Benito y la señora de la montaña

Un joven recién cumplidos los diecinueve años, soltero, y estudiante de informática, gran enamorado de la naturaleza, haciendo senderismo le coge una tormenta inesperada. Tras varias horas se intensa lluvia al final un matrimonio que pasaba por allí lo recoge y la lleva a casa. Durante la estancia, la señora se encapricha con el joven muchacho, y tras contemplar la mandarria que se gasta decide fallárselo cabalgándolo sobre una silla.

Benito, un joven recién cumplidos los diecinueve años, soltero, y estudiante de informática, era una gran enamorado de la naturaleza y con frecuencia tomaba su mochila y se marchaba al campo a realizar senderismo. Algunas veces acompañado de otros amigos y en otras completamente solo.

En una de esa caminata, cuando el muchacho transitaba por unos prados de montaña, comprobó que el cielo se encapotó y comenzó a llover de forma intensa. Fue tal la intensidad de la lluvia que se vio obligado a refugiarse durante varias horas en una especial de cueva que encontró. Sin embargo, pronto comenzó a oscurecer, pero tampoco paraba de llover. Tampoco podía continuar mucho más tiempo allí, así que tomo la determinación de  acercarse a la carretera y caminar por ella hasta encontrar algún lugar habitable donde resguardarse.

Tras un buen trecho de marcha, y sin cesar de llover, verificó que tampoco pasaba ningún vehículo, hasta que de pronto divisó que se acercaba un vehículo todo terreno al que hizo autostop. Evidentemente era complicado que parara ya que estaba en plena montaña y normalmente nadie quiere arriesgarse a llevar a nadie. Sin embargo por fortuna verificó que unos metros más adelante se detuvieron. Cuando llegó a su altura comprobó que se trataba de una pareja, un hombre algo mayor con bastantes canas y una mujer de unos cuarenta años. Tras relatarles lo ocurrido, le comentaron que la carretera estaba cortada a causa de la intensa lluvia caída, y que por eso no pasaban vehículos. Ellos regresaban a su casa tras visitar a unos amigos, pero esperaban llegar aunque dudaban dada la intensa lluvia caída. Le invitaron a subir al vehículo, pese a que el mismo se encontraba con su ropa completamente empapada.

Aunque con dificultad, ya que encontraron varios obstáculos en la vía, lograron alcanzar la casa de la pareja. Benito comprobó que era una casa especie de chalet en pleno campo, con una verja con mando a distancia, lo que permitió entrar con el vehículo hasta el mismo garaje. La casa estaba solitaria y sin ninguna otra alrededor.

Una vez dentro de la casa, le invitaron a que se desprendiera de la ropa mojada, ya que podría coger una pulmonía. La señora que se llamaba Lucía, le indicó el baño donde podría ducharse. El muchacho se desprendió de toda su ropa, verificando que hasta sus interiores estaban empapados. Tampoco había traído ropa de repuesto, ya que pensaba tomar luego un  autobús y llegar a su casa antes del anochecer, pero no había previsto el mal tiempo.

Ya bajo la ducha se relajó con el agua caliente. Se encontraba casi a punto de terminar, cuando escucha que tocan a la puerta del baño, la cual no tenía pasador, y contempla que la señora entra dentro del baño portando una toalla y algunas prendas de vestir.

- Hola. Te he traído una toalla, ya que me he dado cuenta de que no tienes ninguna aquí .

El joven se quedó estupefacto ya que no esperaba que la señora entrase en el baño estando el completamente desnudo. Además el baño solo tenía una mampara de cristal, totalmente transparente por lo que la mujer pudo contemplar su cuerpo desnudo.

Sin embargo la mujer, intentando demostrar cierta normalidad le dijo: - También te he traído algo de ropa, aunque, la verdad es que “no se si te servirá”. Pertenece a mi esposo, pero como habrás comprobado es más bajo que tu.

-Gracias señora.

El joven se puso nervioso, ya que la mujer tras dejar la toalla y la ropa en uno de los percheros del baño, observó detenidamente el cuerpo desnudo del joven, bajando su mirada hacia los atributos masculinos del mismo. Todo ello intentando aparentar cierta naturalidad mientras le preguntaba: ¿Qué tal el baño? ¿Estaba caliente el agua?

- sí. Me ha venido muy bien .

