Bendito destino-6

Las razones no las sé, pero cada día me gusta estar más cerca de ella.

Mi día empezaba a transcurrir con normalidad, con mi protocolo diario antes de ir a mis entrenamientos, pero a la vez con esa incertidumbre que me generaba la conversación por whatsapp mantenida el día anterior.

Llegué puntual a mi entrenamiento para intentar ganar puntos y confianza con Carla, y a mitad de entrenamiento me armé de valor para pedir salir 10’ antes.

  • Laura tu piensas que después de lo ocurrido últimamente estás en disposición de pedirme salir antes?

  • Ya sé que no Carla, pero sabes que después de todo lo ocurrido no te lo pediría si no fuese importante.

  • Ok, no te voy a dejar salir antes de finalizar todo lo que tenemos que hacer, así que si quieres salir pronto, haz todo bien con la mayor rapidez posible, y podrás marcharte.

  • Perfecto. - Me dispuse a hacer todas la rutinas con la mayor celeridad posible, pero sin fallar en lo que Carla me pedía, porque sino sabía que si lo hacía mal, Carla no me dejaría marchar.

A las 11:25 finalizó el entrenamiento, y recogiendo todo con suma rapidez me dirigí a los vestuarios y me duché más rápido todavía, sabía que tenía que llegar al Milán antes de las 11:30 aunque mi mente sabía que sería misión imposible después de haber mirado la hora en el reloj.

A las 11:35 salí a toda prisa y corriendo por el pasillo de los vestuarios, y al girar la esquina del mismo tropezón inesperado y caída al suelo hacía atrás que me provocó un fuerte dolor en mi mano.

  • Joderrrrrr, podrías ir con más cuidado. - Dije sin levantar mi cabeza y agarrándome la mano que me provocaba un dolor insoportable.

  • Perdona, pero la que salía corriendo como pollo sin cabeza, sin mirar delante y atropellando a aquel que se te pusiese delante eres tú.

Su voz dulce o irritante, porque ya no sé lo que me provocaba, fue reconocida por mí nada más pronunció la primera letra, pero al levantar mi cabeza para verla, ahí estaba ella, increíblemente guapa, vestía unos jeans rasgados y una camiseta blanca con unas letras en negro que ponían en evidencia su arrogancia. THE BEST. Intenté levantarme pero al apoyar mi mano:

  • Joder, joder, joder.

  • Que te pasa?

  • Creo que me he roto el dedo.

  • Que dices?

  • Si, me duele muchísimo. Mira. Le mostré el dedo, y su cara no presagió nada bueno.

  • Buff, creo que está roto. Te acompaño al médico.

  • No puedes acompañarme, tu tienes entrenamiento y yo puedo ir sola.

  • Eres muy cabezota, y a mí mis entrenadores no me hacen correr 1h el día siguiente si no  me presento a un entrenamiento, si es una razón justificada.

  • No tienes ninguna gracia.- Ambas sonreímos ante el comentario que hizo, porque las dos sabíamos porque lo había hecho.

Me tendió la mano para ayudar a que me levantará del suelo, cogió mi mochila que estaba posada a mi lado y nos fuimos camino del hospital donde se encontraba mi médico de traumatología rezando para que no me confirmase lo que las dos sospechábamos.

Llegamos allí y enseguida pregunté por el Dr. Ramirez, me hicieron esperar 10’ hasta ser atendida y mientras tanto vi que María realizaba una llamada a sus entrenadores indicándoles que le había surgido un inconveniente importantísimo y que tenía que retrasar el entrenamiento para la tarde, cosa por la que pareció que no le ponían problema.

  • Laura, parece que esto se va a alargar un poco, deberías llamar a Carla, es mejor que ella esté aquí y que no la llames después contándole una lesión.

  • Tienes razón, acércame mi móvil, pero ya te aseguró que no hay ninguna lesión. - Yo sabía tanto como ella que esto no era cierto, pero mi mente no quería pensar en ningún tipo de lesión.

  • Ok, pero será mejor que la llames. Y por cierto… donde ibas tan rápido?

  • Mmmmm … a ningún sitio importante, sólo a un encuentro.

  • Pues para no ser muy importante ibas con demasiada prisa. Jajaja.

  • Bueno, si he de ser sincera no era importante pero si intrigante, había quedado con alguien y llegaba tarde.

  • Con alguien, con algún ligue? En este mundillo es conocido tus numerosos escarceos.

  • Eso es mentira, hace mucho que no tengo de eso, y no, no era ningún ligue. Estoy tratando de averiguar algo que pasó el jueves y de lo que no me acuerdo. - María tenía una sonrisa en la cara que no sabía muy bien como descifrar, pero tampoco me esforzaba mucho por descifrar, porque sólo el hecho de verla sonreír me provocaba lo mismo, era algo como contagioso.

En este impas de tiempo en el que mantuvimos la conversación apareció el Dr. Ramírez por el fondo del pasillo y su cara de sorpresa al vernos a las dos allí sentadas fue algo digno de ver.

  • Vaya vaya, o yo soy un médico irresistible y las dos mejores raquetas del mundo se pelean por mi, o aquí pasa algo serio.

