Bella sumisa

Llamada a explorar el mundo del placer desde el otro lado del espejo.

SUMISA INCOGNITA

Oculta de mis manos y mi vista

Presa de tus deseos y emociones

En algún lugar remoto donde habitas

Me esperas escondida y asustada.

Para entregarte a mí estás ya lista

Y abandonarte en mis brazos y mis labios

Y emprender procelosa travesía

Por un mar de pasiones y de retos.

No te veo aún, objeto de mi guía

Silenciosa estás entre las sombras,

Tu rostro desconozco todavía.

Anhelas que te lleve a las tinieblas

Por un camino de rosas con espinas,

Por un sendero de cantos afilados,

Rojo de pétalos y de sangre tibia.

Por una senda estrecha y pedregosa

Con cada paso como fuente de desdichas

Y vivero de horizontes superados,

De penas, de dolor, luz y alegría.

Esperas y me esperas suplicante

Deseas entregarte, al fin ser mía,

Y sentir mis manos en tu cuerpo

Que golpean y que hieren

Que someten y acarician.

Y sentir mi voz incontestable

Que te ordena y te susurra,

Que te duele si te humilla

Que obedeces con premura,

Cuando a ti se dirige, imperativa.

Esperas el fuego que te quema

Cuando el látigo impasible te fustiga

Y la hoguera que por dentro te devora

Al sentir mi mano que te castiga,

La boca que te besa y te consuela,

O el ardor de la cera en ti vertida.

¿Dónde estás, esclava temblorosa?

Muéstrate ya, mi más linda sumisa.

Si es que quieres hacer este camino,

En el que el llanto se confunde con la risa,

Si es que quieres volar hasta las nubes,

Si es que quieres escalar hasta la cima,

Confía en mí y déjame arrastrarte,

Del dolor hasta el placer, bella sumisa.