Bella (2)

Nuestra visitante nos ha dejado calientes. Ahora nos toca a mi y a mi esposa...

Bella alcanzo su orgasmo y su espalda se arqueo. Su cuerpo vibro como si hubiera pasado un terremoto por el. Me retire para disfrutar de su orgasmo. Su mano seguía jugando con su raja y su clítoris.

Bella estaba lista. Mi mujer y yo también estábamos listos. Que seguiría?

-.-

Después del buen show que Bella nos regalo sobre la mesa del comedor, todos estábamos mas que calientes. Bella anuncio que deseaba tomar un baño para refrescarse un poco. Ya era tarde y suponíamos que, después de un largo día de viaje, ella se iría a descansar después de su regaderazo

Nos retiramos a nuestra habitación donde le pregunte a mi esposa:

Y eso, de donde salió?

De ti, me contesto, tu le preguntaste que como le hacia

Si pero, solamente esperaba una respuesta, no un show completo.

Apoco no te gusto. Mira, dijo mientras acariciaba mi verga aun parada, si todavía estas que ardes de calentura.

No le conteste. Simplemente la tome entre mis brazos y deje que nuestros labios se fundieran en un beso de película. Nuestras lenguas se entrelazaban y peleaban por la mejor posición posible. Mientras tanto, mi mano derecha le masajeaba su teta izquierda y mi otra mano le apretaba sus nalgas, atrayéndola hacia mi para que mi verga estuviera lo mas cerca de su cuerpo…y ella lo notaba. Con su mano derecha acariciaba mi miembro, bien duro, por encima del pantalón.

Nos separamos por un momento para tomar aire y le pregunte:

No te gustaría un baño en la tina?

No me contesto. Se acerco a la tina y dejo que el agua corriera. Añadió una buena cantidad de jabón para hacer burbujas.

Mientras la tina se llenaba de agua, me pidió que pusiera algo de música. Prendí el radio-reloj y empezó a tocar un CD de baladas románticas. Mientras la música tocaba, ella empezó con un striptease que me tenía como loco. Primero la blusa, luego su pantalón. Estaba ya en sostén blanco de encaje que hacia que sus pechos relucieran al empujarlos hacia arriba. Sus pezones ya estaban endurecidos y pedían ser liberados de aquella tela que los oprimía. Finalmente se quito el sostén. Como Bella lo había hecho, lo giro sobre su cabeza y lo lanzo en mi dirección. Como una buena bailarina, se volteo dándome la espalda y se agacho agarrándose los tobillos, dejando que su culo cubierto por unos pantys estilo bikini, se enfrentara hacia mi. Siguió su baile y, dando media vuelta, se bajo el calzón diminuto para dejarme ver su panochita que ya resplandecía pos los jugos que le emanaban.

Dejo de bailar y se metió en la tina que ya lucia con muchas burbujas. Su culo primero y luego sus tetas se perdían en aquel espumoso escenario. Me indico que la siguiera. Para entonces ya me había quitado el pantalón y la camisa. Me baje mi bóxer y girándolo sobre mi cabeza lo lance también hacia ella. Lo atrapo con una mano y se lo llevo a la nariz. Oliéndolo y gimiendo me dijo:

Ahora quiero el regalo que estaba dentro de este paquete

Me metí a la bañera y me senté detrás de ella. La empecé a besar y a masajearle los pezones que seguían duros. Ella empezó a gemir.

Mas…Mas…Mas

Mientras le daba placer con el masaje, ella se daba un pequeño masaje en su panochita. Al tomar su mano, la guio hacia allí y empezó a sobar su clítoris. Luego, empezó a deslizar sus dedos a lo largo de su raja y después empezaba a meter dos dedos en su agujero. Subí mi mano hasta su cara. La recargue hasta poder besarla mientras nuestras manos hacían travesuras de más. Ella se volteo para estar frente de mí y me pidió que me sentara en el borde de la tina.

