BimboTech: Un asunto de I+D

Son tiempos de crisis en la empresa y Madison pretende que su departamento de Marketing sobreviva, aunque para ello deba cargarse el departamento de I+D a cargo del Dr. Sunil. Sin embargo, este tiene una propuesta para salvar la empresa

De nuevo una nueva entrega de la serie BimboTech, original de John Blade (The Sympathetic Devil).

Madison había bordado su presentación. Sabía que el señor Atkins había quedado impresionado. Podía decir que todos los jefes de departamento estaban nerviosos. Bueno, todos menos Sunil. Eso era raro, ya que su departamento de I+D era la opción más obvia para los recortes presupuestarios previstos ordenados por la nueva dirección para contener el gasto.

Madison había hecho una muy buena defensa de su departamento de marketing, un departamento que necesitaba aún más recursos para movilizar los productos que la compañía ya poseía y con el potencial suficiente para dar sus frutos al finalizar el trimestre. I + D no había producido nada comercializable en casi un año e, incluso si mañana diesen con algo, no tendría un efecto significativo sobre la línea de fondo de la compañía antes de finales del 2018.

Pero Sunil parecía indiferente a todo. Ni siquiera se había molestado en ponerse un traje para la gran reunión presupuestaria. El ingeniero indio, vestido con un polo, se había tumbado en uno de los asientos cerca del fondo de la sala y se reía entre los demás con las pequeñas explicaciones de Madison acerca del rendimiento de su departamento.

Así que cuando levantó la mano cerca del fin del periodo de preguntas, Madison sospechó que iba a soltar alguna tontería sarcástica ya que, claramente, se había resignado a su destino y al de su departamento.

  • Una gran presentación, Maddie. - dijo - Pero me pregunto cuál es tu opinión acerca del mejor uso para nuestro nuevo producto de I + D. ¿Debemos usarlo internamente para mejorar nuestra fuerza laboral y obtener ventaja sobre nuestros competidores o deberíamos comenzar a venderlo en el mercado abierto sabiendo que nuestros competidores podrían usarlo en nuestra contra?

Madison frunció el ceño cuando la llamó Maddie. Despreciaba completamente ese diminutivo.

  • Lo siento, Sue Neil. - dijo la mujer, deseando haber encontrado una mejor variación para el nombre del hombre. - No sabía que tenías algo nuevo para nosotros este año.

  • Oh, ha sido un error mío. - respondió el ingeniero. - Olvidé decirte que hemos desarrollado una bimbo-pistola.

Y diciendo esto, sacó un gran arma bulbosa que parecía salida de una serie de ciencia ficción de los años cuarenta y apuntó con ella directamente a Madison.

  • ¿Qué demonios es eso, Sunil? - preguntó el Sr. Akins.

  • Una bimbo-pistola. - repitió Sunil y apretó el gatillo.

Madison gritó cuando un rayo con los colores del arcoíris impactó contra ella.

Y luego todo fue cosquilleos y centelleos. La habitación parecía girar y girar alrededor suyo. ¿o era al revés?

  • ¿Qué está pasando? - preguntó. Pero su voz no parecía tan asustada como lo había estado un momento antes y se dio cuenta de que no tenía miedo en absoluto. ¡Estaba delirantemente feliz!

Un mechón de pelo se deslizó hasta su cara. Era tan rubio. Muy, muy rubio. Ella miró hacia abajo. Sus senos eran grandes. Muy, muy grandes.

Maddie dejó escapar una risista.

  • ¡Sunil! - exclamó. - ¡Dios mío! ¡Me has hecho una bimbo! ¡Es jodidamente increíble!

  • ¡¿Qué demonios?! - exclamó el Sr. Akins mirando boquiabierto aquel par de tetas, lo que hizo a Maddie enormemente feliz logrando que las sacudiese enfáticamente.

  • Sunil, ¿qué le has hecho? - preguntó el jefe.

  • Pienso que está bastante claro. - respondió Sunil. - He desarrollado una bimbo-pistola.

  • Vale. Pero, uno, eso es imposible. - dijo el jefe. - Y dos, incluso si eso fuese posible, ¿qué coño te hace pensar que esta empresa estaría interesada en fabricar una? ¡Por Dios, hombre, estamos en el siglo XXI! ¿Construirías algo tan abiertamente sexista?

  • No es sexista. - objetó Sunil. - También funciona con los hombres.

Y diciendo eso, apuntó con el arma al Sr. Akins y disparó.

