Bendito destino-4

Como de la desgracia y la tristeza surge algo que no sabes como describir.

Los días transcurrían y cada día me encontraba mas incomoda en mis sesiones de entrenamientos. No era capaz de dejar de pensar en Ilynick, si estaría estudiando mis saques, si vería mis rutinas de peloteo, o si simplemente estaba copiando nuestros entrenamientos.

Cada día mi mal humor era más notorio, estaba irascible, irritable, y no hacía más que cuestionar cada cosa que Carla mandaba, hasta que esta se hartó y me lo dejó claro.

  • Mira Laura, si tanto cuestionas todos mis métodos, quizá deberías plantearte lo de cambiar de entrenadora. Tú eres buena, si, pero necesitas a alguien que te ponga los pies en el suelo y que te haga ver la realidad, no eres el centro del mundo, y aunque llegues a ser la número 1 mundial tampoco lo serás.

  • No me considero el centro del mundo, pero no es posible que tengamos que entrenar a escondidas.

  • Es que no tienes que entrenar a escondidas, simplemente tienes que entrenar, y hace días que no entrenas, que vienes aquí y estás pendiente de quien te mira y quien no.

  • Eso no es cierto.

  • Lo es, y sabes que tengo toda la razón. Estamos a dos semanas de uno de los torneos más importantes de la temporada. Roland Garros no se gana sólo por el hecho de estar allí o llamarte Laura Aguilar. Allí estarán las mejores jugadoras del mundo y para poder ganar tienes que demostrar que eres la mejor entre los mejores, y tú en las últimas semanas no has demostrado nada de todo eso.

Cuando Carla me decía las cosas tan claras me quedaba sin palabras, tanto ella como yo sabíamos que tenía razón, así que la mejor opción era optar por el silencio.

Los días siguientes intenté mejorar mis entrenamientos sino tal y como había dicho Carla en días anteriores, al encontrarme con las mejores del mundo no haría otra cosa más que el ridículo, intensifiqué las sesiones e intenté evadirme del resto del mundo y centrarme en hacer yo las cosas bien.

Llegamos a Paris unos días antes del comienzo del torneo para hacernos un poco a las pistas, al hotel, las comidas, etc.

Empezó el torneo e iba jugando no a mi mejor nivel, pero conseguía pasar las rondas con cierta solvencia, no hacía un juego espectacular, pero en los momentos clave conseguía sacar mi tesón y mi calidad a relucir. Llegué a la semifinal y jugaba contra otra jugadora muy importante, nada más y nada más que la número 3 del mundo, la italiana Fiori, sabía que sería otra prueba de fuego, pero después de mucho sufrimiento conseguí deshacerme de ella en 3 sets muy sufridos y peleados.

Por fin era finalista en el que para mí era el torneo más importante de la temporada, me esperaba la pista central de Roland Garros, y a que no adivinan contra quien era la final? Efectivamente, me jugaría el titulo con mi mayor rival dentro y fuera de las pistas, me esperaba Ilynick para hundirme o subirme a la cumbre.

El día como cada día en el que se jugaba una final no empezaba con buenas sensaciones, no sé que me sucedía en los días de las finales, pero no era yo, estaba inquieta y mas nerviosa de lo normal, mi cuerpo ese día estaba agotado sin energía y eso no era nada bueno para tener que jugar contra la mejor del mundo.

  • Buenos días Laurita, ya estás con tus nervios típicos del día de la final, no? Deberías desayunar algo aparte de remover la comida.

  • Buenos días Carla, si, serán los nervios, pero tengo que confesar que hoy no tengo buenas sensaciones amiga.

  • Laura Aguilar has llegado aquí para demostrar todo tu potencial, hoy no me sirve que te hagas pequeña y te entre el miedo antes de llegar a la pista. Ya le has ganado un titulo esta temporada, no es una rival imbatible.

  • Ok Carla, pero algo no va bien, estoy muy cansada.

  • Entonces vamos a la pista, das el 100% y si ganas perfecto, y sino seguimos trabajando para llegar al número 1.

  • Gracias amiga, hoy necesitaba las palabras de la Carla amiga, te quiero muchísimo. Gracias por todo lo que haces por mi.

  • No me des las gracias todavía, ya me las darás cuando seas más rica, más famosa y menos engreída.

