Bernardita

La historia de mi gran y querida amiga. Contiene escasas escenas de sexo explicito pero lo reemplazamos con muchas dosis de humor.

Nunca las Mal Portadas habían planeado salir por un fin de semana de Santiago para realizar las habituales reuniones quincenales. Siempre las realizábamos en alguna casa, un bar o restaurante, pero nuevamente la inmensa generosidad de Bernardita nos volvió a sorprender.

Un sábado por la mañana al salir del turno fue grande mi sorpresa  al encontrar a Maite y Bernardita esperándome en la cafetería de la clínica  para inyectarme un merecido café la vena después de una intensa noche, sin apenas dormir.

-¡Fabiola no puedo creer que hasta con ojeras te veas increíble! -  Exclamó Maite tomando el primer sorbo – ¡Creo  tu eres familiar directo de Dorian Gray! -

-¡Qué tontería Maite, ese es un personaje ficticio de Oscar Wilde! – respondí con las últimas  fuerzas que quedaban para mantenerme despierta.

-¡De Christian Grey entonces! ¡A decir verdad, no tiene ninguna relación con la eterna juventud como la tuya, ese tipo va de cosas un poco más fuertes y tampoco vive en Shangri-La, de donde parece que vinieras saliendo! ¡Pero los apellidos son parecidos! ¿No crees? - Exclamó riendo a sabiendas que esta vez no iba a lograr provocar mis conocimientos literarios, no estaba en condiciones.

Bernardita interrumpió el casi monólogo de Maite con esa voz que aunque delicada no perdía autoridad.

-¡El próximo fin de semana cancelen cualquier evento que tengan es sus agendas porque la reunión de la Congregación la haremos en mi casa de Zapallar! -

Maite casi deja caer la taza de café sobre la mesa de la impresión pero mantuvo la cordura. Se quedó unos segundos pensativa mirando a Bernardita y dijo.

-¡Lo siento, no estoy de acuerdo! -  respondió seria-  ¡No encuentro justo que siempre seas tú  la que nos esté invitando a todo! ¡Tienes una generosidad sin límites, pero no por eso, vamos a abusar siempre de ella! -

-¡Pero si para mí no es un problema, me encanta invitarlas! - Respondió nuestra rubia amiga algo sorprendida – ¡Las llevaría conmigo al fin del mundo, si se pudiera! -

-¡No se trata de  tener o no problemas, Berny!- respondio Maite mientras me tocaba la mano con la clara intención de despertarme – ¡Hay que ser justas y equitativas en esto! ¡También tengo mi pequeño refugio en el lago Rápel y me gustaría que esta vez yo, fuera quien las invitara! -

-¡No me miren como si me hubiese puesto a rezar, simplemente estoy ofreciendo mi humilde casita en el lago, nada más! - terminó diciendo mirándonos de a una a la vez esperando que el silencio se rompiera.

-¡Me emocionas, Maite! ¡Nadie había tenido un gesto tan generoso conmigo! -  le respondió Bernardita arreglándose el maquillaje como si de verdad quisiera llorar.

-¡Fabiola, Fabi! – Dijo removiéndome con su mano

  • ¿No te parece que Maite es .sorprendente?-

Aun esperaba que el café hiciera su efecto estimulante, pero podía responder  preguntas.

-¡Maite es la más increíble cajita de sorpresas! - respondí algo más despierta.

-¡Creo que es una muy buena idea escaparnos de Santiago! ¡Es justo y necesario! – dije después de un largo bostezo.

-¡Vale, muy bien vamos a tu casa, pero con una condición! -  Dijo Bernardita con algo de suspenso – ¡Yo me encargo del resto de los gastos y sin reclamos! -

-¡Ya que insistes!- agregó Maite sonriendo – ¡No puede ser! -  Saltó del asiento al mirar su reloj – ¡Tengo que mostrar un departamento y lo había olvidado! -

-¡Señoritas lamento dejarlas pero el deber me llama! – Se despidió con prisa besándonos ligeramente en la mejilla –  ¡Yo le aviso a la Cony porque seguro que el próximo finde andará en sus movidas extrañas, déjenmela a mí, nos vemos! -

Bernardita y yo nos terminamos nuestro café con la calma propia de una fría mañana sabatina de invierno para luego tomar cada una rumbos distintos.

El mío era Andrés en la cama.

Al llegar a casa el efecto de la cafeina era una realidad, así es que al entrar pude ver que Andrés recién se había levantado y estaba pronto a  tomar  su única  a opción de desayuno, un café expreso.

El verlo en ropa interior,  buscando afanosamente su tazón favorito en algún mueble de la cocina hizo que mis entrepiernas se humedecieran y que mis pezones no pudieran disimular su dureza bajo el suéter. Disimuladamente me saqué el cólaless tirándolo fuera del área de su visión.

-¡Qué bueno que llegaste Fabiola!-  saludó sin mirarme mientras seguía revolviendo los cajones – ¿Sabes dónde está…?

-¿Tú tazón favorito? - Respondí acercándome lentamente rodeándolo por la espalda para que sintiera mi cuerpo  sobre su espalda.

-¡Ehhhh si…! - dijo suspirando cerrando los ojos.

-¡En el lavavajillas, mi amor! - susurré en su oído mientras le metía la mano bajo su ropa interior sintiendo como el pene se empezaba a erectar abultando su bóxer.

Quite mi mano y me giré para abrir la puerta del lavavajillas, al inclinarme levanté el culo para que viera que bajo la falda  no llevaba ropa interior, como a él le gustaba.

No alcancé a sacar la  taza cuando sentí el roce de su pene entre mis nalgas y metió uno de sus dedos suavemente en mi vagina.

-¡Mmm, que delicia guapa, las noches son eternas cuando no estás!- susurraba con la voz entrecortada – ¡Ven aquí que el café puede esperar! -

Con un certero movimiento me levanto y me sentó sobre la mesa de la cocina, levantó mis brazos para quitarme el suéter y se hundió entre mis pechos inspirando profundamente.

Yo mientras, acariciaba su cabello con suavidad buscando la forma de que me besara y metiera su lengua en mi boca.

Mordía  mis pezones con cierta delicadeza para luego succionarlos y estirarlos para luego soltarlos y volverlos a morder. Eso me hacía gemir y suspirar de manera incontrolable.

Abrí las piernas curvando mi espalda dejando caer mi cabeza hacia atrás entregándome por completo. Acercó sus caderas a las mías  y bajándose el boxer buscó afanosamente mi clítoris con su glande.

Al encontrarlo lo unto con la humedad de mi vagina y comenzó a rodearlo   presionando cada vez con más rudeza hasta penetrarme  por completo. Al sentirlo totalmente en mi interior salió de lo más profundo de mí ser una ahogada y prolongada exhalación de placer.

Sentía como su pene entraba y salía con fuerza una y otra vez  hasta que toda mi vagina se estremeció de una vez y me dejé llevar por un intenso orgasmo que hizo que abriera la boca solo para tomar el último aliento y dejarme llevar por un sinfín de violentas contracciones que por un momento me hizo creer que perdería la conciencia.

Temblorosa con la respiración agitada sólo podía sentir como Andrés me acariciaba el cabello y besaba mis mejillas con ternura. Esa acción es quizá, el más íntimo gesto de complicidad entre ambos.

Pero aún estaba con la piel encendida así es que cuando Andrés se proponía por fin preparar su café me impulsé para besarlo y luego fui bajando con besos atrevidos hasta quedar de rodillas.

Él sonrió y no se resistió a mi boca que se hacía camino entre sus piernas mordiendo sus muslos hasta que mi lengua hizo contacto con su pene  que ya había recobrado toda su potencia en su máximo esplendor.

Lo metí dentro de  mi boca, lo acaricié con mi lengua y lo presioné con los labios con la intensidad suficiente como para oírlo jadear.

-¡Eres mi puta deliciosa…de- li- cio-sa!- exclamaba casi murmurando de lo excitado que estaba.

Rápidamente me tomó por los hombros y levantándome me volteó quedando frente a la mesa con el culo a su disposición.

