Black Blood (4: Enemigos)

.... Sin comentario...

BLACK BLOOD IV

¨ Enemigos ¨

(Antes de continuar, lea los capítulos anteriores para encajar mejor la historia: Hijo de la Noche. Destino cruzado, Una noche diferente)

  • Quiero que busquen en cada rincón de esta ciudad!!!... – gritó Bill y apagó su celular con brutalidad.

Había pasado varias horas sin tener una respuesta favorable. No era la primera vez que Albert hacía una payasada escapándose de la seguridad, pero esta vez era diferente, era un secuestro... Eso si era un problema de otra magnitud.

« Mierda! » - y se sentó en el sofá del salón principal que estaba vacío, pues todos habían salido a buscar del desaparecido.

Ni si quiera quería pensar lo que pasaría si su amo se enterara del secuestro. Seguramente mataría a todos, incluso hasta él... Sabía que su amo era capaz de hacer todo por aquel humano, incluso matar la de su propia especie.

  • Está loco... por ese niño... – murmuró cerrando sus ojos.

Había servido a su amo durante más de dos siglos, pero nunca había visto tan obsesionado por alguien. Era como si apreciara más que su infinita vida y poder...

  • Albert... Albert Endecott… - y recordó cuando le conoció por primera vez... Sólo era un chillido de 3 años acurrucarse entre los brazos de su amo como un gatito indefenso.

  • ¨ Duermes mi ángel, yo te protegeré.. ¨ - decía Black dándole besos en su mejilla.

Nunca había creído que un niño, encima humano, pudiera dominar el impasible corazón de su amo, el señor de los condenados, el hijo de la noche... Desde entonces, todo fue diferente.

  • « Por qué lo ama tanto...? Por qué Albert es especial para su amo? » - pensó, pero un ruido hizo que volviera a la realidad. Había escuchado el freno de un auto. Seguramente Black había regresado de su trabajo. Él era un millonario empresario que tenía bajo su poder varias corporaciones internacionales. Cuando éste apareció en el salón principal, gruñó su ceja extrañándose un poco, pues el lugar siempre estaba repleto de sus sirvientes.

  • My lord... Bienvenido a su hogar... Espero que su jornada haya sido placentero – dijo Bill agachando su cabeza.

  • Mi querido Bill... Dónde están mis criaturas?... – preguntó Black quitándose el saco y la corbata y los entregó al sirviente.

  • Bueno... my lord… Es que… - vaciló Bill sin saber en donde fijar su mirada.

Black se aproximó y sujetó la barbilla de Bill obligándole a mirar a sus ojos plateados. Bill se quedó completamente paralizado, hipnotizado por aquella mirada indiferente que tanto lo apreciaba. Sabía que era inútil encubrir sus pensamientos por más que intentara. Ante el poder de su amo, nada se podía hacer, incluso él siendo uno de los cuatro caballeros de la noche. La diferencia era enorme... Emprendió a temblar todo su cuerpo, no por temer de perder su vida... Temía más el desprecio de su amo antes que la muerte... Un caballero sin su rey no significaba nada... NADA!... Pronto la mirada de Black cambió, brillándose como la de un asesino dispuesto a matar a su presa.

  • ¡Tienes sólo una hora! – gruñó Black soltándole broncamente como si se tratara de una basura.

  • Si... my lord... – dijo Bill recuperándose el dominio de su cuerpo y se alejó.

  • Albert.... – pensó Black con un rostro preocupado.

Albert abrió sus ojos lentamente.

« En donde estoy? »

Su cuerpo reaccionó con dolor cuando intentó levantarse y cuando lo hizo, casi libera un grito al ver la situación en que se encontraba. Estaba desnudo en la cama y a su lado, había otro cuerpo desnudo que seguía durmiendo.

« Oh!... Dios... que ha pasado aquí?» - pensó mirando con una cara desorientada a William quien dormía placidamente. Ruborizó al recordar lo que había pasado hace unas horas atrás. Gemidos.. Sudores... Sacudidas... Lloros...

Tuvo que pasar algunos minutos para que Albert volviera conectar con el mundo. Pues estaba muy confundido. No podía sentir nada!... ni amor, ni odio ante el sujeto que había entregado todo su cuerpo hace unas horas atrás; solo miedo... Miedo de que?... Empezó a temblar todo su cuerpo como si tuviera expuesto a un frío viento. Cubrió su cuerpo con la brazada como para cesar aquella sensación... pero sabía que no pararía la tempestad que atormentaba su alma. Sentía culpable, pero por qué?... Por traicionar a Black?... Pero él no lo amaba... Pero por qué estaba tan angustiado por lo que había pasado?... Por qué?... Su cabeza daba vueltas sin tener una respuesta, aun más, surgía innumerables preguntas...

« Debo irme... » - pensó después de un suspiro. Miró de nuevo el rostro dormido de su pareja. Él si tenía una cara complacida, tranquila... plácida...

