Black Blood (10: Un pasado memorable)

Bueno, esta vez no tarde de actualizarme. Sigan leyendo camaradas!

BLACK BLOOD X

¨ Un pasado memorable ¨

(Antes de continuar, lea los capítulos anteriores para encajar mejor la historia: Hijo de la Noche, Destino cruzado, Una noche diferente, Enemigos, Viejos amigos, La Saga, El ángel, Recuerdos, Secretos)

NOTA: Ya llegó el capítulo X. Estoy muy emocionada. Es la primera vez que escribo algo tan largo (pues 10 es un número decimal, ya no es sólo unidad T-T y da impresión que es algo grande)… Debemos festejar, sobre todos los fan de BB. ¡Todo el mundo a bailar (Macarena)!... (lectores: ya, ya deja de ser patética, queremos leer la historia). Agradezco con todo el corazón a los que me siguen (y sigo bailando Macarena…^-^ uh!). Es un capítulo con mucha acción, ojala sea de su agrado. Un detalle, si no se dieron cuenta, algunas fechas y circunstancias, de verdad sucedieron… Tuve que recurrir a la enciclopedia y leer historia universal para poder escribir algunos detalles. Buena razón para repasar la historia del viejo continente… A los fanáticos de William, es un capítulo casi exclusivo de él (o bien de su pasado), así que he cumplido sus deseos chicas. Está llegando el fin del año… Suerte en todos y felices fiestas

-¿No me recuerdas? – preguntó el sujeto acercándose, sin dejar de mover su cuerpo.

-¿Eh?... ¿ya hemos visto antes? – manifestó Albert con sorpresa.

El sujeto se rió y continuó bailando. Se movía ágilmente todo su cuerpo de acuerdo al ritmo de la música. Albert siguió su onda. De verdad, nunca había visto a alguien que bailaba tan bien. Juraría que fuese un bailarín profesional o al menos, algo relacionado en ese ámbito.

-¿Vienes a menudo, aquí? – preguntó de nuevo.

  • No, es mi primera vez – respondió.

Un empujón de otra persona hizo que Albert cayera entre los brazos de su pareja.

  • Perdón – e intentó alejarse, pero el sujeto lo agarró y le robo un beso.

Los ojos de Albert estaban apunto de salir de su orbita. Cuando se rompieron el beso, el sujeto le sonrió con ternura como si estuviera en frente de su amante.

-¿Aún no me recuerdas? – preguntó esta vez acariciando suavemente su pómulo izquierdo.

  • No entiendo… - balbuceó Albert dando marchas hacia atrás. Lo más extraño es que, no le dio asco el beso. Era como si besara a alguien que lo conocía.

  • Juliehn… soy yo, Selfiher – dijo el sujeto agarrando de nuevo el brazo de su pareja – vine para llevarte

-¿Juliehn?... Señor, me llamo Albert… Usted se ha equivocado de la persona – dijo Albert intentando librarse de la garra de Selfiher.

-¿No recuerdas de mí, Juliehn? – de nuevo buscó su labio, pero esta vez se alejó. Albert lo había sorprendido con una bofetada. – Juliehn

  • Me está confundiendo con otra persona – gritó con rabia y se alejó de la pista del baile. Buscó a Natasha para regresar a casa, pero no la encontró. Era raro, pues ella siempre estaba cerca de él por si algo le pasara.

De repente, un fuerte dolor en su cabeza hizo que todo fuese borroso.

  • Dios, ¿qué me pasa? – pensó llevando su mano en su frente.

Se empezó a oír voces dentro de su cabeza: ¨ Mátalo y así podrás liberarte de tu castigo ¨

-¡Dios! – gritó Albert agarrando su cabeza. La voz seguía repitiendo la misma frase una y otra vez.

¨ Mátalo y así podrás liberarte de tu castigo ¨

  • ¡No! – y perdió su conocimiento.

Sólo le quedaba una bala y esto explicaba su desesperación. Nunca había estado en tal extremo, que una bala decidiera su futuro… De verdad, el sujeto era muy bueno y había esquivado todos los tiros sin mucha dificultad.