Tomó mi cabello y lo tiró hacia atrás mordiéndome la espalda. Metió sus dedos en mi vagina para untarlos de fluidos para luego rodear mi ano mojando y dilatándolo por completo.

Cuando estaba seguro de que no opondría resistencia puso su glande entre mis nalgas, lo acomodó en la entrada y poco a poco me fue penetrando al mismo tiempo que pellizcaba mis pezones. Excitada y sin control comencé a sentir como me empezaba a embestir de manera sostenida y salvaje.

Inmóvil y con mi culo bien levantado seguía el ritmo de sus caderas hasta que ambos nos paralizamos ante la inevitable energía que descargaba su pene para inundar mi ano que contrayéndose de golpe lo apretó de tal manera que exprimió hasta la última gota de su tibio y viscoso semen. Al sentir mientras eyaculaba dentro de mi ano su caliente respiración agitada y entrecortada en mi nuca, me volví a correr teniendo otro violento y delicioso orgasmo.

Luego de unos minutos jadeando inertes mientras recobrábamos la conciencia, Andrés comenzó a recorrer mi cuerpo con la punta de sus dedos a sabiendas de que me estremecía casi sin tocarme.

-¡Andrés por favor, sin golpes bajos! - reclamaba risueña mientras lo trataba de evitar.

-¡Lo único que sabes hacer es reclamar, mejor me tomo mi café! – respondió sonriente apoyado sobre la mesa  luciendo su irresistible desnudez.

Pep y Leo jugaban en el jardín cuando aparecieron Maite y Constanza  por la puerta trasera que daba a la terraza.

Antes de que fueran derribadas por los cariñosos saludos de nuestras mascotas, Andrés les dio la orden de detenerse.

-¡Pep, Leo, sit! - dijo con tono enérgico a lo que los perros obedecieron sentándose de inmediato. Le dio un premio a cada uno y acarició sus cabezas.

Maite al ver como obedecían, también  se quedó inmóvil imitándolos acatando la orden de Andrés.-

El la miro de reojo disimulando su sonrisa mientras se acercaba lentamente para besarla.

-¡Andrew, mi amor! ¡También quiero mi premio! ¡He sido obediente como una perra! ¿O he sido una zorra?- Lo saludó Maite queriendo  prolongar ese beso.

-¡Maite, Cony, como están! ¡Así que a Rapel se va el grupito! ¡Qué peligro, por dios! – dijo Andrés distraído por la carrera descontrolada de sus mascotas.

-¡Fabiola está por bajar!  ¡Si es que logró cerrar su maleta! -exclamó sin dejar de jugar con los perros lanzándoles una pelota.

-¡Claro que cerró! – le respondí al escuchar su irónico comentario mientras arrastraba la maleta con ruedas al auto de Maite.

La última en llegar fue Bernardita que aunque vestía de forma casual, no se le escapaba ningún detalle para lucir bella y elegante.

-¡Mil disculpas por el retraso pero  estaba esperando una llamada para mandar hacer la comida para mañana en un pequeño restaurante que me recomendó mi padre en Rapel! ¡Dice que sus pastas son extraordinarias, así es que haré el pedido mientras vamos de camino! – Exclamó sonriente Bernardita.

-¡Ya queridas, menos conversación y más acción! El cuidador de la casa ya tiene la chimenea encendida. ¡No quiero  fracasar como anfitriona  con invitadas congeladas y hambrientas! ¡Después andan con puros chismes! – Exclamó Maite apurándonos golpeando las palmas de sus manos.

Me despedí de Andrés con un intenso beso que casi me dejó sin aliento. Podía sentir su mano apretando mi culo como exprimiendo una naranja.

-¡Por Dios que calientes el par de tortolitos! ¡El mundo no se va a acabar así es que guarden las energías para cuando regresemos! – Nos apuraba Maite.

Subimos todas al auto y comenzamos un fin de semana que hasta ese momento no sabíamos que iba a ser inolvidable.

Maite era nuestra conductora así es que decidí dormir la mayor  parte del camino porque dos cirugías por la mañana y consultas por la tarde, me pasaron la cuenta.

Llegamos al anochecer  a una cabaña perfectamente diseñada para que todas  las habitaciones tuvieran una hermosa vista al lago.

De una sobria elegancia, decorada con estilo minimalista  y una gran chimenea que estaba encendida en el centro de sala tal como nos había anticipado Maite. El ambiente era cálido y acogedor, sin lugar a dudas se iba a convertir en el mejor de los refugios.

Esa noche era tanto el cansancio que  cada una eligió en silencio su habitación y nos metimos todas a la cama a dormir.

Al día siguiente me desperté al sentir las carcajadas de Maite y Constanza que estaban sentadas en la terraza con un gran tazón de café entre las manos mientras alentaban a viva voz a Bernardita que iba en la tercera serie de sus ejercicios matinales.

-¡Bernardita creo que ya es suficiente de abdominales, llevas más de cien, me estoy cansando de solo mirarte! – exclamó Constanza resoplando.

-¡Berny! ¡Por favor deja de hacernos sentir que somos las más sedentarias del planeta! - continuo Maite mientras saboreaba su tostada rebosante de palta.

Abrí el ventanal envuelta en una esponjosa manta de lana y me uní al grupo.

-¡Por fin abrió los ojos La Bella Durmiente!  ¡Estábamos a punto de llamar a Andrés para que te viniera a dar el beso y te despertara!- dijo Constanza  intentando bajarse de su improvisado asiento en la baranda.

-¡Tan inocente que te han de ver, Conicita! ¡Andrés está para despertarte con una buena y potente dosis de sexo matinal! ¡Eso de los besos es para principiantes, amiga mía! ¡Si no fuera porque nuestro acuerdo fue solo finde de chicas, lo habría invitado para que nos calentara un poquito y no pasar tanto frío como anoche! - respondió suspirando.

Bernardita había terminado su rutina de ejercicios y se acercaba a paso firme bebiendo de su enorme botella de agua.

-¿Quién de ustedes me quiere acompañar al pueblo? – Preguntó secándose el rostro con una toalla – ¡Quiero ordenar la comida para esta noche! -

-¡Yo te acompaño! – exclamé entusiasmada.

-¡Paso por esta vez, quiero probar esa tina de baño con sales! – dijo Constanza terminado su café.

-¡Por supuesto que voy con ustedes! ¡Seré la mejor guía turística por la única calle que tiene este pueblo! – terminó por decir Maite arreglándose el cabello.

Pasado el mediodía subimos al auto y nos dirigimos al pueblo en busca de la dirección que Bernardita nos había indicado.

Llegamos a una casa antigua que había sido remodelada para convertirla en uno de los mejores lugares para disfrutar de la verdadera comida italiana. El lugar era  como un  trozo de la península itálica en un perdido pueblo a orillas del lago Rapel.

Desde la entrada se podía disfrutar de ese sutil aroma a albahaca, orégano, pomodoros y finas  hierbas que invitaban a comer todas las especialidades de la casa.

Bernardita se acercó a uno de los dependientes que sonreía con nuestra presencia.

-¡Hola, buenas tardes, buscó a la señora Antonella! -

-¡La Sra. Antonella está de viaje! - respondió en encargado – ¿En que la puedo ayudar?

-¿No está? ¿Qué extraño? ¡Ayer hablé con ella y le hice una reserva para cuatro personas, me dijo que viniera en la tarde para elegir el menú! -

-¡Ahhhh, la señorita Antonella!  ¡Ella si está! ¿Quién la busca? – preguntó el dependiente.

-¡Bernardita, vengo de Santiago!  – le respondió con cierta ceremonia.

Tras la puerta de la cocina apareció una mujer joven bastante atractiva, de medidas algo voluptuosas, cabellos rizados oscuros tomados ligeramente con un moño desordenado y una sonrisa generosa.

-¡Buongiorno! ¿Chi mi cerca, Pedro? - preguntó amablemente.

-¡Señorita Antonella, dice que hablaron con usted por una reserva para esta noche! – exclamó el empleado.

