Besos de cereza 3

Me recargo sobre la puerta de la cocina que, repentinamente se abre dejándome ver a la causante de mis delirios, la dueña de esa hermosa voz, la…¿hermana de Andrea?

Vi a los de seguridad acercarse rápidamente cuando siento un fuerte golpe en mi pómulo derecho, un seguridad corrió hacia mí para evitar la caída, yo solo lo tomé del hombro para sostenerme. Los de seguridad lograron contener a la chica y Lucía fue hacia donde yo estaba.

-Joder Alex, déjame revisarte… ¡tienes abierto el pómulo!

-¿Mariana qué mierda te pasa? ¿Por qué haces esto?

Esa voz….

Capítulo III

Despierto por un fuerte olor a alcohol en mi nariz y un ardor en mi pómulo derecho, poco a poco mis sentidos se agudizan y escucho a Lucía tratando de hacerme reaccionar a lo que yo abro los ojos lentamente.

-¿Sabes que odio los hospitales verdad? –Veo a lucía directamente a los ojos e instantáneamente se forma en ella una de las sonrisas más lindas que he visto

-Tú siempre con buen humor –depositó un beso en mi frente –la loca del bar te dio un fuerte golpe en el pómulo y logró abrírtelo, por suerte no fue tan grande la cortada y solo fueron cuatro puntos

-¿Si fue tan poco por qué no me llevaste a casa y me curaste ahí?—omito preguntar lo que pasó, pues sé que Lucía se volverá a enterar y no quiero más drama por hoy

-Quería asegurarme que no tuvieras nada más Alex

-Gracias, Lu, eres un ángel ¿Dónde están los chicos?

-Están esperando afuera, ¿los hago pasar?

-No, yo ya me quiero ir, me siento mejor, solo me arde un poco pero ¿podemos irnos ya? Te lo ruego pulguita porfa –hice un puchero y puse mi mejor carita de cachorrito

-Ay Alexa tú nunca cambias, y sabes que no me gusta que me digas “pulguita”, que tú seas una maldita jirafa no es mi problema, pero está bien, ya tramitaré tu salida

-Gracias pulguita—dije lanzándole un beso mientras salía del consultorio

Pequeños flashbacks de lo que pasó en el lounge llegan a mi cabeza y esa voz vuelve a erizarme la piel, tengo que averiguar si Bruno vio el rostro de aquella chica y lo que pasó después de eso. Escucho que tocan la puerta y es nada más y nada menos que Bruno.

-¡Rocky, rocky! Hahah yo que tú,  pedía un reembolso por las clases de artes marciales mixtas y de defensa personal… es broma cariño, pero no entiendo qué pasó ¿por qué no esquivaste el golpe?

-Ni yo lo sé—es verdad ¿dónde carajo quedaron esas horas de artes marciales? –pero lo importante es que no pasó a mayores, ¿qué fue lo que pasó mientras estaba inconsciente?

- ¡Uy baby! Nosotros no supimos nada hasta que los de seguridad nos fueron a buscar a la mesa y nos dijeron que había un altercado con ustedes,  yo solo te vi siendo atendida por Lucía y después te trajimos al hospital en el auto

-¿Y de la chica que me golpeó y sus acompañantes no sabes nada?

-No, solo supe que las echaron de ahí y que Lucía quería poner una denuncia pero creo que ya no hizo falta ¿Quieres que te investigue para irles a dar un sustito? –remarcó la palabra con su ya característico tono de mafioso italiano

-Hahah calmado Corleone, ahorita solo quiero largarme de aquí y llegar a mi casa –ya no aguanto el maldito olor a hospital y las paredes blancas, necesito de mi cama y algo para el ardor en mi pómulo.

Patrick entró al consultorio y charlamos un poco sobre cómo me sentía y lo que recordaba, después de unos diez minutos entró Lucía con un expediente y la orden de salida. Me ayudaron a levantarme y Bruno me ayudaba a caminar entre los pasillos, ya que me negué a usar la silla de ruedas. Con cuidado me monté al auto en la parte de atrás y me quedé profundamente dormida.

Despierto con un poco de dolor de cabeza, demasiada sed y el estúpido ardor en mi pómulo, me muevo un poco y siento un peso a mi lado, es Lucía quien está durmiendo plácidamente a lado mío, observo con delicadeza su rostro, esas pestañas largas, su respiración pausada y profunda, sus cejas perfectamente depiladas, sus labios ¿Perdón? ¿Desde cuándo me fijo en sus labios? Eso de estar en sequía sexual no ayuda para nada. Me levanto poco a poco y busco mi móvil para ver la hora 9am, me quedo sentada al borde de la cama unos segundos para después ir al tocador y verme al espejo. Pensé que la cortada era más de lo que era y gracias al cielo no es así, no son más que 3 o 5cm y dos pares de suturas cubiertas por una bandita color piel. Regreso a la habitación y Lucía todavía sigue durmiendo, pobrecilla, después de lo que le hice pasar no merece menos que le prepare el desayuno. Me dirijo a la cocina, amplia, con detalles en negro y metal, una isla rectangular y todos los utensilios necesarios para preparar cualquier tipo de platillo, he de decir que me encanta cocinar y se me da muy bien. Decido preparar un omelette au saumon con finas hierbas y de beber Grapefruit Rosemary infused S. Pellegrino. Pongo un poco de música en los speakers y hago que solo se escuchen en la cocina, pongo manos a la obra mientras escucho  “Are you with me-Lost frecuencies”.

