Black Club VI (Nuevas experiencias).
Empieza mi vida en esclavitud con un día frenético y cargado de sensaciones.
Como me había sido ordenado, dediqué el resto de la mañana a intentar cocinar para mi Señor la más sabrosa comida que pudiera ofrecerle. No soy un excelente cocinero pero me arreglaba bastante bien. En verdad, había una señora que venía un par de veces por semana. Limpiaba la casa y cocinaba para varios días. Así es que hice lo que pude, esmeran dome al máximo para intentar tener contento a mi Amo. Calculé la hora en que podría volver y cuando ya lo tenía todo preparado, sonó el móvil. Era él.
Escucha atento. No iré a comer, ya he comido algo. Quiero que te presentes en la siguiente dirección (............) dentro de una hora, sin excusas. Esperame en la puerta hasta que aparezca.
Si Amo, allí estaré.
Lástima de comida, después de tanto trabajo. Pero así es como debe ser, el manda y yo obedezco. Como se había llevado el coche, pedí un taxi para poder llegar a tiempo. Solo tenía una hora y no quería hacer esperar a mi Señor. Mientras llegaba el taxi, ingeri algo de comida. Justo una hora después de la llamada, me encontraba en el sitio. Era una especie de Pub. Como veinte minutos después, salió de allí mi Amo, acompañado de otro hombre negro y se despidieron en la puerta. Me hizo una seña con el dedo, le seguí al interior del local y se sentó en una mesa apartada. Yo no sabía que hacer y permanecí en pie hasta que me ordenó sentarme frente a él.
¿Como has venido hasta aquí?. Yo tengo tu coche.
En un taxi, mi Amo. Estuve comiendo algo y no tenía mucho tiempo.
¿Estuviste comiendo?. ¿Y quién te mandó comer?. En adelante, no comerás, ni dormirás, ni mearas sin pedir permiso. Ahora eres un esclavo, un animal, y no tienes capacidad de decidir nada por tu cuenta. ¿Está claro, cerdo?.
Si mi Amo, lo siento, perdóneme Amo.
Cuando lleguemos a casa si que lo vas a sentir, a latigazos. Pasando a otro tema, me gusta tu coche, es muy cómodo y potente. Desde hoy lo usaré yo. Para ti, vas a comprar un coche cito de segunda mano, el más pequeño y más básico que haya en el mercado. Para un esclavo es más que generoso por mi parte. Aunque lo usarás solo cuando no puedas ir a algún sitio andando. Un esclavo no tiene derecho a ninguna comodidad, al contrario. ¿Algún problema con eso?.
No mi Señor, lo que usted disponga es lo correcto, yo solo obedezco, Amo.
Por otro lado, quiero que despidas a esa cocinera que tienes, no la necesitaremos en adelante.
Si mi Amo, pertenece a una empresa de contratas, solo tengo que hacer una llamada y decir que no la envíen más. Pero Amo, yo no soy muy buen en la cocina y mucho menos para lo que usted merece. - Eso lo vamos a solucionar ahora mismo. Vamos, tengo que hacer una visita. Tu conduces.
Salimos, el coche estaba cerca. Le abrí la puerta trasera como era preceptivo, y me indicó una dirección.
En el maletero hay unas cajas con cosas mías. Cuando lleguemos a casa las descargas y las dejas en un armario. Luego las colocaré en su sitio.
Si mi Amo.
Llegamos al sitio. Era un edificio de pisos. Cuarta planta. Llamamos y nos abrió una chica, con un vestidito muy corto, minúsculo, medias y zapatos de tacón altísimos y muy maquillada.
Bienvenidos Señores. Mi señora les espera.
El Señor soy yo - dijo mi Amo-, este es mi esclavo. ¿Donde está tu Señora, putita.
Perdón Señor, pase por aquí si es tan amable.
Tu cerdo, sígueme desnudo y a cuatro patas, ya.
Si, Amo.
