Bien putas

Dos maduras muy calientes, y yo!

BIEN PUTAS

Dos viejitas muy gozadoras, me visitan.

La semana anterior tuve la visita de una amiguita, a la cual le permito ver www.gemidos.com.ar/, y ella -a su vez- cuando comienza a excitarse, me retribuye con una buena mamada y algo más...

En cambio, este último fin de semana me visitaron Alicia y una amiga.

Alicia, en realidad, tenía hace tiempo, ganas de "comerse" a esta mujer, de 49 años, una hembra pulposa, de buenos, generosos pechos, con bellas aureolas rematadas con pezones rosados, como para extasiarse besándolos o lamiéndolos...un par de rollizas piernitas, un culazo de aquellos y una carita de niña buena.

Vinieron cerca del mediodía; una vez que concluimos el almuerzo, mi amiga me pidió que le mostrara a esta chica, cómo era ese "asunto de Internet", yo, ni corto ni perezoso, me conecté.

Claro, yo observaba como iba cambiando el semblante de esta mujer, cuando veía en la pantalla de la PC los títulos de Todorrelatos.

Le advertí que si estaba incómoda con lo que leía, me lo dijera, y pasaría al sitio Disneylandia...

Ella, nos miró, y dijo que por el contrario, quería ver y leer más, pues era una experiencia nueva estar sentada frente a una PC, leyendo relatos, que para ella constituian una novedad y agregó que cuando regresara a su casa, abriría de nuevo esta página, desconocida, pues la PC sólo la usa su hija adolescente.

Entonces, nos pusimos a revisar la página donde hay muchísimos relatos, sobre trios o cuartetos sexuales.

Esta chica fijaba la vista, en forma casi desorbitada, sí, era muy posible que nunca hubiera tenido acceso a ese tipo de cuentitos, donde se cuentan toda clase de posturas sexuales entre tres o más participantes.

Después de leer en voz alta, tres relatos de Mujer-Hombre-Mujer, yo, que visto casi siempre pantalones tipo jogging's, tenía un bulto en la entrepierna que era ya imposible de disimular, por más que me cruzara de piernas... entonces no aguanté más, y pasé decididamente al ataque: "Bueno chicas, estos relatos me han calentado de tal forma que creo que tendré que hacer algo, para calmar esta inquietud, esta calentura repentina" esas palabras obraron como un disparador sobre Alicia, que, sentada a mi derecha, dijo entonces, " Nena, tenemos que hacer algo!, no es cosa de dejarlo así, ya sabes como son estos hombres". La "invitada", que estaba ubicada a mi izquierda dijo, ya totalmente cambiada la expresión de "inocente": ¡Ay!, ¡pobrecito!, se nota que está incómodo así!... qué bulto tiene!; en un segundo, entre las dos, me bajaron el jogging;

Alicia, quiso tener el derecho de tomar mi pene con su mano izquierda, mientras su amiguita, no perdía detalle de cómo ella me masturbaba suavemente, y levantando lentamente su falda, mostró sus piernas enfundadas en medias negras que le llegaban hasta las ingles, una gran mata de pendejos negros que cubrían su concha y una bombachita de color negro, sobre la cual comenzó a frotar su mano; yo, me volteé hacia donde estaba nuestra "víctima", le pasé la mano derecha por sobre la blusa, al no encontrar resistencia, la metí por adentro de la misma, tocando un pezón sumamente rígido, debido a la excitación que la envolvía, seguí avanzando con mi mano, la deslicé por su espalda, y con cuidado abrí el cierre del sostén, tirando hacia abajo el mismo. Desabroché los cuatro botones de la blusa, y observé sus dos hermosas tetas; sin poder contenerme, empecé a lamerlas, con lo que le arranqué los primeros jadeos de calentura, entonces, ella también quiso tomar mi miembro con su mano derecha, apartó suavemente a Alicia, y comenzó a masturbarme, acariciando mi pene. Yo soy un hombre que tiene bastante dominio de la eyaculación, no soy de aquellos que introducen su miembro en la vagina, y enseguida largan su leche, dejando verdaderamente en ayunas a su compañera.

