Bite Me XX

Final

Aún no abro los ojos y ya sonrío y me estiro como un gato. Esta noche lejos de todo, en esta cabaña de cazador, ha sido una de las mejores ideas que Tessa haya tenido. Me siento bella y femenina sobre esta piel blanca y gruesa que actúa como una alfombra. Dormí en el suelo, con mi amante, pero dormí bien y me desperté en la misma posición en la que me quedé anoche, quiere decir que mi sueño fue bastante profundo. Al levantar las sábanas, río delante de mi pose, en corsé, las nalgas al aire, es seguro que a la luz del día es mucho menos sexy. Tessa ya no está, la llamo y encuentro rápidamente la nota que ha dejado sobre la mesita de la habitación, justo a mi lado.

Lamento dejarte durmiendo como una marmota, pero debo partir, parece que los H han sitiado las instalaciones de LüX, recibí una llamada de Rebecca que me espera. Antes voy a la casa, Rebecca puede esperar, y llamé a Jean para que pase a recogerte a las 11, esto te deja tiempo de despertar y hallar cualquier cosa qué ponerte sobre ese culo tan bonito. Hasta luego, querida. Tessa

Son las 10, tengo una hora para poner las ideas en su lugar, afortunadamente no es mucho porque estoy aislada y no tengo nada de batería. El sol está ya en lo alto y el paisaje es espléndido, tomo una ducha rápidamente y asumo mi disfraz de Catwoman. Espero poder quitar el arnés de cuero, es bello, pero se siente caliente. Sueño con un vestido floreado y ropa ligera. Mis pensamientos fútiles se ensombrecen rápidamente por la noticia de H ocupando LüX. A pesar de que hace un buen día y que la primavera florece, sé que las próximas horas son sombrías. Olivia no se va a retirar de esa manera y su pequeño ejército, como le gusta llamarlo, comienza a traicionar los acuerdos de paz. Fragmentados, luchando en las fronteras, negados al regalo de la sangre… ¿Cuánto tiempo aún antes de ver los primeros enfrentamientos?

Cuando Jean pase le pediré que me lleve directamente a la casa de Miller. Tengo que aprender más sobre lo que está pasando y Luke tiene influencia, sabrá decirme qué es lo que los H reivindican.

Un ruido de auto se escucha a lo lejos y, mientras se aproxima, comprendo que ha llegado la hora de recuperar la civilización. Estoy un poco triste de dejar esta posada de blancanieves. Limpio mi taza, recojo mis cosas y llego al portón para recibir a Jean. Nadie. Ningún auto. Miro la hora y apenas son las 10:30, Jean es puntual, si uno le dice a las 11 es a las 11.

Las ramas crujen, me sobresalto para después dar voces y saber si alguien anda ahí. Ninguna respuesta. Temerosa, regreso a la casa y me encierro a doble llave, cuando regreso, creo estar en medio de una pesadilla. Olivia y dos hombres más me encaran. Los dos llevan gorra, botas militares y pantalones holgados, mientras que ella lleva unos pantalones de cuero ajustados y una camisa blanca, Olivia está extrañamente sonriente, como si estuviera orgullosa del efecto de sorpresa provocado por su intrusión. Pegada a la puerta, busco la manija, descorro el pestillo y en cuanto creo tener oportunidad de salir corriendo, un cuarto hombre entra y me empuja hacia el interior.

Olivia hace una seña a los jóvenes y todos se retiran de la habitación, sin que sea pronunciada alguna palabra.

Mi garganta arde, estoy aterrada y comprendo que si gano tiempo, Jean llegaría en cualquier momento y podrá sacarme de esta pésima situación. Olivia, envuelta por su sonrisa sádica se acerca a mí, me doy cuenta de que sostiene en su mano un cuchillo. Es largo y plano, el mango es trenzado, no es un cuchillo cualquiera sino un arma blanca.

