Big

Es la historia de un amor

Cuando lo conocí yo ya estaba casada.

Hasta ese momento vivía un matrimonio feliz, mi esposo y yo congeniábamos mucho. Teníamos pleitos ocasionales, pero no concebía la vida sin él. Mi esposo se llama José Alberto y nos conocemos desde niños, la sexualidad brotó entre nosotros en la adolescencia como el más bello descubrimiento. Nos maravillaba la sensación de unir nuestros cuerpos, tanto frenesí en el sexo nos llevó a una "embarazosa" situación, motivo por el cual me casé; mentiría si dijera que sólo fue por eso, nos amábamos en verdad. José Alberto es músico, cantante y tiene algunos negocios referentes a la música también. Es sensible y un excelente esposo y mejor padre aún. Siempre he admirado el feeling que tiene sobre el escenario. Cuando canta no hay otra persona mas que él. Pues bien, José Alberto y yo llevábamos para ese momento 6 años de casados y teníamos dos hijos, una hermosa niña, Ale, y mi adoración: Ettniel mi pequeño hijo de 3 años.

Yo tenía 28 años y trabajaba como reportera en un programa de radio, y a pesar de que no me llevaba muy bien con los conductores, amaba mi trabajo y eso lo hacía más llevadero. Recuerdo perfectamente ese viernes, cuando entré. Noté que mi jefa estaba llorando, alarmada le pregunté qué sucedía y me dijo que le acababan de avisar que ese mismo día se terminaba el programa. No pude evitar sentirme muy triste, aunque sabía el motivo de tal decisión por parte de la empresa: Los conductores eran en realidad nefastos. Apenas concluyó el programa el gerente de la estación me mandó llamar y me dijo que el nuevo conductor había pedido que se quedara sólo una persona del equipo anterior: yo. Me sentí feliz, eso significaba continuar con lo que amaba y también un alivio económico.

El sábado llegué puntual a la primera junta de trabajo y fue cuando, desde el pasillo, pude oír esa portentosa voz, voz de locutor, voz firme y segura, pero al mismo tiempo cálida y amable. Crucé la puerta y…. un hombre alto, moreno, fornido estaba hablando por teléfono mientras esperaba la llegada de su nuevo equipo. Sus ojos y su mentón eran de acero. Los labios sensuales, la expresión era….. de tal ternura que…. Mejor me voltee para respetar su conversación telefónica. Aún así lo percibía, su perfume, sus movimientos, su voz. ¡Alto!, pensé, tranquiliza tus hormonas, es el jefe, tú estás casadísima y lo acabas de conocer. Poco a poco llegaron mis compañeros afortunadamente para mí.

El lunes que comenzó el nuevo programa fue un verdadero éxito, todos estábamos felices de tal acontecimiento.

No voy a decir el nombre del que aún hoy es el secreto más dulce y cuidado que tengo. A la manera de Carrie Bradshaw, lo llamare simplemente: Big

El programa funcionó muy bien y el primer mes fuimos a festejar desayunando en un restaurante cercano a la estación. Yo ya me había dado cuenta de que cada vez que nos quedábamos solos había mucha tensión en el ambiente. Ese día al terminar el desayuno fui al baño y al salir me encontré con Big. Me dijo que me veía preciosa ese día. Seré honesta, tenía dos hijos y no me consideraba precisamente la mujer más escultural del mundo. Sé que no soy fea, es más, me considero guapa, pero… Big estaba totalmente fuera de mi alcance, él era más joven que yo, exitoso, soltero, guapo y para colmo provenía de una de las familias más prestigiosas y adineradas de mi ciudad. Cada vez que él me piropeaba sentía que era muy amable con una señora como yo. Me encantaba como se dirigía a mí, Preciosa me decía casi como nombre de pila.

El hecho de que me dijera preciosa hacía que mis días fueran más alegres, si, amaba a mi esposo, eso estaba fuera de toda duda, pero…. ¡cómo me levantaba el ánimo el hecho de que alguien como Big se fijara en mi! Sé que soy inteligente, sé que hago bien mi trabajo, pero…. Alrededor de Big había jovencitas bellísimas, mujeres maduras, mujeres con poder, es decir, era sólo de que él escogiera, porque parecía que todas querían con él.

