Bella (3)

Bella viene a pedirnos un favor. Mi esposa, Bella y Yo salimos favorecidos! Que comienzo a sus vacaciones...

Tocaron a la puerta.

Si? Dijo mi esposa

Hola comadre, so yo, Bella. Puedo entrar?

Me meti debajo de la sabana, al igual que lo hizo mi esposa.

Si comadre, adelante.

Bella entro y nos miro con una cara de traviesa.

Mira comadre, después de lo que paso alla abajo, me quedaron ganas. Tal parece que no empaque mi consolador. Tienes uno que me puedas prestar?

No, comadre. Que te pueda prestar no. Pero que pueda compartir…Pues, aquí tienes al compadre…Ademas, para que son los compadres si no es para ayudarnos unos a los otros?

Ya me había comentado mi esposa que ella no se opondría si quisiera estar con Bella, nuestra comadre. Mi esposa había dicho en otra ocasión que si algún dia ella faltara, su deseo era que yo buscara a Bella para hacerme compañía. Ese momento simplemente llegaba un poco mas temprano de lo previsto.

Hay comadre, como crees? Si el compadre a lo mejor no quiere..Verdad compadre?

De ninguna manera, comadre. Yo estoy muy puesto para lo que se le ofrezca. Venga, acuéstese aquí en medio

Me hice a un lado, y mi esposa se movio mas hacia su orilla para dejar mas lugar para la comadre, Bella. Al mover la sabana, Bella se dio cuenta de que estábamos desnudos.

Parece que les interrumpi. Estaban por

No comadre, hablo mi esposa, mas bien ya acabamos…un par de veces.

Y usted, compadre, no esta cansado?

Un poco, comadre, pero en unos minutos estoy listo.

Se metió entre nosotros y puso su cara justo a la mia. Le plante un beso y nuestras lenguas se mezclaron. Mis manos subían su diminuta bata para descubrir que no había nada mas que quitar. Al suibir, masajeaba sus nalgas que estaban un poco respingonas. Pase una mano por su raja, casi accidentalmente. Llegaron mis manos hasta su cuello y me separe de ella un momento para quitarle la bata sobre su cabeza. Volví a besarla. Mientras tanto mi esposa, al lado, acariciaba la espalda de Bella y también le daba atención a su culo. Para ahora, Bella ya jugaba con mi verga que empezaba a tomar vida.

Se hinco para empezar a mamar mi miembro y vi como mi esposa se acomodaba para ayudarla. Bella lamia mi verga de arriba abajo mientras mi esposa chupaba mis huevos haciéndolos querer explotar.

Mientras ellas se entretenían con su chupaleta, yo acomode a Bella para que su panocha quedara frente a mi cara. Al rozar mi lengua contra su raja, ella empezó a temblar. Dejo de chuparme la verga y se sentó en mi cara. Estaba disfrutando mi trabajo de tal forma.

Así compadre, chúpemela toda. Haga que me desmaye! Ahhhh! Ahhhh!

Le metí la lengua en su agujero y empezó a subir y bajar como si me la cogiera con la verga. Después de varias subidas y bajadas, le chupe el clítoris y soltó un grito de desesperación.

Ay compadrito, ya me vengo! Ya me vengo! Ayyyyyy! Que rico! Siiii!

Su cuerpo se tenso. Temblaba al tiempo que gritaba. De pronto se quedo muy quieta, como disfrutando del vacio que se siente en la cima del clímax.

Mientras yo hacia que Bella llegara a lo mas alto del mundo, mi esposa hacia una faena espectacular también. Ya sin la ayuda de Bella, había hecho que mi verga llegara a un estado duro total. Su mamada, como hacia rato, estaba a punto de hacerme venir. Se detuvo de repente:

Anda, comadre, aquí esta tu consolador. Súbete.

