Bienvenid@ a casa - Ymir x Christa

Para la pequeña rubia era demasiado, estar sola por las noches, sola por las mañanas, sola por los días, por las semanas, sola mientras cenaba, Christa tenía demasiado miedo y ya no podía aceptar el hecho de que Ymir nunca le dijese lo que hacía o el porqué de su ausencia...

Ymir se encontraba con la mirada fija en el camino a través de la ventana del metro con la mirada preocupada y el ceño fruncido, el codo contra el pequeño espacio que había cerca de la ventana y la barbilla posada contra su puño.

El conductor anunciaba la estación próxima, por lo que por cada palabra que pronunciaba, Ymir tomaba con fuerza la tela de sus pantalones formando así un puño con la mano; hacia el exterior y a vista de las personas que abordaban el metro, ella parecía demasiado tranquila, inclusive podría decirse que parecía aburrida; pero en su interior era todo un lío, era todo lo contrario a comparación del exterior.

El camino se hacía más corto, por lo que Ymir se quedaba cada vez más ansiosa hasta que…

“Pasajeros hemos llegado a la estación N0RBR0 19, por favor bajen con cuidado”

Ymir se levantó con un rostro de fastidio, mientras tomaba sus cosas y bajaba de aquél transporte… en lo que llegaba a la parada de taxis, entró en un modo de reflexión…

Habían pasado cerca de 5 años y un poco más… ¿Será que Christa todavía residía en aquella casa que habían conseguido ambas? En aquella casa llena de recuerdos, discusiones sin sentido alguno, riendo, llorando, hablando sobre cualquier cosa sin importancia alguna, viendo películas, las cenas en las que terminaban en la entrega de la una con la otra, todas las horas en las que estuvieron haciendo el amor, el lugar en dónde habían compartido sus sueños y anhelos... el lugar en donde pasarían su vida juntas…

“Juntas”

Esa era la palabra clave, Ymir se había ido sin decir tan siquiera un adiós a la pequeña rubia y se llenaba de angustia al formular la pregunta “¿Será que Christa todavía estaría en aquél departamento? ¿Será que Christa espero por ella?” esta última pregunta hizo doler el corazón de Ymir, por lo que colocó una mano sobre su pecho.

¿Cuáles eran las posibilidades de que Christa todavía estuviese allí? Todas las posibilidades de cualquier forma, eran demasiado pequeñas a lo que Ymir se llenó de temor y angustia…

Regresar y encontrarse con una casa vacía, al encontrarse con otra persona residiendo en aquél lugar, llegar y encontrar que alguien más ocupaba su lugar…

Ymir apretó los puños con ira, mientras su cuerpo temblaba.


Christa se encontraba cantando en voz baja estando a unos metros de su casa y, estando frente a la puerta, estuvo buscando las llaves de su bolso para abrir la casa. Con pequeñas esperanzas anunció su llegada en voz alta esperando ser respondida, así como lo había hecho desde hace 5 años.

Sin respuesta alguna, los ojos expresivos y de color azul de Christa se nublaron rápidamente, el brillo que habitaba en sus ojos, se había ido así que procedió a dirigirse a la cocina y dejar las compras que había hecho antes de emprender la búsqueda de su amante pecosa por toda la casa.

-¿Ymir?.-

Christa dijo al llegar a su habitación. Un sudor frío aparecía levemente en su frente y humedeciendo sus manos junto a un nudo de temor en el estómago.

Pero lo que paso en el salón principal, volvió a pasar ya que no recibió respuesta alguna y sólo se apreciaba un silencio, pasó lo mismo con la sala de estar hasta que al momento de pasar cerca del baño, encontró ropa regada… la ropa de Ymir regada hacia el baño. La ansiedad se apoderó de Christa por lo que ella abrió rápidamente la puerta del baño y se encontró a una persona de altura, que adornaba su piel morena clara con algunas pecas esparcidas por una parte de su espalda, un cabello húmedo color marrón mientras el agua caía humedeciendo todo su cuerpo desnudo.

Ymir al escuchar que alguien abrió la puerta, giró la cabeza hacia un lado…

-¿Christa? ¿Qué pasa?.- preguntó

-Ymir…

La voz le traicionó a Christa y los ojos se le llenaron de lágrimas por lo que se apresuró a ir hacia el frente y estando cerca de Ymir, se abrazó a ella colocando su rostro en su pecho mientras sollozaba.

-Woooooooow pero ¿Qué rayos?

Dijo la chica de altura mientras se tambaleaba un poco por la acción de Christa quedándose sorprendida pero rápidamente abrazando el cuerpo de la chica más pequeña contra la de ella

-¡Dios! ¡Yo estaba tomando una ducha!.- exclamó la morena

-¡¡Pensé que no aparecerías de nuevo!!.- gritó la pequeña rubia

La molestia de Ymir se disipó así como la luz de una vela pero en su lugar frunció el ceño. Por lo que presiono los labios contra la cabeza de Christa mientras se abrazaba fuertemente a ella.