Me cogió de sorpresa, pues era la primera vez que mi Amo me exhibía en público, pero tardé solo un segundo en reaccionar, desnudarme completamente y echarme al suelo, como un perro. Y, oh sorpresa, desde allí abajo, tenía a la criadita frente a mi, y gracias a su minivestido que apenas le tapaba nada, pude ver algo que me dejó con la boca abierta. Era un chico, un jovencito imberbe, delgado y delicado, que pasaría por chica en cualquier sitio con un poco de maquillaje. Entre sus piernas vi una pollita muy pequeña, encerrada en una jaulita de castidad. Ella, o el, se dio cuenta de mi impresión con una sonrisita, se dio la vuelta, levantó su vestidito y me enseñó un culito precioso, blanco, sin un pelo y con una especie de plug anal insertado en el,del que sobresalía una graciosa colita. Se la veía muy orgullosa de sus complementos. Mi Amo observaba la escena divertido. Le propinó un cachetito en el culo. - Vamos putita, deja de flirtear con mi perro y llévame a ver a tu Dueña.
- Si mi Señor, perdón, por aquí.
Avanzamos por un pasillo, primero la criadita sissy, seguida del Amo, y a continuación a cuatro patas este esclavo desnudo. En una sala muy acogedora, con sofás, grandes alfombras, una chimenea y una mesa de despacho, estaba una mujer muy elegante, alta, con una figura espectacular, de unos treinta años, y por supuesto, negra. Que prestancia. Aquella Diosa sería capaz de poner a sus pies en segundos a cualquiera, hombre o mujer, y someterlos a esclavitud de por vida. - Marcus, querido, ya está bien que te vea por aquí. Ven siéntate a mi lado.
Hola Lena, perdona pero he estado ocupado últimamente. Te lo compensaré.
Eres un mentiroso. Bueno, con el poco tiempo que he tenido desde tu llamada, he traído algunas cosas, y quizá te interese alguna de ellas. Si no, en unos días te buscaré algo más. Te los voy a mostrar y ya me dirás. Por lo que ve este perro que traes aquí es tu nuevo esclavo.
Si querida, pero no te molestes ni en mirarle, está sin adiestrar, y no sabe comportarse aún. Perro, tumbate aquí, a nuestros pies.
Jessy cariño, - dijo la Señora a su doncella sissy-que pase la primera candidata.
La chica hizo una graciosa reverencia, se fue y vino con una chica desnuda, con las manos en la nuca y la mirada al suelo. La colocó en el centro de la sala y le dio unos golpecitos entre las piernas para que las separará. La chica obedeció al instante.
Marcus, esta perra tiene 24 años, es profesora y tiene Amo, pero la quiere vender. No tiene ningún defecto, simplemente su Dueño se ha cansado de ella y quiere sustituirla. Está bien adiestrada y no te dará problemas. Aunque el precio es bastante alto.
Lena, el dinero no es problema, mi esclavo es rico, y yo gasto su dinero como quiero.
Entonces lo entendí todo. Mi Amo iba a comprar una esclava. Sin pedir mi opinión, sin avisarme. Lógico, el es el Amo y yo el esclavo, quien soy yo para pretender que mi Amo me consulte nada. Mi única misión es servirle y punto. Aunque estaba algo celoso.
- Con tu permiso Lena, voy a inspeccionar la mercancía. Arrodilla te esclava. Abre la boca, que vea tu dentadura.
La chica obedecía al instante cualquier orden. El Amo le miró el interior de la boca como a una yegua. Le metió varios dedos dentro para palpar la bien. Luego la hizo inclinar hacia adelante para inspeccionar el coño y el culo, metiéndole también varios dedos en los agujeros. La perra no se inmutaba, parecía muy bien amaestrada. Cuando el Amo terminó la inspección, la esclava fue retirada por donde había entrado.
No está mal, pero creo que está perra ya está excesivamente domada. No siente nada al ser usada. Es como un trozo de carne. Yo lo que quiero, Lena, es una esclava que, aunque haya asumido su condición animal, no haya tenido aún un adiestramiento tan intenso como esta, quiero domar la a mi manera. No será para una temporada sino para mucho tiempo. No quiero una esclava standard sino una echa a mi medida, a mis gustos.
Ya me lo suponía. Por eso te voy a enseñar algo especial. Con tu nueva vida y las posibilidades que ahora tienes, creo que esto te va a venir muy bien. Aunque tiene una pequeña sorpresa. Tu decides, si no te gusta, buscaremos otra cosa, sin compromiso, pero piénsalo bien. Jessy, adelante.
