Belen agente de seguros
La muchacha tenia una forma muy especial de contratar seguros...
Belén, así se llamaba ella, rubia, media melena rizada, ojos azules, con la cara no muy agraciada, pero un cuerpo de impresión. La muchacha no tenía muchas tetas, pero si un buen culo, el cual no se merecia. Era de campeonato, no por su tamaño; sino mas bien por lo bien formado y alto del mismo.
Sí, digo alto, porque una mujer con el culo bajo es una albóndiga con patas y no estimula nada su presencia a los ojos de los humanos..
La muchacha que en aquella época tenía 25 años trabajaba en una agencia de seguros, como agente comercial, cerca de Madrid, y realmente sabia hacer clientes.
¿Que si sabia hacerlos? Ya veréis como me captó a mi para su Cía. de Seguros.
Al adquirir una vehiculo nuevo, sondeé el mercado para encontrar la oferta mas beneficiosa para mis intereses, realmente la oferta de Belén no era de las mejores pero su amabilidad y facilidad de palabra para convencerme hicieron el resto.
Aquel día quede en la gestoría con ella a ultima hora de la tarde, pues mi horario no me permitía otra cosa y ella muy gustosamente accedió a esperarme.
" Todo sería por captar un cliente " como me dijo después.
Tuve que llamar a la puerta dos veces, pues a esas horas el establecimiento ya se encontraba cerrado.
Belén abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba guapísima, como nunca la había visto. Llevaba una blusa blanca que trasparentaba un sostén oscuro y un pantalón ceñido color celeste que marcaba unas braguitas "tipo tanga" de minúsculas dimensiones y con puntillas que las hacían muy elegantes.
(Verdaderamente solo cuando la tuve en frente, mirando los papeles que debía firmar, me entraron unos deseos enormes por tener entre mis manos aquella hembra.)
Ella, me explicaba complaciente todos los beneficios de la póliza, e incluso se acerco a mi levantándose de su silla giratoria, a explicarme la "letra pequeña" de la misma.
Fue ahí, en ese momento, - ella de pie y yo sentando viendo los papeles, con su coño-pubis-trasero a escasos centímetros de mi - cuando no pude contener mis deseos y me abalance sobre ella.
Agarré con mis manos su trasero y acto seguido, me levante para besarla.
"Puede resultar hortera" pero por algo había que empezar.
Ella pudo haberme soltado un guantazo, pero no lo hizo.
Rápidamente la desnude de cintura hacia abajo, (-ella no decía nada; es mas, no nos dirigíamos la palabra-), dejándola con ese minúsculo tanga que ya se percibía a simple vista.
Belén en cierta medida, no se sentía cómoda en esa situación. La oficina estaba cerrada, pero ella estaba parcialmente desnuda con un cliente, que tenia toda la intención de tirársela, y ella encima comprometida (más tarde casada) con un simpático muchacho que se dedicaba a la mensajería.
Fueron unos segundos los que tardó Belén en reaccionar de la situación en la que nos encontrábamos (dios mío, podía quedarme sin polvo), pero sin mediar palabra, no se como, se lanzó hacia mis slip, y comenzó a comerme la polla.
Yo que soy de pocos prolegómenos, espere lo justo (mas bien poco) a que me mamara la polla (soy de corrida fácil), la separe la cara de la misma, y dada la lubricación ya existente en mi pene, la separé el tanga hacia un lado descubriendo su bello púbico (rubio y bien arreglado) con la intención de penetrarla.
Fueron unos minutos intensos, pero inolvidables. Belén se encontraba sentada en la parte anterior de su mesa, abierta, ofreciéndome todo lo que tenia, (que no era poco).
Yo separe lentamente sus labios vaginales, y me dispuse a lamer los mismos.
Tengo que reconocer que siempre he sido un poco escrupuloso, pero también es cierto decir, que Belén era muy limpia, (bien depilada y aseada) lo cual hacia mucho mas agradable la situación.
Su vagina estaba contraída (no se si sería el miedo o la situación), pero después tener completamente lubricada la misma (previa comprobación de varios dedos introducidos en ella) me consto clavársela. La agarré hacia mi, y yo sentado en una silla giratoria y ella a horcajadas comencé a penetrarla hasta el fondo Si digo hasta el fondo porque la muy guarra se sentó encima de mi, como ella me dijo después "para disfrutar mas".
Yo me sentía un poco manejado. Siempre que me follaba a una tía, me gustaba a mi llevar las riendas del asunto. Y en esta ocasión me toco llevarlas.
Tras varios minutos de frenético movimiento y con su coño prácticamente lubricado (desprendía una sustancia de color blanquecino) en forma de mocos, me decidí "a cambiar de tercio".
Yo estaba deseoso por "ahuecar" su culo, pero no me atrevía a decírselo. Es mas, según se desarrollaban las cosas, estaba "casi seguro" de que era virgen de ese sitio.
Ella gemía, disfrutaba, parecía conformarse simplemente con lo que estaba pasando;
y yo, mientras me la follaba, solo pensaba como poder iniciar "el tramite" hacia su culo.