Pues bien, después del piropo, me reí y le dije "Gracias" y me dispuse a salir del lugar, Big me dijo que me llevaba, yo le dije que iba al Centro a hacer unas compras y aún así insistió. En el auto, conversamos sobre nimiedades, y en medio de la conversación me dejo caer la frase "Amy… tu tienes novio?" Yo abrí los ojos desmesuradamente, no podía creer lo que oía, rápidamente le contesté sonriendo: Estoy casada y tengo dos hijos., lo que pasa es que nunca van a la Estación. Su respuesta fue lacónica: Es una verdadera lástima… y apretó el volante… Yo creí que estaba alucinando, la verdad, jamás creí que él estuviera enamorado de mi. Siempre pensé que bromeaba o que era galante.

En casa, la vida era normal, la mayor parte del tiempo bien, con pleitos a veces, pero con mucho amor. Precisamente por eso no me explicaba porque soñaba despierta y dormida con Big. Despierta sacudía la cabeza cada vez que pensamientos traicioneros me asaltaban, pero mi angustia era soñarlo dormida, me daba terror soñar con él y que mi esposo se diera cuenta.

Transcurrió un año de angustia y aumento de tensión, fue en esta situación que surgió un curso obligatorio al que debíamos tomar. La gerencia le dio a nuestro programa dos boletos para viajar a Acapulco. Big me dio la noticia de que yo era la designada para asistir a tal evento. Mi corazón saltó de felicidad, pero al mismo tiempo de temor. Amaba a mi esposo y no quería ser infiel. Luego pensé que estaba preocupándome demasiado, ni modo que alguien como Big me quisiera conquistar. Todos esos detalles, comentarios, miradas seguramente son –pensé- porque es muy amable. Todo lo demás sólo existe en mi imaginación.

A mi esposo no le gustó nada la idea del curso, tan es así que pensó en ir conmigo, pero un contrato ya firmado se lo impidió. Y no es que desconfiara de mi, era sólo que jamás habíamos dormido separados. Le dije que sólo eran 3 noches, que era obligatorio, en fin, todos los argumentos reales que existían y… finalmente acepto.

El Viernes en la madrugada mi esposo me fue a dejar a la estación de autobuses, Big se iba en su auto, y yo en autobús. Me despedí de mi esposo con un fuerte abrazo y un beso en los labios, le recordé la multitud de deberes con mis hijos, y me subí al autobús, tratando de no pensar en que iba a estar 3 días con mi excitante jefe.

En Acapulco, apenas me dio tiempo de bañarme y bajar corriendo a la Convención, cuando llegué, vi a Big que sacudía la mano para mostrarme mi lugar junto a él. Caminé hacia él feliz, feliz como tonta, como colegiala, como si me hubiera sacado la lotería. Me sentía muy segura con el cabello recogido en un moño, un pantalón pescador beige, sandalias del mismo tono y una blusa tipo halter ceñida al busto, mostrando generosamente la parte de mí que más me gusta. Me había maquillado discretamente y mis aretes largos cerraban mi atuendo que me hacía sentir tan bien.

El resto del día fue de conferencias, talleres, una comida rápida en medio de desconocidos, más conferencias y finalmente, la cena. Ya en la cena, yo había hecho migas con algunos compañeros reporteros, entre los que destacaban dos chicos, hombre y mujer, más o menos de mi edad. A propósito trataba de alejarme de Big,

Aún con eso, Big no se separaba de mi. Durante la cena, Ana y Chavo, que así se llamaban mis nuevos amigos, sugirieron que fuéramos a un Bar de moda. Yo había prometido portarme bien, y de pensar que mis hijos estarían en casa extrañándome, mejor dije que no. Todos me insistieron y finalmente accedí, pensando que finalmente no estaba haciendo nada malo.