  • Diablos, tengo que hacer algo – pensó guardando su arma en el bolsillo de su campera. No quería desperdiciar su última bala. Esperaría el momento indicado, pero por ahora, debía enfrentarlo con su magia SORA.

-¿Ya estás cansado? – preguntó el enemigo aterrizándose cómodamente a unos metros suyo.

-¿Yo?... Recién comienzo – y se concentró para lanzar un ataque, pero fue sorprendido por una ofensiva que lo deja casi sin el brazo derecho – ¡Maldición! – susurró escapándose hacia el otro edificio. Revisó la herida. Por suerte, era algo que podría cubrir con su poder en pocos minutos.

-¿Por qué no atacas? – preguntó Justin con una cara engreída -¿Acaso, ya te resinaste?

William analizó la situación. Estaba en desventaja, sobre todo en la velocidad. El sujeto era muy rápido, ágil tanto en el ataque como en la defensa. Podía crear una barrera de escudo muy potente que era casi impenetrable con su magia.

  • La única oportunidad para ganar, es un ataque de sorpresa – pensó William posicionándose.

Y si, William siempre ha sido un sujeto razonable. Conocía perfectamente que sólo con el poder no podía ganar. Como dice el refrán: en un combate, el quien gana no es aquel que tenga el mayor poder, sino aquel que sabe utilizarlo en la manera correcta.

  • Si no me atacas, yo iré primero – y atacó con la espada de magia. El hunter esquivó su ataque y empezó a correr entre los edificios. – No te escaparás – dijo Justin persiguiéndole.

Reconoció que el joven no era un simple cazador. Esa determinación, el manejo de su arma y sobre todo, el rango de poder de su magia SORA. Si, debía estar involucrado con la familia Le Fanu o tal vez, algo más

  • Esto se pone cada vez más interesante… – pensó Justin. Tal vez, él si podía decir los secretos de su amo.

William vio como el enemigo seguía sus pasos. Como lo esperaba… ahora, debía esperar el momento indicado. Vio un panel de anuncio con muchas luces. Bingo… Justo lo que necesitaba. Lanzó su bola de fuego hacia el tablero lo cual provocó un fuerte explosivo echando gran cantidad de humo. Se arrojó en medio de ello para esconderse. Una vez aterrizado, concentró su magia en ambos manos y lo proyectó en pequeñas bolas de energía (como Dragon Ball x_x`). Justin esquivó creando un campo de fuerza. De repente, una sombra lo sorprendió en su frente. Cortó en dos pedazos con su espada como un acto de reflejo.

  • Fue demasiado fácil – pensó Justin mirando la cosa. – ¡Maldición!...

La cosa que había cortado era sólo una campera… y para su colmo, dejó su guardia pensado que había eliminado a su contrincante. William no desaprovechó ese milésimo de segundo disparándole con su arma de fuego. La bala atravesó entre la prenda cortada dirigiéndose hacia la bestia quien se desplomó por el impacto recibido (imaginen en versión de Matrix n_n)

  • Bien, lo conseguí – pensó William acercándose, pero por desgracia, Justin se puso en pie.

  • Eso si me dolió – manifestó Justin llevando su mano en su brazo izquierdo que empezó a descomponerse.

-¿Cómo sobreviviste? – tartamudeó el joven cazador con una cara pálida. La bala de HAETEM debía haber eliminado.

-¿Sorprendido? – preguntó Justin con una sonrisa irónica en sus labios. – Verás, no soy un simple vampiro - y con la espada, cortó su brazo izquierdo que ya estaba completamente descompuesto. – al menos que, si no me incrustas la bala aquí, no moriré al instante – y señaló con su dedo, su corazón – ¿Ya te olvidaste?

Mal momento de enterrar el pequeño detalle. Y en cuestión de segundo, Justin contraatacó dejando una herida profunda en el hombro derecho de William quien gruñó de dolor.

  • Para ser un simple cazador, eres muy bueno – dijo Justin llevando su mano en su hombro derecho donde emergía gran cantidad de sangre. – estoy muy impresionado

-¿Quién eres? – preguntó William poniéndose en pie.

  • Justin Febvre, soy uno de los Caballeros de la Noche – respondió Justin.