  • Dr. Ramírez placer volver a verle, es usted realmente atractivo e irresistible, pero creo que es por algo más serio. - Musitó María y yo me quedé callada al ver que también se conocían.

  • Entonces diganme, de que se trata?

  • Pues Dr. aquí mi colega anda corriendo por los pasillos y se ha tropezado y caído, y creemos que tiene un pequeño problema en su mano izquierda.

Yo seguía callada, y ya mi grado de preocupación aumentó en el momento que vi aparecer al Dr. por el pasillo. Entre ellos mantenían una conversación de lo más distendida tratando de quitarle importancia viendo como yo me encontraba, pero ambos sabían que yo no me encontraba bien. Una lesión para un deportista es algo duro, y para un deportista de alto nivel, más duro todavía.

  • Ok, está bien, dejémonos de conversaciones y muestrame esa mano Laura. - Así lo hice y por la cara que puso, se confirmaron todas mis sospechas.

  • Dr. está roto, verdad?

  • Vamos a confirmarlo Laura, no te voy a mentir, pero no tiene buena pinta, vamos a hacer unas radiografías y vemos el alcance.

Me dirigí con el Dr. a realizar las radiografías indicadas y cuando regresé a esperar los resultados allí estaba María con cierta tensión con la cabeza agachada y por como movía las piernas. Gesto que sólo le había visto en el partido de Buenos Aires cuando le gané el primer torneo.

  • Relajate, no me voy a morir. - Levantó la vista y me miró.

  • Sé que no te vas a morir, pero me siento responsable de tu lesión.

  • Que???? No lo eres, fui yo quien tropecé contigo por ir acelerada todo el día.

  • Si, pero corrías por mi culpa.

  • Si claro… - No entendí muy bien esa afirmación pero mi respuesta se vio interrumpida porque en ese mismo momento apareció Carla por la puerta. Su cara de sorpresa fue aún mayor cuando nos vio a las dos allí sentadas y su primera frase lo ponía en evidencia.

  • Vosotras dos? Que hacéis las dos aquí? Parece que últimamente tengo el don de encontraros siempre juntas.

  • Carla es fácil. Yo salía corriendo del vestuario por el pasillo e tropezado con María, he caído al suelo, y el resto mira mi dedo. - Le mostré el dedo en cuestión y su cara hizo un gesto de comprenderlo todo al instante. Mi dedo meñique de la mano izquierda estaba hinchado y morado.

En el momento que le mostraba mi dedo a Carla, apareció el Dr. con los resultados de las radiografías, y las tres nos quedamos mirando.

-Pasen señoritas, veremos los resultados todos juntos.- Carla y yo nos levantamos y me quedé mirando a María.

  • Vamos, podemos ir las tres.- Le dije mirándola con cierta preocupación por ver que se sentía culpable, pero ella negó con la cabeza y prefirió esperar allí sentada.

Nada más entrar y poner mis radiografías en el panel luminoso se confirmó lo que ya todos sabíamos . El doctor no maquilló en ningún momento el resultado y rápidamente me confirmó el resultado.

  • Laura, desde el momento de la caída tu ya sabías que había algo mal, y así es, hay una fractura de la segunda falange de tu dedo meñique. Esta lesión va a ser molesta y dolorosa por un tiempo, pero en dos semanas vas a poder agarrar la raqueta sin problemas, pero eso sí, debes hacer cada cosa a su tiempo y no querer acelerar el proceso.

En mi mente no sé porque había una cierta calma y tranquilidad, no me había vuelto loca por está afirmación hecha por el Dr., a lo que le respondí con una medio sonrisa.

  • Así será Dr., a mi lado siempre está Carla para ponerme las pilas, y en esta ocasión no creo que sea distinto. Ya he prometido hace muy poco tiempo que voy a hacer todas las cosas bien para intentar ser la mejor y así será. - Ambos se quedaron sorprendidos por mi serenidad.

  • Está bien Laura, vamos a inmovilizártelo con una férula y nos vemos en una semana.

  • Perfecto Dr. - Carla me miraba sorprendida y extrañada, pero no pronunciaba ni una palabra.

El Dr. junto con su enfermera realizaron la colocación de aquella férula tal y como me había indicado y justo después nos acompañó donde se encontraba María visiblemente más preocupada todavía que antes, pero que levantó su cara para observarme cuando escuchó nuestras voces. Esta se levantó de forma estrepitosa y mirando al Dr. preguntó.

  • Y, cual es el resultado?

  • Pues el resultado es el que temíamos, hay una fractura en ese dedo, pero nada importante. - La cara de María había entristecido aún más, la luz de sus ojos se había como apagado al confirmar la lesión, y yo debía evitar que esto pasase.

  • Pues como ya le he dicho Dr. estaré aquí la próxima semana para hacer la revisión y controlar que todo este bien, pero cuando sea la número 1 en un futuro muy inmediato le invitaré a mis partidos. - La cara de María cambió, ella sabía que había hecho ese comentario para tratar de irritarla, y parece que funcionó.