Cuidadosamente se levantó para no despertar al cazador y se ubicó en el baño. Abrió la canilla y dejó que el agua tibia cubriera todo su cuerpo castigado. Aun sentía muy mareado y confundido que incluso tenía ganas de llorar. No sólo por lo que había pasado con William sino por su miserable vida... Siempre estaba confundido, no sabía a que rumbo seguir... Era como si su alma no perteneciera a este cuerpo. Sentía como si estuviera condenado de estar perdido siempre, en un laberinto de preguntas sin respuestas. A veces daba impresión que él no era un humano. Pero tampoco era un vampiro ni mucho menos era un vamano.

« Qué soy?» - y cubrió sus manos en su rostro. Tenía nauseas...

Salió de la ducha y puso una bata blanca, un poco grande para él y vio su imagen en el espejo. Era un adolescente... un chico de 16 años... Cada vez que miraba su imagen, le parecía que no era él... con su mano temblorosa, acercó su reflejo, cerca de su rostro, pero de repente, asustó y se retrocedió dándose marcha atrás. Juraría por unos instantes que ese reflejo suyo había cambiado de su forma. Por otra imagen... sacudió su cabeza varias veces y volvió a fijar. Ya otra vez era su reflejo...

« Dios, estoy enloqueciéndome... »

Sacudió todo su cuerpo como si hubiese perdido su control. Estaba exhausto, no sólo de físico sino mentalmente. Una cosa llamó su atención. Una navaja para rasurar con hoja bien filosa estaba en el tablero con otras cosas. Sin pensar, agarró....

Black miraba desconsoladamente a la luna llena desde el balcón de su cuarto, sentado en un cómodo sillón de madera. Ya había pasado más de una hora desde que Bill salió de la mansión para buscar a su ángel. No había nada de su noticia y ya no tenía más paciencia de esperarlo.

« Dónde te metiste, Albert?» - pensó.

  • Señor... Disculpe por molestarlo... aquí le traigo su bebida... – dijo un sirviente trayendo una bandera con una copa de vino.

Black, con su mirada impasible, vio a su sirviente y al objeto que había traído... Para ser vino era demasiado rojo el color, muy rojo... Era una copa de sangre... Black ya no salía a buscar sus victimas, había dejado desde que Albert vino a la mansión. Y para ceder la sed de su hambre, su sirviente le servía una copa de sangre cada noche. El sirviente se arrimó cuidadosamente, pero sus pasos cedieron cuando la copa rompió de la nada haciendo que el contenido salpicara en todas partes.

  • Hoy no quiero beber eso... – dijo Black fijando de nuevo a la luna. – Quiero algo bien fresco...

El sirviente tembló. Sabía a que se refería las palabras de su amo quien se levantó de su asiento y vino hacia él. En su labio dibujó una mueca como si recordara el viejo placer de ser el batidor.

  • Tendrás el placer de ser una parte de mí – dijo Black acariciando la mejilla de su sirviente quien lo miraba con pánico dejando caer la bandeja.

Buscó su labio y unió con la suya. El sirviente no supo que hacer, sólo correspondió, temblándose entre los regazos de su poderoso amo. Después del beso, Black acercó peligrosamente su boca en su cuello. El sirviente estaba demasiado excitado ante la seducción de su amo... Sin dudar, Black utilizó sus colmillos y los clavó en su cuello. Escuchó un gemido en la boca de su sirviente, pero pronto se calló... Y para terminar, arrancó un pedazo de su carne de su cuello utilizando su mandíbula y lo comió masticando muy lentamente como si disfrutara cada fibra muscular. El cuerpo sin vida cayó en el suelo... Las manos Black estaban empapadas de sangre negra... también su labio... Agarró la servilleta que habría traído su sirviente con la bandeja y limpió. Hacía tanto tiempo que no probaba una sangre fresca... Normalmente él no comía pedazos de carne, solo bastaba con sangre. Pero al sentir su dulce sabor, no aguantó de tomarlo hasta la última gota, arrancándole incluso la piel y carne que lo cubría.

  • Estuvo bueno... – dijo Black volviéndose a su lugar... Miró la luna que resplandecía un color ligeramente más rojizo que antes.

« Si tan sólo pudieras mencionar mi nombre... Te encontrarías... » - pensó. « Tan sólo me dieras tu señal... ».

De repente, Black sintió algo. Olor a sangre... Si... Era ese olor inconfundible... Venía de lejos, llevado por el viento de la noche. No era de un vampiro, mucho de su enemigo. Era de un humano... Pero se olía diferente... y sabía a quien le pertenecía...

William abrió sus ojos al captar un olor. Era el olor que más odiaba... Sangre... Levantó de su cama quejándose. Maldijo cuando vio el vacío a su lado, pues pensó que el chico había ido a su casa mientras él dormía. Pensó que el olor provenía de la mancha de sangre que había quedado en la sabana por el acto sexual que tuvieron. Pero no, era demasiado intenso y la mancha pero apenas visible... Pronto se dio cuenta que la luz de su baño estaba prendido. Agarró su pantalón que lo había abandonado en el suelo y se vistió.

« Que suerte, no se ha ido aun... » - pensó alegremente. Pero su sonrisa pronto cesó cuando llegó al baño. Estaba allí, el chico tirado en el suelo como un muerto. En su muñeca izquierda fluía sangre manchando casi todas las baldosas del piso.

