Black Club VIII (Aumenta el rebaño).

El Amo Marcus, reorganiza la vida de su rebaño de esclavos.

Eran las 8 de la mañana cuando salí silenciosamente del cuarto para no despertar a mí Amo. Me fui al baño y me duché y lave para estar listo para mí Señor. Recordando el episodio de la noche anterior,  y siguiendo las órdenes de mí Dueño, me hice una limpieza integral del culo por dentro. Lo hice desenroscando la alcachofa de la bañera he introduciendo me la goma por el culo. Luego me coloque a cuatro patas y deje salir el agua para que fuese llenando mis intestinos. Cuando mi tripa ya estaba muy hinchada y me empezaba a doler, corté el grifo y mantuve el agua dentro de mí durante bastantes minutos hasta que no pude aguantar más. Me senté rápidamente en el water, dejando salir toda el agua sucia, mezclada con mierda, poniendo todo perdido. Repetí la operación dos veces más, hasta que el agua salió bastante limpia. Ya estaba listo por si el Amo quería usar el culo de su esclavo para follarlo en cualquier momento.

Cuando estaba terminando de limpiar el baño, sonó el timbre de la casa.No esperaba a nadie a esas horas. Pero al cabo de un instante, calle en la cuenta de quién podría ser. Me vestí y fui corriendo a abrir, no fueran a llamar otra vez y despertarse al Amo. El se merecía su descanso.

Efectivamente,  cómo me había imaginado en la puerta de la finca estaban la pareja de nuevos esclavos que mi Amo iba a poner a prueba durante esos días.

  • Buenos días, señor.

  • Buenos días,  yo no soy Señor. Yo soy un esclavo,  como vosotros. El Amo aún está durmiendo y no tengo instrucciones de lo que tenéis que hacer. Pasad, y esperar en la puerta de la vivienda hasta que el despierte.

Así lo hicieron. Parecían  muy temerosos, cohibidos y a la vez expectantes para ver cómo sería su nueva vida, si tenían la suerte de superar el periodo de prueba, y ser aceptados al servicio del Amo. Se quedaron en la puerta y cómo eran las 9 menos 2 minutos, yo subí corriendo a cumplir con mis obligaciones.

A las 9:00 me encontraba en la habitación de mí Macho Negro, adorando con la mirada aquel perfecto cuerpo desnudo que descansaba en mí-su cama. Su negro y precioso pollón estaba semiflaccido, y me lo metí con delicadeza en la boca. Lo chupaba con suavidad,  usando la lengua por dentro, hasta que empezó a cobrar vida y a hincharse poco a poco en la caliente boca que lo acogía. Despertó el Amo y sonrío satisfecho de ver como había humedecido su perro.

Puta, repasa me bien los huevos y el culo que los tengo sudados de toda la noche. Acostúmbrate al sabor de tu macho zorra inmunda.

Me dedique a ello con devoción. Lami, chupe y cubrí de saliva sus huevos en cada milímetro una y mil veces. Cuando los huevos ya estaban bien amasados a base de lengua, se sentó en mi cara y me ofreció su divino ojete. Sin dudarlo, me puse a trabajar en aquel agujero negro. Lami  primero todo el contorno, para limpiar cualquier resto de sudor, ese aceitillo que se genera alrededor del ano. Delicioso sabor viniendo del cuerpo de un Dios. Luego metí la lengua todo lo que pude dentro del agujero anal. Estaba prieto  y tuve que hacer bastante fuerza. Cuando conseguí meter la lengua, la moví en todas direcciones para limpiar el ojete bien por dentro. Sabía muy amargo,  pero como él dijo, debía acostumbrarme al sabor de mi macho,  para poder servirle mejor.

Al rato me tiro al suelo. Ya sabía lo que venía después. Se sentó en la cama, y me arrodille ante el abriendo la boca. Sonriendo por lo bien que asumía mi papel de water, apuntó la polla a mi boca y me regaló la primera meada mañanera, muy fuerte y salada.

Cuando terminó, lami la polla para limpiarla y me ordenó  preparar su desayuno. Así lo hice, y cuando ya estaba desayunando mi Amo tranquilamente, me atreví a dirigirle la palabra.

  • Mi Amo,  la pareja de esclavos que mandó venir hoy, están esperando sus órdenes en la puerta de la casa. No sabía qué hacer con ellos, mi Señor.

