Berta (2: Berta toma leche)

Berta comenzó el juego hablando y lo terminó mamando...

Dejé a Berta descansando en el sofá de la sala mientras iba a darme una ducha con agua templada para refrescarme. Estaba caliente y confundido. Me sentía emocionado por lo que acababa de experimentar con Berta, feliz de que ella hubiera disfrutado de mis caricias, y temeroso, como un jovencito inexperto, de lo que pudiera pasar al yo salir del baño.

No podía concentrarme bien en lo que hacía, solo sé que enjaboné mis genitales varias veces, asegurándome de quedar oloroso a limpio y que al salir de la ducha aún tenía partes del cuerpo cubiertas en espuma.

Estaba actuando como un muchacho de 15 ante su primera experiencia sexual y no como el hombre de 63 cuya vida sexual había declinado hacía algún tiempo.

Me miré al espejo. La imagen que se reflejaba no era muy atrayente. El pelo que me faltaba en la cabeza se había ido a crecer en mis orejas, ampliándome la frente. Parecía un oso por la cantidad de pelo que me cubría el cuerpo. La carne de mis brazos y piernas colgaba por el peso de los años. Escondía tras el vello de mi pecho un par de tetillas de considerable tamaño. Por mas que metiera la barriga, no conseguía esconder del todo mi panza. Pero, a la hora de la verdad, nada de eso tenía importancia al enfocar la vista a mi entrepierna. Mi fiel compañero – el que infundía temor a las mujeres estando dormido, seguía causando terror al mostrarse despierto. Y en este momento, no solo estaba despierto… también buscaba camorra.

Tenía miedo de mi desnudez pudiera asustar a Berta, así que me cubrí con una toalla, tratando de esconder mi verga. Al envolverme en ella, mi tranca se asomó orgullosa, alzando la tela. Mi frente tenia el aspecto de una tienda de campaña. Opté por la bata de baño, pero entre mi panza y mi verga me ví aún más gordo… Me dejé de tonterias. Lo que me esperaba afuera era una niña inocente que seguramente nunca había visto sin ropa el cuerpo de un hombre, así que opté por salir sin prenda.

Encontré a Berta sentada en mi cama, con las manos entrelazadas, ansiosa, esperándome. Al verme, dirigió su mirada a mi pene erecto, y abriéndo sus ojos enormes, sorprendida exclamó, "Pa tróoon, no sabia que un pipí pudiera crecé tan grande…!"

Aunque la observación provino de alguien inexperta, me sentí halagado. Y, de pronto, me extraño su comentario. Asumí que si mi pene le parecía grande era porque había visto otro mas pequeño. Que graciosa… Seguramente me estaba comparando con sus hermanitos

"Te parece grande, Bertica? Y por que? Es que los pipís de tus hermanitos son muy pequeños?"

"Uuufff, si patronsito. Claro que los d’ellos son pequeñitos." Y se rió de mi pregunta. "Pero la suya es enorme…! Cuando a mi padrino Aureliano se le pone dura, no le crece tanto. A él se le pone laaarga y flaquiiiita, y usté se le pone grandototóta y gordototóta…", y movió sus manos en el aire, haciendo gestos expansivos.

Me tuve que sentar. esa respuesta, que no me esperaba, me cayó como un balde de agua fría. Senti ira en mis venas, mis mejillas arder, y calor en todo el cuerpo.

Molesto, le pregunté. "Y tú que haces viéndole el palo a tu padrino? Se lo has tocado? Te hizo algo con él? Quiero saberlo todo - ya…"

Habría ese degenerado abusado de la inocencia de esta pequeña niña? No era posible. Berta era toda pureza. Hasta dónde habría llegado ese desalmado? Me sentí tan abatido que mi tranca perdió su dureza

"Aaayyy, patróoon… que ocurrencia! Cómo va a cré que mi padrino me va a andá mostrando el pipí. El solo deja que mi mae se lo toque y se lo vea…"

Esta muchachita me llevaba del cielo a la tierra con tanta frecuencia que de la taquicardia que me daba iba a acabar conmigo… El alma me volvió al cuerpo! Era tanta mi felicidad que de haber tenido 40 años menos, la fuerza y la flexibilidad de entonces, hubiera hecho hasta piruetas en el aire

Me entró curiosidad por saber qué se traía el padrino con su madre.

"Tu madre, Bertica!!! Que alegría que es tu madre. Y tú por qué sabes que tu padrino le muestra su pipí a tu mami?"