-Todavía no….- dijo en voz baja

Christa se sorbió la nariz y comenzó a mover la cabeza en señal de negación.

-¡No te vayas de nuevo! ¡Por favor!.- dijo volviendo a llorar

-¡No esto de nuevo!.- dijo Ymir con un tono de fastidio.- Ya hemos hablado de esto antes

-¡NO! ¡No lo hemos hablado!... Tú desapareces durante días o semanas, meses o inclusive años y nunca eh obtenido una explicación por parte tuya diciéndome hacia dónde vas o lo que haces.- Christa estaba gritando

Para la pequeña rubia era demasiado, estar sola por las noches, sola por las mañanas, sola por los días, por las semanas, sola mientras cenaba, Christa tenía demasiado miedo y ya no podía aceptar el hecho de que Ymir nunca le dijese lo que hacía o el porqué de su ausencia así que terminó por decir las palabras más erróneas que Ymir podría escuchar…

-¿Hay alguien más?.- fue apartada rápidamente de Ymir

-¿Pero qué mierda pasa contigo Christa?.- gritó con mucho enojo.- ¿Crees que mi ausencia es porque me voy a follar con alguien más?

Christa tragó saliva mientras sus lágrimas parecían no tener fin, comenzó a sentirse culpable y muy mal. Cuando ellas dos hicieron formal su relación, Ymir le había advertido que tendría que ausentarse por periodos diferentes de tiempo, sin poder avisarle y mucho menos, ser capaz de explicar el porqué; aun así, Christa aceptó quedarse con ella, así que ¿Por qué ahora se encontraba tan molesta si ella desde un principio aceptó estar con Ymir sabiendo de las futuras ausencias que habrían en su relación?

-¿Crees que esto no me es muy difícil así como lo es para ti? Yo no paso todas las noches lejos de ti por estar follando con otra persona, yo paso todas las noches mirando la luna deseando estar en casa.- dijo Ymir con un tono de voz un poco elevado

-¡Entonces deja de irte! ¡Deja de ausentarte!.- gritó Christa con dolor

-¡No puedo!.- respondió Ymir mientras le propinaba un golpe a la puerta.- Yo… yo lo intento… pero… ¡MALDITA SEA NO PUEDO!.- Gritó colocando sus manos en su cabeza

-¿Pero por qué?.- dijo Christa en un tono conciliador

-¡Yo… yo… yo no puedo decirte!.- dijo con dolor en sus palabras

-Ymir….- dijo Christa ya más calmada.- entonces sólo dime porque no puedes explicarlo… sin saber por tanto tiempo lo que haces, sin alguna explicación, haces que saque mis propias conclusiones!!.- dijo casi gritando

Era la misma historia, las mismas palabras, la misma escena. Ymir se estaba agotando de lo mismo hasta que llego a un punto en el que reconoció que esa monotonía nunca se iba a terminar, así que en señal de desesperación golpeó de nuevo la puerta del baño y pasando ambas manos por su rostro y gritando dijo…

-¡Está bien!....-tomó aire y continuó.- te diré lo único que puedo pero espero que con esto no haya alguna consecuencia

Los ojos de Christa se abrieron de golpe

-¿En… en verdad… me lo dirás?

Dijo Christa dejando de lado la ira y cambiándolo por miedo, durante tanto tiempo queriendo saber la verdad, durante tantos años imaginándose diferentes posibilidades, finalmente sería capaz de saber cuál era la verdad.

-No te podré dar detalles así que te lo diré de la forma más rápida y sencilla que puedo.- respiró hondo y continuó mientras miraba a los ojos a Christa.- Yo… yo trabajo… para el gobierno…

Christa frunció el ceño; de todas las posibilidades que pasaron por su mente, el gobierno nunca fue una de ellas.

-¿Haciendo qué?

Una mirada de dolor se reflejó en el rostro de Ymir pero dejando de lado toda la indignación, respondió…

-Haciendo lo que ellos quieran, cualquier cosa, cuando quieran, como quieran y por el tiempo que ellos lo deseen.- dijo con un rostro de dolor.- yo… yo soy un… un maldito juguete del gobierno

Era demasiado para digerir en ese instante, igual esa fue una de las razones por las que no le iba a decir nada, ya que era demasiado difícil de creer y entender de forma rápida… aun así prosiguió…

-Eh jurado mantenerme en silencio y ya eh dicho demasiado… si digo algo de más, tu propia vida podría ponerse en riesgo

Ymir levantó la mirada haciendo hacia atrás su cabello húmedo…

-Yo no puedo decirte más porque te estoy protegiendo….- suspiró.- si yo pudiera dejarlos… te juro que desde hace tiempo lo hubiera hecho

Christa levantó la mano presionándolo contra el abdomen tonificado de Ymir. La piel era firme y cálida a pesar de la ducha con agua fría que se estaba dando.