  • Coge una bolsa de plástico,  que se desnuden completamente,  metes toda su ropa en la bolsa y que se presenten ante mi.

  • Ahora mismo, mi Amo.

Cogí  una bolsa grande para basura, salí al jardín y allí estaban los dos, sin moverse del sitio donde los había dejado.

El Amo quiere que me estáis aquí toda vuestra ropa y que me sigáis adentro.

Se desnudaron enseguida, sin pegas y sin pudor ninguno. Se les notaba con ganas de hacerlo todo bien para ser admitidos.Les hice seguirme entrando en el salón donde desayunaba mi Señor. Allí,  a 2 metros de donde el estaba, les indiqué con una señal que se pusieran de rodillas,  en posición de espera,  mirando al suelo. Yo también me arrodillé junto ál Amo, a sus pies,  por si me ordenaba algo.

Él, sin siquiera mirar a los aspirantes a esclavos, continúo desayunando tranquilamente hasta que terminó. Luego se levantó y se acercó a ellos,  dando vueltas a su alrededor, cómo examinando la mercancía. Estaba divino, en su inmensa desnudez de Macho Alfa, haciendo bambolear la preciosa polla que lo adornaba.

En un momento, se paró frente a la esclava,  la cogió del pelo, obligándola a abrir la boca, y le metió la polla en ella sin miramientos.

  • Mama mi polla, perra,  y hazlo lo mejor que sepas,  tu examen comienza ya. Y tu, perro cornudo, explicate... ¿Cuantos días tenéis para que os pruebe?.

  • Amo, yo he pedido una semana de vacaciones, y la esclava ha dicho que está enferma y también podrá estar toda la semana si usted quiere, mi Señor.

Le suplicamos Amo que nos someta a las pruebas más duras, para que vea que estamos completamente decididos a ser suyos y servirle sin condiciones.

  • Eso lo decidiré yo. Ahora, poneros ahí y enseñarme vuestros culos que voy a follarmelos para ver cómo estáis de dilatados y adiestrados. Supongo que los traeréis limpios y listos para el uso, no como esté sucio perro.

Si  Amo, hemos limpiado nuestros agujeros esta mañana, mi Señor.

Yo no sabía dónde meterme. Aquellos aspirantes a esclavos, estaban mejor adiestrados que yo para servir al Amo. En ese momento me sentí la última mierda del mundo, por debajo del más insignificante aprendiz de esclavo.

Entretanto, el Amo ya enfilaba con la polla el blanquito culo de la esclava. Se la fue clavando lento pero sin parar. Se notaba que la perra estaba bien entrenada por ese orificio.  El Ama Lena había hecho un buen trabajo con ella. El Amo disfrutaba. Cuando la tuvo toda dentro, la embistió varias veces y luego cambio de culo. El cornudo se tragó la polla del Amo con la misma facilidad que su puta mujercita. Que envidia,  qué bien domados estaban. La competencia iba a ser muy dura.

El Amo cambió  de culo varias veces,  follándose a sus dos nuevos perros. Al final, decidió correrse dentro de la esclava. Mi Amo tiene un aguante increíble,  y se corre cuando él quiere. Inundó con su sabroso esperma el interior de la perra, que le miraba llena de agradecimiento por haber podido servirle. Luego saco la polla del culo y solo me hizo una señal con el dedo para que me arrastrará a engullirla y limpiarla debidamente.

  • ¿Te das cuenta,  esclavo de mierda, de la diferencia entre un culo limpio y un culo sucio?.

  • Vete aprendiendo, parece que estos perros están mucho mejor adiestrados que tú para servir a un Macho Black. Eres un perro inútil. Si no fuera porque me voy a aprovechar de tu dinero, te echaba ahora mismo a patadas y me quedaba con estos dos. A partir de ahora mismo, y hasta que vayas siendo adiestrado, eres el último de mis perros. Cuando yo no esté, eres el esclavo de los esclavos. Y si no aprendes rápido, te usaré solo como un objeto, por ejemplo un retrete.