"Pos, patronsito, mi padrino nos tiene mucho cariño y siempre nos invita a paseá a su rancho. Mi mae nos lleva tóooos los fines de semana pa’yá. Como el rancho es pequeñiiiito y solo tiene un cuarto, toiticos los chiquitos dormimo regaos po’el piso junto con los grandes. Nosotro dormimo en colchonetas. Mi padrino le dice a mi mae que duerma en su cama po’que dice que la gente grande tiene que dormir en algo mas acolchao. Pos, siempre que vamo pa’ya, en la nooooche, veo a mi padrino que se la muestra."

"Y por qué le muestra tu padrino su pipí a tu mami?"

"Pobresíto mi padrino, patrón. En la noche, a cá ratico le duele su pipí. Un momento lo tiene flojito y de pronto, "chacata!" se le para, jinchao. Tonce empieza, "Aayy… Aayyy… Eustóquia… sobame que se me puso dura…", y mi mae tiene que sobalo y sobalo hasta dejaselo flojiiiito. "

"Berta, tienes que estar muy orgullosa de tu madre. Que mujer tan maravillosa! Tu padrino es un hombre muy afortunado. Yo también sufro mucho de ese problema y no tengo quien me sobe. Mira cómo mi pipí estaba duro cuando salí del baño, se me puso flojito al ratito, y otra vez se me ha vuelto a inflamar. Tú has visto bien cómo tu mamita da esos sobijos a tu padrino?"

‘Claaaaaro, patronsito. La he visto sobá montones de veces y no parece tan complicao…"

"Y tu mamá sabe que tú la has visto?"

"Noooo, patrón, mi mae no sabe ná. Ella cré que toy dormía, pero yo los veo a cada ratico…."

"No me digas, Berta. Cómo le hace tu mami?"

"Pos, lo soba y lo soba, así patrón, mire… p’arriba y p’abajo, p’arriba y p’abajo… (y Berta empuño las manos y las puso una sobre la otra, y comenzó en el aire el movimiento que tantas veces ha visto a su madre hacer al sobarle el tronco al padrino…) y el palo se va jinchando y poniendo mas rojo. Y tonce mi padrino le avisa a mi mae que le viene la leche y ella se mete el pipí en la boca y chupa hasta que "chacata!" le sale una cremita. Tonce mi mae sigue chupando hasta que se le pone flojiiiiito."

Oir las andanzas de la vieja Eustóquia de boca de su hija era de lo más excitante. Los gestos de Berta al narrarla, sus expresiones, la forma como movía el cuerpo me calentaban la sangre.

"Bertica, quiero que me cuentes todo. Has visto qué se hacen tu padrino y tu mamá cuando estan juntitos?"

Emocionada, Berta continuó, "Pos… patrón, si le cuento… Una noche, cuando mi mae pensó que tabamos durmiendo, mi padrino se paró’e la cama y se bajó lo interiores. Esa jué la primera vez que se lo vi. Taba duuuuro, patrón. Mi padrino se sobaba él solito la tranca y miraba como loco a mi mae. Taba muy adolorío… Tonce le dijo bajito, pa no depetanos, "Eustóquia, me muero de ganas… me tienes lleno de leche". Mi padrino se sentó en la cama, recostao en la paré, y mi mae se le sentó al lao. Tenia una bata de dormí puesta, parecída a ésta que usté me dió. Tonce mi mae comenzó a subí las manos suavesito, pasandolas por encima de las tetas (y Berta comenzó a deslizar lentamente sus manitas por sobre su bata…) y mi padrino le dijo, "Despasito, mamita. Muestramelas de a poquito." El se seguia sobando el solito su tranca miraaando a mi mae, hasta que las manos de mi mae llegaron al borde ‘e la tela que le tapaba los hombros y se la empezó a abrise…"

Me estaba derritiendo de lo caliente que me tenia su cuento.

"Berta!" La interrumpí. "Tengo una excelente idea! Vamos a jugar a que soy tu padrino y tú eres tu mamá!" Berta arrugó la frente, interrogante. "Yo estoy desnudo y con la tranca dura, igual que tu padrino en el cuento, y tú tienes puesta esta batica que es igualita a la que tu mami tenía! Qué te parece? Vamos a jugar a que hacemos todo lo que ellos hacen!"

"Siiii, patronsito! Vamos a jugar!!!"