-Mmm eso huele delicioso alex ¿Cómo va el pómulo?—dijo Lucía acercándose a mí y dándome un abrazo

-Me alegra que te guste, me pica y arde un poco pero bien, gracias por curarme y acompañarme en la noche—voltee el omelette tomando el mango del sartén y dándole una vuelta como lo hacen los cheff para presumir de sus skills—

-Wow, no sabía que fueras tan buena cocinando, porque en la universidad te veía comiendo atún y sopa instantánea hahaha, no es problema, decidí quedarme porque no sabía cómo ibas a reaccionar y ayer al llegar a casa no te despertaste por más que bruno te movió—Lucía tomó asiento mientras yo preparaba la mesa y servía—

-Ya ves, lo que hacen unos cuentos videos en youtube y unos buenos cuchillos, provecho

Desayunamos muy amenamente, hablando sobre los cuidados que tendría que llevar con los puntos y cuándo habría que quitarlos, también habló un poco sobre lo que había pasado ayer, aunque no me dio mucha referencia de las chicas, simplemente me dijo que la que me había golpeado estaba muy tomada y cuando pasamos Lucía la había empujado un poco y eso desató su furia. Recordé el brunch que había en casa de Andrea e invité a Lucía, cosa que rechazó porque tenía que ir a ver a sus padres como cada domingo, pues hacían un asado con sus tres hermanos y sus sobrinos, ella era la más pequeña y la única médico de la familia. Me ofrecí a llevarla pero pidió un UBER sin yo darme cuenta, la despedí con un abrazo y un pequeño beso en la mejilla, dándole las gracias por todo.

Me duché con extremo cuidado, elegí un outfit de acuerdo a la ocasión que constaba de un V-neck sweater lacoste y unos trousers negros. Pasé a comprar unos tulipanes blancos y dos botellas de veuve clicquot para no llegar con las manos vacías, pues, llegar sin nada es un poco descortés para mis modales. Llegué a casa de Andrea un poco después de las 12pm, ya se veían algunos autos estacionados en las aceras y algunas familias entrando a la casa. Bajé de mi auto rumbo a la casa y ahí estaba Andrea y su esposo John recibiendo a los invitados.

-Alexa, un gusto que hayas venido, te presento a mi esposo John Hamilton—era un hombre de aproximadamente 1.90 de estatura con  rasgos ingleses

-El placer es mío, forman una linda pareja, por cierto, traje un presente—Andrea resultó una amante de los tulipanes y John del buen beber

Me adentré a la casa junto con John para poner las botellas en un cubo con hielo, al ir por los caminos saludábamos a algunas familias y platicábamos un poco, me contó que sus padres eran británicos y que había decidido mudarse por cuestiones de trabajo y para establecer una familia, sin duda era un hombre de admirar, entregado completamente a su esposa y a su pequeña. Pasé un tiempo hablando con los señores Griffin, una pareja que no pasaba de los 50 años, nunca habían tenido hijos, sin embargo eran unas personas encantadoras, con Harold hablé sobre la situación de los mercados emergentes y de las bolsas mundiales, él es economista y sin duda hablar con él era un placer, con Margaret, su esposa, quien es pintora,  entablamos una conversación exquisita sobre exposiciones de artistas que estaban en la galería del down town y sobre algunos secretos de cocina. Realmente la estaba pasando de lo más ameno, llegaron más invitados, que no sobrepasaban de los 50 pero que sin duda hacían un brunch muy a gusto.

Llegó la hora de abrir las botellas y yo me ofrecí para hacer un viejo truco, el de abrir la botella con un cuchillo, los niños amaron el truco y los más grandes me pasaban sus copas para servirles. Bebí una copa en compañía de los anfitriones que me permitieron cargar a la bebé y hacerla reír un poco mientras hablábamos de nuestras vidas. Se conocieron en la universidad, donde Andrea estudiaba artes plásticas mientras que John estaba en la facultad de finanzas, en un principio no fue fácil ya que se llevan 4 años, y sus familias eran un poco diferentes, pero en ellos había perseverancia y sobre todo AMOR, cosa que hizo a las familias aceptar y alentarlos, he de decir que  hasta me dio un poco de envidia tener a alguien que me mire así, con tanta admiración, deseo, cariño…

Pasamos al jardín de atrás para empezar con el asado que los hombres preparaban mientras que las mujeres disfrutábamos de algunos canapés. Pasando algunos minutos tocaron el timbre y Andrea me pidió el favor de llevar a la pequeña Sophie a dormir, ya que había caído rendida y ella tenía que ir a la entrada. Tomé a la pequeña en mis brazos con mucho cuidado y me dirigí a su habitación, la coloqué sobre su cuna y la arropé con una frazada, deposité un pequeño beso en su frente y la observé por un tiempo, había heredado los rasgos ingleses de su padre y abuelos, pero con los ojos azules de Andrea. Salí de ahí con cuidado de no despertarla y me dirigí al jardín, al ir pasando por la cocina me detuve un poco al escuchar la voz de Andrea.

-¡Joder Caro! Te dije que llegaras más temprano hermanita, ya John puso el asado y casi empezamos sin ti—la voz de Andrea sonaba un poco enojada

-Lo siento, solo que el restaurante estaba a reventar y tuve un problema anoche— ¿es ella? ¿son hermanas? ¡Oh dios!

-¿Ahora qué pasó? ¿Fue Regina verdad? --¿Quién será Regina? ¿Será ella la que me golpeó ayer?

-Sí, ayer fuimos a un lounge y tuvo una pelea

Empiezo a tener un poco de escalofrío, necesito una copa urgente , necesito recargarme sobre algo sino voy a caer, me recargo sobre la puerta de la cocina que, repentinamente se abre dejándome ver a la causante de mis delirios, la dueña de esa hermosa voz, la…¿hermana de Andrea?

Gracias por leer la continuación, espero sus comentarios y valoraciones.

Pulga: Oyeee me debes unas arepas con carne y queso ok? Te dedico esta continuación para que no te enojes hahah!

Besos y cerezas