Benito verificó que Lucía era una mujer que pese a rondar los cuarenta años se conservaba muy bien. Con una estatura que no superaba el 1.65, era más bien delgada, pelo castaño algo corto, piel bastante blanca con algunas pecas que resaltaban claramente, y con una silueta donde se podía divisar claramente sus caderas, su buen trasero y unos pechos en cierto modo grandes. Se podría decir que era una mujer bella. En el vehículo no lo había podido aprecia con el abrigo que llevaba, pero ahora la misma solo tenía un vestido bastante ceñido al cuerpo que resaltaba sus curvas.

Sin poder evitarlo, el joven ante la mirada de la mujer hacia su aparato reproductor y el buen cuerpo de la misma,  motivo que sin poder evitarlo su pene se excitara sobremanera como si tomara vida propia, alcanzando una semi-erección. En cualquier joven aquello no hubiera sido tan manifiesto, pero en el caso de Benito, las dimensiones de sus genitales eran tan dimensionadas que era imposible no fijarse y asombrarse. No en vano la naturaleza la había provisto de un pene que en máximo rendimiento podía superar los 22 cm de largo y bastante gruesa. Al propio tiempo le colgaban unos testículos a la par con su aparato que parecían dos pelotas de tenis.

Aquello no paso desapercibido en la mujer, que al contemplar los genitales del joven, y ver como su pene comenzaba a tomar vida, se llevó las manos a la boca para reprimir una exclamación:

- ¡Dios mío muchacho, que grandes atributos tienes!. Nunca había visto algo así. Bueno….., ¿pero que me digo?, se reprimió un momento nerviosa ante lo manifestado terminando por decir:… anda … termina, te espero fuera ,-

La mujer terminó por retirarse del baño, llevándose la ropa mojada del joven para poder ponerla a secar. Benito se quedó bastante preocupado y en cierto modo excitado ante lo ocurrido. Aquella señora, que le doblaba en edad y además casada, había contemplado su cuerpo totalmente desnudo. Ni siquiera su madre lo había visto después de su pubertad. Había tenido algunos encuentros con jóvenes de su edad, pero algunos besos y toqueteos, pero sin pasar a mayores. De hecho aún se mantenía virgen.

El intento ponerse la ropa que la había facilitado la señora resulta fallido, ya que ninguna le servía, solo pudo colocarse una especie de chándal, que además se calzó sin calzoncillos ya que los suministrados resultaba muy estrechos. Se dio cuenta de que era una situación preocupante, ya que si se le erectaba el nabo, claramente se comprobaría su paquete. ¡ Vaya situación! Pensó.

Una vez fuera del baño, el marido le hizo sentar en la sala, y le sirvió una copa. Remón, que así se llamaba el hombre, era de aspecto más bien rudo, algo grueso y en cierto modo barrigón, con bastantes canas y que podía sobrepasar claramente los cincuenta y tantos años de edad.  Al momento hizo su aparición de nuevo Lucía. Hablaron durante bastante tiempo de cosas vánales, y luego cenaron. Le comentaron que con el tiempo que estaba fuera no le quedaba otro remedio que pasar la noche con ellos, dándole las gracias el muchacho por las atenciones recibidas.

Tras cenar vieron una película. Mientras hablaban, el chico le hizo saber su condición de estudiante de informática. Remón entonces la dijo: - pues qué bien. Mañana podrías ojearme un poco mi ordenador, ya que creo que tiene varios virus que lo tienen casi bloqueado.

-Por mí no hay problema.

Se acostaron algo tarde, durmiendo en una habitación para invitados que se encontraba en el otro extremo de donde se localizaba e dormitorio de ellos.

Serian las tres y media de la mañana cuando a Benito le dio una intensa sed, quizás por la cena algo fuerte ingerida. El se levantó la intención de acercarse a la cocina y verificar si podía tomar agua. Estaba abriendo el frigorífico, cuando nota que alguien aparece en el umbral de la puerta, dándose cuenta de que se trataba de Lucia.

- ¡Vaya parece que hemos tenido la misma intención!. Le dijo la misma. Me estoy muriendo de sed. Debe ser la cena que hemos ingerido.

- Ah, ¿cómo?  … no me había percatado de su presencia. Intento disculparse el joven. Perdone si la he despertado, solo quería beber un poco de agua.

- ¡Pues claro que no me has despertado!. El agua está en el estante bajo de la nevera ¿la ves?

