Biografía FEMDOM

En tiempos de confinamiento se recuerdan los hechos pasados con nostalgia

Biografía FEMDOM

Primera Parte 1

Desde hace tiempo me viene rondando la idea de escribir una serie de relatos sobre una fase de mi vida de la que guardo muy buenos recuerdos y que ha alimentado muchas fantasías posteriores que escribiré más adelante. Ahora que estamos confinados y tenemos tiempo de echar la mirada atrás hace que venga bien una revisión a lo que ha sido una parte de nuestra vida que para bien o mal nos ha hecho tal y como somos.

De momento será una pequeña autobiografía de una época que no puedo más que recordar con pasión y darme cuenta que hay que ser más atrevidos de lo que somos en la vida siguiendo nuestros instintos. Espero encontrar una mujer a la que le guste todo esto como de la que voy a hablar en estos relatos y que quiera explorar límites como los que a continuación os mostraré, para mí fue bastante fuerte y atrevido, quizás para algunos lectores será algo digamos trivial o cuando menos raro. Si alguna quiere ponerse en contacto conmigo lo puede hacer en los comentarios o en mi correo, siempre uno está dispuesto a aceptar nuevos retos y progresar.

Obviamente he cambiado nombres, lugares y algunas cosas que si bien no afectan al núcleo de la historia si permiten al menos guardar la privacidad de las personas.

Sin más preámbulos comienzo con la historia. Me llamo José, actualmente tengo 50 años y estoy separado. Soy heterosexual, hago este inciso para que quede claro que dentro de una persona puede haber aficiones digámoslo así un poco raras pero que solo expresan anhelos y fantasías pero que no marcan tendencias sexuales y no por ser diferentes de lo comúnmente normal deben ser calificadas como prácticas homosexuales. Como medio mundo me encuentro confinado y un poco desesperado con la situación así que espero que esta historia aplaque un poco mi nostalgia y haga pasar un buen momento a otros.

Desde adolescente siempre me llamo la atención la ropa femenina, me gustaba su suavidad y el sentimiento que producía en mí el riesgo de que me pillasen oliéndola, robándola o probándomela. Soy el mediano de las 3 hermanas y mis padres estaban separados por lo que habitualmente estaba siempre rodeado de mujeres.

Para mi edad recibí una educación muy basada en la igualdad y el feminismo en la que todas hacíamos las tareas de la casa fueran las que fueran por lo que la mayoría de las veces hablo en femenino refiriéndome a mi familia. A veces pienso que puede que estas fantasías e inclinaciones vengan de esta época. La semana que me tocaba colada era la mejor, buscaba siempre el momento en el que estaba solo en casa para ponerme la ropa de mi hermana mayor antes de lavarla lo que hacía prácticamente imposible que me pillasen. Siempre era la ropa sucia por lo que nunca estaba revuelta la ropa ni se podía apreciar nada que me delatase. Alguna vez estuvieron a punto y quizás lo sospechaban pero nunca me pillaron.

Una vez os he explicado los antecedentes que creía importantes paso a relataros los acontecimientos que nos conciernen.

La conocí en la universidad, ella estudiaba informática y yo económicas. Era 1 año mayor que yo y muy buena estudiante. En estos relatos siempre debe ser una mujer super guapa, pues bien en este relato no es así, Adriana, que así se llamaba, era una chica normal y corriente, un poco gordita y eso si bastante alta para la media de las mujeres ya que casi medía 1,80 por lo que comparado con mi 1,70 era bastante diferencia cuando ella se ponía tacones.

Tuvimos un noviazgo normal, y nos casamos en cuanto ella acabó la carrera, yo no la acabé, no he sido nunca buen estudiante por lo que me dedique a la construcción, raro para alguien que estudiaba económicas, pero la verdad es que se ganaba mucho dinero y no había que estudiar, solo trabajar mucho.