Volvió a entrar la sissy, pero no con una esclava, sino con una pareja, hombre y mujer. Por supuesto, los dos desnudos, manos a la nuca y mirada al suelo. Fueron colocados en la misma posición que la otra esclava.
Cuando mi Amo fue a decir algo, Lena se anticipó.
Espera Marcus, no digas nada. Déjame hablar y luego haces lo que quieras. Creo que no te arrepentirás. Verás, esta pareja de esclavos están casados, tienen 25 años el macho y 23 la hembra, se conocieron en un chat Bdsm y fueron sinceros desde el primer día, ambos son sumisos. Se casaron hace dos años, no tienen hijos. El esclavo trabaja en una fábrica de producción en cadena y la perra en un supermercado. Vinieron a mi gabinete a realizar algunas sesiones sometiéndose a mi, y al cabo de unos días se sinceraron conmigo. Me pidieron entrar a mi servicio personal, pero yo ya tengo a Jessy, y no puedo aceptarlos, aunque les prometí encontrarles un Amo. Y aquí estamos, querido, esta pareja quieren pertenecer por completo a un Amo y servirle. Tu ahora tienes mucho sitio y posibilidades. Piénsalo bien. Habla con ellos, examina los, no tengas prisa, incluso ponles a prueba un tiempo si quieres. Por cierto, estos perros no tienen dueño, asi es que la transacción te saldrá muy barata, querido.
Bueno, no te prometo nada. En principio no me desagrada la idea. Vamos a ver. Tu, perra.. ¿A qué habéis venido aquí? ¿Qué buscáis?.
Mi Señor, ambos somos sumisos vocacionales desde siempre. Necesitamos estar al servicio de un Amo que dirija nuestras vidas y nos adiestre en la esclavitud total. Somos perros abandonados,, Amo.
Muy bien, tu esclavo, como ves soy un hombre negro. Tienes algún tipo de problema en servir a un Amo Black.
No mi Señor. Como ya sabe, hemos servido en varias ocasiones al Ama Lena, y será para nosotros un inmenso honor y un regalo poder estar a sus pies y ser suyos Amo.
Bien, lo primero que habéis de saber, si es que os acepto, es que ante mi perderéis todos vuestros derechos de casados. Ya no seréis pareja, sino solo esclavos. Es más, seguramente nunca volváis a Follar entre vosotros. A la esclava la usaré yo, y quien yo quiera, y a ti también te usaré como esclavo sexual, o te cedere para que te usen mis amigos. - Si Amo, somos conscientes de ello y lo acatamos.
El Amo volvió a sentarse en su sillón.
Lena, solo quiero hacer una pequeña prueba a ver que es lo que saben hacer estos perros, si no te importa, claro.
Por favor, Marcus, estás en tu casa. Además, o mucho me equivoco o estos esclavos te van a pertenecer durante mucho tiempo. Úsalos a tu antojo. - Gracias. A ver, venid aquí los dos a cuatro patas y hacedme una mamada a dos bocas. Procurad hacerlo bien, os va el futuro en ello. Los dos esclavos, sin disimular la alegría gatearon hasta los pies de mi Señor, pidieron permiso para desabrochar su pantalón y liberaron aquella divina polla negra que a mi me tenía sometido, y desde ese momento, a ellos también. Comenzaron lamiendo la suave en toda su longitud, adorandola, venerado a su nuevo Dios. Se diría que estaban en extasis. La perra incluso soltó algunas lágrimas de emoción. Luego se dedicaron cada vez con mayor ímpetu a la mamada. Mientras la esclava se introducía la polla hasta el fondo de su garganta e iniciaba el movimiento adentro y afuera, usando también la lengua, el esclavo se dedicó a lamer, chupar y succionar los huevos del Amo, que se dejaba hacer complacido. Aunque mis sentimientos no tuvieran importancia, yo estaba loco de celos. Otras bocas, de otros esclavos, estaban mamado la boca de mi Dueño. Supe que tendría que acostumbrarme, en adelante, a compartir a mi Amo.
Vaya Marcus - dijo la Señora Lena -, parece que tus nuevos esclavos al menos saben mamar una polla. Por algo se empieza. Pero a mi está entrando un calentón tremendo. A ver como lo solucionamos.