- -sí, aquí esta. Gracias.

- No te importa y me sirves un vaso, me estoy muriendo de sed. Le indicó la misma.

- Pues claro señora, ahora mismo.

Cuando el joven le fue a entregar el vaso de agua, casi le da un infarto. Lucía llevaba puesto solamente un baby doll muy transparente, donde se apreciaba bajo el mismos unos pechos muy prominentes, rematados con unos pezones negros sumamente grandes. Para colmo, solo llevaba puesto un tanga, mejor dicho un mini tanga, que apenas tapaba algo la raja de su coño, pudiendo apreciar que tenía recortado su pubis negro, que se transparentaba abiertamente.

Al joven casi se le vierte el agua de la emoción. Ella al contemplar la mirada del joven hacia su cuerpo le dice:

- Bueno Benito, ¿me dejas el vaso de agua?

- Oh si.., si claro. Perdone…

- Que pasa Benito. Nunca has visto a una mujer en baby doll. Le pregunta la mujer coquetamente, al tiempo que sonriendo  digería el contenido del vaso.

- No… bueno….. pero es que además …

- Qué te pasa ¿tan mal me ves?. ¿No te gusta cómo voy vestida? Le pregunta ella.

- Por supuesto que me gusta. Digo, . . – se quedó cortado y se le entrelazaban las palabras- De verdad señora le queda muy bien.

- No me llames más señora, llámame Lucía. ¿Tan vieja me ves? Le replico coquetamente la mujer.

- De ningún modo. Todo lo contrario. Me parece bastante joven, pero sobre todo, es Vd. muy bella y muy hermosa.

Ella sonrió, y una vez se tomo el vaso de agua, le dijo: -ja ja, creo que mejor me vuelvo a la cama. Evidentemente la mujer pudo contemplar le tremenda erección que se produjo en el joven, viendo como el chándal que llevaba, estaba a punto de reventar.  Se retiro con una su sonrisa de sus labios, aunque excitada con la visión que había contemplado.

Ya en la cama, el joven le costó dormir pensando en todo lo ocurrido. Contemplar aquella mujer, que podía ser su madre, con el atuendo nocturno que llevaba, le había dejado anonadado. Notaba como la testosterona hacía su aparición y su nabo se envaraba habiéndole costado bajarlo.

Ya en la mañana, apareció Lucía en la habitación, toco y entró casi al momento. Al verlo aún dormido le dice:- Vamos dormilón. Anda levántate que ya está puesto el desayuno.

_ Ha ya voy. Me quedé dormido. Lo siento .

Ella mientras abrió las cortinas de la habitación, haciendo que entrara la luz del día. Pese a que habían aparecido algunos rayos de sol, gran parte del cielo seguía encapotado y con nubes bastante negras.

Ya en la cocina, comprobó que el esposo de la señora le estaba esperando. Desayunaron, y luego Remón le llevó a su despacho para que mirara su ordenador. El hombre le manifiesto:- bueno te dejo. Mira ver lo que puedes hacer. Me tengo que acercar a ver cómo han quedado algunos sembrados . Seguía lloviendo e incluso había caído algo de nieve, por lo que le extraño que aún así saliera.

El joven, tras marcharse Remón, encendió el ordenado y al momento comprobó la causa: “ tenía varios troyanos” . Se percató de que aquellos troyanos normalmente entraban en el ordenador cuando se entraba en páginas porno. Miró el historial y comprobó que Remón entraba en páginas porno.  En ese momento, sin que apenas se percatara entró Lucía, que le tría un café. La sorpresa fue que le cazó viendo una página de esas y le dijo:

- Vaya ¿también te gusta entrar en paginas porno?

- No es lo que parece. Estaba intentando comprobar porque habían entrado los troyanos al ordenador de su esposo. Intentó justificarse.

- ¿Qué quieres decir? ¿que mi esposo entra en paginas porno?

- No, yo no digo eso. Solo que, quizás entró por error en una página de esas y cogió un troyano y automáticamente entran varias páginas de éstas.

- Ya veo que pretendes proteger a mi esposo. ¡Semejante caradura!. ¡Así que mi esposo es también un consumidor de pornografía!

Sin embargo mientras hablaban hizo su aparición varias páginas porno, las cuales se fueron abriendo en cadena una tras otra.

