Bella - Fin de vacaciones
En este capitulo, Bella, mi esposa y yo nos encontramos en casa de Mickey Mouse. Que pasara en el lugar mas feliz de la Tierra?
Como han podido ver en Bella I, II, y III, sus vacaciones fueron tan divertidas para ella como para mi esposa y para mí también. Disfrutamos de nuestros cuerpos y nuestras sensibilidades por dos semanas. Un resumen de los lugares donde tuvimos calientes sesiones de amor incluían una noche increíble en el Hotel Saint Francis con las luces de la Ciudad de la Bahía (San Francisco) en el panorama; una mamada entre Bella y yo en el baño del Acuario de Monterey; una buena cogida entre los tres en la playa de Pismo Beach; lección de lesbianismo a mi esposa por parte de Bella en el hotel en Santa Barbara; Paseo y toma de aire al desnudo en la playa Blacks Beach en San Diego y finalmente una cogida entre la gente durante los fuegos artificiales en Disneylandia.
Esta última fue especial. Imagínense, miles de personas se reúnen en las calles y plazas principales de Disneylandia. Como a eso de las 9 de la noche, todos como sardinas miran hacia el cielo sobre el castillo de Cenicienta y como bobos, esperan los fuegos artificiales.
Estábamos esperando los fuegos al igual que todos. Yo, sentado en una banca de la plaza principal. Mi esposa a un lado sentada también y Bella sentada sobre una toalla, a mis pies. Claro, estábamos rodeados por cientos de personas de todas las edades. Bella se recargo en mi entrepierna y su cabeza ya acariciaba mi verga. Se puso sus manos con dedos entrelazados tras su cabeza como queriendo recostarse un poco mejor. Al hacer esto, sus dedos estaban directamente sobre mi verga y empezó a mecerse, rozando cada vez más mi miembro endurecido.
Para esta visita al lugar más feliz de la Tierra ambas mujeres vestían camiseta de Disneylandia sobre una falda de algodón suelta que llegaba bajo sus rodillas. Tal parecía era muy cómoda pues dejaba que el aire se filtrara manteniendo sus piernas y panochitas mas que frescas. Al subir a las diferentes atracciones, nos turnábamos en el asiento que tomábamos. Una vez yo estaba detrás de mi esposa; la próxima vez estaba atrás de Bella y así Note durante todo el día que ninguna de las dos llevaba puesto panty. Sus panochas sueltas disfrutaban de la templada temperatura ambiental que nos regalaba este día.
Retomando el hilo de la historia A las 9:00 p.m. las luces de las calles del parque se apagaron por completo. Solo unas cuantas siluetas se podían apreciar ante las luces distantes de los estacionamientos y el resplandecer de las luces de la ciudad de Anaheim. Un portavoz decía que faltaban solo minutos para que el show de luces comenzara. Durante los minutos que transcurrieron, Bella se había puesto de rodillas, me había abierto la bragueta del pantalón y había sacado mi polla para darle una pequeña mamada. Los dos o tres minutos que duro no fueron suficientes para correrme pero si para ponerme a mil!
El show empezó, y Bella se sentó de nuevo entre mis piernas. Yo le tome por los brazos y la guie para que se sentara en mis piernas la excusa era que así vería mejor los fuegos artificiales que ya adornaban el cielo sin luna. Al sentarse sobre mis piernas, aproveche para levantar su falda pos la parte trasera para que quedaran sentadas sus nalgas directamente sobre mi erección.
El show tenía momentos de brillantez total, donde el cielo sobre el parque se iluminaba con mucho colorido. Fuegos rojos, azules, lilas, verdes y de muchos otros estallaban en controladas explosiones sobre nosotros. Era un espectáculo maravilloso. Más maravilloso era el expectante culo de Bella sobre mi verga. Al final de cada etapa del show, había una ausencia total de luz mientras comenzaba la siguiente etapa. Fue en una de esas donde Bella, que ya estaba bien excitada también, aprovecho de la obscuridad para levantarse un poco y acomodarse dejando que mi falo entrara en su panocha que ya derramaba jugos de mas.