No cabía mayor humillación. En mi propia casa, dónde hasta hace 2 días yo era el señor, ahora era la última mierda, un simple objeto de uso.Me arroje a los pies del Amo, besandolos, lamiendolos y derramando lágrimas sobre ellos, prometiéndole aprender muy rápido a servirle mejor y suplicándole dura disciplina para domesticarme y adiestrarme. Haría cualquier cosa porque me permitiese seguir bajo sus plantas.

Ya veremos. Ahora prepara el coche, vamos a ir a un sitio los cuatro. Tu conduces, vístete con ropa ligera de la peor calidad que tengas. El cornudo, a tu lado, se pondrá la ropa que ha traído la esclava. Y la perra detrás conmigo, desnuda, en el suelo, entre mis pies. Trae una manta por si tengo que taparla. Salgo en 5 minutos,  espero que estéis listos. Fuimos hacia la ciudad. El cornudo llevaba, mal puesto, porque no le entraba bien, el vestidito primaveral que había traído la esclava. Estaba ridículo. La perra atrás, mamando la polla del Amo,  tapada con la manta.

Llegamos a una especie de nave industrial con un cierre automático que se abrió al ver acercarse el coche. Parece que nos esperaban. Metimos el coche dentro y el cierre volvió a bajar.

  • Os quiero desnudos perros y caminando detrás de mí.

El Amo metió su dedo pulgar en el culo de la esclava y el índice en el coño, haciendo como una pinza y conduciéndola así delante de él, haciéndola caminar de puntillas. Nosotros detrás, desnudos y descalzos. Apareció un negro enorme como de 2 m, tremendamente musculado. Daba miedo verle. Avanzó hacia nosotros y se fundió en un abrazo con nuestro Amo.

  • Marcus, amigo, cuanto tiempo. Explicate, desde que he recibido tu llamada me tienes en ascuas. Parece, por lo que traes,  qué has mejorado bastante.

  • Pues si chico, ya ves, me he hecho con esta recua de esclavos y vengo a que me los adornes. ¿Tienes preparado lo que te he pedido?.

  • Claro, ven por aquí,  te lo enseñaré todo. Te voy a dejar estos perros tuyos perfectamente usables.

El interior de la nave era como un sex shop, gigante,  pero sin acceso al público. Era como para clientes exclusivos y muy especiales. Había todo tipo de artilugios para prácticas sexuales y sadomaso. Mi Amo cogía los objetos y los iba probando en nuestros cuerpos. Recibimos latigazos y fustazos varios y nos puso un collar de perro a cada uno. Fue seleccionando muchos artículos, cuyo coste, obviamente, iría a parar a mi cuenta corriente.

  • y ahora dime, Marcus. ¿Cual es el esclavo afortunado que va a recibir el tratamiento especial?.

  • Es este perro de aquí. Hoy va a conocer lo que es convertirse en esclavo de verdad.

Yo me eché a temblar,  se referían a mí, y pronto iba a saber cuál era el tratamiento especial. Mediante unas muñequeras de cuero y unos enganches me ataron a una estructura que bajaba del techo, con los brazos separados. Con las piernas hicieron lo mismo, de modo que no podía moverme. Apareció  una chica joven. Era era blanca y supuse que sería una esclava del gigante negro. Estaba desnuda y lucia unos aretes metálicos en sus pezones perforados. Tambien tenía otro en la nariz y varios en los labios del coño, y una barra con bolitas en la lengua. Se la veía muy orgullosa de sus adornos. Traía un carrito con muchos instrumentos que en principio no identifiqué.

-Perro, dijo mi Amo, tú has querido ser propiedad mía y convertirte en mi esclavo. Pues hoy vas a ser marcado cómo tal. Te van a taladrar los pezones y a colocarte unas anillas como a un animal. Asi serás más fácil de manejar y te recordarán siempre tu condición. Lo van a hacer sin anestesia, para que no se te olvide nunca este momento.

  • Adelante John,  empieza cuando quieras con esta basura.

Mi Señor se sentó cómodamente en un sillón para ver el espectáculo, ordenando a la esclava y al cornudo ir chupando su polla a dúo.

