Besos Amargos Color Escarlata

¿que es lo que jamas perdonarías?

Sra  Lucia Andrade

Que frio suena decirte tu nombre cuando acostumbraba a decirte amor, que extraño es no tenerte a mi lago cuando compartimos lo más bello momentos  de nuestras vidas, besar esos dulces labios era mi locura, ver esa blanca piel erizada por mis caricias mi droga, tu perfume y  dulce vos  mi perdición, hay mujer pero que mal me hacías. Todas nuestras alocadas noches de pasión las llevo clavadas en mi corazón como dagas que atraviesan mi pobre alma herida y es que amarte ha sido el mejor de mis errores y la condena de la cual doy gracias.

No sé qué ocurrió esa noche, son confusos los recuerdos o quizás muy dolorosos pero tengo que relatarlos para ver si difieres en mí aunque dudo que me respondas, ya que no he recibido respuesta a las últimas cartas que  te he enviado suplicando tu perdón, lo contare como lo recuerdo aunque mis lagrimas manchen la hoja y borren las letras.

Llegué a casa a eso de 7 de la tarde cansada como de costumbre pero alegre, tu presencia en ese pequeño departamento hacia la diferencia, solo abrir la puerta note el exquisito aroma romero mesclado con esencias, mmmm pensarlo me agua la boca, entre en mi cocina que debo confesar que jamás utilice. Hay estabas de espaldas a mi… no te habías dado cuenta de mi llegada, estabas concentrada en picar y seguro en algún pensamiento de los tuyos el cual no me revelarias…me acerque despacio y te abrace por detrás… mis brazos se anclaron a tu cintura y mi rostro se camuflajeo en tu cabello oscuro  adsorbo tu aroma a Jazmín, dejaste el cuchillo y me acariciaste los brazos disfrutando de mi abrazo.

-andas cariñosa hoy- dijo en forma de susurro

-¿cuando no soy cariñosa contigo?

-¿quieres que te sea sincera?

Respondí a su pregunta con un beso en el cuello, de esos que la dejaban callada y aumentaban su respiración

-Cielo, estoy cocinando

Seguí mi recorrido por tu cuello con mi lengua y llegue a la parte posterior de tu oreja, deteniéndome en tu lóbulo el cual comencé a morder suavemente, estabas a punto de caer en mis manos y lo tenias claro, no podías negarte a mis carias, no podías ni pensar  entre mis brazos. Arqueaste tu cuello permitiendo más fácil mis besos, tus suspiros inundaban el cuarto

-¿no tienes hambre?

-Tengo hambre de ti preciosa- le susurre al oído

Se dio vuelta y tomándome por la cabeza con sus manos, me beso con la pasión contenida de largo tiempo sin intimidad, mordió mi labio interior hiriendo un poco la comisura, que mujer tenía entre mis brazos, preciosa, apasionada, dulce, elocuente. Describirla sería tan fácil como  hablar, conocerla era mi mejor arma ante esa peculiar mujer, pero amarla nunca fue fácil.

Besos y mas besos, carias por todos lados y comencé a desabrochar tu franela blanca, no me detuviste y seguí mi camino desnudando con mis manos y besando la piel descubierta, dejando solo tu sexy lencería negra. Pero algo ocurría, nunca estabas tan pasiva, fue en ese momento que descubrí una lágrima en tu mejilla, me acerque a tu rostro y lo tome con una mano desde el mentón examinando tu expresión de  profunda melancolía.

-¿Qué ocurre?- pregunte atónita con un tono de profunda duda

Rompiste en llanto y mis temores comenzaron a florecer, no te abrace, no entendía que ocurría y las dudas me llenaron la cabeza de pensamientos, me miraste con tus ojos llenos de lagrimas y un escalofrió recorrió mi cuerpo.

-Marta… por favor perdóname- hablabas entre sollozos

- LUCIA…DIME DE UNA VEZ QUE CARAJO PASA

Lloraste con más intensidad y me desespere, te tome por los brazos muy fuerte y te exigí una respuesta que no llegaba, las lagrimas no cesaban y eras incapaz de mirarme a los ojos. Solté uno de tus enrojecidos brazos para tomarte por el rostro obligando que me observaras.