Mis sospechas se hicieron ciertas, máxime cuando después de una corta pero fructífera penetración vaginal, me dispuse a lamerla el ano. Ella en ese momento tuvo ciertos reparos, rápidamente retiro el trasero y me miro a la cara.
" Quieres darme por culo ¿No?. Todos los hombres sois iguales"
"Haber si te crees, que no le dejo hacerlo a mi novio y te lo voy a dejar a ti"
Aquellas palabras, me hundieron, aquello era el final. Y no el final que yo había deseado para un contrato de seguros.
Se dio la vuelta con ademán de volverse a poner los pantalones pero yo en ese momento me abalance sobre su trasero, retiré nuevamente la tirita del tanga e hinque mi boca sobre su ano.
Belén no se movió, (esperé que me soltara un guantazo) pero se quedo quieta. Lamí aquello con toda la rapidez posible que pude, para que ella comprobara todo el placer que eso la podía suponer. Lubrique el ano con mi saliva, ayudándome de mi lengua (no ahora sin ciertos reparos, pues desprendía su olor natural; el cual, progresivamente se me hizo agradable "a fin de cuentas estaba logrando mi objetivo").
Mi polla se estaba poniendo nuevamente como una piedra, nerviosa, con una cantidad de ramificaciones venales que yo nunca había visto.
Si mediar palabra acerque el glande a su ano y me quede inmóvil. Con la punta del mismo lo acariciaba, pero no intentaba penetrarlo.
En ese momento Belén giro la cabeza y de forma airada grito:
"Vamos, no tenias tú tantas ganas. Acaba de una vez, que me voy a correr"
Yo en un gesto de chulería la respondí:
"No, tenemos que desearlo los dos, y tu en esto también participas"
Aquellas palabras la llegaron al alma. Belén respondió:
"Dani, fóllame, por favor .fóllame el culo, lo necesito ya".
Acto Empuje, con fuerza y entró unos centímetros. Continué la presión hasta que logre introducirla. Cual fue mi sorpresa que casi hasta el fondo. Sin la resistencia que me había encontrado en otras penetraciones vaginales.
En ese momento la volví a sacar de un golpe y el ano se quedo dilatado ante mi. Le costaba cerrarlo. Aquello parecía un "bebedero de patos". Belén había nacido para el sexo anal y yo se lo había descubierto.
Volví nuevamente a las andadas. Belén llegó a gritar "cabrón, como me gusta esto", "sigue".
Estuve todo el tiempo que mi polla me permitió limando esa oquedad, los movimientos se hacían mas violentos como respuesta a los gemidos de Belén, que al principio gemía, pero según avanzaba el acto, la muchacha, prácticamente gritaba, no se si de dolor lo dudo- pues como comenté anteriormente su ano se dilataba y se contraía al unísono de una manera muy natural.
Tras varios minutos de mete-saca, comenzaron a salir del ano de Belén, jugos blancos, ligados a mi polla, lo cual facilitaba la penetración. Ella no paraba de gritar de placer; tengo que reconocer que aquello era maravilloso. "Dios mío como se acoplaba el culo de la cacho puta a mi polla. Era el mejor culo que jamás había probado"
Además la rubia tiene las cadera muy altas, lo que me permitía con cierta facilidad acariciar sus senos al propio tiempo que pellizcar sus pezones.
El movimiento se hizo cada vez mas rápido, -que follada me estaba pegando-, su cara de placer no hacia otra cosa que excitarle a mi aún mas; madre mía que tía tenia enculada. Llegado el momento, llegamos a un orgasmo conjunto, gritamos, no se que la dije, pero a ella la gusto, mientras los dos jadeábamos sin parar.
Me limpié los restos de semen que aun quedaban en mi pene, con varios papeles que se encontraban dispersados por la mesa.
Belén se marcho al servicio, y rápidamente volvió. Yo, ya vestido la estaba esperando, sin saber que hacer.
Belén me miró a los ojos; fueron unos segundo eternos y me susurró:
Quiero que me encules todas las veces que yo quiera....Me ha encantado o que tu quieras claro
Ni que decir tiene, que nos fuimos a un hotel esa noche a continuar aquella experiencia y otras.
Belén y yo nos veíamos una o dos veces por semana. Ella únicamente a mí me daba su ano (eso decia). A mi realmente no interesaba otra cosa, pues la penetración vaginal con ella era de lo mas normal (posiblemente porque yo solo deseaba follar su culo, y eso me condicionaba a la hora de gastar la munición). Es mas, la consideraba frígida, posiblemente porque ambos estábamos deseando de practicar sexo anal.
Con el tiempo dejo a su novio (el de Seur) y la deje preñada. Actualmente Belén (vive con sus padres y con un precioso bebe).
Yo me case con otra mujer, y cuando la veo con mi criatura, me pregunto si no debí seguir con aquella maravilla de la naturaleza para poder seguir disfrutando de su cuerpo (mas bien de su culo ).