, la rubia lo abrazo llena de felicidad por el placer sexual recibido.
-me muero por encularte zorrita- le mordisqueo el cuello y tiro de los duros pezones- pero, primero…
Jace salió del cuerpo de su rubia y miro aquella concha derramando semen. Se alisto y tomo a Eliza de su cintura y la coloco sobre su hombro, ella grito indignada al ser agarrada como un objeto moviéndose sobre su hombre molesta por la forma en la que él la llevaba. Un suave ‘plaf’ sonó en medio del silencioso bosque; el hombre moreno le había dado una nalgada.
-¿A dónde me llevas?- pregunto Eliza curiosa mientras veía alrededor.
-a mi campamento, rubia- sonrió- vamos a coger mucho, pequeña zorra…- fue lo último que dijo mientras se perdía en medio del follaje.