Le di un golpe en el brazo y ambas sonreímos.

Les voy a ahorrar lo bochornoso del partido, fue un horror de principio, me borro la pista en un estrepitoso 6-2, 6-1. No quería más que salir corriendo de la pista, pero las lecciones de humildad y saber estar inculcadas por Carla en los últimos meses me hicieron aguantar allí con mi mejor compostura.

En cuanto se terminó el protocolo salí disparada hacia mi vestuario pero para mi desgracia la puerta estaba cerrada y tuve que esperar a que me abriesen la misma. Mi mente estaba divagando entre un millón de cosas, las lagrimas estaban apunto de aflorar en mis ojos,  cuando para mi desgracia vi acercarse a Ilynick.

  • Niñata, ya te dije que hace 3 meses cuando me ganaste en Buenos Aires que lo hiciste porque tuve un mal día, pero estás muy lejos de poder ganarme nuevamente.

Su cara de burla, de intentar irritarme y sobresaltarme estaban muy presentes, hasta que se me quedo mirando, y en ese instante no pude contenerme más e involuntariamente salió una lagrima de mis ojos y sólo atine a decirle.

  • Enhorabuena

Ella se quedó extrañada, me miró con una mezcla de pena e incertidumbre y yo me metí en el vestuario del cual me acababan de abrir la puerta. A los pocos minutos llegó Carla, encontrándome sentada en el suelo llorando desconsoladamente.

  • Eh eh eh, esto si que no, aquí no acaba el mundo, y tu ni eres peor jugadora por el partido de hoy, de esto sólo tienes que sacar las positivas y ser más fuerte.

  • Positivas? Dime que hay de positivo en la derrota humillante de hoy.

  • En todo en esta vida hay cosas positivas y negativas, no sólo hay negativas en las derrotas, y sólo positivas en las victorias.

  • Ok Carla, ya buscaré las cosas positivas otro día, hoy de momento no quiero nada más que estar sóla, así que por favor marchate y dejame en paz.

Carla salió con cara de decepción después de mis palabras, yo me sentia francamente mal cuando la vi alejarse, pero de verdad necesitaba estar a solas con mis pensamientos, mis sensaciones y sentimientos.

Para mi suerte después de Roland Garros había una semana programada de descanso, nada de entrenamientos, nada de encuentos inesperados, o eso creía yo, en la que aprovecharía para quitarme la inmensa decepción que me había dejado ese torneo. Me pasaba los días metida en casa, salía de mi habitación unicamente para comer, e intentaba hacerlo siempre en solitario, no quería hablar con nadie, estar con nadie, quería estar conmigo misma.

Había transcurrido la mitad de la semana y todo continuaba igual, yo sumida en mi tristeza, pero tenía decidido salir con mi grupo de amigos el jueves a cenar y después aprovechar la noche hasta el amanecer, ya la tremeditación era total. A las 19:00 para dirigirme a la zona donde había quedado con mis amigos, al verme llegar todos se quedaron un poco a la espectativa y con cierta duda al no saber muy bien que decirme, pero fuy yo la que me dirigí a ellos quitandole importancia.

  • Chicos estoy bien, sólo que os agradecería que no me mireis con esa cara de compasión, hace muchos meses que no salgo de mi casa y hoy quiero aprovechar la noche al límite, quiero pasarlo bien, y con vosotros sé que lo conseguiré. - Todos cambiaron el semblante, y nos dirigimos a tomar unas cervezas antes de ir a cenar.

Las horas pasaban, las cervezas pre cena se alargaron, una tras otra y a mí empezó a afectarme un poco el alcohol, pero hoy no me importaba en absoluto. Nos fuimos a cenar y después tomamos una copa antes de ir a uno de los lugares de más de moda de todo Barcelona. El ambiente era espectacular, pero creo que para mi, en mi estado, cualquier garito esa noche hubiese sido perfecto.

Pasadas las 2:00 y recuerden que Carla dejó claro que una de sus normas era no más de la 1:00, me pareció ver a un grupo de gente de la escuela de tenis, me dirigí hacia allí y me puse a hablar con ellos, aunque para mi desgracia pronto me di cuenta que hacia allí tanta gente de la escuelta.

  • Vaya niñata, has venido celebrar mi victoria o tu derrota?