Bella se acomodo sobre mi verga y se sentó en ella. Los jugos de su corrida hicieron que mi verga penetrara su panocha con facilidad. Con su espalda a mi cara, se mecía sobre mi verga mientras yo jugaba con su culo. Rodeaba su agujero con mis dedos y masajeaba la entrada suavemente mandando un shock eléctrico sobre ella al tiempo que me cabalgaba.

Mi esposa, también caliente, se sentó sobre mi cara, apoyando sus manos en la cabecera de la cama para poder ejercer control de su panocha sobre mi cara. Simplemente saque mi lengua y deje que ella se moviera a su propio ritmo. Mi lengua entraba por su agujero, luego viajaba por su raja hasta llegar a su clítoris. Allí paraba sus movimientos para permitirme chupar aquel delicioso botón de placer. Luego seguía sus movimientos sobre mi cara. Mientras esto sucedía, mis manos acariciaban sus tetas y mis dedos hacían que sus pezones se endurecieran de tal modo que su cuerpo se estremecía con mi contacto.

Bella seguía cabalgando mi verga. Para este entonces, ya todos gemíamos y nos decíamos cosas de estimulo:

Compadre, cógeme. Hazme explotar. Me encanta tu verga en mi panocha. Hace mucho que debí venir a visitarles. Hazme explotar. Ahhhh! Ahhh! Me vengo!

Su cuerpo empezó a temblar como lo había hecho en la mesa del comedor hacia apenas un par de horas. Se abrazo de mis pies y aseguro que mi verga llegara a lo más profundo. Así quedo por unos segundos…Sin mover su tenso cuerpo que, poco a poco se iría relajando.

Cuando mi esposa escucho los comentarios de Bella, ella también llegaba a su orgasmo:

Ay papi, Ya acabaste con la comadre y yo también me vengo ya! Eres un puto, cogiéndonos a las dos a la vez! Ayyyy! Me vengo en tu cara! Comeme! Cómeme! Ahhhhhh!

Casi simultáneamente, las dos se venían. Una sobre mi cara, la otra con mi verga enterrada hasta el fondo. Y yo, atrapado bajo las dos. Al oírlas y sentir la corrida de las dos, mi verga no pudo mas y también exploto llenadole la panocha a Bella con mi corrida.

Ay comadre! Ya me corro yo! Que apretadita tiene su panocha. Tendremos que darle mas uso

Un minuto después, Bella hablo:

Compadrito del alma, como pagarle este regalo de bienvenida?

No se preocupe comadre. Ha sido un placer poder complacerla. Cuando se le ofrezca, ya sabe…con confianza.

Mi esposa dijo:

Claro comadre. Nada más le pido una cosa. Si su compadre la va a satisfacer, yo también quiero estar presente. Así, me aseguro que no este como poniéndome el cuerno – entiende? Además, si hay una manera de que le pagues al compadre…si la hay. Veras, una de sus fantasías es meter su verga en un culo, pero yo nunca me he atrevido. Se me figura que duele mucho…que dices, comadre; te avientas?

Pues yo tampoco nunca he dejado que nadie entre por ahí, pero a mi compadre no selo puedo negar.

Notaron las dos que mi verga estaba un poco fláccida con tanto uso. Como si se pudieran leer la mente, se abalanzaron sobre ella y empezaron a mamarla. Yo cerré mis ojos y me puse a disfrutar. En cuenta de minutos estaba listo con anticipación.

Ay compadre, recuerde que por ahí soy virgen. Hágalo despacito. Aunque duela, pero despacito.

No se preocupe comadre. Lo hare lentamente para que usted también disfrute.

Aquí esta el lubricante. Dijo mi esposa.

Bella se puso de cuatro en la cama. Mi esposa se acomodo frente a Bella para darle soporte moral mientras masajeaba sus tetas. Tome un poco de lubricante y lo frote sobre mi verga, ya endurecida. Un poco mas lo unte en el lindo culo de Bella y empecé a masajear su agujero con un dedo. Se lo empecé a meter y sacar de forma despacia. Solo quería que se acostumbrara a tener algo allí, detrás.

