Besos de cereza
-Así es, la mejor torta de cereza y muchas otras más las prepara mi mejor amiga Carolina, esas tortas te cambian la vida. -Eso tengo que comprobarlo
Besos de cereza
8:30am suena la alarma indicando el inicio de un nuevo día, me estiro y me cambio para ir a correr, elijo un atuendo adecuado a la estación: invierno. Salgo de mi casa, que no consta más que de dos plantas construidas y decoradas por el mejor arquitecto y la mejor diseñadora de interiores, una casa modernista con amplios ventanales y un diseño geométrico que le da un toque futurista. Sin duda la casa de mis sueños, tantos años soportando a los demás peces gordos en el área de finanzas algún día me tenían que dar fruto. Disculpen la descortesía, mi nombre es Alexa B.
Siento el frío en mi cara mientras suena una canción de mi playlist titulado “Running”; desconectarme totalmente del ajetreo de la oficina y simplemente pensar en absolutamente nada más que seguir el ritmo y controlar mi respiración lo considero uno de mis placeres. Recorro los alrededores del vecindario, el cual es un lindo country club con muchos árboles donde se respira el olor a tierra mojada y pino. Subo la colina y a lo lejos observo un camión de mudanza en la misma casa que hace tiempo atrás me ofrecieron comprar pero era demasiado grande para mí. Bajan cosas de bebé, algunas cajas y muebles, tienen buen gusto por lo que veo. De la casa sale una mujer rubia, de unos no más de 25 años y en sus brazos un bebé cobijado con muchas frazadas, la mujer me mira y hace un ademán para saludarme a lo que yo amablemente respondo y me acerco.
-Hola, buen día, por lo visto seremos vecinas, mi nombre es Alexa, vivo a unas cuantas casas de aquí.-dije extendiendo mi mano
-Hola, mucho gusto Alexa, mi nombre es Andrea y ella es mi pequeña Sophie, acabamos de llegar y justo pensé que sería bueno ir conociendo a los vecinos.
-Owww! Es una bebé hermosa-digo melosamente mientras veo a esa pequeña entre tantas frazadas- Yo llevo aquí un año apenas y conozco a varias familias, el residencial es muy grande, pero ésta es la zona más tranquila y cálida, seguro y no tardan mucho en llegar varias familias a tocar el timbre para presentarse y de igual forma llenarte el refrigerador con tortas y comida, tal y como a mí me hicieron, creo que es una tradición, así que prepárate guerrera-dije juguetonamente
-¿De verdad? Wow! Me alegra saber eso, pensé que al mudarnos aquí estaría sola con John y Sophie, no te quito más el tiempo, cuando quieras pasa por un café y seguimos platicando.
-Te tomaré la palabra, espero verlas pronto, cuídense.
Andrea parecía una mujer muy amigable y entregada a su familia, continué mi recorrido ida y vuelta, al llegar a casa ya eran las 10:15 y tuve que correr a ducharme y vestirme, iba tarde a la oficina y el señor Müller odiaba la impuntualidad, bajé rápidamente al garaje y subí al auto, arranqué y aceleré a tal punto que las llantas rechinaron. Salí del residencial y llegué sana y salva (aunque con algunos insultos a mis espaldas por parte de los demás conductores) a las oficinas de M&G consulting. Estacioné el auto y subí rápidamente por el elevador para directores, al llegar ahí estaba el señor Müller hablando por celular, me escabullí sin ser detectada, o eso creí yo, pues, apenas al sentarme en la silla detrás del escritorio sonó el teléfono que conectaba únicamente con la oficina del jefe y ya se imaginarán la que se me lió. Pedí el desayuno al restaurante muchas veces recurrido por la empresa, pues no había comido más que una barrita de cereales y un vitamin water. El día se me pasó igual que muchos otros, redactando mails, confirmando juntas, asistiendo a las mismas y como cosa rara pensé en el amor y en el que tal vez ya era hora que el destino juntara mi camino con el de alguien más…
-¡una chica que me deje estar los domingos en pants y quiera ver los partidos conmigo si no es mucho pedir mundo!-Grité estúpidamente en mi mente y me reí ante tal pensamiento.
Recordé que no le había preparado nada a los nuevos vecinos, seguro las demás familias ya los habían atascado de comida, así que mejor fui a la plaza más cercana a comprar algún detalle para la pareja y la bebé.
Al regresar a la oficina unos clientes y algunos colegas me invitaron a comer, entre ellos mi brother from another mother, mi BRODA (no por ser verde, ni pequeño sino por ser mi gurú) Bruno, un chico al que conocí en la facultad y que poco a poco se fue convirtiendo en mi mejor amigo, con él pasé muchas cosas tanto buenas como malas, me apoyó cuando mi padre me corrió momentáneamente de la casa y no me pagó la facultad, siendo Bruno y su familia quienes me dieron apoyo económico mientras se arreglaba esa tormentosa situación.
Los clientes eligieron el lugar donde comeríamos, el cual yo no conocía, pasamos por unas calles irreconocibles para mí, pero que al llegar me dejó estupefacta, era un local exquisitamente decorado, una decoración sobria y delicada, luz tenue y un Deep house sonando en el fondo, ¿cómo es posible que no conocía ese lugar o había escuchado hablar de él?. Nos dirigieron a la mesa ya reservada y cada quien tomó asiento.
