Bella (1)

Bella viene visitarnos para relajarse. Todos disfrutamos de unas vacaciones BIEN relajadas!

Bella venia a visitarnos y yo no sabia como tomarlo. Ella era la mejor amiga de mi esposa y hacia años que no la veíamos. Venia a quedarse dos semanas y tendríamos que darle el mejor paseo de su vida!

Bella era una mujer de 28 años, dos menos que mi esposa y yo. Su cuerpo era no de diosa pero si muy bonito; con piernas bien torneadas, un culo de esos que se ven mucho mejor en bikini que en tanga, dos pechos medianos pero bien redonditos. Al menos, eso era lo que yo recordaba de ella.

Se llego el día de su arribo y la fuimos a recoger en el aeropuerto local. Al verla salir a la sala de espera, mis sospechas fueron confirmadas. Se veía espectacular. Vestía una blusa que dejaba ver sus tetas en su mayoría. La tela sedosa se movía junto a sus pezones bien delineados. Bajando la vista, su falda corta se meneaba con ritmo al moverse sus muslos bien entonados. No se si fue a propósito pero, de pronto, dejo caer su pequeño bolso y se tuvo que agachar a recogerlo. Al hacer esto, me mostraba su culo bien formadito y, por casualidad, su falda se subía hasta mostrar la línea que separa la nalga de la pierna – que delicia.

Mi esposa, al ver este espectáculo hizo la siguiente broma:

"Hay mujer, apenas llegas a Estados Unidos y ya empiezas a venderlo…"

Bella le respondió:

"Hola cariño. No vengo a venderlo. Vengo a que lo descubran"

Y los tres nos reímos a carcajadas.

Después de recoger su equipaje, procedimos al viaje de 45 minutos que nos esperaba para llegar a casa. Las dos mujeres se subieron en el asiento de atrás para poder platicar. Yo tome la oportunidad de ajustar el retrovisor para poder darle la atención necesaria a Bella, nuestra invitada. Lo ajuste de tal manera que durante 45 minutos pude disfrutar de sus bellos muslos, y de su conchita que podía ver de ves en cuando al ajustar su manera de sentar. Note que llevaba puesto un calzoncito blanco que permitía ver su Monte Venus por su transparencia. Ella noto que la miraba por el retrovisor y me sonrió mientras separaba sus piernas para que pudiera ver mejor.

Al llegar a la casa, mi esposa se metió a la cocina para empezar la cena. Me ordeno que mostrara a Bella su habitación y que también le ensenara el resto de la casa. Así lo hice. Subí sus maletas y ella me siguió. Deje sus maletas en su cuarto y le mostré la parte superior de la casa mientras ella me decía que bonito encontraba todo. El último cuarto que le mostré fue el baño de su habitación. Le ensene como funcionaba la ducha y la tina de baño. Ella se agacho para imitar el control del agua y de nuevo me mostro su lindo culo. Mientras agachada, volteo para verme y me dijo:

"Así esta bien?"

Yo le conteste:

"Mas que bien. Creo que tienes todo a la perfección."

Miro que mi pantalón ya mostraba cierto crecimiento. Levantándose se dirigió hacia la entrada del cuarto y pasando junto a mí, sentí como su pierna rozaba mi miembro ya bien parado. Ella también sintió lo mismo porque se detuvo para decir:

"Hay compadre, espero que no venga a causar molestias. Ya veo que usted tal vez quisiera estar a solas con la comadre. Yo estoy dispuesta a hacer lo que sea porque mi estancia aquí no les impida su vida normal."

Lo único que se me vino a mente fue decirle que no se preocupara. Que todo estaba bien y que simplemente era una reacción normal. Le asegure que todo estaba planeado para estas próximas dos semanas y que ella seria el centro de toda nuestra atención. Le asegure que los tres la pasaríamos muy bien.

El resto de la tarde paso sin novedades. Bella bajo a ayudar en la cena y yo aproveche para darme un regaderazo. Mientras lo hacia, aproveche para darme una buena paja. Tome el jabón y lo pase por mis huevos y mi miembro. Tome una navaja de rasurar y procedí a rasurar mis bolas que ya tenían dos días de crecimiento. Las rasure hasta que quedaron como colita de bebe. Aun enjabonado, mi mano pasaba por lo largo de mi verga y empecé con un vaivén mientras por mi mente pasaban las imágenes de esta tarde. El culo de Bella, su calzoncito transparente, su peludo monte de Venus, sus pechos redonditos.

Seguí masturbándome con estas visiones. Tome la cabeza de la regadera y la cambie de regadera a pulso. El agua salía caliente, dando pequeños golpes en mi espalda mientras mi mano hacia su trabajo. Agarre la cabeza de la regadera y la tome pasándomela por todo el torso. El agua pulsante incrementaba el placer de mi paja. Separe mis piernas un poco y pase la regadera por debajo de mis huevos. Sentía las pulsaciones del agua tal como si fuera la lengua de mi esposa. Algunos chorros llegaban a mi culo y ahí sentía igual. Parecía sentir la lengua de mi esposa masajeándolo suavemente. Mi verga sentía sensaciones reales y estaba a punto de acabar.

Que rico, hacerme una paja con visiones de mi esposa y su lengua, así como el hermoso cuerpo de Bella que, esperaba yo, seria mío también dentro de poco…No pude más. Acelerando el movimiento de mi mano, mi clímax llego. Chorros de leche salían de mi verga y se mesclaban con el agua de la regadera. Hubiera querido que esos chorros acabaran en la boca de alguien pero eso seria después

Durante la cena, los tres charlábamos de los últimos años sin vernos. Mi esposa y Bella platicaban también de sus días juntas en la infancia. Hacia ya mas de 30 años que se conocían. Entre charla y charla, terminamos dos botellas de vino tinto. Las chicas ya empezaban a reír por cualquier comentario. Se les subía ya el alcohol.