La esclava del Señor John,  vino con un bote de alcohol y me lo vertió sobre los pezones para desinfectar la zona y medio a morder algo, un trozo de cuero viejo. Entonces el Señor John, sin más preámbulo agarró uno de mis pezones con un alicate, lo estiro y me atravesó el pezón con una aguja bastante grande. El  dolor fue inmenso. Yo mordía el cuero hasta casi masticarlo y mi Amo se reía viéndome sufrir por el de aquella manera. El Señor John, entonces, retiro la aguja e inserto en el agujero una anilla circular de unos 4 cm de diámetro. Se veía que tenía mucha experiencia anillando esclavos. Salía  bastante sangre del pezón, y la diligente esclavita me volvió a rociar con alcohol. Luego, mientras me aplicaba un poco de yodo, el Señor John agarró con el alicate el otro pezón y repitió la operación con mis consiguientes berridos de dolor. Al final,quedé  perfectamente anillado, cómo corresponde a un buen esclavo entregado a su  Amo.

Y ahora, tachin tachan,  la sorpresa final,  dijo el Señor John a mi Dueño. Se fue a un armario y de allí saco algo que le entrego a mí Amo,  con mucha ceremonia.

  • Aquí lo tienes Marcus, especialmente forjado para ti. Pero dime, la M ya supongo que es tu inicial, pero la c minúscula no logro descifrarla.

Aquello era un hierro para marcar ganado. Iba a ser marcados a fuego como una res.

  • Ah John, pues es muy fácil, "cm", cuadra De Marcus. Con esto voy a marcar a todo mi ganado para que no se me pierda ninguno y no se les olvide a quien pertenecen.

Esto decía a mí Amo mientras ponía el hierro sobre un Infiernillo preparado para la ocasión. Luego se dirigió a mi.

  • Ya ves, puta,  que esto va en serio. Esta es la última oportunidad que tienes para echarte atrás. Después  ya me perteneceras por completo,  quieras o no quieras. Después de hoy, estarás obligado a servirme de por vida. Como ves, tengo mucha gente amiga en esto,  y no tendrás escapatoria. Decídete ya.

Se me quedó mirando fijamente y no dude  más de un segundo. Como tenía el trozo de cuero atravesado en la boca, no podía hablar. El me lo quitó  y pude responder a mí Señor.

  • Amo, me entregó a usted. Haga de mi inmunda vida lo que usted quiera. Soy suyo.

  • Bien, procedamos.

Entonces cogió aquel artefacto que ya estaba al rojo vivo y lo aplicó durante unos segundos en mi nalga de animal. Se pues yo un siseo de la carne al chamuscarse, y en ese momento me desmayé de dolor.

Cuando desperté,  no había pasado mucho tiempo. La esclava enfermera me estaba curando y aplicando un apósito en mi nueva marca. Los Amos estaban comentando la jugada. La perra seguía mamando la polla de Amo Marcus, y ahora el cornudo se afanaba en devorar la del Señor John, de un tamaño proporcional a su cuerpo.

A la perra pareció darle envidia de mí sufrimiento, por qué en un gesto de osadía que luego sería castigado, se atrevió a dirigirle la palabra al Amo.

  • Mi Señor, perdone el atrevimiento de esta estúpida perra, pero ¿ A nosotros no nos va a marcar?.

  • Sucia perra envidiosa. Recuerda que vosotros aún no sois míos, solo estáis a prueba. Esmeraos durante estos días en ser unos perros arrastrados, y ya decidiré yo sí merecéis ni marca, u os echo a patadas a la calle.

La esclava volvió a su trabajo de mamadora y pareció poner mucho más interés en dar placer bucal a su Señor. Y curiosamente, el cornudo,  que lo había oído todo, tuvo la misma reacción con la polla del Amo John.

-Al poco rato, los dos Amos se corrieron en las bocas de los esclavos, que no desperdiciaron ni la más mínima gota de espera. Entonces el Amo Marcus,  les mando a desatar me. Cuando me vi libre,  caí al suelo sin fuerzas. Pero gatee hasta donde estaba sentado mi Dueño. Me eché a sus pies y comencé a lamer sus zapatos, dándole las gracias mil veces por haberme aceptado como esclavo y haber puesto su marca en mi.

  • Vale vale, zorra, ya está bien. Ya te arrepentirás de haber querido ser mi esclavo. Vas a sufrir lo que no está escrito.John, que te parece si esta tarde vienes a mi casa y me traes todo este material, tengo que hacerte otro encargo de más envergadura, qué te reportará  buenos beneficios,  viejo zorro usurero. Tráete la cuenta de todo esto para que te la pagué mi esclavo. Y si tienes tiempo, vente descansado. Vamos a follarnos a estos tres hasta que les reventemos.