-¡Ciao Antonella, sono Bernadette, credo di aver parlato con te ieri pomeriggio per fare un ordine per stasera!-

  • Bernadette, piacere di conoscerti, mio ​​padre mi ha detto che ti conosceva dall'infanzia. Di che cosa hai bisogno? - respondió limpiándose las manos en su delantal.

Maite y yo  quedamos asombradas por el dominio del  italiano de Bernardita que conversaba entusiasmada con la dueña del lugar olvidándose de nosotras por completo.

Sin embargo, Maite que no tenía el don de la paciencia de  pronto  intervino en la conversación

-¡Non capisco niente!– agregó en voz alta  para llamar la atención.

Fue una sorpresa oírla hablar en italiano, pero no tardo en revelar su secreto.

-¡No se entusiasmen tanto, porque es lo único que aprendí de un folla amigo italiano que tuve! ¡Ustedes imaginarán que hablar no era precisamente a lo que nos dedicábamos! -

La risa fue general, lo que distendió el ambiente e hizo que Bernardita y Antonella nos hicieran parte.

Ahí nos enteramos que la encargada del emporio de 30 años había llegado hace pocos años a Chile luego de hacer sus estudios de cocina tradicional en Nápoles, la tierra natal de su padre.

Cuando termino el último curso decidió emigrar para hacerse cargo de un pequeño emprendimiento que había sido el sueño de su madre de origen chileno.

Con los conocimientos traídos directamente de Italia comenzó la manufactura de pastas tradicionales. Y cuando algún cliente lo solicitaba, ella misma asistía a sus casas a prepararlas y de paso daba clases en la elaboración de sus platos.

-¡Bernardita! – Dijo pasándole la carta- ¡Aquí tienen todas las especialidades que les puedo ofrecer para esta noche! -

-¡Mmm! - exclamaba indecisa – ¡Es que todo se ve delicioso! ¿Porque no me ayudan a elegir el menú de esta noche? -

Tomé la iniciativa y revisando las posibilidades de la carta di mi opinión.

-¡Deberíamos empezar con unas dos raciones de antipasto, sin duda! ¡Me encanta como aperitivo! – Exclamé convencida – ¿Maite, tu? -

-¡Yo…quiero! ¡Ohhhhh, pero si esto es lo que necesito urgente! - reía mientras leía la carta- ¡Es como si adivinara mis gustos! – Quiero una buena ración de penne!

-Penne, Penne Rigate sin duda- dijo Antonella con seguridad – ¡Excelente elección! –

-¡No saben cómo disfruto succionarlos hasta sacar toda la salsa que hay en su interior! – seguía diciendo Maite sin dejar de reír.

Antonella sugirió finalmente una selección de pastas y salsas gourmet, una variedad de quesos acompañado de un delicioso p rosciutto crudo traído directamente de Italia que las tres aceptamos gustosas. No podíamos olvidar las cuatro botellas de Chianti y cuatro botellas de espumante Rocca del Forti Prosecco Brut que acompañarían el aperitivo y la comida.

-¡Estamos listas, Antonella ya tiene nuestro pedido!  – Exclamó Bernardita- ¡Pero hay una condición! – Dijo sonriendo - ¡La condizione è che tu stesso ci prepari il cibo stasera! -

-¿Io? – exclamó Antonella - ¡Felice, felice di cucinare per te! ¡Denme su dirección y a las 20 horas estoy en su casa con todo lo que pidieron! –

Antonella había llegado hace unos pocos años a Chile y con la carga extenuante de su emprendimiento no se había dado el tiempo de buscar nuevas amigas porque las pocas que tenía ya estaban secuestradas por la maternidad o en el extranjero ampliando sus carreras profesionales.

Aquella tarde cuando estuvimos en su tienda tuvo el presentimiento de que no sería la última vez que nos vería.

Llegó puntualmente con todas las cajas cuidadosamente selladas. No alcanzó a tocar la puerta cuando Maite le estaba dando la bienvenida,

-¡Anto…! ¿Te puedo llamar así, cierto?- exclamó con cierta sutileza para no incomodarla – ¡Pasa por favor mira que la Congregación tiene un hambre que casi parece pecado! -

-¡Deja que te ayude! – Dijo Constanza acercándose con una amable sonrisa- ¡Hola, soy Cony!– agregó poniendo las cajas sobre la mesa de la cocina.

-¡Esto huele delicioso! – dije destapando una a una las cajas para sacar algún bocadillo.

-¡También quiero probar! - Dijo Maite abalanzándose sobre nosotras – ¿Mis pennes? ¿Dónde están mis deliciosos y jugosos pennes? - Preguntaba con ansiedad.

Antonella tomó la caja más pequeña, la abrió y vertió su contenido en un plato.

Luego tomó el pequeño frasco que traía junto a la pasta y lo esparció con tanta delicadeza como si estuviera dándole un exquisito baño de espuma.

-¡Acá está tu plato, Maite! ¡Pennes a la pomodoro y con una fina lluvia de queso  parmigiano traído directamente de Bologna! - dijo Antonella con una amplia sonrisa acerándole el plato – ¡Divertirsi!

Todas comenzamos a ordenar la mesa mientras Maite saboreaba su especial encargo y Antonella comenzaba con el montaje de los antipastos y demás platos.

Cuando ya estaba todo listo y dispuesto, Bernardita destapó una botella de espumante y sirvió las copas.

-¡Ragazze per favore, ubíquense en la mesa para servir la comida! ¡Estos platos fríos son un desperdicio! – Exclamó amablemente Antonella.

-¡Eres tú quien se debe apresurar Anto, porque te quedas a comer con nosotras, este lugar es para ti! – agregó Bernardita con amabilidad señalando una de las sillas.

Antonella la miró incrédula susurrando en voz baja – ¡Grazie, molte grazie! -

Cada una  disfrutaba de la deliciosa comida intercambiando sabores entre nosotras. Cuando estábamos bebiendo la segunda o tercera copa Maite lanzó la primera pregunta.

-¡Berny querida! ¿Cómo haces para levantarte todos los días a mantener ese divino cuerpo sin que la mente te sabotee con una deliciosa torta de chocolate?

Bernardita bebió el último sorbo de su copa y sonriendo preparó la respuesta a la pregunta.

-Maite, el ejercicio es para mí como una torta de chocolate lo es para ti, supieras cuanta endorfina se libera manteniéndose en forma, además una siempre debe estar preparada por si aparece algún caballero que despierte  mis más bajos instintos – Dijo riendo guiñándonos pícaramente un ojo.

-¡Dudo que a una mujer como tú que le falten pretendientes sobre todo los más guapos! – exclamó Constanza con cierto tono de envidia.

-¡Nunca faltan, Cony! ¡Solo qué hay un pequeño detalle que marca la diferencia! -

-¡La medida de lo que traen colgando entre las piernas, obvio! - Saltó interrumpiendo Maite

-¡Cervello!–  fue lo que escuchamos en voz baja. Nos tuvimos que quedar todas en silencio para escuchar que lo decía Antonella que parecía provenir de la ultratumba.

-¡Exacto Anto! ¡Esa es la respuesta correcta! – Exclamó Bernardita - Porque el cerebro fuera de que les sirve para aprender, estudiar, trabajar, conversar,  les hace muy bien para usar correctamente lo que tienen entre las piernas como dice Maite -

-¡Pene, se llama Pene! – Insistí con humor – ¡Ya es hora de que empecemos a decir las cosas por su nombre! -

-¡Todavía no termino de entender como una mujer envidiablemente atractiva, inteligente y brillante se haya casado con un hombrecito insignificante y pusilánime como ese tal Pipo! -.- preguntó Maite intrigada.