"Me voy a recostar al espaldar de la cama y tu te vas a poner a mi lado, como lo hicieron ellos."

Me senté contra el tope de la cama. Hice campo a mi lado para que se colocara Berta. Vivir su cuento iba a ser delicioso

"Ven mamita. Sientate aqui cerquita de mi." Y Berta se sentó a la altura de mi pecho. "Bueno, ya estamos acomodados como tu padrino y tu mamita. Entonces, sigueme contando. Hagamos todo igualito. Estabamos en la parte que tu mamá se abre el vestido. Muestrame como, Berta…"

Berta se sonrojó. "Mi mami lo hace muy despasito, patrón, porque así es como le gusta a mi padrino… El le dice, "Muestrame tus tetas, Eustóquia…" y mi mae hace así…" Se estaba esforzando por imitar a su madre a la perfeccion, remedando todo lo que la vió y oyo decir. Dejó anudada su cintura. Me miraba a los ojos mientras deslizaba las manos lentamente hacia los bordes de la bata que cubrían la parte alta de su pecho. Mientras, abrió un poco su boca, extrajo y movió su lengua humedeciendo repetidamente su labios. Que espectáculo tan maravilloso.

De forma deliciosamente sensual comenzó a mover sus hombros hacia delante y hacia atrás. facilitando el suave deslizar de la tela, hasta que ésta cayó por su propio peso dejando expuestos sus pechos. Sin dejar de mirarme y sin apuro, sacó uno a uno sus brazos de las mangas y colocó ambas manos en su regazo. Enderezó su espalda, ofreciendome sus senos.

"Berta… Que delicia! Que hermoso es tu cuerpo! Sígueme contando, mamita, que me estas poniendo muy caliente…"

Berta encorvó la espalda y se sonrojó, incomoda por su desnudez. "Pos, no sé, patronsito. Me da peeena…"

"Déjate de tonterias, bebe. Estamos jugando, y todo lo que estas haciendo esta muy bien, mi corazonsito. Me encanta este jueguito." En tono infantil le dije, "Aaaanda Beeerta… sigamos jugando… no seas malita conmigo… un ratiiiito…"

Seguía dudosa.

"Te propongo algo: si seguimos jugando un rato más, el próximo fin de semana te regalo algo bonito. Quieres?"

Comenzó a agitarse contenta. Sus pechitos inmaduros vibraban con cada brinco. "Síiii, siii, patronsito! Me encantan los regalitos!!"

"Te prometo que te voy a dar muchos si seguimos jugando. Saca tu pechito y dime que viene…"

Emocionada, continuó, "Ta bien, patronsito." Arqueó su espalda, nuevamente tentandome con sus pechitos, y prosiguió con el cuento, "Tonce mi padrino le dice, "Pontelos duritos", y mi mae se toca sus botoncitos."

"Mamita, muestramelo todito. Haz todo igualito, bebe. Tú eres tu mamita ahora. Portate como ella. Háblame como ella… Haz todas esas cositas ricas que la has visto hacer…"

Berta deslizó sus manos por sobre la bata caída, subio por sus costillas, y cubrió sus senos con sus manos. De pronto abrió las manos y comenzó a rozar sus pezones unicamente con sus índices, primero haciendo circulitos, y luego yendo de lado a lado, muy lentamente. Con voz sensual me dijo, "Te gusta, papito? Me quieres da una tocaíta?" Y acercó aún más sus pechitos hacia mi, a la vez que colocaba sus manos en su regazo.

"Uuufff, mamita… y tu padrino le da una tocadita?"

Berta asintió.

Llevé mis manos a sus pechitos y suavemente cubrí sus senos. Los acaricié muy, muy suavemente, haciendo erizar su piel. Con las yemas de mis dedos di suaves apretaditas a sus pezonsitos. "Así, mamita?"

"Mmmm… Ooohhh, síii… patróoon, siiii… así mismiiitooo"

Que delicia de niña. Que ganas tenía de cogermela.

Berta estaba privada, disfrutando. Le pedí me continuara su cuento… "Y mientras tu padrino le hace estos cariñitos tan ricos a tu mamita, qué hace ella, Berta?"

"Mmmm, patronsiiitoo… mi mae suspira, y suspira, como uste me tiene suspirando. Tonce acerca a mi padrino a su teta pa que se la chupe."

