Biografía sexual (8)

En este relato les contaré una de las perversiones más zafadas de todas mis experiencias sexuales en mi vida hasta ahora; espero no defraudarlos. Con Fotos.

Biografía sexual (Octava Parte)

Hola amigos y amigas de todos relatos, ¿como están?; antes que nada les agradezco todos los comentarios que me han dejado en los sucesivos relatos que he publicado, en serio, gracias sinceramente.

En este relato les contaré una de las perversiones más zafadas de todas mis experiencias sexuales en mi vida hasta ahora; espero no defraudarlos.

Una tarde de noviembre estaba en mi trabajo esperando que se haga la hora de salida; recuerdo que era un lindo día de primavera - más o menos 29 grados, seguramente la sensación térmica sería mayor -. En ese momento suena mi celular, era mi hermana Daniela que me preguntaba a que hora iría a mi departamento; le contesté que alrededor de las 20 hs, ya que a la salida del trabajo iría a visitar a nuestros padres a su domicilio. Le pregunté por qué necesitaba saber eso, ella me contestó que quería irse a bañarse allí, yo por supuesto le contesté que no había problema y nos despedimos, pero me extrañó que Daniela me pidiera permiso, ya que ella tenía un juego de llaves de mi Dpto., donde entraba y salía como si viviera allí.

Una vez terminada mi jornada laboral, alrededor de las 16 horas, me dirigí a la vivienda de mis padres como había planificado. Antes llamé por teléfono, pero no me contestó nadie, entonces pensé que mi madre había salido a comprar algo a la tienda del barrio, por eso decidí ir sin avisar.

Recuerdo que ese día llevaba una minifalda color gris y una remerita color blanco muy apretado, que se me marcaban bastante mis pechos con el corpiño de encaje que llevaba. Antes de salir recogí parte de mi pelo mediante una goma, formando una coleta bastante llamativa; aún con este vestuario tan veraniego, estaba sudando a mares.

Al llegar a la casa de mis padres - ellos viven en un barrio alejado del centro de la ciudad - no me extrañó que no hubiera nadie, ya que mi padre trabaja hasta tarde, mis dos hermanos también, y Daniela estaba en mi dpto, pero lo que sí me llamó la atención es que mi madre no estaba en la cocina (yo entré por la puerta que da a la cocina), porque como buena ama de casa ese es su lugar preferido para estar - entre nosotros, ella es pésima cocinera -, pero en fin, creí que todavía no había vuelto de la tienda.

Desde la cocina escuché un ruido en el living, por eso me acerqué sigilosamente hasta allí, asomé la cabeza y vi a mi madre sentada frente al monitor de la PC, con las piernas abiertas en par, con un vestido de esos que son como una camiseta muy larga, que hace de falda. Al verla de lejos no le dije nada y me acerqué un poco más asegurándome de que fuera imposible que ella me viera, tanto directamente como a través del reflejo del monitor… y ¡qué sorpresa me llevé!...

La pantalla mostraba a una rubia con 2 tipos, la mujer de rodillas, comiéndoles las pijas alternadamente, y en ocasiones con las 2 trancas dentro de su boca, pero lo que me dejó confusa fue el resto: mi madre estaba con los ojos como platos, y con el dedo corazón de ambas manos acariciaba sus pezones (marcadísimos) por encima de la tela del vestido, evidentemente no traía corpiño.

Cada tanto los agarraba y estiraba con fuerza, hinchándolos más todavía, realizando lentos movimientos circulares, rodeando los pezones, luego mojaba sus labios con la lengua y su respiración era cada vez más audible. No me agradaba en absoluto la idea de espiar a mi madre -¡qué horror, por dios! - ¿¿¿cómo mi madre, a su edad, se estaba masturbando con esa fotos pornográficas??? pensé, aunque la situación se estaba poniendo mucho más caliente aún.