-¡Ahhhh, Pipo! ¡Eso es muy fácil de explicar, Maite! ¡La maldición de ser hija única, además heredera de un holding de empresas! ¡Mis padres me educaron para ser una mujer perfecta en todo orden de cosas! ¡Más bien, la esposa perfecta! -

-¡Partiendo por asistir a un colegio de monjas, idiomas, protocolo, clases privadas de ballet,  equitación, viajes culturales una infinidad de veces por todo el mundo! Pero había un problema, era mujer y me tenían que buscar un marido que estuviera a la altura para continuar con el legado de la familia. Más bien a instancias de mi madre porque mi padre siempre me apoyó en silencio. El siempre creyó en mis posibilidades como su sucesora, incluso se opuso de forma tenaz al matrimonio con Pipo, pero mi madre insistió e insistió hasta que lo convenció. Ustedes no conocen lo persistente y manipuladora que puede llegar a ser mi madre. Pero bueno, esa es otra historia.  En la universidad apareció Pipo en mi vida y todo pareció calzar.

-¡Nuestras familias eran amigas de años y en más de una oportunidad habíamos coincidido en las vacaciones! ¡Pipo era Ingeniero civil, muy religioso, guapo, educado, culto, de buena familia, era el hombre perfecto para mí o mejor dicho, para mi madre!

-¿Nunca te pico el bichito de probar otra cosa que no sea Pipo? – preguntó Constanza acomodándose al lado de la chimenea.

-¡Bueno, ustedes saben que Pipo fue mi primer y único novio, también mi primer hombre! ¡Mi niñez y adolescencia siempre estuvo marcada por la fuerte influencia de mi madre y de la iglesia! ¡Tenía que llegar pura, virgen y casta al matrimonio, Imagínense! - Respondió Bernardita con un dejo de tristeza  ¡Era tan fuerte la presión moral que tenía sobre mis hombros que ni siquiera me sabía masturbar, tampoco me atrevía por el castigo divino que iba a recibir, hasta que casualmente lo descubrí y me convertí en pecadora, en una pajera compulsiva! - dijo largándose a reír -¡Bueno, nunca tanto como eso, pero sí, me empecé a masturbar de forma frecuente y lo disfrutaba sin una pizca de culpa! -

-¡Una catástrofe a todo nivel! –Interrumpió Antonella para sorpresa nuestra - ¡No sabes cómo te entiendo, Bernardita! ¡Porque yo también tuve un único novio adolescente creyendo que sería eterno aunque bajo otras circunstancias y no tan duras ni drásticas como las tuyas! -

Bernardita sonrió y agradeció con la mirada el apoyo implícito de Antonella y continuó.

-He cargado con la corona de familia desde que tengo uso de razón, no en vano mi madre me llamaba princesa y siempre se esmeró en que me convirtiera en una de ellas.

-¡Mi padre en cambio! – Suspiró con nostálgica – luchaba y lucha hasta hoy para que me convierta en reina.

-¡Pero como tan pava, Berny, ni un primito en segundo grado, algún compañero de catequesis, no sé, alguien que te removiera las hormonas que a esa edad andan sueltas y  locas! – preguntaba Constanza con cierta curiosidad insistiendo en su sexualidad.

-¡Si, tenía primos más grandes que espiaba cuando nos visitaban los veranos y se bañaban a escondidas en la piscina por la noche! -

-¡A veces los miraba desde la ventana de mi habitación en el segundo piso cuando mi institutriz juraba que ya estaba dormida! -

-¿Una institutriz? ¿Tuviste una institutriz? - Exclamé asombrada – ¡Pero eso es del siglo ante pasado o de la realeza europea! -

-¡Tengo buenos recuerdos de la Señora Helga mi institutriz, era una mujer implacable a la hora impartir disciplina, pero entendía lo que era la vida y el desarrollo de una adolecente, además siempre existían formas de poderla engañar! -

-¡En una de esas noches en que mi primo mayor Cristóbal y su amigo José Pablo se bañaban  desnudos en la piscina lo que no era ninguna novedad para mí porque los espiaba siempre que lo hacían! -

-¡Pero esa noche fue diferente porque estaba con ellos Camila una amiga de ambos desde pequeños!  ¡Esa chica hizo que de una u otra forma transformara la visión que tenía del sexo! -

-¡Con la audacia propia de una rebelde de 18 años, no quiso ser menos que mis primos y también se quitó su traje de baño para tirarse a la piscina!-

-¡Los tres desnudos jugaban a hundirse uno a la vez y reían a carcajadas! ¡De pronto José Pablo la beso en la boca con un interminable beso que hizo que mi vagina se estremeciera y humedeciera! -

-¡Cristóbal se unió a la pareja acariciando los pequeños pechos de Camila, ella sonreía con los ojos cerrados como si se entregara a los dos sin ninguna distinción! -

-¡Un trío en la piscina, que delicia! - dijo Maite  llenado su copa nuevamente interesada en el relato.

-¡Mi cuerpo me pedía a gritos que bajara y me uniera a esos juegos que me tenían al borde del colapso, lo juro! ¡Pero el terror a cometer un pecado pudo más que mi deseo! – Terminó por decir Bernardita haciendo una pausa en relato bebiendo de su copa de espumante.

-¡Con esa calentura me habría tirado desnuda del segundo piso! - volvió a insistir Maite.

-¡Eso lo sabemos de sobra! - le contesté con la intención de que Bernardita continuara con su historia.

-¿Sigo? – preguntó Berny mirándonos a todas. Un largo si salió de forma espontánea de nuestras gargantas.

-¡Desde mi ventana miraba como Cristóbal  se empinaba para sentarse al borde de la piscina con su pene muy erecto! ¡Con su mano derecha lo frotaba de arriba abajo mostrándole a Camila y JP lo que estaba haciendo, ellos miraban sonrientes y lo alentaban desde el agua! -

-¡En ese mismo instante Camila nado riendo hacia donde estaba él y quedando de frente, metió el pene de Cristóbal en su boca saboreándolo y pasándole su lengua como si fuera un delicioso helado! -

-¡Mientras los observaba me quede sin respiración con mi corazón latiendo a mil por hora,  para luego sentir como el fuego abrazaba mi entrepiernas y se esparcía por todo el cuerpo! -

-¡Me saque el pijama y desnuda frente a la ventana instintivamente me llevé los dedos en mi vagina al mismo tiempo que el pene  de Cristóbal era devorado por la boca de Camila! -

-¡José Pablo se unió tomándola  por  las caderas mordiéndole los hombros!

-¡Ella parecía disfrutar con ambos chicos porque mientras lamía y chupaba el pene de Cris, levantó bien su culo, JP se acomodó entre sus nalgas y la penetró por detrás! - Exclamó Bernardita agitada por la emoción.

-¡Jajajaja, Berny por dios! ¿Recién ahí te enteraste que también se podía tener sexo anal? Preguntó Constanza.

-¡No solo sexo anal, Cony! – Respondió suspirando – ¡No sabía que se podía tener sexo en una piscina, donde no hubiese una cama y más encima por la espalda!

-¡Nooooo, esto me superó con creces!  ¡La abejita, el polen y la flor parece  son un arma mortal en un colegio de monjas! – Exclamó Maite riendo hasta las lágrimas.

-¡Por eso cuando conocí a Pipo en la universidad y formalizamos nuestra relación, ingenuamente creí que por fin iba a tener sexo de verdad! ¡Quería sentir lo mismo o más que cuando me masturbaba! -

-¡Habías descubierto el botoncito!- Susurró Constanza para no interrumpir a su amiga.

-¡Así es, Cony! ¡Estaba ilusionada con que el  famoso botoncito fuera tocado y manoseado por otros dedos que no fueran los míos! -

-¡Era el marido perfecto para hacer crecer la familia y el patrimonio, decía mi madre! - Exclamó con nostalgia -¡Debí haber escuchado a mi padre! -

-¡Me preguntó no una, sino mil veces si estaba segura de casarme con Pipo y yo ingenuamente le decía hasta el cansancio, que era el amor de mi vida! ¡Que inocente y estúpida fui! – Dijo bajando la cabeza.

-¡Y…Virgen al femicidio sexual! - Aseguró Maite que ya conocía la historia.

-¿Vergine? ¡Non ci posso credere! - exclamó Antonella negando con la cabeza – ¿Si no es indiscreción, que edad tenías cuando te casaste? – preguntó extrañada.