No podía ser cierto, a esta mujer me la iba a encontrar hasta en mis días de borrachera? Pues me daba la sensación que si, así que me armé de valor, y me dispuse a jugar en su lucha de egos arrogantes.

  • Pues claro super estrella, lo importante es celebrar, así que estoy celebrando mi última derrota contra ti. - Mis palabras salieron con cierta dificultad, mi estado de alcohol no me permitía espresarme mejor.

  • Estás demasiado segura de eso, pero te falta mucho para llegar a mi nivel.

  • A tú nivel, perdona pero estoy en dos niveles por encima de ti. - Di media vuelta y me marché de alli dejandola una vez más con la palabra en la boca y me dirigí nuevamente donde se encontraban mi grupo de amigos y continue ingiriendo alcohol de forma descontrolada.

Aproximadamente a las 3:30, porque no sabía muy bien en que hora estaba, mi estado rozaba ya el coma etilico, aunque mi descontrol era tal que no dejaba de beber una copa tras otra hasta que no pude más. En un momento salí disparada hacia los baños, necesitaba echar todo el alcohol que había de sobra en mi cuerpo. Cuando estaba en una situación incomoda y asquerosa de describirles volví a escuchar su voz, si si, la voz de María Ilynick, la persona que me crispaba los nervios, pero esta vez a pesar de mi estado noté preocupación en sus palabras.

  • Laura estás bien?? Estás loca, no puedes estar en este estado, no vas a beber más.

  • He subido un nuevo nivel, he dejado de ser niñata y ahora soy Laura, menudas confianzas las tuyas .... y por cierto, estoy de maravilla, no necesito tu auxilio.

  • Y después tengo yo la fama de borde y egocentrica, tu eres infinitamente más que yo incluso cuando no puedes ni dar un paso sin caerte al suelo.

  • He llegado hasta los baños sin tu ayuda, y saldré de aquí de igual forma. - No me lo creía ni yo, no podía mantenerme en pie sin estar agarrada al lavabo.

  • Entonces adelante, adiós.

  • Adiós estrella. - Ella se quedó inmovil y yo me dispuse a salir de aquellos baños.

Cuando me solté de donde estaba agarrada mi mundo empezó a dar vueltas y al segundo paso me encontraba en los brazos de María, nuevamente alguién que no era yo tenía la razón. Me quedé mirandola fijamente al igual que ella a mi, nuestras caras estaban a escasos centimetros,  y seguramente por mi estado de embriaguez me moría de ganas por besar sus labios, y casi juraría que a ella le pasaba lo mismo conmigo, aunque creo que por su estado de lucidez me acompañó hacía la calle para que me diese el aire y no pasó nada más.

Después de unos 15' o eso me pareció a mi de estar en la calle volvió a resurgir mi prepotencia y me dirigí a María de forma arrogante.

  • Ha terminado tu trabajo, estoy ya perfectamente, te puedes marchar a celebrar tu titulo de reina del tenis.

  • Laura deja ya tu arrogancia, en ese aspecto si que no me ganarás jamás, no te hagas la dura conmigo. Dame tu móvil, voy a llamar para que vengan a buscarte, sino la otra opción es que yo te lleve a tu casa.

  • Que tú que? Tu eres capaz de tener un accidente sólo para deshacerte de mi. Sabes que te voy a ganar el próximo partido y quieres hacerlo de la forma fácil.

  • Si claro, quiero librarme tanto de ti que estoy aquí fuera contigo para que se te pase tu borrachera en lugar de con mis amigos celebrando el titulo más importante de mi carrera.

Esas palabras me hicieron que pensar, era cierto, estaba a mi lado sin dejar que me pasase nada en lugar de estar celebrando el más grande de los Grand Slam.

  • Lo siento, tienes razón, toma mi móvil. Por favor llama a Carla, no llames a mis padres. La bronca de Carla será mayor, pero no quiero preocupar a mis padres ni que me vean en este estado. - Le entregué mi teléfono y marcó el número de Carla.

  • Laura que te pasa a estas horas....? No me dices ni hola en cuatro días y ahora me llamas a las 4:00.

  • Perdona, no soy Laura, soy Maria Ilynick.

  • Que eres quien?