  • Oh... Dios!... – gritó William acercándose. Agarró al chico en su regazo y verificó su pulso. Aun latía... pero era muy débil... Agarró una toalla limpia y cubrió su herida. Llevó a la cama y lo tendió. Dios Santos!... Por qué el muchacho habrá cortado su vena?!... Será porque lo obligó a tener relaciones con él... Pero si el chico también había disfrutado... Pedía que no le detuviera cuando estuvo dentro de él... Le pedía que no lo detuviera... Y ahora...

Volvió a la realidad cuando escuchó el gemido de Albert, aun estado inconsciente. Examinó cuidadosamente la herida. Era muy profunda y necesitaba atención medica lo más pronto posible. Se acercó al teléfono para llamar a la doctora Restarick. Pero antes que marcara su último número, sintió la presencia de alguien por detrás de su espalda. Volteó con cierto pavor, pues podía sentir una inmensa energía que desprendía de este ser... Y vio... una persona detrás de la puertaventana de su pieza. Tenía el cabello negro, liso bien largo que bailaba por el corriente. Era bello, como una rosa negra... De pronto el tipo extendió su mano y traspasó el vidrio sin ningún problema, rompiendo toda la regla física (ya saben, en un mismo espacio, no puede haber dos cuerpos al mismo tiempo ^_^) hasta que el sujeto estaba ya dentro del cuarto. Vio con cierto desprecio a William quien seguía mirándole con los ojos sorprendidos y luego se dirigió a la cama arrodillándose en frente del cuerpo de Albert. Lo abrazó sutilmente y luego, le dio un beso de su mejilla.

William pensó que sería el otro caballero de la noche que vino a llevar al muchacho. Supuso que el chico tenía algo que ver con las bestias de las noches y estaba en lo correcto. Y ahora en frente de sus ojos, había un ser poderoso, pudiendo ser el asesino de su querida hermana quien falleció cuando combatía con uno de los cuatro caballeros de la noche.

Cuidadosamente, el sujeto agarró el brazo de Albert y vio la herida... aun sangraba... El sujeto abrió su boca y con su punta de lengua, limpió la sangre que fluía.

Instintamente, William buscó su arma, pues tenía miedo que lo mordiera o lo matara, pero tenía a su disposición. Había dejado en la mesa de la sala. Malo momento de estarse desarmado.

Después de gustar un poco la sangre del chico como si fuera la cosa más sabrosa del mundo, el sujeto llevó su dedo índice a su boca y lo mordió haciendo fluir su sangre negra. Lo deposito en la herida de Albert quien gimió un poco. Pronto la herida empezó a cerrarse sin dejar ningún rastro de cicatriz en su lugar. Su acto de cura terminó con un cálido beso en el labio de chico y se levantó.

  • Ahora que he resuelto lo más urgente... – y lo vio con una mirada indiferente – Debo arreglar el asunto contigo... Hunter V...

William hecho a correr hacia la sala y agarró su arma tirada en la mesa. Apuntó hacia la puerta esperando que aparezca la bestia, pero no...

  • Estoy aquí – dijo una voz por detrás de él.

Volteó asustado y apuntó hacia al tipo que ahora estaba sentado en su sillón preferido.

  • Si no me equivoco... Tú debes ser William, el último descendiente de la familia Le Faru... – dijo el sujeto con una voz penetrante.

  • Y tú?... Acaso eres uno de los cuatro caballeros de la noche? – preguntó William sin bajar su retaguardia.

No dijo nada, solo lo miró dibujando una sonrisa irónica en su labio.

  • Dime tu nombre...

  • ........

  • MALDITO SEA... dime tu nombre....

Pero el sujeto siguió con su silencio, riéndose irónicamente. Ya molestó, William disparó... Pero la bala nunca llegó al sujeto... se quedó flotando en el aire y antes los ojos aturdidos de William, éste se deshizo en miles de pedazo como si hubiese cortado con un rayo X (uh!!! O_o). El hunter no podría creerlo. La bala hecha por HAETEM había dejado su trayecto y como si fuera poco, fue desbaratado como una salchicha. Nadie creería... Ningún Hunter V. HAETEM era un metal sagrado que provenía en los más profundos veneros escondidos en la Catedral de Chartres (Francia) donde la guerra había comenzado... (Oh!... Que historia!... n_n) Nadie era capaz de controlar el metal HAETEM con su poder psíquico, por eso era ideal contra estas bestias que normalmente tienen más que el poder físico...

  • No puedo creer... – murmuró William y vio al sujeto que seguía riéndose.

Pensó que sólo podía haber un sujeto con suficiente fuerza para detener una bala de HAETEM, era Black...

  • Mi nombre es Black... – dijo el sujeto dejando de reírse...

Continuara.... (eso creo... )

NOTA: Ya es el cuarto capitulo.. Que rápido ^_^... Nunca pensé que escribiera algo así... Confieso que todo lo que escribo es fruto de mi imaginación. Muchos me preguntaron si en verdad existe un metal llamado HAETEM... -_-U. Todo, absolutamente todo es una MENTIRA!!!...