-Lo siento.- respiró hondo.- no quise gritar.- sollozó en voz baja.- pero… tengo miedo… miedo de que te vayas y ya nunca regreses…

Ymir se inclinó hacia la pequeña rubia tomándola por el rostro para poder darle un beso en los suaves y rosados labios de su amante.

-Deja de pensar en eso. No importa lo que pase yo siempre voy a volver.- hizo que Christa la mirase a los ojos.- Todo lo que es mío está contigo, por supuesto que voy a volver

Christa tomó a Ymir por el cuello para sumergirse en otro beso profundo por un pequeño momento y cuando ella se liberó del beso, se encontró jadeando por lo que se sonrojó fuertemente.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.- dijo Ymir sonriendo

Christa se abrazó de nuevo a Ymir, apretando su mejilla contra el pecho caliente de la pecosa cerrando los ojos escuchando el ritmo de los latidos de su corazón. Pero no todo terminaba ahí, la rubia empezó a acariciar el estómago de Ymir deslizando los dedos por el espacio que había entre su ombligo y su vello púbico, el cual ya no se encontraba porque al parecer, se había afeitado.

Ymir gimió profundamente mientras tragaba fuerte, por lo que colocó su mano sobre la de Christa dejándola quieta.

-Bebé… si sigues haciendo lo que estabas haciendo, tendré una erección.- dijo con la voz rasposa

Christa liberó su mano y luego la  depositó en el área más sensible de Ymir acariciándolo lentamente hasta pronunciar las palabras más excitantes que Ymir pudiese escuchar

-Ymir, hazme el amor.- dijo mientras levantaba la mirada y se encontraba con la de Ymir, lleno de deseo, amor desesperado y necesidad.

-Christa.- dijo en un gemido

-Necesito sentirte dentro de mí….- expresó con una voz sensual

Los músculos de Ymir se contrajeron ante la imagen que ahora se ejecutaba en su mente ante las palabras de Christa; era la de la pequeña rubia recibiendo su dote con la calidez que había dentro de ella estando de espaldas contra la cama, retorciéndose, jadeando y gimiendo cada vez más fuerte por cada vez que Ymir empujaba con fuerza contra su interior. No fue una gran sorpresa para Christa cuando sintió que el aparato de Ymir no se tensaba tan sutilmente.

-Está bien.-

Respondió Ymir mientras Christa con actitud traviesa le dio a su longitud un pequeño golpe lo que hizo gemir a Ymir y endurecerse aún más…

Haciendo caso a la petición de Christa, Ymir la recogió llevándola a la habitación estilo novia y la deposito suavemente sobre la cama; rozando el cuerpo de la más pequeña, llegó a colocarse sobre la rubia y levanto su rostro para llegar a los labios de la pequeña rubia en donde capturo los labios rosados de su amante en un apasionante, lujurioso y profundo beso a lo que Christa gimió al sentir la húmeda lengua de Ymir entrar a su boca por lo que la hizo excitarse y el calor almacenado en su cuerpo se centró en su entrepierna comenzando por mojar así su ropa interior.

Se quedó sin aliento al sentir la mano de Ymir cerca de su punto de placer por encima de la ropa, haciendo más grande su deseo y así mojarse cada vez más, pero Christa, tenía en mente otro tipo de placer y se crispó su cuerpo al sentir el miembro de su amante contra su pierna expuesta.

Ymir detuvo el beso para despojar a Christa de la ropa lentamente fue directo a su cuello mientras una de sus manos se posaba sobre el pecho desnudo de la rubia tocándolo con avidez, haciéndole gemir fuertemente pero se tensó cuando sintió la virilidad de Ymir contra su humedad.

La morena ansiaba un tipo distinto de calidez, ese tipo de calidez que la envolvía completamente y muy suavemente.

-Ymir…

Christa gimió el nombre de su amante, pero ansiaba demasiado la dureza de su pareja dentro de ella, que empujo sus caderas hacia arriba para frotarse contra la erección de Ymir a lo que la morena gimió en respuesta por lo que se detuvo por un momento, y cuando la rubia iba a pronunciar palabra, Ymir la silencio con un beso francés.

Ymir sentía que ya no iba a aguantar por más tiempo, su virilidad estaba dura y palpitante, mientras que Christa se encontraba demasiado mojada, así que sin perder más tiempo, fue directo al grano, a lo que la morena tomó su miembro con firmeza y la dirigió a la entrada de Christa.