-¡No es problema, Anto! – La miró sonriente y respondió - ¡Tenía 26 años cuando me casé! –

  • ¡26 años y virgen! ¡Come non crederci! – Exclamó asombrada abriendo sus bellos ojos verdes - ¡É un vero miracolo! -

-¡Ahhhh pero que conste, hice lo que pude para no serlo! ¡Lo juro!  - Añadió Bernardita bebiendo su copa hasta el final pidiéndome que la rellenara nuevamente.

-¡Cuando nos besábamos no solo metía la lengua en su boca sino que frotaba mi vulva contra su pené queriendo sentir lo mismo que cuando me masturbaba! ¡Pipo de vez en cuando se excitaba y me tomaba con fuerza frotándose más fuerte pero a los pocos segundos me soltaba porque su pantalón estaba mojado! -

-¡Dejen de mirarme con cara de lástima, queridas! ¡Era eyaculador precoz! ¡Eso lo vine a saber mucho tiempo después! –

Antonella se levantó de su asiento y  sacó de una de las cajas un par de botellas que traía para los bajativos.

-¡Creo que está conversación amerita un buen limoncello de Sorrento, lo mejor del mundo! ¿Permettimi? -  Dijo ella buscando copas en la cocina.

-¡Limoncello, me encanta! - exclamó Bernardita algo más risueña con las copas que había bebido.

-¿Pero en la noche de bodas al menos cumplió el…objetivo? - Preguntó  Constanza con cierta delicadeza.

-¡No precisamente! – Añadió Bernardita – ¡Porque apenas colocó  su pene en la entrada de mi vagina comenzó a eyacular dejándome con las ganas y toda mojada mí entre piernas!

-¿Me permiten morir en este instante? -  Dijo Maite de marea teatral  inclinándose hacia atrás fingiendo desmayarse.

-¡Por eso cuando Maite me invito a la reunión de juguetes que hubo en tu casa Fabiola! ¿Recuerdas? ¡Cuando las conocí junto con Josefina, sentí que me habían salvado la vida! -  dijo con los ojos húmedos de emoción.

Nos quedamos un momento en silencio mirándola con admiración y cariño. Pero fue Maite quien nos sacó de ese estado porque mirándola con cierta complicidad le dijo:

-¡Error querida, Berny! - Exclamó – ¡Andrew te salvo la vida, él te abrió los ojos!

-¿Andrew, y quien es Andrew? – preguntó interrumpiendo Antonella con interés.

-¿Puedo hablar? - Dijo Maite mirándome para que le diera mi aprobación.

-¡Por supuesto, no faltaba más! – Respondí  sonriente curiosa por lo que iba a decir-

-¡Andrew es un hombre, Anto! -  respondió con solemnidad.

-¡Credo di sí! – Respondió confundida – ¡Tiene nombre masculino! -

-Uno de verdad, querida. ¡Guapo y con un cuerpo que hasta el mismo Apolo envidiaría!  – Prosiguió poniéndose de pie para darle mayor realce a su afirmación.

-¡Un hombre que tiene testosterona hasta en el pelo! ¡Que usa sus infinitas y sobresalientes neuronas como un mismo Dios! ¡Mmm, es perfecto! – ¡Y qué decir de su extraordinario pene, ese aparato no es de este planeta, es sobrenatural! –

-¡Yo lo amo! – interrumpió suspirando Bernardita – ¡Bueno, todas lo amamos! – Corrigió al instante.

-¡Adesso non ho capito niente! – exclamó sorprendida Antonella y con curiosidad preguntó.

-¿Y porque  te piden permiso Fabiola para hablar de Andrew? –

-¡Se llama Andrés Anto y es mi pareja de hace muchos años! – Respondí sonriente mientras bebía la segunda copa de limoncello.

-¡Continuo a non capire! ¡El hombre del que habla Bernardita es…! ¿Tu pareja, Fabiola? - Preguntó Antonella desorientada por la información.

-¡Siiiii! - respondimos entonando  la respuesta disfrutando de  su confusión.

-¡Entonces  Andrés! ¿Así se llama cierto? ¿Fue tu novio antes de Fabiola? ¡Quanta modernitá! -

-¡Andrés no fue mi novio porque si lo hubiese sido no lo habría soltado jamás! Respondió al instante Bernardita con tono enérgico.

-¡Anto, yo te lo voy a explicar! – Dijo Maite tratando de contener la risa – Esta mujer que ves aquí – señalándome con su dedo índice – ¡Es una de mis mejores amigas, bueno de todas nosotras! ¡En su infinita generosidad comparte su amor y su macho alfa para que nosotras, mujeres insatisfechas y necesitadas nos demos de vez en cuando una vuelta por el universo para regresar llenas de colágeno, energía, felicidad y satisfacción! -

Era tan evidente el rostro desconcertado de Antonella que Maite decidió ser más clara.

-¡Orgasmos, Anto! ¡Orgasmos de esos que cuando los intentas explicar es inevitable que la vagina no se vuelva a humedecer y contraer! ¡Solo recordar el momento una queda toda mojada! -

No podía dejar de reír escuchando como Maite intentaba explicar lo que a los ojos de nuestra invitada era una locura sin sentido. Antonella nos miraba buscando en cualquiera de nosotras una señal de que lo que escuchaba era una broma.

-¡Ti stai prendendo in giro e rido di me! – Exclamó Anto.

-¡No es broma y tampoco nos estamos riendo de ti, es la verdad! – exclamó Bernardita con los ojos chispeantes por el limoncello.

Hasta que decidí intervenir para aclarar la situación pero al parecer no dio resultado que esperaba.

-¡Chicas, me permiten corregir un detalle importante en todo este asunto! ¡Ya les he dicho una infinidad de veces que no comparto a Andrés, no soy su dueña, tampoco es de mi propiedad! ¡Estamos juntos porque nos amamos y nos hace bien a los dos compartir nuestra vida! ¡Ahora que les regale los mejores orgasmos a mis amigas, es un grandioso gesto de generosidad de Andrés!

El desconcierto de Antonella era tal que su copa con limoncello se había rellenado unas cuantas veces. Simplemente nos miraba atentamente moviendo su cabeza de un lado para otro tratando de entender la situación.

-¡Berny fue la primera en probar los encantos de mi Andrew! – Dijo Maite –  ¡Pero nunca comentamos lo que pasó en aquella reunión! ¡De pura curiosa mi rubia amiga! ¿Qué pasó por tu cabeza esa tarde? –

-¡Un momento! – Interrumpió Antonella - ¿Por qué dices mi Andrew? –

-¡Anto querida! – Exclamó Maite riendo – ¡Soy la segunda en la línea de sucesión después de Fabiola! ¡Me he ganado con creces ese derecho! Cuando la señorita aquí presente se ausenta – indicándome con el dedo - ¿Quién lo cuida? ¿Quién satisface sus necesidades? ¿A quién dejan a cargo de la casa? ¿Quién riega las plantitas? ¡Yo! – Terminó por decir Maite levantando su enésima copa.

-¡Bueno, no te puedes quejar, amiga! ¡También te riegan a ti! – dije largándome a reír.

Maite me miró con una pícara sonrisa, me guiñó el ojo y continuó.

  • ¿Qué pasó Berny aquella tarde? -

-¿Qué pasó? ¡Sencillamente me explotó una bomba  termo nuclear en mi cabeza y en todo mi cuerpo! -  Respondió Bernardita  tomando la mano de Constanza quien la miraba atentamente.

-¡Recuerdo que llegue a esa reunión con mis amigas del colegio! – Dijo sonriendo con la mirada perdida -  ¡Las había convencido diciéndoles que era para una obra de caridad en beneficio de mujeres necesitadas, lo que en estricto rigor, no era mentira! – Largándose a reír.

-¡Ahora entiendo porque salieron huyendo despavoridas! ¡Fue como si hubiesen visto a al mismísimo demonio! - agregué con asombro.

-¡Salí de esa reunión convertida en una mujer, en una mujer de verdad! – suspiró con  nostalgia.