  • No me has escuchado Mademoiselle Clara

  • No te tengo miedo, creo que todos deberíamos tener la posibilidad de expresar lo que pensamos. Usted tiene sus opiniones, yo las mías. Lucho contra las suyas y usted lucha contra las mías.

  • Es por lo que he venido.

  • Porque venir a buscarme en una cabaña aislada de todos, con tres hombres de apoyo, ¿es a lo que llama «luchar por sus opiniones» ?

  • Clary, te había advertido de detenerte. No solo continuaste sino peor aún te lanzaste al proyecto de los otros. ¿Sabes que mi mujer es profesora? Ella llegó una noche a la casa enfadada con el expediente de una inserción de prensa. Su escuela fue elegida para probar desde el regreso a clases el nuevo manual escolar de Mademoiselle Clara. Lloraba mucho por la idea de que usted manchaba la mente de nuestra hija con sus ideas progresistas y escandalosas. Mi hija no se dejará violar por uno de estos monstruos, mi hija es mucho mejor que usted, pobre chica perdida en el bosque, vestida como una puta.

  • Llamaré a la policía.

  • No lo creo.

Parada enfrente de ella, observo la locura en sus ojos. Crece, ligada a la sonrisa de esta mujer que ahora está a diez centímetros de mí. No tengo ninguna vía de escape. Si pudiera hacerle hablar por 20 minutos más, pero será una eternidad. Comienzo a sentir pánico y mi corazón late tan fuerte que me da la impresión que puedo escucharlo. No puede terminar así, sin que lo pueda controlar, una lágrima recorre mi mejilla.

  • Lo has comprendido.

  • ¿Qué usted está loca?

  • No, que vas a morir.

La hoja se hunde en mi vientre. Con la boca abierta, me inclino y veo el cuchillo hendido. La sangre recubre el mango y gotea. Olivia fija la herida, satisfecha, fascinada. Un velo blanco recubre mi rostro, la sangre abandona mis labios, titubeo buscando un apoyo y caigo inmediatamente. A lo lejos, como si estuviera a un kilómetro la voz de Olivia me remata.

  • Buenas noches estrellita. No te preocupes, tus amigos vendrán pronto a unirse contigo.

La negrura invade mi cuerpo y después ya nada.


La escritora Mademoiselle Clara aún se debate entre la vida y la muerte, estamos delante del hospital donde ha sido ingresada de urgencia, el pronóstico de vida está ahora comprometido y… A continuación su telenovela después de los anuncios… Hará calor en el macizo...

Está oscuro, sin embargo, tengo la impresión que abro los ojos. Escucho voces, vienen de la televisión. Quisiera hablar, pero no puedo. ¿Qué me pasa? Mi vientre. Tengo dolor en el vientre. Mi cabeza. Dónde está el botón de alerta, debo advertir a Sammy que me siento mal y que necesito un doctor. Por qué mis ojos no se abren, por qué mi cuerpo no responde. Me siento realmente mal del abdomen, tengo la impresión que me han abierto en… Olivia. La cabaña. El cuchillo.

Con pánico, lucho con todas mis fuerzas por abrir los párpados. Una intensa luz blanca aparta mi noche, después los ruidos de las máquinas se desatan, los bips, rítmicos… Parpadeo y no tengo tiempo de ver donde estoy cuando una mujer de blusa blanca y un hombre vestido de verde se inclinan hacia mí y hacen que se detengan los ruidos.

  • Clary, soy el doctor Patterson y a mi lado, Sonia su enfermera. ¿Sabe lo que pasó?

Sí lo sé, pero no puedo abrir la boca. Lucho. El doctor pone su mano sobre la mía.

  • No se esfuerce, Clary, está bajo el efecto de un poderoso sedante post operatorio. Voy a llamar a su mujer nosotros…. La autorizamos a quedarse acá… Está en la cafetería con su madre.