-¡¡Ymir espera!!.- Dijo Christa tomándole la mano.- colócate un condón primero

Ymir movió la cabeza de forma negativa.

-Se me han terminado y no eh tenido tiempo de ir a comprar más.- besó a Christa.- no puedo esperar más, te necesito.- dijo entre beso

El corazón de Ymir latía con mucha fuerza y su pecho se movía mucho, Christa lo pensó por unos segundos

-Está bien.- finalmente dijo.- sólo por esta vez

Ymir suspiro de alivio y luego se puso en la posición anterior.

-Mírame.- Christa mantenía los ojos cerrados.- quiero ver tu rostro.- abrió los ojos.- quiero ver tu voluntad

Ymir empujo lentamente hasta sumergir sólo la cabeza a lo que Christa se estremeció y paso los brazos por los hombros de su amante; sin poder resistirlo, cerró los ojos porque no podía mantenerlos abiertos. Fue entrando lentamente en la pequeña, su grueso miembro hacía que su interior se abriera, recibiéndola con su calidez y abrazándola con su suavidad, poco a poco Christa ansiaba sentir el choque de su pelvis con la de Ymir, hasta que ésta empujo un poco más y se detuvo por un momento para susurrarle al oído de la rubia con la voz más sensual del mundo, Ymir no era hombre, pero tampoco era precisamente una mujer aunque tuviera la apariencia y con una extraña combinación de ambas…

-Es toda tuya, la tienes dentro

Christa fundida en el placer comenzó a moverse a lo que Ymir se retiró poco a poco de su suave calidez para volver a avanzar hasta el fondo lentamente, las piernas de Christa temblaban mientras que Ymir repetía la misma hazaña

-Te amo…

Le susurró Ymir mientras colocaba su rostro en el cuello de la rubia entrelazando sus dedos, subió las manos de la rubia y presionó fuertemente contra la almohada a ambos lados de la cabeza de Christa…

-Mucho…

Christa se encontraba perdida en las sensaciones que no pudo escuchar el dolor que había en esas palabras. Cuando Ymir la metió hasta donde podía, se detuvo por unos instantes en su interior para memorizar y disfrutar de las deliciosas sensaciones al sentir la calidez de Christa abrazarla, a lo que Christa reaccionó arqueando la espalda y gimiendo profundamente. Como Ymir se alejaba y volvía a avanzar con un poco de agresividad, Christa se fue perdiendo cada vez más en el placer que le propinaba su amante, por lo que no se dio cuenta de que Ymir estaba llorando en silencio o de cómo sus embestidas no eran tan precisas como siempre, a lo que ésta comenzó con un beso tierno, jugando con la lengua de Christa de forma cariñosa…

Christa sintió el miembro de Ymir tensarse y perder el ritmo, pronto su respiración comenzó a acelerarse hasta que no pudo más con el beso y empezó a gemir, su cuerpo se tensó demasiado hasta que de repente, algo tibio comenzó a llenar su interior, Christa no pudo más y la acompañó junto un fuerte grito de placer…

Ambas permanecieron así por unos minutos, Ymir sobre ella con la respiración irregular y perdiendo la erección dentro de la rubia, simplemente escuchando las respiraciones de ambas y cómo sus corazones volvían a latir de forma normal…

XXXXX

Aquél recuerdo de su última noche juntas, hace poco más de cinco años se quedó con Ymir, incluso después de que el metro se detuvo en su destino y ella salió de la estación.

Ymir se dispuso a caminar lentamente por las calles, junto sus cosas en una bolsa colgando de su hombro, la mano derecha en el bolsillo del pantalón color gris y las mangas de su camisa negra doblada hasta los codos.

Todo parecía igual, las tardes en las que iba caminando de la mano con Christa y la tienda que quedaba a pocos metros de su casa, el gran jardín de rosas que medía cerca de 5 metros de largo las cuales Christa se detenía a observar. Todo era igual pero…

¿Christa había cambiado?

Ymir alentó aún más los pasos cada vez que se acercaba a la casa que no había visto en cinco años y cuando llegó a la puerta se congeló y lo único que hizo, fue mirarlo; el color de la puerta era el mismo, el picaporte no había cambiado, era igual a lo que recordaba pero…

¿El interior era el mismo? ¿Era está todavía su casa?

Ymir no había podido reunir las fuerzas para tocar la puerta, pero tomó su bolsa con más fuerza mirando hacia el suelo…

-Ella no se encuentra en casa.- dijo una voz interrumpiendo sus pensamientos

Ymir volteo rápidamente para poder ver a la dueña de aquella voz; era una mujer de cabello rubio corto, casi tan alta como Ymir pero su rostro denotaba preocupación.

-¿Qué?

La mujer frunció el ceño, pero se acercó hacia Ymir con el brazo extendido

-Hola, soy Nanaba, ¿Buscabas a Christa?