En el Hotel, me duché y me puse un vestido blanco, escotado del pecho y de la espalda, ceñido en el busto pero amplio en la falda, apropiado para la playa. Volví a sujetar mi cabello porque en la Playa se me esponja y me acaloro mucho. Estaba abrochando mis sandalias cuando oí que tocaban la puerta, pensé que eran Ana y Chavo y abrí. Me sorprendió ver a Big, quien se veía…. Bellísimo, si, se que bellísimo suena exagerado y hasta gay, pero de verdad no encuentro otra palabra que lo describa mejor. Le dije que me esperara un momento, que estaba lista en un minuto. Creí que me iba a esperar afuera, pero sin decir una sola palabra, entró a mi habitación, se sentó y observó como terminaba de abrocharme la sandalia. Quizá de lo inesperado de la situación, me puse nerviosa y no le atinaba al hoyito, entonces él se levantó y arrodillándose frente a mí, me dijo "permíteme preciosa". AAAAAHHHHH como me encantaba que me dijera preciosa.

En un santiamén, Big abrochó mi rebelde sandalia y para terminar con esa intima situación me puse de pie dándole las gracias. Ese breve instante sirvió para que mi cuerpo se erizara. En mi imaginación me vi a mi misma abrazándolo y dándole un beso tan apasionado que, uff. Caminé hacía el tocador, saqué el perfume y tocaron la puerta nuevamente y él se apresuró a abrirla. Ahora si eran Chavo y Ana.

Salimos del Hotel en el auto de Big, yo sentada adelante con él, nuestros amigos atrás. Sentí una punzada de remordimiento.

En el antro había un grupo que cantaba muy bien, el cantante me recordó toda la noche a mi esposo. Ana y Chavo bailaron, cantaron, bebieron, mientras que Big y yo nos pusimos a platicar en un rincón, al oído porque no había otra forma de comunicarse. Cada vez que nos acercábamos, su olor, su aliento, hacían que quisiera fundirme en él, en su cuerpo, contra toda mi voluntad dije que mejor me iba porque tenía que hablar por teléfono a mi casa. Era cierto, pero además era el pretexto también para alejarme de una tentación que me estaba lastimando ya.

Big dijo que si quería irme estaba bien, pero antes bailara con él una sola canción. Acepté a sabiendas de lo que eso significaría. La canción que el grupo decidió tocar fue "Sin tu latido" de Luis Eduardo Aute. MMM. Le dije, "pero esa no se baila" y Big, tomando mi mano, me dijo "vas a ver que si". AAAAAHHHHH, fue electrizante, a pesar de que no bailamos pegados, sino a una distancia muy decente, el hecho de que tuviera su mano en mi cintura y la otra acariciando mi mano, fue suficiente para mí. Estaba en el éxtasis de los sentidos, sé que la canción dura 3 minutos, pero para mí fue un instante de felicidad plena.

Cuando la canción termino, sonreí y le dije que me iba a despedir de Ana y Chavo. Así lo hice y cuando regresé Big ya estaba pagando la cuenta. Me aviso que me llevaba al Hotel. Digo me aviso porque no me lo consultó. Aún así le dije que no, que no era necesario. Simplemente respondió: Te llevo. No pedí más explicaciones porque en ese momento la Banda comenzó a tocar una canción muy estridente y preferí preguntar afuera. Cuando salimos, el frio de Noviembre me hizo recordar que no siempre hace calor en Acapulco. Big se dio cuenta pero tampoco llevaba con que cubrirse. Me dijo " me permites abrazarte? " Yo le dije que no, que gracias pero no era para tanto. Él no dijo nada. Pidió el coche.

El trayecto al Hotel fue muy silencioso, yo me sentía cortada por lo del abrazo, y él no decía nada. Afortunadamente el camino era corto. Salió del auto, me abrió la puerta y al bajar sólo me dijo "nos vemos mañana". Yo me quería morir, pero había actuado correctamente. Bueno, eso no lo entendía mi cuerpo que con tan poco estaba que hervía de excitación. Llegué a mi cuarto, hablé por teléfono a mi casa y… nada, no se me quitaba la excitación. Me acosté, y mi mano sólo quería tocar mi hinchado clítoris, me burlé de mi misma. ¿Cómo era posible que 3 minutos de baile me tuvieran así? No pude dejar de imaginar que era con Big con quien hacía el amor, que mis dedos eran su lengua y … precozmente tuve un largo y delicioso orgasmo que logró que conciliara el sueño y ya no estuviera pensando en… Big.