  • Claro, amigo, eso no se desprecia nunca. Ya me había fijado en el culito que gasta este putito que tienes a prueba. Ya sabes que me gustan así, blanquitos y pequeñitos, para destrozarlos a pollazos. Será  un placer divertirme con ellos, y más si encima voy a hacer un negocio de provecho.

  • pues decidido, es culo, y los otros, estarán  a tu servicio esta tarde. Por cierto,  no te he contado lo mejor. Esta parejita que ves aquí,están casados, aunque ya no follaran nunca más entre ellos. Ella es mi puta, y el mi perro cornudo. Habrá que buscarle unos cuernos para que los lleve puestos. Vale, te espero allí esta Tarde. Cuando llegamos a casa, el Amo nos dio instrucciones para la comida.

  • A partir de hoy cocinareis para mí lo mejor que haya en el mercado. Comparéis  las mejores carnes y pescados. En cambio, vuestra dieta de esclavos será distinta. Vais comprar un saco de pienso para perros. Haréis arroz cocido,  solo con agua, sin sal ni ningún condimento, mezclado con el pienso para perros. Si el pienso está duro lo deshaceis primero, para que quede un engrudo pastoso al cocer las dos cosas. Por supuesto, yo siempre comeré el primero y a mis horas. Vosotros tendréis la comida en vuestros cacharros, por si me apetece mear en ellos cuando no tenga una de vuestras bocas a mano. Asi estará más sabroso para vosotros. Me da igual cuando comáis,  es vuestro problema. Si tenéis tareas pendientes, no comeréis hasta que las acabéis,  y si os saltáis alguna comida, da igual, lo primero son las obligaciones y el servicio a vuestro Amo. Ademas haréis un turno. Cada vez uno,  cuando yo termine mi comida o cena, se comerá los restos de mis platos, todo lo que sea digerible, pieles incluidas,  excepto los huesos, lamiendo los platos y dejándolos bien limpios. Eso será un regalo para unos animales como vosotros. Y si detecto que me ponéis los platos más abundantes de lo debido, a propósito para que sobre, lo vais a sentir a base de latigazos. Por cierto, ¿Cuál de vosotros cocina mejor?

  • Yo siempre cocino para nosotros, Amo, dijo el cornudo, se me da bien.

  • Pues te encargarás tu de la cocina, de momento, y de la compra. El cerdo le dará el dinero que necesites. Y ya sabes, para el Amo lo mejor,  y para los esclavos comida de perros. Tendreis cada uno un comedero para perros,  y ahí echaréis vuestra bazofia de comida. Comereis en el suelo, desnudos y cogiendo la comida con la boca,  sin manos ni cubiertos. Para beber, solo agua que la lamereis de otro bebedero, todos del mismo.

  • si Amo, como usted ordene.

  • Por otro lado,  en cuanto a la higiene personal, no usaréis ninguna comodidad como el cuarto de baño, sois animales no personas. Tenéis la obligación de estar siempre limpios, aseados, y listos para ser usados por cualquier agujero. Vuestro baño será el jardín trasero. Hay una manguera de agua fría. Uno enchufar a a otro con la manguera a toda presión, mientras el tercero le frota bien fuerte con cepillos de los más ásperos que compréis para este cometido. Asi os laváreis los tres, unos a otros, cada día, las veces que sean necesarias, sin molestarme a mí con esas tonterías. Os debéis de meter la manguera por todos los agujeros para que estén usables. Podréis  usar gel y champú,  de los más baratos,  y pasta de dientes. Para mi los mejores y más caros. Cerdo, quiero que escojas un rincón del jardín trasero, y hagas un hoyo bastante profundo. Ese será el water de los esclavos. Lo más alejado posible de la vivienda. Allí cagareis y meareis,  ponle una tapa con una tabla o lo que quieras por los olores. Hazlo suficientemente ancho por si alguna vez os castigo metiendo a alguno en el con la mierda hasta el cuello, cosa que ocurrirá seguro.

