Bettiana

Rubia como de 1.80 con una cintura diminuta, unas caderas bien dotadas y lo que mas me llamo la atención, sus tetas, se adivinaban redondas y duras a través de un vestido corto sin mangas.

Cuando estaba cursando la facultad entable amistad y algo mas con una hermosa chica de un pueblo vecino, en unas vacaciones la llame para avisarle que iba a ir visitarla, nos pusimos de acuerdo y partí para su ciudad.

El micro llego a la terminal de su pueblo a la hora indicada pero Lorena no estaba esperándome como había dicho. Mire por todos lados para ver si encontraba a mi amiga pero nada, me dirigía a una cabina telefónica para llamarla cuando siento que alguien me llama, me doy vuelta y veo lo más parecido que he visto en mi vida a una escultura. Rubia como de 1.80 con una cintura diminuta, unas caderas bien dotadas y lo que mas me llamo la atención, sus tetas, se adivinaban redondas y duras a través de un vestido corto sin mangas.

Se presento como Bettiana, la hermana de Lorena, que como estaba en el centro de la ciudad se ofreció a llevarme mientras mi amiga preparaba todo en la casa.

Viajábamos en una vieja camioneta y ella me dio las llaves para que yo manejara, no habíamos terminado de salir del pueblo cuando la miro para contestarle una pregunta que me había echo y veo que a mi acompañante se le había escapado un pecho fuera del vestido, instintivamente baje la mirada hacia sus piernas y veo que se había levantado su corto vestido y me mostraba no solo sus largas y bien torneadas piernas sino que también me mostraba el inicio de su tanga negra. Desvié la mirada hacia el camino y me quede callado un instante pensando si esa era una actitud provocadora de mi anfitriona o era solo fruto del calor sofocante que hacia en la cabina de esa camioneta.

Bettiana me pregunta en que pienso y yo le digo que no estoy seguro de que ella fuera la clase de chica a la que se le cuenta ese tipo de pensamiento; ella me pregunta que cual clase de chica escucha ese pensamiento; entonces le digo si fueras esa clase de chica me hubieras pedido que parara a la sombra de un árbol alejado del camino para fumarnos un cigarrillo. Bettiana hizo silencio durante un rato, abrió su bolso y luego de buscar durante un rato me dijo parece que se me han acabado los cigarrillos porque no paramos un rato a la sombra de aquellos árboles que se ven allá. Saque la camioneta del camino y nos estacionamos a la sombra.

Bettiana sin animo de ofenderte, le dije mientras le pasaba el paquete de Parliament que llevaba en mi bolsillo, desde hace unos kilómetros que se te ha escapado un pecho, la respuesta de ella me dejo sin palabras. Simplemente se bajo el vestido hasta la cintura dejando al calido aire de la tarde el par de tetas mas hermosas que jamás viera. Inmediatamente me lance sobre ella y nos fundimos en un ardiente beso, baje por su cuello hasta sus ricas tetas y las devore por minutos, que duras y hermosas que eran seguí bajando por su cuerpo hasta llegar a su entrepierna le corrí a un lado la tanga y me encontré con su clítoris que bese, chupe y mordí hasta que Bettiana llego a un sonoro orgasmo que me lleno la boca de sus jugos. Luego Bettiana me bajo el pantalón y me dio una mamada muy sensual que casi me deja seco por la forma que explote en su boca. Sin perder tiempo me la siguió chupando hasta que mi pija se volvió a parar y entonces Bettiana se sentó encima mío tragándose mi pija con su concha toda depilada. Me cabalgo durante largo rato mientras yo le chupaba y mordía esas exquisitas tetas que ella tiene. Cuando después de un rato le avise que estaba por acabar ella me dijo que acabara tranquilo porque ella se cuidaba, entonces vacié casi todo lo que me quedaba en su interior.

Bajamos de la camioneta para respirar un poco de aire fresco mientras nos reponíamos y nos fumábamos el cigarrillo que había quedado en suspenso cuando veo que Bettiana se agacha a buscar el encendedor que se había caído al suelo y le meto el dedo medio en el culo para ver como reaccionaba y me volvió a sorprender porque lejos de querer sacarme el dedo de ahí se empezó a mover en forma muy cachonda tragándose mi dedo en su interior, ahí nomás debajo de la camioneta la hice inclinarse contra el frente de la camioneta y la penetre por el culo, que sensación mas hermosa, ella gritaba como una loca mientras se toda mi pija con el culo yo aprovechaba para tocarle el clítoris con una mano y con la otra acariciaba sus tetas, así estuvimos un largo rato, donde ella tuvo dos acabadas mas, hasta que le llene el culo de mi esperma.

Cuando miramos la hora habían pasado dos horas desde que nos paramos para fumar un cigarrillo y todavía no habíamos fumado ni uno. Nos vestimos y los cigarrillos los fumamos en el camino.

Cuando llegamos les dijimos a todos los que nos esperaban que se había roto el colectivo por eso habíamos llegado tan tarde.