Durante un tiempo nos fue muy bien, yo ganaba bastante dinero como albañil  y ella trabajaba muchas horas haciendo méritos y ascendiendo en una multinacional hasta que llego la crisis financiera que hizo que su carrera fuera meteórica hacia arriba mientras la mía fue en picado, así que decidimos que como ella era quien tenía trabajo y además debía dedicarle muchas horas para pagar el tren de vida que teníamos yo me haría cargo de la casa y demás para que así ella se centrara. Eso a mí la verdad es que por mi educación y por cómo había sido mi adolescencia no me importaba, dedicarme a las tareas de casa para mí era algo natural aunque a cierta gente de nuestro entorno no lo entendiera del todo, una amiga llego a decirme durante una cena en casa que era muy buena ama de casa pero que por qué no contratábamos a alguien para hacer esas tareas. A lo que yo respondí que más adelante era posible que lo hiciésemos pero que en ese momento había que fomentar la carrera más que prometedora de mi mujer y que la mía ya empezaría de nuevo más adelante ya que la situación económica estaba bastante mal y era necesario.

Como seguro habréis pensado poco a poco las cosas fueron progresando y mientras Adriana era ya jefa de un departamento de 100 personas y reportaba directamente al director general  yo seguía haciendo las tareas de la casa, la comida, la ropa, etc... Aunque no lo quisiese reconocer había tirado la toalla y me conformé con la situación. Tanto era así que estaba un poco deprimido y para animarme o quizás como acto reflejo empecé a probarme su ropa usada y toda la ropa que me gustase, alguna vez compré alguna ropa por internet. La verdad podía hacerlo cuando quisiese ya que ella trabajaba bastantes horas y tenía tiempo para casi todo lo que que me apetecía, a veces me tiraba la mañana vestida de mujer o salía hacer la compra con la ropa interior que había llevado mi mujer el día de antes, me hacía sentir muy cerca de ella y que no estuviese tan distante, probablemente la echaba de menos.

Aún no hemos hablado del sexo, la verdad es que como sucede en los matrimonios con el tiempo la pasión se apaga. EL trabajo, el hastío, etc. hacen que a veces sea más una obligación o una costumbre que algo que de verdad te apetezca. Mientras duró la pasión era una pasada pero en ese momento estaba todo un poco más frío, aunque la relación la verdad es que iba muy bien, los dos habíamos asumido nuestro rol en el matrimonio, ella era el hombre y yo la mujer por más que no me hubiese dado cuenta fuera de nosotros alguien se había dado cuenta de ello, imagináis quién, nuestra amiga de antes en una de las cenas habituales de los viernes en casa nos lo soltó:

“si no os conociese diría que tú eres la chica Jose y Adriana el chico jajá”

Mi mujer y yo nos miramos a los ojos y aunque nos reímos a carcajada creo que algo cambio en la cabeza de mi mujer ese día.

Teníamos la costumbre de ver una peli porno de vez en cuando para animarnos, no la elegíamos ni nada, poníamos la tele por cable y la que echaban ese día. Coincidió que era el día 8 de marzo, día internacional de la mujer, así que pusieron una película porno dirigida por una mujer en la cual el porno era diferente, la mujer llevaba la voz cantante y hacia el amor siendo ella la protagonista, el hombre era accesorio, los tríos eran de dos hombres y una mujer así como siempre ella estaba encima y no había ninguna de las habituales escenas que tenemos todos en mente con el porno habitual. La verdad es que estaba empalmadisimo y fue una noche increíble, casi como al principio, mi mujer había tomado la iniciativa y eso nos gustaba a los dos, cada vez los roles estaban más marcados.

A partir de ese día empecé a visitar asiduamente internet y rápidamente descubrí y a interesarme por el femdom algo que yo no conocía pero que ejerció una fuerte atracción en mí. Las mañanas siempre eran iguales, hacia la casa deprisa para tener tiempo de investigar sobre femdom, ver videos y vestirme de mujer, la verdad estaba algo obsesionado.