  • Ahora quiero que preparéis cuchillas de afeitar y os rasureis  los bajos unos a otros. Pollas, huevos, coños y culos. No quiero ver un puto pelo ahí. Me gustan los esclavos bien rasurados, como muñecas. Os rasurareis cada día, para que no aparezca ni la más mínima sombra oscura. Si noto cualquier aspereza en vuestra piel cuando os folle  lo vais a pasar mal.

  • Ahora mismo lo hacemos, Amo. A sus órdenes.

  • Muy bien, ahora cornudo, ve a la cocina y sorpréndeme con algo bueno. Como no tenemos aún pienso para perros,  hoy comeréis solo arroz. Y es mucho para unos putos animales como vosotros. Tu cerdo, mientras tanto tráeme un informe de todo lo que tienes en dinero, en propiedades, acciones, todo. Y tu putita, trae acá ese coño de zorra que me lo voy a follar para relajarme un poco.

Corrimos todos los esclavos a cumplir nuestras órdenes. Los contentos por poder servir al Amo, y la esclava mucho más, porque iba a ser usada como la puta de su Señor.

Cuando volví con todos los papeles,el Amo destrozaba el coño de la perra a base de pollazos. Luego cambio de agujero y la penetro por el culo mientras la azotaba con la mano,poniendole el culo en ascuas. Permanecí  quieto a los pies de mí Dueño, hasta que el terminará de usar a la perra. La estuvo bombeando un buen rato en los dos agujeros. Que aguante tiene mi Amo,  se corre solo cuando él quiere.

Por fin, rellenó  el culo de la puta con su sagrado semen, la descabalgo y la perra tardo una décima de segundo el tener la polla de su Sñor en la boca, para proceder a la limpieza a base de lengua.

  • A ver cerdo, trae esos papeles aquí. Mientras los voy viendo túmbate en el suelo boca arriba y tu puta acuclilla te en la boca de este mierda y suéltale toda mi corrida en ella para que se la tragué y te dejé el agujero limpito.

Rápidamente me tumbé y la perra acoplo su ojete a mi boca. Hizo fuerza y una mezcla de semen y suciedad anal empezó a caer dentro de mi garganta. Estaba deliciosos sobre todo por el esperma adorado de mi Sagrado Amo.

Cuando la perra estuvo limpia,el Amo me llamó para que le explicara algunas cosas de las cuentas. Me arrodilla junto a él.

  • Puta basura, si esto está bien, eres mucho más rico de lo que yo imaginaba. Mejor para mí. Voy a tener bastantes gastos así es que más te vale trabajar mucho y producir muchos beneficios para tu Amo. Ya te daré las instrucciones de cómo debes traspasarme dinero para usar.

  • Gracias mi Amo, todo está a su disposición cuando usted quiera.

  • Vale, ahora trae mi comida, cornudo. Hay que descansar un poco. Esta  tarde vendrá el Amo John a usarlos. Espero que os comporteis como buenas zorras sumisas. Por cierto, dijo el Amo dirigiéndose a la esclava y al cornudo,también vendrá el Ama Lena,  para que le agradezcais debidamente la suerte que habéis tenido al ser entregados a mí.

Los perros daban saltos de alegría por poder ver de nuevo y servir aquella hembra negra, dueña de un pollón de escándalo.

Ya habíamos establecido el turno para comer las sobras del Amo, y esta vez le tocó a la esclava. Orgullosa puso el plato en el suelo a los pies del Amo, y devoró como una perrita, sin manos, todo lo que quedaba,  relamiendo el plato y buscando luego la aprobación de nuestro Señor, que la recompenso con dos bofetadas y una caricia en la cabeza, como a una mascota.

  • Dejad todo bien limpio y luego ir a comprar las mejores comidas y bebidas para mis amigos, y que no se os olvide el pienso para mis perros.

Y se fue a dormir la siesta, seguido por su perrita, que se echó a los pies de su cama, en el suelo,  por si necesitaba usarla.

Dos horas después despertó el Amo, y allí estaba su esclava, arrodillada,  adorándolo con la mirada.

Todo estaba preparado ya en la casa para recibir a los invitados. El primero en llegar fue el Amo John,  que trajo a su esclava enfermera. A los pocos minutos también llegó el Ama Lena, con su nena Jessy. La pareja de esclavos no pudieron contenerse y corrieron a arrojarse a los pies de Ama Lena, llenos de emoción, y cubriéndole las botas de besos y lametones.