¡Vaya, sí que hay material aquí ¡– exclamo la mujer. Cuando el joven intentó quitarlas, ella lo detuvo y le dijo: ¡ Que haces!. …. ¿Quiero ver algunas de esas páginas?.

- Como…  ¿de verdad quiere verlas? Le pregunto extrañado el joven.

- Que pasa, ¿crees que me voy asustar?

- No .. claro…

Le dejó que visualizara varias páginas de aquellas, y de pronto la señora le manifiesta : Evidentemente todo eso tiene que estar trucado. ¡Es imposible que un hombre tenga un pene de esas dimensiones! .

El joven se fija en dos hombres que se estaban follando a una mujer. Concretamente era un boy y el otro, un señor mayor, que parecía ser su marido.

- ¿Porque lo dice?.... ¿no cree que puedan existir penes de ese tamaño?.Bueno….. Yo no estaría tan seguro . Exclama el joven.

Ella mira la joven y le pregunta : ¿Cómo?... ¿me vas a decir que en la realidad existen de ese tamaño?. Salvo los negros…. Ja ja.

- No se … yo no me atrevería a negarlo.

La mujer lo mira más asombrada, al tiempo que dirige la mirada hacia el pantalón del chándal del joven, y observa que ya aparecía un tremendo bulto en el mismo, y le dice: ¿ Te estás quedando conmigo ? No me estarás dando a entender que ……la tuya es tan grande como la de esos tíos?

- .. Señora por favor ……  yo no he dicho eso.. intento el defenderse sin conseguirlo.

- Ya. Que pasa ¿no puedes contestarme?. Te da vergüenza hablar de esto con una mujer.  ¿acaso no tienes novia?

- No. aún no. Le contesto como algo apenado.

-         Ella le mira y le vuelve preguntar: ¿No serás…. Gay por casualidad?

- ¡Claro que no! ¡como se le ocurre!. exclamo el chico algo ofendido.

- Dime una cosa. ¿Con cuantas mujeres te has acostado?

- Yo…..vaya pregunta me hace. Pues… con ninguna…- le reconoció.

La mujer se queda sorprendida, y en cierto modo agitada ante la respuesta del joven : ¿ No me digas quetodavía te mantienes virgen?

- Señora…. ¡hace unas preguntas!. Le contesto el joven algo sorprendido.

- Que pasa Benito, ¿te da vergüenza reconocer que no has estado nunca con una mujer?

- Pues es la verdad. No he tenido la ocasión.

- Vaya, vaya. ¡Aún virgen!. Con los tiempos que corren es muy extraño. Cualquiera podría pensar que eres gay.

- Le he dicho que no soy gay. - Contestó nuevamente ofendido el joven y algo alterado.

La señora se encontraba excitada manteniendo aquella conversación con el joven, al tiempo que visualizaba las páginas porno que aparecían en el ordenador. Ver aquel joven, supuestamente virgen casi acorralado ante ella, le estaba haciendo poner a punto. Mira el pantalón del joven y al ver el bulto del mismo sin poder contenerse alarga su mano y la deposita sobre aquel bulto.

- oh señora.. ¿Pero que hace…? - exclamó el joven ante la acción de la mujer.

- joder nene, tienes que tener un buen rabo. Vaya bulto que tienes. – le contesta ella sin quitar la mano del pantalón chándal del joven.

- por favor… que puede aparecer su esposo - le dice el nervioso.

-No te preocupes, tardará bastante tiempo. Mientras, sin poder contenerse tira del pantalón del joven, y lo deja con sus genitales al aire, así sentado como estaba. El nabo del joven tenía ya una buena erección. Ella al verlo exclama:

- joder chico. ¡qué bárbaro!. Parece que estas bien dotado. Vaya tranca que te gastas…no me lo puedo creer.

La mujer, pese a todo, toma el pene del joven en su mano por primera vez y lo rodea con la misma, sopesando el grosor y longitud de aquella. Noto como mojo sus bragas al comprobar las venas del pene del joven, y especialmente la longitud del mismo. Y eso que aún parecía no estar totalmente erecta.

- Pero Benito….¡que hermosura! .

El chico estaba quieto. Parecía una piedra. Aquella señora le estaba tocando la polla sin ningún reparo. Después de varios manoseos, el pene del joven respondió de una manera espléndida, poniéndose como un autentico misil.