Con voz ronca de deseo, le supliqué, "Cómo hace, mamita… muestrame como lo acerca, Berta …"

Berta llevó su mano hacia mi nuca, y me dijo, "Ven, papito…tengo algo rico para ti" atrayendome hacia su pecho. Mirandome a los ojos, me dijo en susurro, "Chupame …ponmelas duritas como a ti te gusta…""

Fuí a acercar mi boca a su seno y me dijo bajito, como para que solo yo me enterara, "No, patrón… mi padrino se moja la boca con su lengua antes de pegase…"

Mi boca estaba tan cerca de su pezón que cuando saqué mi lengua para humedecer mis labios, intencionalmente si un par de roces a su botonsito . "Así, Bertica?"

"Uuufff, siiii, patronsito…"

Sostenía mi cabeza con la palma de su mano, como si yo fuera un bebe al que ella iba a amamantar. Con mucho cuidado introduje uno de sus pezones en mi boca y me puse a chupar y chupar, muy suavesito mientras a su otro pezón lo mimaba con delicados pellizquitos. Que placer oir a Berta gozar y a la vez disfrutarla.

"Ohhh, patróoonnn… que sabroso se sieenteee…"

Me alejé un poco del pezón que succionaba y sin dejar de acariciar su otro pechito le pregunté, "Te gusta jugar conmigo a la mami y al padrino?" Y nuevamente me pegue a chupar y chupar su botonsito

"MMmmm… siii, patronsitoooo… Ta muy sabroso este jueguito…"

Berta descanó su brazo libre sobre mi cuerpo, reteniéndome ante sus pechos. Miraba mi boca mientras la chupaba. Contorsionaba su cuerpo, facilitándome el acceso a sus senos. Me retiré para cambiar de mama. "Así es como le gusta a tu mamita?" Y posando mi boca en su otro pezón, lo chupé suavemente mientras las yemas de mis dedos se delizaban en la humedad que había dejado mi boca en su otro botonsito

"Ooohhh, patróoon… así mismiiitooooj. Así e como le gusta a mamita… Que ricas las chupáitas de tetas que le da a mi padrino a mi mae … Siga, patrón, que el la chupa y la chupa como si juera un niño…"

Y chupé y toqué sus tetitas hasta saciarme las ganas.

Recosté nuevamente mi espalda en la cabecera de la cama, y sin dejar de hacerle cariñitos en sus teticas, pregunté, "Y qué hacen después, mi niña?"

"Pos, cuando mi padrino le ha puesto las tetas bien tiesas a mi mae, como me las tiene usté, patronsito, mi padrino le dice a mi mae, "Sóbame Eustóquia, que se me ha puesto muy duro el palo …". Mi mae le agarra la tranca con las manos y empieza a darle un sobijo. Y yo veo que mi mae apreta las manos como si estuviera estrujando un trapo mojao y le menea el palo p’arriba y p’abajo, estruja y menea p’arriba y p’abajo."

Giré mi cuerpo hacia Berta, facilitándole el acceso a mi entrepierna. Mi pene estaba ansioso por sentir sus manos.

"Muestrame, bebe, hazle a mi palo lo que tu mamá le hace al de tu padrino…"

"Yo ví que l’izo así patronsito…" Con sus manos agarró mi palo, comenzando un lento sube y baja, apretando y liberando la presión de sus deditos en mi tronco. A veces entre el subir y bajar, apretar y liberar, incluía un medio giro hacia un lado y hacia otro, como si en vez de una verga tuviera entre manos un atornillador. La sensación era enloquecedora.

"Beeertaaa… que divinura… que tibiesitas tienes las manos…que cositas mas ricas hace tu mami… Mmmmm… que delicia de apretaditas…"

Se veía orgullosa de estar haciendome bien el sobijo.

Cuanta inocensia! Que niña tan especial!

"Mmmm… Ooohhh… Como me gusta este juego, mamita…. Mmmm… lo quiero jugar contigo todos los días … Ooohhh…"

Disfruté de su caricia hasta que sentí que mermaba la presión de sus manitas a causa del cansancio. "Y luego, qué pasa, bebe… sigueme contando…"

"Mi padrino siempre se queja del doló, igualito como los ta haciendo usté. Tonce le pide a mi mae, "Eustóquia, echame babita que está muy seco", y mi mae le echa saliva en su tranca pa’ que las manos le deslicen por toooo el palo cuando se lo menea. "

"Uuuufff, si mamita, tu padrino tiene razón. Tus manitas también se sienten muy secas. Echame babita como tu mamita …"

Berta se inclinó sobre mi verga, acercando su boca a mi tranca. Apreté mis nalgas de gusto al ver sus babitas blancas caer en mi glande y deslizarse de a poco hacia mi tronco. Untó sus manos con ellas y las dispersó a todo lo largo de mi tronco.