Mi marido, mi madre… ¿pero qué pasa, qué me está contando, de qué habla? Olivia me hirió y todavía se hace pasar por alguien ¿acaso para terminar el trabajo? Siento pánico y la máquina se desata de nuevo. El doctor, inquieto, le pide a Sonia un vaso con agua y me tiende una pajilla. Estoy sedienta y requiero de todo el esfuerzo del mundo para succionar el precioso líquido hacia mí. Siento su frescura abarcar mi garganta anquilosada, siento mi cuerpo, las cosas saldrán bien.

Le sonrío al doctor.

  • Quiere usted que permanezca al lado suyo para explicar todo delante de su familia.

Yo parpadeo.

Afortunadamente me despreocupo con rapidez, veo a Tessa que tiene un semblante horrible y a Sammy que tiene los ojos muy hinchados, los veo entrar a la habitación sonrientes. Antes de que ellos puedan acercárseme, el médico le pide a Tessa y a Sammy que sean pacientes conmigo y que el camino será largo.

Sammy se inclina hacia mí, me besa en la frente y me susurra que no podría sobrevivir a la pérdida de otro hijo. Ella me besa y concluyo que soy como su hija. Tessa se sienta muy cerca de mí, acariciando mi cabello. No sé desde cuándo estoy en cama, pero sus ojeras y su suave cabello que ya no es como lo recordaba, me hacen pensar que es desde hace ya tiempo. Hay flores marchitas en los floreros, nuevos… ¿en qué fecha estamos?

El médico se aclara la garganta, se pone enfrente de mi cama. Tiene una tablet donde están escritos cifras y jeroglíficos médicos.

  • Clary, está usted a nuestro cuidado desde hace un mes, yo mismo la he recibido en urgencias hace cuatro semanas. Sufrió una herida abdominal con arma blanca, un traumatismo craneal, una luxación de hombro y una pierna rota en dos. También tenía dos dientes rotos, pero ha quedado atrás, el cirujano dental ya se ha ocupado de ello.

Mi corazón se acelera de nuevo y Tessa quien me toma de la mano, lleva la otra a su rostro para enjugar sus lágrimas.

  • Sus agresores, después de haberla apuñalado la han tundido a golpes y dado por muerta. Su chofer la transportó enseguida al hospital. Estaba usted en coma, perdió mucha sangre. El golpe que ha recibido por la cuchillada pudo haber sido fatal si no hubiese tenido ese grueso disfraz de cuero que amortiguó el golpe. Es el traumatismo craneal el que nos ha preocupado, el golpe fue muy violento y favoreció la gestación de un coágulo de sangre, este comprimía su hueso temporal y usted cayó en coma. Fue operada antier, hemos limpiado la sangre. Hoy sus signos son buenos, la cicatriz de su vientre luce bien y no tendrá secuelas relacionadas. Por el contrario, tendrá que ser más paciente con la pierna, pasará al menos cinco meses con férula y un año de rehabilitación. No vaya a sorprenderse, tuvimos qué raparla para abrir el cráneo de ese lado. Usted es una especie de milagro, agradezca a su ángel guardián.

Demasiada información. Mucha, mucha, demasiada y ahora que creía haber perdido mi voz, me ahogo en lágrimas. Son intensas y sonoras y Tessa me toma entre sus brazos.

El médico anuncia que debo descansar y me administra un somnífero por vía intravenosa. Me relajo y las últimas palabras pronunciadas son un «Te amo» de Tessa.


