Betina y su familia

Historia de una chica zoofilica

BETINA Y SU FAMILIA

Betina con su culo desnudo por completo en pompa, gime, mientras toca su vagina depilada y fresca y húmeda. Joven. Sus tetas grandes chocan casi contra la alfombra del suelo. Sus pezones están tan duros y alargados, casi explotan de dolor y placer. Ha tenido ya varios orgasmos desgarradores y salvajes. Explota y gime, lanza varios suspiros llenos de lujuria.

En un rincón con los ojos bien abiertos, la Flopy, mira a su dueña encantada de oírla gemir, con unos tres cachorros que le succionaban sus adoloridas téticas. Mientras el macho Gero mete su lengua por toda la raja, como conoce bien, los deseos de su ama, le raspa de arriba abajo con su tremenda lengua áspera, abre los agujeros que chorrean jugos y despiden un olor que a el, como macho perruno tanto le gusta, hace que su pistola se mantenga erguida y soltando líquidos sin parar.

Un cachorro en tanto en la teta izquierda y otro en la derecha chupan sin cesar la mermelada que Betina ha colocado como siempre lo hace para que esos animalitos indefensos le den un placer inimaginable.

Gero otra vez en aquella tarde calurosa se monta sin decir agua va sobre su dueña, que es muy hermosa, con grandes ojos verdes, una cintura fina, unos glúteos firmes y trabajados, brazos largos, muslos redondos y tan deseables como cualquiera, pero ella ama a sus perros, no puede dejar de atender sus necesidades, a pesar de que Gero ya tenga su propia familia, el perro la ensarta, entra con todo en esa vagina que sigue chorreando y teniendo un orgasmo tras otro. Goza como perra.

__¡Oh así mi macho caliente, dame tu pija, así mami quiere tu pija dásela, ahhh, tus hijitos chupan las tetas de manera tremenda, ahhh, si, si!!!__ el perro la abotona nuevamente, se gira y con su larga cola le hace viento y le roza la espalda, ella le toma las patas traseras para que se quedé dentro y no tironee. Ella gime y lanza suspiros de deseos, de arder en llamas infernales.

El pistón de Gero se mete hasta el fondo, es largo, y gordo y a ella le encanta ser sometida por aquel bello animal, fuerte y grande, Flopy se mueve de su lugar, los tres cachorros se han quedado pipones de leche materna, la perra se acerca a la dueña para reclamar por los dos cachorros, Betina sabe, y se los cede, la Flopy antes de echarse, mete la lengua larga en la boca de la mujer que la recibe muy caliente y lujuriosa, juegan un momento y luego la perra se echa para dar de comer a sus cachorros.

Siente los chorros del macho que la inundan y ella se contorsiona con la flecha clavada en lo mas hondeo de su preciada intimidad. Gime y lloriquea, se siente una perra enganchada para siempre a aquella familia perruna.

El perro grande tironea para zafarse, ella grita un poco, pero siente que la bola enorme va moviéndose intentando desprenderse de aquella funda. Salir de la cueva dilatada. Un vez que sale los borbotones de jugos chorrean las piernas, el perro se abalanza con la lengua y ella se tira sobre la espalda para engullir de manera salvaje la pistola aún endurecida y larga del can. La mete, la engulle, la traga, la deja y se bebe los interminables chorros de líquidos de Gero que jadea de manera brutal.

La Flopy con la lengua afuera los observa y apenas se mueve, inmovilizada por los hocicos de sus hambrientos cachorros, además de sentirse adolorida por el constante uso de esas tetitas estiradas y chorreantes de leche materna..

Betina traga la verga roja de su macho animal. Goza realmente de toda aquella situación, mete dos dedos en su vagina mojada, rebosante de jugos, y de allí pasa a su culito y lo abre caliente, con un fuego interior que desconocía hasta hace poco, cuando aquel perro llegó a su vida solitaria y reflexiva.

Ahora entregada por completo a aquella pasión no pasa un día en que no es sometida por su animal de la calle, fuerte, de pelo corto color miel, musculoso, pasional. Muy cariñoso. Entrador. La perra Flopy que fue conocida después se ganó la confianza de ama y amante y fue por eso que concibieron esos hermosos cachorritos que ya están todos prometidos a familias de bien.