El corazón de Ymir comenzó a latir más fuerte al darse cuenta de que Christa aún residía ahí.

-Yo… um… sí.- dijo correspondiéndole el saludo a la otra mujer de altura

-¿Cuál es tu nombre?

-Ymir

La expresión en el rostro de Nanaba cambió a sorprendida al escuchar su nombre, pero prefirió no responder; en cambio señalo la puerta y dijo

-Ella no está aquí….- calló por unos segundos.- ellos normalmente van al parque de aquí cerca

-¿Ellos?.- Ymir frunció el ceño

¿Con quién se habrá ido últimamente Christa?

Era una pregunta que había aparecido en la mente de Ymir, pensaba en preguntar pero tenía miedo de la respuesta.

-¿El parque de aquí cerca?.- preguntó en su lugar a lo que Nanaba asintió.- ¿No sabes llegar?

Ymir decidió no responder, pero se dio la vuelta; Nanaba la vio irse con el ceño fruncido y luego movió la cabeza en señal de negatividad y se dirigió a su casa.

Mientras Ymir se dirigía hacia el parque lentamente. Aunque en el interior deseaba salir corriendo de ahí al sentirse asustada.

¿Qué pasaría si realmente Christa no había esperado por ella?

Tan sólo la pregunta asustó a Ymir pero quería ver a Christa por lo que siguió su camino.

Ha decir verdad, Ymir debió haber regresado mucho antes de todo ese tiempo pero ya no había tiempo para seguir pensando porque finalmente llegó al parque y pudo observar a Christa sentada en uno de los bancos, pero lo que devastó a Ymir fue ver a el niño entre sus brazos, claramente era una niña, no había duda de que era una niña de Christa, el cabello y las características eran las mismas.

Por supuesto Ymir siquiera se limitó a pensar por lo que ya se encontraba demasiado furiosa.

Christa al parecer, le decía algo a la pequeña por lo que se escucharon carcajadas, pero la rubia más pequeña se percató de la presencia de alguien y levantó el rostro, a lo que la rubia más grande siguió su mirada. Al principio Christa parecía estar confundida, pero luego, en un santiamén su expresión cambió a una chica sorprendida.

Ymir venía con el rostro rojo por la ira, mientras que Christa estaba alterada y no sabía si moverse o pensar

-¡¿Quién es el padre?!.- dijo en un grito Ymir.- ¡¿Con quién te has ido mientras yo no estaba?!

-¿Quién?.- Christa se limitó

Christa sintió que su corazón se apretaba de forma dolorosa, y la sentía latir de forma desigual; se encontraba luchando en su interior para poder articular palabra pero cuando abrió la boca para responder, Ymir continuó gritando.

-¡Soy una maldita estúpida por pensar que esperarías! ¡Era demasiado obvio el resultado! ¡Yo iba a desaparecer y tú conocerías a alguien más!

Ymir cubrió parte de su rostro con una mano y comenzó a reírse con ironía

-Soy una imbécil por pensar que esperarías…

-Ymir espera….- pudo articular

-¿Fue Reiner?

Christa se congeló y frunció el ceño

-¿Qué? No, él….- Ymir no la dejo terminar

-¡Es él! ¿No es así? Tan sólo mira su cabello rubio

Ymir gritó a lo que la niña que estaba detrás de Christa se hecho un poco hacia atrás todavía tomando los pantalones de Christa

-¡Él tuvo la maldita oportunidad de acercarse a ti mientras yo no estaba y luego te dejó embarazada!.- Ymir apretó los puños, estaba temblando y su corazón se despedazaba cada vez más

-¡Ymir no es de él!.- pudo decir Christa

-¡MALDICIÓN!.- gritó Ymir y se acercó a Christa

-¡NO!.- gritó una vocecita.- ¡No le hagas daño a mi mamá!.- gritó la pequeña rubia corrió hasta colocarse frente a Ymir con los brazos extendidos y mirando hacia arriba con una mirada feroz.- ¡La estás haciendo llorar! ¡YA BASTA!

Efectivamente cuando Ymir volvió a mirar a Christa, está ya tenía lágrimas corriendo por su rostro. No estaba llorando o haciendo algún movimiento, pero las lágrimas estaban presentes.

Ymir bajo la mirada para ver a la pequeña rubia y sintió que le faltaba el aire…

-¿Chr…Christa?

Pronunció en estado de shock. Al detallar mejor el rostro de la niña, pudo observar que unas pecas adornaban sus mejillas y los ojos eran de un color marrón muy familiar.

-¡No te acerques a mi mamá si pretendes hacerle daño!

Christa colocó una mano sobre su rostro sonriendo a pesar de la situación.