  • Si, por raro que te suene soy María. Te llamo yo porque el estado de tu amiga es lamentable y creo que no hubiese sido capaz ni de ver tu nombre en la pantalla.

  • Eso no es cierto. - dije yo desde el fondo.

  • Ok, no entiendo muy bien lo que pasa, pero mandame la dirección en un whatsapp y voy hacía ahí. Donde estáis?

  • En el puerto.

  • Ok, en 30' estoy ahí.

  • Ok, tranquila aquí te esperamos, tu amiga no puede llegar muy lejos.

María me devolvío el móvil y lo guarde con cierta dificultad. No sé muy bien cuanto tiempo pasó hasta que llegó Carla, porque María me sentó en un banco de piedra que había cerca de la entrada del local y ella se sentó a mí lado. Tras un momento de silencio y viendo que poco a poco yo estaba mejor, aunque no bien, María quiso entablar una especie de conversación, aunque se la notaba dubitativa.

  • Laura...

  • Dime, dispara eso que quieres preguntarme.

  • No es que sea de mi incumbencia y no tienes porque contestarme ya que hasta hace una hora eramos rivales que nos ibamos a matar con la mirada y ahora estamos aquí hablando tan "tranquilas". Carla es tu pareja?

  • Carla mi pareja??? Nooooo, no es de tu interés, pero te lo voy a contestar. Carla es la mejor amiga del mundo, además de eso tu misma habrás visto que también es la mejor entrenadora del mundo, así que si juntas todos eso sale Carla. - Se le dibujo una medio sonrisa pero que enseguida quitó cuando vió que la estaba mirando.

  • No tenías que contestar si no querías, yo sólo he preguntado porque se os ve muy unidas.

  • Si, lo estamos, pero Carla es la persona más hetero que hay en este mundo, así que para mi desgracia no tengo nada que hacer con ella.

Sin darme apenas cuenta estaba tan agusto con María que el tiempo me pasó volando, el efecto del alcohol iba disminuyendo, y la compañia me resultaba más que agradable, pero que se me pasó toda la borrachera de golpe cuando vi aparecer a Carla, su cara era la de mayor enfado que le había visto jamás, y ya se pueden imaginar que siendo como soy yo, y siendo como es ella de estricta, la he visto muchas veces enfadada.

Cuando llegó hasta nosotras puso una cara de no entender muy bien lo que estaba pasando más que nada porque sabía el odío que yo le tenía a María, y porque no podía encajar las piezas del puzzle de porque estabamos las dos en aquel lugar hasta esas horas de la madrugada. A mi se limitó a lanzarme una mirada asesina que yo entendí a la perfección, a María le lanzó una sonrisa, le dió dos besos y un gracias con todas sus letras.

  • Laura ponté en pie y vamos al coche te llevó a tu casa. - Ordenó autoritariamente Carla.

  • Ok sargento, pero mejor me llevas a tu casa, estoy un poco perjudicada para ir a la mía.

  • Haberlo pensado antes, no puedes tener vergúenza de que te vean así tus padres porque tu misma te has llevado a este estado, y miedo dudo mucho que les tengas.

  • A sus ordenes, pero deberías ofrecercle a María llevarla a casa, ha estado acompañandome hasta que tu has llegado con todo lo que has tardado. - Vi que María no podía aguantar su risa, pero intentaba disimularla a la vez que miraba a Carla la cual hacía el mismo gesto.

  • No no, yo vuelvo dentro con mis amigos y mi celebración, nunca se sabe cuando vas a volver a poder ganar con todas las nuevas talentos que hay en el tenis. - Me lanzó una mirada de complicidad que quisé corresponder con un mejor gensto.

Me levanté tal y como me había dicho Carla, eso si, con bastante dificultad, me acerqué a María, la miré a los ojos y me aproximé un poco más dandole un beso justo en la comisura de los labios.

  • Gracias por todo, aunque no debería darte las gracias,  porque la bronca que me espera de Carla va a ser monumental.

  • No será para tanto. - María se levantó con mayor facilidad que yo, le dio dos besos a Carla y se metió de nuevo en el local mientras yo la mirada con admiración.

Nosotras nos dirigimos al coche de Carla, y por suerte para mi me quedé dormida nada más tocar el asiento del coche librandome así de la bronca de Carlita, aunque sabía que tarde o temprano llegaría.