Ay compadre, que rico se siente. Creo que si me esta gustando. Siga, Siga.

Le metí dos dedos mientras formaba círculos pequeños. Su agujero ya empezaba a recibirlos con placer en vez de dolor. Mi esposa seguía masajeando las tetas de Bella y Bella jugaba con la panocha de mi esposa que se encontraba hincada frente a Bella.

Mire a mi esposa y le indique que ya estaba listo para culearme a Bella. Asintió con la cabeza. Me coloque tras el culo de Bella y apunte mi verga a su agujero. Empecé a presionar y la cabeza empezó a desaparecer.

Ay compadre creo que si va a doler. Hágalo con mucho cuidado

Comadre, la cabeza ya entro…y es lo mas grueso de mi verga que ahora es suya.

Continúe introduciéndola milímetro por milímetro y, dando una señal a mi esposa, la fui introduciendo con mas fuerza. Mi esposa leyó mi pensamiento y, al momento que ensartaba mi espada en su nuevo estuche, tomo la cara de Bella en sus manos y le dio un beso apasionado. Bella se quedo quieta, sorprendida por el beso que le daba mi mujer. Yo empecé a retroceder despacio para luego dar un pequeño empujón.

Compadrito, ya valió madre. Cójame por el culo. Hágame sufrir!

Bella movió su culo repentinamente ensartándose por completo en mi verga hinchada. Esta fue la señal para empezar a bombear. Comencé un mete y saca con ritmo medio. Yo también quería disfrutar de esta sensación. Su culo estaba apretando a mi verga de una manera que, ni su panocha, ni la de mi esposa lo podrían hacer.

Te gusta comadre? Porque a mi me encanta! Estoy en la gloria!

Cual gloria, compadre. Esta en mi culo y me encanta! Cojame compadre, cójame!

Agarrado de sus caderas, metía y sacaba mi verga de su culo queriendo nunca acabar. Mi esposa continuaba el masaje de las tetas de Bella, dándole besos a la vez. Bella también aprovechaba para jugar con la panocha de mi esposa. Los tres disfrutábamos de esto a lo máximo.

Comadre, méteme tus dedos, Dijo mi esposa

Con mucho gusto comadre. Vente en ellos que quiero probar tus jugos.

Introdujo dos dedos en la panocha de mi esposa y la hizo gozar de maravilla. Pasaban los minutos y yo seguía cabalgando. Fue mi esposa quien termino primero.

Me vengo! Me corro! Comadre, ya me cogiste! Ahhhhh! Que rico. Ahhhh!

Luego fue mi comadre que, al correrse mi esposa la excito de mas. Saco sus dedos del agujero de mi esposa y se los llevo a la boca, al tiempo que decía:

Yo también me vengo. Hay compadre que cabron es. Ya me desvirgo el culo. Que delicia dárselo a usted! Ayyyyyy! Me corro! Me corro! Lléneme con su leche, compadrito! Ahhhhh!

Y en ese momento no pude más. Agarre muy fuerte las caderas de Bella. Enterré mi verga una vez mas lo mas profundo que pude y chorro tras chorro empezaron a llenar el culo virginal de Bella.

Me vengo, comadre. Me vengo! Ahhhhh! Gracias comadrita, por regalarme tu trasero. Que delicia!

Se dejo caer y yo sobre ella, con mi verga aun enterrada. Mi esposa se acostó junto a nosotros y me abrazo. Quedamos rendidos y en silencio por varios minutos. Fue mi esposa la que rompió el silencio.

Me encanto verte disfrutar mucho. Me encanto que fuera mi comadre Bella el primer culo que disfrutas. Me encanto verla disfrutar conmigo. Cuando quieras estoy dispuesta a que me cojas a mí por el culo también!

Tome su cara en mis manos y le di un beso muy especial. Luego, bese a Bella también.

Bien, y que vamos ha hacer el resto de las vacaciones?