El cambio que os comenté que me había parecido ver en mi mujer empezó a ser palpable, empezó a controlarme el dinero, dejo de animarme a que estudiase o saliera y en cambio me animaba a que estuviese en casa y alababa mis dotes de ama de casa, me trataba como trataría un hombre de los años 60 a su mujer, un poco “machista” algo que a mí curiosamente me gustaba y halagaba, presumía de mi cuando venían amigos a casa, cosa que cada vez era más raro.

Así estuvimos un año. La verdad es que de no salir había engordado un poco, los pantalones no me cabían de cadera y las camisas las tenía que llevar más holgadas, la verdad me gustaba más como me quedaba la ropa femenina, al haber engordado los pechos casi llenaban el sujetador y la cadera destacaba con los tangas.

Era febrero y teníamos que elegir disfraz para carnaval, ese año evidentemente Adriana fue quien eligió. A mí me toco de mujer, intenté que no se notara que me gustaba y protesté un poco pero ella dijo que seguro que estaría muy bien y que ella me ayudaría a vestirme. Ella se disfrazaría de maga.

Llegó el día de carnaval y sobre las 5 de la tarde empezamos a disfrazarnos, ella había alquilado un disfraz y una careta por lo que decidió ayudarme a mí antes a disfrazarme.

- Bien Jose, si te vas a disfrazar de chica debes depilarte.

-¿Depilarme?

-Para que te quede bien la ropa y des el pego tienes que ir depilado, no querrás llevar medias y tanga y estar llena de pelos. Así que venga, a la bañera, desnúdate y ponte un gorro de baño. Voy a poner en el agua un líquido que te dejara sin un pelo en cuerpo así que ten cuidado que no te toque el pelo de la cabeza que te lo depila.

-Vale vale, tú mandas jajá

-Si jajá. Estate 10 minutos por lo menos mientras preparo la ropa que te vas a poner.

Me metí en el agua y cuando llevaba 15 minutos entro en el baño y me dijo:

-Sal del agua y dúchate para eliminar el pelo que haya quedado y el líquido. Cuando te seque aféitate todo lo apurado que puedas y pásate la maquina corta pelo por la cabeza al 20 para que la peluca te quede bien y no abultada-

-Pero…

-Ni pero ni nada, si quieres que te quede bien hazme caso. Sabes que tengo razón así que ni rechistar.  El pelo al 20 te quedará bien cuando te quites la peluca.

-Si Si no te preocupes Amor

-Así me gusta, venga que vamos justos de tiempo.

¿Justos? Pensé yo. SI son las 5:30 y la fiesta es a las 10 de la noche. Me pase la maquinilla y deje el pelo cortito pero no demasiado, me afeité súper bien.

-No te eches colonia ni aftershave ehh!

-De acuerdo amor

-Avísame cuando acabes

-Ya he acabado

-Ven a la habitación.

Fui a la habitación desnudo, sin un solo pelo en el cuerpo. Me había secado súper rápido, sin pelo la toalla te seca rápido y es una sensación muy buena, si lo llego a saber me habría depilado antes. Cuando entré vi la ropa encima de la cama, estaba emocionada pero no quería que ella se diese cuenta, se me puso la carne de gallina y me empalmé, antes de que me viese así me di media vuelta y entre de nuevo en el baño.

-¿Qué haces? Ven aquí que tenemos que empezar.

-Espera un momento voy a hacer pis antes de que me vistas por si tardamos mucho

-Ok ok. No tardes

Uff me pajee lo más rápido posible, era lo mejor para bajar la erección que más rápido se me ocurrió. La verdad que con 5 o 6 toques me fui rápidamente, estaba súper excitado. Me iba a ver todo el mundo vestido de mujer, mi esposa la primera y tenía excusa para hacerlo. Pero si me veía excitado no sabría cómo explicarlo. Me limpié bien para que no se notara aunque se me había quedado morcillona y un poco roja de sacudirla, espero que no se diera cuenta. Volví a la habitación y ella me estaba esperando.