Cuando abro los ojos de nuevo, tengo mucho menos dolor de cabeza y vientre, paso el tiempo imaginando qué me pasó y sola en mi habitación me pongo a sollozar. Tantos dolores e inquietud por parte de la gente que amo, haber sido literalmente abatida, por las ideas… este mundo es absolutamente una inmundicia. Aclaro mi garganta, emito algunos sonidos, mi voz… reencontré mi voz. Hallo el control remoto que permite enderezar mi cama sobre la mesita de noche blanca. Enjugo mis lágrimas y comienzo a pensar, la noche llega tarde, extiende su cobertura sobre el sol que se dibuja en diferentes formas antes de dormir. Es el verano y yo estoy postrada en la cama. Me han robado un mes de mi vida, un mes de mi preciosa vida con Tessa. Paso la mano sobre mi cráneo, tengo el cabello corto y una parte está totalmente afeitada. Qué extraña sensación, al voltear la cabeza percibo en el reflejo del cristal mi rostro aún tumefacto. Debieron haber golpeado fuerte para que un mes después, aún tenga los estigmas. Observo y toco mi cuerpo como lo haría con un auto antiguo dispuesto para chatarra. Los huesos rotos, nuevos dientes, las cicatrices y todo eso, ¿para qué? El amor. El amor que me condujo a permanecer al lado de Tessa, el amor inédito que tuve por estos seres a quienes considero como mi familia, el amor de la reconciliación, de la esperanza. Comprendo rápidamente que no se detendrá ahí, no puedo ver el terror enmudecer mis sentimientos. Tengo que denunciar a Olivia, tengo que encarar lo que sea para detener a estas personas. Sobre el control remoto, un botón rojo me permite hacer venir a Sonia.

  • Buenos días, ¿cómo está?, ¿me permite?

Sonia revisa mi cicatriz en el vientre y después la del cráneo. Todo parece estar en orden y ella pasa con satisfacción las cifras que parpadean sobre la pantalla del monitor.

  • ¡Vaya si es usted un milagro!

  • También lo creo, podría haber partido, pero mi cuerpo resistió.

  • No sé si sea usted creyente, pero, lo que diríamos en mi familia es que hemos sido reenviados para alguna otra cosa.

  • Tiene sentido. Creo que tengo un combate por librar. ¿Me puede pasar el teléfono? Intento reunirme con esta persona.

Le extiendo un papel y Sonia lo lee con mirada asombrosa. Sin decir una palabra, abandona la pieza. Diez minutos más tarde, el teléfono resonó en mi habitación, Sonia ha hallado a mi interlocutor y me lo pasa.

  • ¿Aló?

  • Soy yo, Clary.

  • Oh, Dios mío, cómo te va, lo supe por las noticias, qué horror… estoy… Dios mío estoy tan…

  • No tuviste nada que ver, Sophie.

  • Me siento pésima, al menos yo…

  • Tienes que hacerme un favor. En verdad eres la última persona en el mundo en quien confiaría, sin embargo eres la única persona que conozco que podrá ayudarme.

  • Por supuesto, yo, oh, demonios Clary, lo lamento realmente. Dime, lo haré para demostrarte que no soy un estúpida.

  • Necesito el número de un inspector que está firmemente contra los H .

  • Te lo busco en este momento.

  • Sé muy discreto en este asunto. Que venga a verme al hospital cuando pueda.

  • Ok.

  • Gracias, Sophie.

  • ¿Eso es todo lo que puedo hacer?

  • Sí, por el momento

Mi segunda llamada telefónica está destinada a Daves. Le encargué que hallara un detective para mí digno de ese nombre. Una vez que todo el mundo se halla, reúno en mi cuarto de hospital, mi cuartel general, a Tessa, mi abogado, el inspector traído por Sophie, Bruno y el detective privado que trabaja en confianza con Daves, Adrien.

Le impedí a Sammy, Mélanie, Sandy, Daniela, Alice, Jean, Luke, Sofian y Meredith que vinieran a verme, tengo que excluir todo eso antes. Con el pretexto de una gran fatiga lo eliminé no sin culpa, estas personas están ahí por mí en este momento, pero tengo una prioridad, detener a Olivia.

  • Buenos días a todos y gracias en verdad por venir.

Me parece ver lástima en los ojos  de mi amor y de aquellos hombres que me descubren un poco dañada.

  • Sé lo que me pasó, sé por qué y sé quién…

  • Mi amor, esto puede ser un poco demás, emocionalmente quiero decir, para hablar de ello.