Me moría por darle mi leche. Que manera de gozar tan exquisita

Pasé mi mano por su cabeza y exclamé, "Mi niñaaaa…. Cómo sabe tu madre! Ooohhh… Que suavesito se deslizan tus manitas por tooodo mi palo, mi amor. Mmmm… y que bien se siente esta meneadita que me estas dando… Me enloqueció ver como cae la baba de tu boquita … Hazmelo otra vez, mamita… mojame de ti… escúpeme…"

Berta nuevamente me cubrió con su saliva, deslizando con mayor facilidad sus manos a todo lo largo de mi tranca en un exquisito vaiven

Mi corazón se me quería salir del pecho. "Me vuelves loco de lo rico que me haces, Berta… Que buena niña eres… Cuantas cosas maravillosas has aprendido de tu madre. Mmmm… Tu cuento me tiene muy caliente… Ohhh.. tan caliente…"

"Pos, a veces la leche de mi padrino ta muy espesa y no sale solo con una sobaita. Entonce mi mae, le da la sobaita y le pasa la lengua por la cabecita…"

"Ooohhh… mamita… las dos cositas al mismo tiempo?"

"Siii, patronsito."

"Uufff, mamita… hazme todo lo que tu mamita le hace a tu padrino. Me muero por sentir tu lengua en mi palo…"

Aunque con menos presión, Berta me seguía estrujando el palo y moviendo sus manitas como si me estuviera atornillando cuando bajaba, y desatornillando al subir. Esa sola caricia me tenía loco de placer. Pero cuando Berta acercó su boca a mi verga y sacó su lengua, me vi venir.

Sentí un corrientazo al hacer contacto su boca con mi piel. Su lengua era un delicioso abanico de carne humeda. Se deslizaba por toda la superficie de mi verga – desde mis bolas hasta mi grande. Que espectáculo tan maravilloso. Quedé en transe mientras mis ojos se deleitaban observando las caricias que me prodigaba Berta.

"Bertica… mamita… que ricura… que delicia… que sabroso se siente tu lengua mojadita… como se enrosca en mi tranca…"

Berta me pasaba su lengua como si fuera una rica chupeta

"Uuuufff, qué cositas tan ricas hace tu mamita, Berta. Me encanta jugar a que eres tu mamá… y qué sucede después de que le pasa la lengua a la cabecita de tu padrino?"

"El le dice a mi mae, "Eustóquia, las bolas. Las tengo tan duras que hoy te voy a dar crema en vez de leche…" Tonce, pa podé esprimilo bien, mi mae le tiene que sobá las bolas, mientra lo menea y le pasa la lengua."

"SSSSssss… Mamita… Palpame… Siente lo tiesas que las tengo. Yo también debo tener cremita …"

Me abrí en V, pasando una pierna por sobre el regazo de Berta. Alcé mi cadera al apoyar mi peso en la cama, quedando mis bolas y verga al aire dandole total acceso a mi entrepierna. Berta se escupió su mano y la deslizó, acunando mis bolas en ella. Se posesionó de todo mi sexo, y comenzó a brindarme, al mismo tiempo, un enloquecedor frote en las bolas, lengüetazos en mi cabeza, y un constante meneo en mi tranca.

"Beeertaaaa… que divinura… esto es el cieloooo… Ooohhhh… me enloqueces, mamitaaaa… Me estas batiendo la leche tan rico que te la voy a dar espumosa y calientita… Mmmm… Que madre tan maravillosa tienes… Que cositas tan deliciosas le hace a tu padrino…" Y dejé que mi niña me sobara a su gusto durante largo rato hasta que se le agotó su lengua.

"Uuufff, mamita, que manera tan deliciosa de sobarme… y después que pasa mamita… Me muero por oir el final de tu cuento"

"Pos, mi padrino le dice a mi mae, "Eustóquia, mamame la tranca que te voy a llenar la boca de leche…" Mi mae se mete el palo a la boca y se pone a sobá las bolas, meneá su palo y a chupa la cabeza, sobá, meneá y chupá…"

"Bertica! Y como se pone tu padrino para que tu mamita le de bien su mamadita?"