Y para que la circunstancia sea aún más nociva para William, Justin recuperó su brazo perdido. Estirando su brazo recién establecido, continuó:

  • Y si no me equivoco, tú debes ser… Joseph Le Fanu.

Impresionó que el sujeto lo llamara por dicho nombre.

-¿Y por qué crees que soy ese sujeto llamado Joseph?

  • Bueno – y sonrió – suponía que, con tu gran poder de magia… tiene que ser él - y guiñó uno de sus ojos – o al menos, su reencarnación

-¿Y llegaste a conocerlo?... ¿Quién era? – preguntó con calma. Quería saber por qué le decía que él era ese tal sujeto.

  • La verdad, si llegué a conocerlo… fue hace muchos años atrás

Varsovia, 1682

-¡Demonios! – dijo Justin escondiéndose entre los muros del callejón. Apoyó el peso de su cuerpo en la pared ya que estaba apunto de caerse.

Con la ilusión de encontrar algo interesante, llegó a Reino de Polonia que estaba en plena guerra en contra de los turcos. Pues la verdad, había venido con su amo quien estaba involucrado en el ámbito político con dicha nación… Pero nunca había imaginado de encontrar a los cazadores de vampiros. Por otro lado, no era una sorpresa absoluta. Ya sabía de su existencia, puesto que en Paris, existían en cada cuadra. La inmensa mayoría era sacerdotes y otros, caza recompensas que hacían para ganar dinero. Hace un siglo atrás, la doctrina de los cazadores había desplazado por todo el Europa, teniendo como su cuna principal a Francia. En aquellos tiempo, los cazadores utilizaban los métodos tradicionales para eliminar a sus enemigos (ya saben, no voy a detallar) pero no a él. Justin era diferente. Había nacido como vampiro y no transformado como los demás. Su amo, Trailer, le había otorgado una vida eterna… una vida que nunca llegaría el fin, hasta que encontrara ese sujeto

-¡Encuéntrelo!

Con antorchas en las manos, un grupo de cazadores rondaban por los callejones. Escondiendo entre la sombra, Justin observó minuciosamente a la manada en busca de alguien. Si, allí estaba. El sujeto que cambió el concepto de su vida inmortal. Y en su mano, tenía el rifle con el cual lo disparó hace unos instantes.

-¡Sepárense!... el vampiro no estará muy lejos

Justin gruñó de dolor. Era primera vez que con su poder, no podía curar una herida. La bala había perforado su hipocondrio derecho donde escurría gran cantidad de sangre. Sentía como si todo su cuerpo estuviese expuesto a un calor infernal.

-¿Qué hago? – pensó caminando lentamente sin hacer ruido.

Pero, uno ruidos detrás de su espalda, hizo que parara su itinerario. Volteó deseando que no fuese él… Si, allí estaba… Un sujeto que nunca esperaría algún tipo de violencia por su apariencia fina y delicada. Tenía el pelo largo de color castaño oscuro atado en cola de caballo y sus ojos de azul violáceo lo miraban con ganas de matarlo. Por la vestimenta llevaba puesto deducía que no era un sacerdote, al menos que los religiosos se vistan de una manera tan lujosa y elegante. En su cuello tenía una cadena con una cruz de plata que llamaba mucho su atención por sus finos detalles. Le apuntó su rifle y dijo:

  • Veo que aún sigues con vida

  • Si… - respondió con mala gana, intentado no expresar su angustia.

El sujeto sonrió sarcásticamente.

-¿Y con quién tengo honor de enfrentarme, monsieur? – preguntó el sujeto.

  • Justin, Justin Febvre

  • Monsieur Febvre… - y otra sonrisa – si no me equivoco, eres oriundo de Francia… Me presento. Soy Joseph Le Fanu, de la familia Le Fanu y soy de Baia Mare, Norte de Transilvania; pero mi familia estuvo en Caen (Francia) en tiempos atrás. Podemos decir que, soy de sangre francés con corazón de Transilvania – y no pudo sostener risa por su comentario.

  • Que me interesa que seas o no un francés – murmuró Justin, poniendo una cara indignada por divagaciones.