Se movía muy lentamente para no levantar sospechas de las personas a nuestro alrededor. A la medida que las explosiones llegaban cerca del final habían transcurrido ya quince minutos o mas Bella se meneaba mas rápido. Gemía callado, pero yo si lograba oírla.
Mmmmm, Mmmmm. Decía.
El gran final del show dura como cinco minutos. Es aquí donde docenas de explosiones ocurren una tras de otra, sin dejar espacio entre si. Las explosiones son tantas que ensordecen a cualquiera; y las luces que iluminan el cielo son tan espectaculares que la gente no puede quitar los ojos de ellas. Bella era la única de estos miles de gentes que tenia sus ojos cerrados, porque ya casi llegaba a su propio clímax.
Al incrementar el ritmo de las explosiones, Bella hizo lo mismo. Sus movimientos circulares sobre mi verga iban en aumento. Esto dejaba que su clítoris fuera estimulado dándole un gran placer. No se diga lo que mi verga sentía. Las paredes internas de su vagina sobaban mi verga con cada movimiento y sentía su ensanchamiento al pasar de los minutos. Mis huevos que aun se encontraban en mi pantalón eran masajeados cada vez que ella completaba un círculo al encontrarse entre su culo y la banca del parque.
Bella ya gemía diciendo:
Miguelito, me corro me corro
Me acerque a su oído:
Lo hare yo también. Lista?
Mi verga empezó a lanzar chorros de mi leche dentro de su panocha. Dejo de moverse al alcanzar su orgasmo y se dedico a sentir mi semen que chocaba contra las paredes de su concha. Terminamos unos dos minutos antes que los fuegos artificiales. Suficiente tiempo para que se levantara y dejara que me guardara la polla en mi pantalón.
El show termino y acordamos que era tiempo de irnos al hotel. Mañana emprenderíamos el viaje al aeropuerto de Los Ángeles donde Bella abordaría su avión de regreso. Mi esposa y yo manejaríamos unos cientos de millas para regresar a nuestro hogar. Al caminar por Main Street las dos hembras que habían sido mías más que varias veces en las últimas dos semanas, me llevaban de cada brazo. Mi esposa hizo un comentario:
Que barbaros, ustedes con su propio show!
Comadre, dijo Bella, que lindos recuerdos me llevo conmigo. Y que forma de acabar mis vacaciones. El compadre si que me hizo ver estrellitas por todos lados!
Nos reímos los tres a la vez.
Creo que llegando al hotel, tengo que darme una ducha. Mis jugos y la leche del compadre corren por ambas piernas. Aunque quisiera poder tomármelos todos. Dijo Bella.
Llegamos al Hotel Disney (en el mismo parque) y subimos a nuestra habitación. Mi esposa pidió que Bella se acostara para ayudar a limpiarle las piernas antes de bañarse. Bella se quito la falda y se sentó a la orilla de la cama. Mi esposa ya tenía en mano una toalla mojada. Bella se recostó y sus muslos brillaban con nuestros jugos. Mi esposa se hinco frente a Bella y tomo otra dirección:
Bella, espero que nos veamos de nuevo muy pronto
En vez de usar la toalla, acerco su cara a la panocha de Bella y empezó a mamarla. Con su lengua limpiaba todo aquello que brillaba. Cuando los muslos ya estaban limpios, se dedico a dar placer al clítoris ya erguido. Bella levanto su cuerpo para quedar sentada y darle mas alcance a la lengua y los labios de mi esposa sobre su clítoris.
Ayyyy! Me corro otra vez. Ayyyyy!
Al sentir las olas de su orgasmo, se dejo caer de nuevo en la cama quedando inmóvil. Mi esposa se acostó junto a ella y le dio un beso antes diciendo:
Ten Bella. Prueba tus jugos y los de Miguel una vez más. Quiero que te lleves este sabor para que nos recuerdes muy bien.
Las hembras que junto conmigo habían disfrutado de contadas aventuras estaban allí, abrazadas frente a mí. Sus lenguas compartían los jugos de lo que seria la penúltima vez Me acerque a ellas, me acosté sobre la cama, separe las piernas de mi esposa y metí mi cara bajo su falda para hacer que ella también viera muchas estrellitas
FIN