  • Vaya perros,  parecéis muy contentos de verme.¿Es que no os trata bien el Amo Marcus?.

  • Al contrario mi Ama. Le estamos muy agradecidos. El Amo Marcus es nuestro Dios. Ojala nos acepte a su servicio y podamos ser su propiedad para el resto de nuestras miserables vidas, Ama Lena. Muchas gracias.

  • Bueno, ya está bien de sentimentalismos, dijo el Amo Marcus, estamos aquí queridos amigos para divertirnos usando a esta recua de esclavos, y reventarlos a pollazos, o a latigazos, lo que nos apetezca. Estáis en vuestra casa, usad todo como si fuera vuestro, comed, bebed, y follad. John, ahí  tienes al cornudito, sé que le tienes ganas. Es todo tuyo,  pero no me lo rompas del todo,  qué es de culo estrecho,ja ja.

  • Pero antes, permitidme que os ofrezca un pequeño espectáculo. Cerdo y cornudo,  tumbaos ahí en el suelo, uno al revés del otro y empezar a comeros la polla mutuamente en un 69. Tenéis  qué correros en la boca del otro. El primero que consiga que el otro se corra,  tendrá un premio. El segundo,  tendrá un castigo. Vamos rápido, tenéis solo cinco minutos, perros.

Cogimos la posición y metimos las pollas en la boca, empezando a mamar frenéticamente. Yo quería hacer que cornudo se corriera primero para no recibir el castigo, y él también. Pero el puto cornudo la mamaba muy bien,  y en menos de 2 minutos ya me estaba descargando en su boca, que lo trago todo, pero yo no deje de chupar y también se corrió casi enseguida.

  • Mierda de esclavo que tengo. Este cerdo lo único que hace bien es ganar dinero, para lo demás es un puto inútil. Terminad de lameros bien las pollitas,  ratas asquerosas. De todas maneras,  el premio y el castigo van a ser los mismos,  me da igual quién se corriera antes. Porque va a ser la última vez que os corréis en mucho tiempo. Se os va a olvidar. Así estaréis más concentrados en servirme. Perra, trae dos jaulas de castidad que hay en una de esas cajas y pónselas a estos mierdas en sus pollitas inútiles.

Así  lo hizo la esclava. Eran dos jaulitas de metacrilato que impedían cualquier tocamiento por parte del esclavo. Despues de la corrida, las tristes colitas de los esclavos se habían quedado arrugadas y le resultó muy fácil colocarselas y clausurar las con el pequeño candadito que traían. Luego la esclava,  muy ceremoniosamente,  se postró ante su Dueño y le entregó  las llaves de los candados.

  • Eso es,  así estáis mejor cerditos. Olvidaros de que una vez tuvisteis polla. En adelante,  si es que os corréis alguna vez,  será por el culo,  cuando a mí me dé la gana,  o a lo mejor nunca más.

Estábamos muy compungidos,  pero aún así reptamos hasta los pies del Amo para agradecerle las molestias que se tomaba con aquel par de sucios animales.

  • Vamos a usar a este ganado, amigos. Adelante, duro con ellos.

Y ahí empezó el desmadre. El Amo John, se apropió del cornudo y estuvo casi toda la tarde alternando entre follarle el culo y la garganta. El esclavo al principio acusó bastante dolor anal, debido al tamaño de la herramienta que calzaba el inmenso negro,  pero al poco rato, se dejaba encular como si lo hubiese estado haciendo toda la vida. El Ama Lena, como también se había encaprichado de mí, humildemente,  me dedicó todo su tiempo. Pero para ablandarme un poco antes, lo que hizo fue darme una buena tunda de fustazos por todo el cuerpo, con el permiso de mí Dueño. Y cuando ya me tenía bien sometido me follo follo hasta dejarme el agujero en carne viva. Que ímpetu, que ardor, que dolor de culo. Creí que no volvería a poder sentarme nunca más.

Por su parte, el Amo John,  divertido con el espectáculo, se entretuvo haciendo que la esclava de John y la Jessy de Ama Lena,  le hiciesen un masaje de lengua, cada una en uno de sus poderosos pies. Luego,  las fue follando por turnos para relajarse. Y la esclava del Amo, estaba ocupada en servir bebidas y aperitivos a los Amos. Aunque también fue follada por todos los Amos,  y por todos los agujeros.