-¡Posteriormente he tenido orgasmos con otros hombres, incluso otros tantos con Andrés! ¡Pero recuerdo que ese ha sido el más apoteósico de mi vida! ¡Fue frenético y delirante! ¡Me volví verdaderamente loca! ¡Descubrí aquella tarde que el placer es un derecho del que ninguna mujer puede ni debe renunciar! -

-¡Sentía a Andrés tan profundo dentro de mí, tal como quería haber estado con Pipo! ¡Como alguna vez lo soñé! ¡Potente, seguro y por sobre todo pensando en mi satisfacción, no en la suya! ¡Bueno, a decir verdad! ¡Yo nunca fui la suya! – Exclamó bajando la voz.

-¡Tuviste relaciones sexuales con Andrés, la pareja de Fabiola! ¿En una reunión? ¡Que alguien me lo explique, por favor! - Rogaba Antonella  perdiendo la paciencia porque seguía sin entender las palabras de Bernardita.

-¡No es tan literal querida Anto, sufrió una metamorfosis! ¡La insatisfecha oruga se convirtió en una hermosa y radiante folla – mariposa! – Agregó sonriendo Maite.

-¡Mira linda, te lo voy a explicar con peras y manzanas! ¡Esta escultural rubia que está sentada a tu lado, hermosa, inteligente, millonaria y que era en un 98%, virgen! ¡Con la magnánima benevolencia de la linda doctora Fabiola, que es ella! – Volviendo a señalarme - ¡Fue desvirgada oficialmente por Andrés su pareja, en cuyo acto nuestra querida y virginal amiga conoció realmente lo que era tener un apoteósico orgasmo en toda regla, eso es todo! ¡Así de simple! ¿Capisci? - Terminó por decir Maite.

-¡Ustedes ni se imaginan mi emoción después de esa tarde! ¡Durante semanas estuve entre las nubes tratando de que Pipo me hiciera sentir lo mismo! -  siguió diciendo Bernardita.

-¡Pero Berny, como tan ingenua! – Interrumpió Maite - ¡Como podías buscar sentir lo mismo con un pellejito blando y chico en comparación con una gigantesca roca dura como un diamante! ¡Ahí te equivocaste amiga, no hay punto de comparación! ¡Ese es el problema de enrollarse con Andrés, cualquier cosa que venga después, es una mierda! ¡Disculpa la interrupción, sigue! –  dijo para luego servirse otra copa de limoncello.

-¡Trate de todas las formas imaginables de que reaccionara y disfrutáramos juntos, hasta que finalmente desistí, no lo había podido lograr! ¡Tiempo después comprendí la razón de su extraña inapetencia sexual! ¡Bueno, el final de la historia ya la conocen todas! – terminó por decir bajando el tono de voz.

Constanza ponía atención al detallado relato de Bernardita porque no conocía mayormente los pormenores de su vida. En aquella época todavía no formaba parte de nuestro grupo.

A ella la conocimos en una reunión de amigos que organizamos en una cabaña cordillerana a petición de Bernardita que andaba suelta y desenfrenada.

-¿Se acuerdan de la fiesta en el refugio, cuando nos conocimos? -  Preguntó Constanza

-¡Esa fiesta fue de verdad una locura de la que tengo pocos recuerdos, por no decir ninguno! ¡Tengo la memoria completamente borrada!– Dijo Bernardita un poco avergonzada – Lo único que recuerdo es que al otro día amanecí completamente adolorida de todas partes, incluida la cabeza – dijo sonrojándose.

-¡Pero si todas estábamos un poco locas, Bernardita! ¡Yo disfruté mucho de ese fin de semana! – exclamé riendo mirando a Maite.

-¡Tooodas disfrutamos mucho! ¡Incluso Fabiolita tenía su pretendiente con quien tenía cuantas pendientes desde mi fiesta de cumpleaños, recuerdas como lo tenías en la piscina, ufffff, mejor ni lo pienso, me llego acalorar! – dijo riendo Maite.

-¡Qué asco más grande! – Exclamé con desprecio – ¿Supongo que  hablas de Alex? ¡Prefiero tener alzhéimer que acordarme de ese despreciable tipo! ¡Aunque! – hice una pausa riendo – ¡Le di a probar lo que tanto deseaba y supieran cuanto lo disfrutó que me odia hasta el día de hoy! -  largándome a reír.

-¿Qué le hiciste o más bien, que le diste? – preguntó Bernardita mirándome con extrañeza.

-¡Poca cosa! – exclamé sonriente observándolas a todas.

-¡Estaba tan pesado y excitado conmigo que le di a  probar todo el semen que Andrés había dejado al interior de mi vagina después de haber hecho el amor! ¡Alex juraba que estaba húmeda y mojada por él, así que dejé que saboreara en mis dedos todos los fluidos que caían de forma abundante entre mis piernas! ¡Creo que nunca me perdonó esa cándida bromita! – exclamé con cara de inocente.

-¡Nooooooooooooooo, te pasaste! - Exclamaron todas riendo a carcajadas

Después se hizo una pausa hasta que Constanza pensativa rompió el silencio.

-¡A mí me gusta el semen de Andrés, es rico! – exclamó.

-¡Hummmm, si! ¡Es delicioso, caliente y abundante! – siguió Bernardita.

-¡Un potente néctar para diosas como nosotras, lo tomaría de forma diaria, si pudiera claro está! – Terminó por decir Maite.

Antonella nos miraba sorprendida sin creer lo que estaba escuchando de nuestras intimidades y meneando la cabeza exclamó.

-¡Sei pazzo, davvero pazzo! –

-¡Anto, quizá estemos un poco locas! ¡Pero locas, libres, alegres y muy felices!

-¡Si tú lo conocieras y tuvieras la suerte de probar como la tuvimos nosotras, no nos estarías tratando de locas, serías otra loca más! ¡De eso estoy más que segura! – Exclamó Bernardita – ¡Forse un giorno lo incontrerai e vedrai che tutto quello che diciamo é vero! –

Antonella sonriendo y meneando la cabeza susurró

-¡Quizá me gustaría conocer tanta maravilla y…!-

No alcanzó a completar su idea porque Maite la interrumpió en sus cavilaciones preguntando.

-¡Y ese famoso viaje a Cuba que se pegaron las lindas sin mi valiosa y adorable presencia, incluida la Josefina! ¡Todavía se escuchan los sones de Buenavista Social Club y los gemidos de algunos salvavidas! ¡Qué cochinas por dios! – Exclamó sonriente.

-¡Lo qué pasó en La Habana se quedó en La Habana, helmana! – respondí con tono caribeño.

-¡Ufffff ese sí que fue un viaje inolvidable! ¡Nuestra Madre superiora nos cuidó como una gran matriarca! ¡No guio por el buen camino y fuimos muy felices! – respondió Bernardita sonrojándose.

-¡La historia viene de muy cerca, queridas! ¡No me consta para nada lo que cuentan, porque como ustedes bien saben, mi condición de pobre, desdichada y desvalida divorciada no me permite darme ese tipo de lujos porque tengo la obligación de ganarme el pan día a día y no andar perdiendo la cabeza en Cuba! ¡Como otras que conozco! – Manifestó de forma irónica Maite con una sonrisa.

-¡No fue precisamente la cabeza lo que perdimos! – Exclamó Bernardita – ¡Fue mucho mejor que eso! -

-¡Nada de lo que aprendimos y de lo que pasó en Cuba, fue en vano! ¡Gracias a eso tuve más claridad de quién era y lo que quería para mi vida! – Remató diciendo Bernardita.

Antonella estaba más enterada  de lo que era nuestra peculiar amistad  y se notó porque comenzaba a disfrutar de las historias de Bernardita sin tanta sorpresa.

-¡Déjenme ordenar un poco las ideas! – Exclamó Antonella – ¡Bernardita! ¿tú estabas casada cuando fueron a Cuba? -preguntó con total inocencia.

Todas nos miramos unas a otras porque sabíamos que ese tema no lo habíamos tocado desde el evento que organizó Bernardita para dar término formal y publico a su matrimonio. Maite fue la primera en lanzar un salvavidas a la pregunta de Anto.