-Bueno vamos a empezar, anda por la habitación como si fueses una mujer.

-¿así? ¿Desnudo?

-No, desnuda, habla con propiedad. Venga no me hagas enfadar y empieza.

Empecé a pasear por la habitación lo mejor que pude.

-No no, pareces un mariquita no una mujer, mira, hazlo así.

Estuvimos practicando 10 minutos, cuando pareció más o menos convencida fue al armario y me dio unos zapatos de tacón no muy alto suyos.

-Son de tu número, póntelos

-Pero…

-Tienes que aprender a andar y es básico que sean de mujer y con tacón. Venga, vamos

Me los puse y empecé a andar. Pesé que sería más difícil la verdad, pero enseguida me hice a ellos y andaba con bastante soltura.

-Bien, quítatelos que ya parece que le has cogido el tranquillo. Luego cuando estés vestida del todo volverás a practicar más. Ahora ponte esto.

Me tiro una pequeña caja

-¿Qué es?

-Un dispositivo para que no se te note el pene. ¿Qué quieres que se te vea el aparato? Jaja

Ok

Lo vi y era un aparatito raro.

-Ven, te lo pondré. Ponte de pie y abre las piernas

Ella se arrodillo y me paso el aparatito por el pene, era como una funda y ató las correas a la cintura dejó colgando la correa central y se puso por detrás.

Bien ahora abre las piernas y agáchate un poco

Tiro desde atrás de la cinta y milagrosamente el pene se metió con los huevos entre las piernas ocultándolo por completo y ella cerro las cinchas atrás.

Vale ahora antes de cerrarlo vamos a ajustarlo. Pasea por la habitación y dime qué tal.

Bien, es cómodo. Lo único ¿Cómo voy a hacer pis así?

Ahora te cuento, ven aquí.

Se volvió a poner detrás y tiro de las correas un poco y oí como se cerró el pequeño candado que llevaba.

Bien ve al baño y prueba a ver como haces pis

-¿Cómo voy a  hacerlo?

- Piensa como una mujer querida, ¿cómo lo hacemos las mujeres?

-Ahh ¿sentado?

- Sí, sentada. Venga que te vea

Me dirigí al baño y la verdad es que el dispositivo permitía hacer pis perfectamente siempre que fuese sentado.

-Vamos, te voy a pintar las uñas así que estate quietecita.

Me pinto las uñas de color rojo

-Bien, venga, vamos a ponerte la demás de ropa

Empezamos por la ropa interior, lo primero fueron unas medias negras a medio muslo con un liguero negro a juego de encaje. Me costó ponérmelo, es raro, pero mi mujer no utiliza liguero por lo que nunca los había utilizado pero me quedaba bien. Me veía raro, sin pene, el dispositivo se camuflaba muy bien y ahora que me fije se camuflaba siendo color carne y además llevaba dibujada una vulva y  un poco de pelo, solo una fina raya como si llevase el pubis depilado. Parecía de verdad. Tuve el principio de una erección pero el dispositivo no me dejó, estaba enjaulado. En ese momento caí, solo lo pensé, no solo era para disimular mi pene creo que mi mujer me había puesto un cinturón de castidad.

Mi mujer me dio el tanga negro de encaje. Era una tira brasileña por atrás pero por delante y por debajo tapaba algo más disimulando todo. Parecía hecho aposta. Se completaba con un sujetador tipo corpiño de encaje negro que se ajustaba perfectamente a mi fisonomía, parecía estar hecho a medida.