  • Dr. como parece ser que alguien quiere arrebatarme mi puesto, mientras sea la número 1 yo le invito a mis partidos.

  • Vaya, parece ser que por ser el traumatologo de las dos mejores jugadoras del mundo, me va a hacer ver muchos partidos gratis y además por mucho tiempo.- Los cuatro nos miramos y reímos. Todos nos despedimos y salimos del hospital.

Cuando ya estábamos en la calle, Carla indicó donde había aparcado su coche, pero en ese momento, cuando Carla y yo nos dirigíamos hacía allí María nos dijo que iba a tomar un taxi. A lo que las dos al unísono le dijimos:

  • Ni pensarlo. - Carla hizo más énfasis todavía y se dirigió directamente a ella.

  • Ultimamente parece que te has convertido en su ángel de la guarda o en su poli protector, así que yo te llevo donde haga falta, porque tengo que dar mil veces las gracias a alguien que haga que no se descarríe más de lo que ya está.

  • Oyeeee, no sé si os habéis dado cuenta, pero si vais a criticarme estoy aquí.

  • Criticarte? Sólo he dicho la verdad, si no fuera porque te conozco de toda la vida y eres la única hermana que tengo yo misma te hubiese matado ya.

Miré a María su sonrisa eterna volvía a estar en su rostro y eso provocaba una amplía sonrisa en el mío a pesar de la lesión confirmada.

  • Donde quieres que te deje María?

  • Agradecería si me dejas en la escuela, comeré allí en el restaurante porque tengo entrenamiento esta tarde y no me da tiempo de ir a mi casa.

  • Creo que tengo una alternativa a eso. - Dije yo e hice mi propuesta. - Carla tu y yo tenemos que volver a la escuela después de comer para nuestra sesión de vídeo, hoy nos toca estudiar a una tal Ilynick, y esa tal Ilynick casualidad está en este coche. Mi madre tiene comida preparada en casa y sabes que siempre prepara como para 7 familias, vamos a casa, comemos y después vamos las tres a la escuela.

  • Por mi encantada, la comida de tu madre es lo mejor que existe en este mundo.- Dijo Carla.

  • Y tu, tercera implicada en el asunto que dices?

  • Bueno… si Carla dice que esa comida está tan buena, seguro que tiene razón, como con todo, y con el hambre que tengo es algo irrechazable.

Nos dirigimos a mi casa entre conversaciones y risas. Llegamos a mi casa y llamé al timbre aunque llevaba mis llaves en la mochila, no quería perderme por nada del mundo la cara de mi madre cuando viese a María. Y como os podéis imaginar, así fue. Le conté todo lo ocurrido y ambas crearon una complicidad agradable rápidamente. No sé que es lo que tenía o que hacía María, pero mi peor rival, se había convertido en una persona que se llevaba a la perfección con las personas más importantes de mi vida.

Comimos, charlamos, reímos, pero la hora se echaba encima, le había hecho cancelar su entrenamiento por la mañana, y no quería hacerla llegar tarde en su sesión vespertina, así que me levanté e indiqué que deberíamos marcharnos. A lo que mi madre musitó:

  • Carla no sé lo que me pasa a mi hija, pero espero que toda esa responsabilidad que le ha entrado después del entrenamiento de ayer le dure mucho.- Todas rieron menos yo, creo que es evidente.

  • Laura usted sabe que su hija es insoportable, testaruda y descarriada, así que en caso de que le haya llegado la responsabilidad dele las gracias a María, el golpe que le ha dado debe haberle afectado.

  • Estoy aquí!!!! Podéis ahorrar todos los halagos que me estáis lanzando…? más que nada porque tenemos una invitada, y que además no sé si os habéis fijado, pero es la persona que me humilló en Roland Garros, si le seguís dando tantos datos míos no voy a llegar jamás al número 1. - Aquí si que reímos las cuatro, María se despidió de mi madre y le dio las gracias por la fantástica comida, a lo que esta le respondió.-

  • Gracias a ti por acompañar a Laura al médico, seguro que si no se hubiese encontrado contigo hubiese venido directamente a casa sin pasar por el médico, y estaríamos mucho peor. Espero verte por aquí muy pronto, puedes venir a comer cuando quieras, ya ves que estamos muy cerca de la escuela.

Nosotras tres subimos al coche de Carla y nos dirigimos a la escuela. Cuando llegamos Carla estaciono en su zona favorita y cuando estábamos en la puerta de entrada llegó una propuesta por parte de María que nos dejó totalmente petrificadas a Carla y a mí.

  • Si me vais a estudiar en un vídeo, con el tiempo que hace hoy, yo os invito a ver mi entrenamiento en la pista, no se puede desaprovechar este sol, y si igual me vais a criticar y observar, casi mejor si es en directo.

La propuesta era irrechazable, pero me quedé mirando a Carla para saber su opinión, y esta aceptó de inmediato. (en otra ocasión les contaré porque tanto interés, pero más que para estudiar a Ilynick era para estudiar a Marco, su entrenador, y no en el aspecto deportivo).

Gracias por todas las lecturas, se agradecen opiniones.