-¡Pipo! ¡El famoso Pipo! ¡Resultó que era Pipa! - exclamó mirando a Bernardita esperando la aprobación a su respuesta.

-¿Pipa? - ¡Non capisco niente! – exclamó Antonella desconcertada.

-¡A ver, para que no sigas mirándonos con esa cara de perdida en el espacio te lo voy a explicar de otra manera! – terminó diciendo Maite.

-¡Deja Maite yo lo hago, amiga! –La interrumpió Bernardita mirándola con cariño agradeciendo de forma implícita que la protegiera.

-¡Pipo es homosexual, Anto! ¡Siempre lo fue y nadie me lo dijo! ¡Resulté ser la fachada perfecta para que su familia mantuviera ese nimbo puro y angelical sin caer en chismes y comentarios sociales que los destruyeran! ¡La familia de Pipo es súper beata y devota de misa diaria, imagínate el escándalo de tener un hijo homosexual, por eso siempre lo ocultaron sin dejarlo salir del closet! ¡Les caí del cielo como un regalo divino! – Exclamó Bernardita suspirando la última frase.

-¿Y cuándo te diste cuenta que era homosexual? – preguntó Antonella con curiosidad.

  • ¡Nunca me di cuenta porque nunca lo imaginé! ¡Si bien tenía conductas extrañas como evitar tener sexo conmigo, juntarse a menudo solo con hombres o tener un amigo íntimo y especial, su vida diaria era casi normal! ¡Llegamos al punto de que prácticamente cada uno hacía su vida de forma individual y si no es por Fabiola y Muriel jamás lo hubiese descubierto y quizá todavía estaría viviendo infeliz e insatisfecha en ese infierno guardando las apariencias! -

-¿Muriel? ¿Quién es ella? ¿Otra de sus amigas? – Preguntó nuevamente Antonella – ¡Porque Josefina es una de sus amigas que está en Colombia, pero de Muriel no había escuchado hablar nada de ella esta noche! - ¿O no es amiga, amiga de ustedes?

-¡Anto, Antonella querida! ¡Te tendrás que tomar otra copita de tu delicioso elixir italiano, abrir tu maravillosa mente y escuchar atentamente, sin horrorizarte y salir arrancando de esta tropa de locas dementes!- exclamó riendo Maite disfrutando del momento.

La risa fue generalizada, porque explicarle a nuestra nueva amiga sobre Muriel  iba a ser una tarea bastante compleja que implicaba tener más que la mente abierta. Sería darle a entender  el verdadero sentido de la amistad. Aceptar sin juzgar.

-¡Muriel es mi pareja, Anto! – Respondí con total tranquilidad – ¡La mejor amiga de Andrés mi pareja, es también mi pareja! ¡Conformamos una hermosa familia de tres!

-¡Poliamor le llaman ahora! – Agregó Constanza – ¡Y visto lo visto! – Señalándome – ¡Funciona a la perfección! -

Antonella se empezó a reír a carcajadas, tantas que se apretaba el abdomen para poderse contener.

-¡Questo mi batte! – ¡Me meo, me meo de la risa! ¡Esto me supera! – Decía sin dejar de reír – ¡Ustedes se han reído a costa mía, toda la noche! -

Nosotras sin movernos de las sillas la mirábamos esperando que se calmara mientras bebíamos de nuestras copas hasta vaciarlas.

Cuando Antonella se logró contener exclamó.

-¡Non può essere, immagino sia uno scherzo! ¡Nada de esto parece ser verdad!

-¡Te advertimos linda que debías escuchar con altura de miras! - exclamó Maite -¡Todo lo que has escuchado esta noche, es verdad! - ¡Así somos nosotras, Anto! ¡Nos llamamos La Congregación de las Mal Portadas! – Agregó Maite y juntando todas nuestras manos gritamos al unísono - ¡Una para todas, todas para una! –

-¡Esta bien, está bien, les creo! ¡Me parece increíble, pero les creo! – Exclamó Antonella secándose las lágrimas de la risa – ¡Non avevo mai conosciuto persone come te, niente di piu mi sorprende! –

-¡Y siguiendo con el tema de Bernardita! – Prosiguió Antonella – ¡Como tomó la familia y la Pipa el divorcio! ¿Por qué supongo que se divorciaron? –

-¡Pipo! – corrigió de inmediato Bernardita.

-¡Pipo…Pipo! ¡Qué lejano me resulta ese nombre! – Suspiró Bernardita con cierta nostalgia - ¡Pensar que hasta hace poco más de un año, era mi marido! ¡Si Anto, cuando descubrí quien era realmente y nos separamos, cuatro meses después estábamos divorciados! -

-¡No lo está pasando muy bien por lo que me contó su madre hace un par de meses! – Exclamó con cierta tristeza - ¡Sus negocios han tenido dificultades porque su economía estaba avalada principalmente por nuestro matrimonio y una vez deshecho, los inversionistas poco a poco se empezaron a retirar! -

-¡Su padre lo tiene trabajando de sol a sol para que la reflote la empresa y también para controlar sus movimientos!-

-¡Valentín que era su novio, se fue de Chile con la ilusión de que lo siguiera en su aventura en el extranjero pero ni para eso tuvo pantalones y optó quedarse bajo el yugo familiar! -

-¡Queeee peeeeena! - Exclamó Maite con ironía - ¡Con la patada en el culo que le pegaste seguro que no se pudo sentar en meses y peor aún, perdió al come nuca o muerde almohada, ese! -

-¡Justicia divina se llama eso, justicia divina! – Exclamó Maite con voz triunfante- ¡Y eso que soy agnóstica! -

-¡Al principio lo odiaba y pensaba igual que tú Maite, pero luego comprendí  que la vida siempre equilibra la balanza! ¡Finalmente recibió todo lo que merecía! – Reafirmó Bernardita.

-¡Tan filosófica que te han de ver amiga! ¡Acaso te fuiste a la India a reflexionar! ¿O Felipito te cambio profundamente? - agregó Maite recalcando la última palabra.

-¡Jajajajajaja, Obvio que me hizo cambiar profundamente como tú dices! - Respondió divertida Bernardita – ¡No me puedo quejar de nada! ¡Felipe era un hombre que cumplía de forma cabal sus tareas en la cama, siempre se desempeñaba a la altura de una mujer como yo! ¡Follábamos como los dioses! -

-¡Ufffff, en los baños de los aviones, en el balcón de la habitación que tenía como vista la Torre Eiffel! ¡Donde las ganas aparecieran, ahí caímos presos del deseo! – Exclamaba Bernardita entusiasmada.

-¡Y una que con suerte logra follar a medias en el baño de un bar cuando se está muy caliente! – Interrumpió riendo Constanza.

-¡No te quejes Conicita! ¡Porque te fue bastante bien como Gatubela! – le respondió Maite.

-¿Gatubela? - Repitió Antonella queriendo comprender a que se referían.

  • ¡Ahhhh esta es otra historia Anto! ¡Por respeto a la protagonista solo puedo decir que nuestra amiga aquí presente con un traje de látex y un látigo en la mano, tiene a los hombres literalmente lamiendo y chupándole los pies…y! ¡Otras cosas cuando lo ordena! -

-¡Eso es verdad! – Respondí con el efecto de varias copas en mi cabeza - ¡Constanza no es la mujer dócil y frágil que ves aquí con carita de niña buena que no mata una mosca! ¡Es una Dominatrix de tomo y lomo! –

Antonella no dejaba de mirar atenta y sorprendida a Constanza porque la primera impresión que tuvo de ella era diametralmente opuesta a lo que en realidad le estábamos contando.

¡Ahhhh, nooo! No le quitemos el protagonismo a Bernardita, ella es la estrella de la noche – dijo Constanza con la intención de desviar la atención –

-¿Y Felipe? ¿Qué pasó con ese apuesto galán para que fuese desechado sin mucho preámbulo? - Preguntó

Bernardita se levantó de la mesa para calentar sus manos en la chimenea porque la noche estaba bastante helada con mucha humedad en el ambiente.