-Ummm que bien te queda. Nunca pensé que te quedaría tan bien. Había comprado esta prótesis de pechos pero la verdad es que lo llenas muy bien, Tienes tetitas jaja, Pequeñitas pero dan el pego. Date la vuelta y ponte los zapatos a ver el culito como te queda

Me giré y anduve por la habitación

Uff, como te descuides hoy ligas jajaja

No te rías de mi Adriana

No no, es de verdad. Cuando te veas en el espejo vas a alucinar. Bueno, ya queda poco para la ropa. Ponte esto

Me dio un vestido ajustado también negro que tapaba los hombros y llegaba cerca de las rodillas tapando el liguero pero que dejaba poco a la imaginación. Era muy sexy y transmitía lujuria

Vaya, no crees que voy a ir muy provocativa amor

Esa es la idea, te dije que te disfrazarías de mujer pero más bien he querido disfrazarte de putilla fina jaja

Jaja. Cuando vas a dejar que me mire al espejo

Todavía no, cuando este del todo.

¿Qué falta?

No mucho, vamos a maquillarte.

Me puso un mandil como los que te ponen para cortar el pelo para no mancharme y empezó a pintarme los labios, ojos, pómulos, etc… Cuando acabo me puso una peluca negra de pelo rizado que llegaba por los hombros.

Ya casi estas, espera, el último toque

Fue al armario y trajo unos zapatos de tacón brillantes con una altura de al menos 10 cm si no más

Bien, con estos tacones serás casi como yo de alta jajá, vamos mírate al espejo

Abrió el armario y pude verme en los espejos del armario de mi mujer. Podía verme pero no me reconocía, era otra persona, una mujer, José no existía en ese momento. Mi mujer se dio cuenta y sonreía maliciosamente

¿Qué? ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta? Si no te conociese podrías pasar por mujer. De cerca no, pero a una distancia de 10 metros nadie se daría cuenta.

La verdad es que no me reconozco. Es increíble lo que puede hacer la ropa y el maquillaje. Ahora mismo nadie diría que soy Jose

Y alguna cosa más jajá. La verdad es que no te pega el nombre. ¿Qué nombre te gustaría?

¿Nombre?

Si, uno de mujer. Uno caliente, como un apodo de guerra como el de las putitas. Ya sé. Venus, jajá te llamaras venus durante esta noche

Venus, pero no se debe enterar nadie, Tu si me puedes llamar así pero en la fiesta no o digas ¿vale? Me moriría de vergüenza. Es más se van a reír de mi un montón esta noche

Vale, vale. Me encanta tu nombre jajá. Venus la puta, jajá. Y no se van a reír de ti, van a alucinar. Vas a ser la mejor prostituta de la fiesta

No te rías de mí por favor. Sabes que lo hago por ti

Era mentira, estaba encantado pero no podía ponérselo tan fácil.

Bueno, no te preocupes, es carnaval. Saca la mujer que llevas dentro y diviértete jajá. La noche no ha hecho nada más que empezar….

¿Te lo estás pasando bien eh?

Si, te lo reconozco. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. Espera que te voy a sacar unas fotos que luego se olvida y ahora estas perfecta.

Me hizo un montón de fotos haciéndome posar de forma lujuriosa, no me gustaba demasiado pero no fui capaz de convencerla para que no las hiciese.

Bueno, vete al salón y ve practicando a andar con los tacones mientras me cambio.

Fui al salón, quedaban al menos 3 horas mínimo hasta que fuésemos a la fiesta así que podría practicar, al menos para no caerme de bruces a la primera de cambio. Cuando llegue al salón y después de pasear un par de veces vi que en la mesita había una cajita con un lazo y a mi nombre, VENUS . Me senté y la abrí, dentro había una nota y el mando de la tele. La nota decía, pon la  tele y mira los videos de aprendizaje que he dejado para ti. Que considerada, ha dejado videos para que aprenda a andar, encendí la tele y di al play.

Me quedé de piedra, allí estaba yo, probándome la ropa de mi mujer, no sabía dónde meterme, había fotos con todo tipo de ropa. No sabía dónde meterme… Oí que Adriana me llamaba

Venus, Venus, ven a la habitación putita

Continuará