Al otro día me puse un vestido rosa con un cinturón ancho ciñendo mi cintura. El pelo definitivamente recogido y el maquillaje ultra discreto. Big estaba desayunando en el restaurante del Hotel cuando baje. Titubee un instante en la puerta, no sabía si él continuaba enojado. En eso estaba cuando él levanto la cara y con una enorme sonrisa me saludo y me dijo "te estaba esperando preciosa" El alma volvió a mi cuerpo, mi adorado amor platónico, mi amante imaginario me seguía diciendo preciosa, a pesar de que seguramente no sabía porque había rechazado un abrazo suyo. Como iba a saber él todo lo que provocaba en mi???????

Sonriendo feliz me acerqué a él y desayunamos con el trato que siempre hemos tenido: como si nos conociéramos de toda la vida. Entramos al curso y en el primer Taller que nos dieron, nos pidieron elegir un compañero. Yo voltee buscando a Ana, pero Big me dijo "ni lo pienses, tú eres mi compañera preciosa". Sonreí tímidamente, y pensé bueno, es sólo una dinámica de clase. El instructor nos pidió sentarnos frente a frente, y (oh no!!!!!!) cerrar los ojos y (ahhhhhh) tocar la cara de nuestro compañero. Dios mio!!! Ayúdame a que mis pensamientos no me traicionen. Cerré los ojos, y mi mano se acercó a su rostro, ahhhhh!!!! Inmediatamente sentí su boca, pegué un brinco y moví mis dedos a terrenos más seguros: su mejilla, mientras de mis labios salía un tonto "perdón" Big solo se rió y me dijo " perdón por qué preciosa?" Mi mano intentaba ser fría y mecánica, pero el instructor insistía en que tratáramos de reconocer los rasgos de nuestros compañeros con los dedos. Si el instructor supiera!!!!!!.

Cuando el instructor nos pidió que abriéramos los ojos sentí un gran alivio. Pero poco me duro el gusto cuando dijo, ahora cambien los papeles. Ahhhhhhh, ahora me tocaba a mi sentir sus dedos. Big sonrió y cerró los ojos, que cara tan perfecta, sus pómulos como esculpidos por un artista griego, su boca, mmmmmm. Esta vez, no sé porque, estábamos mas cerca, sentía su aliento, su olor. Cuando puso sus manos en mi cara, creo que el tiempo dejo de transcurrir como normalmente lo hace, no le medí por segundos, si no por los latidos de mi corazón. Tocó mis mejillas, mi mentón y dijo "que cutis tan suave tienes" "me gusta mas tu pelo recogido, se puede admirar mejor tu cara de muñeca" sus dedos fueron a mi boca, acariciando los labios. Que ganas de meter su dedo en mi boca! Afortunadamente la dinámica terminó y Big abrió los ojos, con nuestras caras así de cerca. Fueron tan sólo unos segundos tras los cuales Big me dijo "tus ojos me marean, me hacen sentir que son dos abismos verdes en los que me quiero perder"

El día continuo normal, pero para mi ya no fue igual, sentía los dedos de Big en mis labios y si cerraba los ojos podía ver su cara a escasos centímetros de la mia. Durante horas mi pensamiento giro alrededor de esos segundos, me devané los sesos preguntándome si Big se sentiría interesado por mi o si sólo estaba alucinando.

Cuando terminamos de cenar, Ana y Chavo nos invitaron a la disco más famosa de Acapulco, pero yo no tenía intenciones de ir otra vez. Me daba miedo que los demás se dieran cuenta de lo que me pasaba. Me daba miedo de que Big se diera cuenta de que sus atenciones provocaban en mi casi un orgasmo. Me pareció que él se enojaba nuevamente, pero quizá eran alucinaciones mías, Me fui a mi habitación y hablé a mi casa, mi esposo y mis hijos no estaban. Cómo era sábado, deduje que estaban cenando con mi suegra y no quise hablar ahí. Me recosté y al ver que lo único que hacía era soñar con Big, me levanté pensando que estaba en Acapulco y no había ido un solo momento al mar. Me puse mi traje de baño, muy convencional encima un vestido de playa, una toalla y bajé.