-¡MAMÁ!.- se escuchó otra voz

Lo que hizo tensarse a Ymir aún más cuando vio que otra niña pequeña corría hacia Christa y se escondía detrás de ella.

-Robin, ven aquí.- dijo Christa suavemente

La niña de inmediato se dio la vuelta y se dirigió a Christa, a lo que esta, la acerco cerca a la otra niña para luego agacharse y colocar de manera protectora sus brazos alrededor de las niñas.

-Ymir.- dijo Christa

-¿Qué… ti…tienes dos…?

-Son tuyos Ymir

Pronunció Christa mientras acariciaba el cabello marrón de la segunda niña.

-Se trata de Dylan, el gemelo más joven

Le dio un codazo suavemente a Dylan hacia adelante y sonrió con cariño cuando la pequeña se movió nerviosamente y miró hacia el suelo

-Y su hermana es Robin

La pequeña rubia se unió a su hermana nerviosa. Colocando sus pequeños brazos en los de su hermanita y fulminó a Ymir con la mirada.

Los ojos de Ymir se agrandaron y se dejó caer en sus rodillas mirando con los ojos muy abiertos a ambas niñas.

-Las dos tienen cuatro años.- Christa se acercó a Ymir y se arrodilló junto a ella.- tú eres su padre, no Reiner o cualquier otra persona

-Pero… ¿Cómo… yo… eh estado… fuera… durante mucho tiempo…

Los ojos de Christa se llenaron de lágrimas…

-Ymir… eh estado esperando a que regresaras… y conocieras a tus hijas… nuestras hijas…

Colapsó sobre Ymir y comenzó a sollozar en cuanto la morena la envolvió en sus brazos

-No esperaba verte hoy… esto es muy repentino… pero estoy… tan feliz… de que hayas regresado.- dijo Christa cuando abrazaba a Ymir con más fuerza y sollozaba cada vez más

Ymir podía oler y sentir lo mismo que Christa en ese instante, a lo que esta sólo pudo colocar su rostro contra el pecho de Ymir y poder sentir que podía quedarse ahí para siempre.

Durante mucho tiempo ella había estado jugando a un solo padre, llorando a solas en su habitación hasta poder dormirse, la soledad que sintió después de adormecer a las gemelas, cenando sola, sin el calor de Ymir, extrañando su forma de entregarse a ella y hacer el amor hasta que sus cuerpos queden exhaustos, ansiando por escuchar su voz de nuevo pronunciando un “Te amo”, despertando por las mañanas sin sentir los brazos protectores de su amante envolver su cuerpo, extrañando el aroma de Ymir, esperando por su regreso y llorando amargamente por su ausencia, pero en cuanto el dolor se volvió demasiado grande, anheló cada vez más su regreso, anheló poder estar cerca de ella, anheló volverla a ver hasta que al fin, su amante había regresado y ya no tenía que seguir fingiendo ser la más fuerte.

-¿Mamá?.- Se acercó Dylan

Ymir sintió que su pecho se apretaba dolorosamente. Ahora que todo se había aclarado, ella podía darse cuenta de lo mucho que sus hijas se parecían a ella. Algunas características eran más de una que de otra, Robin se parecía mucho a Ymir de cabello marrón, unas pecas adorables en sus mejillas y de ojos azules como su madre además de ser más alta mientras que Dylan tenía pecas, su cabello era rubio, sus ojos eran de color marrón…

-Estos… ¿Son… mis hijos…?.- Ymir susurró en estado de shock

Pero de pronto sintió el peso de sus acciones estrellarse contra ella.

Ella después de un año de estar lejos, Ymir había considerado dejar el trabajo en el que se encontraba, pero no hizo nada, luego de dos años, ella ya estaba lista para alejarse pero tampoco hizo alguna acción para escapar. Fue sólo cuando pasaron cinco años y sintió desesperación por salir, eso de que le había tomado un año para alejarse con éxito.

Si tan sólo ella lo hubiese intentado, si tan sólo lo hubiese intentado antes, podría haber estado por y para Christa. Ella pudo haberle ahorrado el estrés y la soledad de cuidar a dos niños por su cuenta, la tristeza y el llanto de Christa durante todas las noches, pudo haber estado para ella y recordarle lo mucho que la amaba…

Ymir sabía que Christa le estaba diciendo la verdad. Dylan y Robin eran prueba suficiente. El corazón le llamó para que aceptara lo que Christa estaba diciendo y por sus acciones, simplemente no sabía cómo sentirse acerca de la situación ya que, con anterioridad, nunca habían hablado de niños e Ymir no sabía si estaba preparada.

¿Ella les agradará?

Poco a poco, Dylan se acercó y coloco una mano sobre el hombro de su madre, a lo que Robin puso sus brazos protectoramente en el cuello de su hermana sin despegar la mirada que tenía hacia Ymir a lo que esta, con ver este gesto, sonrió entre lágrimas al saber que eran características que había heredado de ella.