  • No, Tessa, lo tengo bien pensado y creo que para matar una colmena hay que tener a la reina.

El inspector Bruno Aston interviene.

  • Tomé su expediente cuando Cagean vino a mi encuentro. Tenemos sospechas acerca de Olivia H, debido a que el cuchillo clavado en… el cuchillo que hallamos en el lugar del crimen lleva sus iniciales, grabadas, pero sin huellas digitales y sobre todo su coartada es extremadamente sólida. Y créame, no lo digo para desalentarla, le creo y usted no imagina hasta qué punto deseo capturar a esta terrorista.

  • Discúlpeme inspector, pero ¿no hay manera de probar que el apoyo constante de la comunidad de Olivia H hacia su líder está cerca de ser una secta y se halla entonces, sin valor jurídico? Ella tenía un motivo, había proferido amenazas por correo electrónico e incluso físicamente durante una firma de libros.

Daves sostiene, un ejército de fanáticos no son testigos objetivos, y es fácilmente demostrable a un juez honesto que no son pruebas tangibles. Nuestro expediente acerca de Olivia es contundente…

  • Usted piensa que yo traté de comprender por qué ella misma no había sido entendida. El hecho es que su coartada fue proporcionada por sus emisarios, por supuesto, pero nada que...

  • Pero habría podido pagar a cualquier payaso, los humanos adoran al…

Tessa se calla, comprende que va demasiado lejos y que no soy la única humana en la sala. El inspector pasa y se dirige a mí y a Tessa, hojeando en su expediente a la búsqueda de un documento.

  • Ahí donde la trama se complica es porque alguien atestigua haber visto a Olivia H en el Barrio Rojo, al momento de los hechos.

  • ¿Quién?

  • Rebecca Lamberson.

Tessa se sienta y yo permanezco privada, ¿Por qué dice haberlo visto cuando ella se hallaba a unos treinta kilómetros, en el bosque? No comprendo nada y Tessa tiene la cabeza entre las rodillas. La tensión está a tope.

  • Tengo su declaración bajo los ojos, se las puedo leer.

Hacia las 9 horas de la mañana recibí una llamada de mi suegra, Elisabeth Lamberson, me decía que los H habían sitiado la fábrica en plena noche. Hacían una sesión para congelar la producción. Angustiada por la noticia, llamé inmediatamente a Tessa para prevenirlo y yo misma fui a la fábrica. A las 10:30 estaba delante de la puerta, pedí hablar con el responsable, era Olivia H, la vi más de una vez en la televisión. La recibí en mi oficina para escuchar sus demandas, quería que se trasladara la empresa al Barrio Rojo y deseaba que no hubiera mano de obra humana. Le expliqué mis proyectos de reubicación, hablamos por largo rato y por un cheque y una promesa de abandonar los lugares en los próximos meses, llegamos a un acuerdo. Eran las 11:30 cuando salió de mi oficina.

Estoy afligida por lo que le pasó a Clary, pero estoy bajo juramento y no puedo corroborar las sospechas que se ciernen en torno a Olivia H, quien estaba conmigo a la hora de la agresión.

El detective privado pide una copia del expediente completo, Daves pretende tomar algunas notas pero yo sé que, como yo, ha comprendido y Tessa intenta levantarse y mantenerse digna. Como nadie se atreve a hablar, retomo la palabra.

  • Creo que Rebecca estaba con un doble de Olivia H, o un impostor, qué se yo, pero les garantizo que es ella quien me hizo eso y no tengo duda sobre ello.

  • Nadie pone en cuestión tu versión, Clary.

Me dice Daves.

  • Creo que hay que investigar, buscar, tanto en el Barrio Rojo gracias a usted, Adrien, sino también en la Zona Blanca con usted,

Bruno. Pienso que Sophie es lo suficientemente astuto para infiltrar a los H , me basta hacer el mal para que ellos crean en su adhesión. Acordémoslo para dentro de unos días si ustedes gustan, estoy fatigada y mi pierna me atosiga, es hora de los analgésicos.

