Belén

Llamarlo poesía seria pretencioso Pero es un ripio Curioso

Llamarlo poesía

seria pretencioso

Pero es un ripio

Curioso

Era un día

de verano que llovía

del cine sola salía

cuando una frase oía

a mi vera.

Al girarme veía

quien dicho había

tal barbaridad

con sinceridad

crucé la vista

con un chico guapo.

De hecho

la camiseta mojada

se le pegaba al pecho

amplio y sus sandalias

chasqueaban en los charcos

caminando a mi paso.

Sus ojos divertidos sonreían

y sus blancos dientes asomando

entre los labios gruesos y sensuales.

Pero giré la cabeza negando

como si hubiera

adivinado lo que estaba pensando.

Y se fijaba en un pobre loco

escondido en un portal,

junto al que acababa de pasar.

Me dijo:

  • nos vamos a calar.

¿Por que no entramos en un bar?

para podernos calentar.

Yo era morena y delgada

y saborear

quería su piel salada.

Allí nos pusimos a charlar

de banalidades, dejé pasar

una hora al contemplar

ropas sobre su cuerpo secar.

Los finos dedos de sus pies jugaban

dentro de sus sandalias

y sus ojos azules me miraban.

Me sentía con gran comodidad.

Su interesante conversar

podía lograr

el tiempo discurrir

casi sin sentir.

Cuando le pregunté

si novia tenía

me relató

que nadie había

su corazón

conquistado

lo que a mi me permitía

una oportunidad

para podérmelo ligar.

Un botón de mi blusa

comencé a soltar

para dejar mis pechos

por su vista acariciar.