-Se parece a ti… pero actúa como yo

Dijo Ymir mientras bajaba la mirada hasta encontrarse con la de Christa en sus brazos y su corazón se tornaba con una calidez al ver la sonrisa que Christa le proporcionaba.

-Así que… ¿Me crees?

Ymir asintió y acercándose al oído de Christa pronunció en voz baja para que las niñas no la escuchasen…

-Supongo que debí haber usado condón esa noche ¿No?

Christa sonrió mientras su rostro se sonrojaba y golpeó levemente el hombro de Ymir.

-A pesar de todo, no me arrepiento de haberlas tenido. Nuestras hijas son lo único que me han mantenido en sano juicio. Yo no habría sido capaz de sobrevivir sin ellas

El corazón de Ymir palpitaba dolorosamente, así que se inclinó y le dio un beso en la ceja de Christa

-Umm.- Dylan habló

Robin la miró muy sorprendida al ver que su hermanita obtuvo el valor para hablar frente a un “extraño”, por lo que le lanzó una mirada sospechosa a Ymir por causar eso en su hermana.

En cuanto Ymir movió la mirada para ver a Dylan, la pequeña bajo la mirada y se mordió el labio inferior con miedo. No estaba segura pero un poco temerosa aunque sentía la necesidad de hacerle una pregunta muy importante. Una pregunta que se le vino a la mente después de ver algunos rasgos de ella en su hermana.

Christa se alejó suavemente del regazo de Ymir a lo que esta, se arrastró hacia Dylan. Ella no estaba segura de lo que iba a hacer o si Dylan se sorprendería demasiado o no, pero sintió un gran consuelo cuando Dylan levantó la mirada y la miró a los ojos.

Ymir casi con miedo, extendió la mano para acariciar la mejilla suave de Dylan, a lo que esta sintió un poco de miedo pero cuando sintió el contacto, sus ojos se abrieron demasiado…

-¿Papá?

Preguntó como si el contacto con la mano de Ymir y su mejilla le hubieran indicado lo que Ymir en verdad era de ella

-¿Eres… eres mi papá?

Las lágrimas de Dylan no se hicieron esperar pero Robin exclamó…

-Dylan, no hay forma de que esta persona sea nuestro padre

Pero Dylan no escuchaba a su hermana, Ymir no había respondido pero sus ojos se encontraban demasiado abiertos y su brazo se había congelado en el aire. No sabía qué hacer o qué decir, pero la pequeña rubia sorprendió a todos corriendo hacia los brazos de Ymir y tomando su camisa con sus pequeños puños, exactamente en ese momento, Dylan comenzó a llorar y Robin se puso seria.

Ymir se sorprendió y se aseguró de envolver cuidadosamente en sus brazos a la diminuta forma de Dylan y sollozó en voz baja.

-Ymir… ¿Estás… estás llorando?.- Christa observaba la escena con nuevas lágrimas y no podía dejar de notar las lágrimas que caían de los ojos de Ymir

-No.- respondió Ymir obstinadamente.- es sólo que… tengo algo en mi ojo

-¿Y en la nariz también?

Ymir se echó a reír, se sentía tan bien reír de nuevo. Toda la situación era de lo más inesperado pero sintió su corazón derretirse cuando sintió a Dylan respirar y sollozar en sus brazos, por lo que no pudo evitar sonreír felizmente a lo que Christa se unió con ellos, dándole suaves palmadas a Dylan y un beso en la cabeza.

-Ella es tu papi Dylan… finalmente llegó a casa

Dylan e Ymir se sorbieron la nariz al mismo tiempo mientras que Ymir sentía como Dylan la abrazaba con más fuerza.

Ymir no podía creer que realmente tenía dos hijas, nunca fue alguna situación de la que haya pensado pero ahora que sucedía, Ymir se sentía extrañamente excitada, pero se aferró a su hija que sollozaba en sus brazos y luchó por no llorar también.

Finalmente, cuando Dylan dejo de llorar y subió la mirada hasta encontrarse con el rostro de Ymir sonrió ampliamente.

-Mamá siempre decía que vendrías a casa. Robin no lo creía, pero ¡Yo sí lo creía! ¡Mamá no iba a mentir!

La pequeña Dylan se inclinó hacia delante y presiono su oído contra el pecho de Ymir, escuchando sus latidos

-Ymir, creo que deberíamos ir a casa.- dijo Christa

Christa se puso de pie y le tendió la mano a lo que Ymir la tomo y se levantó con Dylan en sus brazos

-¿Quieres que te lleve?.- le preguntó a Dylan

-¡NO!