-Estupenda elección Sr. Rodríguez, me ha encantado el lugar-dije amablemente.
-Gracias Señorita Betancourt, fue un descubrimiento que hicimos mi esposa y yo mientras en una tarde lluviosa el GPS nos trajo hasta aquí, la chef es un genio.
Pedí salmón con salsa de tamarindo, arroz salvaje y ensalada de la casa que sin duda hicieron mis papilas gustativas explotar de emoción, pero sin duda, lo mejor fue la torta de chocolate amargo, esa chef era un genio en el arte culinario. El Sr. Rodríguez mandó traer a la chef, ya que como explicó después se había convertido en buena amiga suya; lamentablemente ese día la chef había salido de improviso. Nos retiramos del restaurante no sin prometerme a mí y a Bruno regresar y probar demás manjares que ofrecía el lugar.
Al llegar nuevamente a la oficina Bruno se quedó conmigo charlando un poco sobre lo que nos había parecido el lugar y diversas cosas.
-Para mí que te gusta la chef aún sin conocerla, si ella cocina así y diseñó el lugar no dudo en que pidas y se case contigo aún y sea fanática de los Mets-dijo burlándose
-No digas tonterías! Me gustó el restaurante, sí, pero es pecado ser fanático de los Mets, además tú bien sabes que no soy tan fácil de enamorar-dije recostándome en la silla de cuero negro
-Oh sí, veamos, “eres un enigma, eres UNDISCOVERED, te deberían de llamar Alexa Grey” Natalia, marzo 2015 hahahahah- dijo estallando de risa mi querido bruno
-Nunca debí de contarte lo que dijo Natalia después de terminar con ella, me arrepiento de verdad-Le dije mientras le aventaba un cojín que tontamente se estampó en su cara
-No me dolió señorita Grey, pero usted y yo sabemos que es una romántica empedernida que busca a alguien que los domingos o los días de juego se queden en pants a ver ESPN mientras comen helado de cereza y que puedan compartir jerseys ¿no es así cariño?-lo dijo con su ya clásico tono sarcástic-odivertido- inglés
-Me conoce más que a nadie Señor lloro con “Diario de una pasión”-dije levantando mi ceja con tono burlón
-Me retiro señorita, hoy tengo cita con una candente chica
-Me das asco, vete ya, te amo idiota- dije levantándome de la silla y abrazándolo
-Lo sé cariño, también te amo, lleva cuidado
Terminé unos pendientes y salí de la oficina a eso de las 6:00pm, conduje por la ciudad y pasé al supermercado a comprar cosas para la cena y uno que otro antojo. Llegué a casa y me dispuse a cocinar algo sencillo y rápido para ver alguna serie que pasaran, finalmente llegó el momento de dormir no sin antes pedir de nuevo una chica que los domingos usara pants y no fuera fanática de los mets.
Sonó de nuevo mi alarma y por fin era viernes, había quedado en ir a un lounge con Bruno y algunos otros amigos, así que me levanté con más ganas de las normales, me duché, vestí y si… ¡me dio tiempo de desayunar!
Salí con tiempo de sobra y me dirigí a la casa de Andrea con los presentes que había comprado el día anterior, había comprado un pequeño oso de peluche para la bebé y una botella de vino para los padres; al aproximarme, los vi despidiéndose -Ojalá yo tuviera quien me despidiera con un beso que grite ¡regresa que ya te extraño!-
Estacioné el auto junto a la casa y bajé con las bolsas, Andrea sonrió al verme
-Hola! Qué bueno que te pasaste y gracias por decirme de la tradición que tienen aquí, ahora no tengo contenedores para poner toda esa comida
-Les traje unos pequeños presentes, un oso de peluche y una botella de vino como bienvenida, ¿tendrás un poco de la tarta de cereza de la familia Smith?
-Muchas gracias por los presentes, no te hubieras molestado…de echo creo que sobra un poco, ayer John y yo nos devoramos esa deliciosa torta, es la segunda mejor que he probado-dijo invitándome a pasar dentro de la casa
-¿La segunda mejor?
-Así es, la mejor torta de cereza y muchas otras más las prepara mi mejor amiga Carolina, esas tortas te cambian la vida
- Eso tengo que comprobarlo
-Justamente te quería ver para invitarte mañana a un pequeño brunch que estoy organizando para conocer mejor a las demás familias e inaugurar la casa
-Me parece estupendo, supongo que ¿empieza a las 12pm? ¿necesitas ayuda en algo?
-No, muchas gracias, ya tengo todo planeado, pero si quieres llegar más temprano no te preocupes, con gusto te recibimos
Tomé café junto con una rebanada de la torta de cereza que tanto me gustaba, hablé un poco más con Andrea y me pareció que teníamos muchas cosas en común, además de que era alguien muy amigable y te contagiaba la risa y el buen humor, la bebé no lloró en ningún momento, le encantaba dormir por lo que imagino. Salí de la casa y me dirigí a la oficina preguntándome: ¿Será que una torta me pueda cambiar la vida?
Hola, muchas gracias por leer, es mi primer relato y espero les guste.
Me gustaría leer sus comentarios/opiniones, que es lo que a un escritor le anima a seguir; les dejo mi mail en el perfil.
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