"Pos, mi padrino se para frente a mi mae..."

No le di tiempo a terminar la frase. Brinqué de la cama parandome delante de Berta. Por mi altura tuve que doblar un poco las rodillas para que mi tranca dura alcanzara su boca.

"A ver, Berta… se para así?"

"Eeeeso mismo, patronsito. Así mismito se para… Tonce mi padrino se agarra la tranca y se la pasa por la boca a mi mae, y ella le da unas sobaditas con la lengua…"

Tomé mi palo con la mano y lo acerqué a los labios de Berta, "Dime si lo hago bien mamita. Quiero que lo hagamos igualito…" Y pasé mi glande por sus boca, como si estuviera pintando con mi leche sus labios

"Siii, patronsito! Igualito!"

"Que bien mamita. Entonces, dame lengüita… pásamela como lo hace tu mamita…"

Sus labios voluptuosos me hacian arder en deseos y su lengua en mi glande me hacía enloquecer.

"Ooohh, Bertaaa… creo que pronto vamos a terminar este jueguito. Qué viene ahora, mamita. Dime que me estoy muriendo por saber…"

"Pos, mi padrino le agarra duro la cabeza a mi mae, pa que no se mueva…"

Deslice mis dedos por su cuero cabelludo, quedando enredados en su pelo. Tenía control total del movimiento de su cabeza

"Así, mamita? Así le agarra tu padrino la cabeza a tu mamita para que no la mueva?"

"Síii, patronsito! Usté como sabe!"

"Y qué pasa ahora, Berta? Sobame y dime, que me muero por saber…"

"Pos, mi padrino le dice, "Abre bien la boca que te la voy a meté toíta… Y cuidao con los dientes… " Y mi mae abre bien grandote la boca. Mi padrino le mete de a poquito la punta’e la tranca y le pide, "Pásame la lengua por la cabeza," y yo veo cómo a mi mae se le mueve la garganta batiendole la lengua al palo de mi padrino aentro’e la boca - pa’ya y pa’ca, pa’yá y pa’ca…"

Tener su cabeza entre mis manos, y ver la cercanía de mi verga a su boca me tenía desesperado. No podía dejar de verla mover sus labios e imaginarme ya guardado entre ellos…Deseaba oirla terminar el cuento. Quería que viviera conmigo lo que tantas veces había visto hacer a su madre

"Y qué más mamita? Me tienes desesperado…"

"Pos, se ve que mi padrino le duele mucho la leche espesa po’que siempre le llora a mi mae, "Ooooohhhh…. Oooooohhhh…. Aprietamelo duro, chúpame mas juerte, que te llegue a la garganta."

"Y, Bertica, qué pasa cuando tu mamá se mete la tranca de tu padrino bien al fondo, hasta la garganta?", el cuento y su meneo me tenían desesperado!

"Mi padrino le dice, "Ya me viene… me viene la leche… te la voy a dar espesita" y mi mae le menea y le chupa el palo a la misma vez,. Mi padrino se empieza a mové p’alante y p’atras, p’lante y pa tras, como la mano de mi mae. De pronto mi padrino se pone to’o durito, se le entiesa toito el cuerpo como una tabla. Aprieta las nalgas. Le agarra tan juerte la cabeza a mi mae que se le brotan las venas de las manos y de los brazos. Empieza a mové la tranca como si tuviera montando a caballo. Le duele tanto el pipí cuando va a botá la cremita que cierra bien apretaos los ojos, arruga la cara y muestra los dientes. Mi padrino le entierra jondo la tranca en la garganta a mi mae… Y tonce pasa lo peor, mi padrino comienza a brincá como una lombriz juera ‘e tierra, le da un temblequeo en toito el cuerpo, empujandole la cabeza pa’bajo, pa que l’entre bien jondo su palo en la garganta a mi mae, y le ordena, "Trágatela, Eustóquia… ordeñame… chúpamela… chúpamela duro que toavía me queda…" Y mi mae lo chupa y lo chupa duro, hasta sacale el ultimo poquito ‘e leche que le queda..."

"Oooohh, mamita… que final tan delicioso…"

Sin soltar su cabeza, acerqué mi cara a la suya de di un besito en la mejilla y le supliqué, "Yo quiero una pruebita, bebe… Dejame meterte mi cabecita en tu boquita…"

"Pero, patrón, usté es tan grande! No sé si me dentre la puntica…"

"No pienses en eso, mamita. Piensa en todas las cositas lindas que te voy a comprar si terminamos este juego. Hagamos la pruebita, mamita. Pasame la lengua por la cabeza y pon floja tu boquita. Pega tus labios a mi cabecita, que yo te ayudo a meterlo."