Alicia mientras se deleitaba observando con lascivia a su amiga cómo me masturbaba, comenzó a quitarse el pullover, el sostén, luego su jean, y por último, su bombachita, minúscula, siempre metida entre sus nalgas, mostrando su afeitada concha... Se acercó a mí, tomó una de sus tetas, me la puso en la boca, y me dijo:

-"Chupámela papi, chupale la tetita a tu nena...

-¿Te gusta como te hace la paja mi amiguita?"

-"Viste qué puta es?", y otras frases por el estilo...

Al escuchar esas palabras, "la nena" se abalanzó sobre mi pene; empezó, primero, a pasar su lengua suavemente, luego trató de introducírselo en su boca, ( mide unos 16, por 4 centímetros de grosor); cuando lo consiguió, comenzó a mover su cabeza hacia adelante y hacia atrás, mientras yo deslizaba un dedo en su cuevita, totalmente encharcada de jugos...

Alicia gozaba con ese espectáculo, y no me dejaba retirar mi boca de su teta, mientras comenzó ella, una furiosa masturbación, metiéndose uno, dos y tres dedos en su vagina, sacándolos empapados e introduciéndolos en mi boca para que yo se los chupara de vez en cuando. Llegó un momento, ese momento para el hombre, en el cual el deseo de eyacular se torna imperioso e imposible de controlar, y sin avisar, acabé en la boquita de "la nena", que algo sorprendida ( luego me dijo que no había experimentado nunca esa sensación), retuvo mi semen, cosa que advirtió Alicia, que rápidamente tomó entre sus manos el rostro de su amiga, le hundió la lengua e hizo un trasvasamiento de leche... esto parece que las calentó aún más a ambas, se pusieron de pie, se abrazaron besándose y tocándo simultáneamente sus mojadas conchas y sus pegajosos culos, se recostaron en mi cama, e iniciaron un "69" de novela, todo esto matizado con exclamaciones de placer...

  • Alicia: Vení putona...dame esa concha...

  • La amiga: te gusta mi concha, Ali?

  • Alicia: Sí, te quiero pajear!

  • La amiga: Pajeame, mamita, pero dejame tocarte la concha a vos...

  • Qué mojada la tenés!

  • Y la tuya, también!

  • Alicia: Virginio, poneme la pijita en el culo!...despacito, eh?

  • La amiga: Pero después me la ponés a mí, eh?

  • Así, Ali...frotá tu concha con la mia, qué rico, puta!... qué rico!...

  • Aplastá tus tetas contra las mias...mirá que duros están los pezones!

  • Sí, pajeame! yo te pajeo con mis dedos, querés?, te gusta?

  • Siii! no pares, putona!...

  • Meteme los dedos en el culo, Ali!

  • Así? te gusta que te meta así los dedos en el culito?

  • Siii! meteme dos más, pero despacito!

  • Aaah! qué lindo!...

  • Querés que te meta yo un dedo, Ali?

  • Virginio me puso la pija, ya... qué rica la tiene!...siento como si me quemara!...

  • Ali: Aaah!...voy a acabar!...Tomá puta, tomá mi leche!...

  • Dámela toda, amorcito!, exclamó la amiga.

  • Ahora!...ahora!...ahoraaa!, exclamó Alicia, corriéndose de inmediato, con un violento orgasmo que bañó de jugos las piernas de su amiga.

  • Si, madre! tomá la mia!, tomala, puta! - dijo la amiga-... te doy mi leche!... mirá cómo me sale!...

  • Todaaa!...todaaa!...en tu puta concha!...

  • Dame la tuya, Ali! dámela toda en la mano!...asiii!...asiii!...

Los espasmos duraron unos dos minutos...luego jadeantes y satisfechas, ambas se besaron tiernamente en la boca...

...Mientras tanto, yo -que me estaba pajeado en el culo de Alicia-, acabé también, lanzando varios chorros de tibia leche, abrazando a las dos chicas, y untando sus tetas.