Los hombres abandonan la habitación y Tessa y yo nos quedamos en silencio. Como si se despertara de una pesadilla, Tessa se aproxima a la cama, se extiende contra mí en silencio. Está alterado, pero tendrá que entender.

  • ¿Tessa?

  • Ya sé lo que me vas a decir. Pero si lo dices, nada será como antes y habrá repercusiones terribles. Tengo miedo de mí, de mi reacción, no lo digas.

  • Tessa, somos dos y tú no harás nada que pudiera alejarnos.

  • Tienes razón

  • Tessa, creo que Rebecca y Olivier se unieron y ella mandó a matarme.


Qué carga tan pesada para Tessa. ¿Hasta cuándo continuará ella destrozándola? ¿No ha sufrido suficiente con su desaparición? ¿Debe ahora perder también a aquella que la ama y a quien ama? Estoy furiosa y mi reacción es más que rara. Alguien ha querido matarme, dos personas para ser precisos, pero me burlo de Olivia H, está enferma y es peligrosa… Pero Rebecca. No me importa que haya querido dañarme o verme desaparecer, lo que me enloquece de rabia es que una vez más no ha pensado en Tessa. Por qué siempre termina en querer asesinar a fuego lento aquello que amó. ¿Creía que después de mi partida Tessa volvería a su lado para reconfortarse? Dicho esto, cuanto más pienso en ello, más me parece coherente, sí Tessa habría hallado una amiga, un oído comprensivo en la persona de Rebecca. Quizá las luces se hayan apagado, no tengo certeza de ello, por el contrario, sé una cosa, ella nunca la habría hecho feliz. Una mujer capaz de literalmente suprimir a su rival para recuperar a su mujer que ya no la ama…

Tessa aún mantiene la esperanza, busca una explicación lógica. Se dice que tal vez Olivia tiene efectivamente una impostora. Adrien y Bruno intentan por su lado interrogar a cada persona presente para hallar inconsistencias. Todos son unánimes, han visto a Olivia, subió al piso con Lamberson, eran las 10:30. Todos están de acuerdo en el traje que llevaba Olivier. He aquí que las cosas están

borrosas, nadie está de acuerdo sobre la hora de salida e incluso del regreso a la zona H. Olivia a veces en moto, a veces en 4x4. Acompañado de sus generales o solo.

Estas inconsistencias son provechosas y permiten que Bruno reabra la investigación. Pero es muy discreto con sus colegas.

Daves halla un juez dispuesto a revisar las piezas del expediente. Adrien se ha topado con la negativa a cuatro entrevistas con Rebecca quien «No tiene nada qué aportar sobre el tema» y que repite a quien quiera escuchar que no hubo muerte alguna y que deberíamos alegrarnos por ello.

Una noche mientras buscamos un medio con los muchachos de confundir a Rebecca y probar su implicación en la agresión, Adrien propone una idea que nos parece viable. Tessa llamará a Rebecca para decirle que estoy de nuevo en estado de coma. Le dirá que la necesita y ella aprovechará la ocasión. En tanto, Adrien podría recuperar los archivos en el ordenador de Clary y verificar si ella no ha tenido contacto con Olivia desde entonces.

Tal como está previsto, al día siguiente y con la complicidad de todos, Rebecca llega a mi cuarto, a toda máquina. Tessa pidió que nadie entre, incluso un médico (con el pretexto de la «reunión» ) y escucho el grito de susto de Rebecca cuando me ve con los ojos cerrados, con una máscara de oxígeno sobre la cara.

  • Dios mío, mi pobre Tessa.

  • Sí, es terrible, no merecía eso.

  • Es verdad, corazón, pero Clary tenía unas ideas y las amenazas de las semanas pasadas habían disparado el sonido de alarma. Si tan solo hubiera tomado tiempo para hacerse olvidar, no estaría ahí.