En ese momento me sentí confundida; no podía excitarme al ver a mi madre tocarse, porque yo no era lesbiana y además era mi madre, pero allí se me vinieron a la mente aquellos momentos en que había disfrutado tanto con mi amiga Silvia, en aquella noche lésbica (ver 6 Relato). Volví a mirar y contemplé a mamá con las piernas muy abiertas, y con la mano derecha masajeando frenéticamente la zona de su vagina, mientras que con la izquierda apretaba sus pezones. Allí me di cuenta que mis flujos resbalaban por mi pierna abundantemente, acaricié mi vagina y descubrí que estaba encharcada, no pude contenerme y llevé mi mano a la boca para saborear mis caldos, pero volví a la realidad y despacito regresé a la cocina. Luego me fui a mi departamento muy turbada, realmente no podía creer lo de mi madre, y más aun que mi concha se hubiera humedecido por ver tal escena, por eso decidí marcharme haciendo de cuenta que nunca hubiese visto algo.

Al llegar a mi dpto entré como si nada, inmediatamente al entrar escuché música en mi dormitorio, y recordé que mi hermana seguramente se estaría bañando, por eso me dirigí hacia mi habitación, ya que para pasar al baño inevitablemente debo circular por allí, pero me detuve al escuchar dos voces, una de mujer y otra de hombre, evidentemente eran mi hermana Daniela y su novio Roberto. Por eso me asomé por la puerta entreabierta y… ¡¡otra sorpresa!!, encontré a Daniela arriba de Roberto en mi cama, ella lo besaba profundamente, a lo que Roberto respondía apretándole su culo fuertemente con sus manos; les cuento que Daniela tenía puesto una camisa blanca y abajo estaba solamente con una bombacha tipo vedetina que Roberto con las manos se la metía por el culo.

Luego, mi hermana se bajó a pedido de su novio, le sacó los pantalones y observó el gran paquete que le marcaba el boxer; entonces se los quitó. Al ver eso me quedé alucinada observando el gran aparato que tenía entre las manos Daniela, que debía medir más de 21 cm y tenía un grosor impresionante; además venía acompañado por dos grandes huevos. Mi hermana se la empezó a chupar como poseída, de forma alocada, bajando a veces a comerle los huevos con gran esmero; en esos momentos Roberto se agarraba la pija y la golpeaba en la cara de mi hermana mientras le decía que era una zorra y que iba a gozar mucho, a lo que Daniela le contestaba con una sonrisa. Tras 10 minutos de mamada, Roberto la agarró del pelo y la levantó tirándola en la cama y abalanzándose sobre ella, rompiéndole la camisa y sacando a relucir sus enormes tetas a través del corpiño de encaje que llevaba puesto; allí el cabrón empezó a morderle los pezones, lo que hizo a mi hermana quitarse la bombacha y meterse dos dedos en la concha; ahora si entendía por que mi hermana me había llamado con anterioridad, era para saber a que hora llegaba a mi dpto para poder echarse un polvo con su novio.

Luego Roberto bajó hacia su preciosa concha, con muchos pelos que la hacían muy excitante; el clítoris todo húmedo de la excitación e hinchado por el placer, lo empezó a chupar como si fuera un helado provocando a mi hermana unos altísimos gemidos de placer. Después Daniela se puso a cuatro patas exhibiendo bien su papo para que Roberto se lo dejara bien abierto, la agarro por detrás y fue introduciendo su gran miembro por la concha hasta que llego a los huevos, entonces mi hermana dio un inmenso grito de dolor y Roberto le dio un azote fuerte en el culo y le dijo:

Cállate putita, o te reviento ese hermoso culo que tenés virgen.

No, ¿que decís Roberto¿

Siii, me encanta tu culo, igual que el culo de la puta de tu hermana.

¿Estás loco?

Siiiiiiiiii, loco de caliente. Cuando Valeria se pone esos pantalones transparentes con esa tanguita perdida por el culo, parece una verdadera puta.

¡No digas eso de la Vale!

Jajaja, es una tremenda puta tu hermana.

Al escuchar esos dichos, no podía creer lo que mi cuñado decía de mí, pero debo reconocer que me excitaba sobremanera que se dirigiera en esa forma hacia mi persona.

Yo seguía entre ver lo que esa enorme pija hacía, y escuchar todo lo que decía mi cuñado; me encontraba parada, súper excitada por la situación, por lo morboso del momento, admitiendo que me gustaba cada vez más ser admirada y deseada, me gustó oír que se me refería a mí como putita, sentí que era un altísimo grado de cachondez, lo dijo queriendo decir que era muy hembra y eso me gustó.