En la playa había sobre todo jóvenes; unos gringos bailaban alrededor de una fogata. Me quité el vestido y me metí al mar. El agua estaba helada, mejor para mi, pensé. Estaba claro que hiciera lo que hiciera, no dejaba de pensar en Big. Mi cerebro sólo repetía las imágenes de su rostro. No tenía mas de 5 minutos de estar ahí, cuando… sentí una mirada. Se que es absurdo, que las miradas no se sienten, pero… Big estaba sentado en la playa viéndome profundamente. Sin pensar en lo que hacía me salí del agua y camine hacia él. Big se veía muy quieto, como enojado. Sin decir nada me puso la toalla encima. El silencio entre los dos era tan pesado que me dolía. En ese instante por fin tuve la lucidez de saber que nada era producto de mi imaginación, que Big estaba sufriendo tanto como yo. Mi mirada se posó en la suya y vi… vi que una lagrima bailaba en sus ojos. Big puso sus manos en mis hombros y sin decir nada me besó. Ese beso fue, tan intenso, tan arrebatador, que sólo podrán entenderme los que lo hayan vivido. No tuve noción del tiempo, sólo sé que repentinamente él me soltó como si le pesara y me dijo "perdóname, pero ya no podía vivir así, sin decirte que te amo, que te amo" y se alejó de mi, dejándome sola, desconcertada, lo vi alejarse, meterse al Hotel … y en ese momento supe que… yo tampoco podía vivir así.

Corrí hacía el Hotel y lo alcancé cuando él estaba entrando a su habitación. Sin decir nada me arrojé sobre él, no sé como cerramos la puerta, sólo sé que rodé con él hacía la cama y

Nos besamos, su lengua entraba en mi desesperadamente, sus labios acariciaban los míos, su boca sabía tal como la imaginaba. Quise explorar su cuello con mi lengua, sus gemidos me indicaban que lo disfrutaba tanto como yo. De repente su mano bajo el tirante de mi traje de baño y… me detuve. Una mujer con dos hijos no es perfecta. Él se desconcertó y me dijo "que sucede?" yo le dije "Yo… me da pena, soy de las que lo hacen con la luz apagada" Big me dijo" para mi no hay mujer mas bella que tu, no hay nadie perfecto, pero tu eres la mujer que amo y a la que he soñado hacerle al amor durante todos los días desde que te conocí"

Con toda la ternura del mundo me dejo desnuda. Y procedió a adorarme literalmente con sus manos, con su lengua. Su lengua! Bajaba por mi cuello, me hacía sentir el paraíso. Pero cuando llegó a mis senos creí que me iba a morir de placer, pero no era sólo placer, estaba haciendo el amor con mis manos en su cuerpo. Yo acariciaba su espalda, le quité la camisa, Dios!! Que rico olía, que bien se sentía estar en sus brazos, debajo de él. Big seguía bajando hasta llegar a mi sexo. WOOOOWWW cuando se lengua llegó a mi sexo me derretí. Todo mi ser estaba concentrado en mi clítoris, todas las sensaciones multiplicadas por un millón, su lengua no le daba tregua a mi botoncito, lamía y lamía hasta que me arrancó el orgasmo mas soñado. Big no se detuvo siguió lamiendo hasta que le dije "por favor, por favor". Sólo hasta ese momento él se incorporo para quitarse el pantalón y dejarme ver el oscuro objeto de mi deseo. Aaaaaaaahhhhhhh. La visión no duro mucho, Big se metió entre mis piernas y un segundo antes de entrar en mi me dijo " Te amo tan desesperadamente". Segundos después todo era paroxismo, su lengua en mi boca, su pene en mi, se movían a un mismo ritmo, sus manos acariciándome, su cuerpo frotándome. Nada existía, sólo él y yo. Sólo el y yo.