Al hacerlo, con sus dos manos empezó a masajear mi verga y mis huevos. Un vaivén de sensación invadió mi cuerpo. Con la calentura de lo que había visto hacer a Bella hacia unos cuantos minutos, no sabia cuanto podría durar antes de venirme. Mi esposa agacho su cabeza y empezó a dar besos a mi glande hinchado. Luego, su lengua recorría mi verga de cabeza a raíz; por arriba primero y luego por debajo, llegando hasta la base de mis huevos; solo para regresar hasta la cabeza. Su boca se abrió lo suficiente para atrapar mi glande y empezó a succionar como solo ella lo sabía hacer. Se había convertido en experta con todos estos anos de práctica. Mamaba mi verga cual dulce en la boca de un niño. Con las manos masajeaba mis huevos y mi placer crecía. Anuncie que mi corrida llegaba y ella acelero el vaivén de la mamada y apretó los labios para presionar mi verga. Explote dentro de su boca y no desperdicio ni una gota de mi semen. Siguió mamando hasta dejarme vacio. Se levanto, se lamio los labios y se acerco dándome un beso muy romántico.

Le dije yo:

Ahora te toca a ti.

Salimos de la tina y nos medio-secamos. La dirigí a la cama donde la acosté boca abajo. Tomando un poco de aceite la empezó a masajear por la espalda. A ella le encantaba. Al llegar a sus nalgas, se las masajeaba con delicadeza, metiendo mano entre ellas le masajeaba el culo. Pasando de vez en cuando mis manos por su raja súper mojada. Con cada masaje, ella gemía de placer. Me coloque sobre ella, con mi verga directamente entre sus nalgas y continúe con mi masaje. Cada vez que mis manos se deslizaban por su espalda hasta llegar al cuello, mi verga casi entraba pos su culo y su rajita, masajeándole la entrada y haciéndola gemir más. Solo cuatro veces aguanto antes de encorvar su cuerpo y levantar su culo. Estaba este directamente frente a mi cara.

Acerque mi cara hasta su rajita y empecé a lamerla. Llegaba hasta su clítoris donde le daba unos lengüetazos y un chupetón antes de bajar hasta su agujero. Una vez allí, le metía mi lengua un par de veces. Luego, seguía mi peregrinación hasta llegar a su culo. A este también le daba unos lengüetazos haciéndola respingar y gemir aun más fuerte. Repetí esta acción tres veces antes que llegara su orgasmo. Sus piernas flaquearon, su cuerpo tembló y se vino con mi lengua en su agujero. Que delicioso saborear todos sus jugos sabor de néctar.

Me dijo:

Ya métemela. Me estas volviendo loca. Quiero venirme otra vez pero contigo dentro de mi.

Mi verga, ya dura de nuevo, se dirigió hasta la entrada de la panocha que seguía al aire. Hincado en una rodilla, encaje mi verga hasta el fondo. Ella soltó un pequeño grito de dolor y pasión.

Que rico. Así papi, así. Dale lo más rápido que se pueda.

Empecé a bombear. Mis huevos chocaban contra su clítoris con cada embestida. Sus jugos salían y lubricaban mi verga al tiempo que se deslizaban por sus piernas. Ella se apretaba sus pezones y pedía aun más. Así estuve por unos minutos cuando anuncio que estaba por venirse. Las paredes de su vagina ahorcaban mi verga dándome un inmenso placer.

Me vengo, papi. Me vengo. Échame tu leche. Vente conmigo.

Con gusto acelere mi entra y sale y en un minuto mas descargue varios chorros de mi leche dentro de ella. Se dejo caer por completo y yo sobre ella. Capture sus tetas con mis manos y confirme que sus pezones ya se relajaban después de sus tremendas venidas.

Satisfecha? Le pregunte.

Si papi. Hace rato que no lo hacíamos así de rico. Voltéate.

Me saque de ella y me acosté boca arriba. Mi verga ya caída a un lado. Ella me abrazo dándome un beso en uno de mis pechos. Luego se deslizo hasta llegar a mi verga. La tomo con una mano y se la dirigió hasta su boca. Empezó a limpiarla toda de arriba abajo.

Que rico sabemos, no?

Se acerco a mi cara y nos fundimos en un beso, saboreando nuestros jugos de amor.

Alguien toco a la puerta.

Si? Dijo mi esposa

Hola comadre, so yo, Bella. Puedo entrar?