La perra en cuestión ha dejado de dar de comer a sus cachorros que se duermen arrollados, tibios, en paz y se acerca a su dueña y señora y como sin querer se adueña de la vagina mojada y llena de semen de su propio macho. Lame arrancando mas gruñidos y espasmos de la joven y hermosa Betina, que se revuelca sin dejar de mamar el trozo de Gero que tiembla de placer.

Sigue vibrando y teniendo orgasmos inolvidables y que no recuerda haber logrado con ningún amante humano. Es la puta de sus canes. Los ama y les da todo y los animalitos también le dan todo, no compiten, y no son envidiosos, solo quieren llenar de gozo a su ama.

Deja la vara que aún gotea y su perra Flopy se retira de la cuevita humeante y jugosa como fruta. Que da tirada con su cuerpo a lo largo de la alfombra, el macho se retira y se echa en un rincón completamente agotado, la perra se retira también y se coloca cerca de los cachorros. Están en la habitación que la casa tiene para ellos, para la familia perruna.

__¡Ahhh como me han hecho gozar y acabar, estoy casi muerta, ohhh, necesito un baño mores!!!__ levanta su figura esbelta y preciosa. Se dirige al baño que es mas bien amplio y cómodo. Se mete en la ducha y goza de un buen baño reparador.

Al rato sale con su cuerpo fresco, oliendo a limpio, el cabello mojado y chorreando agua.

Se sienta al borde de su cama enorme con un amplio acolchado oscuro y fresco a la vez. Se tiende sobre el, se pasa un crema blanca, la masajea en todo su cuerpo, se acaricia sus tetas, los pezones enseguida se ponen erectos, vigilantes, duritos, alertas.

Se toca el clítoris siempre listo, suspira y piensa "no puedo ser tan puta" pero si lo es, quiere que la cojan a cada rato. Es insaciable y allí ve al pie de la cama a Sansón, apoyado en sus cuartos traseros fuertes y gruesos con el pistolón rojo a mitad de su funda, con la punta afuera y húmeda, mus lubricada y caliente. Ella lo ve y le sonríe. Este bello animalito es el habitante del otro ala de la casa.

Se acerca a la bella mujer y le olfatea los muslos, ella se sienta al borde de la cama y acaricia la cabeza del can que ya jadea, pero a la vez tiene un carácter tranquilo.

Lame los pliegues de la conchita y Betina se retuerce apretando sus pezones oscuros, calientes. El perro lame en lo profundo, hunde la lengua en la cueva que chorrea jugos de forma desesperada. Ella gruñe y lloriquea al tener su primer orgasmo con Sansón, tiembla, se estremece y levanta un poco las piernas para que el animal caliente le meta la lengua en su culito dispuesto.

Se corre un poco mas dentro de la cama y el perro salta y sube a la cama. Ella pone un almohadón debajo de su cintura para levantar su grupa un poco más.

El animal ahora ya intenta meter su casa en algún agujero, mientras larga enorme cantidad de líquidos, que luego lame y vuelve a intentar meter su chota.

A ella le encanta este juego, el perro cada vez se pone más caliente y ella también, de vez en cuando lame el hocico de Sansón, y siente que el miembro del animal se hincha en su funda cada vez más.

Sabe que así es más difícil la penetración pero ella tiene tiempo y el perro también.

Vuelve a intentar, y ahora ella lo guía un momento, sobretodo porque no quiere que entre con bola y todo a su ojete elástico y volcánico.

Por fin la vara entra y el animal se mueve con diligencia y velocidad largando sus juegos por todo el túnel, ella grita y abraza a l perro que suelta su lengua y la llena de baba por los pechos y el cuello, al fin queda quieto llenando del todo el ojete divino y rico de Betina que tiene un orgasmo tras otro, muy emputecida y muy perra A ella le gusta así.

Cuando sale de su interior el perro ha logrado un considerable tamaño de su pija, ella la mete en la boca sin pensarlo dos veces, mientras su cola larga todos los jugos depositados por el animal bello y jadeante.

Así estará un buen rato hasta que hará que la posea nuevamente. Y volverá tal vez con la familia de Gero para que vuelvan a penetrarla.-