Quise subirme en él y lo hice. Que ejemplar de hombre, como me hacía sentir. Su pene era duro como roca. Lo besaba y le decía al oído "Te quiero, te quiero". Sentir como lo cabalgaba era demasiado placer para mi, mientras chupaba sus labios le dije "vente conmigo". Big aceleró sus acometidas y llegamos juntos al orgasmo sintiendo que alcanzábamos ambos la cúspide, que tocábamos la cima del cielo, como dice la canción.

Todavía me quedé sobre él un rato, su pene no daba tregua. Puse los codos sobre la cama, con mi cara encima de la suya y mi pelo suelto como cortina, como aislándonos de lo demás. Le dije "TE quiero" y él me dijo "Pero no me amas", sólo dije "Si".

Su pene se hacia cada vez mas duro. "Amy, tienes los ojos mas bellos del mundo" " No es cierto, jajaja" "Amy, estoy en ti mi amor, es como un sueño" "Yo soñé con esto tantas veces" "Amy, te amo".

Ayyyyy su pene ya estaba otra vez en pie de guerra. Volví a besarlo, sólo separé mis labios de los suyos para meter en su boca mis pezones que estaban sedientos de sus besos.

Me separe de él y… me puse en cuatro. Big me penetro cadenciosamente, a un ritmo que me volvía loca. Sin que se saliera de mi, me acosté boca abajo, mientras el seguía penetrándome. Se acostó encima de mi y su boca buscó la mia. Así nos encontró el amanecer, hicimos el amor toda la noche. Como locos, como amantes descubriéndose, como si fuera nuestra luna de miel. Como condenados a muerte.

Con la luz, llegaron las prisas, la cordura. Después de un breve descanso, me incorporé de un brinco, le dije, la primer sesión es a las 10. Big, ronroneando me jalo del brazo y me dijo "Quédate conmigo" Yo le di un almohadazo riendo. Le dije "nos vemos en el comedor a las 9 mi amor, tienes que recuperarte, jajaja" y salí de la habitación.

Puse el despertador a las 8 y dormí las escasas 2 horas que restaban. Cuando me desperté me sentí inmersa en un maravilloso sueño del que no quería salir. En el comedor ya estaba mi adorado Big, desayunamos con la intimidad que sólo da la complicidad de los cuerpos. Tratábamos de aparentar, no demasiado, el amor no se puede ocultar, nunca.

En el curso, nuestras miradas siempre se encontraban, yo me ruborizaba cada vez que recordaba los tórridos momentos vividos unas horas antes. No me di cuenta de nada hasta que " El Señor Fulanito de tal (Big) dará un mensaje breve a nombre de la estación fulanita " Big se puso de pie, y se dirigió al Estrado "Agradezco a Dios y a la vida por estar hoy, aquí en Acapulco…" Todo lo que decía me lo estaba diciendo a mí, aunque pareciera un discurso de clausura. De clausura. Mi autobús salía mañana a las 4 de la madrugada.

Big bajó del estrado con aplausos, era el locutor estrella. Llegó conmigo y me susurró. "Vamos a pedir la comida a mi habitación." Eran las 12 del día.

Hicimos el amor más desesperadamente aún que la noche anterior, como si quisiéramos devorarnos, como si quisiéramos que nuestros cuerpos no se separaran nunca, como si quisiéramos tatuarnos en la piel del otro. Su pene dentro de mi se negaba a terminar, prolongando el placer hasta la agonía.

Cuando finalmente nuestros sexos descansaron, nuestros cuerpos no se separaron. Abrazados Big me dijo. "Cásate conmigo, iniciemos una nueva vida" Yo le respondí con un enorme beso. Hicimos planes, me divorciaría y después de un tiempo prudente, daríamos a conocer nuestro amor. "Siempre te he amado, yo pedí que te quedaras en mi equipo porque estaba enamorado de tu voz" "Yo ya no puedo tener hijos, me operé" "Mi amor, no importa, nada importa". Hicimos el amor nuevamente, tan lentamente, con tanto amor, viéndonos a los ojos, abrazándonos con vehemencia. Nada importa.

