Bien pagados

Relato 5 del Libro 3 (Chanzas y Fantasías)

Hace algunos años, durante un tiempo, nos radicamos con Jorge en Buenos Aires y cansados de vivir en el Hotel Sheraton, donde desde siempre tenemos habitaciones reservadas en formas permanente, decidimos mudarnos a mi departamento de soltera, en Caballito.-

Nuestra vida transcurría plácidamente y nuestra convivencia era superlativamente buena, pero un día, por un accidente casero, quemé la instalación de luz del living; esperé a que Jorge regresara de su oficina en la Sociedad Rural, para solicitarle muy "melosamente" que solucionara el problema...; el muy turro, aceptó de buen grado mis "mimos", pero en lugar de poner manos a la obra para reparar el desperfecto se despachó con la siguiente excusa: "Ana, yo soy veterinario..., ¿de cuando soy electricista yo?, ni idea tengo de como arreglar esa instalación.- Mejor buscate a alguien que lo sepa hacer.-"

YO: "Grrr...-"

De hecho, nos quedamos sin luz en el living.-

Días mas tarde, vaya a saber porque extraño motivo, no lograba que el agua de la descarga del inodoro dejara de correr; esperé a que Jorge regresara y le pedí que solucionara el problema y otra vez escuché su respuesta: "Ana, ya te dije yo soy veterinario, ¿de cuando soy plomero yo?, mejor buscate a alguien que lo sepa hacer.-"

YO: "Grrr...-"

De hecho, el agua de la descarga del inodoro siguió corriendo libremente y cada vez que se necesitaba usarlo, había que proveerse antes de un balde con agua para hacer correr lo que esmeradamente depositábamos en su taza.-

Otra día, se me trabó la cerradura de la puerta que comunicaba la cocina con el lavadero y al requerir el auxilio de Jorge , este vuelve a contestarme: "¿Y de cuando soy cerrajero yo?..., buscate a alguien que la sepa arreglar.-"

YO: "Grrr...-"

El tiempo pasaba, el invierno se aproximaba raudamente y seguíamos sin luz en el living, con el agua desperdiciándose en el inodoro y con la puerta del lavadero siempre abierta, porque si se la entornaba era muy probable que eventualmente, el viento la golpeara y se le rompieran los vidrios, cosa que había pasado ya una vez; y para colmo de todos los colmos, al pretender elevar la cortina de la ventana del dormitorio, se cortó la correa que la elevaba y la persiana calló estrepitosamente sobre sí misma.-Intenté con mucho esfuerzo, levantarla con mis manos para colocarle algo con que trabarla para mantenerla levantada y en esa "misión imposible", me vió desde su ventana enfrentada a la mía, pero un piso mas arriba, uno de los chicos que habitaban el departamento del 7ºC y solícito, me ofreció su ayuda..., ni lerda ni perezosa, lo acepté y luego de dejar caer nuevamente la persiana, corrí hacia la puerta para permitirles a él y a su hermano ingresar a mi departamento para que me ayudaran.- Eran dos chicos muy serviciales, que rondaban los 18 y 19 años, que se radicaban en Buenos Aires, para inicar sus estudios universitarios, así como yo lo había hecho años atrás.-

Ya dentro, cuando se percataron del estado "deplorable" en que vivíamos, sin luz en el living, con el agua corriendo continuamente en el inodoro, con la puerta del lavadero con sus vidrios rotos y golpeándose permanentemente y alguna que otra cosita mas que para no ser tediosa no les comenté, como por ejemplo la puerta corrediza del placard que era imposible abrirla, se ofrecieron muy gentilmente a realizar todas esas reparaciones menores a las que Jorge, bajo el pretexto de no ser plomero, de no ser carpintero, de no ser cortinero, de no ser esto y no ser aquello, les esquivaba el bulto religiosamente.-

Fuí a comprar los repuestos y materiales que les serían necesarios para realizar todas las reparaciones y al caer la tarde, mi departamento volvió a lucir en todo su esplendor y de "punta en blanco".-

Al retornar Jorge a la noche, se sorprendió al ver que todo lucía impecablemente reparado y me preguntó como lo había resuelto a lo que le contesté que me habían auxiliado los chicos del 7ºC.-

Jorge: "¡Ahhh..., que bien...! ¿y te cobraron mucho?.-"

YO: "Ni me lo hagas recordar..., resultaron ser dos zarpados, los mocosos esos...-"

Jorge: "¿Porqué?..., ¿cuanto te pidieron?.-"

YO: "No, no quisieron plata...- Me propusieron un trato, porque me decían que estaban solos en la Capital y extrañaban a su mamá que los mimaba y a sus novias o "amiguitas".-

Jorge: "¿Sí?... ¿y?..., ¿que te propusieron..., que los amamantaras?.-"

YO: "Y..., algo así, porque me dieron a elegir entre que les hiciera una torta de chocolate o sino que me "enfiestara" con ellos dos.-"

Jorge: "¿Eso te propusieron?...la verdad es que sí..., son unos verdaderos zarpados.- Y decime: ¿te quedó alguna porción de torta?.-"

YO: ¿De que torta?.-"

Jorge: "De la torta de chocolate que le hiciste a los chicos...-"

YO: "Ve... ¿y de cuando, soy repostera yo?.-"