A partir de ahí Daniela hizo muchos esfuerzos por no gritar, pero Roberto se echó sobre ella y le pellizcó los pezones; mi hermana ya no pudo contener la excitación y empezó a gemir como una zorra. Entonces Roberto sacó la pija del papo y se puso a meterle un dedo en el culo para ir preparándola. De repente, y por sorpresa, se la introdujo violentamente, de un solo golpe en el culo, a lo que mi hermana contestó con un grito de dolor, y comenzaron a caerle lágrimas.

Noooooo, me duele mucho. Y Roberto se lo sacó.

Dale, bebe, no jodas, le contestó él.

¡No quiero y basta!

Entonces, al escuchar su negativa, Roberto se le metió por la concha hasta que le inundó de leche todo el interior, luego le puso la pija en su la boca para que se la limpiara, mientras de la concha de mi hermana salía un montón de leche, como una catarata.

Yo, al ver eso, ya no podía más, estaba hirviendo, muy caliente, lo juro, no podía más, necesitaba masturbarme, pero traté de volver a la realidad, entonces bajé a la calle para despejarme y además para no despertar sospechas; luego de cerciorarme que mi hermana y su novio se marcharon, decidí volver a entrar.

Una vez en mi dpto, créanme que esa tarde-noche esta hirviendo de calentura, decidí darme un baño para calmar mi temperatura, me desnudé y me metí en la ducha. Realmente estaba muy caliente, así que decidí masturbarme furiosamente, comencé a estirar mis pezones hasta hacerlos enrojecer, mientras orientaba el chorro de la ducha hacia mi clítoris. Luego agaché el cuello e introduje uno de mis pezones en la boca, y la mano liberada bajé hacia mi culo - cuando estoy cachonda me gusta acariciarme el ano, eso ya lo saben - y muy pocas veces había estado como entonces. Después mojé con el abundante flujo de mi vagina toda la mano e introduje el dedo índice en mi culo, esa sensación de estar totalmente atendida me pone a mil. Los pezones acariciados por mis labios, lengua y la mano izquierda, el clítoris atendido por un fuerte chorro de agua caliente y el ano penetrado por uno o más dedos de mi mano derecha. Luego, introduje dos dedos más en mi culo, hasta notar el esfínter totalmente tenso. Continué en esta posición durante unos minutos, después salí de la bañera, totalmente fuera de mis casillas, alocada por la excitación, agarré un cepillo para el pelo e introduje su mango redondeado en mi culo, en mi concha alojé mi cepillo de dientes eléctrico (me lo había regalado mi tío que vive en los EE UU), y puse 2 pinzas para el pelo en mis pezones. Luego puse en marcha el cepillo y acomodé las pinzas para aumentar la presión en mis tetas, apretando los pezones muy cerca de la pequeña bisagra de las pinzas. Agarré los dos cepillos con ambas manos y me situé en postura agachada, en cuclillas, con los 2 pies en el suelo.

Comencé a mover los cepillos frenéticamente, doblando las rodillas para que el movimiento del cuerpo provocara un bamboleo de mis tetas y estirara las pinzas de los pezones. Al cabo de unos minutos me corrí a lo bestia, como nunca, una descarga tremenda me hizo caer al suelo, mientras mi cuerpo se tensaba y destensaba al máximo. Tirada disfruté del maravilloso orgasmo que me acababa de proporcionar, luego quité las pinzas de mis pezones doloridos, proseguí sacando el cepillo de dientes de mi empapado papo y dulcemente lo llevé a mi boca, para saborear mi néctar, mientras movía circularmente el cepillo insertado en mi culo (con el esfínter apretadísimo, tanto que no habría podido sacar el objeto sin sentir dolor). Estaba tan ardiente que después de recoger todos los bártulos, volví a meterme en la ducha para refrescarme, pero justo en ese momento sonó mi celular, era mi novio que recién salía de trabajar, y me invitó a su dpto a cenar.

Al llegar al dpto de mi novio estaba por demás inquieta, y para colmo mi novio no llegaba, me había dicho que estaba retrasado, sólo escuchaba el incesante tic-tac del reloj. Me sentía sola, excitada, deseosa de estar con un hombre, más aún después de presenciar los episodios de masturbación de mi madre y la cogida a mi hermana, por eso para matar el tiempo me senté frente a la computadora de Hernán, pero antes me descambié y me puse un conjuntito de lencería erótica negra para esperar a Hernán en pie de guerra, ese conjunto lo dejo siempre en el dpto de mi novio ya que le encanta que me lo ponga antes de hacer el amor.