El Amo me dio un golpecito en la cabeza. Me pilló de sorpresa porque no pensé que se acordarán de mí en ese momento.
- Ya lo has oído puta, dale placer a mi amiga Lena, y hazlo bien, que no tenga ninguna queja de ti. Ya tienes bastante castigo pendiente.
No me esperaba aquello y tardé unos segundos en reaccionar, lo que me valió otro cachete. Rápidamente gatee hasta estar frente al Ama. Y, nueva e increíble sorpresa. Resulta que el Ama Lena tenía un pollon descomunal. Me agarró de la cabeza, me ordenó abrir la boca, y me la metió hasta llegar a la campanilla. Mi Amo se reía a carcajadas viéndome la cara.
- Esto es lo que querías, no cerdo, ser prestado y exhibido. Pues te vas a hartar. Vamos, mamá esa polla Black, y deja en buen lugar a tu Amo, que no se diga,puta. Que iba a hacer yo, pobre de mi. Reponerme del susto y dedicar toda mi atención a ensalivar aquel pedazo de carne negra, que si bien no era tan contundente como la de mi Amo, tenía un tamaño y grosor considerables. Posteado, lami y chupe el capullo sonrojado unos momentos, recogiendo con la lengua las gotita de precum que asomaban. Luego me la metí lo más que pude en la boca mamado con mis mejores intenciones para no defraudar a mi Dueño ya su "amiga". También bajé hasta los huevos y los chupe y ensalive durante un rato.
En una de esas, acerté a ver como mi Amo había tumbado a la esclava sobre la mesa y la estaba follando sin piedad. El esclavo, entre tanto, permanecía arrodillado en el suelo, detrás del Amo, intentando entre embestida y embestida, lamer los huevos del macho que se follaba a su esposa, y atento a recoger con la lengua, cualquier fluido que resbala se por las piernas de mi Señor, o que cayese al suelo.
Yo continuaba mamado la polla del Ama Lena cuando el Amo empezó a descargar su divina corrida dentro del coño de la esclava. Después de varios golpes de rabo, permaneció unos segundos dentro de ella y luego sacó la polla, chorreando semen y flujos de la perra. Cogió al esclavo del pelo y le ordenó lamerle la polla hasta dejarla bien limpia. Cosa que hizo el perro de muy buena gana. Luego le ordenó sorber toda su corrida del coño recién follado y limpiar con la lengua el agujero de su puta. Lógicamente, viendo semejante escena, casi simultáneamente, el Ama Lena también usó la boca de este esclavo para descargar en ella una abundante y caliente corrida, que trague sumisa mente. Y también, sin que me dijera nada, me dedique a dejar su negro pollon limpio y aseado a base de lengua.
- Bien perros - dijo mi Amo-, quiero que vengáis mañana a primera hora a mi casa para empezar a servirme y probaros durante unos días. Tu, cerdo, dales la dirección. Estaréis allí varios días completos. En vuestros trabajos, pedid unas vacaciones, o decid que estáis enfermos,me da igual. No traigáis nada, solo la ropa puesta, y no se os ocurra tocarlos ni mucho menos Follar sin permiso.
Las caras de la pareja se iluminaron de alegría. Se arrojaron al suelo, besando y lamiendo los zapatos del Amo, dándole mil veces las gracias.
Ya basta, fuera de aquí. Lena, ahora me voy, tengo cosas que hacer. Si te parece hablamos dentro de unos días, a ver como puedo agradecerte este servicio. No me importará que estipule una especie de comisión. Para eso está el dinero de este cerdo. Hasta pronto.
Adiós Marcus. No te preocupes por eso, somos amigos. Por cierto, mándame cuando quieras a este esclavo tuyo. Me gusta como me come la polla. Y, con tu permiso, querría probar también ese culito que tiene. Seguro que traiga divinamente. Adiós.
En la puerta esperaba la sissy con mi ropa. Cuando subimos al coche el Amo me ordenó ir a casa.
Por cierto, perro ¿eres virgen del culo?
No mi Amo, lo siento, pero ha sido usado muy pocas veces. Aunque lo he adiestrado con dildos, para tenerlo listo para el uso, Amo.
Bien...
Continuará. Un beso a sus pollas, Amos.