  • No, monsieur… Uno debe estar orgulloso de sus raíces – expresó sonriendo – a final, es lo que nos hace lo que somos… En caso de usted, un vampiro y yo, un cazador

Estaba perdido… No, aún no desistiría. No dejaría que lo destruya tan fácilmente. Vio unas arcas tiradas en el suelo detrás del sujeto. Usó su poder para levantarlas y arrojarlas al sujeto quien percató, pero ya era muy tarde. Una tonelada de madera cayó por encima.

  • Por fin he liberado de ese patético sujeto – pensó Justin mirando la mano de Joseph que se quedó entre los escombros. Y para su asombro, ésta empezó a mover.

  • Eso si me dolió, monsieur Febvre – dijo Joseph apareciéndose entre las ruinas. Sacudiendo el polvo, continuó: - No pensé que aún le quedaba suficiente poder para contraatacar

Al ver la sangre que brotaba en su herida en su pómulo derecho, Justin llevó otra sorpresa...

Negra… Sangre negra como las bestias

-¿Asombrado? – preguntó al ver el rostro pasmado de su enemigo.

-¿Quién diablos eres? – gritó Justin con cólera.

Sólo los vampiros tenían la sangre negra, símbolo de la condena… ¿y por qué él la tenía?

-No pensáis que soy uno de vosotros… - dijo Joseph poniendo una cara seria – pero sí he de poseer el mismo destino… Soy un condenado como vosotros – y apuntó de nuevo el rifle… - y mi castigo es matar a todos ustedes

Un ataque hizo que Joseph perdiera el control de su arma fallando el tiro..

-¿Te encuentras bien, Justin? – apareció su sujeto entre las sombras. Era Zin quien se acercó para socorrer a su compañero. Viendo el estado de Justin, se quedó sorprendido.

  • Cuidado con el sujeto… - advirtió Justin con la cara más aliviada a ver su aliado – tiene una arma muy rara… y no puedo cerrar la herida con mi poder

  • Jamás podrá curar esa herida – manifestó Joseph mostrando algo en su mano – fue causado por una bala HAETEM… el sagrado metal.

Los dos miraron con espasmo al sujeto. Nunca había oído antes una bala que podía matarlo. Ni siquiera de la boca de su amo

Preparó su arma cargando la pólvora y la bala (recuerden que estamos en siglo XVII) y lo apuntó hacia a ellos. Zin creo una especie de escudo de magia alrededor de ellos. Viendo como agobiaba Justin de dolor, decidió mejor irse en busca de una ayuda en vez de perder tiempo luchando con el sujeto.

  • Eso no se servirá para nada

-¡Esperad! – oyó una voz desde la techo del edificio.

  • Señor Trailer – dijo Zin al reconocerlo.

Tralier llegó junto a ellos en cuestión de segundo. Al ver al malherido gimiendo por el dolor, dijo con una voz monótona:

  • Llévelo… y extrae la bala. Así podrá salvarse.

  • Si, mi señor… - y alzó a Justin entre brazos.

Antes de perder su conciencia, Justin vio en el rostro de su amo, una sonrisa de alegría o quizás de tristeza

  • Y desde entonces, Black estaba obsesionado de matar a la familiar Le Fanu. Buscó todo sus descendentes durante siglos para aniquilarlo… - expresó Justin cruzando sus brazos – pero veo que a final, no pudo deshacerse del todo… - y señalando con su dedo – o tal vez… - y dejó de desplazar su dicho. Su mente llenó de pensamientos que nunca había imaginado antes.

  • Si fuese así… si él fuese más que un sobreviviente de la familia Le Fanu… Si fuese el elegido de poseer el arma de su peor enemigo, Leisghan - pensó - Pero para ser él en persona, es muy débil. Reconozco que el chico es bueno, pero no lo suficiente para matar a Black.

-¿Qué te pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones? – preguntó William.

Una sonrisa sarcástica dibujó en los labios de Justin. Si fuese así como él suponía, la cosa sería muy interesante.

  • Te ayudaré

-¿Eh?... – y puso un rostro confundido. Pensó que le atacaría, pero que le dé una ayuda. Eso si dejaba a cualquiera en confuso.

  • De verdad, disfruto la vida que estoy llevando, pero no me gustaría de seguir para siempre así… - y guiñó uno de sus ojos – quiero recuperar la libertad que he perdido hace 450 años

Continuará