Cuando la fiesta,  al cabo de varias horas, empezó a decaer,el Ama Lena se despidió, tenía que madrugar.

  • Lena, muchas gracias por tu visita. Ya sabes dónde tienes tu casa y estos perros que son como si fueran tuyos. Por cierto, aún no he decidido si me quedaré con ellos. Pero en el caso de que lo haga, tengo idea de feminizar a cornudo y transformarlo en una nena sssy como tú Jessy. Espero que me ayudes con tu experiencia y proporcionandome las hormonas y los fármacos necesarios para hacerlo.

  • Claro, querido, muy buena idea. Cuenta conmigo cuando quieras. Buenas noches.

  • Marcus, dijo Amo John,  yo también me voy a ir yendo. Tu eres un ricachón, pero la gente pobre tenemos que trabajar amigo. Ah,  mi coche se estropeó y he venido en un taxi. Voy a llamar para que manden otro a buscarme.

  • OH no, de ningún modo. Yo te llevo. Además quiero probar una cosa que me contaron el otro día y me hizo mucha gracia. Ahora te lo explico. Pero antes,  acompáñame al sótano,  como te dije,  tengo un encargo para ti. Tu también cerdo,  baja detrás de nosotros. Tienes que enterarte de algunas cosas.

El sótano era un espacio bastante grande,  como unos 100 metros cuadrados, y estaba lleno de muebles y trastos viejos que había ido arrinconando allí.

  • Amigo Jhon, verás. Quiero en este Sótano me organices una especie de mazmorra para castigar esclavos y divertirme torturandolos. Primero hay que insonorizarla, no quiero ningún vecino molesto oliendo que se hace por aquí. Y luego equipame la con lo mejor. Ya sabes, potros, cruz de San Andrés, cadenas, cueros, etc. Todo lo que haya en el mercado y de la mejor calidad. También quiero que utilices una parte del espacio para unos sillones donde los Amos podamos descansar después de torturar a estas bestias. No repárese en gastos. Este perro estará a tu servicio para todo. Pídele  el dinero que necesites. Pero no me estafes viejo zorro que te conozco. Haz un buen trabajo y tendrás acceso libre a la mazmorra cuando quieras,  para pasar buenos ratos. ¿De acuerdo?.

  • Claro que si Marcus. Me encanta este encargo, voy a desarrollar mi creatividad aquí,  además de hacer un buen negocio. Que más se puede pedir. Mañana mismo traigo la cuadrilla. Esclavo, toda esta basura que tienes aquí va a ir al vertedero, así es que si hay algo que quieras conservar pídele permiso a tu Dueño y apartalo.

  • Si Señor, a su servicio.

  • Muy bien, pues todo aclarado. Cerdo saca el coche y mete en el a la esclava del Amo John. Os llevamos John, amigo mío.

Así lo hice. Cuando  ya estábamos cerca de la casa del Amo John, me ordenaron parar en la puerta de un bar de copas y entramos los cuatro. Estaba repleto. Mi Dueño me ordeno ir a por dos jarras de cerveza.Solo dos, para los Amos, por supuesto.

Los Amos empezaron a beber y cuando ya llevaba más de media fueron al baño,  ordenandonos esperarle allí. Volvieron al poco, y sorpresa, sus jarras volvían a estar llenas. El Amo Marcus me ofreció la suya.

  • Bebete todas mis cerveza gusano,  y rapidito que después te dabas a beber la del Amo John.

Cogí  la jarra y me la lleve a los labios. Aquel líquido caliente no era cerveza, era orina,  supuse que la de mi  Amo. El cuál se carcajeaba humillandome delante de toda aquella gente,  haciéndome beber sus meados en público. Menos mal que nadie pareció darse cuenta del episodio. Apure rápidamente el contenido y cogí la otra jarra de meados del Amo John. Liquido que también paso enseguida a mi estómago. Los Amos disfrutaban a costa de este puto esclavo, arrastrado hasta lo más bajo de la humillación. Pero esto es lo que yo me había buscado,  lo que yo quería.

Con esto, doy por terminado este capítulo de Black Club. Pido su indulgencia por los errores cometidos, y amenazo  conseguir escribiendo, con su permiso.