Me alegro y siento a Tessa impasible. Desempeña su papel de maravilla pero debo controlarme para que mi ritmo cardíaco permanezca en calma.

  • Tal vez tengas razón. No fue muy prudente.

  • Sí, debes sentirte tan sola.

  • Sí, tengo mucho miedo de perderla, como te perdí.

  • Pero tú no me perdiste. ¡Oh, Tessa! A diferencia de Clary, estaré ahí, en cien años más, contigo.

  • Desapareciste.

  • No lo haré más.

  • Estoy con Clary.

  • Clary está por partir, no sobrevivirá a heridas tan graves, un

cuchillo en el vientre, ¿lo entiendes?

  • Rebecca… ¿Cómo sabes que recibió una puñalada en el vientre?

  • Oh. Lo escuché… en las noticias yo creo.

  • Ellos no tuvieron esta información, el médico firmó un acuerdo para no revelar nada a la prensa.

  • Entonces ha sido Sammy, no lo sé.

  • No, no es posible. Sammy me dijo que la última vez que te había visto fue en el baby shower de San.

  • No sé, Tessa donde lo supe, por qué ese tono sospechoso.

Gabriel recibe un mensaje de texto. No veo la escena, pero escucho. Percibo un silencio pesado. Escucho a Rebecca pasar saliva, escucho a Gabriel quien piensa.

  • ¿Por qué me has hecho venir aquí, Tess?

  • Para saber si era cierto.

  • ¿Qué es «cierto» , qué hice ahora?

  • Quería saber si eras capaz de mentirme.

  • ¿Pero qué es este proceso en mi contra, Tessa?

  • ¿Cómo supiste de la herida?

  • ¡Pero no sé más!

Su voz es aguda, enervada.

  • Bueno, si así son las cosas, déjame ir Tessa, prefiero regresar.

  • Ah, no, no vas a regresar, Rebecca. No antes de esta conversación. ¿Por qué nos hiciste eso? ¿Por qué te fuiste?

  • Porque nunca estuve ahí.

El tono de Rebecca cambió. Baja la guardia, la escucho sentarse.

  • Pudiste haber evitado los dramas diciendo simplemente «me voy.»

  • No querías escuchar nada de mi desgracia y cuando la conocí, en resumen, ella y yo hablamos y acordamos que era lo mejor.

  • Lo peor dirás. ¿¡Por qué regresaste!?

  • Por ella.

  • ¿Por celos?

  • No, para protegerte, a ti, a la familia, la sociedad a la que pusiste en riesgo por una perdida.

  • Rebecca, ¿qué le hiciste a Clary?

Ella se calla. Intento entreabrir los ojos, pero tengo mucho miedo de que ella se cierre como ostra si sabe que estoy despierta.

  • Rebecca por una vez en tu vida, dime qué es lo que pasó. Te voy a apoyar si me honras una sola vez, sin mentirme. Hazlo por mí, por nosotras.

  • Yo… Estaba este Olivia H, Clary le hablaba a Sandy y yo me decía que debía ser sobre la tierra la persona que detestaba a Clary mucho más que yo. Entonces le envié un email. Nos vimos, aceptó mi idea por la parte logística, saber cuándo Clary estaba sola, etc. Y me dio la posibilidad de trasladar la fábrica sin que tuvieras la impresión que era cosa mía. Clary habría muerto antes de lo esperado, habría ocurrido antes o después, nos habríamos trasladado para seguir la nueva ubicación de LüX y habríamos recomenzado desde cero. Tú con una mujer, de nuestra clase y yo con...

Tocan a la puerta y Bruno Anton se presenta, muestra su tarjeta a Rebecca y le lee sus derechos. En shock, Rebecca grita, pero Tessa le muestra el micrófono en la esquina de la habitación.

  • ¡Decir que fuiste tú quien me enseñó a cubrirme!

