Bendito destino-3

Triunfos satisfactorios y encontronazos más satisfactorios aún. Encuentros que tienen vencedora y tropezones sin ganadora.

La euforia, la alegría, la ilusión por haber llegado a conseguir mi primer triunfo en uno de los torneos más importantes de la temporada me subía a la cumbre, entrar entre las mejores a nivel mundial, mi apuesta estaba resultando ser acertada.

Después de recibir mi preciado trofeo, agradecer todo el apoyo de mi staff, familia y aficionados, cruce una mirada con mi rival. Su mirada transmitía furia, enfado, decepción, pero mi gran estado de euforia hicieron que le lanzara una leve sonrisa sin saber que eso sería lo peor que podría haber hecho ante esa arrogante. Cuando se terminaron las celebraciones me disponía a ir a mi vestuario para darme mi merecida ducha y poder ir a celebrar de verdad con todos los míos, cuando de repente en el pasillo del estadio una voz me dice:

-Niñata, sólo has tenido suerte. Has tenido un día bueno y yo uno muy malo, no pienses que esto va a suceder nunca más.

Era cierto lo que decía la gente, su arrogancia y su prepotencia sobresalían por encima de su potencial tenistico, pero yo no me iba a quedar atrás.

  • Pues quizá hayas tenido un día malo, pero el mío ha sido normalito, así que creo que cuando tenga un día bueno te borraré de la pista. - Todo esto con una medía sonrisa y exhibiendo mi trofeo para que le fastidiase más.

Su enfado supongo que aumentó más cuando di media vuelta sin darle opción a replica, me marché y la dejé allí con las ganas de decirme muchos más improperios.

Me di mi merecida ducha, me vestí con rapidez y salí cuanto antes para poder ir a celebrar con toda mi gente mi hasta ahora más importante victoria. Esa noche fuimos a cenar a un importante restaurante de Buenos Aires, pero toda la tensión acumulada y el agotamiento físico hicieron que pidiese ir al hotel nada más terminar la cena.

De camino al hotel le conté a Carla el encontronazo que había con Ilynick después del partido, no podía creer que alguien tuviese tan mal perder.

  • Laura esa prepotencia y arrogancia es lo que voy a intentar que no tengas jamás, puedes perder mil partidos, pero ante todo esta la dignidad. También es cierto que ella es la número 1 mundial, y ha llegado una jovencita de 18 años a la que prácticamente no conoce nadie todavía y le ha ganado el primer titulo importante del año.

  • Ya Carla, pero tendrías que ver con el odio que me ha dicho lo que me ha dicho, y sé que no me dejarás tener esa arrogancia, me la matarás con tus esclavos entrenamientos. - Ambas reímos.

  • Laura que no se te olvide que mis esclavos entrenamientos te han dado ese que tienes en las manos. - Miramos orgullosas el trofeo.

  • Carla se que mis padres se van a enfadar por lo que voy a hacer, porque siempre me han dicho que el primer trofeo importante que ganase no era ni tan siquiera mío, era suyo, pero quiero que lo tengas tú, siempre vas a ser mi amiga del alma, y sé que contigo siempre estará bien cuidado.

  • No no no, esto si que no, tus padres si no te matan a ti, me matarán a mi por aceptarlo.

  • No es negociable Carla, es tan tuyo como mío, yo he jugado el partido, pero tu me has hecho llegar y ganar esta final.

  • Sólo acepto con la condición con que tus padres den su aprobación.

  • Ok.

En cuanto llegamos al hall del hotel estaban mis padres con una amplía sonrisa esperándonos a nosotras dos, Carla portaba el trofeo en las manos con una emoción inmensa y a mí el cansancio sólo me dejó decir de forma autoritaria pero temeraria.

  • Papas, sé que me habéis dicho siempre que el primer trofeo importante que ganase sería vuestro, pero creo que estaréis de acuerdo conmigo que ese trofeo nunca hubiese llegado a mis manos si no hubiese sido por Carla. Espero que entendáis y aceptéis lo que he hecho, le he dado el trofeo a Carla, quiero que lo tenga ella, y si lo tiene ella es como si lo tuviésemos nosotros.

Los dos se me quedaron mirando con cara de no saber muy bien que decir hasta que ambos dos sonrieron al unísono y mi madre dijo.

-Hija tienes toda la razón, ella es la que te tiene que soportar todos los días, es mucho más suyo que tuyo. - Todos reímos sonoramente.