-me acosté con Martin

Te solté y me fui al extremo dónde estabas en un principio dándote la espalda, ciega de ira y dolor… por que Martin, ese hijo de puta que te había desgraciado la vida, por el que habías perdido tu bebe y sacrificado tu vida, que coño ocurría en tu cabeza…¿Serias alguna vez capas de olvidarlo? ¿De no caer en sus manos? No te acercaste, sabias que ser infiel era lo último que te perdonaría aun amándote como te amaba, aun que eras indispensable en mi vida.

Me voltee  para verte enrollada en el piso, casi desnuda y empapada en tus lagrimas que poco me valían en ese momento, que insignificante te veas, indigna y sucia mujer, acabadas de herir a quien más te amaba en este mundo por un polvo desgraciado e inmundo. Ninguna hablo, el silencio perturbador y el frio desconsolador habitaban el ambiente, en ese instante el cuchillo que tenias en un principio callo a mis pies, detuve mi mirada en el, reflejaba mi rostro, mi mirada de desprecio, una persona que no era yo pero no dejaba de ser parte de mí, lo recogí y lo tenía en mi mano  derecha. Levantaste el  rostro un poco más calmada y notaste mi expresión, mi odio, mi vergüenza. Suplicante con la mirada me pedias que hablara, no tenía nada que decir, el dolor no se expresa en palabras y la decepción no tiene frases, pero si tenía algo que decir.

-lárgate de mi casa – esboce con el peor desprecio que pude

-Amor por favor perdóname, por favor, sabes que ese hombre tiene un poder en mí que no puedo controlar

Yo callaba, dijera lo que dijera era igual, no podía reponer un corazón roto, ni unir con palabras la confianza.

-lárgate ya, vete de mi casa que la manchas con tu presencia desgraciada -me quemaba la garganta las palabras- jamás podrás ser la mujer que merezco por mucho que te ame

Te levantaste y corriste hacia mí, me abrazaste, pedias que no te dejara pero nada iba a cambiar, no me soltabas y yo no forcejeaba, no era yo esa persona que estaba ahí, no lo era lo sé. Sentí en mi mano derecha el cuchillo  y lo que hice no lo puedo  entender aun, te clave la daga  arriba de tu vientre seco y retrocediste con las manos cubriendo el espacio k había dejado. NO, no puedo sacar de mi cabeza esa desgraciada imagen, tu cuerpo se llenaba de sangre color escarlata que emanaba por tu estomago, tu rostro de dolor y asombro, me tiraste una mirada de desconsuelo y volví a ser la mujer que te amaba, mire en mi mano el cuchillo ensangrentado y lo solté cayendo al piso al mismo momento que tu caías también.

Pero ¿que había hecho?, busque mi celular y llame a una ambulancia, me aproxime a ti y me miraste sin decir palabra, puse mi mano en tu herida intentando que no sangraras mas, era un completo monstruo, no pidió dejar de mirarte, cada expresión de dolor, cada difícil nueva aspiración y algo susurraste

-a a aacércate, que no me queda mucho- era un hilo de voz lo que escuchaba pero las palabras se entendían

-Lucia, por favor no, no quise, yooo

-te amo-pronunciaste y tus bellos ojos grises perdieron el brillo de la vida.

…..

Hace ya 3 años que pago en esta celda tu muerte, hace 3 años que  escribo cartas al fantasma de mi amor muerto y sabiendo que no tendré respuesta a mis múltiples peticiones de perdón  borro con mi llanto las palabras pero la culpa es mi compañera de celda y la soledad mi yugo eterno.

_____________________________________________________________________________________

PD: no es que las quiera entristecer a nadie pero simplemente los finales felices no me salen =S ...espero les guste aunque es algo fuerte  y hasta a mi me ha imprecionado lo que puedo escribir...

un Beso a tod@s

desde mi Venezuela amada