Alicia tenía sus dedos empapados por los jugos de su amiga, los olió golosamente, se los dio a oler a ella y luego ambas intercambiaron esos dedos metiéndoselos en sus bocas.

Alicia la giró a su amiga, su cara quedó frente a su culo, metió la nariz en el ojete, aspiró profundamente el delicioso olor que emanaba, y pasó la lengua suavemente, exclamando:

  • Qué lindo culo tenés, putita...me enloquece su olor...

  • La amiga dijo:

  • Ali...yo tambien quiero verte bien el culo...date vuelta, dejame abrirlo...quiero olerlo y besarte el ojetito...mmm...qué delicioso!, putita...

Dejando el culo de Ali, su amiga puso su nariz impregnada de olor a culo, sobre la nariz de Ali...luego se besaron en la boca, apasionadamente...

Alicia inclinándose, olió la concha de su amiga, apartando la espesa mata de pendejos que protegía su entrada, siguió oliendo, lamió sus labios exteriores, metió su lengua en esa vagina que estaba aún repleta de jugos, los recogió y besó en la boca a su amiga...

  • Este olor... me enloquece, Ali!...

  • Me gusta olerte la concha!...Ali...

  • Dámela!...abri bien esas piernas!, me encanta tu concha...

  • Parece la de una nena!...

  • Me gusta mucho, porque no tiene pendejos!...

  • Quiero olerte adentro...Aaah!...qué aroma!...

  • Tocame las tetas, madre...pellizcame fuerte los pezones...

  • Mirá como los tengo!... parecen de piedra!...

  • Apretalos, Ali!...asiii!...asiii!...

  • Metete la teta en la boca, chupa, chupa!...

  • Chupame más fuerte, puta de mierda!

  • Aaah!, qué rico, putita!...

Me fui hasta el baño, me higienicé y desde allí pude escuchar unos fuertes jadeos y gritos: ambas estaban haciendo otro 69...( da la casualidad, que las dos son multiorgásmicas, de ahí la insatisfacción de nuestra invitada con su esposo). Me tomé mi tiempo, abriendo la heladera, sirviéndome un vaso de jugo de naranja, y ya más calmado, entré nuevamente al dormitorio, ¡el 69 seguía!; mi miembro se levantó como un resorte al ver abierto el hermoso, generoso, culazo de Alicia, que estaba arriba de su amiga, me acerqué entonces, subí a la cama, se lo besé y le pasé suavemente mi lengua por la canaleta, le introduje muy lentamente el dedo anular de mi mano derecha, haciéndolo girar, suficientemente ensalivado, mientras amasaba sus pechos, deteniéndome en sus pezones, aplicándoles a estos, una leve rotación de izquierda a derecha, hasta que mi amiga, invirtiendo la postura, se colocó encima de Ali, y exclamó:

-" Papi, meteme la verga en la concha, ¡cogeme!"

Así lo hice, hundiendo de un solo golpe, mi verga en su inundada concha; casi enseguida Alicia acabó por enésima vez mientras trataba desesperadamente meter sus dedos en la vagina de su amiga, para tomar mi pene. No aguanté más y acabé por segunda vez en la tarde, llenando esa peluda concha, con el resto de leche que quedaba en mis huevos...

Luego, calmados los deseos, nos bañamos -de a uno- cosa que pedí encarecidamente, pues tenía miedo que volvieran a las andadas... Nos pusimos a tomar mate y a mirar TV; después de un rato largo, nuestra nueva amiga comentó que se le estaba haciendo tarde; ambas, recogieron sus prendas, se vistieron, me besaron cariñosamente en la boca, por última vez introduje mis dedos en sus culos y en sus enrojecidas conchas, oliendo esos aromas que tanto me calientan, y se marcharon, quedando en llamarme, por la noche.

Me tiré en la cama a descansar, satisfecho de haber actuado como intermediario; recibir una lujuriosa mamada, echarme un polvazo, hacerme una hermosa pajita, y calmar las ansias de dos mujercitas, tan calentonas y gozadoras.

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