-¡A Felipe le sucedió lo que le pasa a todos los hombres simples que se disfrazan de extraordinarios! ¡Perdió la memoria! -

-¡Porque de ser un hombre que llevaba la delantera en materia de sexo se  olvidó que principalmente éramos amigos! -

-¡Típico de follaamigo que cree que el apéndice fluctuante que tienen entre las piernas reemplaza un cerebro! -  Respondió Maite acercándose también al fuego a calentarse el trasero.

-¡Debo confesar que a mí no me sucede lo mismo, amigas mías! - Exclamé con cierta vergüenza – ¡Con Andrés podemos estar desnudos en la cama horas y horas riendo y arreglando el mundo sin tener noción del tiempo! -

-¡Fabiola, ese es un muy mal ejemplo! ¡Cómo te explico que Andrew no es de este mundo! ¡Ese hombre tuyo…más bien nuestro, suena más lindo ¿no crees?, es la excepción a toda regla humana! – Exclamó Maite con una sonrisa.

-Non vedo l’ora di conoscerti – dijo Antonella entusiasmada – ¡Tanta propaganda che ti fa venire voglia di controllare se tutto é vero! –

-¡Ya sé a quién te pareces Antonella! –Interrumpió de un grito Bernardita – ¡Toda la noche mi cerebro había estado buscando la semejanza y eres igual a…! ¡Mónica Bellucci, una donna molto bella! –

-¿Mónica Bellucci? Jajajaja ¡Ya me lo habían dicho! Ma grazie per il complimento! Exclamó complacida Antonella.

Ante la afirmación de Bernardita y Antonella nos miramos con Maite y ambas movimos negativamente la cabeza. Su deseo de conocer a Andrés no iba a ser posible bajo ninguna circunstancia, al menos de momento.

-¿Puedo continuar ahora?- preguntó Bernardita impaciente – ¡Felipe poco a poco le comenzó a dar más importancia al Polo y a su trabajo! ¡Cada día que pasaba era menos importante en su vida! -

-¡De tener sexo más de una vez al día, todos los días, en el último tiempo con una o dos veces por semana para él, era más que suficiente! - ¡Tampoco hablábamos ni conversábamos!

-¡Pero esta mujer sabía lo que quería! ¡Y después de una seria conversación, llegué a la conclusión de que no me gustaba lo que había y eso fue todo! ¡Hasta luego, chao, addio, au revoir, wiedersehen, do svidaniya, tchau, sayonara, etc.! -

-¡Eres una digna representante de una Mal Portada! - Aplaudió Constanza con emoción.

-¡Esa es nuestra Barbie! ¡Murió el pene…Viva el Pene! ¡Esa es la actitud! – gritaba Maite.

Todas nos acercamos a abrazar a nuestra amiga que sin darnos cuenta se había convertido en objeto de nuestra más sincera admiración. Reíamos abrazadas como niñas en una ronda incluida Antonella que emocionada era testigo del cariño que nos profesábamos. Lo que son las amigas de verdad.

Después de unos cuantos brindis, Maite no pudo resistir la tentación de hacer otra pregunta.

-¡Bueno, esta blonda mujer que está como para la portada de Vogue, tiene que contarme sobre un hecho que sucedió hace un par de meses y la verdad que la curiosidad me está matando! -

-¿Cómo se te ocurrió presentar ese espectáculo tan novedoso en el cumpleaños de nuestro Andrew? -

-¡Es verdad, cuéntanos de dónde sacaste la idea! - Repetíamos todas al mismo tiempo.

-Bernardita sonriente carraspeó un poco antes de tomar la palabra. – ¡Ehhhh, Mmm! -

-¡Como diría Maite aquí presente! ¡De pura caliente, no más! - Respondió en voz alta imitándola largándose a reír.

La risa se contagió entre todas y fueron incontrolables, unas a otras nos mirábamos tratando de no doblarnos de la risa. - ¡Ahora soy yo la que se mea de la risa! – gritaba más de alguna.

-¡Una vez! – Dijo tratando de explicar mientras contenía la risa – ¡Vi en Shanghái un espectáculo de sombras chinas donde contaban una leyenda que no recuerdo en este momento! ¡Pero me impresionó lo que pueden lograr las siluetas detrás de una cortina! ¡La imaginación vuela, las figuras insinúan y seducen al punto de querer ser parte de ellas! - ¡Y como Andrés es siempre tan  generoso con nosotras, estaba segura que no se iba a negar a participar en el juego! -

-¿Una presentación de sombras? -  Preguntó Antonella curiosa y sorprendida – ¡Quella bella! -

-¡Pues si! – Exclamó Maite -  Esta linda e inocente niña que parece una blanca y dulce paloma, saboreo centímetro a centímetro el pene y después se folló bien follado a nuestro Andrés tras una cortina al más puro estilo de sombras chinas -

-¿Con público? ¿De verdad? -  Preguntaba Antonella ya al borde de la incredulidad.

-¡Si, delante de nuestros amigos, pero detrás de una cortina! ¡Le quise dar un gran homenaje a Andrés en su cumpleaños número cuarenta! – Intentaba explicar Bernardita.

-¡Homenaje le llama ahora! ¡Tan delicada para explicar lo evidente! -  Dijo Maite – ¡Eso en cualquier lugar del mundo, incluida China, se llama follarse al cumpleañero! -

-¡Bueno, visto de esa manera, pues sí, me lo follé! ¡Estaba caliente esa noche y se me ocurrió no más! ¡Pero en realidad mi intención era un homenaje, créanme! – dijo Bernardita sonrojada pero sonriendo de forma picara.

Las risa hasta ese instante eran la tónica de la noche pero Constanza puso la nota seria preguntando.

-¡Bernardita, te puedo hacer una pregunta y me puedes mandar a la mierda si te hago sentir mal o te incomoda responder! – Preguntó esperando una respuesta.

Bernardita la miro con ternura y con cierta extrañeza, pero no se podía negar a la petición de su amiga.

-¡Por supuesto Cony! ¿Qué quieres saber?

-¿Berny, como una mujer como tú? ¡Bella y hermosa de sobremanera, inteligente, bueno brillante como sabemos que eres, con una fortuna familiar que no deja de ser despreciable, esté tan sola teniendo si quisieras, el mundo a tus pies! -

La pregunta nos sorprendió a todas y tampoco nos dejó indiferentes. Nos miramos entre todas y esperamos la sincera respuesta de nuestra amiga.

Bernardita se alejó de la chimenea y regresó a la mesa para tomar uno de los últimos bocadillos antes de responder. Dirigió la mirada al ventanal y tomando aire dijo:

-¡De todas esas cualidades que mencionas con tanto cariño Cony no son más que  problemas para mí! ¡Es cierto que ustedes pueden pensar que lo tengo todo! ¡Pero en realidad no tengo nada! ¡La fortuna es de mi padre, la supuesta belleza que tú mencionas y la inteligencia a través del tiempo se ha convertido en mis peores pesadillas! -

-¡Por un lado me rodeo de hombres y mujeres que solo ven una forma de escalar posiciones y lograr sus objetivos financieros o sociales por otro, soy el trofeo que todos quieren ganar! –

-¡Cony, créeme! ¡No es agradable vivir noche y día de esa manera! – Exclamó Bernardita y continuó.

-¡El ser vista como una mujer simple y buena persona, solo lo he vivido con ustedes con mis aciertos y errores, nunca  me han pedido nada a cambio de su sincera amistad! ¡Incluyo también a Andrés, mi amigo al que amo con todo mi corazón, mi amigo al que le debo mucho y por desgracia no me debe nada! ¡Estar en la cima es también asumir que se está sola cuidando de no caer ante los inescrupulosos, interesados y zalameros que andan sueltos pululando a mí alrededor! -

-¡Por eso a ustedes las quiero con toda mi alma, porque es lo único que he conseguido sin necesidad de usar el dinero ni las influencias! ¡Ustedes me quieren tal como soy y me aceptan simplemente como Bernardita! ¡Por eso les doy las gracias amigas!

-¡Las amo! -

-