Lucia sorprendida, manosea nuevamente la verga del joven una y otra vez, para luego bajar su mano y tocar los testículos del muchacho. Al ver que parecían dos bolas de tenis, exclama: - vaya. Parece que los tienes bien cargados. ¿Cuánto hace que no te corres?

-¿cómo?....ay señora… que preguntas me hace…

-vamos nene confiesa. Llevas días sin descárgalos. ¡Veo que los tienes bien repletos!.

El chico afirma con la cabeza, mientras el mangueo que le propicia la mujer a su nabo le estaba acalorando y notaba que su rabo se había envarado al completo. – oh señora… no siga oh

La mujer estaba completamente excitada. Su marido tampoco la atendía como necesitaba, y le echaba un polvo de vez en cuando. Ver aquella tremenda daga con plenitud ante ella, la hizo excitarse al máximo, y barajó la posibilidad de sentarte sobre aquella enorme tranca del muchacho. Sabía que era muy superior a la de su esposo, y que ella era algo estrecha de vagina, pero oportunidad como aquella no se le iba a poner a caldo. No obstante, nunca había sido infiel a su esposo, y por ello nunca había usado condón. Hacerlo a pelo con aquel joven podía ser temerario, ya que estaba cerca de sus días fértiles.

Tras mucho pensarlo, se decidió. Sin poder contenerse, ante la mirada incrédula del joven, se sube la falda que llevaba puesta y se baja las bragas. El joven se quedó mudo, sin dar crédito. La señora, totalmente excitada depositó las bragas sobre la mesa y abriéndose de piernas se fue colocando sobre las piernas del joven si pedirle permiso alguno.

El chico no decía nada. Tampoco lo necesitaba. Pese a saber que era una temeridad follarse aquella mujer en su propia casa y estando su marido quizás al llegar, su excitación estaba a flor de piel. No puso impedimento alguno, al ver como la mujer tomaba su tranca y la colocaba justo en la ranura de su coño. Sin decirle nada, paso el glande se la tranca del joven por todos sus labios vaginales haciendo que se embadurnara con sus jugos. Y acto seguido, se fue dejando caer poco a poco.

- oh nene. Que grande… oh coño como me abres… oooo

El chico no contestaba, estaba viendo como por primera vez su pene entraba en la vagina de una mujer. Estaba en la gloria. Su mandarria se había puesto más rígida que nunca, y notaba como las paredes de la vagina de la mujer se estiraban con bastante fricción para dejar entrar su nabo dentro de aquella.

-oh cabronazo… que grande la tienes. Me vas abrir mucho… oh nene como estas… ooo siiiii.

Pese a que la mujer veía que su coño se estaba dilatando al máximo, ya que acostumbrada al pene de su marido, aquello le parecía el talado de un toro. Pero en el fondo, más la encelaba. Ya tenía introducida en su coño más de dos terceras partes de la verga del joven. Se resistía a continuar bajando. Aquella lanza era muy grande. Comenzó entonces a subir y bajar. Miraba al chico y miraba el encuentro de su coño con la verga del joven, y le decía:

-Me vas a terminar reventado el coño.

El chico entonces, comenzó a ser un poco más activo, y con cierto nerviosismo tocó las nalgas desnudas de la mujer, y las comenzó a masajear al tiempo que apretaba contra sí. Aquello favorecía que la tranca entrara un poco más. Ella dándose de cuenta le dice:

- oh cabronazo. ¿Quieres metérmela completa verdad?... . Te gustan mis nalgas.. ¿Eh nene?... …

-si… le decía con voz casi apagada.

-¿y mi coño?... ¿te gusta mi coño?... ¿te gusta metérmela verdad? insistía la mujer, al ver la cara de sometimiento del joven.

-oh señora..Me gusta mucho. El chico apenas hablaba. Aquello más encelaba a la mujer. Era un chico bastante tímido y encima virgen. Y ella “lo estaba desvirgando”. Algo que jamás, podría  podrían contar a sus amigas, pero que sabía que ninguna podría igualar.

-Te gusta cómo te estoy follando. ¿No te esperabas follarme de esta manera verdad?... ¿Seguro que te pusiste empalmado anoche al verme? Le volvía ella a decir, sin dejar de subir y bajar sobre el eje que formaba el misil del joven. Notaba que el sable el chico estaba bien lubricado con los jugos que la misma desprendía, pero no se atrevía a terminar de clavarse en su totalidad aquella mandarria.