Sentí su lengua humedecer mi glande. Al posar sus labios en mi, me incliné en dirección a ella, "Flojita, mamita… flojita, así mi cabeza te entra facilita…"

Sus ojos se abrieron temerosos. Me deslicé, poco a poco entre sus labios.

"Así, mamita… poquito a poquito te entra todita… todita mi cabecita…" Logré introducir en su boca todo mi glande.

Berta me miraba buscando aprobación

"Ooohh, Bertiiiicaaa… Mmmm… que delicia… Que bien lo estas haciendo, mi niña…"

Sus labios circundaron mi verga.

Comencé un ligero bombeo. Sosteniendo su mirada, le hablaba, "Viste, mamita? Viste como mi cabeza te entro todita en tu boquita?"

Mirandome, con su boca llena de mi carne, trató de asentir.

Le susurré, "No dejes de mover las manitas. Sobame el palo y las bolitas. Que no se salga mi cabeza de tu boquita…"

Nuevamente trató de asentir

Sin dejar de bombear, me incliné y le di un beso en su cabeza. Siguiendo en susurros, "Que buena niña eres, Bertica. Lo feliz que va a estar tu mamá cuando le cuente como te portas de bien conmigo…"

Que manera de gozar… Nunca en mi vida había disfrutado tando de una mamada como la que estaba recibiendo de Berta

"Ahora, sin abrir los labios, pásame la lengua como lo hace tu mamita… así, mamasita …" Y saqué mi lengua, moviendola rápidamente de lado a lado, mostrandole a mi Berta lo que quería. "Hazme cosquillitas ahí adentro…"

Y Berta comenzó a darme lengüetazos. Que fuego tan delicioso me quemaba las entrañas. Me moría de ganas de darle mi leche

"Oooohhh, mamiiitaaa… te estas portando tan bien… sigueme chupando y piensa en los regalitos que te voy a dar… Ooohhh…. Que ricura… más lenguita, mamita… más lenguita…"

Mirandola a los ojos le dije, "Sigueme tratando bien, y te voy a comprar muñecos para que juegues, y ropita para que te veas linda para mi …"

Berta aceleró aún más el movimiento de su lengua y la presión en su mano. Yo comencé a tensar todo mi cuerpo.

"Que bien lo estas haciendo, mamita. Alza un poco mas la carita hacia mi que así te cabe un poquito mas de mi tranca en tu boca…"

Berta trató de quejarse, pero mi vaiven se lo impedía

"Ya, mamita… aguanta un poquito más. Este jueguito lo vamos a jugar completico, y va terminar dentro de poco. Te lo prometo. Pon flojita la garganta… recibeme otro poquito…"

Al enderezar mis piernas, Berta estiró su cuello, haciendo mas recto el camino entre su boca y su garganta.

"Que buena niña… Chupame mas fuerte que siento que ya me esta subiendo, mamita. Hazme como lo hace tu mamita… Aprietame duro con tus manitas… deja que mi cabeza te llegue hondo… hasta tu gargantica…"

Al forzar su cabeza hacia mi, cada "mete" le entraba mas hondo, causandole ahogo.

Sus ojos estaban llorosos del esfuerzo que hacía tratando de respirar.

"Ohhh, Berta… Sacame bien la leche y te voy a premiar!"

Quería acabar pero a la vez deseaba prolongar mi gozo.

"Ya pronto mamita… lo estas haciendo muy bien… sigue así… Mmmm… ya pronto de voy a dar mi lechita…. Mmmmm"

Y fuí aprentando mis nalgas

"Ya casi, mamita…te voy a dar tanta que te voy a llenar tu barriguita", y le di besos en su cabeza, mientras me enterraba hondo en su garganta

"Aguanta otro poquito que te la quiero dar bien batidita…"

Y noté como las venas de mis brazos y manos se hinchaban al hacer presión contra su cabeza

"Lo estas haciendo tan bien, mamasita…Oooohhh… tan bien…."

Mi respiración se hizo entrecortada.

"Mamita, ya la siento… siento que me viene…"

Berta había cerrado los ojos con fuerza, tratando de resistir mis ataques. Apretaba mi tranca intentando suavizar mis embestidas sin saber que en realidad aumentaba mi gozo.