Abro los ojos, me levanto para sentarme y plantar mis ojos en los de mi enemiga. Ya no estoy enfadada, siento pena por ella y antes de que abandone la habitación, la miro y le digo:

  • Te juro, Rebecca, que cuidaré de ella y seremos felices .

  • Sí, y después lo abandonarás a los 80 años y ella estará solo de nuevo.

Tessa no tiene una sola mirada para Rebecca. Ella le pide que la escuche y su «Apártate» hace crujir los vidrios. Daves llega con el ordenador de Rebecca.

  • Bien, hay todo lo que nos falta y más para ustedes, para LüX.

  • ¿Cómo es eso?

  • Le advierto, Tessa, tendrá que tener valor. Va a poder retomar su sociedad y nosotros podremos anular el contrato con Elisabeth.

  • ¿Pero cómo, qué es lo que esta historia cambia? Todas las participaciones de Rebecca regresan a Elisabeth ¿no?

  • Sí, pero hay un detalle. Y usted caerá de lo alto.

Envuelvo a Tessa en mis brazos. Esperando las palabras de Daves que toma un momento para retomar su frase. Nos sentimos terriblemente incómodas.

  • El contrato entre Rebecca y Elisabeth caducó.

  • Porque…

  • Porque son amantes.

Dejo escapar un «oh» de sorpresa y Tessa se echa a reír. Una risa auténtica, franca, sonora. Pienso que ha perdido la cabeza y Dimitri le acerca un vaso con agua.

  • Pero si soy idiota, pero sí, desde el principio, porqué nunca me atreví a admitirlo en voz alta. Rebecca, Elisabeth, la pareja perfecta. Unida para robarme, unida para hacerme sufrir.

  • ¿Clary?

Bruno se torna hacia mí.

  • Rebecca está con mis colegas, va a ser interrogada. Adrien me dijo que hay muchos elementos a cargo en su ordenador. Pero la mayor ventaja es su confesión. Una orden fue firmada para buscar la residencia de Olivia H pero no está localizable. Necesitaré su apoyo los próximos días.

  • Gracias por todo, Bruno, estuvo impecable.

  • Una última cosa, sus amigos las esperan en el recibidor, están muy felices.

Observo a Tessa para interrogarle. Me besa y me dice que ahora su vida se concentrará en mí, Sammy y nuestros amigos. Sandy entra, con el vientre rosa hinchado, Mélanie empuja a la mitad y se lanza sobre mi cama. Me duele y Sammy les pide que se calmen. Ella me lleva un cruasán casero. Lo devoro mientras que San me muestra pelucas y Mélanie me anuncia su compromiso con Alice, Dani y Tessa nos contemplan divertidas. Me sumerjo en los ojos verdes de Tessa y sé que seremos las más felices del mundo.

Una enfermera nos advierte que las horas de visita ya han pasado y que es tiempo de que mi alegre tropa se devuelva a sus vidas. Tessa, de cara a la ventana, mira el sol ocultarse. Su silueta se recorta sobre el fondo carmín, parpadeo, tengo ganas de guardar esta imagen suya toda mi vida. Una sombra rodeada de luz, cerca de mí y a veces tan lejos.

Mi amante se vuelve y me mira como si me conociera por primera vez.

  • Eres la cosa más bella que exista, Clary.

  • Yo pienso lo mismo de ti, al instante-

  • Tengo ganas de hacerte feliz.

  • Lo soy.

  • ¿Qué puedo hacer para estar seguro que lo serás toda la vida?

Hundo mis ojos en los suyos. Respiro profundamente, mi decisión está tomada y no voy a dar marcha atrás. Es el único obstáculo para mi felicidad y no tengo miedo de dar el paso. Sujeto la mano de Tessa, me acerco a ella y la beso. Me acurruco en su cuello y pronuncio las palabras que cambiarán mi vida:

-Muérdeme…

Sienna Lloyd

Gracias a todos por los comentarios recibidos. Espero que la historia les haya gustado tanto como me gusto a mí.