Observa la cara del joven y ve que el mismo se estaba envalentonando. Ahora miraba hacia sus pechos. Ella excitada le dice:- ¿ quieres ver mis pechos?... ¡qué esperas para verlos!...

El chico entonces, retiró sus manos de las nalgas de la mujer, desabrochó los botones de la blusa de la misa y observó el sostén de aquella. Sin poder contenerse, con el mismo puesto sacó fuera los pechos de la misma, presionando y casi rompiendo la prenda:

- oh que bruto nene. Me vas a romper el sostén… oh si cabronazo sii… chúpamelos ooo

La mujer se quedó ahora asombrada al ver como el joven ávidamente había depositado su boca sobre los pechos de la mujer. No solo los lamia con su lengua, sino que chupaba sus pezones. Aquello la terminó de encelar. Concentrada en la mamada de pechos que le propinaba el joven, se fue relajando, y sin darse cuenta, comprobó como en una de sus bajadas observó que su coño se tragó íntegramente el nabo del joven.

- oh … me he metido toda.Se detiene mira hacia abajo, y le dice:- oh chico me la tienes toda bien metida dentro .  Ella notada que había hecho tope. El joven la tenía totalmente ensartada. Nunca había sentido aquella sensación.

El joven, no solo estaba ávido ante la clavada que estaba dando a la madura, sino que devoraba los pechos de la mujer como si fuera un verdadero manjar.

Pronto la mujer, comenzó a saltar con fuerza sobre aquella polla, rebotando una y otra vez, acelerando sus subidas y bajadas como una autentica jineta hasta el punto que pronto vio como se venía. Joder se iba a correr a gusto, lo presentía: - oh nene me voy a venir oo siii oh joder que bueno siiiiiiiiiiiii

Al final terminó rendida, abrazándose al joven con toda la tranca del mismo ensartada hasta las bolas en su estrecha vagina. Luego, tras unos momentos, lo observó, y por primera vez los beso en la boca. El joven respondió claramente a sus besos y sus lenguas comenzaron a entrelazarse una con otra.  Aquello revoluciono a ambos, y la mujer volvió a continuar aquella cabalga interrumpida tras su primer orgasmo, y siguió.  Los besos del joven la enloquecían, y pronto comprobó como llegaba nuevamente al segundo orgasmo.

Tras acabar, aún ensartada en la polla del joven, le dijo:- joder nene. Nunca me había podido correr dos veces seguidas.

Luego se salió del joven, observó como la tranca del joven seguía majestuosa como una viga, ahora mojada con los jugos de sus orgasmos, pero reluciente. Entonces le dijo: - ¿quieres que te toque una paja?

El joven la mira con cara de desilusionado, observando el coño de la mujer, y ella lo capta. El cabronazo quería correrse dentro de su vagina, y le dice: - Joder quieres correrte dentro de mi coño. ¿Estás loco?. No estoy protegida. Lo hemos hecho a pelo, y ya estoy corriendo un riesgo.

- Me correré fuera - le dijo de pronto el chaval, excitado y con ganas de correrse dentro de la mujer.

- Ni lo sueñes. Eso no puede ser. Tienes los huevos bien cargados. Y si te corres dentro seguro que me embarazas . Te dejo que te corras sobre mis tetas.

El chico al final no le quedó más remedio, y la mujer comenzó a pajearlo con bastante fuerza. La polla le chico se estaba hinchando, estaba a punto de reventar. Ella aumentó el ritmo, hasta que el joven no pudo más y acabó. El semen salió lanzado a borbotones con gran fuerza yendo a parar muchos de ellos a las tetas de la señora.

- Vaya corrida nene. Si te llegas a correr dentro de mi coño, capaz que me preñas. Menos mal . Ahora termina de reparar el ordenador que mi marido está a punto de llegar.

El chico se quedó algo desconsolado, pero el en fondo aliviado con la tremenda paja que le había hecho la mujer. Por otro lado, se había desvirgado, ya que se había follado a aquella señora. Bueno más, bien fue ella quien lo folló a él pensó.

La mujer mientras se lavaba en su cuarto de baño pensaba en lo ocurrido. Había desvirgado aquel joven. Había sentido aquella polla como nunca la había sentido con su esposo. Seguro que recordaría este día. La pena era que seguramente aquel joven se marchara a lo largo del día, en cuanto el tiempo escampara.

CONTINUARA