Necesitaba de su mirada – esto incrementaba mi placer. Quería que viera con que gusto la estaba gozando. Mi voz salió ronca, "Berta…" Que hermosa se veía con mi verga entrando y saliendo de su boquita. Abrió amplios sus ojos, dejándolos fijos en los mios. "Te voy a dar mucha… mucha leche, Mamita."

Quería llegarle aún mas hondo en su garganta. "Estoy bombeando tu boquita como si tu fueras mi yegüita y yo te estuviera montando. Así es como le hace tu padrino a tu mamita, bebe… Se la entierra hondo… cabalga su boca."

Sentí que me venía. Apreté su cabeza contra mi tranca y la dejé fija ahí, clavada tan hondo como Berta podía recibirme…"Cuando me empiece a salir la leche… traga, mamita… Tengo tanta leche para ti… Ohhh… si no tragas rápido, te vas a ahogar…"

Cerré mis ojos con fuerza, apreté mis dientes y comencé a temblar descontrolado, como la lombriz de Berta.

Al empezar a salir mi leche, giré a ver a Berta… me miraba fija a los ojos, sin parpadear….

Me vine. Grité del gusto. Grité como nunca lo había hecho. Sentí placer hasta en el tuétano. "Oohh… Oohh… Bertaaa… Beeertaaaa… Tooomame mamiiiitaaa…. Traaaga, traga mi lechitaaaa….", y le brindé una primera oleada. Berta se sorprendió al sentir mi manantial brotar. Yo seguía enterrado en ella, mi verga latiendo, y mi leche brotando…Mi glande estaba tan hondo en su garganta que sentía la presión de los musculos de su garganta tragar. Que delicia… Que explosión de placer

"Sigue, mamita… Mmmm… sigue chupando… sigueme ordeñando, que toda esta leche es solo para ti…"

Al mermar la intensidad de mi placer, nuevamente comencé a bombear su boca pero ya con mas tranquilidad. Berta siguio chupando y pasandome su lengua, hasta que poco a poco me fuí calmando y mi tranca fué perdiendo su dureza

Liberé su cabeza y acaricie su cabello. Mi corazón aún quería salirse de mi pecho. "Bertica… que buena niña eres… que sabroso me has sacado mi lechita…"

Con mas suavidad, tomé su cabeza entre mis manos y le di un beso. "Si tu mamita supiera lo bien que me has mamado, se sentiría muy orgullosa de lo que has hecho, mi chiquita…"

Berta seguía meneandome el palo, tratando de exprimir lo poco que aún le quedaba, mientras mi glande continuaba prisionero en su boca

Tomé sus manos en las mias. Las alcé, y con profundo amor y agradecimiento deposité un beso en cada palma, dejandolas caer con suavidad en el regazo de Berta.

Acaricié sus mejillas. "Mi Berta, qué feliz me has hecho. Eres maravillosa. Sigueme tratando bien y te voy a compensar todas tus atenciones…"

Berta aún me mantenía en su boca. Con mi mano tomé mi tranca. "Ya, mamita… me puedes soltar… ya me sacaste hasta la última gotita…"

Berta aflojó sus labios, liberandome de su deliciosa prisión. Di una última apretada a mi tronco, yendo desde mis bolas hacia mi cabeza. Brotó una gotica de leche que dispersé por sus labios antes de alejarme del todo de su boca.

Me senté a su lado. La atraje por su hombro, aún desnudo, hacia mi cuerpo. Recostó su cabeza en mi pecho. Le di besos en la frente. Caí en cuenta que aún no sabía si yo había sido el primero en disfrutar de su boca

"Berta, no sabes cómo me alegra que hayas aprendido de tu madre a dar esas deliciosas sobaditas. Tu mamá sido una excelente maestra. Pero, hay algo que aún no me has dicho, mi nena… algúna vez le has dado una mamadita a algún otro hombre? Me lo has hecho tan sabroso que parece que tuvieras experiencia…"

Berta se echó a reir… "Nooooo, patronsitooo! Ná que vé! Su tranca é la única que me he metío en la boca…"

Mi dicha se multiplicó. Yo había sido el primero en su boca. No veía la hora de ser el primero en su vientre….

Continuará

A todos quienes me escribieron… gracias. Es un placer leer vuestra opinión.

Pipiola123@yours.com