-Gracias mamá, yo también te quiero muchísimo.

  • Hija tu madre tiene razón, una persona que no te quisiese todo lo que te quiere Carla hubiese aguantando 2 días siendo tu entrenadora.

  • Tengo una familia maravillosa, quieren más a Carla que a mi. - Volvimos a reír todos.

  • Gracias familia, le había dicho a Laura que sólo aceptaría si vosotros lo permitíais.

  • Pues es tuyo, nosotros somos los que debemos darte las gracias a ti, tu eres quien ha traído a Laura hasta aquí.

Después de tan ñoñas palabras y muestras de afecto nos dispusimos a ir cada uno a nuestras habitaciones, subimos al ascensor y nos apeamos en la segunda planta, donde estaban nuestras habitaciones, en el pasillo había una esquina en la que para mi desgracia tropecé con alguien que provenía de la otra parte del pasillo.

  • Joder niñata, hoy vas a joderme el día en todos los sitios o que? - Me quedé mirando a la persona que me había lanzado tan groseras palabras, aunque la voz me resultó conocida.

  • Vaya, la estrella se ha estrellado. - Mi sonrisa maliciosa estaba presente en cada palabra que pronunciaba.

  • No tienes ni puta gracia.

  • Pues yo pensaba que si, tendré que dejar el humor para después del tenis, porque en eso si que soy realmente buena.

El volumen del encontronazo iba subiendo, y las palabras iban cobrado furia por lo que intervino Carla.

  • Chicas, chicas, dejen sus encontronazos y sus enfrentamientos para las pistas.

Carla una vez más tenía razón, yo me dirigí hacia mi habitación y ella entró en el ascensor del que acabábamos de bajar. Una vez en mi habitación y después de despedirme de la gente más importante de mi vida, me puse mi pijama y me metí en la cama.

Empecé a dar vueltas de un lado hacia otro, en un principio pensaba que el agotamiento no me dejaba conciliar el sueño, pero en un segundo me pasó un pensamiento por mi mente, y además no me gustaba, porque estaba pensando en la tal Ilynick, sus encontronazos me había provocado ganas de enfadarla más, no tenía ira ni odio hacia ella, sólo quería alterarla más,irritarla, provocarla para ver hasta donde llegaba.

Por fin después de unas dos horas dando vueltas a lo mismo pude dormirme, los siguientes días fueron de un poco de relax, la vuelta a Barcelona y la vuelta a la rutina.

Las fechas iban pasando, y la temporada iba avanzando, mis entrenamientos iban aumentando su intensidad ya que Carla quería llegar al máximo nivel a Roland Garros, al igual que yo, y uno de estos días en mitad de un entrenamiento me quedé petrificada con una visión que me pareció tener, pero no había sido una visión, no, era la misma Ilynick en “mis” instalaciones.

  • Carla creo que nos están espiando los entrenamientos. - Fue lo primero que se me ocurrió decir, además de mi pertinente enfado.

  • No digas tonterías Laura y corre. Porque dices eso?

  • No son tonterías Carla, acabo de ver a Ilynick al otro lado de la valla.

  • Ahhhhh es por eso….??? No te está espiando, ahora entre también en estas instalaciones.

  • Qué???????? Y cuando pensabas decírmelo?

  • Nunca, hasta que no pasase lo que ha pasado hoy, que la vieses con tus propios ojos. Tu sabes todo lo que me hubieses dicho si te lo contaba? Que si estaba aquí para descentrarte, que como lo permitía, que no era bueno que te viese entrenar, etc etc.

  • Pero es que es verdad Carla, está aquí para ver lo que entrenamos, justo antes del torneo más importante de la temporada no cambias de instalaciones sólo porque si.

  • No es porque si, sus instalaciones están en reformas, ha solicitado entrenar aquí y los propietarios de la escuela se lo han permitido, ahhh y lo que es lo más importante, me lo consultaron a mi y yo di el visto bueno.

  • Que tu has permitido qué?

  • Que ella entrene en estas instalaciones, es prestigio para la escuela, que las dos mejores jugadoras del mundo entrenen aquí la hace subir de nivel. Y lo volvería a hacer 100 veces.

Una vez más Carla volvía a tener razón, pero en este caso no se la iba a dar jamás de los jamases. Así que completamente en silencio volví a mis entrenamientos, y en el mismo silencio salí de la pista y me fui a los vestuarios a la ducha y después a mi habitación de la escuela.

Gracias por continuar leyendo estos relatos!!!