Fue entonces que sugerí un tequilita. Mi esposa encantada, saco unos caballitos y corto unos limones. Yo fui a la vidriera y saque una botella de Corralejo reposado. Brindamos por la amistad y nos tomamos un trago. Luego la conversación cambio de tono y Bella pregunto:

" Oye, comadre, y el compadre si que te satisface bien…no?"

Mi esposa respondió:

"Claro que si comadre. Hoy como cuando recién nos casamos. O tal vez mejor."

Mientras ellas me devoraban con sus comentarios me levante y puse un poco de música. La voz de Montaner llenaba la pieza. Quise sacar a bailar a mi mujer pero ella se negó. Me pidió que sacara a Bella, nuestra invitada. "Ya he bailado muchas otras veces contigo. Saca a Bella y dale una buena revolcada."

LuisMi, Bella y Yo nos dedicamos a disfrutar de la noche. Al bailar con Bella notaba como metía su pierna entre las mías cada vez que dábamos vuelta. Seguro que sentía my verga ya hinchada. Al dar la vuelta, le apretaba su espalda con mi mano derecha, haciéndola frotar sus tetas junto a mi pecho. Sentía sus pezones ya erguidos. En eso mi esposa se levanta para ir al baño. Bella aprovecho para apretarme a mí contra ella y empezó a acariciar mi nuca. Mirándome a los ojos me beso y su lengua fue a encontrar la mía. Me retire un poco de su cara y le dije que tal vez no era lo mejor. Ella aseguro que mi esposa daría permiso de que disfrutáramos juntos

La pieza termino y los tres nos sentamos en la mesa para seguir charlando. Mi esposa pregunto a Bella si seguía con su novio. Bella contesto:

"No comadre, eso termino ya hace tiempo. Javier no tenia lo suficiente para mantenerme feliz"

Mi esposa contesto:

"Como comadre, y se veía tan trabajador!"

Bella se rio y dijo:

"Comadre, no hablo de lo financiero. En eso si era todo un hombre. Me refiero a que no quería estar conmigo tantas veces como yo lo necesitaba. Había veces que por semanas no me tocaba."

Mi esposa dijo:

"Que lastima comadre. Desde cuando entonces?"

Bella:

"Ya va para seis meses. Créeme que sufro bastante."

Yo, callado saboreando mi tequila. Sabía que no podía opinar sin ser castigado por una de los dos. Me acabe mi caballito y me atreví a decir

" Comadre, come le haces? Yo ni loco dejaría de hacer el amor ni por unos solos días"

Bella me contesto:

"Hay compadre, gracias por la confianza pero no se si deba" Miro de reojo a mi esposa quien le asintió "si" con la cabeza. "Pero la verdad es que he aprendido a jugar conmigo misma para no estar tan aburrida. Si quiere le doy una pequeña muestra…"

Mi mujer se acerco a la mesa como no creyendo lo que su mejor amiga decía. Yo simplemente me quede quieto para ver que seguía. Serví tres caballitos de tequila que pronto desaparecieron en nuestras bocas.

Bella miro a mi esposa y le guiño un ojo. Se metió una mano por la espalda y de pronto giraba su sostén como si fuera un banderín. Yo me fijaba en su blusa de ceda que permitía ahora ver sus pechos meneando y sus pezones que querían explotar. Aventó el sostén hacia mi esposa quien le siguió el juego haciendo girar el sostén sobre su cabeza.

Bella se puso de pie y empezó a desabrochar su blusa. Sin quitársela, permitía que sus pechos liberados se asomaran y dejaran que sus pezones erguidos tocaran el aire libre. Que belleza de mujer. De nuevo se desaparece su mano por su espalda y de repente cae su falda a sus pies. Estaba allí parada con una blusa entreabierta y unos pantys traslucientes de color blanco que permitían ver su triangulo peludo y ya mojado.

Mi esposa, que estaba sentada junto a mí, comenzaba a pasar su mano por mi pierna, buscando mi verga y dándole ya unas sobaditas que Bella no podía ver desde donde estaba.

Bella se sentó sobre el borde de la mesa y se recostó mientras que al mismo tiempo pasaba su mano izquierda sobre sus pechos, pellizcando sus pezones y acariciándolos con mucha ternura. Su mano derecha bajaba ya y se deslizaba sobre su monte Venus. Sus dedos jugaban ya con su clítoris que se hinchaba y podía ver unas gotitas de humedad que se marcaban pos sobre su panty que tanto quería quitar.

Mi esposa me miro y me indico con un movimiento de su cabeza que me acercara a Bella – tal vez para poder verla mejor. Yo tome la señal como una aprobación y así lo hice. Me acerque a Bella y tome su teta derecha y la metí en mi boca. Con mi lengua le di pequeños círculos sobre su pezón y esto hizo que ella se sorprendiera. Abrió los ojos de repente y me miro. Miro también a mi esposa quien le ciño un ojo en aprobación. Bella se volvió a recostar y cerró los ojos de nuevo.

Seguía jugando con su panochita y yo con sus tetas. Ahora ya gemía de gusto. De reojo vi como mi mujer también se sobaba los pechos con una mano mientras su mano derecha ya jugaba con sus propios jugos. Sus ojos estaban tratando de mantenerse abiertos para disfrutar del show de Bella.

Bella alcanzo su orgasmo y su espalda se arqueo. Su cuerpo vibro como si hubiera pasado un terremoto por el. Me retire para disfrutar de su orgasmo. Su mano seguía jugando con su raja y su clítoris.

Bella estaba lista. Mi mujer y yo también estábamos listos. Que seguiría?