  • ¡Es tan bonito! - exclamó Maddie mientras veía como su jefe era bañado por un destelleante rayo arcoíris y una mirada de lo más estúpida se dibujaba en su cara al tiempo que su ropa se derretía y su cuerpo se estremecía y se redondeaba.

  • ¡Oh, Dios mío, Sr. Akins! - exclamó Maddie. - ¡Estás TAN… magnífica!

La bellamente formada bimbo, que solamente vestía una corbata, soltó una risita.

  • ¡Ahora me llamo Zaza, tonta! - exclamó. - ¡Y creo que la bimbo-pistola de Sunil es la mejor de todas! ¡Soy la jefa y digo que deberías convertirnos a todos en bimbos!

  • ¡Eres el jefe, jefa! - contestó Sunil. Y sacó una segunda bimbo-pistola. A dos manos, el ingeniero comenzó a inundar la habitación con la bondad del arcoíris al tiempo que Maddie y Zaza vitoreaban y reían entusiasmadas.

Un rayo alcanzó simultáneamente, en una explosión, al Sr. Jeffers y a la anciana Sra. Fox y, pronto, las dos bimbos de chocolate se besaban en la mesa de conferencias.

Una y otra vez, los gritos de terror se transformaban en chillidos de placer mientras la sala se llenaba de aroma a hembra y coño húmedo. Las colegas de Maddie comenzaron a reírse al darse cuenta de lo que ella ya se había percatado casi de inmediato: ¡Ese era el mejor día de todos los tiempos!

Alguien puso música de baile y las nuevas bimbos comenzaron a bailar, menearse y frotarse unas contra otras. Todas apreciaban de verdad lo que las pistolas de Sunil le habían hecho a los cuerpos de cada una y no pudieron resistir la tentación de sentirse atraídas unas por las otras. Aunque tampoco es que nadie se opusiese a que lo hicieran.

  • Bueno, dado que soy el único miembro del consejo de administración que no se ha convertido en bimbo, propongo que invirtamos mucho más en la tecnología para desarrollar las bimbo-pistolas y que restrinjamos el gasto en cualquier otro departamento. - dijo Sunil una vez que todos en la sala de conferencias fueron bimboficados. - También propongo que los miembros del equipo de I + D reciban favores sexuales por parte de miembros de otros equipos como recompensa por la forma en que han innovado las operaciones de la empresa. Cualquiera que se oponga, por favor, manifiéstelo con un argumento convincente.

Maddie, junto con el resto de la otras bimbos, soltó una risita tonta. Por supuesto, nadie se opuso y, además, ella no tenía ni idea de lo que era un argumento convincente.

  • Bueno entonces, mi equipo está en marcha, así que supongo que la única pregunta que queda en la agenda es decidir quién va a impresionarme primero -dijo examinando con apetito la habitación.

Maddie levantó la mano para ofrecerse como voluntaria, pero también lo hicieron la mayoría de las manos de las otras bimbos. Maddie se mordió el labio inferior y comenzó a saltar arriba y abajo, tratando de hacer que sus tetas botasen para llamar la atención. Otras bimbos gritaban “¡Elígeme! ¡Escógeme!”, pero Maddie estaba en Marketing y sabía que dos tetas hablaban más fuerte que las palabras.

  • Y eliiiiiiiiiiiijo a… ¡Maddie! -anunció Sunil- ¡Parece que necesita mamarme la polla más que nadie de las aquí presentes!

Las otras bimbos gimieron decepcionadas mientras Maddie chillaba de alegría y sacudía aún con más fuerza sus tetas. Él le hizo una seña para que se acercara y pronto ella se encontró arrodillada ante él con su gran polla marrón entre sus sonrosados labios. Era la bimbo más afortunada de la compañía.

  • Perdóname por eclipsar tu presentación, Maddie -dijo él, acariciándole la cabeza mientras ella no dejaba de moverla arriba y abajo sobre la longitud de su miembro -. Fue realmente buena. Creo que deberíamos mantenerte como jefa e Marketing. Quizás deberíamos incluso hacerte cartel de campaña. ¿te gustaría ser el centro de nuestro nuevo folleto de ventas?

  • Mmmmmmmm -asintió Maddie sin apartar su boca de la polla.

  • Estupendo entonces -dijo Sunil-. Con el marketing adecuado, estoy seguro de que la bimbo-pistola se convertirá en un producto muy popular.

Maddie no podía estar más de acuerdo.