Dijo Ymir al mismo tiempo que Dylan levanto su cabeza y la movió en señal de negatividad mientras volvía a su posición inicial en donde tenía su cabeza contra el pecho de Ymir escuchando su corazón.

El corazón de Christa se llenó de amor y afecto ante la escena. Por mucho tiempo estuvo preocupada de que al momento de decirle a Ymir que tenía dos hijas, no resultara de forma positiva. Por supuesto, pudo haberse dado mejor pero al menos Dylan fue completamente conquistada. Y sólo se necesitó un toque.

Dylan había mostrado mucha nostalgia desde que empezó a hablar, por lo que Christa imaginaba que iba a creer más fácil en la esperanza. Robin era otra historia, no mostraba lágrimas corriendo por sus mejillas. Sino que tenía los brazos cruzados y se negaba a mirar a Ymir.

-¿Robin?.- Christa se agachó frente a ella.- ¿No vas a saludar a tu padre?

Robin tenía las cejas fruncidas y negó con la cabeza

-¿Vamos a casa?

Christa besó la frente de Robin y abrazó a su hija mientras se levantaba.

-Sí, vamos que se hace tarde. ¿Ymir?

Christa tendió la mano hacia Ymir y la morena se lo tomó.

Ymir por un lado sintió la duda de ser aceptada por Robin, pero mientras pensaba en ello, Dylan se quedó dormida en sus brazos hasta que se percató de la mirada de Robin, pero las emociones encontradas en menos de veinte minutos tenían su presencia nublando los ojos de la morena. Ymir sintió un poco de molestia y nerviosismo al sentir su mirada, aunque le recordaba tanto de ella misma…

¿Será que Robin no la aceptará?

Ymir después de tanto pensar, se dio cuenta de que quería que su hija mayor realmente la quisiera también.

Hasta que llegaron al departamento, Ymir sintió que su estómago se tensaba de nerviosismo, aunque Christa le daba la bienvenida estando de espaldas, ella no sabía cómo reaccionar por lo que se quedó frente a la puerta mientras Christa entraba con Robin.

Christa volteó la mirada hacia atrás y antes de preguntarle a Ymir qué le pasaba, dejo a Robin a lo que ésta, estando muy insegura se acercó a Ymir e hizo una mueca mientras bajaba la mirada…

-Yo….- frunció el ceño.- mamá siempre dijo que regresarías… que ibas a volver….- calló por unos segundos.- le dije a Dylan que no era verdad… pero yo…

Robin levantó la mirada a lo que Ymir pudo encontrar lágrimas cayendo de sus ojos y mojando sus mejillas

-Te acepto si me prometes que nunca nos dejaras de nuevo

El corazón de Ymir se llenó de sensaciones nuevas y mirando hacia Christa…

-Tú….- con nuevas lágrimas.- haz hecho que esperen por mí también

Christa asintió a través de sus lágrimas al escuchar las palabras de su pequeña hija…

-Les dije todo sobre ti… y de que no había duda alguna de que volverías.- dijo Christa sonriendo a pesar de sus lágrimas

Ymir miro hacia abajo para encontrarse con la mirada de Robin y luego se agachó a su lado, consciente de Dylan que todavía dormía en sus brazos…

-Es un placer conocerte Robin… lo siento por haberte hecho esperar

Robin cruzó los brazos sobre su pecho.

-Es una promesa y te perdonaré

Ymir sonrió sacada un poco de quicio.

-Realmente eres mi hija

Alargó el brazo y la colocó sobre la cabeza de la niña revolviéndole el cabello rubio, cosa que enfureció a la niña.

-Por supuesto que te prometo que estaré para siempre… ahora ¿Me dejarás de ver así? Sigo siendo tu padre.- dijo en tono serio

Robin tragó suavemente y luego asintió a lo que Ymir sonrió pero en el momento que intentó colocarse de pie, la mano de la pequeña la tomo de su camisa tirando de ella y evitando que se parara.

-Umm… papá… ¿Me… me puedes abrazar también?

Los corazones de Ymir y Christa se hincharon a lo que la morena teniendo cuidado de no soltar a su otra hija en el brazo izquierdo, con agilidad alzó a Robin con el brazo derecho, a lo que ésta imitó los movimientos de Dylan al presionar su oído contra el pecho de Ymir.

Supo al instante y luego de escuchar los latidos del corazón de Ymir que ella era el padre que había anhelado desde que había nacido.

Ymir no pudo contener de nuevo sus emociones y presionó los labios contra la frente de Robin…

-No voy a salir nunca

Besó la frente de Dylan…

-Eh llegado a casa

Christa sonrió con tanta intensidad que pensaba que su boca podría hacerse más grande y, antes de que Ymir cruzara la puerta, Christa le dio un beso pronunciando las palabras que, Ymir nunca olvidaría

-Bienvenida a casa, a tu familia…