A las 4 de la mañana, salimos. No iría en autobús. Regresé con él. En el coche todo era alegría, besos, romance. Su mano descansaba en mi pierna haciéndome sentir suya. Nuestros planes eran: toda la vida juntos. Mis hijos y yo viviríamos con él. Siempre seríamos felices.

Cuando bajé del coche, me di cuenta de que no había hablado a mi casa desde el sábado. Entré, eran las 10 de la mañana. Era natural que no hubiera nadie, los niños en la escuela, mi esposo en el trabajo… ¿Cómo le pediría el divorcio? De repente veo una carta en la mesa. Algo se le olvido a José Alberto, pensé. Qué raro decir otra vez ese nombre. José Alberto.

"Amy, NO TE ASUSTES MI AMOR, estamos en el Hospital, Etnniel tuvo vomito y diarrea anoche. No te preocupes, lo cuide toda la bien, le di pepto bismol, butilhioscina y suero. Ya no volvió a vomitar desde las 4 de la mañana, a esa hora ya pudimos dormir. De todos modos lo llevo a consulta para que lo revisen y le receten antibiótico. De ahí lo llevo a la escuela, voy al banco, checo lo de un cliente y paso por los niños de regreso. Traigo la comida. Descansa, el viaje debe haber sido pesado. Te quiero, José Alberto.

Me senté. Mire a mí alrededor. Una fotografía de mi boda. La sonrisa no nos cabía en la cara a José Alberto y a mí. Fotografías de mis hijos…….............. en esa foto yo le sacaba la lengua a Etnniel detrás de la cámara para que llorara, mientras José Alberto lo cargaba, Etnniel nunca lloró, mis gestos le provocaban mas risa. En esa otra Ale, mi hija, estaba en su primer año, José Alberto la estaba cargando. Ale quiso que colgáramos esa porque es la foto que mas le gusta de su primer cumpleaños.

No sé cuanto tiempo estuve allí.

José Alberto y los niños llegaron a las 3 de la tarde. Todos corrieron a abrazarme. "Mami que nos trajiste de Acapulco" "Me vomité en la cama pero mi papá quitó la colcha" "Ni me veas así, la lavé anoche mismo, ya sé como eres, jajajaja".

Ring…ring

"Bueno"

"Soy yo"

"Amy, ¿por qué no has llegado amor?, estaba preocupado por ti"

"Estoy en mi oficina, llegué desde hace media hora" "¿Porque no pasaste a verme?"

"Quiero hablar contigo, obviamente no puedo hablar aquí" "¿Para qué mi amor?"

"Podemos vernos terminando el programa en el Cyrus"

" Si mi amor, ¿ya hablaste con José Alberto? De eso quieres hablar?"

"Si, de eso quiero hablar, te veo en el Cyrus"

No me divorcié, José Alberto no se enteró nunca y a Dios le pido que no se entere jamás. Big no lo comprendió. Cree que sigo casada por prejuicios. Quizá si. Soy feliz. Mis hijos también. Sobre todo tienen estabilidad emocional. Su padre los adora, igual que yo. Mi sexualidad es igual que en todos los matrimonios, no tiene porque ser tan intensa siempre. No me sacrifiqué, yo amo a José Alberto. Si, lo amo. Con un amor distinto al que siento por Big, si, por el que siento. Aún lo siento.

Han pasado 20 años de aquel viaje y aún lo siento.

Ale se casó el mes pasado, Etnniel terminó la Universidad y se fue a vivir a España.

Ahora estamos solos José Alberto y yo en nuestra casa, nos amamos con ese amor que te dan casi 30 años de estar juntos. Lo cuido, me cuida.

Big se fue de mi ciudad a los ocho días de que hablé con él en el Cyrus. Le ofrecieron un puesto más importante, tuvo mucho éxito. Tiene un programa en la televisión. Hay quien piensa que es gay porque no se le conoce pareja. Yo secretamente guardo los recortes de sus éxitos junto a un viejo boleto de autobús, junto a una servilleta del Cyrus.

Su correo electrónico aparece en la pantalla desde hace tres años, casi los mismos que tenemos de platicar por el Messenger.