Luego me conecté a Internet y entré a la carpeta de favoritos de mi novio, ¡¡y que vi!!... tenía guardadas muchas páginas de sexo, incluso de travestís con muy lindas tetas y grandes penes, me excité al ver semejante espectáculo, luego me dirigí a la carpeta de sus documentos, donde decía películas pornos, y empecé a ver algunas películas por demás asquerosas, pero una me llamo a la atención: Propuesta Obscena, de la famosa actriz porno italiana Milli D'Abbraccio, en el cual en una parte de la película esta actriz orina sobre el cuerpo de otra mujer, luego siguió con otra escena mucho mas fuerte que por pudor no describiré, sepan disculpar.

No se que me paso, pero al ver esas escenas tan fuertes y sucia, mis manos se pegaron a mis senos, estrujándolos, las bajé suavemente tocando cada parte de mi cuerpo, hasta llegar a mi sexo, abrí los labios, acaricie mi clítoris, mi pequeño botoncito necesitaba ser tocado, acariciado, mamado, sentirme una mujer de verdad, me sentía toda húmeda por la excitación, estaba preparada para la penetración más profunda. Pero por ahora me encontraba sola, no veía la hora que llegara Hernán, hasta ese momento nadie podía consolarme. Abrí mis nalgas y acaricié mi anito, ¡¡qué delicia, qué sabroso!! Pero necesitaba una pija para llegar al más grande orgasmo, pero justo en ese momento escucho la puerta del dpto abrirse. Corriendo me fui al baño, ya que no quería que Hernán me viera en esa situación, de paso aprovecharía para orinar que me moría de ganas. Él me llamó, me preguntó dónde estaba, y yo le contesté desde el baño, a lo que él me dijo.

Bebe, apúrate, tengo ganas de orinar, no aguanto más.

Para bebe, estoy yo, espera que ya salgo.

¡¡¡No aguanto más Vale!!!, daleeeeeee.

Pasa si es urgente, le respondí.

Entonces él entro apurado y me vio sentada en el inodoro con ese juego de lencería.

Vale, estás haciendo vos… es que… como me dijiste que pase, dijo disculpándose, pero sin salir del baño.

No hay drama amor, ¿estás con ganas de hacer pis?

Sí, mucho, pero ¿qué haces vestida así?

Te estaba esperando

Putita, querés guerra

Siempre… si querés te ayudo a orinar.

Hernán se quedó mudo por tal invitación; entonces, y no sé en qué estaba pensado, lo agarré con mis manos de la cintura, lo traje hacia mí y le desabroché el cinturón. En ese momento dejé de orinar, entonces le bajé la bragueta, y luego los pantalones hasta las rodillas, tenía unos slips blancos, que se los bajé de un tirón, dejando a la vista su pija que le colgaba entre las piernas.

¿Tenés ganas de mear bebe? hacelo, dale

¿Estás loca, Vale?

Sé que te calienta eso, por las películas que bajas por Internet.

Sos una puta, me ves mis películas.

Sí, sobre todo las más sucias

Entonces separé mis piernas y hacia allí apunté el chorro de pis que dejó salir cuando yo le indiqué que así lo hiciera, Hernán orinaba como un caballo, y yo fui corriendo su pene de manera de apuntar su tremendo chorro hasta que rozara mi concha. Era fantástico, sentía su pis caliente mojando mi vagina empapada. Cuando dejó de mear, en vez de sacudírsela, me la metí en la boca, saboreando las últimas gotas del líquido, provocándole una erección. Se lo pare brutalmente, era un mástil, y se la chupé con gran habilidad - mi experiencia es amplia en estas lides, como sabrán - mientras yo me masturbaba con mi mano libre. Al cabo de unos pocos minutos acabamos los dos juntos, yo por obra de mis propios dedos que frotaban con suavidad mi concha impregnada en su orín, y él me llenó la boca con su semen, que tragué gustosa.

Luego, nos quedamos pensativos sin dar crédito lo que habíamos hecho

Seguirá la próxima

Besos. Valeria